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ESPEJISMO por Mise_Hanakotoba

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Capitulo IX Party Part II

(El Ángel Del Recuerdo)

Regresaba a la pista de baile, tenía muchas cosas rodando en su mente, ninguna de ellas incluía a su desaparecido novio, no podía dejar de pensar en el peliazul, específicamente en sus ojos y en aquellos labios que habían atrapado a los suyos, que a pesar de haber sido un beso forzado no le resulto del todo desagradable, hace tanto que no lo besaban con tanta pasión, rozaba una y otra vez sus labios con sus dedos, hasta que la presencia de dos personas lo sacaron de su trance.

-¿Dónde diablos te habías metido?, te hemos estado buscando por todos lados – le decía un preocupado Reita.

- Gomen, no era mi intención preocuparlos, y Aoi no lo han visto. – seguía ido, preguntaba por Aoi sin tener gran interés por saber su paradero, no podía sacarse de la cabeza lo que ocurrido hace unos momentos.

- Aoi – el rubio tragaba saliva antes de ponerse a mentir – su tía fue hospitalizada, y como Aoi es su único familiar por aquí, tuvo que ir para hacerse cargo.

- su tía si claro – su tono dejaba ver claramente que no creía ni media palabra – y que a qué hora regresa, no pensara en dejarme aquí botado, por que digo yo aquí no llegue solo. – había mucho reclamo en aquellas palabras.

- etto – vacilo un poco en contestar, pero no tenía otra opción había quedado en cubrir a Aoi – no regresara, nos pidió que nosotros te lleváramos a casa. – sentía como la fría mirada de Uruha lo recorría de pies a cabeza.

- vamos Uruha no te molestes con nosotros, ya Aoi te explicara todo mañana, deja de ver feo a mi iguana – decía Kai intentando tranquilizarlo un poco.

- y ¿cuándo nos vamos? – dijo mientras alejaba su mirada hacia otro lado, para su mala o no tan mala suerte su mirada se encontró de nuevo con la del peliazul, quien por fin regresaba. – Nos vamos ya – no dejo que los otros dos le respondieran nada, se levantó y se encamino hacia la salida. Realmente no se les hacía extraño el comportamiento de Uruha, sabían que no reaccionaría de buena manera cuando le dijeran que Aoi no regresaría, así que sin decir nada lo siguieron.

Salieron del lugar, buscaron el coche del rubio, en cuanto lo encontraron subieron y se pusieron en marcha a la casa de Uruha, quien en todo el camino no pronuncio ni media palabra con la mirada siempre al vacío.

Llegaban a la casa del castaño, quien sin decir más se bajó del coche, abrió la puerta de su casa entro y volvió a cerrar.

-Qué carácter – decía Kai más para sí mismo que para el rubio.

- bueno nosotros ya cumplimos, ya vámonos a casa – cerraba la puerta y emprendía de nuevo su camino.

………………………..

Llegaban a un lugar completamente desconocido para ruki, podría haberse esperado que Yoshiki lo llevara a un hotel cinco estrellas o algo parecido, pero no, era una casa realmente grande y hermosa, según lo que se podía ver de su exterior.

Yoshiki fue el primero en bajar del auto, para como todo un caballero abrirle la puerta a su acompañante, ruki bajo del auto y mientras contemplaba la hermosa fachada de la casa, Yoshiki cerraba el coche y encendía la alarma; ya los dos juntos frente la casa, se dispusieron a entrar tomados de las manos.

Había nervios por parte de ambos, era la primera vez que llevaba a alguien a su casa, y para ruki era razonable que tuviera nervios, iba a ser su primera vez con alguien, a pesar de las explicaciones de sus amigos no tenía para nada claro lo que era tener relaciones sexuales.

Abrió la puerta y le cedió el paso a su pequeño acompañante – ruki pasa estás en tu casa – decía mientras extendía el brazo dentro de la casa.

-Gracias n_n – su sonrisa no podía ocultan los nervios que se apoderaban de él.

- bueno entonces  entra – decía al ver que el menor no daba ni un paso dentro de la casa.

- si claro – decía mientras entraba temerosamente.

Una luz no muy lejana de la entrada era la única que proporcionaba iluminación, el aire olía tan dulce con un aroma muy parecido al de las rosas frescas combinado con un suave olor a vainilla. Ya ambos dentro caminaron tomados de las manos guiados por aquella luz que provenía de una de las recamaras más cercanas.

Conforme se acercaban aquel agradable aroma se intensificaba, al llegar a la entrada de la recamara ruki pudo notar que aquella ligera luz y el aroma vainilla eran el resultado de la gran cantidad de velas que adornaban el cuarto, también que el supuesto olor a rosas era debido a la gran cantidad de pétalos de esta flor que estaban esparcidos en el suelo, mientras que en la cama formaban un enorme corazón rojo.

