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=¿Estás Loco?= por Ddai

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Notas del fanfic:

 

 

Pareja: AgonxHirumaxAgon [así como lo leen. Los AMO JUNTOS son la pareja más sexy y explosiva que hay XD para mi] Con un poquito de AkabaxKotaro, que también son muy lindos juntos.

 

Renuncia: Nada es mío, los personajes son de sus respectivos autores, solo los tomé prestados y un rato para entretenimiento de nosotros los fans sin fines de lucro.

Notas del capitulo:

Renuncia: Nada es mío, los personajes son de sus respectivos autores, solo los tomé prestados y un rato para entretenimiento de nosotros los fans sin fines de lucro.


Definiciones: Unko: Según el manga Unko es “caca”. Amefuto: AMErican FOOTball, es la forma de referirse en Japón a este deporte.

La Melodía de Amor más Tétrica y Violenta


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¿Qué si estaba loco? Bueno, era algo que no le preguntaban, pero él sabía que la gente pensaba eso de él muy a menudo, solo que era porque él ES un tipo violento que no le importa nada sobre nadie, siempre aplastando a otros pro el simple hecho de que podía, gracias a su talento natural… El punto, esta vez, era que la pregunta no tenía nada que ver con su talento, no exactamente al menos, ni con su fuerza, era más bien por su elección sobre con quien pasaba el tiempo y venía de la única persona a la que él quería, de algún modo, y a quien respetaba un mínimo… Unsui, su gemelo…


—¿Estás loco?—tal como Agon creyó su hermano estaba repitiéndole la misma pregunta  de nuevo.


—¿AHH?—el de rastas puso su mejor cara de estar en desacuerdo con su gemelo mientras gritaba—¿Qué significa eso, Unsui?—le replicó de inmediato—¿Acaso Unko chan tiene algo que decir?—remató con todo el desprecio que pudo usar en ese momento, nadie, ni siquiera él tenía el derecho de reprocharle nada.


—No fue lo quise decir, lo sabes—dijo conciliadoramente, mientras exhalaba un poco exasperado—Pero ¿Ya lo pensaste bien?—suavizó su pregunta lo mejor que pudo, ese hermanito suyo podía ser tan idiota, no quería ni imaginar que sería si ese par se juntaba, ya era de temer que estuvieran en el mismo equipo y ahora esto…—¿Ya pensaste como puede esto afectarlos? No solo personalmente, también en los juegos…—porque él lo sabía, lo había notado desde hacía un tiempo, la forma de jugar de Agon había cambiado mucho, no solo su juego en equipo, el cambio más drástico era hacia cierto jugador rubio.


—¿Acaso crees que soy idiota?—la mirada de su hermano le dio a entender que así era—¡Cree lo que quieras!—diciendo eso salió del departamento que estaba compartiendo con su gemelo, dando un gran portazo, completamente furioso, no esperaba que su hermano lo entendiera, pero mínimo que lo apoyara silenciosamente y sin meterse, como había hecho siempre, dándole la razón y punto…


—…¿Agon y Hiruma Youchi?—murmuró Unsui con cierto temor—Tiene que haber algo malo en el plan divino…—dijo para sí mismo, mientras esbozaba una sonrisa triste, siendo esos dos como eran no iban a durar ni un mes, que va, ni una semana juntos. Hiruma era un tipo extremista y autoritario que no le gustaba perder, Agon era un infantil orgulloso y mujeriego que no iba a renunciar a su ritmo de vida tan promiscuo por ese rubio, además de que no le gustaba recibir órdenes y mucho menos le gustaba perder… Unsui se temía que esto podría terminar muy mal, para ambos jugadores… Aunque desde el fondo de su corazón esperaba estarse equivocando…


Agon siguió el camino, a casa de su… Amante era la palabra adecuada, porque definitivamente ellos no eran ni serían novios, eso era para los cursis estúpidos… Entendía que su hermano estaba preocupado por él, de muchas maneras, pero al menos podía tenerle un poco más de confianza ¿No?


Sonrió para sí mismo al ir recordando cómo es que todo ese lio empezó, había sido apenas un par de meses atrás, cuando ingresaron a la universidad de Saikyodai…


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Ambos hicieron la prueba para ingresar al equipo de Amefuto, para él fue fácil, pudiendo hacer cualquier cosa y jugar cualquier posición, pero al rubio le costó un poco más de trabajo, debido a que su velocidad no era la mejor, aunque había disminuido su carrera de cuarenta yardas a cinco segundos, su fuerza seguía igual, lo que le valió fue su fuerte reputación como el comandante del infierno, capaz de hacer jugadas imposibles para cualquier otro, además, claro, que cuando hicieron el partido de práctica Akaba Hayato, Yamato Takeru y Banba Mamoru estuvieron en su equipo, combinándolos con su inteligencia y su poder de tiro como Quarterback se aseguró un lugar, aunque en ese momento lo pusieron como reserva y no como titular.


