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FANTASMAS DE LA NAVIDAD por casiinii

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Notas del fanfic:

Este pequeño fic se lo quiero dedicar sobretodo a tres personas. Tres personas que me han estado apoyando y animando para que pudiera terminarlo. Esas personas son mi gran amigo Alex, a quien conozco desde que íbamos a preescolar y que consigue animarme con sus locas y disparatas ocurrencias. A Jaime, que aunque no hace mucho que lo conozco, se ha convertido en un gran amigo y confidente. Y a mi Celia (Miyuneko) mi gran amiga yaoista, quien siempre esta ahí para mi.
FELIZ A—O NUEVO CHIC@S!!!

Notas del capitulo: Este especial en si se lo quiero dedicar a muchas personas: A Kazenoserei (fue quien escribió el primer comentario a uno de mis fics), a Ranko-chan, a Galdor Ciryatan, a ~Ko-Lee~, a VioletaFenix, a Lunnat, a Yuzuki uzumaki, a Roxfan, a Yuka, a DRAYMAYFELL-san, a metryoshkaXD, a Light and Shadow2, a loveyaoi7, a Kayako, a paulitttttan, a secret fan, a EloraP, a Kyoko96, a Bojik_Ivanov, a VeroUchiha y a algunos anónimos.

Gracias. Gracias a todos por comentar y estar ahí, siguiendo mis fics. Este especial va para todos vosotros.
FELIZ A—O NUEVO!!!
Si alguna vez le hubieran dicho que iba a morir por salvar la vida de un simple cadete de primer grado, Zack no se lo hubiera creído. Si alguna vez le hubieran dicho que todo su mundo se iba a derrumbar por culpa del amor, Zack tampoco se le hubiera creído. Y si alguna vez le hubieran dicho que se enamoraría de un hombre, Zack lo habría considerado imposible.
Pero ahí se encontraba él. Tirado en el suelo. Moribundo. Contemplando aquellos enormes ojos azules, que tanto había amado en secreto, mientras los últimos vestigios de vida se escapaban de entre sus manos. Acarició su mejilla con dulzura. Como le gustaría poder ser capaz de declararle sus sentimientos allí mismo. Pero eso solo causaría dolor y sufrimiento. Aunque lo deseara, con toda su alma, sus labios no fueron capaces de pronunciar ni una sola palabra en aquel momento. Su corazón ardía de dolor. Le dolía verle en ese estado. Sus lágrimas quemaban su piel al entrar en contacto con ella. Agarro un mechón de su rubio pelo con la intención de conseguir acercar un poco más su rostro. “No me dejes, por favor no me dejes”, susurro Cloud entre sollozos. Lo abrazo con todas su fuerzas. Con sus últimas fuerzas.

