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IMAGINAERUM por Lunita Shinigami

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Notas del capitulo:

Es un One shotque salio muy largo XD! asi que saldran uno o dos capitulos mas !!

IMAGINAERUM

BY LUNA SHINIGAMI

 

 

::::::::::  HARRY POTTER  :::::::::::

 

Nota: los personajes de Harry Potter no pertenecen, este fic es sin ánimo de lucro.

 

 

 

Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.

 

 

Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos. Y tratare de mejorar.  Recuerda es marca Luna Shinigami, habrá violencia, Gore y demás, favor no entres si no os gusta la temática.

 

Atentamente Luna Shinigami

 

[Acto Primero]

 

 

+++++++++++++++++++++++++++

 

“I am the voice of Never, Never Land

The innocence, the dreams of every man

I am the empty crib of Peter Pan,

A soaring kite against the blue, blue sky,

Every chimney, every moonlit sight

I am the story that will read you real,

Every memory that you hold dear” (1)

 

 

Como cambian las historias y  los cuentos, que a través de los ojos del pasado se convierten en marañas adecuadas para los oídos de los infantes inocentes, cuentos dulces para dormir, cuando en verdad, en alguna parte, entre la verdad y la historia, fueron plagados de demonios y abrazados por la oscuridad de los bosques perpetuos, destrozados por alimañas, alimentados por el miedo.

 

Los cuentos, que no son cuentos, aquellas obras de verdad, comenzaron cuando la bruja en verdad se comió a Hansel y  esclavizo a Gretell, el Lobo pudo devorar a Caperucita, más con sus garras despiadadas no comió la carne rancia de la abuelita sino que la destajo detrás de la casa de campo.

 

Blanca nieves no fue una dulce muchacha, en realidad, se revela una figura oscura con un hermoso lazo rojo que devoro la manzana, pero en un acto de venganza, mando a sus enanos a traer en siete partes a la reina que se apropio de su herencia.

 

Las palomas de cenicienta, no eran pacificas aves esperando traer el vestido del árbol, no, eran águilas dotadas con garras afiladas encargadas de sacar los ojos como si se trataran de cuervos, de aquellas malvadas  familiares.

 

Peter Pan, no era un niño normal, no, no señores, era un ser mágico condenado a ser niño, un tierno infante y, él, como castigo a sus semejantes robaba y asesinaba niños, sacándolos por la ventana, junto a su fiel hada oscura campanita.

 

Por eso, este cuento que no es un cuento, comienza de forma deformada... de forma abstracta y cruel, aunque sepamos que con el pasar de los años, la historia cambiara y se convertirá adecuadamente en una historia de cuentos de hadas, apta para el descanso de los infantes.

 

Ante ustedes, se presenta Luna Shinigami, haciendo una venia, os invito… bajo las suaves telas rojas y negras a entrar,  a esta historia que no es un cuento, a la historia del “Circo Imaginaerum”, sean bienvenidos a entrar, aunque…..

 

I

 

Las calles se llenaron de algarabía, ruidos, música incesante, globos.

 

Delante de los magos y en sus calles ancestrales, venia por primera vez en su historia, un circo, los pequeños magos salían a las calles emocionados, tomados de las manos de sus padres, viendo el sin fin de personas de dicho circo.

 

Payasos con sus extravagantes ropas de colores, dignas del guardarropa de un gryffindor, se paseaban cayéndose entre ellos, moviéndose con aquellos largos zapatos, rojos y azules, Payasos grandes y pequeños, maquillados a la antigua usanza muggle, la cara pálida de patinas, con sonrisas grandes y una gran nariz roja, también cabellos de todos los colores y largos.

 

Algunos de ellos causaban miedo en algunos niños mágicos, era la primera vez que veían a tan estrambóticos personajes.

 

Detrás de estos, inmensos hombres y mujeres haciendo piruetas, pero extrañamente no tenían pies, realmente,  no eran más que saltimbanquis,  levantados sobre una estructura de madera, a cinco metros a la elevación del suelo.

 

Corriendo y sonriendo de manera contrita, estaban los arlequines, diferentes a los payasos, su rostro era blanco y negro o negro y rojo, los cascabeles de sus ropas a rombos retomaban un pulso mágico, giraban sobre su propio eje y lanzaban pequeños confites de colores plateado y dorado, al público que les miraba embelesados.

 

Algunos carromatos, venían después, cubiertos en una lona larga blanca, con dibujos que claramente señalaba las deliciosas y extrañas criaturas, de la cual aquel circo hacía gala, más sin mostrarlos.

 

Tritones

Sirenas

Veelas

Quimeras

Dragones

Minotauros

Kraken

Grifos

Poltergeist

 

Entre otras criaturas, hacían parte del staff principal del circo, a su lado en caballos alados negros, venían los domadores, con chaqueta roja, pantalón blanco y botas negras hasta el muslo,  brillante y lustrado se veía el látigo en su cintura, listo para usarlo en aquellas desobedientes criaturas.

 

Sobre todo, sobre salía uno de los domadores,   ya que sus cabellos eran tan rojos como las llamas del mismo averno muggle y su látigo era rojo, aunque su rostro estuviera cubierto por un antifaz.

 

La música se elevaba con la pequeña orquesta formada, entre un circo gitano, muggle y Mágico.

 

Los trapecistas  subidos en grandes e inmensos elefantes, saludaban a la audiencia mágica, con sus trajes de licra pegados al cuerpo, como una segunda piel, que escandalizaron a más de una venerable bruja y uno que otro mago.

 

Se veían también los escualizables contorsionistas, saliendo de una pequeña maleta  doblando su cuerpo en formas nada aptas para la morfología humana, como víctimas de varios Crucios a su cuerpo, deformándolo de paso.

 

La fila de personajes circenses no ceso, los jóvenes que se dedicaban a la tela acrobática, los escapistas, los magos, no precisamente con hechizos sino con trucos y habilidad, los funambulistas, el hombre bala, los malabaristas, los ventrílocuos, los traga fuegos  y los tragasables.

 

De ultimas y no menos importante en dos hermosos Thestral imponentes, que solo podían ver aquellos que han contemplado la muerte y son concientes de esta, estaban el lanzador de cuchillos y el dueño de aquel peculiar circo.

 

El lanzador de cuchillos, era un joven de escasos 23 años, de cuerpo delgado y esbelto,  no muy alto, no sobrepasaba el metro setenta, los cabellos negros lisos apenas decorados de manera peculiar con unas estrambóticas plumas de cuervo en estos, su vestimenta era de cuero negro, pegada a su cuerpo como una segunda piel, un hilera de dagas y cuchillos en su cinto y muslo, con un largo gabán que cubría los cuartos traseros del animal en el que estaba montado.

 

Llevaba un antifaz, negro, adornado con plumas de su animal favorito y solo dejaba que se vieran esos ojos azules coquetos e hipnotizadores.

 

A su lado, se encontraba el dueño, el patrón, señor, amo y propietario de todos y cada uno de los personajes que estaban en su circo, las manos que al parecer eran largas y delgadas, estaban cubiertas por unos largos guantes de piel de dragón, su ropa era oscura, pero elegante, chaleco, gabán, pantalón y camisa negros, mas la corbata era verde esmeralda.

 

Su edad podría ser indescifrable pero una sonrisa socarrona se apuro de los labios de aquel señor, una sonrisa de insolencia, aristocracia y malignidad bien aprendidas.

 

Los cabellos rubios platinados llegaban  hasta su cintura, lisos y perfectamente agarrados en una coleta con una cinta verde,  y aunque llevaba un antifaz más reservado que el de su acompañante, sus ojos platas relucían en ese hermoso rostro cubierto, como dos gemas metálicas y frías.

 

-he regresado.- dijo mirando al balcón del ministro de magia agarrando las riendas de su Thestral- He regresado-

 

“Hoy damos la bienvenida a el Circo Imaginaerum”

 

II

 

Un periódico aterrizo con fuerza entre las llama de la chimenea, en ella se veía una foto del circo que hoy había abierto sus telones, ante la comunidad mágica, luego de ser un éxito en el mundo muggle.

 

-Si vas a incendiar los periódicos Harry, por favor ten cuidado de las llamas que ahora provocan- le advirtió al hombre, una mujer hermosa pero madura, con mirada crítica, vestida de un elegante conjunto verde esmeralda y los cabellos atados en una lazo mágico.

 

-ha regresado- dijo levantándose de su silla, enojado, el susodicho hombre- ha regresado, Hermione,  ¿y con que regresa? ¡Con un maldito circo! – Se sentó de nuevo  enojado, haciendo chispear la magia que brotaba de sus dedos por el simple enojo – ¡es un maldito mortifago que  regresa con un maldito circo Muggle! ¿A qué demonios juega Malfoy?-

 

Hermione vio a su amigo, al hombre que había crecido frente a sus ojos, que se había desarrollado como persona, como amigo, confidente, esposo y padre, podía ver los rastros de la edad en las pocas canas que estaban en su cabello negro o las arrugas casi invisibles del contorno de sus ojos.

 

Lo único que realmente revelaba la edad de los magos, era sus manos, ya no tan suaves y delgadas como en su juventud, más bien trabajadas, algo callosas y resecas, fuertes y grandes, aquellas manos que empuñaban con astucia la varita pero tenían una suave caricia para sus seres queridos.

 

-Harry- le dijo levantándose y rodeándolo, pasando sus manos por los hombros, para tratar de quitar los nudos del obvio estrés que tenia – Sabes que ya paso el veto que le dio el Ministerio de Magia, 25 años han pasado, realmente no pensé que fuera a regresar de esa manera tan “peculiar” pero no podemos hacer nada-

 

-el ministro de magia actual, soy yo, Hermione- le recordó – y no quiero a ese sucio mortifago enlodando el mundo mágico, hemos acabado con todas y cada una de esas pestes mortifagas, algunas  que fueron lanzadas al mundo muggle sin magia  no regresaron, ¿Por qué entre todos los malditos magos, tenía que regresar Malfoy?-

 

-eso Harry no puedo decírtelo, porque no lo sé-  suspiro profundamente – solo debemos estar atentos a cualquier movimiento- saco de su capa una hermosa invitación labrada – Tenemos entradas para la función del sábado-

 

Los ojos verdes de Harry brillaron con algo parecido a un niño que le acaban de dar su regalo de navidad, una mirada tan llena de vida, que sobrecogió a la mujer, hacia exactamente 25 años que no veía esa mirada en su amigo.

 

Pero a que se debía. ¿A Malfoy? ¿A atraparlo y enviarlo ahora si a Azkaban o Nurmengard? ¿O era la simple emoción de ver a su antiguo amante?

 

Hermione sabía que pronto lo iba a averiguar y presentía que no era tan bueno, el conocer la verdad.

 

III

 

Dos días habían pasado, siendo el Circo Imaginaerum un éxito, cada uno de los periódicos del Reino Unido Mágico hablaba de este magnífico circo, de las extrañas criaturas, que le rodeaban como polillas a la luz.

