Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi vida y la tuya en un lazo por Kokuma

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Último capítulo de la historia basada en mi serie favorita, Yami no Matsuei. Disfruten :)

III. MI VIDA Y LA TUYA EN UN LAZO

¿Cuánto tiempo ha pasado? Posiblemente uno o dos años. Uno o dos años desde el incidente con aquel hombre que sólo buscaba venganza. Aún ahora siento un ligero temor de que él regrese por más, temor de que quiera separarme de la persona que amo. ¿Por qué? Sólo por el hecho de estar juntos el destino nos ha hecho sufrir, tanto que necesitamos separarnos de los demás por unos meses; esos meses ahora están pasando.

En estos momentos, los dos nos encontramos sentados, enrollados en una cobija los dos juntos, al calor del fuego. No puede haber nada más en estos momentos que pueda desear, sólo quiero tenerlo cerca. Tener cerca a este pequeño muchacho que me vuelve loco de amor, cada día más, me hace desear sentir su tibia piel junto a la mía, saboreando un dulce momento. Es simplemente irresistible, con esos ojos verdes y esa suave piel clara, casi tentando a un ángel.

- Tsuzuki –su voz me saca de mis pensamientos-, ¿estás bien?

Le dirijo una tierna mirada, indicándole que no pasa nada. Pero sigo sintiendo ese deseo, y me vuelvo incapaz de pisotearlo. Sé que posiblemente él ya lo sabe, y ahora mismo es seguro que se sienta apenado ante tales pensamientos que me inundan.

- No tienes que preocuparte por eso –comienza a decirme con un toque de dulzura-. Es difícil admitirlo, pero… -se queda callado, como intentando tomar valor- yo pienso lo mismo –finaliza con un tono interrumpido.

Muestro un rostro impresionado, no puedo dar crédito a lo que acabo de escuchar. Sin más, lo empujo ligeramente por los hombros hasta que queda sobre la alfombra, aún envuelto en la cobija. Lo beso de manera apasionada mientras comienzo a desabrochar su camisa con lentitud, sintiendo su suave piel ardiendo al tacto con mis dedos. Me separa ligeramente y me dirige una mirada intensa, como pidiendo que pare.

- No, Tsuzuki –murmura-, tengo miedo.

- Hisoka –digo a su oído-, yo no soy capaz de hacerte daño, yo no soy “él” –afirmo con seriedad-. No haré algo que tú no quieras, esperaré hasta que decidas que es tiempo.

Muestra un rostro pensativo, haciendo que me pregunte qué piensa. Es verdad, él puede leer mi mente, sentir lo que siento, pero yo no; es algo que ciertamente no me agrada, pero me he acostumbrado a vivir con ello.

- Has que olvide todo –murmura apenado-, Tsuzuki.

Sonrío ampliamente ante la ¿dulce? idea que tiene. Continúo con la labor de quitarle la camisa lentamente, haciendo que el deseo se vaya incrementando. Beso su pecho, bajando lentamente hasta llegar a su ombligo, para ahí trazar formas diáfanas con la lengua.

Regreso a sus labios, buscando de nuevo un beso. Siento como empieza a desabrochar mi camisa con impaciencia, buscando un mayor contacto, lo que me hace apartarme de él para facilitarle la tarea.

Cuando las camisas yacen lejos de nosotros, vuelvo a besar su torso desnudo, bajando otra vez, pero ahora hasta llegar al borde de su pantalón, desabrochándolo con torpeza al sentir su palpitante erección bajo la prenda. Deslizo el pantalón con suavidad por sus piernas, sacándolo de juego para dejarlo en ropas menores. Me vuelvo hacia su rostro, observando sus ojos apretados con fuerza y sus pómulos intensamente colorados, haciéndolo ver más hermoso que cualquier otra persona.

- ¿Quieres que continúe? –pregunto con sensualidad a su oído.

Abre con rapidez los ojos y me mira mientras asiente con la cabeza. Le sonrío de nuevo, poniendo mis manos sobre su cadera para luego deslizarlas y adentrarlas en su ropa interior, comenzando a dar sutiles caricias a su miembro.

- Tsuzuki –gime mientras se incorpora recargándose en los codos para observarme-, por favor –me pide con ojos de inocencia.

- No te apresures…

Me detengo por un momento para quitarme el resto de la ropa, para quedar desnudo frente a él. Vuelvo a besar sus suaves labios mientras me deshago de su ropa interior, dejándolo como yo, desnudo. Bajo por su cuello, repartiendo tiernos besos y caricias por su pecho hasta llegar a su bajo vientre, en donde me detengo para voltear a verlo, pidiendo permiso.