O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*O*

¿Alguna vez os habéis preguntado que hay después de la muerte? Seguramente es una pregunta que todos nos hemos hecho, por lo menos una vez en la vida. Una pregunta que nos ha revuelto las tripas del miedo, solo por el simple hecho de pensar en ella. Yo no he muerto, ni siquiera he tenido ninguna experiencia cercana a la muerte. Por lo tanto no se que contemplan nuestros ojos. Cuáles son los últimos pensamientos que te cruzan la mente. Que es lo que siente. Siempre dicen que al final del camino ves una luz. Una luz blanquecina. ¿Qué hay después de eso? No lo sé. La religión dice que si te has portado bien en la vida vas al cielo y en cambió si te has portado mal al infierno. Por suerte, o desgracia para vosotros, soy atea, y esa no es la imagen que yo tengo de lo que encontraremos después de la muerte. Lo que yo imagino es algo más realista, a mis ojos por lo menos, a los vuestros puede que no, yo imagino una nada. Una nada llena de nuestras almas. Almas de colores que reflejan, lo que en vida fue, nuestra personalidad. Un lugar donde un simple minuto en el mundo real pueden ser años. Un lugar bastante frío y solitario. Donde solo reina el silencio. Esa es mi imagen de la muerte. Por lo tanto es en ese lugar donde situó a nuestro querido Zack.
Como esta historia no tendría sentido alguno si todo acabara ahí, he de confesar que he modificado un poco ese lugar. Si una de las almas que allí habitan tiene un deseo muy fuerte, tan fuerte que es capaz de romper esa pequeña barrera que nos separa a los muertos de los vivos, se le deja volver. Solo durante un día. Un día especial. El día de año nuevo, o Nochevieja o Víspera de año nuevo, como vosotros prefiráis llamarlo. Ese día las almas que albergan en su interior un deseo muy poderoso pueden volver a la tierra, en su antiguo cuerpo humano, con el propósito de ver realizado ese deseo. Pero como era de esperar, todo en la vida está regido por normas. Y, aunque estuvieras muerto, esa no era la excepción. Solo existían dos normas. La primera, en cuanto sonara la última campanada el deseo ya debería haberse llevado a cabo; la segunda, nadie deberá verte salvo aquellas personas que estén completamente ligadas a tu deseo. Algo sencillo de decir pero no tan sencillos de realizar.
A estas alturas del relato ya todos vosotros os imagináis cual es el deseo de nuestro protagonista, Zack. Su deseo…su mayor anhelo, era volver a verle. Volver a contemplar aquellos enormes ojos azules, tan cristalinos como el mismísimo océano. Poder acariciar ese perlado rostro. Poder decirle que le amaba. Llegar a fundirse en él…como un solo ser. Y este año, al fin, ese deseo se vería realizado. Zack no era tonto. …l sabía que cabía la posibilidad de ser rechazado. La posibilidad de ver cumplidos sus peores temores ¿Pero que podía perder? Ya no tenía nada. Ni familia, ni amigos, ni siquiera contaba con algún enemigo…nada. Solo tenía recuerdos. Recuerdos los cuales algún día olvidaría…

Nada. No sentía absolutamente nada. A veces creía haber atisbado en su interior el nacimiento de un brote de locura, pero no era real. Aquel silencio lo iba a matar, bueno la mataría si no fuera por el simple hecho de que ya estaba muerto. Se dejo guiar de nuevo por aquel deseo, ya que era la única forma que tenía de poder sobrellevar aquello. Aquellas imágenes volvieron a llenarle. Imágenes donde se veía un joven rubio. Era en ese entonces, cuando lo veía en sus recuerdos, que el anhelo y la felicidad embargaban todo su ser. Sabía que aquello era imposible, él no podía sentir nada. Y entonces todo cambió. Una luz apareció de la nada. Y almas, del mismo color que la de él, empezaron a elevarse entre todas las demás. Almas las cuales empezaron a tomar forma, su verdadera forma. Y poco a poco todas ellas empezaron a desaparecer. Y es aquí, en este punto, donde comienza la verdadera historia.