 

Claro no faltaban, los magos y brujas de renombre, empezando por la heroína Hermione Granger, que estaban contra la política de esclavizar criaturas para ser expuestas como fenómenos en un circo.

 

Si al parecer solo faltaba que pusieran un hombre lobo y un vampiro, ya que hasta las veelas estaban en posición de criaturas y no de personas, aun así, había una gran afluencia de personas al circo.

 

Motivados tal vez, por la morbosidad de ver semejantes criaturas encerradas y domadas o por ver al dueño del circo, que en otrora promulgaba las epístolas de un verdadero sangre pura y hoy se veía inmerso en un mar de criaturas, sangre sucias, squib y mestizos.

 

Porque algo si había quedado claro para la gran mayoría, las personas que trabajaban en el  circo, aun siendo mágicas, no habían tenido más educación que la circense, muchos dudaban que pudieran hacer otra cosa o simplemente leer o escribir, a duras penas usar la varita, si es que alguno tenía una.

 

Con una extraña luz mortecina, se levantaban los aparejos del circo de forma manual, era habitual ver magos y brujas encantados, viendo las jaulas, así que este circo se preparaba desde la madrugada para recibirlos.

 

En un gran terreno baldío se armaron las tiendas de campaña y las luces de colores, creando de cierta forma una especie de feria, donde las  familias mágicas podían estar en el día, divisando cada una de las extrañas cosas que el circo ofrecía, para en la noche gozar del  espectáculo.

 

Muchos se quedaban obnubilados mirando las criaturas mostradas, las sirenas y tritones estaban en un inmenso tanque, las otras en jaulas grandes adecuadas de pendiendo a sus necesidades y tamaños.

 

Había una en especial, que llamaba la atención de muchos, un hermoso tritón rubio, la cola azul con destellos azules, lo hacía precioso aun mas por el torso algo moreno desnudo al compas del agua de su tanque.

 

Ante su apariencia que no parecía ser mucho mayor que un adolescente, máximo unos 18 años, y una de sus grandes particularidades eran sus ojos vendados, como todas las criaturas del circo Imaginaerum.

 

Una mano se poso en el tanque, mirando la tristeza que reflejaba la imagen, ver aquel hermoso tritón en aquel tanque se le hacia una especie de esclavitud, los cabellos rubios se ondeaban por el agua a su alrededor y el espectador, pudo sentir el aura del tritón, este también sintió aquella esencia mágica y movió mas fuerte la cola, salpicando al espectador que por reflejo dio dos pasos atrás y tropezó con una elegante figura.

 

-si no miras hacia atrás, puedes caerte- dijo el dueño de la elegante voz, el mismo dueño del circo.

 

-he.. ar… yo… este…- el pobre chico se acomodo las gafas sin poderse explicar, ganándose una risa de aquel hombre.

 

-No como gente, a pesar de los mitos urbanos…-se acerco al tanque donde el tritón como sabiendo quien estaba allí, se retrajo hasta una esquina – veo que mi pequeño tritón le mojo por completo… Oh mi travieso Joey, no deberías asustar así a los espectadores-

 

-es hermoso- soltó al azar – ¡el tritón es hermoso!- como corrigiendo la sintaxis de su oración, por eso sus mejillas se pintaron de rojo, y sus hermosos ojos verdes brillaron de la vergüenza.- Mi nombre…es.. Albus.. Albus Severus Potter- dijo alzando su mano.

 

El rubio se giro y estrecho la mano que se alzaba – Draco Malfoy-  saludo.

 

-¿Draco Malfoy?- pregunto, y pero no estar siendo tan grosero, en su casa los Malfoy era una leyenda  urbana en efecto, dinastía de magos oscuros seguidores del hombre malo que derroto su padre con escasos 18 años, un hombre de la edad de su padre, que había hecho la vida del colegio de sus tíos y su propio padre, un pequeño infierno.

 

El rubio acomodo un mechón de sus cabellos y sonrió en comprensión  del muchacho, que era poco más que un calco que su padre a esa edad – ¡Pero usted no se viejo!-

 

Ante esas palabras el rubio se descoloco - ¿perdón?- pensaba que el jovencito iba a preguntar sobre su pasado oscuro, o simplemente sobre el circo, o en el mejor de los casos iba a huir de las faldas de su pelirroja madre, para ser defendido del horrible Draco Lucius Malfoy, no esa reacción tan… impredecible.

 

-Pues si- dijo el muchacho – usted no está viejo, Papa y mis tíos están cerca de muchos años, 45  a 46 años, tiene canas, arrugas y usted no, además no se ve de casi 50-

 

-No sé si sentirme halagado o por el contrario, sentirme ofendido-

 

Albus sonrió –siéntase halagado- le dijo con desparpajo, aun así se sonrojo como una gran grana roja – digo, no se ve viejo, se ve joven-

 

-Envejezco con clase, mi joven Potter- dijo sedosamente el rubio, ofreciéndose caminar por la feria improvisada de su circo – Al parecer le gusta mi circo- dijo cambiando el tema.

 

-es hermoso, jamás había venido algo así al mundo Mágico, digo, la magia aquí es implícita, pero jamás había venido un circo casi muggle hasta acá, lo único que no me gusta son las criaturas,- se acomodo las gafas - ¿Por qué deben estar esclavizadas? En Francia, Las veelas, los tritones y sirenas son considerados magos también a los que se les ofrece la varita, y pueden convivir con magos, aquí son tratados como animales- El muchacho no vio la mueca que estaba haciendo el rubio, porque estaba concentrado en exponer  sus puntos, por la razón que vino desde un principio  - No son fenómenos y son expuestos como tales-

 

-es un defensor de las criaturas mi joven Potter- ahora era el turno del rubio de hablar – supongo que como su Tía, la señora Weasley- refiriéndose a Hermione Granger – Pero ellos están aquí por libre albedrio mi joven Potter- le hizo girarse y alzo el mentón del muchacho haciendo que le viera, claro, pudo sentirse poderoso de ver como las mejillas algo morenas se pintaban de todos los colores del rojo y como esos ojos verdes se dilataban de la sorpresa – si ve bien nadie es obligado, Mi circo es la última opción de supervivencia para muchos, Mi joven Severus Potter- le soltó lentamente, cuando vio de reojo a su lanzador de cuchillos – si me disculpa me necesitan- le dejo allí y Albus pudo escuchar el resonar mortífero de su corazón, y el calor intrépido de sus mejillas.

 

-Oh por Merlín.-  susurro para él mismo, viendo alejarse con andar cadencioso al único heredero de los Malfoy, junto con el lanzador de cuchillos, sin dejar el ostentoso sonrojo de su rostro.

 

IV

 

El rubio entro a su carromato, quitándose los guantes mostrando en sus manos cicatrices varias de quemaduras,  y se sentó en uno de los sillones verdes de este.

 

-¿Está todo listo?- le pregunto a su lanzador de cuchillos que sonrió coquetamente sentándose encima de sus piernas, quitándose una pluma y pasándola por los labios sensualmente.

 

-claro que está todo listo… ¿no siempre está todo listo?-  le beso el cuello blanco y níveo – sabes que nosotros haríamos lo que fuera por ti, Draco- susurro besando mas de aquel cuerpo que estaba quieto sin ofrecer resistencia, además ¿Quién lo haría? ¿Quién ofrecería resistencia a ese cuerpo que era la tentación de humanos y criaturas? –Claro que pasar por tu cama no es una de ellas- rio dando un salto, quitándose de encima del rubio.

 

-en estos momentos puedo odiarte Antul-  respondió Draco, pero ya acostumbrado a los avances no tan avances de su cuervo personal, y saco de su chaqueta un cigarro muggle- todo listo- sonrió con malignidad y sus ojos platas se volvieron más oscuros – es hora de que empiecen a pagar todos ellos-

 

El cuervo sonrió ante la locura de su jefe y amo pero, más que acostumbrado solo le beso los labios, probando de estos el sabor a tabaco – es hora de pagar, Draco-

 

V

 

Theodore Nott  vio aquella invitación labrada, con el sello del circo que había llegado a la ciudad, el circo Imaginaerum, se mordía los labios de forma algo compulsiva, pensando en el dueño del circo.

 

Draco

 

No había sabido nada de él en 25 años, no después de que Theo, al acabar la guerra se fuera a refugiar en la casa ancestral de los Longbottom, aceptando las migajas de protección que ofrecía la orden del fénix a los espías que tenían tatuada la marca tenebrosa como él y como Draco.

 

Escuchaba por días, que su rubio amigo fue sentenciado por la corte mágica a el destierro, luego de que todas y cada una de las propiedades le fue expropiada así como las bóvedas de los Malfoy, dejándolo  prácticamente en la calle.

 

Su rubio amigo fue considerado un paria de la sociedad y cuando fue por su ayuda, estaba tan asustado que Neville le quitara su apoyo que solo pudo, cerrar la puerta en la cara de un demacrado rubio.

 

Esa era su deuda de mago, siempre lo fue, la culpa no lo dejaba ser 100%  feliz, aun cuando luego de un tiempo, Neville se convirtió su amante y de allí a su esposo,  el padre de su único hijo y cuando había logrado estabilizar un poco su vida personal con su Psiquis, regresaba el rubio a recordarle como una bofetada que fue un maldito cobarde, un bastardo cobarde que fue capaz de cerrarle en la cara la puerta a su mejor amigo, sin siquiera darle al menos unos galeones para que sobreviviera a la hambruna más que evidente que llevaba.

 

-¿Theo?- pregunto Neville, entrando a la sala, quitándose las gafas, viendo a su esposo, mirando las llamas como lo más fascinante del mundo mágico.

 

-Draco regreso y envió una invitación para el viernes a su circo- dijo dándosela- Yo no sé si pueda, yo no..- suspiro- yo quiero pedirle perdón- miro a Neville- Fui un cobarde aquella vez, pero tenía miedo y no…- sus manos temblaban.

 

El profesor de Herbología se sentó a su lado y lo abrazo, en algún punto de la historia Neville había dejando de ser el  perfecto uke para convertirse en el perfecto seme, claro que allí, en la democracia de su hogar, disfrutaban los dos, pero Nev se había convertido en el sustento de la familia, Theo lamentablemente, debido a los continuos castigos del Lord y de su propio padre, debía quedarse en casa, no era recomendable que trabajara, su cuerpo era inestable luego de tantas torturas.

 

-pues iremos, le pedirás perdón a Malfoy y dejaras esa insana culpa que llevas dentro – le beso con amor, pero también con alguito de posesión a su serpiente- No fue tu culpa, tenias miedo como todos en aquella época, seguro que Malfoy lo olvido, mira te envió una invitación, bueno nos envió- viendo que decía Señores Longbottom –seguro que si le aclaras las cosas, se den tiempo para perdones mutuos-

 

-Gracias- le dijo Theo besándolo con la paciencia que dan los años y 20 años de matrimonio, sintiendo como Neville le recostaba en el sillón – Neville – gimió

 

-Oh Frank esta en Hogwarts y mi abuela seguro está durmiendo, podemos hacer el amor en el sillón, no seas aguafiestas-

 

-No tenemos 20 años para hacerlo en la sala- le replico pero ni pelear era bueno, porque sus piernas fueron desnudadas y con bastante agilidad colocadas sobre los hombros fuertes de Neville- Neville ahh no seas.. Terco…. No tenemos veinte años para estar en estas- apretó sus  manos contra los hombros de Neville.