Bueno, todos estaban seguros de que eso iba a cambiar conforme fueran jugando algunos partidos, ya que el QB que tenían era bueno pero carecía de la práctica en los engaños… El rubio solo se rió, diciendo que no le importaba, después de todo él jugaría como titular pronto… Lo cual le valió malas miradas y la rivalidad de algunos jugadores que ignoraban que ese era el Afamado Demonio del chantaje y la extorción, ya tendrían tiempo para conocerlo.


Comenzaron los entrenamientos por las tardes, después de clases, todos acababan cansados y lo único que querían era meterse a las duchas para relajarse. Después de dos semanas estaban entrados en rutina, clases, prácticas tres veces a la semana, porque aún faltaba bastante para los torneos oficiales, y luego a las duchas. La mayoría prefería apresurarse y correr para ganar las duchas, pero el rubio se tomaba su tiempo, acomodaba sus cosas primero, luego esperaba a que casi todas las duchas estuvieran vacías para meterse, nadie sabía por qué lo hacía, tampoco le preguntaron, otro de los que se quedaba hasta el final era Akaba, pero solo algunas veces, una que otra vez lo hacía Yamato y casi siempre estaba Banba, por lo que le sorprendió que ese día nadie de ellos, además de él, se quedara.


A pesar de ello el rubio siguió con su rutina, esperando hasta lo último para bañarse, sin importarle que los de grados superiores, que no lo querían cerca, se quedaran también, el rubio era un idiota por exponerse de esa manera, pero ese era únicamente su problema ¿Cierto?


Agon ya se había bañado, solo estaba ahí, perdiendo el tiempo, porque no tenía nada mejor que hacer y porque Ikkyu le había pedido que esperara al Demonio rubio debido a que Akaba tenía una cita y no se podía quedar, Banba no había asistido a la escuela, parecía que estaba enfermo o algo el receptor no lo mencionó, Taka jamás se quedaba y Yamato… Ni siquiera se acordaba que había dicho Ikkyu de él. Le importaba un comino lo que le pasara a ese idiota rubio, pero el receptor se lo había pedido y además le había prometido que le pagaría el favor, Hiruma sería el demonio pero seguía siendo un blanco “fácil”, según los demás que consideraban que la condición física de Hiruma como un problema, y tenía que cuidar bien a su futuro QB, ya nadie dudaba que así sería…


Estaba sentado detrás de algunos casilleros, comenzando a aburrirse, no quedaba nadie más ahí, maldita sea, bien podría estar por ahí, ligando a alguna chica linda… ¿Qué le tomaba tanto tiempo al rubio? ¿Acaso tenía que lavarse debajo de cada uña o qué?... ¡Llevaba más de veinte minutos ahí dentro! ¡Por Dios, ni su madre tardaba tanto!


Ya tenía suficiente, lo sacaría de ahí para poder irse a coger a alguna chica… Entró al área de regaderas, cerrando la puerta silenciosamente, el rubio estaba justo delante de él, dándole la espalda mientras que las gruesas gotas de agua caían sobre su cuerpo…


No era la primera vez que lo veía, era delgado, con una musculatura sólida pero ligeramente marcada, era posiblemente el tercero o el cuarto más débil del equipo, con la piel clara, a pesar de pasar mucho tiempo entrenando bajo el sol y… Vaya que tenía un buen trasero, el uniforme ajustado no lo ocultaba en lo absoluto. No le había llamado la atención antes, con un demonio, era un varón y eso no le iba, pero verlo ahí, de espaldas a él, con la piel mojada y escurriendo, con la cabeza hacia abajo mientras las gotas caían sobre su nuca, y las manos pegadas a las losetas… Su espalda varonil  de músculos esbeltos resultaba tan sexy y tentadora…


Agon sonrió maliciosamente, le iban las mujeres no tenía duda, pero podía hacer una excepción esta vez, que sus pantalones le estaban apretando, y nadie tenía porque saberlo, estaba seguro de que el rubio era tan orgulloso que si él iba y lo tomaba por la fuerza no le diría nada a nadie… Se acercó despacio a él, no lo alertaría innecesariamente de su presencia…


—Ni siquiera lo pienses—la voz del rubio se dejó oír, se escuchaba cansado, tenso…—Un paso más y estás muerto…—definitivamente se oía desgastado…


—¿A quién crees que amenazas, basura?—le contestó mientras seguía acercándose a él—¿Crees que con ese cuerpo débil y esos faroles vas a asustar a alguien?—sonrió, desabrochándose los pantalones, iba a ser rápido, a cada segundo se le antojaba más, tener a ese demonio dominado y bajo su yugo lo estaba excitando y mucho… No le iban los varones, hasta ese día…