Dejo que el frío aire de la noche llenara sus pulmones. Parecía que había pasado una eternidad en aquel lugar. Empezó a caminar, tambaleante, por el camino de piedra que conducía hacía la entrada del cementerio. Las amarillentas luces de las farolas le provocaron una pequeña ceguera. Se dejo caer sobre uno de los bancos que allí reposaban. Todo lo que antaño era fácil de realizar ahora se había convertido en una verdadera tortura. Miro desubicado a su alrededor. Solo tenía 24 horas para encontrarlo y en la situación en la que se encontraba eso no parecía ser tiempo suficiente. Empezó a caminar, dejándose guiar por sus recuerdos sobre ese lugar. Las voces de la gente, el ruido de los coches, el cantar de los grillos…todo era tan nuevo y a la vez tan antiguo. Cada sonido, por hermoso o grotesco que fuera, le era una maravilla para sus oídos después de tanto silencio. El olor de la calle, el aroma proveniente de la comida de un bar cercano, el propio perfume de las personas…todo despertaba sus más dormidos sentidos. Cerró los ojos dejándose envolver por todas aquellas sensaciones. Unos rugidos, provenientes de su estomago, le obligaron a salir de sus ensoñaciones. Poso una mano sobre su estomago, hacía mucho que no sentía esa necesidad. Con una sonrisa en sus labios, sus recuerdos y su buen olfato, fue en busca de un lugar donde comer.
Miro el gran cartel en letras doradas. Un dulce aroma se colaba por debajo de la puerta. Sin pensárselo entro en el local y se dirigió hacía la barra. Una rechoncha mujer la limpiaba con sorna.
-Buenos días- dijo.
-…- Ningún sonido salía de entre sus labios. Un atisbo de terror cruzo por sus ojos. Se agarro el cuello con fuerza, como si ese acto pudiera hacer que su voz volviese.
-¿Se encuentra bien?- pregunto sorprendida la mujer, quien viendo las reacciones de su cliente no tuvo mejor idea que darle un vaso de licor, el cual Zack bebió de un solo trago.
-Ho…hola. Hola…-Zack escuchaba extrañado su, ya olvidado, tono de voz; la mujer lo miro con extrañeza.
-¿Qué desea?- se atrevió a preguntar, interrumpiendo así el monologo que el moreno mantenía con el mismo.
-No se…puede servirme una de esos- dijo señalando un plato perteneciente a otro cliente.
-Por supuesto, cariño- dijo entrando a la cocina.
Zack se puso a dibujar círculos por la barra de madera, a falta de algo más productivo. Cerca de él se hallaban dos hombres apostando por cosas sin relevancia. Pero en una de esas extrañas apuestas unas palabras captaron su atención.
-…si Sephiroth regresara ni siquiera el mismísimo Strife podría vencerle- dijo una de los hombres sentados cerca de él.
Zack se quedo de piedra al escuchar aquellas palabras.
-Yo creo que sí, es crio es mucho más de lo que aparenta…
-Solo es un suertudo…
-Venga ya- intervino un tercer hombre ajeno a la conversación.- Cloud hace tiempo que dejo todos esos royos, ahora es solo un maldito repartidor y un barman.
-Yo he escuchado que el bar es solo una tapadera.
-Disculpen- dijo Zack, intentando llamar la atención de aquellos hombres.
-¿Necesitas algo, muchacho?- dijo uno de los hombres.
-Si fueran tan amables…¿Podrían indicarme el paradero de Cloud Strife?
-¿Eh?- los tres hombres le miraron con confusión.
-Mira chaval…- dijo uno de ellos.- Sí estas aquí para enfrentarte a él, por muy mayor y fuerte que seas, no lo vencerás. Y si solo quieres hablar con él, créeme, desiste.
-¿Eh?
-Ese crió no es conocido por su simpatía, es más bien…frío con todo el mundo.
-Sí, si te acercas a él lo más probable es que salgas mal parado.
-Me da igual. Indíquenme donde vive.
-Tres cuadras más abajo encontraras un bar, el séptimo cielo, él vive y trabaja allí.
Salió del lugar sin haber probado bocado. No había tiempo para eso.