 

-Soy el jefe de la casa de Gryffindor y a menos que no quiera perder puntos para Slytherin se quedara quietecito Nott y dejara que yo haga lo que quiera- susurro sensualmente en su oído, antes de desaparecer su ropa y  poder “aprovecharse” de Theo lo que restaba de la noche.

 

Un gemido alto y prologando seguido por muchos más hicieron una danza afluente en la sala principal de los  Longbottom, caderas estrellándose con placer, sonidos producidos por estas y por el choque inevitable de dos cuerpos en plena fusión de ellos mismos.

 

Lamentablemente, sería la última noche de placer del matrimonio Longbottom.

 

 

VI

 

Theodore estaba al frente del inmenso circo, maravillado, por no decir menos, de aquella estructura de colores que se levantaba frente a él y su esposo.

 

Los sonidos estridentes de la música,  los saltimbanquis, jugaban con beneplácito con los traga fuegos, abriendo imperceptiblemente el camino para aquel matrimonio.

 

Neville miraba con un poco mas de suspicacia aquel lugar, que si bien bullicioso y espectacular,  realmente era demasiado tarde, cerca de la media noche y al parecer, no habían más espectadores que ellos mismos.

 

Solo podían verse rostros maquillados que a la luz mortecina de la luna y las luces opacas, le daban un aspecto tétrico a aquel lugar.

 

-Sigan por aquí- dijo un chico que les sobre salto, los ojos azules brillaban pícaramente, así como sus estrambóticas plumas negras en la cabeza – Mi Amo Draco os a preparado un espectáculo único- les aseguro alzan la carpa del gran circo, dejándoles entrar a unas gradas vacías.

 

Theo apretó la mano de Neville, cuando las luces se oscurecieron por completo y luego una gran luz apareció en la mitad de la arena circense.

 

Allí estaba, Draco, con el cabello suelto y ropa oscura, mirando a Theo por entre el antifaz, pero esa sonrisa… le helo el alma al verla, era fría, sin alma, sin sentimientos, sin nada. 

 

Solo unos ojos metálicos, en los cual no había rastros de su amigo

 

- Señoras y señores,- se escucho la voz del último heredero de la dinastía sangre pura de los Malfoy-  me permiten dirigir su atención al centro del escenario, en el que serán  testigos de atracciones aterradoras que te perseguirá hasta el día de su muerte. He aquí el  Circo Imaginaerum, y dejen – la voz se volvió más sedosa - que la pesadilla comience-

 

Al decir esto, las alarmas en Neville se prendieron, así que agarro la mano de Theo parta salir de allí debían colocarse a salvo, pero del techo de la gran carpa bajaron descolgados como arañas, los circenses  trapecistas que sostenían sus piernas en largas telas, mas sus rostros, Theo grito, sus rostros estaban destrozados, tenían señales de heridas transversales, aun supurantes, algunos con ojos otros sin ellos, algunos con sonrisas agrandadas hechas a cuchillo, otros con la boca cosida en una bizarra pintura.

 

Neville busco su varita lanzando expelliarmus con fuerza, pero de nuevo la luz se apago, como presagio de una mala fortuna y le fue arrebatado de su mano, Theodore.

 

-¡Neville!!- grito Theo al ser jalado por la oscuridad, manos deformes que le alejaban de la seguridad de su Gry favorito.

 

-Theo! MALFOY CABRON HIJO DE PUTA SI LE HACES ALGO TE MATO! Lumus!!-grito con fuerza, pero allí solo se veían sombras inconexas… risas tétricas se escucharon, alzando al rostro podía ver en el techo del circo, aquellos personajes burlándose de él.

 

Un cuchillo fue lanzado con precisión a la mano que tenia la varita, atravesando el dorso de esta, penetrando carne  huesos, haciendo que inevitablemente la soltara, dejando de nuevo el interior del circo en penumbras.

 

El jefe de la casa de Gryffindor actual, se maldijo, ¿Cómo pudo pensar que Malfoy había cambiado? ¿Cómo pudo pensar que ese asqueroso mortifago no iba a vengarse? Maldita su confianza.

 

-Malfoy, estoy seguro que no quieres hacer esto, devuélveme a Theo- le dijo  a la misma oscuridad -. Devuelve a Theo y no diré nada, no diremos nada- una sonrisa macabra se escucho y las luces se prendieron en el centro del escenario, Malfoy sostenía a Theo con fuerza, un contorsionista había puesto las esposas de plata en su piel, dañándolo, cortando la circulación, Theo estaba aterrado.

 

-Oh, claro que no dirán nada mi querido Longbotton…- le dijo jugando con una daga en la piel de Theo – Los muertos… no hablan- sonrió acercándose a Theo – es hora de pagar, mi querido Theo…- beso sus labios, ganándose un mordisco de esos dientes.

 

-¡Basta Draco! Tú no eres así, jamás lo fuiste!- Theo tenía sangre en los labios por haber mordido a su amigo- Tú querías librarte del yugo de Voldemort, de tu padre, tu…-

 

-¿Yo? Traicione todo por una orden maldita ¿y qué sucedió? – le hizo alzar el rostro con la daga- fu lanzado como un paria, fui destrozado por el mundo, ahora es tiempo que el mundo sea destrozado por mi y sobre todo, deben pagar aquellos… que como tú, hicieron mi estancia en el mundo, un infierno personal- una mueca que trataba de ser sonrisa se instauro en los labios del rubio y miro hacia arriba, dándoles una orden silenciosa, estos se descolgaron de nuevo, atrapando a Longbotton entre las telas evitando la huida, o el auxilio que pudiera brindarle a su esposo.

 

Neville trataba infructuosamente de moverse, enredándose más entre aquellas telas – ¡Suéltalo cabron!- le dijo mando al rubio enojado, mas este solo sonrió pasando la daga por el cuerpo de Theo.

-no Longbotton, ahora estoy muy lejos de obedecer tus ordenes, pero odio tu escandalosa y repulsiva voz- se acerco al Gry y con la daga delineo su rostro- ahora se buen niño y abre la boca, o yo  hare una cirugía permanente en el rostro de tu bella putita, ya sabes, como la de mis trapecistas- Theo abrió sus chocolate en pánico y Neville por temor a que su esposo fuese dañado abrió la boca- así me gusta, Valiente como pocos, estúpido como muchos-  la mano de Draco jalo suavemente la lengua de Longbotton y la daga rápidamente cerceno esta

 

-NEVILLE!!!- grito Theo  con fuerza, con lagrimas en los ojos, -SUELTALO DRACO SUELTALO!- gritaba sin importar hacerse daño contra las esposas, quería tomar a Neville y largarse de esa pesadilla, amanecer envuelto por los brazos del jefe de casa de Gryffindor.

 

Neville quedo con los ojos blancos del dolor, mientras era sostenido por las telas negras, la boca llena de sangre por el apéndice perdido que se encontraba en las manos enguantadas de Malfoy.

 

-No querido, si hasta ahora comienzo- le sonrió a Theo.

 

La oscuridad se apropio de todos los rincones del circo, y solo una música tétrica les acompaño, adosada por los gritos de terror de la pareja.

 

Las criaturas se movieron inquietas, con miedo, con la conciencia de que esto ya había pasado.

 

El tritón rubio se acerco nadando hasta la punta norte de su estanque y allí un hermoso dragón blanco le acaricio con sus bigotes, desde su jaula “A comenzado Seto, a comenzado” susurro el tritón a su hermoso Dragón blanco de ojos azules y este empezó a gruñir lastimeramente a su tritón rubio.

 

VII

 

Ron entro  a su casa con el periódico debajo del brazo, besando a su hermosa esposa, que estaba sumida en libros – Hermione- le miro –sabes que no hay una ley que prohíba el uso de criaturas en los circos ¿verdad?

 

La mujer suspiro –lo sé, pero eso tiene una respuesta lógica, antes no habían circos, este es el primero, pero se debe legalizar leyes que protejan las especies Ron, no es justo que estén encerrados como animales, cuando incluso pueden usar magia y estudiar, es como nosotros, este es el primer circo, pero seguramente debido al impacto que causo Malfoy, no será el último.-

 

Ron solo sonrió negando con la cabeza, sentándose en la mesa, moviendo su varita para preparar un café, había sido un auror de campo, pero ahora solo estaba detrás de un escritorio, había estado demasiado tiempo peleando que necesitaba un descanso, descanso que causo que su barriga se volviera más prominente y si a eso le sumamos, su trabajo detrás del escritorio y la poca actividad física, si había aumentado un par de kilos de peso.

 

A diferencia de su esposa, que le había llegado bien  la edad, claro como es natural un par de kilos bien puestos, pero repuesta en todas partes, aun era una mujer sensual, y sobre todo inteligente.

 

-Si alguien puede hacerlo, eres tu Mione- le dijo Ron – sabes que no hay nada que no puedas hacer, liberaste elfos, con mil años de tradiciones, puedes darle libertad y derechos a criaturas que solo llevan pocos años al servicio de los circos-.

 

Ella, simplemente le sonrió, en una conversación silenciosa, Ron lograba calmarla con palabras alentadoras, no que fuera muy expresivo pero si lo suficiente para hacer aun luego de veintitrés años de casados, latir su corazón, suavemente se acerco a el  enredo sus manos en los cabellos rojos de su esposo, admirando las entradas prominentes heredadas de su suegro.

 

Admiro también, aquellas arruguitas en los contorno de los ojos, las pocas canas visibles entre su pelo rojo, la mancha al lado derecho  de su oído, su barriga en estado algo prominente y lo sabía, sabía que admiraría esto y mucho mas, del hombre que inevitablemente estaba enamorada.

 

-Te amo- dijo besando aquella boca, que en más de  veinte años, jamás se había retirado de su lado.

 

 

VIII

 

-¡sean bienvenidos al circo Imaginareum!- dijo la voz del rubio, en la mitad de la gran arena que se presentaba, donde estaba la comunidad mágica que había podido encontrar boletas, el circo estaba lleno, no cabía ni un alma – ¡Lo que hoy van a presenciar, sus ojos y sus sentidos no lo olvidaran jamás! – hizo una venia, y en ese momento, miles de luces mágicas se prendieron, del techo, danzantes se deslizaron entre las telas los jóvenes, enredando entre sus pies y cuerpo las telas blancas y en sus manos una rosa que entregaban con delicadeza a las brujas de renombre, que sobre saltadas y agradecidas veían aquellos adorables personajes.

 

El rubio sonrió, al ver a los personajes que habían asistido a su función, con cuidado saco el látigo negro de tres puntas de su cintura y lo movió por encima de su cabello rubio, haciendo que su cuerpo se estilizara mas, y los cabellos rubios se alzaran un poco sobre la afable cinta verde.