Tomo delicadamente el rostro del pequeño mientras lo miraba fijamente a los ojos, el a quien la experiencia le sobraba no sabía ni cómo empezar esta vez, se sentía como todo un primerizo, pero sabía que haría todo lo posible para que esa fuera la noche más hermosa de la vida de ruki, esa era su única meta, que él y el pequeño subieran en un solo suspiro al cielo.

Tal vez el que pensara de esa forma lo convertía en el peor de los cursis, pero estos eran los pensamientos que le causaba el tener a su lado ruki, era volver atrás, como si la vida se lo hubiese devuelto, desde que comenzó a salir con ruki no había podido notar la gran similitud que tenía con su amor de juventud, no solo en lo físico sino también en la forma de ser y algunos detalles en su comportamiento, pero en estos últimos días había logrado notarlo. A él le parecían prácticamente iguales.

*Flash back*

Fue en su época de preparatoria cuando lo conoció, era un chico muy tímido y solitario muy diferente a quien era hoy un hombre capaz de seducir a cualquiera que se le atravesara. Era el ignorado por el mundo hasta que llego aquel chico que con su simple sonrisa le ilumino la vida desde la primera vez que la vio.

La primera vez que lo vio parecía desorientado, al parecer era nuevo y no sabía ni donde estaba parado. Pero este chico fue quien tomo la iniciativa acercándosele para poder salir de sus dudas.

-Hola – le decía a Yoshiki, quien por la impresión de que alguien le estuviera hablando no podía ni moverse – etto amigo, no sabes hablar – le decían al notar su saludo ignorado.

- yo perdón, me hablas a mí – seguía sin creer que fuera a él.

- si es a ti, no veo a nadie más cerca – decía mientras dejaba ver su hermosa sonrisa.

- cierto – fue su única respuesta, no podía decir más se había quedado embobado de aquella sonrisa que parecía emanar luz y de aquel hermoso cabello rosa que portaba, intentaba corresponder con una sonrisa la primera desde hace ya mucho tiempo.

- sonríes – decía con gran emoción – eres muy lindo cuando sonríes – el otro no supo más que hacer que sonrojarse con estas palabras – bueno yo quería ver si me podías ayudar a encontrar mis salones, soy nuevo y creo que estoy perdido.

- claro etto me llamo Yoshiki y tu – quería saber el nombre del dueño de aquella bella sonrisa, raro en él nunca se había atrevido a preguntarle su nombre a nadie.

- cierto que mal educado no me presente, me llamo Matsumoto Hideto, pero dime Hide. (Hasta el apellido era igual).

Así fue como lo conoció, entre ambos comenzó a crecer una gran amistad al punto de volverse inseparables, amistad que duraría poco con la llegada de aquel sentimiento que tanto puede fortalecerte como puede destruir todo a tu alrededor llamado amor. Sentimiento que era mutuo entre ambos pero que ninguno se atrevía a revelar por miedo de perder al otro hasta que:

-Porque te fuiste con ella, quedamos en practicar hoy, me lo prometiste – le reclamaba a su amigo Yoshiki pero no tanto por haberlo dejado plantado como quería hacerle creer, sino por a haberse ido con esa chica.

- perdóname, tenía toda la intención de llegar pero me fue imposible – y no mentía había hecho hasta lo imposible por llegar pero por una u otra razón no lo logro.

- no te creo, sabes me voy, no tenemos más de que hablar hoy – daba media vuelta dispuesto a marcharse cuando sintió que era jalado del brazo por Yoshiki, quedando accidentalmente frente a frente con sus rostros a escasos centímetros – que es lo que te pasa – le reclamaba.

- por favor perdóname, me puedo pelear con cualquiera menos contigo – le decía mientras acariciaba su mejilla – eres lo más importante en mi...– no pudo terminar la frase debido a que los labios del otro atrapaban los suyos en un beso que con el paso del tiempo se hizo más intenso del cual se deshicieron lentamente mientras no dejaban de mirarse.

- te amo Yoshiki te amo – le decía mientras que con miedo lo abrazaba.

- yo también te amo Hide más que a nada en mi vida – respondía el abrazo proporcionado por el otro.

Y así fue como comenzó su relación, se amaban tanto, parecía que nada podía salir mal, Yoshiki no tenía familia más que un tío que poco le interesaba la vida personal de su sobrino así que por ese lado no había problema ni por parte de Hide su familia lo comprendía y apoyaba, todo era color de rosa hasta que ese maldito accidente le arrebato al amor de su vida.