Se quedo parado ante la puerta de madera. Todo estaba en penumbras, pero poco le importo. Dio varias vueltas a la casa, intentando encontrar la mejor manera de colarse en ella. Encontró una trampilla en el suelo, la cual probablemente llevaría hasta la despensa. No le costó mucho romper el candado que unía los dos trozos de madera. La despensa no era muy grande y desde su posición pudo ver las escaleras que ascendían hasta la primera planta. Las subió sin vacilar. Era un lugar bastante acogedor, pero realmente él no desearía vivir allí. Inspecciono el lugar con sumo cuidado, no quería ser descubierto. Su corazón cada vez iba más rápido, por el simple hecho de pensar en volverle a ver. Subió lentamente las escaleras. Varias habitaciones estaban dispersadas a lo largo del corredor. Se quedo mirando la última puerta del corredor, algo le decía que él estaba allí. Empezó a caminar hacia la puerta, parecía como si a cada paso el pasillo se hiciese más y más largo. La puerta estaba entreabierta, cosa que facilito su tarea. Y allí lo vio.
Estaba de espaldas a él. Su cabellera rubia salía de entre las sabanas. Zack no se lo podía creer, esto no podía ser real. Se acerco sigilosamente, intentando tocar aquel hermoso cabello con sus dedos. Pero algo le dejo congelado en su sitió. Cloud abrazaba cariñosamente a una niña que se hallaba dormida a su lado ¡A una niña! ¿Cuánto tiempo había trascurrido tras su muerte? ¿Era posible que Cloud tuviera una hija? Se alejo del lecho y se pego contra la pared, provocando así un pequeño ruido.
El rubio se incorporo sorprendido. Vio como una figura salía corriendo de su habitación. Tomo la Buster Sword y salió tras él. Todo estaba oscuro. Camino sigilosamente para evitar ser descubierto por aquel intruso. Y lo vi. El intruso estaba parado junto a una de las ventanas, en sus manos sostenía una fotografía.
-¿Quién eres?- pregunto fríamente, pero el intruso no contesto.-¿Qué coño hacías en mi casa? Tienes 20 segundos para darme una respuesta coherente o sino…
La luz un automóvil atravesó fugazmente el cristal, dejando ver por unos segundos el rostro del intruso. La Buster Sword se escurrió de entre sus dedos.
-… ¿Zack?-pregunto en un inaudible susurro.
-Hola, Cloud- dijo fríamente el aludido.
-… No. Esto no puede estar pasando. No. Tú… tú estás muerto.
-¿Tanto te decepciona volver a verme?
-No… pero… no entiendo nada.
- Yo no moriré del todo hasta que no haya cumplido mi más valioso deseo en la tierra.
Cloud le miro sin comprender. Mareado se dejo caer sobre la primera silla que encontró.
-No lo comprendo…
-Es fácil. Yo tengo un deseo y tengo que cumplirlo antes de año nuevo.
-¿Y cuál es ese deseo?
-¿Por qué tendría que decírtelo?- respondió cortante.
El rubio abrió los ojos sorprendido, Zack nunca le había tratado de esa manera. Entonces recayó en la fotografía que Zack sostenía.
-¿Y eso?- dijo señalando la foto.
-Bueno solo la he visto y me he impresionado. Es una bonita estampa familiar- dijo mientras giraba la fotografía para que Cloud la viera.
En ella aparecía Cloud sentado en un sillón con Marlene sobre sus piernas, a su lado se hallaba sentado Denzel y al lado de este Tifa. Todos estaban felices, o simulaban estarlo.
-Tienes una familia muy bonita…-dijo tristemente en un susurro.- Lo que daría por ser parte de ella.
-¿Familia? ¿De qué me estás hablando Zack?
-¿No son estos tu mujer y tus hijos?- pregunto enfadado.
- Al parecer la muerte le vuelve a uno más idiota- Zack le miro entre sorprendido y enfadado.- Zack…no son mis hijos y Tifa no es mi mujer.
-¿Qué has dicho?
-Pues lo que has odio. Barret adoptó a Marlene y como no podía hacerse cargo de ella Tifa la cuida y luego decidió adoptar a Denzel porque el chico no tenía a nadie- El rubio pudo ver la mirada de satisfacción que tenía su amigo- Zack tengo 23 años. No estoy preparado para tener hijos propios, ya tengo bastante con esos dos.
-Yo siento haberte tratado de esa manera, es que… - un rugido proveniente de sus tripas corto la conversación.
-¿Tienes hambre?
-No…un poco…muchísima
-Anda acompáñame a la cocina, creo que ha quedado algo de cena.