 

Se escucho un ruido atronador y una gran jaula cayo cercando  la arena, dejando  a  espectadores a salvo, lo que relativamente se puede estar.

 

Un siseo… y todos gritaron horrorizados cuando soltaron al animal,  un enorme basilisco de por lo menos 15 metros, con cuernos largos y puntudos en su cabeza y unas escamas poderosas que sobre salían en el lomo, sus ojos cerrados que mostraban algunas manchas antiguas de sangre.

 

Harry miro la criatura abriendo sus poderosos ojos verdes, levantándose, viendo la réplica del basilisco de la cámara de los secretos, luego miro sobre soltado a sus amigos, Hermione y Ron – Malfoy- susurro viendo como aquel animal se iba enroscando y siseando.

 

Albus Severus también se levanto impactado, pero sin la misma agilidad que su padre al sacar la varita, él simplemente se había quedado en Shock.

 

-No se preocupen queridos espectadores, el Basilisco esta tan ciego cómo es posible de un ser sin ojos – miro al animal – Solo no hablen durante cinco minutos- chasqueo el látigo contra el suelo, y haciéndolo danzar, cada vez que el látigo caía, el animal seguía el horrible sonido, produciendo uno peor, al chocar las escamas de su cuerpo para ir irremediablemente cercando a su presa.

 

El rubio se movía con habilidad parsimoniosa, casi danzarina sobre el pedazo de arena que no estaba siendo cubierta por el animal y cada vez que este trataba de abrir sus fauces, el latigazo se escuchaba retrayendo el inmenso cuerpo de la bestia así como el hocico cubierto de una boca dentada llena de veneno.

 

Un mal paso del rubio, donde todos se levantaron al verlo caer, Las manos de Harry estaba bien dispuestas en la varita, no por nada era el maldito Ministro  de Magia; el animal venia con las fauces abiertas dispuesta a pedir su festín, pero el rubio desde el suelo solo sonrió, alzando su mano derecha que justo en el momento que el animal iba a impactar contra él, fue alzado rápidamente por el lanzador de cuchillos que estaba colgado de cabeza como un murciélago sujeto de los  chicos de las telas y los trapecistas, sacado a su jefe del peligro.

 

El animal impacto su cabeza contralas rejas, haciendo que la gente allí se sobre saltara y cayera hacia atrás, en las gradas de madera, aguantando el gemido y la exclamación entre el horror y la admiración.

 

Lo único que se le había caído al rubio era la cinta verde  y tomo la otra mano de su lanzador para sonreír y ser lanzado hacia atrás, en el aire fue sujeto por un trapecista que deslizándose por las telas le dejo donde un largo saltimbanqui le agarro y le dejo en el suelo de la arena.

 

El rubio les miro a todos – Con este espectáculo abrimos hoy sábado las funciones y atracciones del Circo Imaginaerum- alzo sus manos e hizo una venia, mientras los arlequines salían  y danzaban burlonamente alrededor del basilisco, cubriéndolo con telas y jalándolo en montacargas muggle para llevarle de nuevo a su jaula.

 

Las gradas estallaron en aplausos.

 

Luego de esto, empezaron las funciones normales desde el mago que hacía desaparecer las cartas hasta el domador pelirrojo, aquel que hacia bailar los tritones y sirenas en sus tanques, y haciendo que estas cantaron dulcemente rodeado de tres velas jóvenes, que movían sus picos al compas de la música de los seres acuáticos, la cabeza  de ave giraba como lo hacen las arpías, y las plumas que estaban sobre sus hombros se abrían en un manto sin igual.

 

Los cabellos rojos del domador  movían cortos sobre sus hombros, su ropa era completamente oscura y blandía el látigo con precisión, no con arte nacido en las venas circenses, no, con la precisión de un reloj suizo.

 

Las veelas obedecían a su domador con cautela, bajo los azotes de un látigo que jamás llegaba a sus pieles, el antifaz mostraba unos marrones oscuros como betas profundas de  jaspe.

 

Tenía una habilidad única para  domar a las bestias, porque eso eran las tres veelas transformadas, no eran semi veelas que mostraban solo su parte hermosa, no, estas veelas estaban en la máxima expresión del enojo, aun así obedecían.

 

Cuando termino la gente se levanto de las gradas de madera aplaudiendo y el hombre miro hacia el palco quitándose el sombrero, los mechones rojos cayeron hacia el frente y Molly Weasley, matriarca de los Weasley quedo sin aliento.

 

-Percy- susurro agarrando con fuerza la mano de su esposo.

 

IX

 

Cuando la función termino, la familia en pleno bajo de las gradas buscando al dichoso domador pelirrojo.

 

Percival Ignatius Weasley había desaparecido hacia  ya más de 15 años en una oscura noche Inglesa, y su familia lo había dado por muerto, debido a las pocas referencias que tenían y ahora aparecía y aparecía nada más y nada menos que con el circo de Draco Malfoy.

 

Y lo encontraron, lustrando el látigo al lado de las jaulas de las veelas.

 

-¡Percy! – grito Molly agarrando con fuerza entre sus brazos, ya de bruja mayor.

 

El pelirrojo la mira, en comprensión, sabiendo que era tonto no ser descubierto  - Madre- saludo seriamente, viendo como su padre se enjuagaba las lagrimas y también lo abrazaba con fuerza, podía ver más allá a Ronald y Hermione, junto con sus hijos Rose y Hugo, dos muchachos de veinte y dieciocho años correspondientemente.

 

La pareja perfecta de Harry y Ginny con sus tres hijos, James Sirius, Albus Severus y Lily Luna, por Morgana alguien debió decirle a Potter que para torturar solo necesitas un crucios bien aplicado, no atormentarlos para siempre con esos nombres.

 

 A su lado, estaba George y su flamante esposa angelina con sus hijos , Fred II y Roxanne Weasley. Charlie solo le sonreía animadamente y por la falta de anillo en su dedo, seguramente aun no había encontrado ni al mago ni a la bruja que pudiera ponerle el lazo al cazador.

 

Mas allá estaba el motivo mismo de su auto destierro, Bill y su “esposa”, salió una sonrisa mórbida que oculto en el abrazo de sus padres, Bill y su criatura oscura, a su lado sus hijos,  Victorie de 15 años, Dominique de 12 y Louis de 10 años, los niños pelirrojos como su padre, la niña rubia platinada como su madre.

 

Los ojos de Bill aun no podían despejarse del cuerpo de Percy, a pesar de que ya debería tener los 50 años, no aparentaba más de treinta, era como si el tiempo no hubiera cambiado en él,  como si su cuerpo aun fuera joven.

 

Quedo sin aliento al ver a Percy, su Percy, su pecado su locura, el hermanito al que había corrompido y arrastrado al más oscuro de los pecados.

 

Aun recordaba el odio con el que Percy lo miro el día de su boda, pero aunque este en ese momento no lo había entendido, esa había sido la única forma de salvarlo del infierno al que estaba arrastrando a su pequeño hermano, realmente la única forma que había encontrado.

 

Fleur los salvaría a ambos, él llevaba años pagado en los brazos de la semi veela, la perversión con el que había manchado a Percy, su  infierno no importaba, mientras su hermano fuera purificado

 

-Percy... hermano- hablo Bill, aun con el nudo grande en la garganta, y dio un paso adelante, pero Fleur le clavo las uñas en el brazo aun grande de su esposo, deteniéndolo  con su magnetismo veela, excitando su cuerpo como jamás logro excitar su corazón, pero logrando captar su atención como siempre había hecho.

 

-William... -saludo haciendo una venia circense-  Señora Weasley-le  miro, sin dejarse siquiera amedrentar con la semi veela... él domaba veelas... por si la mujer no se había querido dar cuenta, domaba veelas completas, no semi veelas.

 

-Hijo tanto tiempo pensamos lo peor-  dijo Molly sin querer soltarlo y pensar que hacia parte de una alucinación

 

-necesitaba tiempo madre... alejarme...- alzando la cabeza acomodando sus mechones rojos – espero que puedas comprenderme, aun cuando mis actos fueron hechos de manera egoísta- negó en brazos de su compresiva madre -y en el momento ha sido lo mejor... encontré un trabajo que me gusta y hago lo que quiero- les miro a los ojos para convencerlos, pero miro a William como se miran las cucarachas.

 

-¿qué ha sido de tu vida hermano? – Pregunto de nuevo el rompedor de maldiciones-  ¿cómo has acabado aquí?,  tú,  el que tenia futuro en la política, el inteligente de la familia- le dijo Bill sin importarle las uñas de su mujer clavándose en su brazo, era demasiado fuerte como para que eso le afectara, además, era solo una conversación, no estaba seduciendo a su hermano, ni haciéndole pecar como de seguro a bien tendría recordarle su esposa.-¿por qué terminar trabajando en un.... en el medio del entretenimiento? eso era más el estilo de George, no el tuyo - le dijo notando su mirada marrón con resentimiento, sabía que Percy lo odiaba y no lo culpaba; después de todo, Bill nunca le dio explicaciones de por qué lo dejaba, Bill era el mayor, su trabajo era cuidar a Percy de su propia maldad... no darle explicaciones.

 

-Draco fue bueno conmigo...- sonrió,  soltándose un poco de los brazos abrigadores de Molly, yendo hasta un lado de la jaula, sacando pedazos de carne cruda de una cubeta plateada,  para desagrado de las mujeres, y con las manos dárselas a las tres veelas jóvenes a través de los barrotes - tal vez no me gustaba ni un poco la vida que el destino me tenia predestinado... Aquí encontré amigos... Amantes... compañeros...- sonrió - aquí tengo todo lo necesario...-

 

-podrías haber al menos escrito una carta a madre para hacerle saber que estabas bien... ha estado muy preocupada por ti.... todos lo hemos estado-le dijo George algo más maduro, seguramente por la muerte de Fred en la batalla final.

 

Mientras Victorie, la hija mayor de Bill y Fleur, se acercaba entre sus padres metiéndose y separando a la medio veela del rompedor de maldiciones, y mirar con profunda curiosidad y sin asco al pelirrojo alimentar con la carne sangrante a las velas le parecía fascinante, era una imagen... hermosa.

 

-donde estábamos no podíamos... - les miro de reojo - Mi varita se rompió- escucho el sonido de una exhalación de su familia - Bueno la rompí, no quería volver aun, al menos no hasta que Draco pudiera regresar del destierro-   regreso a su labor con las manos aun llenas de sangre y las veelas lamian con aquella lengua enroscada y picoteaban sus manos pidiendo más.

 

 -¿Tu… tu varita?-. Pregunto Molly con la mano en el corazón- la varita es.. Hace a un mago hijo mío, ¿porque cometiste ese sacrilegio?-

 

-¿Y por un maldito Mortifago, Percy?- grito Ron enojado.

 

La cara de Bill casi se puso verde, su hermano había roto su varita, para castigarse por el pecado que habían cometido juntos, aun cuando siempre la culpa la había tenido él.