—Mantén tu distancia, jodido rastas—dijo una última vez, apretando los dientes, no quería estar cerca de nadie, necesitaba calmarse y ese idiota no estaba ayudando, quería estar en algún lado, solo, para descargar toda esa ira reprimida, tenía que entrenar tres veces más para despuntar al otro QB, que era más  fuerte y más veloz que él, aunque le faltaba su impresionante cerebro, lo malo que ese idiota tenía un cuerpo decente y pensar en ello lo ponía de peor humor


—¿O qué? ¿Vas a dispararme?—se burló, no hacía falta ser un genio para darse cuenta de que el rubio no estaba armado, estaba en las regaras, no había donde poner rifle alguno, mucho menos una bazuca.


Hiruma no contestó, solo chasqueó la lengua, bajando más la cabeza, dejando que el agua golpeara su cuerpo sin misericordia. Agon siguió, abriendo la pequeña puerta semi transparente que los separaba.


—¿Qué es lo que quieres, jodido rastas?—volvió a hablar, con ese tono cansado—No tengo tiempo para estupideces…—lo cual se traducía como “·Estoy cansado, déjame en paz”, pero el moreno ignoraba apropósito esos mensajes encubiertos.


—Seré rápido, te lo aseguro…—lo tomó por la cintura, apretando con fuerza innecesaria,  sintiendo lo delgado de su cuerpo y excitándose más por eso—¿No vas a pelear? ¿Acaso te gusta que te jodan, basura?—eso mataba un poco el ánimo, esperaba que se negara, que tratara de huir o algo así, pero, de nuevo, ese tipo era muchas veces de lo más impredecible.


—No hay manera de que pueda detenerte—su voz tenía un tinte amargo esta vez—Eres un bastardo—el agua seguía golpeando su espalda, seguía recargado sobre las losetas, sin moverse ni un milímetro—Y si no eres tú, de todas formas alguien más tratará de hacerlo…—


—¿Ah? ¿Acaso escuché bien?—se burló, obviando lo implícito en esa oración, posiblemente esa no era la primera vez y por eso era que los demás se quedaban a esperarlo, aunque habían varios huecos ahí que no encajaban, como, por citar un ejemplo, si ya le había pasado antes ¿Por qué seguía quedándose a lo ultimo?—¿Acaso estás diciendo que prefieres que te viole yo a algún otro?—dijo contra su oreja, mientras el agua también lo mojaba a él, estaba helada ahora, y su tono profundo se mezclaba con la caída de aquellas gotas salvajes.


—Tómalo como quieras…—se tensó al sentir la hombría del otro rozar su piel, buscando camino entre sus glúteos…


—Espero que grites—le susurró de nuevo, mordiendo su larga oreja, era curioso que fuera consciente de esa extrañan longitud ahora, fue como darse cuenta por primera vez de la inusual forma de ellas, sintió el estremecer del rubio y sonrió, de verdad iba a disfrutarlo…


Hiruma se mantuvo como estaba, abriendo la piernas ligeramente, mientras apretaba la mandíbula, iba a doler, carajo, que en verdad iba a ser tan malo como aquellas vez que se rompió el brazo o peor… La risa de ese idiota lo hacía aun peor, apretó los puños al sentir la punta de la dureza del otro forzando su entrada…


Agon no estaba pensando, solo le importaba satisfacer su cuerpo, disfrutando de oír la respiración agitada del rubio, de sentir sus músculos tan tensos y gozar de la estrechez de su interior… Entró en su cuerpo de una forma un tanto violenta, pero sin ir tan rápido, quería prolongarlo lo más que pudiera…


Primero introdujo la punta de su falo, quedándose quieto, dándole a Hiruma unos momentos para asimilarlo, luego siguió entrando en él, sujetando sus caderas con más fuerza, sintiendo sus huesos contras su piel y, maldición, que en verdad eso lo estaba excitando más. Empujó un poco más, logrando oír algunos sonidos estrangulados de aquella garganta, pero el demonio era obstinado, no iba a dejar que ningún quejido se le escapara.


