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ciel phanthomhive in a little trouble por nofynoky

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Notas del capitulo:

espero que este capitulo también les guste y que no se aburran :D

y ojalá dejen reviews... a ver si me inspiro a seguir escribiendo ^.^ 

Un corazón que no se puede romper y un orgullo peor

 

Había abierto la puerta sin vacilar, sin molestarse en tocar. Su entrada no fue nada discreta y sin embargo ninguno de los dos chicos se dio por enterado.

Sintió como si algo se rompiera dentro de él, su amo, su Ciel, estaba semidesnudo besando a otro chico apasionadamente. Sus cuerpos se movían al mismo ritmo y de pronto posó su mirada sobre las manos de su amo que tomaban de la camisa, fuertemente, al otro chico rubio… acercándolo aún más hacia sí en aquél fogoso beso.

De pronto una rabia inmensa le recorrió por todo el cuerpo, tanto que no notó cuando la manilla de la puerta chirrió fuertemente y se despedazó entre sus dedos.

 Al escuchar esto, ambos chicos se separaron de inmediato, Ciel quedó pegado a la pared como si quisiera pasar inadvertido, un escalofrío helado recorrió su espalda. Sebastian tenía una expresión que daba miedo.

Ciel se sintió culpable al darse cuenta de lo que había hecho, no sabía exactamente porqué sentía culpa, pero ahí estaba. Un silencio incómodo recorrió la habitación por varios minutos, nadie se atrevía a hablar. Ciel movía la boca como si intentase decir algo pero las palabras simplemente no se dignaban a aparecer.

Sebastian dejó caer los restos de lo que alguna vez fue una manilla, se recompuso rápidamente, se dio media vuelta y se alejó de la habitación por el pasillo a paso firme.

Ciel miró con desesperación en el rostro a Alois, como si le suplicara ayuda. Alois sólo desvió la mirada y murmuró un “lo siento” por lo bajo, no le había gustado nada ver aquella expresión en Ciel.

Luego de un corto momento, el conde salió de inmediato tras Sebastian, sin siquiera preocuparse por cubrirse con algo. Alois se quedó solo en su habitación, meditando sobre lo que había sucedido y es que simplemente no había podido contenerse… una sonrisa apareció en sus labios, Ciel no sólo le había correspondido el beso, sino que además había ido por más cuando sus labios se separaron.

Nunca antes había sentido una sensación tan buena como aquella, definitivamente ése conde de ojos zafiro tenía algo que no le dejaba pensar con claridad y estaba seguro que aquello no era algo que sólo él podía percibir… su mirada se dirigió a la puerta donde momentos antes Ciel había salido tras Sebastian.

Alois estaba decidido a conquistar a aquél chico tan curioso… sin embargo no quería lastimarle, seguramente ésa era la sensación que producía en todos… todos querían protegerle de algún modo… no concebía a nadie que fuera capaz de querer hacerle daño.

¿En qué momento Alois Trancy había olvidado todo deseo de venganza hacia aquél conde? Probablemente nunca podría responder a esa pregunta… sólo sabía que eso ya no tenía importancia alguna para él.

 

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Ciel se encontraba buscando desesperadamente a Sebastian, no sabía qué le diría en cuanto lo encontrara, pero sólo tenía claro que debía hacerlo. Luego de un par de vueltas por pasillos solitarios y habitaciones vacías se dio cuenta de que estaba perdido en aquél laberinto de habitaciones.

Se detuvo y se dejó caer por el costado de una pared que se encontraba a sus espaldas, se abrazó las rodillas fuertemente y cerró los ojos intentando calmarse y pensar con claridad nuevamente.

No tenía claro lo que había sucedido entre él y Alois, ni tampoco sabía qué sentimientos tenía en ese momento. Todo parecía confuso, y se sentía como un manojo de ideas incoherentes y sentimientos inconstantes.

-                      ¿va a quedarse ahí todo el día? – la voz de Sebastian lo tomó desprevenido y no pudo evitar un leve sobresalto, levantó la mirada y efectivamente se encontraba ahí. Estaba acuclillado frente a él de modo que quedaba justo a su altura.

-                      Se… Sebastian yo… - el labio inferior le temblaba y no tenía ni idea de cómo completar la frase.