Zack devoraba la comida mientras Cloud lo contemplaba fijamente y se daba algún que otro pellizco en el brazo para confirmar que eso era real.
-Estaba buenísimo- dijo el moreno.
-Me alegro de que te gustase. Necesitas algo más.
“A ti”, pensó aunque no lo dijo.
-No, así estoy perfectamente.
-¿Vas a contarme cual es ese deseo tan importante que ha sido capaz de devolverte a la vida?
-Me enamore.
Cloud sintió como si un balde de agua fría le cayera por encima.
-Zack… yo…
El moreno miro sorprendido a Cloud ¿De verdad se había dado cuenta sus sentimientos hacía él?
-… Lo siento mucho de verdad… Intente impedirlo…Shepiroth… La mato… Y Aerith no pudo… Murió…
-Espera, espera… estas intentando decirme que Shepiroth mató a Aerith.
- Sí.
-Pero yo no hablaba de Aerith.
-¿A no?
-No.
-Entonces… ¿De quién estas enamorado? Porque yo solo te había visto con Aerith así que pensé que…
Zack no había podido contenerse y sin que el rubio se diera cuenta se había levantado de su sitió y se había acercado hacía él y le había besado.
El rubio se quedo en estado de shock después de aquella repentina muestra de amor por parte del moreno. Poso sus manos en el pecho de Zack y lo separo de él delicadamente.
-¿Qué…que haces?
-Te amo. Te amo tanto. He esperado tanto tiempo para decirte lo que de verdad siento.
-Pe… pero esto no tiene sentido. No puedes amarme.
-Siempre lo he hecho. No ha habido ni un solo segundo en el que haya dejado de amarte, ni siquiera cuando estuve muerto- se volvió a acercar al rubio, quien lo esquivo con facilidad.
-Pero yo no te amo- soltó.
Zack sintió como si su corazón se rompía en mil pedazos. Hacía ya tiempo que se había preparado mentalmente para recibir esa respuesta. Pero una cosa es imaginárselo y otra muy distinta vivirlo realmente.
-… Zack- lo llamo Cloud en un susurro; el rubio juraría haber oído partirse el corazón de su amigo y sentimiento de culpabilidad había empezado a invadirlo.- Zack- volvió a llamarlo.
El moreno no contesto. No quería que el rubio escuchara su voz quebraza por el silencioso llanto que estaba manteniendo.
Cloud podía ver los movimientos del cuerpo de Zack y supo, con certeza, que el moreno estaba llorando por su culpa.
-Tengamos una cita- dijo el rubio sin pensar.
Zack abrió los ojos y se giro hacía su amigo.
-No necesito que te compadezcas de mi, Cloud.
-Eres mi amigo, siempre lo has sido. Te quiero, como se quiere a un hermano. Sé que no puedo darte el amor que tú me pides, pero puedo tratar de simularlo. Podemos quedar como si fuéramos unos viejos amigos que acaban de encontrarse y lo único que quieren es pasear y hablar de cómo les ha ido en la vida. Sé que suena egoísta por mi parte. Acabo de rechazarte y ahora te pido que me aguantes todo un día. Te debo mucho, Zack. Y quiero “compensarte” por todo lo que has hecho por mí. Solo es un día. Solo voy a tenerte a mi lado un día y no pienso dejar que te vayas con el corazón destrozado. Estoy dispuesto a ser sumiso. A dejar que me lleves donde quieras. A dejar que me toques, siempre que sea de cintura para arriba. Porque eres como mi hermano y estoy dispuesto a todo con tal de que no me odies.
Zack lo miro con sus ojos abiertos como platos. Lo primero que había pensado cuando Cloud había empezado su discurso es que no quería su caridad. Se negaría a ir a eso que él llamaba cita. Pero tras aquellas palabras sabía que no podía negarse. Deseaba pasar su último día con él, pero aun más deseaba poder tocarle aunque solo fuera un poco.
Se acerco a Cloud lentamente. Paso un brazo por su cintura y lo apego un poco más a él. Tomo su barbilla y alzó su rostro. Junto sus labios. Fue solo un roce, pero basto para que Zack se diera cuenta de que Cloud no pretendía huir y de que había sido sincero con aquellas palabras. Le volvió a besar, está profundizando más el beso. Cloud le correspondió tímidamente. Estuvieron así hasta que la necesidad de respirar hizo acto de presencia. Zack se separo y miro aquellas hermosas joyas que Cloud tenía como ojos. Acarició levemente su rostro y después, en un acto desesperado, lo apego a él con un abrazo.


Cloud miro para todos lados, pero no pudo localizar a su acompañante ya que el lugar estaba atestado de gente. Bufo cabreado ¿Quién narices le mandaría a él proponer una cosa tan absurda? Alguien salto sobre él y se agarro a su espalda, cual lapa se tratase.
-He comprado unas manzanas de caramelo, espero que te gusten- dijo la lapa.
-Puedes soltarme. Me cuesta respirar- dijo el rubio tranquilamente.
El moreno le soltó y le tendió la manzana. El rubio la cogió sin rechistar, le gustase o no iba a comerse esa maldita manzana por que había sido Zack quien se la habia comprado.
-¿Qué tenias planeado hacer?- le pregunto el moreno.
-Me da igual, decide tú.
-¿De verdad?
-Sí
-¿De verdad de la buena?
-Sí tú eliges. Te dije que yo era el sumiso, hare todo lo que tú quieras.
-¿Y si te digo que quiero ir a un hotel y jugar con ese culito tan respingón que tienes?
-En ese caso volverías al lugar de donde has salido antes de que el plazo para cumplir tu deseo se acabase.
-Lo siento, lo siento…
-No vuelvas a mencionar me culo ¿Entendido?
-Vale. Porque no vamos a la feria, han montado una muy cerca de aquí.
La idea no le hizo ninguna gracia y si no hubiera sido un hombre de palabra ya hacía rato que habría salido corriendo de allí. Pero como había prometido… asintió con la cabeza y cogidos de la mano se dirigieron hacía la feria.