Hiruma inclinó un poco más su torso, respirando con dificultad, la intrusión se sentía peor de lo que había imaginado, y ese estúpido la tenía más grande de lo que había calculado. Mantuvo los dientes apretados, los puños cerrados y los ojos sellados, abrió las piernas apenas un poco más, para que le resultara menos incómodo, inclinando su cuerpo de nuevo, sentía su propio miembro palpitar, caliente y ansioso, pero no iba a tocarlo, lo que menos quería era que ese imbécil notara que lo estaba calentando, aunque de la peor forma, dolía como mil infiernos…


Cuando la tuvo dentro por completo se dio cuenta de que era peor de lo que calculó, sentía como si le fuera a reventar todo por dentro, la sensación duró poco, Agon comenzó a moverse, con un ritmo fuerte, golpeando dentro de él, se inclinó un poco más, buscando ajustar ese ritmo con su cuerpo, hasta hallar la inclinación adecuada, en donde tocaba ese lugar, se sentía mejor de lo que esperó…


—¿Te gusta la cogida?—la voz ronca con ese tono de burla, no esperaba menos que eso—En el fondo eres una perra…—aquellas manos magullaron la blanca piel y los dientes de Agon llegaron a su nuca, marcando con su filo al rubio…


Más y más fuerte, los gemidos salvajes de Agon era todo lo que llenaba el silencio, junto con la caída salvaje del agua, Hiruma pegó su cabeza contra la losetas, respirando agitado, controlando sus gemidos, mantenía la boca entreabierta, en un gesto que no era un lamento, pero tampoco se podía considerar una sonrisa, su mente en blanco y dejando que las sensaciones lo embargaran, solo por unos segundos, se dijo a sí mismo, ya que estaba pasando iba a tratar de no sentirse humillado por la situación, después de todo era algo que tarde o temprano iba a pasar, tal como había dicho minutos antes, si no hubiera sido Agon, hubiera sido otro… La diferencia era que… Su mente dejó de trabajar…


Vio todo blanco por unos instantes ¿Era así como debía de verse? Sus oídos zumbaron ligeramente, toda la tención puso su cuerpo rígido por unos milisegundos para después descargarse… Agon seguía golpeando dentro de su cuerpo, solo unos pocos segundos más y sintió el semen caliente en su interior…


El moreno se recargó sobre la piel mojada un momento, sintiendo como el agua golpeaba su cabeza,  acababa de hacer una estupidez, sí, pero se había sentido tan condenadamente bien, no se sentía culpable, no conocía esa palabra realmente, eso que sentía era una necesidad ¿Cómo demonios podía esa basura hacerlo sentir mejor que una chica de curvas deliciosas? Ahora que su cerebro funcionaba un poco mejor, sintió un yunque golpear su cabeza con algunos detalles… Eso que el rubio había dicho antes, estaba implicando algo, si era así iba a estar doblemente jodido, no por la culpa, más bien era que Hiruma podía amenazar su vida, no precisamente con faroles, no tenía miedo, solo… Quería evitarse la molestia…


—¿Eres virgen?—preguntó, un tanto mortificado, después de todo, uno un año atrás había reconocido que Hiruma era un poco mejor que el resto de la basura del mundo…


—Kekekekeke—esa risa le pareció a Agon muy forzada—Preocúpate de tus propios asuntos, idiota—no lo miró, simplemente se quedó como estaba, recargado contra las losetas, respirando irregularmente, con los puños ligeramente apretados, se sentía mejor ahora, la tensión se había ido, aunque la furia reprimida seguía ahí. No podía hacer nada, de todas formas no había querido hacer nada, solo quería quedarse ahí un poco más, sin que nadie lo molestara…


—¡Eres un imbécil!—gruñó el moreno, molesto, definitivamente eso que sentía no era culpa, no lo era…


—¿Qué? ¿Me vas a decir que si te lo hubiera dicho te hubieses detenido?—seguía sonando forzado, aunque su respiración ya se iba regularizando—No me vengas con pendejadas, estúpido…—


Agon quiso golpearlo, pero no lo hizo, solo apretó sus puños, quedándose ahí, quieto, mirando la espalda de ese idiota, claro que no se hubiera detenido de haberlo sabido, pero… Bueno, hubiera preferido no saberlo. Había robado la virginidad de muchas chicas, tantas que había perdido la cuenta, pero esto era diferente, de alguna manera… El no quería pensar sobre ello pero… Hubiera sido mejor si él no…


El sonido de un disparo lo sacó de sus pensamientos, ahí, frente a él, estaba ese idiota, con los ojos fríos y fijos en la puerta, con un arma en la mano, había hecho dos disparos hacia la puerta, alguien había tratado de entrar y los hubieran visto de no ser por él…


—¡¡¡Tenias un arma!!!—gritó acusatoriamente ¿Cómo demonios no la vio antes? ¿En dónde la tenía?


—¿Acaso creías que iba a venir aquí sin una?—esa sonrisa idiota que ponía, mientras mostraba los colmillos lo estaba enfureciendo—¡¡De veras eres estúpido! Kekekekeke—la sostuvo, mientras el agua caía sobre su cabeza, sin dejar que se moje. Agon pensó, solo por unos segundos, que de esa manera lucía muy sexy.


—¿Entonces por qué demonios…?—


—Kekekeke—lo interrumpió de nuevo, con toda intención, mientras que con su mano libre cerró la regadera—El hecho de que cualquiera pudiera atacarme no quiere decir que iba a dejar que esto pasara…—pasó de largo junto al moreno de rastas, tomando la toalla para ponerla alrededor de su cintura.