-                      No hace falta que me des explicaciones. – mantenía su típica sonrisa en el rostro, sin embargo fue más cortante de lo habitual y aquello hirió los sentimientos de Ciel, aunque él nunca lo admitiría.

-                      Bocchan… - Continuó, su voz se había suavizado, pocas veces su amo le daba el privilegio de mostrarse vulnerable y en esta ocasión le otorgaba una ternura que pocas veces lograba sacar de él. ¡¿Sebatian Michaelis sintiendo ternura… y por un humano?! Definitivamente Ciel era su perdición.

Le sonrió de medio lado y sujetándolo del brazo lo levantó del suelo.

-                      Llegas tarde Sebastian. – Ciel se recomponía bastante rápido y ya volvía a exhibir esa fachada de madures y frialdad que siempre usaba.  – nos vamos en seguida de aquí. – ordenó aquello rápidamente y comenzó a caminar por el pasillo hacia el primer piso, donde se encontraba la entrada principal, a paso decidido y confiado.

-   Etto… bocchan? – preguntó Sebastian algo divertido y sin saber cómo decirle a su amo que estaba saliendo de la mansión Trancy medio desnudo.

-   No lo repetiré dos veces, Sebastian. – su amo ya se encontraba saliendo por la puerta que daba al jardín delantero, Sebastian sabiendo de ante mano lo que sucedería se acercó a la puerta ya cerrada, listo para abrirla. Dio un suspiro de resignación mientras se colocaba elegantemente a un lado de la puerta.

-   Aaaaaaaaah!!!! – se escuchó un chillido fuerte y agudo, era la señal para abrir la puerta. Sebastian suspiró con una gotita en la cabeza, su amo era demasiado terco como para escucharle de vez en cuando. - ¡¡¡un pervertido!!! – una mujer gritaba fuera de la casa, probablemente una sirvienta que volvía de hacer las compras en el pueblo.

De inmediato Ciel entró, por la puerta recién abierta, como un torbellino y la respiración agitada, cerró la puerta de un golpe, se apoyó en ella como para evitar que alguien volviera a abrirla.

Una pequeña carcajada se le escapó a Sebastian, por lo que recibió una mirada asesina por parte de su amo.  

-   ¡¿Por qué no me dijiste?! – preguntó enojado.

-   Lo intenté, pero no es mi culpa que nunca escuche bocchan… - Sebastian aún tenía una sonrisa dibujada en su rostro, le hacía gracia ver a su amo en situaciones difíciles para él, sobre todo cuando se trataba de su orgullo. Sin embargo aún seguía presente en su cabeza lo que había sucedido hacía sólo unos minutos atrás.

 

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Ya habían vuelto a la mansión Phanthomhive hace dos días, Ciel se encontraba sentado en su escritorio como de costumbre, sin embargo se notaba distraído, puesto que habían demasiadas ideas rondando por su cabeza.

Tenía un montón de papeles, que sujetaba más fuerte de lo que debería, en sus manos el primer papel proclamaba en grande “la tardanza del perro guardián de la reina en desentrañar el caso de Jack el destripador” y por la seguidilla de nuevos asesinatos, que por supuesto también aparecían con el mayor detalle posible en aquél periódico, sólo le llevaba a pensar en una cosa y es que tales acontecimientos parecían significar la burla por parte del asesino hacia el joven conde.

A pesar de que el vizconde Druitt había sido descubierto en tráfico ilegal de señoritas desaparecidas y había sido “derrotado”, la misión para descubrir al asesino había sido un completo fracaso… sin mencionar los sucesos que le precedieron, los cuales (por supuesto) no habían sido ni nombrados ni puestos en cuenta por cierto chico.

Ciel no podía sacarse esas ideas de la cabeza y mucho menos el recuerdo de lo que había sucedido… ese tal Alois le había besado, era su primer beso y lo peor es que no podía negar que no le había desagradado del todo, de hecho le había gustado. Sus pensamientos y recuerdos eran un torbellino.

Podía recordar el contacto que tenía su piel al rozarse con la de Alois en cada movimiento mientras se besaban… un pequeño rubor subió a las mejillas de Ciel y en ese momento tiró los papeles sobre la mesa, decidido a salir de ese encierro en la mansión… si no salía rápido sus pensamientos lo volverían loco.