Hide había obtenido su licencia de conducir, Yoshiki no lo había podido acompañar al examen porque tenía que arreglar sus papeles para la universidad, Hide se había detenido a esperar que pasara el alto y cuando así fue puso en marcha en coche, cuando un auto del lado contrario que no respeto el alto lo impacto  del lado izquierdo del coche, por lo que todo el golpe fue recibido por Hide muriendo en el instante.

*fin flash back*

Jamás se había atrevido a amar a alguien por miedo de ser rechazado o de salir herido, y cuando por fin se decidió a amar la vida le había arrebatado a su más grande amor, lloro como nunca lo había hecho y como jamás lo volvió a hacer, grito, reclamo y hasta cierto punto llego a odiar a Hide por haberlo dejado, su corazón se cerró a prácticamente todo el mundo por mucho tiempo, Toshi amigo suyo y de Hide fue el único que pudo permanecer a su lado en todo ese tiempo, estudio su carrera y con el tiempo su herida quedo semi-cerrada, pudo volver a tener amigos y volverse aquel profesor buena onda que todos amaban, pero su corazón no lo dejó tener una relación amorosa con nadie, solo se acostaba con jóvenes que al llegar a momento del orgasmo lo conectaran con aquel gran amor.

Y ahora estaba ahí de nuevo con Hide, porque ruki era Hide vuelto a nacer, tal vez al principio no había comprendido por que con ruki no había sido igual que con los demás pero ahora lo tenía claro, Hide había vuelto con él, había regresado prácticamente igual de como se había ido, la misma edad, los mismos ojos, la misma sonrisa y hasta el mismo apellido, era Hide y esta vez no estaba dispuesto a perderlo.

-Te amo – le dijo al momento que lo abrazaba.

- yo también te amo – le respondía ruki.

Poco a poco caminaron hacia la cama, Yoshiki recostó al pequeño sobre el gran corazón de pétalos, todo era tan dulce, quería que esta noche fuera especial. Lentamente se deshizo de su ropa y de la del menor, mientras se besaban de la forma más cálida posible, sus nervios se habían ido, moría por volver a hacer suyo de nuevo a Hide.

Por el contrario ruki no podía más con los nervios, a pesar de estar disfrutando de los besos de las caricias, algo evitaba que lo hiciera por completo, no podía, era como si algo fuera a estallar dentro de su corazón, era algo más que los nervios por ser primerizo.

-Estás listo ruki – le preguntaba el mayor.

- sí, estoy listo – fue su respuesta, la que dio luz verde al mayor para comenzar, pero cuando estaba a punto de dar inicio – no espera, no lo estoy, no hoy no, perdón no puedo – decía mientras se separaba de Yoshiki – perdóname – le pedía entre lágrimas.

Que debía hacer, aun que moría de ganas de hacerlo suyo no quería hacerlo a las fuerzas, no podía lastimarlo y que este terminara abandonándolo. – ru no te preocupes yo te puedo esperar el tiempo que tú quieras – le decía mientras lo abrazaba – vamos tranquilo ya no llores no pasa nada, ve a vestirte, te llevare a tu casa para que descanses.

-No por favor, mejor pídeme un taxi por favor. – le decía suplicante.

- está bien, vístete en lo que llamo al taxi –

Ruki se vistió lo más rápido que pudo, el taxi no tardó en llegar, tanto ruki y Yoshiki fueron a la entrada.

-Bueno aquí es tu taxi, ¿estás seguro que quieres irte solo?

- si estoy seguro, por favor perdóname – le decía cabizbajo.

- no te sigas disculpando tu no hiciste nada malo, anda ve el taxi te espera, nos vemos el lunes, cuídate y recuerda  que te amo. – el menor solo obedeció sus órdenes con una hermosa sonrisa en el rostro.

- yo también te amo – dijo antes de subirse al taxi.

…………………………………………………………………….

Quería ir lejos, muy lejos para poder desahogar su dolor, se dirigió a aquel lugar que en esos días se había vuelto su segundo hogar. Iba dispuesto a perderse en alcohol hasta que no recordara ni su nombre, hasta olvidar que tal vez hoy ruki sería de ese tipo.

……………………………………………………………………..

-Joven a donde lo llevo – le preguntaba el taxista

- no lo sé, en verdad no quiero llegar a mi casa para estar solo y arrepentido de nuevo – se decía más así mismo que al taxista.

- bueno, pero algún lugar lo tengo que llevar –

- cierto – cuando le vino a la mente – disculpe conoce un lugar llamado el tercer mundo o el tercio algo así se llama – quería tomar para olvidar –

- claro joven ¿quiere que lo lleve ahí? – volvía a cuestionarle el taxista.

- si quiero ir ahí por favor –

El chofer puso en marcha el auto y se fueron con dirección al famoso tercio.

…………………………………………..