—¿Qué se supone qué significa eso?—Agon  dijo con más burla, mirando al rubio caminar hacia la puerta—¿Eres gay, basura?—salió de la pila para seguirlo, podía usar toda esa información a su favor, después de todo él no conocía la culpa en verdad.


—Si tanto lo quieres saber, no hay manera de que hubiera podido contigo, pero cualquier otro no hubiera podido evitar las balas…—de nuevo ese tono amargo en su voz, pero no era un reproche, solo estaba haciendo evidente un hecho.


Agon no dijo nada más, se quedó de pie en donde estaba, sin moverse, ese idiota era conocido por ser un mentiroso compulsivo, manipulador y desgraciado, no había razón para creerle nada de lo que decía pero, él lo conocía desde los catorce, podía ver cuando mentía, algunas veces, notaba muchos de esos faroles que lanzaba y este no parecía uno de ellos… ¿Qué se suponía que tenía que creer?...Un disparo y la voz del rubio amenazando con matar a alguien llamó su atención, seguro que eran los de tercero queriendo “educarlo” para que respetara a sus superiores…


Al salir lo estaban esperando, seis de ellos y solo dos eran parte del equipo, otros tres eran de otros clubes y el último no lo había visto, posiblemente era un tipo cualquiera del lugar. Amenazarlos de muerte no servía y ellos ya sabían que su arma no tenía balas reales, no pintaba nada bien para él. Todo lo que podía hacer era esperar una oportunidad y tomarla…


—¿Asique esta vez te abandonaron, mocoso?—uno de tercero, que era otro reserva del equipo, le habló, el tipo era de lo peor, no podía amenazarlos porque su libreta no estaba con él, lo que sí sabía era que ese tipo solía practicar cosas muy inapropiadas con las animadoras.


—Será mejor para ti si abandonas Saikyodai, Hiruma—ese era el tercero del equipo de Kendo, por lo que el rubio sabía ese tipo solía extorsionar a los maestros y superiores para pasar, no era nada bueno en el deporte, solo poseía fuerza bruta, todo un desperdicio…


—Jodidos idiotas—dijo el rubio mientras sonreía y les apuntaba—¿Qué creen que hacen?—se burló mucho en verdad, tal vez las balas eran falsas pero dolían como el infierno si les pegaba desde una distancia tan corta—Quítense de mi camino o los mataré…—las personas con sentido común solían apartarse al verlo con esa sonrisa de tiburón, pero esos imbéciles no tenían nada de cerebro…


Ellos, los seis, se le fueron encima, le dio a tres de ellos, pero debido a que estaban a menos de diez metros de él dos de ellos le cayeron encima, buscando golpearlo en la cara y el torso, pero apenas sintió un par de golpes, el que se dio en la cabeza al caer y el que recibió al chocar contra el piso, los dos imbéciles ya no estaban encima de él…


—¿Qué clase de basura eres que ni siquiera se puede defender?—la voz irritada de Agon estalló el dolor de cabeza que tenía desde unos segundos atrás.


—¡Esto no tiene nada que ver contigo!—el otro integrante del equipo bramó, mientras se levantaba, ninguno lo había visto llegar.


—¡Lárgate Kongo!—el de Judo ladró, al tiempo que quiso jalar al de rastas para derribarlo.


—Basuras…—Agon los miró como fueran lo peor que pudo haber hallado, comenzando a golpearlos, a todos por igual.


Hiruma se levantó, sin mirar la pelea, fue a su casillero y se vistió, dejando ahí una cámara activada, solo por si a alguien se le ocurría abrirlo sin su consentimiento. Terminó de vestirse y vio a esos seis tipos tirados en el piso, desangrándose y sonrió, era como en los viejos tiempos, aunque ahora los podían multar por eso…


—Kekekekekeke—se burlo mientras se inclinaba ligeramente sobre ellos—¿Sabían que está prohibido pelearse? ¿Me pregunto qué dirán sus capitanes si se enteran de esto?—ya había tomado varias fotos con uno de sus tantos celulares.


—Maldito bastardo—masculló uno de ellos, mirando al rubio con odio—Si les dices también los expulsarán ustedes…—respiró despacio, sintiendo que tenía cuatro huesos rotos como mínimo.


