12 AÑOS DESPUES
Darcia intentaba escapar de Harmona. La rubia quería a fuerzas invitarlo al baile que su hermana hacia, para quien sabe que causa. Algún cumpleaños olvidado o lo que fuera. Harmona aprovecha cualquier espacio para tratar de sacarle lo que todo el mundo ya sabia: ¡el que le pidiera matrimonio!
Maldijo a su padre por décima vez en lo que iba de la media hora. Harmona era preciosa. Incluso su mística mirada. Pero, no era que se muriera de ansias por estar con ella. Aun quería tener algo de espacio.
Harmona de un tiempo para acá no era la misma hermosa mujer que lo encandilaba con su proceder sobrio y recatado. Con la belleza de las hadas que danzaban en los jardines. Harmona se convirtió rápidamente en un problema que deseaba enlazarse en matrimonio lo más rápido posible.
Cosa muy mala, en realidad.
Ojala pudiera evitar morirse de aburrimiento ahora.
Kiba se observo en el espejo. Mirando los cambios que tenia. Pegados a los costados, varias fotografías desfilaban, tanto en su forma lobuna como humana. Su papá tenia razón. Si existían cambios sorprendentes.
-¿qué haces, hijo? - pregunto Sebastián. Tratando de ver donde dejar la ropa nueva que le regalaron sus hermanos a Kiba. Esos resultaron ser unos tíos muy consentidores, en especial Yoite.
-trato de convencerme
-¿de que?
-papá, me dicen que soy apuesto - Sebastián asintió - bonito - Sebastián volvió a asentir con un nudo en la tripa. Detestaba a los nobles que cortejaban a su hijo. Kiba solo era un bebé de diez y ocho años. Todavía no podía darles una familia a esos idiotas. - pero no lo creo
-mientras que ninguno de esos te interese - le soluciono - no debe de incomodarte lo que digan. Preocúpate o anímate cuando encuentres a un buen prospecto que te diga si luces elegante o que haga notar las ojeras. - le dijo, notando que Kiba no había podido dormir bien - ¿es por lo de la fiesta? Si quieres no vayas. Te disculpare
-soy el heredero Johannes. No puedes estar dispensándome cada que me erizo
-la ultima vez, te la pasaste gruñéndole a Hubb - Kiba recordó al policía rubio. Un caballero que tenia alergia a los perros y que se la paso estornudando durante todo el baile por su culpa. Claro, que Hubb solo dijo que alguien debía de tener a una mascota y que los pelos debían de haberlos traído en la ropa. Ni siquiera sospecho del él.
-decía cosas desagradables sobre sus alergias. Aunque no es mal hombre -dijo Kiba.
-un romántico empedernido - dijo - ¿entonces?
-terminare de alistarme. No tardare mucho.
-sigo preguntándome si tendremos a un varón en la familia
-tío Titán y tú lo son - apunto Kiba - de seguro darán mucho machos a la familia
-hay que ser realistas Kiba - Sebastián se tiro a la cama. Cuando descubrió que Kiba era un macho Beta, sencillamente se fue para atrás. Su único hijo resultaba Doncel. Y no le hacia gracia la idea de verlo con otro. No era tonto, así como existían buenos nobles, en la mayoría de los casos, los hombres resultaban ser un asco con sus esposos y unos cerdos atentos con las amantes. Sebastián tenia la firme idea de que todo hubiera sido mas fácil, si Kiba fuera un macho - aunque Crixus y Cassiel, lo aceptaron de mejor gana.
-¿perdón?
-nada. Te decía que el gen gestante es demasiado fuerte. - Kiba asintió - Titán no siento que se casé. Light, bueno estoy apostando a que su primogénito es niña. Mío esta claro que dará un Doncel. Ni siquiera meteré a Yoite. Ya has escuchado ha Mia, no quiere saber nada de hijos. Y yo te tengo a ti.
-tengo un premio de consolación papá - le dijo besándole la mejilla - los lobos parimos varios cachorros. Y siempre hay machos.
-vaya consuelo.
Sebastián tuvo que dormir un rato. El estrés lo mataba. Odiaba tener que ir a las fiestas. Las reuniones de los nobles eran tediosas y siempre debía de tener cuidado con Kiba. No fuera que uno de esos soldados estuvieran dentro del sector. Incluso cuando paseaban por las avenidas de la ciudad, escondía a Kiba de cualquiera que tuviera una insignia de pertenecer al sistema de orden de Jagara.