-Tu tía me crees tan estúpido como para seguir creyendo esa maldita mentira, me volviste a dejar solo y todo por ese maldito enano, que tiene el que no tenga yo, yo te puedo hacer el hombre más feliz de la tierra el solo te haría sufrir cómo lo está haciendo ahora, es mi amigo y no quiero lastimarlo más pero no voy a permitir que te aleje de mi lado. – se decía tras cerrar la puerta de su casa cuando de repente alguien llamo a la puerta – Aoi – pensó que Aoi había vuelto, abrió inmediatamente para llevarse de nuevo una sorpresa inesperada – sakura – era el peliazul quien lo había seguido hasta su casa.

- si soy yo, puedo pasar –

- estás loco, que haces aquí, vete te dije que no quería volver a verte – le dijo demasiado molesto.

- por favor déjame pasar, vengo a pedirte disculpas por mi comportamiento, por favor déjame pasar – que tenían esos ojos que no podía decirles que no.

- está bien pasa pero no intentes nada, porque te juro que doy una golpiza que en tu vida te volverás a parar.

- está bien, no te preocupes prometo no hacer nada que tu no quieras – le decía con una sonrisa pícara en el rostro, que o el castaño no vio o quiso no verla.

Entraron y lo que paso ahí solo ellos dos lo saben.

………………………………………………………………..

Llego al famoso bar el tercio desde que entro pudo notar que habían ampliado el lugar ahora ya hasta barra tenía y las mesas se veían nuevas, es más el lugar olía a nuevo por todos lados. Pensó que tal vez se había equivocado de lugar, así que decidió preguntar a una de las meseras - ¿meseras? – ahora hasta meseras había.

-Etto señorita ¿este es el tercio? – le preguntaba a la chica

- sí, es esta algo diferente pero si es, lo que pasa es que cambio de dueño y el hizo estas remodelaciones. – contesto muy amable la chica, pero con algo de coqueteo en su mirada.

- oh ya, gracias por la información, se ve más bonito el lugar – contesto ruki.

- te puedo ofrecer una mesa, ¿esperas a alguien? –

- no muchas gracias, creo que estaré en la barra – respondía mientras se encaminaba a la nombrada barra.

…………………………………………………….

Estaba recargado sobre la barra parecía estar perdido en alcohol, pero era eso solo parecía por que no llevaba más que dos cervezas de las pequeñas,  se había recostado sobre la mesa para llorar sin que nadie lo viera. Cuando sintió que alguien se sentaba a su lado y pedía una cerveza, su voz era muy parecida a la de ruki, para su mala suerte pensó, en todos lados estaba presente el recuerdo de ruki.

-Aquí tiene su cerveza, le puedo ofrecer algo más.

- No gracias –

- (su voz es igualita a la de ruki) – pensaba mientras levantaba lentamente el rostro y para su gran sorpresa no era que la voz fuera muy parecida a la de ruki es que era ruki – ruki? – palabras que hicieron que el otro volteara a verlo.

- Aoi? – respondía el pequeño mientras que volteaba sorprendido a ver al pelinegro.

- etto que haces aquí ruki, en este lugar, no deberías estar con tu novio – que le habrá echo ese desgraciado para que ruki esté ahí bebiendo se preguntaba Aoi.

- aun no vivo con él, no veo por qué debería estar ahora a su lado – respondió algo cortante. – y tú no deberías estar con Uruha.

- pues no estamos amarrados para andar por todos lados juntos – quiso responder de la misma manera que el otro, ruki lo miraba fijamente a los ojos mientas pensaba en que tal vez era la oportunidad de aclarar las cosas con el pelinegro.

- cierto – sonrió ligeramente – Aoi podríamos hablar, necesito que aclaremos algunas cosas quieres – esperaba que el otro no le sacara algún pretexto para no hablar.

- claro ruki, pero quieres que hablemos aquí –

- bueno no precisamente aquí en la barra, podríamos pedir una mesa, si no te molesta – le decía en un tono bastante tranquilo y serio.

- no me molesta – le decía mientras a señas llamaba a una de las meseras que se encontraban cerca.

- en que lo puedo ayudar – le preguntaba la chica al llegar a la barra.

- nos podrías dar una mesa por favor –

- si claro, síganme – decía mientras al momento ambos se levantaban y comenzaban a seguirla hasta la zona donde ahora se encontraban las mesas asignándoles una de las más apartadas del lugar donde ambos podrían platicar a gusto – por el momento solo les puedo ofrecer esta mesa debido a que tenemos lleno el lugar espero sea de su agrado.

- si es perfecta gracias – respondía el más pequeño.

- gustan algo más de tomar –

- si dos cervezas por favor – se adelantaba a decir el pelinegro en lo que ambos tomaban asiento.

