¡¡MIMO!! por Artemis-chan8

Avance: Feliz Navidad.

Los villancicos sonaban por todas las calles, la nieve caía en finos copos que me helaron la cara. Me envolví más en la bufanda y me detuve a observar el vaho que salía de mi boca mientras se perdía en el aire.
“¿Qué se supone que estoy haciendo?” suspiré y me senté en el banco frente al lago frente al lago congelado donde la gente patinaba. ¿En serio esperaba que llegara? Miré el reloj, solo quedaban cinco minutos para que diera la hora. Cuando habían pasado quince, me di por vencido. Me levanté, no pude evitar que se me llenaran los ojos de lágrimas. Iba a marcharme cuando algo me detuvo.
– Rick… – era su voz, había llegado tarde, pero allí estaba. Me giré para mirarle mientras me enjuagaba las lágrimas.
– Llegas tarde, Simon – dije intentando que no me temblara la voz.
– En realidad, llevo quince minutos allí parado decidiéndome a acercarme – bajó la mirada y se frotó las manos para calentarlas – me sorprendió que me llamaras… creí que me odiabas…
– Yo… bueno… – me quedé callado. ¿Cómo decirle lo mucho que le había echado de menos? ¿Cómo decirle lo importante que era para mí?
– Déjame decirte, antes de anda, que lo siento, que te he echado de menos y que… que… -- su voz se quebró a medida que las lágrimas acudían a sus ojos. Me acerqué a él por un acto reflejo, pero cuando lo tuve lo bastante cerca para abrazarlo, no me atreví.
-- He pensado mucho este tiempo, pensando en qué debería cuando llegara este momento, pero… -- me quedé en silencio, tratando de hilar una frase con sentido y apropiada – pero ahora que te tengo delante no sé que decir – sonreí tristemente y agaché la cabeza. Acarició mi pelo y se rio. Me encantaba su risa, era alegre, cantarina, risueña. Conseguía animarme incluso en los peores momentos. Le miré con una sonrisa en los labios, él también sonreía.
-- No hace falta que digas nada, Rick – dijo acariciándome suavemente la mejilla. Le miré a los ojos, leí en ellos como en un libro abierto la lucha de sentimientos de se desarrollaba en su interior. Amor, tristeza, deseo, culpa… estaba pensando en lo que pasó, en lo que nos había separado.
-- Sobre lo que pasó… -- se atrevió a hablar por fin, pero se alejó de mi lado, dándome la espalda – fue culpa mía, lo siento, te hice daño, jamás me lo perdonaré…
-- No, Simon, no digas eso – le interrumpí – no fue culpa tuya, fueron las circunstancias – traté de cogerle la mano, pero se soltó con un movimiento brusco.
-- ¡No, Rick! – gritó girándose, estaba llorando y su voz temblaba – me fui de tu lado cuando me necesitabas por puro egoísmo, si te llega a pasar algo y yo no estoy a tu lado… si te hubiera perdido, yo…yo… -- se acercó a mí y me acarició la cara como su fuera un frágil muñeco de cristal.
-- Pero no me pasó nada, así que deja de darle vueltas… -- le pasé los brazos por la cintura y le abracé fuertemente – Dios, te he echado tantísimo de menos – le apreté más fuerte contra mí y él me correspondió al fin.
-- Estaba tan jodidamente asustado… -- dijo Simon en un susurro contenido, separándose lo suficiente para poder mirarme a los ojos – tan asustado de no poder volver a verte, solo pensaba en ti, en que no te pasara nada…
-- Simon, yo te… -- pero no pude terminar la frase por que selló con sus labios los míos, fundiéndonos en un apasionado beso que ambos necesitábamos más que respirar. Hasta que no me besó, no me di cuenta de lo mucho, muchísimo que le había extrañado. Más de lo que pensaba. Más de lo que creía capaz a una persona.
-- Te he traído un regalo de navidad – sacó una caja del bolsillo de su abrigo y me la entregó – mandé que la grabaran hace mucho, antes de todo aquello... – saqué de la caja una esclava de plata. Miré lo que tenía escrito y me lancé a sus brazos, robándole un beso. Simon sonrió contra mis labios. Me cogió la mano, la llevo a sus labios para besarla y me puso la esclava con la inscripción hacia fuera, ambos la leímos y sonreímos, entrelazando los dedos.
-- Mimo…