No se arriesgaría.
Hacia años, cuando Kiba apenas cumpliría los nueve años; y tuvo que presentarlo formalmente como el Conde Johannes, sintió que lo perdería.
..................Kiba se separo de su papá, pues un olor inquietante le reclamaba. Cumpliría los nueve años en unos meses más. Se encontraban en la fiesta, gracias a la insistencia de Crixus Johannes Millefiore, que insistió en que se celebrara al nuevo dirigente. Pues la gala era llevada de la mano de Jagara, que deseaba ver a sus nobles bien atendidos.
por supuesto que Bastian tuvo que aceptar la consideración y Sebastián, tragándose un y mil excusas, termino por llevar a Kiba.
Pero ese olor.......lo sentía casi como cuando era cachorro.
Kiba husmeo en los vacíos pasillos. Guiándose por su nariz. Sus sentidos le decían que era peligroso quedarse, que debía correr y refugiarse al lado de Sebastián y que en su defecto, se fuera con Crixus.
Abrió una puerta y perdió el control.
En el suelo, desangrándose....un lobo gimoteaba presa de los dolores. Los humanos le sostenían y un bozal aseguraba las mandíbulas, que sin fuerzas intentaban hacer algo por liberarse. Los soldados le herían, una y otra vez, carcajeándose en lo mientras.
El orgullo de Kiba bullo desde un resquicio en el corazón. No conocía a ningún lobo más. Y francamente fue criado por los humanos, les tenia un aprecio enorme a su familia, incluso a Fia.....pero era un amor antiguo el que le obligo a transformarse. El que le obligo a atacar a esos, el morderlos en el cuello; fue instinto el que le hizo gruñir y destajar la carne, el que le gritaba por proteger a ese muerto lobo que ya ni gemía.
El peso y la edad, fueron una desventaja para Kiba. Los soldados eran tres. Tres hombres adultos, armados y furiosos por su muerto compañero.
El desconcierto de los humanos por ver a un lobezno dentro de palacio, aun más en la habitación, fue demasiado...pero la sorpresa fue sencilla de sobreponer. Tenían a un lobezno blanco mostrándole los colmillos y no se permitirían la derrota.
En el salón de baile, los Johannes...o la mitad de ellos, trataban de responder las obscenas preguntas que soltaban los demás, tratando de descubrir y enlodarlos. Claro que siempre eran de esa forma.
Sebastián se mantenía ajeno a lo que su hijo estaba pasando.
-siento su perdida Johannes - dijo una dama. Sebastián contuvo su bufido. ¿cuánto pésames le habían dado? Muchos y ninguno sincero - cherry dice que se llamaba ¿verdad? - Sebastián asintió - ¿a que familia pertenecía? Estoy segura que debo de conocerla, aunque sea de vista.
-Cherry no pertenecía al continente. La conocí en el viaje que realice en... - cierto, no conocía ningún lugar del nuevo continente. - Crixus - llamo a su primo que bailaba con un Doncel hermoso - Crixus, te interrumpo un momento.
-vamos haber que desea mi primito - Sebastián rechinido los dientes. Odiaba ser el menor de la familia - ¿si?
-¿de donde era Cherry? Se me olvida en que parte del nuevo continente la conocí. Si no mal recuerdo era algo que sonaba a Juneao
-aja - casi le da el avionazo. - Sebastián, te mandamos a Québec - y Crixus arqueo una ceja. Él a penas y conocía al mocosito que se iba a llevar la fortuna. Y sinceramente, no creía que existiera una mujer lo suficientemente loca como para fijarse en un mocoso como Sebastián. - Cherry según me dijo Tío Bastian, era de Belait.
-ella también estaba de vacaciones - improviso - olvídalo.
-¿y cuantos años tenia ella, Johannes? - volvió a atacar la casi olvidada mujer
-diecinueve
-y nuestro querido presente, solo catorce. - dijo Crixus - maravilloso ¿no?
-debe de ser magnifico para convencer a una dama - sonrió la mujer imaginándose que buen amante era Sebastián. Poder satisfacer a una mujer con tan poca edad, era una cosa para admirar - me gustaría
-Crixus - llamó molesto Sebastián. La mujer le importaba un comino - ¿dónde esta Kiba?