- en un momento se las traigo – dijo la chica antes de marcharse y regresar de inmediato – aquí están algo más – negaron ambos con la cabeza.

Ya estando completamente solos en aquella mesa ni uno ni otro podía articular alguna palabra ambos se escudaban tras sus cervezas. Hasta que Aoi decidió romper el silencio.

-Bueno ruki de que querías que habláramos -

- etto yo – no sabía ni lo que debía preguntar.

- si dime te escucho –

- Aoi quiero que hablemos del pasado, quiero entender cómo es que llegamos hasta este punto – por fin se animaba a hablar.

- y con qué motivo quieres saber todo lo que paso, él saberlo no va a cambiar nada – decía con mirada triste.

- alguna vez has sentido que despiertas y te encuentras en un lugar completamente distinto al que cuando te dormiste, así me siento yo, no es que no me agrade el lugar donde acabo de despertar, pero me da miedo el no saber cómo llegue aquí, el que todo lo que está a mi alrededor este construido sobre un pasado incierto que aún no se ha resuelto. Por eso quiero que hablemos del pasado, que si aún quedan cuentas pendientes entre tú y yo las ajustemos ahora para que cada uno pueda continuar con su vida. – Aoi solo lo miraba atento, sabía que lo que ruki quería era cortar cualquier lazo que aun los uniera.

- esta bien, desde que parte del pasado quieres que comencemos – que más podía hacer, había quedado con ruki de volver a ser amigos y si él quería remover el pasado para poder ser feliz en el presente con su ahora novio tenía que hacerlo, por lo menos así ruki no se alejaría aún más de él.

- desde el principio, si quieres puedo empezar yo? – le decía para facilitar las cosas.

- me parece bien – le respondía mientras miraba fijamente a los ojos de ruki.

- ok, creo debo empezar desde que nos conocimos, bueno tal vez tu no lo recuerdes muy bien – decía con algo de nerviosismo y nostalgia mezclados.

- claro que me acuerdo, como olvidar ese día, saliste de no sé dónde, saludaste y en segundos habías desaparecido, recuerdo que en cuanto te marchaste le pregunte a Yune quien eras,  el me respondió que la alegría del hogar  y de la nada salió tu voz reclamándole aquello diciendo que te llamabas takanori fue algo tan gracioso que no pude aguantar la risa, y recuerdo a Yune diciéndote ya vez como es que si eres la alegría del hogar hiciste reír a este amargado. – aquel recuerdo les había dibujado una sonrisa a ambos, comenzaban a dejar la seriedad con la que habían iniciado esta conversación.

- jamás pensé que lo recordarías, fue algo muy vergonzoso –

- cada recuerdo tuyo lo llevare grabado para siempre (creo que no debí decir eso, tonto, tonto) – pensaba al darse cuenta del peso de sus palabras. – ruki ¿Cuándo te enamoraste de mí? – esta pregunta no arreglaba las cosas, pero ya entrados en el tema que más podía perder.

- etto yo ah yo, creo que desde el primer día que te vi – dijo en un tono de voz muy bajo pero no lo suficiente para que el otro no oyera –

- ¿por qué te enamoraste de mí? –

- ahh claramente no lose- decía con sonrojo en sus mejillas – solo sé que ese día que te vi por primera vez me perdí en tus ojos, jamás había visto ningunos igual de hermosos, no me animaba a hablarte pero en eso mi prima Yumi me aventó a la sala donde estaban ustedes dos y bueno el resto ya lo sabes; después supe que te marchabas de aquella ciudad para ir a estudiar a Tokio me entristecí un poco, no supe nada más de ti hasta que Yune convenció a mis padres de que me dejaran venir a estudiar aquí. Y tú ¿Cómo te enamoraste de mí? –

- Primero me enamore de tu voz, luego de tus ojos, siguieron tus labios, tu cabello, tu sonrisa, tu aroma, tu inocencia, tu alma, y después de no mucho tiempo me di cuenta de que amaba todo tu ser. Ahora si quieres saber en qué preciso momento fue la verdad no lo sé, el amor que siento por ti fue algo que simplemente se fue dando poco a poco desde el primer día que te vi frente a frente mientras tu cantabas. – Terminaba de decir cuando volteaba a ver a su acompañante, que parecía estar en otro mundo – te pasa algo – le preguntaba.

- no, no me pasa nada, solo que lo que dices pareciera ser un hermoso poema que si hubiera oído antes todo sería tan diferente. – dejaba ver en su rosto una ligera sonrisa – recuerdas los grandes amigos que éramos, extraño tanto eso, extraño las veces en las que nos escapábamos del mundo entero, para quedar solo tú y yo platicando de mil y un cosas la mayoría sin sentido alguno.