 

Había sido él quien había seducido a Percy y quien se había metido en la cama de su joven hermano.

 

 -era un ariete- les miro - no es necesario poner esas caras… me gusta la vida sin magia, aunque de vez en cuando domar criaturas como Charlie está bien- el pelirrojo, tres años mayor que Percy asintió, riendo y besando sus cabellos, tratando de aligerar  el ambiente.

 

-Y has hecho un buen trabajo- le aseguro, él era el único que no se sorprendía de ver así a Percy, tenia espíritu solo debía ir a conquistarlo y al parecer lo hizo.

 

Cuando llego una mano delicada agarrándola cintura del pelirrojo y  besando su cuello - les presento a Antul, es el lanzador de cuchillos del circo- les presento al chico de las plumas que hizo una venia.

 

-venia a robarme a Percy el jefe... lo busca- les dijo con la voz melodiosa que correspondía al lanzador de cuchillos del circo, Ron lo miro seriamente, algo tenía ese chico junto con Malfoy que no les causaba ni la más minina o leve sensación de bienestar.

 

-¿podrías... ir luego a la casa hermano?, seguro mama y papa quieren ponerse al día de tu vida- le dijo Bill colocando su mano en la parte posterior de la cabeza de su rubia hija en una suave caricia, aun así rogaba verlo de nuevo.

 

-no puede salir del circo, pero si ustedes gustan en volver- sonrió el cuervo sin soltar la cintura de Percy - despídete... sabes que el jefe es algo... “desesperado”- rio dejando ver la connotación sexual del asunto y Percy correspondió besando los labios del  cuervo.

 

-mientras no sea un trió -  rio, susurrando en su oído, dejando la invitación en el aire, y siendo consciente que Bill si podía escucharlo. Dejo ir a el lanzador de cuchillos - ya escucharon... tal vez si mañana vienen a la función-.

 

 -No eres un prisionero-. Respondió George..- ¿Por qué no puedes salir?

 

-tal vez solo no quiere-dijo Victorie, sin dejar de mirar a su recién encontrado tío -dijo que podían venir mañana ¿no? pues solo pregúntenle a  qué hora y listo-se encogió la rubia de hombros.

 

-No pequeña veela- dijo acercándose a su sobrina, oliendo alrededor de ella – el ministerio nos dejo simplemente claro que, aunque viniéramos al circo no podemos rondar por las calles de Londres, debido a nuestro poco y nulo potencial mágico y porque nuestro señor es un ex mortifago condenado que en su  brazo derecho tiene tatuado la calavera tenebrosa de Voldemort- Miro a Harry que trago saliva.

 

-no pensé que estuvieras tu aquí, lo juro, yo mañana cambio... ese edicto- le juro Harry viendo la cara anhelante de la familia Weasley de tener a Percy de vuelta – Podrán salir de los terrenos del circo, no hay que ser tan retrogradas ¿verdad?-

 

-entonces- la voz de Bill salió expectante - ¿A qué hora podemos venir mañana mientras se te permite venir a vernos?-

 

-si se me permite.. En las horas de la mañana... en la noche querido hermano tengo cosas más importantes que hacer- le miro fijamente a los ojos.

 

Bill solo pudo acusar esa mirada, sin prestar atención a la de su mujer. Sabía que esta noche le esperaba una pelea monumental, debido a la súbita aparición de Percy  -bien así será entonces – asintió. No podía quejarse por la vida sexual de Percy.... no cuando él  había sido el culpable de corromperlo y de condenarlo a las llamas del infierno.

 

-entonces con permiso- dijo el domador, besando a su madre y padre y despidiendo de ellos, con una venia, sacando su látigo pasando por  la reja de las veelas y estas, chillaron de placer masoquista al ver y oír el látigo rojo del domador.. Fleur sintió algo, desagradable en el pecho... un miedo injustificable a una poquita como era Percy.

 

Victorie en cambio, sonrió frotando su cabeza rubia contra el brazo de su papa al escuchar el sonido agónico del látigo contra los duros barrotes, como si algo en ella fuera superior a su misma condición y se volviera solo un animal de instintos que deseaba ser domada.

 

-vamos a casa papa-le pidió la bruja menor a Bill,  con una sonrisa.

 

Percy  ladeo su roja cabeza, adornada con pocas pecas  y sonrió. Sus ojos se oscurecieron con el aire de venganza queda en el tiempo... el largo y prolongado tiempo... escucho las demás bestias, confiaba ciegamente en la curiosidad de Bill, confiaba...en que vendría a verlo esta misma noche. Miro el hermoso cielo que pintaba colores oscuros, tal vez solo tal vez la hermosa chiquilla de Bill querría trabajar con ellos...

 

 

 

X

 

El circo mostraba vida, a pesar de la falta de espectadores, una vida oscura y vacía, y  a pesar de todo, vida.

 

Los  trabajadores del espectáculo  haciendo sus labores nocturnas, fungían no mirar al extraño que entraba entre las barreras del circo, ignoraban deliberadamente la presencia del rompedor de maldiciones, que busca desesperadamente al motivo de su pecado.

 

Muchos miraron el cielo y un aullido a lo lejos bramo, aun no había luna a pesar de ser la media noche, las nubes oscuras y mortecinas,  tapaban su brillo del plata.

 

Se escucharon las hermosas armonías de un piano, las notas viajaban  en el espacio y a través de la carpa, llamando a los incautos a sus redes, bueno realmente a un incauto en particular.

 

Esta atrayente melodía fue la que condujo a Bill como mosca a la miel, que camino hasta la gran carpa de colores llamativos...pero a la escasa luz, parecían haber adquirido colores oscuros y sangrantes.

 

Bill se interno entre las gradas principales y vio en la mitad del escenario a su gran pecado, su único pecado, su lujuria, su lascivia, su Percy.

 

Percy solo estaba vistiendo una camisa color borgoña de botones plata y un pantalón rojo como una segunda piel, pasaba sus manos delgadas por las teclas del piano, con devoción ciega, como haciéndole el amor a este,  siguiendo el ritmo tétrico de la canción, un ritmo lento y al mismo tiempo que aceleraba el corazón.

 

Encima de aquel piano rojo como los cabellos mismos de Percy, había una hermosa muñeca bailando con pasitos de ballet, era una muñeca tamaño real de quince años se veía. Su vestido era rojo como sus propios cabellos, con voladitos negros y su piel era demasiado blanca  para ser normal y sus ojos azules como zafiros fatuos, brillaban en aquella penumbra suave.

 

-Percy- le aviso de su presencia Bill, esperando su atención, sin acercarse más a él, sin importar cuanto lo anhelara, cuanto su cuerpo anhelara el pequeño cuerpo de su hermanito, no quería corromperlo de nuevo, solo quería… verle una vez más.

 

Mas Percy no alzo el rostro, solo siguió tocando la extraña melodía, como si no le hubiese visto, como si no le escuchara;  mas, sin embargo,  la muñeca bailarina si y le sonrió al hombre que miraba anhelante al domador de veelas.

                                                                                        

-¿no hablaras conmigo Percy?-le pregunto el pelirrojo  mayor de nuevo, dando un paso más sobre la arena hacia su hermano, entrando en la ruedo circense.

 

Mas la música seguía sonando, saliendo del piano, tocado por Percy y  sin que Bill se diera cuenta la oscuridad de allí fue un poco mas perpetua, logrando prolongarse ante las notas del piano, oscureciendo paulatinamente a su alrededor. Ya no había música aparatosa  a las afueras de la carpa y se habían callado hasta los animales en espera del desenlace, uno seguramente fatal - ¿conoces a mi papi?- pregunto la muñeca al pelirrojo más grande - cuando toca el piano jamás habla-

 

-si él es.... mi hermano pequeño-le respondió con una sonrisa a la pequeña, desviando su mirada un poco de Percy. Así que su hermano había rehecho su vida. Tal vez con el chico de ojos azules que les había interrumpido antes. La niña tenía los ojos azules como ese tipo, solo pensarlo hizo que el enojo y los celos se  le subiera a la garganta y el odio le atenazara el corazón aun cuando sabía que no tenia derechos sobre su hermano, jamás los tuvo, él, también había rehecho su vida, con una veela celosa y un diario vivir un infierno, donde solo le salvaban de la locura  sus hijos y el recuerdo incestuoso de su pequeño hermano.

 

-Papi no habla de la familia,  soy su familia, el circo es su verdadera familia- sonrió la delicada muñeca, arrodillándose en piano y besando la naricita de su papi...- verdad papi?- sonrió y este, asintió tocando su sinfonía más siniestra - el circo es la familia, el circo jamás traiciona, el circo oculta la muerte y el circo cobra las deudas pasadas... porque la traición es el peor pecado  de todas- termino de decir la muñequita en su puesto… sus uñas  empezaron a agrandarse un poco blancas  y duras.

 

-Eres muy chiquita y bonita, te pareces a Percy-le dijo a la niña ignorando sus palabras hechizado al verla, sobre todo esos bucles que caían por el rostro delicado - ¿a qué colegio vas pequeña brujita? ¿o tu papa te enseña aquí? tu padre siempre fue un mago muy listo- le dijo Bill preocupándose por la pequeña de su hermano,  que hubiese podido ser suya.... si tan solo él y Percy no hubiesen sido hermanos. Si no lo hubiesen sido él  se podría haber casado con su pelirrojo pecado y podrían haber tenido 7 u 8 hijos, como el buen Weasley que era, pero en cambio, por una maldición de Merlín, lo eran, eran hermanos de sangre, así que se tenía que conformar con  verlo desde lejos y matarse los sesos pensando en un futuro que jamás existiría

 

-¿magia?- la dulce niña movió su cabeza hacia un lado – no, no voy a ninguna parte, soy del circo, papa ya no es un mago... solo es el domador de criaturas oscuras....- dijo jugando con sus bucles rojos enredándolos en sus ahora largas uñas.

 

Bill miro la niña, más bien la adolescente y luego a Percy, había tantas cosas que no sabía de su hermano, tal vez no ganaba lo suficiente o tal vez el otro padre de la niña no quería dejarla ir.

 

-¿por qué? ¿Por qué no enviarla a Hogwarts o a otro colegio mágico? es una bruja-

 

Pero al parecer Bill estaba hablando con un fantasma, porque Percy seguía tocando como si  conversación allí no se diera y solo la risa de lo niña  hizo que Bill volcara de nuevo su atención en ella - No soy una bruja. – rio cantarinamente, sentándose en el borde del piano moviendo sus pequeñas piernas, balanceándolas de tal forma, que el vestido daba vuelo suavemente.

 

-tu papi es un mago eso hace que tú seas una bruja -le dijo inclinándose a su altura, dejando su rostro a un palmo del rostro de la niña pelirroja.

 

Esta solo sonrió y le miro con esos bellos ojos azules brillando de malignidad  -no tiene magia lo que no está vivo- mientras de su boca salían dientes dentados como los tendría una Doxy, mostrando 4 filas de dientes afilados y venenosos.