—Kongo y tú están jodidos…—dijo el otro reserva, sonriendo con perfidia, habían pensado molerlo a golpes si no obedecía, pero ahora podían usar todo lo ocurrido a su favor, después de todo el de rastas siempre había sido conocido como un tipo violento e incontrolable, podían decir que ellos solo se habían querido defender…


—¿De qué estás hablando?—Hiruma se enderezó, mientras hacia uno de esos caretos graciosos con los que solía burlarse de los idiotas—Kongo Agon ni siquiera está aquí—los que estaban consientes aún lo miraron confundidos—Hay al menos tres chicas que pueden asegurar que se pasaron toda la tarde cogiendo con él…—su mirada había adquirido ese toque demoniaco que asustaba a todos a su alrededor—Y no creo que nadie te crea que yo hice esto…—comenzó a caminar hacia afuera del lugar, cosas en mano—Y será mejor que presenten sus renuncias al club—agregó de espaldas a ellos, en un tono fuerte y autoritario—Los tipos estúpidos como ustedes no son de utilidad para nadie…—luego se rió, saliendo de ahí, no había resultado como lo calculó, pero sí que había salido mejor ¿Cómo iba a pensar que Agon le sería tan útil? Bueno, al menos retenerlo había valido la pena…


—Oye, basura—Agon estaba caminando detrás de él, observando su manera de andar, al rubio no parecía dolerle nada en absoluto, pero como sabía que era un obstinado no podía estar seguro ¿Qué se puede esperar de un tipo que ha salido a jugar antes con un brazo roto?


—Ahórratelo Agon—dijo mientras sonreía, era la primera vez que lo llamaba por su nombre, sin apodos—Esto fue una conveniencia…—no quiso decirle más, él había considerado que decirle a Agon que le había tomado un gusto peculiar solo iba a ser un problema, para los dos…


Antes de que alguno pudiera decir nada o moverse vieron al pelirrojo ir corriendo hacia ellos, seguido de Sasaki Kotaro, Hiruma elevó una ceja ligeramente, hasta donde él sabía Akaba iba a estar en una cita con ese loco de las patadas. Atrás de ellos estaba Ikkyu, que iba con Taka y Banba, el corredor se suponía que iba a visitar a su abuela o a una tía ese día, el receptor supuestamente estaba ocupado con su grupo de lectura y Banba… ¿Qué no estaba enfermo con fiebre de treinta y ocho grados en su casa? Seguro que el idiota de Ikkyu lo había ido a sacar de la cama y luego, el colmo, Yamato Takeru también iba hacia ellos, con una muy asustada Karin detrás de él, además de Anezaki, que francamente se veía como si fuera a llorar, esa estúpida manager, seguro que algo le habían dicho que se había tomado muy a pecho… esto era obra de Ikkyu, estaba casi seguro…


Todos ellos habían ido al instante en que Ikkyu les habló, ya que había marcado al celular de Agon y al de Hiruma sin respuesta de ninguno de los dos, el moreno n había querido contestarle al molestoso receptor y el rubio lo había pagado porque no quería que nadie interviniera en todo ese lio. Nadie quiso preguntar sobre la sangre en la ropa de Agon, o el por qué estaba mojado, tampoco quisieron saber porque Hiruma les dijo que no entraran a los vestidores, simplemente les ordenó irse y hacer como que no los habían visto…


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Estaba en la puerta del departamento del Demonio Rubio, sonriendo, era increíble como una basura sin talento podía conseguir todo lo que quería con unas pocas palabras y esa libreta del demonio, era aún más increíble que pudiera jugar Amefuto con ese cuerpo tan débil y hacerle frente a tipos que doblaban su peso y fuerza y de encima ganarles con su intelecto… Hiruma Youchi era un verdadero demonio salido del infierno disfrazado en el cuerpo de un universitario…


Ahí estaba él, tecleando como poseso, mientras bebía café, su lugar era casi un caos, un caos ordenado de algún modo, habían pilas de papeles en un escritorio al fondo, sobre una silla había un cerro de ropa, limpia suponía, en el piso había varias cosas, que no estaba seguro pero suponía eran cintas de partidos, el único lugar que estaba ordenado era la recámara en la que dormía, o no pasaba el tiempo ahí o alguien más iba a ordenarla porque estaba casi seguro de que el rubio no hacía limpieza nunca…


Desde luego y contrario a lo que Agon creía Hiruma si limpiaba el lugar, una vez a la semana, el día que tuviera tiempo…


—¿Ya estás aquí, jodido rastas? Kekekekeke—se rió, mientras miraba el reloj que tenía en la muñeca—Quedamos hasta dentro de dos horas—siguió tecleando, como si el otro no estuviera ahí, tenía cosas que terminar aunque sabía que Agon no tenía paciencia para esperar.