- cierto, esos días fueron lo mejor de mi vida no los cambiaría por nada – volvían a sonreírse al uno al otro – recuerdas el día que Yune casi me mata – dijo con gran emoción – porque te saque de la escuela, nos fuimos a explorar la ciudad.

- jaja si eso fue genial conocimos no sé cuántos lugares a los que jamás volvimos, recuerdo que ya camino a mi casa nos agarró la lluvia, llegamos empapados, recuerdo muy bien la mirada asesina de Yune sobre ti y como mientras te regañaba a mi ayudaba a secarme como si fuera su bebe. – ambos se soltaron a reír a carcajadas con aquel bello recuerdo.

Así entre bellos recuerdos vividos por ambos siguió esta plática, parecían dos amigos que no se han visto en años, los cuales tenían mil cosas que decirse y mil cosas que recordar, la velada se estaba haciendo muy amena hasta que el pequeño recordó el tema central de la conversación, a pesar de no querer arruinar aquella bella escena sabía que no podía seguir dejando de lado todo aquello que lo intrigaba.

-Aoi no quisiera arruinar el momento, pero desde que me dijiste que me amabas eh tenido cierta duda sobre algo – había cambiado completamente el tono de la conversación – y creo que este es el momento para preguntártelo.

- Pregunta lo que quieras – tomaba la mano del menor entre las suyas en un intento de inspirarle confianza.

- ¿Por qué si me amabas tanto jamás me lo dijiste y en cambio te hiciste novio de Uruha? – la pregunta había caído como balde de agua fría sobre el mayor.

- eh bueno, la historia es larga – trago saliva antes de continuar – Yune sabía que tú me gustabas, así que le pedí que me ayudara contigo, pero me dijo que no eras gay, y con esa idea me quede un poco decepcionado pero aun así busque por lo menos ser tu amigo, hasta que Uruha me convenció de que si eras gay pero que tu amabas a Reita, aunque ahora sé que eso no fue cierto, Uruha no tiene la culpa  nunca supo lo que sentía por ti; desde un principio me dijo lo que sentía por mí  y al ver que tal vez nunca me harías caso tontamente pensé en que sería mejor aplicar lo de un clavo saca a otro clavo, y así fue como después de varias veces que me pidió que tuviéramos algo acepte. – En su voz se denotaba una gran tristeza – Fue mi culpa ahora no estemos juntos, yo no hice nada para ganar tu amor, es más con el paso del tiempo me aleje de ti intentando tontamente olvidarte, y hasta cierto punto creí haberlo logrado, pero muy dentro de mí siempre te amé, esperaba que un día me dijeras que me amabas y entonces dejaría todo por ti. Cuando vi como lo mirabas, cuando se quedaron solos, esa pequeña esperanza se desvaneció. Yo tuve la culpa por no haber hablado antes, todos mis errores los estoy pagando ahora. – decía con ojos sollozos mientras acariciaba la mejilla del menor, contemplando lo perdido.

- no te culpes de todo, también tuve mucho de culpa, tampoco te dije que te amaba – colocaba su mano sobre la mano que Aoi tenía en su rostro – ambos fuimos un par de estúpidos que a pesar de haberse amado no nacieron para estar juntos. Cometimos errores que ya no podemos remediar, pero no todo está perdido aún podemos ser felices, aun que cada quien por su lado, yo estoy buscando mi felicidad con Yoshiki y tú debes intentar serlo con Uruha – retiraba la mano de Aoi de su rostro para terminar dejándola sobre la mesa.

- no ruki, eh estado con Uruha intentando olvidarte, pero después de tanto tiempo al fin tengo claro que no lo amo, pase lo que pase ya no puedo seguir con él, no quiero lastimarlo más, no quiero seguir sintiéndome atado. Sé que puede  encontrar a alguien que en verdad lo ame. Tal vez me quede soló, pero ahora quiero serle fiel a mis sentimientos, hoy por hoy sé que te amo solo a ti y aun que no podamos estar juntos no pretendo buscarte un reemplazo. – después de estas palabras reino un doloroso silencio mientras se miraban a los ojos. Hasta que el pequeño hablo.

- Aoi… debes olvidarme – sintió que apuñalaba a su corazón con sus propias palabras.

- lo sé, pero no es algo que vaya a pasar de un día a otro. Quisiera saber cómo me olvidaste, para olvidarte así también – un dolor aún más intenso le recorría el pecho, tal vez esperaba que el pelinegro le diría que lo amaría por siempre.

- ni si quiera yo sé cómo te olvide, simplemente sucedió.