-Has perdido práctica, Zack- dijo Cloud entre risas.
El moreno le miro con odio.
-Ja nadie vence a Zack Fair, ni siquiera un absurdo juego de feria- dijo lanzando otro aro.
-Zack estos juegos están amañados es imposible que ganes.
-Nada es imposible para Zack Fair.
-Egocéntrico.


Zack miro maravillado la pista de coches de choque.
-Quiero subir ahí.
-Adelante, nada te lo impide.
Cloud cargaba un enorme oso de peluche que Zack había conseguido, después de haber estado más de dos horas intentándolo.
-Tú te vienes conmigo- dijo cogiéndole del brazo y arrastrándolo hasta la taquilla.- Dos tickets- le dijo al hombre que vendía las entradas.
-Serán 5 euros en total.
-Aquí tiene. Corre Cloud, hay que coger el mejor coche.
El rubio se dejo guiar. Zack se sentó de conductor y Cloud de copilo.
-Vamos a machacar a nuestros adversarios ¿Verdad Cloudy?
-Zack son solo niños, no te van a hacer nadaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Mierda, eso dolió.
Un coche se había chocado con ellos por la parte del copiloto, provocando que Cloud se diría un golpe bastante fuerte.
-Maldito mocoso. Se va a enterar- dijo persiguiendo al coche como un loco por toda la pista.

-Lo siento.
-Tranquilo, Zack. No me importa.
-Pero nos han echado de allí por mi culpa y no he podido vengarme de ese maldito mocoso.
-Zack enserio no importa. He visto que ponen una película al aire libre ¿Qué te parece si la vemos?
-¡Claro!- exclamo animado.
-Pero Zack, enserio, nada de armar un nuevo escándalo, por favor.
-Te lo prometo.

Era una película romántica, aunque eso no supuso ningún problema ya que ninguna de los dos le prestó atención. Zack se paso todo la película besando a Cloud, quería aprovechar los últimos momentos que le quedaban de vida. Y Cloud se la paso respondiendo a los besos del moreno y evitando que esta tocara donde no tenía que tocar. Cuando la película acabo Zack le invito a subir a la noria.
-Es maravilloso- dijo Cloud.
-Siempre me habían hablado de esto, pero nunca creí poder llegar a sentirlo. Cloud te amo.
-Yo hablaba de las vistas- dijo el rubio nervioso de que el moreno hubiera confundido sus palabras.
-Lo sé, pero yo no. Ahora no se qué hare. Aunque solo haya sido por un día, debo reconocer, que me he vuelto adicto a tus besos.
Cloud miro a su amigo. Sus ojos estaban llenos de amargura. Vio como unas lágrimas se deslizaban por su rostro. Sabía que Zack lo amaba, más de lo que había llegado a imaginar en un primer momento. Suspiro pesadamente. Sabía que se iba a arrepentir, pero no tenía otra opción. Quería que Zack volviera al mundo de los muertos feliz.
-Zack…-llamó el rubio.
El aludido se giro hacía él. Cloud se inclino y beso a Zack con pasión. El moreno abrió los ojos como platos, no se podía creer lo que estaba pasando.
-… Tómame- le susurro sobre sus labios.
-¿Qué?
-Hazlo. Haz conmigo lo que quieras. No pondré restricción alguna. Solo te pediré una cosa… se benévolo conmigo.
Zack lo beso con lujuria y pasión.
-Tranquilo. Te prometo que te gustara.


