Un día víspera al invierno iba caminando por una calle poco concurrida un hombre alto, de cabello negro, pensando en cual hotel podría cumplir su fantasía sexual, hacer una orgía, y mirando hoteles por esa calle se encontró un pequeño callejón, su curiosidad le hizo adentrarse al callejón, mirando ambos lados, se encontró a su izquierda un letrero de hermosas letras doradas las cuales formaban el nombre de “Golden Palace” su memoria le recordó al revisar varios sitios de Internet que era muy conocido el hotel, su lema decía algo como “La discreción es lo esencial”, sin más preámbulos entró directamente a la recepción.
La recepción contaba con un elegante piso de parqué, también se apreciaba unos sillones de color ocre y en el medio de estos se encontraba un centro de mesa con un bol, dentro de éste se encontraba un pez negro de ojos amarillos, el chico alto se había quedado impresionado mirando, en el mismo momento que avanzaba rápidamente a la caja del hotel.
-Buenas tardes –le habló educadamente a una chica rubia- una habitación para cinco, por favor –terminó, la chica se le quedó mirando con cierta curiosidad pero con los lentes que cargaba el hombre no logró reconocerlo.
Tecleó unas cosas en la computadora e inmediatamente le pidió al hombre de cabello negro sus credenciales y tarjeta, éste con cierto recelo se las dio sonriendo, logrando que la chica se sonrojara, acomodando un poco su escote para darle una mejor visión al cliente que ya se encontraba relamiéndose los labios.
Firmar unos documentos, recibir una factura y una llave, le tomó sólo un par de minutos. Se dirigió al ascensor, marcando el botón para llamar, las puertas de éste se abrieron dando paso para entrar, rápidamente al encontrarse dentro marcó el número 15, al comenzar a subir comenzó a teclear un mensaje en su móvil enviando dirección, hora y piso a cuatro remitentes distintos.
Al entrar en la habitación, su sonrisa de desplegó por su cara al ver una cama de tamaño King con sabanas blancas y dos almohadas acolchadas con un respaldo de color ocre liso en su totalidad; al entrar al baño detalló un jacuzzi en el cual fácil entraban cuatro personas pero acomodándose correctamente entrarían los cinco, vio un estante en el cual reposaba el lavamanos, sin más que detallar de interesante (ya que en el Waters no creía que se haría nada) decidió recostarse mientras los otros llegaban.
Estaba perdiendo su paciencia, sabía que los citó para dentro de unas horas pero no aguantaba las ganas de iniciar, su mente divagaba por muchas posiciones en el cual el era el líder y penetraba a todos, dejó de imaginar cosas ya que su entrepierna estaba reaccionando, llevo su mano y empezó a masajearse por encima de la ropa, todo se vió interrumpido al momento que tocaron la puerta, con una flojera se levantó de la cama para abrir el pestillo.
Al empujar la puerta se encontró a Kai con un leve sonrojo y a Reita con un bolso y una mirada que determinó de lujuria que nunca había visto antes, se apartó para que ambos entraran, en ese momento comenzó la primera parte de su pequeña fantasía sexual.
Kai se apoderó de los labios de Aoi apenas éste cerró al puerta, dejo reposar sus brazos en el cuello del pelinegro mientras Reita le acariciaba las nalgas por encima de la ropa, el pelinegro se quedo inmóvil por un instante pero sin pensar demasiado acercó el cuerpo del baterista al suyo restregando su erección en el miembro dormido del otro, un jadeo salió de sus labios dando paso que la lengua del pelinegro violara su cavidad sin piedad.
Reita por su parte ya se encontraba caliente, soltó el bolso que cargaba y se acercó a las nalgas del baterista moviendo su pelvis de atrás hacia delate similar a una penetración pero por encima de la ropa, en el mismo momento que besaba su cuello y le quitaba la camisa, lanzando en algún sitio de la sala.
El pelinegro pensó que no era buena idea calentar al primer objeto sexual en el piso así que con un poco de esfuerzo se separó de Kai jalando de su muñeca, dando un empujón para que quedará en la cama boca arriba, éste se sobresalto pero al quererse levantar una cachetada hizo que se quedara cabizbajo mientras se dejaba hacer.
El rubio buscó en su bolso unas esposas, un vibrador anal y lubricante, dejó las dos últimas cosas encima de una mesita, al dejarlas le colocó las esposas en las muñecas del sumiso para colocarlas luego en el respaldar de la cama, se situó sobre, bajando sus labios por el cuello y el pecho, logrando que éste se retorciera de placer; Aoi veía la escena relamiéndose los labios, le quitó el pantalón y boxer en un rápido movimiento al baterista, agarró el vibrador que estaba encima de la mesita, untando un poco de lubricante al vibrador y tanteo la entrada del pelinegro, logrando que de su miembro saliera el líquido preseminal, Aoi lo lamió haciendo que Kai estuviera a punto de terminar pero el pelinegro le apretó la base del pene para no dejarlo terminar, Reita vió como éste abría los ojos exageradamente momento que aprovecho el pelinegro para penetrar el culo de Kai con el vibrador.