- bueno eso no importa ya – hizo una pausa para después continuar hablando – sé que tal vez no acepte, ruki no quiero que te alejes de mí, quiero tenerte cerca aunque sea solo como amigos por favor – le suplicaba –

- yo tampoco quiero que te alejes de mí, seamos amigos igual que antes – le sonreía tiernamente, sonrisa que el otro le correspondía de la misma manera.

Acordado esto intentaron regresar a su conversación anterior, volvieron a reírse, a hablar de música, así como esta conversación avanzo otras dos rondas de cervezas pasaron también.

Ya algo mareados, pero no borrachos, no habían bebido tanto como para llegar a esos extremos, pero si comenzarían a llover algunas preguntitas indiscretas.

-Por cierto ruki ya hablando enserio ¿qué haces aquí? Yo te vi salir con tu novio, yo pensé que ahorita estarían, bueno que estarían etto haciendo eso que se supone que harían.

- sexo a eso te refieres – le contesto mientras miraba como el otro se sonrojaba.

- etto si eso, pensé que esta noche la pasarías con él – decía mientras agachaba su rostro.

- se supone que así sería, pero… - no sabía si debía contarle o no lo que había pasado – te puedo contar algo y no se lo dices a nadie.

- te lo prometo – le dijo con la mano en alto en señal de su promesa –

- es que cuando estábamos a punto de – no pensaba contarle lo que había hecho con Yoshiki, pensó Aoi eso si no lo iba a aguantar, quería salir corriendo pero no podía, se quedó mudo esperando a ver que le contaba ruki, solo pedía que no entrara en detalles – pero no pude, no hicimos nada porque yo simplemente no pude.

- no pudiste, no tuvieron nada de nada de naditititita – le preguntaba algo incrédulo Aoi.

- nada, soy un tonto – nada no tuvieron nada, pensaba Aoi mientras una enorme felicidad lo embargaba. – tal vez aun no estoy listo para esas cosas.

- si debe ser eso, date tu tiempo no te fuerces, no hagas nunca algo con lo que no te sientas bien, si él te quiere sabrá esperarte, - le decía intentando de convencerlo en qué aquel momento tardara mucho en llegar.

- si eso haré, gracias por oírme – le sonreía levemente – creo que ya es hora de que me vaya a casa – decía mientras intentaba levantarse, pero en lugar de eso termino cayéndose al suelo, a lo cual reacciono rápidamente Aoi yendo hasta donde había caído para ayudar a levantarlo.

- estas bien, no me digas que ya estas borracho si casi ni tomamos –

- es que no comí nada hoy por la emoción, por eso se me subió, pero ahora que llegue a mi casa como algo y ya se me va a pasar – decía mientras se levantaba.

- ya se, te invito a comer, y después te llevo a tu casa y no acepto un no por respuesta, vamos levántate –

- pero no es necesario, ya comeré algo en casa –

- ya te dije que te voy a invitar a comer – le decía mientras llamaba a la mesera.

- y a donde ya es muy tarde –

- ya encontraremos un lugar donde comer – le sonreía.

- en que les puedo ayudar –

- la cuenta – respondía el pelinegro ya con el dinero en mano, le dieron la cuenta inmediatamente pago y sin más saco a ruki de aquel lugar, subieron a su auto, y comenzaron su búsqueda de algún lugar para comer.

Encontraron un lugar modesto en donde comer, después de comer, se dirigieron a la casa de ruki, ya se encontraba un poco menos mareado después de haber comido.

Llegaron rápido a la casa del pequeño castaño, el lugar donde comieron no está realmente lejos, podría decirse que les quedaba de paso a la casa del menor.

Aoi ayudaba a ruki a subir las escaleras, a pesar de ya sentirse mejor su equilibrio aun dejaba mucho que desear, para él no era ningún sacrificio ayudarlo a subir le encantaba tenerlo tan cerca, oler el dulce aroma de sus cabellos de su piel, daba gracias por la oportunidad de poder tenerlo así tan juntito a su cuerpo.

Llegaron a la puerta del departamento de ruki, Aoi lo sostenía por detrás mientras el otro buscaba sus llaves en su bolsillo, en un movimiento realmente extraño para sacar sus llaves ruki casi cae de nuevo pero antes de que esto ocurriera Aoi, lo había sostenido por la cintura quedando sus rostros a escasos centímetros el uno del otro. Sus respiraciones se aceleraron, pero antes de que sucediera algo más – las encontré – dijo ruki mientras le mostraba las llaves a Aoi.

-Si las encontraste – le respondía el otro mientras lo ayudaba a levantarse y tomaba las llaves – yo abro.

Entraron y mientras Aoi encendía la luz ruki se tiraba en el sillón más cercano  piensas dormirte ahí – preguntaba el pelinegro.

-La cama esta algo lejos realmente tengo mucha flojera de ir hasta allá. – le contestaba el castañito.

