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WHITE ROOM por Visaki69

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Notas del fanfic:

ToT

La verdad es el prier songfic que hago... espero les guste...

Aunque en realidad, creo que es muy dramático LOL

 

Como sea.... X

 

Espero les guste. Por favor, dejen reviews ;_____;

... O no vuelvo a escribir (?)

Notas del capitulo:

Go!

¿Me amas? ¿Me amas? ¿Me amas?

                Escribía con dedicación. Sacando desde el más recóndito lugar de sus sentimientos aquellas letras. Expresando, con el poco raciocinio que le quedaba, lo que sentía, lo que dudaba.

Hundido en su melancolía se encontraba aún en su ropa de descanso frente al solitario y emocionante mar. Recargado en el desván y con las piernas flexionadas donde recargaba un cuaderno. Un lápiz plateado con punta fina en su mano, deteniéndose en el delgado y amarillento papel.   El olor de la sal le hacía recordar, por alguna desconocida razón.

En ese momento, decidido a decirlo como músico, por medio de una canción, expresaba su final. Sin poder retener su faceta tan tranquila, tan plana, llegando a la horrible locura de la tristeza, de la que tanto se burlaba; escribía lo que sentía; con la seguridad de que se ponía en vergüenza a si mismo

No quiero perder nada; es completamente importante que yo lo proteja todo.

 

A sus sonidos llegó el tono de aviso. Un mensaje había entrado su celular. Vio la pantalla con desgano, encontrándose con aquel horrible kanji brillante* al medio. Lo leyó con cierto dolor y enojo.

“Te extraño. Sé que haz viajado para componer pero… ¿Cuándo vuelves a Tokyo? Tengo dos semanas de vacaciones, así que espero que puedas estar conmigo. Se lo que haz estado sintiendo; necesito verte a los ojos. Cuídate. Te quiero.”

¡Pero qué ridículo se sentía¡  Con el mismo miedo que una colegiala experimenta al estar a punto de perder el amor. Ese no era él… quizá aquel otro guitarrista, realmente le había cambiado tanto, que, en algún punto había dejado de ser él. Seguramente eso debía ser.

Pero por más ridículo que fuera todo aquello, aunque no lo quería acabar, sabía que no había una vuelta atrás. Siempre había sido tan competitivo… tan perfecto que no era capaz de rogar, no, hasta ese fragmento. Sentía  que tenía aquella relación en sus manos. En realidad, no quería perder a ese Takashima Kouyou  que había hecho una mierda de él. 

No importaba que tanto lo hubiera corrompido ya. Una cosa dolorosa y jodidamente molesta lo tenia cosido a su mente, a sus sentimientos. Se había transformado.  Sentía ya no solo “querer” a ese Takashima.

 

El vértigo de mi corazón, cuando tú y yo intercambiamos palabras. El conocimiento empieza a cambiarse; los pensamientos dudan y se desvanecen; saboree el momento.

Con un dolor y desesperación intensa dentro de sí, estaba, tan solo 24 horas después, frente al apartamento del mayor. Limitado a tener una pequeña y horrible esperanza de que, quizá, pudiera esclarecer su interior, sus pensamientos.

Al abrir Uruha, sus miradas se conectaron con una química que daba terror. Cayendo en lo más bajo de las tinieblas, de la burla, Takahiro soltó la bolsa, se lanzó a probar con deseo los carnosos labios ajenos. Los mismos que le correspondieron con aún más hambre.

Hablaron del viaje, de su estado, de su trabajo. En realidad siempre se limitaban a aquello, aún después de tres años. Ambos, teniendo tanto y tan poco de iguales, no podían dar un paso más allá de aquello. Su mente quedaba en blanco, se fundía con la sonrisa del otro, con su aroma, con su compañía. Disfrutaban el momento sin pensar en cuanto daño les haría justo después de dar la media vuelta.

 

Las palabras que repetí, el corazón, el cuerpo y este pensamiento desaparecen. Para ser capaz de encontrarte, sin cambiar el tiempo, abandónalo como es.

 

-Te quiero- Traicionándose a si mismo, lo  dijo con dolor.

-Takahiro, es que, te amo- Desesperado, le dijo el otro. No podía controlar el enojo que aquello le causaba.

-No… Olvídalo. No puedo- No se doblaría. No importaba cuanto dolía. No cambiaría por algo tan tonto como aquello.

Salió del apartamento con lágrimas amenazando a salir de lo más profundo. Con  enojo y furia, las detuvo; reafirmando su postura ante la vida.

                Tres días después, a pesar de todavía tener tiempo para entregarla,  pidió a sus compañeros ayudarle a realizarla. Dentro de un CD, la dejó bajo la puerta del chico de Gazette.