-debe de andar por allí. Es un niño, primo. De seguro que esta explorando el castillo.
-Kiba no lo aria. Sabe que no puede
-esa sobreprotección va a matar y a malcriar a tu “hijo” - Crixus ladeo una maldosa sonrisa. Sebastián capto la ironía en la ultima palabra y no diciendo nada, se alejó de la multitud para ir aun solitario balcón - no me vas a dejar así Sebastián.
Dándose cuenta de que nadie más escucharía la conversación, Sebastián golpeo directo al rostro de su primo. Sabia que en una pelea llevaba las de perder. Crixus era una masa de músculo forjado por el deporte, la lucha y un curso intensivo en la milicia. Crixus ni sintió el golpe.
-pegas como un Doncel
-¡cállate!
-’¿ y así planeas convencerme de que ese es tu hijo? - Crixus tomo a Sebastián de la barbilla y lo apretó con fuerza. Le encantaba humillar a Sebastián. - a ti apenas te interesa algo. A esa edad estabas metido en las faldas de Fia, no pudiste preñar a nadie. Pero también, tiene que ser vedad que es tu hijo, es imposible que los Tíos permitan a un bastardo tomar la herencia y el buen nombre
-todos están tan obsesionados con eso - gimió con dolor. - suéltame Crixus.
-dime la verdad
-Kiba es mi hijo
-ni lo cuidarías
-es mi hijo. Haré cualquier cosa por Kiba
-mentiroso
Sebastián se quedo de una pieza al escuchar el aullido de un lobo. Los invitados miraron a los alrededores. Y Jagara, prometió que tendría un festín para cerrar la fiesta, que tuvieran paciencia.
Sebastián se soltó con fuerza de su primo, y sin llamar la atención se fue a buscar a Kiba.
Crixus lo siguió.
Kiba volvió a su forma humana. necesitaba sus brazos para tratar de soltarse del humano que lo sostenía del cuello. Se maldecía por aullar pidiendo ayuda, como si alguien pudiera escucharlo. Como si hubiera algún otro lobo en los alrededores.
Quiso llorar, el único lobo que vio en su vida, ya estaba muerto. Y pronto él lo estaría también..
De repente la presión cedió. Termino por caer al suelo. Vio como su papá sostenía una de las lanzas con las que desangraron a su compañero y asesinaba al soldado.
-Kiba - dijo - Kiba, mi Kiba. ¿Estas bien? - Sebastián lo tomo con fuerza. Abrazándolo. Tratando de controlarse. No debía de ser tan emotivo.
-papá, el..ellos - Kiba cayo en cuenta que los otros dos soldados estaban tirados. Con los cuellos rotos gracias a Crixus. - yo
-tranquilo Kiba. Hijo, ya paso.
Crixus aguanto un sobresalto cuando vio a Kiba convertirse en lobo entre los brazos de su primo. Perdió el color cuando este lamió la mejilla de Sebastián y gimoteo asustado.
¿por eso la familia principal tenia tanto misterio con Kiba?
-los cuerpos - balbuceo Crixus
-yo me encargare de ellos - dijo un recién llegado. Kiba lo miro con detenimiento. Descubriendo que era un Lobo, un lobo Gris. - váyanse. Los cubriré.
-¡¿tú?!
-quédate callado - dijo Tsume - me contrato Titán. Mi jefe quiere que su sobrino este bien.
-mi hermano - dijo aliviado Sebastián - tenemos que regresar
-pero tú eres - volvió a la carga Kiba, demasiado emocionado por encontrar a otro
-te escuche. Aúllas hermoso aun desesperado - le dijo. Kiba se sonrojo. Sebastián no tenia tiempo para que le estuvieran coqueteando a su hijo - eres un Beta hermoso.
-¿beta? - repitió tontamente Sebastián
-es el equivalente de los Donceles para los lobos. - le respondió sin interés Tsume. Kiba asintió. Claro que el sabia lo que era.
-¿doncel? - repitió en esta ocasión Crixus - Sebastián tiene a un hijo Doncel - repitió - Kiba es un lobo Beta - Kiba ahora entendía de donde Sebastián había sacado esa costumbre
-la mala suerte me persigue - fue todo lo que Sebastián dijo.