- Hazlo, Tsuzuki –susurra tras sonreír y acariciar mi cabeza tiernamente.

Entonces comienzo a saborear aquella parte de su cuerpo, intercalando caricias con los dedos a lo largo de su miembro. Siento como su cuerpo se tensa, como mueve sensualmente las caderas para aumentar el ritmo apasionado que comencé a imponer; pero aún no deseo que termine.Paro lo que estoy haciendo para subir y besar de nuevo sus labios, para sentir esa tímida lengua enredándose con la mía.

- ¿Qué pasa, Tsuzuki? –me pregunta mientras su mirada se torna un poco confundida.

Le sonrío, lo vuelvo a besar y después lo levanto del piso sin dejar de besarlo. No sé con exactitud lo que pasa, ahora simplemente ya no noto el calor del fuego, estamos en otra habitación según mi parecer. Lo recuesto en lo que encuentro.

- Hisoka –su nombre susurro mientras regreso a besar su intimidad, delineando con los dedos, de pies a cabeza, su esbelta figura.

Por un momento, me detengo y acerco dos dedos a sus labios, esperando una respuesta. Con lentitud, lame mis dedos, haciendo que fuera la reacción que esperaba. Bajo esos dedos hasta llegar a su entrada, los introduzco suavemente y comienzo a dar un ligero masaje para dilatarlo, a lo que responde tensando su cuerpo un poco mientras gime sin control alguno. Sus gemidos son suaves, bellos, como una dulce melodía para mis oídos, me hacen conseguir la fuerza que necesito para no rendirme ante tantos sentimientos que me invaden en estos momentos.

Cuando siento que ya está listo, me posiciono entres sus piernas y coloco mi miembro en su entrada antes de voltear a mirarlo para esperar que me indique que está listo. Asiente con la cabeza y después da un largo suspiro.Comienzo a entrar con lentitud, intentando hacerlo lo menos doloroso posible para no lastimarlo; si lo hiriera no me lo perdonaría.

- Tsuzuki –gime con fuerza y aprieta los párpados cuando estoy totalmente dentro.

Hago una pausa, para que se acostumbre a la invasión. Abre los ojos despacio y esboza una ligera sonrisa, indicándome que puedo continuar.Comienzo un vaivén lento primero, entrando y saliendo con dulzura, luego acelero un poco el ritmo, haciendo que de nuevo Hisoka suelte dulces gemidos incontrolables y mueva la cadera arriba y abajo intentando que entre un poco más, pero siento que ya estoy tocando fondo. Pronto, él enreda sus piernas alrededor de mi cintura y se incorpora sosteniéndome por el cuello para depositar un apasionado beso en mis labios. Después esconde su rostro en mi pecho, intentando ahogar sus gemidos mientras entro y salgo de él.

- Tsuzuki –comienza a decir-, ya no aguanto…

- Los dos juntos, Hisoka –le indico.

Con roncos gemidos, termino dentro de Hisoka mientras él termina esparciendo su semilla en nuestros vientres. Sin más, salgo de él lentamente y nos recostamos juntos, con una respiración rápida y entrecortada. Nos abrazamos y, sin darnos cuenta, nos quedamos dormidos.  

 

__________________________________________________

 

La suave luz de la mañana entró por la ventana, iluminándonos sobre el mullido colchón de la cama. Anoche ni siquiera noté cuando llegamos hasta la habitación, estaba demasiado hundido en las sensaciones como para pensar en algo más.

Me encanta abrazarlo, y ahora me gustará más hacerlo mientras él duerme plácidamente a mi lado, como un ángel. Es algo maravilloso verlo así, en el rostro se le refleja una tranquilidad que normalmente no tiene, por lo que pienso que, no es por presumir, es gracias a mí.

- Tsuzuki –susurra antes de abrir con lentitud los ojos-, ¿ya amaneció?

Le dirijo una sonrisa y deposito un suave beso en su frente. Me devuelve la sonrisa y hunde su rostro en mi pecho, suspirando por alguna razón que aún desconozco.

- Te amo –me dice con dulzura-, y no te dejaré nunca.

- Yo también te amo –susurró contra su cabeza-, e igualmente no voy a separarme de tu lado, Hisoka.

- ¿Lo prometes? –dice mientras hace el rostro con la mirada iluminada.

- Por supuesto –contesto, abriendo paso a un beso apasionado para sellar la promesa. 

 

FIN



Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).