 

-¿que eres?-se alejo Bill de ella sobresaltado, alejándose del piano y de la niña, de Percy -¿qué es?-le pregunto a Percy volviéndose hacia el- ¿Qué es eso Percival?- le grito asustado.

 

-Mi hija- dijo Percy dejando de tocar, acariciando los cabellos rojos de su pequeña, haciendo que esta refregara la cabecita  entre sus manos...- Nació muerta ¿sabías?-

 

-oh Por Merlín, Percy ¿qué hiciste?-se angustio Bill.

 

Seguro era culpa de Malfoy, el maldito mortifago seguro se había aprovechado el dolor de Percy al perder a su hija y había utilizado magia negra para devolverle un monstruo a su hermano, porque esa cosa no podía ser la niña de su hermano, no, era un monstruo con el cuerpo y la figura de una hija no nata.

 

Como leyendo su mente el tercero de los Weasley le contesto -  Draco me la devolvió... - le acaricio sus cabellos  y se digno en mirarle - le vendí mi alma al diablo y él  acepto como pago mi eterna fidelidad a cambio de la vida de mi hija y de mi dulce venganza...- soltó los cabellitos rojos de su niña - No te preguntas porque todos han envejecido, menos Draco y yo aparentemente, porque sus cuerpos muestran rastros de edad.. De vejez.. De muerte temprana mientras nosotros no- rio – ¿porque tus manos están ajadas y arrugadas William?, ¿porque tu rostro muestra arrugas?, ¿porque tu cabello aunque largo muestra canas? y eso debes felicitar a Rasputín no haber heredado la calvicie de padre, mientras mi cuerpo sigue intacto-

 

-los magos vivimos más que los muggles, y ustedes seguramente han envejecido mejor, además yo soy el mayor- le recordó dando dos pasos atrás, pero aun a él le sonó a una pobre excusa. Dentro de su mente, aun se aferraba a que su Percy, siguiera siendo inocente y puro., un Gryffindor de corazón, timado por una asquerosa serpiente sangre pura - si tu hija murió.... lo que Malfoy te devolvió solo puede ser un monstruo un inferí, no puedes regresar lo que se ha ido Percy, nadie regresa de la muerte no realmente-

 

Soltó una risa un poco demente -nada regresa de la muerte... ¿verdad que no Molly?- miro a su hija de nuevo que solo sonreía con los dientes dentados y las garras afuera, su carita de porcelana mostraba alguna rupturas todas resanadas - pero aun se puede regresar... de una forma imperceptible Bill.. Lejana....ella esta aquí conmigo... es lo que importa- tomo un segundo de aire - Mi niña murió luego que la di a luz, los truenos en ese día lluvioso no cesaban, yo la sostenía afuera de mi aun con el cordón umbilical sin cortar, su piel se tiño de violeta y no lloro, el callejón era tan frio y tan oscuro que pensé que solo vendrían los perros a comernos y él  apareció… Draco apareció como llegado de las llamas del averno… una posibilidad, un sueño, una pesadilla, un atentado contra la  misma naturaleza y la misma magia, corto el cordón de mi niña sin importar mancharse de sangre, me acepto en el circo, hizo que me atendieran, pero para Molly era tan tarde y llore como nunca.. Como jamás lo había hecho, pidiéndole  a Merlín una sola explicación de porque mi hija había nacido muerta –

 

 -¿Ella no nació aquí en el circo?- se extraño Bill, aun así sintiendo escalofríos por el relato, se acerco a Percy y extendiendo sus manos para acariciar su rostro pero dejándolas caer antes de tocarlo, en un gesto desesperanzador-  Se que es muy doloroso que tu bebe haya muerto Percy, pero lo que te devolvieron sepa Merlín que fue,  un espíritu maligno o  una quimera seguramente fue lo que metieron en el cuerpo de tu hija, tu eres inteligente Percy tú lo sabes-trato de hacerle razonar- esa no es tu hija, es un monstruo mal hecho por magia negra y penada, si se llegan a enterar de esto, te pueden estar condenando al beso del dementor-

 

Una risa resonó en el lugar y Bill le miro extrañado - No es una quimera, es una Arpía...una arpía que se alimenta de carne fresca, corazón, pulmones e intestinos, sobre todo de humanos..le gusta mucho la carne de los niños-

 

Bill dio dos pasos hacia atrás - y ¿lo aceptas así como así?-le pregunto a Percy incrédulo a su inteligente y siempre centrado Percy, el único Weasley que jamás  rompería una sola norma.

 

-la tengo de nuevo... cazo para ella...- sonrió mostrando una mirada fría – claro que lo acepto.-

 

-tanto la amas- dijo y no era una pregunta, él  también amaba a Victorie, a Dominique y Louis, podía entender a su hermano, el sabia que el amor de un padre o madre, sobrepasaba los límites de lo insospechado, solo hubiese deseado que Percy no tuviera que pasar por todo eso.

 

Pero parecía que al final también había tenido que pagar el pecado que habían cometido, esa niña por preciosa que fuera, por mucho que tuviera el cuerpo de una hermosa quinceañera.... no podía ser la hija de Percy, si el angelito había nacido muerto.

 

Draco Malfoy solo le pudo devolver a su hermano una burda imitación de lo que hubiera sido la pequeña de su hermano.

 

La niña se colgó de Percy con suavidad - Papi tengo hambre...- le pidió mordiendo el oído de Percy con suavidad y sin lastimarlo, era su papi.

 

-si Molly-  susurro Percy, quitándose el látigo de su cintura, y mirando a Bill… Pero no era a él a quien atacaría, al menos no aun.

 

Se escucharon los chillidos agónicos de alguien que rompieron el absoluto silencio  que carcomía el circo y fue lanzada  una criatura al suelo por el mismo lanzador de cuchillos, que tenía una sonrisa sardónica, al entrar al ruedo circense.

 

Fleur Delacour

 

-¡Fleur! - Se sobresalto al verla el mayor de los Weasley, esta  solo pudo devolverle una mirada llena de odio. Debió imaginarse que su infiel marido iría a buscar a esa cualquiera que tenia por hermano. Aunque decir que era infiel era injusto, Bill solo había amado a esa basura y a ella solo la había tocado por obligación y por sus encantos veelas, a los que ningún  humano no podía resistirse  y jamás durante su matrimonio había mirado nunca a nadie más.

 

Mas la verdad siempre había estado allí, la semi veela lo sabía, el corazón de Bill siempre había sido de Percy aunque su cuerpo la acompañara en el tálamo nupcial, y aun  con todos sus encantos humanos y fuera de lo humano, jamás había obtenido lo que más añoraba, el amor puro y completo del rompedor de maldiciones por eso pero aun odiaba mas a Percy, lo detestaba de todo corazón, si él no existiera, William Weasley le amaría completamente.

 

Antul solo sonrió la escena  y miro hacia atrás donde una gran luz se ilumino, dejando ver al dueño del circo, con la mirada acerada en los tres protagonistas de esta trágica historia - Bienvenidos señoras y señores- pronuncio con la voz siseante, haciendo que le pusieran una súbita atención - Para el circo de los extraños, el  show de lo siniestro y el teatro de lo bizarro. Entrar en un reino de las maravillas oscuras para disfrutar de tus malvado sueños  o si te atreves a explorar las sombras de tus pesadillas más diabólicas, mira William entre las rarezas de la naturaleza cruel y he aquí criaturas monstruosas, entre las profundidades del abismo, con asombro y consternación, para aquellos que visitan esta fiesta de fantasmas que nunca son las mismas de nuevo. Ya  no hay vuelta atrás - dijo el rubio con sonrisa sardónica- Percy los honores, tu honor es mi honor y hoy queda saldada nuestra deuda-

 

El pelirrojo de ojos marrones alzo su látigo y su pequeña hija, salto a los brazos del rubio amo mientras  su papa traía la comida, que ella espera con ansias psicópatas.

 

-Percy, espera ¿qué piensas hacer?-se interpuso en su camino Bill, como un valiente gryffindor aun cuando el mismo detestaba a su esposa, la tomaba como su penitencia y no se quejaba, no podía dejar que su hermanito se ensuciara las manos, no con la sangre de Fleur.

 

-Molly debe comer... - fue lo que le dijo alzando el látigo y golpeando el torso de su hermano, que lo hizo retroceder y seguir ante poniendo su cuerpo al de la semi veela rubia. Otro latigazo, esta vez a su rostro, lo hizo dar otro paso atrás.

 

Bill se llevo una mano a la mejilla sangrante, el golpe, extrañamente, había reabierto las viejas cicatrices que le dejo Greyback hacía ya muchos años. Pero aun así no esgrimió su varita contra Percy, Bill era el mejor rompedor de maldiciones de Gringotts, por lo tanto condenadamente bueno con una varita pero jamás la levantaría contra su propia sangre

 

-Hay animales de los que puedes alimentar a tu mon....a tu hija Percy - se corrigió a tiempo, al ver la frialdad de los ojos marrones.

 

-soy un domador de criaturas...- le miro- se te olvida que domo veelas...- sonrió  sádicamente lamiendo el látigo obsesamente  y moviéndose con una rapidez que no era muy humana al parecer, logrando teclear a Bill y dar dos giros quedando de pie, solo en las puntas del pie derecho, mientras el más grande caía aparatosamente al suelo, al lado de la semi veela.

 

-Basta Percy -le ordeno Bill, no era tan inteligente como Percy, Percy había sido el genio de la casa, pero él de  bruto no tenía ni un pelo sabía lo que su hermano pretendía - Es un crimen lo que vas a hacer, Percy no puedes.... no puedes ensuciarte las manos-

 

Una risa mas sonó, siniestra, amarga, nefasta y fúnebre, pero esta vez no era de Percy sino del dueño del circo, del titiritero mayor, de Draco Malfoy  - Si es por ensuciarse las manos llegaste como 15 años tarde Weasley....¿no pensaras que Percy alimentaria solo de ratas a su preciosa Molly?-

 

-¡Tu! ¡Malfoy! -grito con odio al verlo - tu eres el culpable de todo, mi hermano jamás hubiese hecho algo así, maldito mortifago -le acuso- Percy, detente podemos conseguirle algo mejor a tu hija que ratas sin necesidad que sean humanos -le trato de hacer razonar.- podemos ir con nuestra madre y padre, ellos nos ayudaran, te lo juro, saldremos de aquí, con tu pequeña  Molly- le rogaba a su hermano por salir de esa pesadilla, mas este solo lo miraba con el odio acérrimo de su alma y corazón podridos.

 

-¿Yo?- le miro el rubio platinado,  acariciando los cabellos de la pequeña arpía - oh perdón pero cuando llego a mi lado ya había parido una hija muerta de su propio hermano- le dijo con burla a Bill.

 

¡Mierda!

 

Justo lo que Bill no quería oír. Lo había sospechado cuando su hermano le dijo que la tuvo antes de entrar circo, pero incluso antes de que pudiera decir algo, su mujer le grito indignada, abofeteándolo al ver que miraba a la niña que sostenía Draco.