-Escucha mi lado humano-  Escribió en una pequeña nota que colocó en la puerta.

 

Si es posible, ¿Eres feliz?

Takashima se envolvió en dolor, en una furia pura y en lágrimas. Así era aquel Sakaguchi que amaba. Sabía que todo iba a terminar en algo muy parecido. Sonrió; pensando en volverlo a ver, al menos, la última vez. Despedirse con amor.

¿Lo haremos al final?  El tiempo sigue ardiendo sin llama.

El sentido comienza a aflojarse; el amor pervertido nos pasa.

Al abrir la puerta  el tiempo se detuvo. Dolorosamente, se congeló. Takashima entró sin permiso; se dirigió hasta el equipo de sonido. Sakaguchi inhalo con fuerza; apretó sus puños, arándose de convicción para terminar todo de una vez.

-Vete- Dijo, en un tono bajo y tranquilo. Kouyou lo ignoró poniendo a un volumen ligeramente alto la canción.

-Sé que te despides. La canción es genial; será un éxito- Susurró, acercándose cada vez más al líder de nightmare. Terminó por rozarle los labios y, Takahiro, enojado por caer en la dulce tentación, los besó con necesidad.

                No importaba si era una despedida; muy al contrario, quizá era mejor disfrutar del cuerpo del otro por última vez. La cama quedó hecha un desastre entero. De fondo, aquella canción se repetía una y otra vez, clavando en los dos, las espinas del profundo amor que, sin razón, iban a abandonar; pero, incluso si era sin razón, estaban dispuestos a hacerlo… No importaba si dolía, por que, quizá hubiera podido pasar algo peor.

Takashima le entregó el anillo de su primer aniversario. A la luz del medio día, filtrada por  las cortinas de un blanco impecable,  le sonrió con paz.

Una extraña canción, juega en la memoria remota.

Los ojos desean que yo  cambie y dicen adiós.

 

La canción se reprodujo una vez más.  Sentados al borde de la cama, envueltos en tonos blancos y negro, entrelazaron sus labios por última vez.

-Esta vez solo quería decirte la respuesta-  Kouyou dudó un momento-  “I do love you”; por eso, contigo, dejo todo mi cariño.  Adiós, Takahiro-

                El sonido seco de la puerta le hundió en un silencio absoluto. No le quedó nada más que sonreír con alivio. Minutos después, el torrente de lágrimas retenidas por años, salieron a flote.

 

Una inundación de lágrimas que seguramente no se detendrán para mirar el cielo. Ahora, sobre eso, comenzamos a ver en el futuro de luz. Me escaparé de aquí a un cuarto blanco, con el karma girando en espiral.

                La noche le envolvió helada y no hizo más que hundir más en su pecho aquel horrible dolor. En su habitación, tan blanca como la nieve, solo podía ver sus piernas envueltas de negro temblando al ritmo de sus lamentos silenciosos

<<Así esta mejor>> Repetía. Su dolor, lo convertiría en fuerza.

Un suspiro de liberación, no puedo hacerlo; al menos no por la voz.

Sonrió.  No habían pasado  más de 25 horas pero ya lo había dejado ir. Se sentía aún más ligero. A pesar de que sentía algo de tristeza, podía sentir aún con más intensidad ganas de estar adelante. De ser él y estar solo para sí.  

Lamento que yo no pudiera estar. Pensaré en ello estos días. Recuérdalo y así será.

Paseando en el parque cercano a su casa, con las hojas del otoño crujiéndole bajo las botas, se puso a pensar en aquel hermoso guitarrista. Qué bueno que todo había terminado así o, ciertamente, muy pronto, lo lastimaría.

Sonrió deseando  que en ese momento, esa enorme sonrisa fuera igual de brillante. Lo hizo de verdad a pesar de todos los largos años que habían pasado.

Siempre quedaron como amigos. Los más íntimos amigos. Que nunca más se habían vuelto a hablar o a ver de frente pero que así, siempre pensaban con amor en el otro.

Su móvil sonó:

¿Do you  love me? ¿Do you love me? ¿Do you love me? ¿Do you?

No había podido cambiar nunca el tono de llamada.

-¿Sakito? Habla Hitsugi! Por casualidad… ¿Estás libre esta noche?-

-Si ¿Pasa algo?-

-Pues es que PSC ha realizado una fiesta así que Aoi-san nos ha invitado, así que quería saber si puedes ir-

-¿A los cinco?-

-Si! SI! A todos-

                Sonrió con nervios. Ahora más que nunca, era una tabla de acero imposible de agujerar.

-Esta bien. Acepto-

Notas finales:

Les gustó¡??... ¿No??

Pues ya lo sabía ;____________;

 

Acepto sus comentarios, quejas, críticas ;o;


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