—Las cogidas no tiene hora, idiota—había cambiado su apodo de “Basura” por “Idiota” sólo para él, era a uno de los pocos a los que no volvería a llamar de esa manera—Asique más te vale que cierres era porquería o la recogerás en pedazos…—cerró la puerta detrás de sí, acercándose peligrosamente al rubio, lo decía muy enserio, hacía poco más de un mes había roto la laptop de Hiruma, esta que el rubio tenía era nueva… Nunca se disculpó ni tampoco le preguntó si había podido recuperar todos sus datos pero la venganza del Demonio había sido fatal, lo había esposado a la cama, con al menos cuatro pares de esposas, había usado una soga de filamentos de acero, que quien sabe de dónde había sacado, para inmovilizarlo y le había disparado al menos veinte veces a corta distancia, eso sí que había dolido, y como eso no le había parecido suficiente el muy maldito lo había desvestido y lo había poseído, joder que eso fue más doloroso que los veinte balazos.


Debido a eso se distanciaron, lo que provocó una ruptura en su manera de jugar, pero, la semana pasada se habían “reconciliado”, de una manera un tanto violenta, cuando esos idiotas de tercero quisieron meterse nuevamente con él. Ese fue el momento en que Agon notó la peor de todas las epifanías, a él le gustaba ese rubio estúpido… Después de ir y discutir un poco, para acabar en una noche de sexo memorable, había decidido rendirse…


—Kekekekeke ¿Recuerdas  qué pasó la última vez que me dijiste eso?—sonrió, sacando una pistola de la “nada”, apuntando al otro—Esta vez podrían ser “reales” ¿Sabes?—dijo refiriéndose a las balas, miró a Agon con esa sonrisa burlona que no dejaba saber si mentía o no.


—No lo son—declaró con toda seguridad, cerrando la laptop de una forma un tanto brusca, sin romperla esta vez, no quería pasar por la misma cosa de nuevo—Te gusto, aunque no quieras admitirlo, asique deja de decir estupideces, Idiota—lo tomó por el cuello de su camisa, inclinándose hacia él, amenazándolo con su mirada, no solía funcionar, pero al menos dejaba claro quién era el fuerte ahí…


—No mal interpretes mis palabras, dije que eras sexy, nunca mencioné que sentía nada por ti…—los labios del moreno tocaron los suyos y dejó la pistola oculta en el lugar del que la había sacado, dejándose arrastras hasta la habitación, en medio de jadeos, besos y deseo…


—No tienes que decírmelo, idiota—la ropa cayó al piso mientras ellos caían en la cama, casi por completo desnudos—Solo basta ver la cara de estúpido que pones cuando me vez—se burló, mordiendo una de sus orejas, disfrutando de oír sus quejidos contenidos, sí, lo sabía, Hiruma hacía y mentía sobre muchas cosas para cubrir las peleas de Agon, sus faltas a clase y más que nada—Eres un Idiota celoso—se las arreglaba para intimidar a las chicas con las que él salía sin necesidad de que lo vieran, por eso sabía que el Demonio sentía un poco más que solo atracción por él, pero sería un imbécil si creía que dejaría de salir con mujeres solo por él…


—Kekekekekekekeke—se rió mientras jadeaba, dejando que Agon se acomodara entre sus piernas, por lo general en su primera ronda el moreno no solía esperar—Esas rastas putrefactas están matando esa mierda que tienes por cerebro—siguió riéndose, mientras disfrutaba de esas manos vagando por su cuerpo—No soy yo el que anda destrozando a todos, no necesito una puta niñera, jodido rastas—le jaló del cabello, forzándolo a verlo de cerca—Tampoco me gusta que me estés siguiendo a todos lados…—lo sabía, Agon lo hacía para ver que nadie lo tocara, era un idiota posesivo, estaba seguro que eso no era un “servicio” a cambio de coger, eso demostraba que el Demonio de rastas sentía algo más que solo atracción por él, pero sería un verdadero y jodido pendejo si creía que él se dejaría usar y domar como a una de esas pendejas…


Los dos lo sabían, se estaban enamorando del otro, pero así estaba bien por ahora, no había razón para decirlo si ya lo sabían


Por eso iban a comenzar a salir, como novios, aunque la palabra fuese de lo más cursi del mundo,  ellos eran amantes, nada menos…


En la práctica del día siguiente todos notaron que había algo extraño en el ambiente, Hiruma estaba de muy buen humor, había estado lanzado pases difíciles a los receptores y le había disparado a todos, menos a Agon. En el partido de práctica, Agon había cargado contra todos, muy especialmente contra un par de jugadores que habían aplastado a su QB…


—¿No creen que hay algo raro por aquí?—Ikkyu dijo casi en un susurro a sus compañeros, mientras todos miraban esa aura oscura y siniestra que rodeaba a ese par.