 

-¡no mires a ese engendro! tú no tienes más hija que nuestra Victorie, eso es un monstruo, un monstruo que no es humano, no te atrevas ni a mirarla cuando YO te di una hija perfecta, inteligente, poderosa y HUMANA.- le reclamo a su esposo,  indignada, enojada, vituperada

 

-¿Inteligente? si ¿perfecta? también- rio Percy lamiendo el látigo de manera obscena mirando a Draco que asintió- ¿enferma?.. También mí querida veela... Por andar detrás de los pantalones de mi hermano,  has mirado tan poco a tu "perfecta " hija... que más parece mía... – su risa se escucho como ecos del infierno -¿sabías que es adicta a los hechizos de magia negra? ¿Sabías que desea regresar de la muerte a una amiga de la familia?.. –

 

-¡MIENTES! ¡Blasfemas contra mi hija!- grito Fleur arrojándose sobre Percy pero jamás lo llego a tocar por que Bill atajo su salto agarrándola de la cintura -ese puto, ese cualquiera, ese criminal que cuida de un monstruo, calumnia contra Victorie y tu no dices nada- le grito a Bill furiosa.

 

-Basta-le ordeno Bill sacudiéndola con fuerza a su esposa para que dejara de forcejear, no creía las palabras sobre su Victorie, siempre tan buena y tan tranquila. Su hija ni siquiera daba problemas en la escuela, pero sabia también que Fleur no estaba ofendida por lo que dijeran de Victorie, si no solo porque lo decía Percy, cualquier cosa que dijera Percy para su mujer era una ofensa, si le prestaba más atención al guardarropa de Victorie que a la pobre Victorie.

 

-No blasfemo veelita – movió sus pies y los lazos que hace pocas noches habían atrapado a el matrimonio Longbotton, cayeron del techo para estar alrededor de Percy - digo la verdad... oh hace unos años no supieron que el cuerpo de Nymphadora Tonks fue saqueado de su tumba.. ¿Encontraron el culpable Bill?-

 

-¿eso que tiene que ver con Victorie, Percy?-suspiro mirando agotado a su hermano sintiéndose viejo - Victorie estaba en el colegio cuando eso paso.

 

- no hay mas ciego que el que no quiere ver- dijo atado su pie a el lazo, ya había hablado demasiado.. Las luces se apagaron y luego se prendieron tétricamente, Draco, Antul y la pequeña Arpía no estaban... Percy había desaparecido y solo en la arena aparentemente estaban Fleur y Bill, hasta que escucharon gruñidos- ¡Ah! se me olvidaba Bill no solo domo veelas- se escucho la voz del tercero de los Weasley - Mi amo Draco me concedió el honor de domar Licántropos-

 

Bill odiaba los licántropos, Fenrir Greyback se había encargado de eso, podría no transformarse en uno pero era prácticamente uno, con su gusto por la comida semi cruda, sus humores y fuerzas atados a las fases lunares entre otros, saco su varita tomándola con fuerza - ponte atrás mío-le ordeno cortante a su esposa, que por una vez en su vida no protesto.

 

Los gruñidos de nuevo se escucharon y Fleur casi grita al ver que efectivamente, estaban los  licántropos formando un circulo a su alrededor, cerca de  cuatro licántropos grandes, peludos, con las fauces abiertas de forma grotesca, con las cadenas en sus cuellos y sus patas... Pero liberados para una función tétrica- Juegas con ventaja hermanito... aquí no hay ventajas, al menos no para ustedes- susurro Percy desde atrás de este latigando la espalda de la veela con una fuerza sobre humana y con otro latigazo quitándole la varita - vamos demuéstrale a mis licántropos que casi eres uno de ellos...-

 

-¿esta es tu venganza Percy? ¿Quieres matarnos a los dos?-le pregunto Bill moviéndose siempre con Fleur a sus espaldas. No había previsto que Percy trataría de quitarle su varita, había bajado la guardia y como cualquier tonto que bajaba la guardia ahora tenía que pagar el precio, estaba sin ella lo que reducía sus posibilidades drásticamente, él  era solo un mal intento de cachorro de Greyback mientras los otros eran licántropos puros aun siendo así con ayuda de su astucia si solo fuera uno podría salir victorioso, pero eran cuatro, lo que inclinaba la balanza drásticamente y no precisamente a su favor.

 

-me dejaste por ella- se escucho la voz de Percy desde el aire - un día entraste a mi alcoba robándome la ... pureza... y luego de quien sabe cuántas veces me revolcaste por esa habitación, llegas un día diciendo con que te casas, el mismo día que me entere de Molly...-apretó el látigo - salí del mundo mágico como un paria, como una basura.., porque tu adorada esposa me acuso frente al ministerio, de infiltración de información y alta traición, perdí mi trabajo, mi hogar, debí salir al mundo muggle, robando comida, imperiando personas para poder hacer algo... para poder tener un techo que no fuera una caja de cartón.. Cada día mas débil, cada día necesitando de tu magia, porque mi hija la absorbía toda, ¿para qué? Para nada, nada pude hacer... nada… nació muerta y el amo Draco me encontró, el maldito Malfoy que todos odiaban entendía mi dolor, mi sed de venganza, él fue el único que me dio su mano..-

 

Mientras le escuchaba Bill se volteo como un relámpago más bien como un verdadero animal pero hacia su esposa y la tomo del cuello apretando tan fuerte los frágiles huesos que la veela cayó de rodillas.

 

-¡tú!-la sacudió como una títere con un brillo dorado en sus azules ojos- me case contigo para liberar a Percy, tu lo prometiste, prometiste que él no pagaría nuestro pecado si yo me casaba contigo, te he soportado durante años sin más recompensa que mis hijos ¿y tú me traicionaste?-le reclamo agitándola a punto de quebrar los frágiles huesos del grácil cuello en sus manos.

 

-Bill- jadeo Fleur tratando con sus manos inútilmente de apartar la mano que se cerraba como una garra sobre su cuello -Bill por favor- suplico -por ahh los niños -jadeo pero al ver que sus ruegos no funcionaban al enfrentarse por primera vez en su vida al enojo de su marido, en ese momento la semi veela temió mas a este que a los lobos.

 

-Tu sabias lo que había pasado con Percy y fingiste no saber por qué se había ido de la casa. Me dijiste que tal vez solo se fue a hacer una nueva vida lejos de mi-le reclamo levantando su otra mano y abofeteándola, sintiendo como el  labio de su mujer se quebraba bajo su enorme mano y por extraño que pareciera, se sentía bien.

 

Su madre les crio bien, a una mujer nunca se le tocaba les había enseñado y él  siempre había obedecido esa regla sin problemas pero esta... esta no era una mujer, esta merecía esa bofetada y mucho mas.

 

-Bill- jadeo la francesa con la boca llena de sangre- los lobos Bill-le recordó que estaban a  punto de ser atacados desesperada por escapar.

 

Sabía que un alfa no soportaba las amenazas de otros y aun que incompleto, no había duda que Bill tenia sangre alfa, hubiese sido uno si Greyback hubiese tenido éxito. Bill se volvió hacia los lobos, primero acabaría con ellos y luego con Fleur estaba lo suficiente enojado para eso; claro que Fleur sabía que los lobos matarían a su muy que enfadado esposo, y mientras este  se volteaba hacia los lobos, la mitad veela trato de salir a gatas de la arena para escapar, por ella que ardieran todos en ese maldito circo hasta Bill, ese mal agradecido después de todo lo que ella había echo por EL, se había atrevido a intentar matarla, le había levantado la mano, a ella, a ella que le había salvado, que le había dado tres maravillosos hijos,  a ella que le había dado su amor y su vida, a ese pobretón, pobre intento de hombre lobo, con su asquerosa manía de comerse la carne cruda, sin más dinero que solo el necesario, teniéndola viviendo en una casa que era del tamaño de una de las habitaciones de la mansión de sus padres, ese pecador que se encamaba con su propio hermano.

 

Después de todo lo que había hecho por él, después de darle más de lo que se merecía había tratado de traicionarla, se merecía morir a mano de los lobos para que ella pudiera seguir viviendo.

 

Los lobos vieron  a Bill gruñendo, salivando desde su hocico hasta el suelo y a una seña de Percy se lanzaron contra este, total era un cachorro después de todo.... pero a Fleur dentro de sus largas cavilaciones olvido a alguien muy importante, a Percy.

 

El pelirrojo la detuvo antes de que pudiera escapar entre las gradas, mostrando unos ojos fríos -Bill no puede salvarte pequeña criatura-. Dijo ahora blandiendo una daga  hecha de huesos de veela- he practicado muchos años para poder llegar a este día tan liberador para mí - le agarro del cabello rubio platinado con fuerza, sintiendo como la veela trataba de usar su Alure pero sonrió con sorna - Querida eso conmigo no funciona... soy inmune al Alure de los veelas- la daga paso por su rostro de forma circundante hasta empezar a realizar una sonrisa con ella... fue a la orilla de la boca y con esta rasgo la piel y el musculo formando una sonrisa onerosa a carne y sangre.

 

 Fleur grito con fuerza al sentir el cuchillo hundirse en su carne y trato de golpear a Percy de clavarle sus uñas para huir, estaba consciente  que de Bill no tendría ayuda, su propio marido se veía rebasado por los lobos aunque en su furia no le importaba, peleaba con los lobos como si estos fueran simples perros y no lobos que podían arrancarle la piel y los huesos a mordiscos, volcaba en ellos toda la furia y frustraciones de 15 años.

 

El pelirrojo cuando le rasgo la piel a la semi veela sintió más  euforia  y la golpeo contra las gradas, dejándola allí, con la cara deforma en una sonrisa sangrante y una herida prominente en la cabeza –No, no, no, mi querida veela...- con su látigo golpeo su pecho varias veces hasta que el vestido se rompió y la sangre salpico su rostro, lamio  la sangre de manera obscena con su lengua - Me lo quitaste, pero él es culpable de igual forma... no te preocupes los dos irán al infierno, porque solo hay algo peor que una mentira, una violación, un robo y esa querida,  es la traición- dijo agarrando el látigo estrellándolo con propiedad en el rostro, cuello y torso de la veela, las puntas de colmillos de dragón penetraban la carne y la jalaban de forma cruel desprendiendo ahora musculo y cartílago.

 

 En medio de su dolor y sabiéndose próxima a morir a manos de ese pelirrojo demente, grito -¡puta él fue mío!, mi hija está viva mientras la tuya es un monstruo muerto, él  morirá conmigo, él  estará toda la eternidad conmigo porque es mío, nunca jamás será tuyo Percy Weasley - escupió el suelo a los pies de Percy- te lo quite y me lo quede, me quede todo lo que jamás será tuyo-

 

-Si... puede ser- le miro acercándose a ella y sentándose en sus caderas- me lo quitaste y yo te quitare la vida...- jugó con la daga cerca a sus ojos – tus hijos seguramente se quedaran con mis padres - le miro - pero aun no conoces el infierno para desearlo Fleur.. Tal vez los dos vallan a dos infiernos diferentes- miro  uno de sus licántropos morder a Bill y escuchar el grito en toda la carpa -Tu infierno  será morir y saber... que siendo un animal, Bill estará por siempre en el circo.. Bajo los mandatos de mi látigo y su infierno, es ser un animal consciente que siempre ha odiado, enjaulado a los deseos de este simple domador-

 

-¡no lo tendrás puta!- arrojo sus atrofiadas manos al rostro de Percy tratando de arrancarle los ojos-¡es mío, puta es mío!-le grito como enloquecida.