Zack empujo, delicadamente, a Cloud sobre la cama. El rubio se mordió el labio inferior, asustado. Su cuerpo no paraba de temblar.
-Tranquilo. Estas en buenas manos.
Cloud le miro aun más asustado que antes. El moreno rió, le hacían gracia las reacciones de su pequeño rubio. Acto seguido lo beso con pasión, intentando así transmitirle un poco de confianza. Pareció funcionar ya que los temblores del menor remitieron considerablemente. Poco a poco empezó a bajar sus besos por el cuello del rubio, provocando pequeños gemidos de su parte. Zack desplazo la boca hacía la oreja del menor y le dio un lametón, después empezó a morder y a jugar con ella. Cloud seguía ahí quieto, como si de una estatua se tratase. Intentando calmar sus nervios y poner sus pensamientos en orden, aunque era una tarea bastante complicada ya que el otro no paraba de hacerle cosas que provocan extrañas reacciones en su cuerpo. Zack le miro durante unos segundos. Miro aquella cara de concentración y supo que el pequeño se estaba reprimiendo.
-Déjate llevar- le susurro sensualmente al oído.
Los dos se miraron largo y tendido. El rubio suspiro. Paso sus brazos alrededor del cuello del mayor y beso sus labios con pasión. Dibujo una sonrisa en sus labios y empezó a desabrochar la camisa del moreno.
-Tengo miedo- le dijo simplemente.- No puedo evitarlo.
-Shhh… tranquilo. Yo te protegeré, siempre lo hago. Confía en mí.
Zack beso a Cloud. Se termino de quitar la camisa y empezó a desvestir a su acompañante. Cloud se sentía extraño. No era la primera vez que Zack lo veía semidesnudo, pero si era la primera que lo analizaba con tanta determinación.
-Puedes dejar de mirarme así. Enserio, me molesta.
El moreno rió divertido. Bajo su rostro y mordió uno de los pezones del rubio. Un gemido se escapo de entre sus labios. Zack empezó a besar el pecho y el abdomen del menor, mientras con sus manos pellizcaba los pezones. Su boca fue a dar con un trozo de tela. Con una risita empezó a desabrochar el pantalón. Sin miramiento alguno cogió con fuerza la tela y tiro de ella esta dejar a Cloud completamente desnudo. Las mejillas del rubio no tardaron en tornarse de un color carmín. Busco, con desesperación, algo con lo que cubrirse, pero Zack se lo impidió.
-Te ves hermoso así ¿Por qué quieres cubrir tu cuerpo?
Zack dirigió la vista, divertido, hacía la creciente erección del rubio. Deslizo una de sus manos hacía el erecto pene y pellizco la puntita. Un fuerte gemido salió de la boca de rubio. Zack fue bajando lentamente. Trazando un camino de chupetones hacía la erección y, sin previo aviso, se la metió en la boca. Cloud se incorporo repentinamente, bueno más hizo el intento de incorporarse ya que Zack lo volvió a recostar sobre la cama.
-Tranquilo, te aseguro que esto te va a gustar.
Comenzó a chupar su pene. Cloud se sentía en el cielo, nunca antes había gemido tan fuerte. Zack empezó a ir más y más deprisa.
-Za…Zack yo…yo me voy a… - no tuvo tiempo de terminar, el orgasmo llego.
Cloud arqueo la espalda y gimió de placer. Exhausto se dejo caer sobre la mullida cama. Zack trago su semen y se relamió los labios. Se acerco al rostro de Cloud, quien lo miraba con ojos adormilados.
-Gírate.
-¿Qué?
-Tú ya te has divertido, ahora me toca a mí. Gírate.
Cloud se dio la vuelta.
-Ponte a cuatro patas. Sera más fácil así y te causara menos dolor.
-¿Menos dolor? Tú dijiste que no me dolería.
- Para sentir el verdadero éxtasis primero tienes que sentir un poco de dolor. Tranquilo, me detendré si te duele mucho.
Zack separo las nalgas y empezó a chupar su año. Cloud empezó a gemir, noto como su pene se volvía a poner erecto. Zack miro la escena divertido. Alargo su brazo hacía el rostro de Cloud y le tendió varios dedos.
-Chúpalos.
El rubio no tenía ganas de discutir, así que chupo los dedos. Cuando Zack sintió que ya estaban lo suficientemente ensalivados los retiro de su boca. Metió un dedo. Un quejido de dolor salió de entre los labios del chico. No le gustaba nada esa intrusión. Zack empezó a mover el dedo y no lo saco hasta que no vio que Cloud estaba lo suficientemente acostumbrado a él. Metió un segundo dedo. Esta vez Cloud no se quejo, no le había molestado tanto como el primero. De los labios del menor empezaron a salir un sinfín de entrecortados gemidos. Cada vez su cuerpo se sentía más y más caliente. Sentía un fuerte dolor en sus partes debido a la presión que el pantalón ejercía contra su despierto miembro. Sin poder contenerse más, se quito los pantalones, quedando completamente desnudo. Y embistió a Cloud de una sola estocada. Un fuerte grito de dolor salió de entre sus labios. Sentía que se iba a partir. Las lágrimas empezaron a empañar sus ojos y a deslizarse por su hermoso rostro.
-Zack sacalo. Duele. Duele mucho.
-Espera, por favor.
-No, no quiero esperar. Mierda, Zack. Me duele. Sácalo de una maldita vez.
Zack empezó a masturbarle al mismo tiempo que le penetraba una y otra vez. Pese a que las lágrimas no dejaban de deslizarse por su rostro, hacía tiempo que el dolor se había mezclado con el placer. Y, aunque nunca lo admitiría, estaba disfrutando de aquella nueva experiencia.
DONG (1ª campanada)
Sonó a lo lejos la primera campanada. Zack sabía que no tenía mucho tiempo.
DONG (2ª campanada)
Zack volteo a Cloud. Quería ver su rostro.
DONG (3ª campanada
Empezó a embestirle más rápidamente, sabía que el orgasmo llegaría pronto.
DONG (4ª campanada)
Cloud se agarro con fuerza a la espalda de Zack. Cada vez iba más rápido. Cada vez sus gemidos eran más fuertes.
DONG (5ª campanada)
La sangre empezó a recorrer su espalda, a causa de los arañazos provocados por Cloud.
DONG (6ª campanada)
Zack dio una fuerte embestida, tocando un punto desconocido para Cloud.
DONG (7ª campanada)
Cloud se arqueo de placer.
DONG (8ª campanada)
Sin separarse de él, Zack levanto a Cloud sentándole sobre su miembro
DONG (9ª campanada)
Zack masturbo más rápido a Cloud.
DONG (10ª campanada)
Zack beso a Cloud con desesperación.
DONG (11ª campanada)
Zack se inclino sobre su Cloud y le susurro un “Te amo”
DONG (12ª campanada)
Los dos se corrieron al mismo tiempo. Zack en el interior de Cloud y Cloud sobre su estomago y el de Zack. Los dos se besaron profundamente…por última vez.