- ahí te vas a lastimar la espalda – camino hacia donde el otro se encontraba – ven yo te llevo a tu cama, si ya prácticamente te cargue para subir hasta aquí, llevarte a tu cama no será nada – lo abrazaba por la cintura para poder cargarlo.

El otro solo se dejó cargar sin decir más, no estaba ebrio pero si algo mareado y  bastante cansado había sido un día larguísimo y por demás agotador solo pensaba en dormir.

-Estas calientito – le decía ruki al sentir lo cálido de su cuerpo.

- tú también lo estás – le respondía un sonrojado pelinegro.

 Llegaron al cuarto de ruki, entraron pero a la hora que Aoi iba a dejar sobre la cama a ruki para que se durmiera, ruki sin querer lo jalo asía él, lo que causo que ambos quedaran sobre la cama, Aoi sobre ruki, con sus labios a muy corta distancia, cualquiera diría que el que no aguantaría las ganas de besar a ruki sería Aoi, pero fue al revés.

-Estas tan hermoso como cuando te vi por primera vez – le dijo antes de besarlo, no entendía porque lo hacía, solo sabía que en verdad quería hacerlo, desde que Aoi lo ayudaba a subir las escaleras sentía una inmensas ganas de abrazarlo y no dejarlo ir nunca.

Aoi estaba más que sorprendido, pero eso no evitaba que correspondiera aquel beso que lo embargaba de tanto placer y felicidad, aparte aquellas palabras que salieron de la boca de ruki lo hicieron sentirse tan bien.

Deshicieron aquel beso, no dejaban de mirarse, ni uno comprendía que pasaba, acababan de hablar sobre que lo suyo no tenía futuro, y ahora estaba ahí esperando que algo más pasara.

-Ruki yo… - no pudo continuar los labios del otro sobre los suyos no lo dejaron.

Los besos siguieron por un rato más, mientras las caricias comenzaban a formar parte de esta hermosa escena, ambos estaban conscientes de lo que hacían, no podían echarle la culpa a cualquier factor externo.

Sin darse cuenta, ya ambos esculcaban debajo de la ropa del otro, y en un  rato más la ropa comenzaba a ser un gran estorbo.

¿Por qué estaban actuando así? No lo sabían por lo menos no ruki, no tenía tiempo para pensar, se sentía tan bien en esta situación que solo quería seguir adelante con lo que hacían sin importar nada más.

Poco a poco se fueron quedando sin ropa, Aoi le inspiraba un no sé qué, que lo hacía inmensamente feliz, aquel calor que falto esa noche que Aoi le pidió dormir con él estaba presente ahora y más intenso de lo que esperaba.

Ya desnudos ambos el uno frente al otro se miraban de arriba abajo, intentando memorizar por completo el cuerpo del otro. Volvían a besarse, eran besos apasionado, aunque ruki no lo supiera estaban llenos de amor no solo por parte de Aoi, sino también de la suya, pero entonces porque lo había rechazado aquella noche, la respuesta era fácil alguien por quien has sufrido mucho llega a decirte que sufriste en vano y que ya está ahí para acabar con tu sufrimiento después de tanto tiempo pareciera ser una broma de muy mal gusto, tal vez fue por simple coraje que aquella vez lo rechazo, tal vez por eso no sintió el calor que ahora sentía, porque no era simple deseo o placer, ahí había una gran demostración de amor.

Aoi ni si quiera noto cuando había comenzado a preparar a ruki, solo veía como ruki respondía de la manera adecuada.

-Aoi ahh mm Aoi – amaba tanto que ruki dijera su nombre entre gemidos.

Después de prepararlo sucedió lo que tenía que suceder, Aoi penetraba a ruki lenta y pausadamente, mientras lo besaba en el cuello.

-Si te duele demasiado dime y nos detenemos – le preguntaba al pequeño quien tenía su cabeza sobre su hombro.

- no, tu continua – le respondía el otro.

Ya completamente dentro del castañito comenzó a moverse lento pero al poco tiempo sus embestidas se hicieron fuerte y rápidas, los pequeños sollozos de ruki se volvían hermosos gemidos a los oídos de Aoi.

Era un hecho ellos no tenían sexo, ellos hacían el amor, porque a pesar de negar sus sentimientos ellos siempre estarán presentes.

Entre sudor y gemidos se demostraban lo mucho que se amaban, no hacían falta palabras. El amor se expresa no se dice, como dicen las palabras se las lleva el viento.

Ruki se aferraba fuertemente al cuerpo del otro no quería que se separaran nunca más.

-Ruki, yo mmm ahh yo te amo  - le decía Aoi segundos antes de venirse en su interior y caer rendido sobre el cuerpo del pequeño.

- yo… - tomaba aire para poder continuar – también te amo… 


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