—Siempre han parecido tener una sincronía excelente, pero, de alguna manera, hoy parecen estar jugando mejor…—Banba también estaba mirando, sintiendo un extraño escalofrío cuando los dos demonios miraron hacia ellos, justo al mismo tiempo y eso que estaban en lugares contrarios del campo…


—Incluso parecen coordinados con sus miradas amenazantes…—Yamato dijo a modo de broma, pero todos sabían que eso no presagiaría nada bueno—Creo que hoy vamos a ver algo interesante…—


—¿Es esa una de tus declaraciones absolutas?—Taka intervino, temiendo secretamente entrar al campo, a él le iba a tocar estar en el equipo contrario al de Hiruma—¿Cómo cargó Agon con esos dos si se supone que estaban en su mismo equipo?—Oh sí, se suponía que Agon y Hiruma no estaban del mismo lado esa vez…


—Un “accidente”, ya sabes como de frecuente es eso cuando Agon juega…—dijo Ikkyu y ellos miraron como el balón pasó ahora a posesión del lado de Hiruma…—Creo que ya nos toca jugar…—por algún motivo eso lo aterró, él, Yamato y Banba iban a entrar a jugar contra el rubio y eso, aunque no era nuevo, el día de hoy daba mucho miedo…


La voz de Hiruma se oyó, pidiendo el Snap, todos en sus posiciones, el QB de ellos había ordenado hacer una carga contra Hiruma, la cual el propio Agon había realizado, con éxito, sin embargo el rubio no había perdido el balón…


Todos se quedaron mirando, esos dos se habían quedado tirados en el pasto, riéndose de la manera más… Terrorífica que habían podido oír, Agon se levantó, levantando a Hiruma de un solo tirón sin preguntarle ni tenderle la mano, solo lo había jalado del casco, pero, ambos parecían bastante felices…


—Fuu—Akaba sonrió, ligeramente sorprendido de lo que acababa de ver, él era el único que estaba jugando del lado de Hiruma, porque también había sido puesto como suplente, aunque estaba seguro de que eso cambiaría pronto ¿Por qué el capitán y el entrenador no estaban a gusto con él y Hiruma? No tenía ni caso preguntárselo, seguro era alguna cosa tonta—Parece ser que la armonía de sus ritmos finalmente se ha sincronizado…—todos se le quedaron mirando ahora, no había nadie, además del Demonio rubio tal vez, que pudiera interpretar correctamente lo que decía, ah bueno Banba también lo entendía…


—Puede que tengas razón—dijo Banba precisamente—Pero me pregunto qué clase de melodía es esa…—los miró atentamente por unos segundos, ese par de demonios estaban riéndose entre ellos y de ellos, intercambiando insultos sin verdaderas asperezas—Espero que no estén planeando matar a nadie…—


—Creo que es más como… Una rara mezcla de poesía y violencia…—agregó Taka, que era otro de los pocos que entendía a Akaba…—¿O qué otra cosa podría ser?—


—…Me temo que no estoy entendiendo…—comentó Ikkyu, sintiéndose un poco desplazado.


—Es mas como una rara…—Yamato pensó un poco mejor sus palabras antes de decirlas mientras sonreía de una manera tranquila—Mejor dejo que sea Akaba el que se los explique…—dijo al final, ya que eso no tenía nada que ver con él—Como les dije antes, hoy veremos varias cosas interesantes…—


Akaba solo sonrió, mientras el entrenador les gritaba que volvieran a reanudar el juego, ya que si eso seguía así suspenderían a Agon y a Hiruma por distraer a todos, que dicho sea de paso, era la estrategia del rubio para dejar que Akaba trabajara en su propio estilo, rompiera la defensa y les dejara creer que irían por una carrera cuando lo que haría sería un pase largo…


Pero mientras eso sucedía Agon había vuelto a derribar a Hiruma, quien siempre sí había lanzado el pase, siendo derribado un segundo después… Fue corto, él ya se podía esperar que eso volviera a suceder… Y de nuevo esas risas y esa levantada violenta que no lo era tanto…


—Esa es, en definitiva, la melodía de Amor más tétrica y violenta que he visto…—comentó Akaba como si nada, solo para que sus compañeros lo oyeran… Sus caras de incredulidad, entre la de Banba, Ikkyu, y Taka habían sido muy graciosas—Fuu, parece que Yamato tenía razón, el ritmo de todos se pondrá muy interesante…—y sonrió aún más al pensar en su novio, cuando Kotaro escuchara lo que estaba pasando entre Kongo Agon Y Hiruma Youchi seguramente su cara de incredulidad sería la más linda y melódica de todas…


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Notas finales:

 

Notas finales: El nombre del capítulo es por lo dicho por Akaba, sinceramente me pareció lo más adecuado para nombrarlo [por no decir que no se me ocurrió nada mejor… XD] Y el nombre del fic, bueno es lo mismo que está entre paréntesis XD…

Y bueno esto es un ONE SHOOT, pero si alguien quiere seguir leyendo solo deje sus sugerencias y peticiones, es posible que se pueda escribir mas de todos ellos, si las ideas fluyen [OMG creo que soné un poco como AKABA!!! XD]


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