Una brisa helada empezó a envolver la habitación y Zack fue desapareciendo poco a poco, como arena trasportada por el viento.
-Nunca olvides que te amo y que con este gesto me has hecho la persona más dichosa sobre la faz de la tierra- dijo antes de desaparecer.
Cloud lo miro por última vez. No pudo evitar que nuevas lágrimas salieran de sus ojos. Y así, con el dolor latiente en el pecho, se fue quedando dormido.


El cantar de los pájaros fue sacándole lentamente del sueño en el que se hallaba sumido. Miro a su alrededor. Las imágenes de lo ocurrido la noche pasada, vinieron a su mente. Imágenes dolorosas. Imágenes placenteras. Cloud sonrió. Se sentía feliz, aunque no sabía por qué. Se asomo a la ventana de aquella habitación y miro al exterior. Dirigió su vista al cielo y pensó en Zack. Sabía que nunca podría amarlo como en le había amado a él. Para Cloud, Zack siempre fue, es y será solo un hermano para él. Pero pese a eso, nunca, jamás, se arrepentiría de aquel momento que los dos habían compartido. Aquel momento en el que se hicieron uno. Aquel momento en el que dejo de culparse a sí mismo. Aquel momento en el que decidió volver a sonreír, volver a ser el que era antes de todo aquello


~THE END~

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