 

Mas el domador se levanto rápidamente colocando la bota con fuerza en el pecho desgarrado, enterrando el tacón pequeño en las costillas ajenas haciendo un poco de fuerza para romperlas y giro su daga penetrando la muñeca de la semi veela... un grito moribundo se escucho y sus ojos marrones divertidos ataron con las telas a la veela.. Aun sin matarla - Molly a comer – pareció cantar la frase.

 

Fleur grito al sentir el agónico dolor que nunca antes había sentido en su vida aun peor que mil cruciatus.

 

-Basta por favor-rogo por su vida con la poca voz que le quedaba

 

-no- susurro en su oído viendo como reptaba su hija en el suelo, su pequeño engendro que sacaba los dentados dientes, como sus ojos se volvían negros y como se abalanzaba al estomago de la mujer, rasgando la piel, atravesándola por completo, deleitándose del sabor de sus entrañas...un sin matarla

 

La semi veela vomito sangre cuando sus entrañas salieron de su cuerpo causando un particular sonido al caer hasta el suelo, sintiendo su vida fugarse de sus manos, a través de las desdentadas de ese grotesco ser que el pelirrojo llamaba hija.

 

Percy dejo a la mujer, total su hijita sabia comer y la semi veela sería una gran fuente de alimento, sobre todo sus intestinos, así se acerco a la arena blandiendo su látigo alejando a los licántropos con solo el chasquear de este contra la uniforme superficie  - Estas herido hermanito-

 

-¿no era lo que querías? ¿Mi muerte?- Tosió Bill bastante herido, debido a las desdentadas, aun así se había dado mañas para matar uno de sus lobos

 

-Nunca dije que tu muerte hermano mayor... dije tu infierno, Mis lobos siguen siendo betas... necesitan un alfa, así sea un cachorro- se acerco a besar los cabellos de su hermano y los trapecistas quitaron el techo de la carpa.. Mostrando la misma Luna llena que ya estaba sin rastro de nubes que la cubrieran - es la una de la mañana... aun la luna esta en lo alto Bill-

 

-¡tú! – grito Bill agarrando a Percy por los hombros a diferencia de Fleur, a quien había agarrado por el cuello, aun así apretó sus hombros con fuerza obligándole a mirar -¿cómo pudiste hacerme esto?, has hecho que esas bestias me mordieran que terminaran el trabajo de....-no pudo terminar de hablar empujando con fuerza a Percy lejos de él, haciéndolo caer fuera de la arena - vete de aquí tu pequeño estúpido corre- le ordeno sintiendo sus colmillos crecer, sus ojos cambiar, sus huesos moverse y el pelo brotar por toda su piel -¡CORRE! -le gruño con una voz que ya no era humana.

 

Si bien el veneno de los lobos tardaba varios días en corroer a humanidad de mago o humano, Bill había sido mordido con anterioridad por otro alfa, el veneno siempre estuvo allí bajo su piel.

 

Mas Percy no corrió, por el contrario, se acerco a los licántropos que se echaron a sus pies, mientras este se recostaba en uno de ellos, como lo haría en un cómodo sillón, viendo como su adorable hermano se convertía en lo que más odiaba, en un licántropo... como ese cuerpo crecía fuertemente y le devoro con los ojos, teniendo de música de fondo, los infernales gemidos de Fleur

Pero en cambio, Bill no pudo hacer nada, mientras sentía el dolor infernal de la transformación,  su cuerpo   se erguía como  hombre en dos patas, mas sin embargo, mostraba la visión de un lobo, con un gran hocico  dentado y los ojos dorados y azules, su cuerpo completamente lleno de pelo negro, una larga cola que se movía peligrosamente, las garras eran aterradoras debido al tamaño de estas, hasta que  finalmente el dolor seso y alzo su cabeza aullándole a la luna sus frustraciones.

 

Su visión se había vuelto monocromática y volteo su inmensa cabeza hacia los lobos más pequeños que él y les gruño haciendo el ademan de morderlos para que se alejaran del tramposo pelirrojo que le había hecho esto.

 

Los licántropos se levantaron a lamer las heridas de sus cuerpos y lamer al hermano caído… el pelirrojo solo le miro - ¿deseas morderme Bill?- pregunto aun en el cómodo suelo - ¿o deseas quedarte para siempre conmigo?... ya no habrá pecado.. Eres un lobo, total si ya tuvimos el incesto ¿qué es la zoofilia en tu paleta de pecados?

 

El nuevo licántropo camino hasta Percy y  sus garras se cerraron en los brazos del domador pelirrojo con fuerza, mas no se clavaron en estos, solo lo viraron con brusquedad contra la arena, mientras sus garras destrozaban la ropa, a fin de marcar su territorio como el alfa que era, su mente estaba entre la humanidad y la bestialidad.

 

El pelirrojo gimió por la brusquedad por la que era tratado..., por la bestia que algún día llamo hermano, aun así no oponía ninguna clase de resistencia, los betas aullaron en una confabulación con la luna, viendo al alfa reclamar bestialmente al domador,   arañando la espalda de este mientras desgarraba las ropas, claro que a Percy no le interesaba ser arañado o mordido, era inmune al veneno de los licántropos.

 

Cuando al fin pudo destrozar las ropas del humano y dejarlo a su merced, el lobo se introdujo violentamente en este desgarrándolo como si fuera virgen, sosteniéndolo de los hombros con dureza y mas que complacido cuando escucho el grito asfixiado de ese tramposo pelirrojo.

 

Se escucho su gruñido de lujuria, el Licántropo estaba sellando un pacto infernal al tomarlo... el humano sangraba en abundancia por la forma fálica del  animal… mas sus caderas aun a pesar del sublime dolor y de su desgarro, se movían contra este, sintiendo los vellos del animal rosando sus piernas, así como las patas   rozar sus muslos y piernas.

 

Bill, ahora  en su forma de hombre-lobo, se movió dentro de Percy satisfaciéndose como no lo había echo en quince años, mientras inclinaba su hocico y mordía sobre el hombro derecho de Percy marcándolo, era suyo, en esos momentos ya no había hermandad, había manada y en esa manada el domador era su beta, su hembra, ante todos, ante los betas echados en el suelo, ante la arpía que devoraba a la semi veela, ante las bestias que estaban encima de sus cabezas colgados como insectos, ante el cuervo lanzador de cuchillos y sobre todo ante el rubio que les miraba desde las gradas de manera irónica.

 

Sobre todo a ese rubio, debía demostrarle que Percy era SUYO.

 

El lobo alzo el hocico y aulló a la luna su liberación cuando se corrió dentro de Percy de manera abundante y animal mas no salió, queriendo demostrar su supremacía.

 

El domador  como pudo alcanzo su látigo rojo  y blandiéndolo hacia atrás comenzó a latigar el lomo del animal,  que gruñía y bramaba por la fuerza de este cayendo sobre si, hasta que finalmente soltó al humano y le miro con esos ojos azulados – dorados en forma de reto, su grueso y peludo pene mostraba rastro de semen propio y sangre ajena.

 

- eres el alfa de la manada pero aquí yo soy el domador- le recordó Percy levantándose como pudo, y a pesar de las molestias en su cuerpo desnudo, e que tenia marcas transversales de garras, desdentadas y su entrada estaba destrozada, se notaba por las líneas de sangre que caían de sus muslos acompañados por algo de semen- Molly- llamo a su hija que salto a sus brazos sonriente con la boquita llena de sangre, desde su visión solo se veía el torso desmembrado de la rubia y una de sus piernas, trono los dedos y dejo que sus lobos comieran lo que quedaba.

 

Sin embargo Bill le gruño a los betas, nadie se podía alimentar antes que el alfa, se acerco al cuerpo y abrió el hocico destrozando la cara de la semi veela ya muerta.

 

Percy  realmente no se lo esperaba, ya que aun en forma animal, Bill seguía siendo Bill, pero sonrió acercándose a la manada y Molly miro la escena con una sonrisita sangrienta- Papi... ¿papa se quedara con nosotros?-

 

-si mi bella Molly, papa estará para siempre con nosotros- le juro, después de todo al ser mordido por sus licántropos jamás tomaría de nuevo la forma humana, Bill seria una más de las criaturas del circo Imaginaerum, miro hacia las gradas y Draco le sonrió de vuelta.... solo faltaba cobra unas cuantas deudas mas.

 

La oscuridad rigió el circo, y Draco se levanto retirándose, dejando a la manada alimentarse de un cadáver.

 

Su risa inundo todos los rincones de su sádico circo.

 

 

Continuara..

 

Nota: Bueno chicas y chicos, iba a ser un One Shot pero se me alargo,  a lo máximo son dos capítulos más o uno solo… por favor si esta fuera del cannon ya lo sé, pero a riesgo de parecer grosera, no comenten al menos que sea una critica VERDADERAMENTE constructiva. No es que solo desee recibir comentarios de “*-* oh genial sigue así” *continue please” o “eres lo máximo”, ya que alguien dijo por ahí que solo uno deseaba recibir comentarios buenos, también he recibido comentarios malos, horribles, solo que si desean comentar con toda la crítica constructiva será bien recibida.

 

Es por eso que he realizado un foro para la campaña de los BUENOS COMENTARIOS, no es con el ánimo de ofender al lector, es con el ánimo de la buena y sana convivencia, además creo que como Escritoras nos merecemos un poquito de crédito.

 

¡Es escrito por fans para fans!

 

Matane  ^^

Notas finales:

Me uno a Mel con lo de promoción descarada!! Jejeje bueno  hay unos  fic que me gustaría que les echaran un ojito, primero que todo PET SHOT OF HORROR, un fic de Kaede Sakuragi,  lleno de intriga y muertos! Ja! Esta basado en el excelente manga de Matsuri Akino, si tiene la oportunidad bájense los ovas son geniales… *-*

 

http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=38891

 

También traído desde las profundidades del Japón feudal Tenno con Melanie Lupin Black

 

http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=37996&textsize=0&chapter=11

 

un fic que hasta el momento me ha gustado y para las vísperas de navidad..  A Cristmas Carol, conste que no conozco a la escritora, pero me ha enganchado.

 

http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=38827

 

También y por ultimo y no menos importante mi foro, no he tenido tiempo esta semana de revisarlo porque no he estado bien de salud pero  este fin de semana con mcho gusto me pongo al día con todo!

http://losbuenoscomentarios.foro-colombia.net/

 


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