Justo en el momento que se levantaba, entra Sebastian con una carta en las manos, se la entrega a su joven amo y éste la abre. De inmediato comenzó a leer su contenido y su sorpresa fue evidente.

-                      E-es una invitación… - se giró para ver a Sebastian a la cara, simplemente no podía creerlo.

 

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Claude había vuelto justo después de la partida de cierto conde y se había encontrado con un Alois que caminaba ansioso de un lado a otro, sin decir una palabra iba por ahí sin un objetivo en especial. Claude le preguntó en varias ocasiones si le sucedía algo y sólo recibía un “nada” por respuesta, seguramente su amo no escuchaba nada de lo que decía… en cierta ocasión quiso comprobarlo y mientras le servía su once le preguntó ¿cómo le gustan las cabras? ¿De mora o de durazno? Por supuesto que era una pregunta incoherente y sin sentido pero Alois no pareció notarlo y respondió que “las prefería de mora”.

Después de un día ya había vuelto a la normalidad pero Claude no había descubierto nada acerca de qué había puesto así a su amo, aunque tampoco era algo muy relevante para él.

Sólo era mera curiosidad por parte del demonio, claro, sólo era algo interesante porque su amo no era de los que sufrían de ansiedad o algo así, es más siempre era bastante indiferente a lo que sucedía a su alrededor, pero le llamaba la atención que hubiera algo que podía cambiar la naturaleza de ese insignificante humano… un humano que sólo significaba una buena cena al final del trato, los humanos le repudiaban y si no fuera porque algunos tenían un muy buen sabor, se abstendría de tener contacto alguno con ellos.

Uno de sus pasa tiempos era, al terminar con el trato… o incluso a veces podía saltarse esa parte, comérselos lenta y dolorosamente y a veces disfrutaba torturándolos un poco… todo dependía de su estado de ánimo.

Bueno, nada de eso tenía demasiada importancia para el demonio, sólo que cuando se fue a terminar la investigación que Alois le había encomendado, la presencia de su amo se había esfumado por todo una noche y parte del día y luego de eso se lo encontraba tan ansioso como nunca antes lo había visto. Al parecer habían sucedido cosas interesantes… o tal vez no tanto, pero estaba seguro de que no sería la última vez que sucediera algo como aquello.

Alguien toca a la puerta e interrumpe sus cavilaciones, era un mensajero que traía una carta especialmente dirigida a Alois Trancy. La carta en sí tenía un aire formal, el sello de la reina se parecía imponente en el sobre, esto le provocaba algo de curiosidad acerca de lo que había en su interior… últimamente habían demasiadas cosas que le provocaban curiosidad y eso le inquietaba un poco, se acomodó los lentes y le llevó rápidamente la carta a su amo.

 

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El joven Ciel se encontraba ya sentado en una de las enormes sillas del largo y elegante comedor, cada cierto tiempo le preguntaba la hora a Sebastian, quien se encontraba parado detrás de su amo, atento a cualquier orden que éste pudiera darle. Ciel estaba bastante impaciente, no le gustaba esperar y mucho menos perder el tiempo. Tamborileaba con los dedos la superficie de la mesa, tenía la cabeza apoyada en una de sus  manos, con el codo sobre la mesa… todo él denotaba impaciencia.

Además de que no toleraba la impuntualidad, también le afectaba el hecho de encontrarse donde estaba. Nunca había recibido una invitación directa de la reina y mucho menos una invitación a cenar con ella.

De pronto la puerta se abrió dejándole la pasada a un nuevo invitado. Ciel se levantó esperando ver a la reina, pero grande fue su sorpresa al ver quién se encontraba en el pomo de la puerta, tanto así que incluso se atoró con el agua que estaba bebiendo, haciendo que Sebastian tuviera que recurrir a ayudarlo. Era una escena bastante cómica, de modo que a aquel nuevo invitado se le escapó una pequeña risa… no esperaba causar tanta impresión en el conde Phanthomhive, aunque admitía que él también se había sorprendido.

Notas finales:

les gustó??? espero que sí... y recuerden dejar reviews!!  xD nos vemos en el próximo capitulo!!! dejen cualquier comentario sobre la historia y pensare si poner lo que me digan hahaha... xD


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