Kai soltó un grito desgarrador, ambos sabían que no era la primera vez que éste se encontraba en una situación así, Aoi dejó el vibrador dentro aún sin encender mientras que Reita besaba lentamente a Kai logrando que éste olvidará un poco la molestia y comenzará a exigir un poco de movimiento.
El pelinegro encendió el vibrador al máximo, empezó a sacar y meter el vibrador de forma violenta, Kai ya acostumbrado a ese tipo de tratos gemía alto, pero ellos no podían darse el lujo que se escuchará, así que el rubio se bajó del cuerpo del baterista, se quitó toda la ropa bajo la mirada lasciva del pelinegro, sintiendo esa mirada puesta en él se colocó en el cuello de Kai penetrando su boca, agarrando su cabello llevando el ritmo que el mismo imponía.
Aoi sentía que su miembro se iba a reventar dentro del pantalón así que dejando dentro de Kai el vibrador al máximo se fue directamente al baño a echarse un poco de agua fría en la cara, se quería guardar para alguien especial.
Reita sintió una puerta así que volteo y al no ver Aoi salió de la boca del pelinegro bajando por él, restregando su pene en el pecho, tetillas del baterista, éste se sentía en la gloría, al llegar a la altura en que tenía ambos miembros juntos, agarró los dos y comenzó a masturbarlos a una velocidad que su brazo le exigía descanso pero su cuerpo quería más, alcanzó los labios del pelinegro, penetrando la boca del baterista con su lengua, mordiendo sus labios, en un movimiento circular que hizo con su mano y ambos terminaron en una oleada de placer sonriendo.
-¿Puedes sacarme el vibrador?- le pidió entre suspiros el pelinegro al rubio, éste se lo sacó lentamente provocando una sensación de vacío y alivio-
Kai se quedó con los pies apoyados en la cama y las piernas abiertas. Al rubio le pareció una imagen podidamente sexy, estaba acercándose cuando sonó la puerta. Maldijo internamente, se colocó el boxer, no le faltaba ni tres pasos cuando Aoi salió rápidamente del baño para abrir la puerta.
Un jadeo salió de sus labios al ver como Uruha se tragaba el miembro de Ruki mientras éste le agarraba el cabello.
-Nos dejan pasar?- dijo, dejando escapar un suspiro- después de esto –sonrió y le guiño el ojo al pelinegro.
Aoi no dejó que el castaño siguiera haciendole sexo oral a Ruki así que lo agarró por el brazo llevandolo hasta el baño, Oyó una queja por parte de Ruki a lo lejos y se volteó para ver que Kai aún seguía esposado.
-Quítale las esposas- le había ordenado a Reita en un tono de voz que produjo un toque de excitación a los tres.
Uruha se abalanzó sobre Aoi colocando sus piernas alrededor de la cadera del pelinegro apenas entró al baño en un acto desesperado de controlar su excitación. Aoi le agarró por las nalgas, y empezó a besarle el cuello.
Las cosas afuera subieron de temperatura rápidamente.
-Mira como se ve nuestró líder –comentó Ruki al mirar a Kai con las piernas abiertas y preparadoios - por lo visto ya todo esta listo.
Se acercó al baterista, colocando las piernas de este sobre sus hombros y sin más comenzó a penetrarlo de una manera rápida y profunda, se oía leves quejidos de Kai, en un momento Ruki acertó y un gemido salió de los labios de Kai. Reita justo en ese momento decidió quitarle las esposas, mientras lo hacía veía las gotas de sudor que tenía el baterista y la cara de placer, sin poder resistir comenzó a masturbar el miembro ya erecto a Kai de manera lenta para la penetración que recibía de Ruki.
Ruki de un sonoro grito terminó en el interior que Kai casi después que éste terminará en la mano en Reita.
En el baño ya los besos estaban repartidos por ambos pechos, las caricias que le proporciona el pelinegro al castaño lograban que éste estuviera a punto de desmayarse por el placer que le producía. Un suspiro más profundo salió de él luego que Aoi le bajará todo y comenzará a masajear su pene besando su cuello, mordiendo su lóbulo en cortos momentos.
En un brusco movimiento Uruha se vio a si mismo frente al espejo del lavamanos, su imagen le causó cierta excitación, de su frente corrían unas gotas de sudor, sus labios se veían rojos y su textura suave, pudo ver por el reflejo la mirada de placer que Aoi le propinaba a su espalda entera, vio como se relamía los labios, en ese momento perdió la poca cordura que tenía y se dejó llevar.
El miembro de Uruha soltaba un poco de líquido pre-seminal, con ese mismo Aoi tanteó la entrada del castaño metiendo sus dedos, al mismo tiempo que torpemente se desabrochaba su pantalón y se bajaba el boxer; le empezó a decir palabras tiernas a Uruha en ese momento, un gemido lo suficientemente alto le dijo que había acertado ese punto en el que volvía loco al castaño.
Sacó sus dedos e inmediatamente penetró al castaño.