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You are the smell after the Rain por TheEleventh

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Notas del capitulo:

DisclaimerEyeshield 21 y todos sus personajes son propiedad de Riichiro Inagaki y Yusuke Murata.


Touched' de Vast.

Capítulo 2

 

"I'll never find someone quite like you again

I, I looked into your eyes and saw

a world that does not exist

I looked into your eyes and saw

A world i wish i was in

I'll never find some quite as touched as you"

Los días siguientes al incidente de la piscina transcurrieron tranquilos. Sena había comenzado a preguntarse si la 'animada' actitud de Shin no habría sido un sueño febril que se apoderó de él por culpa de la enfermedad. Cada vez que se lo había cruzado durante los días posteriores su actitud había vuelto a ser la de inmutable seriedad de siempre. Y en parte, Sena daba gracias por ello.

 

Se despertó asustado cuando un golpe seco hizo retumbar la pared contra la cual estaba colocada su cama. Levantó la cabeza de la almohada, creyendo que tal vez lo había soñado cuando, de repente, volvió a sonar otro un poco más bajo. Frunció el ceño mientras salía de la cama y se frotaba los ojos.

 

Había dormido poco por culpa del escándalo que habían montado Monta, los hermanos, Kurita y Komusubi. Otro golpe, más corto, hizo retumbar levemente la pared y Sena le dirigió una mirada entrecerrada. No quería saber qué estaba pasando allí, fuese lo que fuese seguro que tenía que ver con sus compañeros de equipo y sabía, a ciencia cierta, que no quería formar parte de ello.

 

Se pasó los brazos por detras de la cabeza, estirándose como un felino. Cogió sus cosas junto a la bolsa de aseo y abrió la puerta de su habitación para encaminarse a las servicios que, lamentablemente, eran generales. Sena cruzó el pasillo pensando que Hiruma ya podría haberse estirado un poco y llevarlos a un hotel donde cada uno pudiese tener su propio baño pero, cuando pasó junto a la habitación de la cual provenían los ruidos matutinos se quedó paralizado en el sitio.

 

¿Había sido su imaginación o acababa de escuchar un gemido? Vaciló un momento antes de pegar el oído a la puerta, con la suerte que tenía seguro que abrirían la puerta en aquél instante pillándolo con las manos en la masa. La curiosidad fue demasiado fuerte y pegó las manos para apoyarse mejor y escuchar con más claridad.

 

"Ta-takami-san...¡Ah!"

 

Sena se enderezó, casi asustado y con los ojos muy abiertos recogió rápidamente su bolsa de aseo para largarse de allí lo antes posible. Sin duda, aquella había sido la voz de Sakuraba. Se había llevado una mano a la frente inconscientemente, perturbado por la sorpresa matutina. Cuando entró en el baño escuchó el sonido de una de las duchas. Sin prestarle atención sacó sus cosas de la bolsa, preparando su ropa y toallas. Comenzó a quitarse la camiseta pasándola por encima de su cabeza cuando el sonido del agua se apagó. Un hombre alto, de pelo oscuro y mirada penetrante salió de la ducha con una toalla anudada a la cadera. El agua caía desde su pelo empapado con vida propia. Sena le dedicó una mirada rápida antes de volverse para ocultar su sonrojo.

 

"S-Shin-san, buenos días", saludó Sena, sin estar demasiado seguro de querer girarse y encarar a un Shin Seijuurou casi desnudo. El linebacker no respondió y si Sena se hubiese girado habría visto un asentimiento de cabeza seco y corto en respuesta. No dijeron nada, Sena se dedicó a ordenar sus cosas con torpeza, que ya estaban ordenadas de por si. Todo con tal de no enfrentar al linebacker.

 

Se sonrojó más al recordar a los compañeros de equipo de Shin en la habitación contigua.

 

Maldita mente, maldita. Se la jugaba.

 

Por el rabillo del ojo vio que Shin ya llevaba puestos unos pantalones negros y se pasaba por encima de la cabeza la camiseta blanca de los Oujou. Sena se dio la vuelta.

 

"¿Qué tal el entrenamiento?", preguntó Sena, por sacar algún tema de conversación. Shin frunció el ceño ante la pregunta, pasándose una toalla blanca por el pelo mojado.

 

"... Se ha cancelado", terminó respondiendo, frotándose la nuca con la toalla blanca.

 

Sena lo miró con sorpresa durante un momento.

 

"¿Por qué?"

 

"Takami y Sakuraba no se han presentado, sin ellos no tenía sentido practicar las tácticas de Shogun." respondió, visiblemente cabreado. Sena se sonrojó fuertemente al escucharlo y volvió a fingir que buscaba algo en su bolsa de aseo con tal de no tener que enfrentar aquella mirada oscura y perturbadora. El recuerdo de Shin a escasos centímetros de sus labios le había sobrevenido al día siguiente. Cuanto más lúcido se sentía, más le perturbaba el recuerdo. En el momento había sonreído con tranquilidad, consumido por la fiebre. Allí, en el vestuario, le temblaban todas las extremidades.

 

"Ya veo.." respondió, intentado aparentar tranquilidad sin demasiado éxito. Shin le miró serio pero con cierta curiosidad.

 

"¿Estás bien?"

 

"¿Eh? Sí, sí...", el linebacker entrecerró ligeramente la mirada pero se volvió, dándose por satisfecho con la respuesta. Cogió su bolsa y se aventuró a desaparecer por la puerta del Servicio.

 

"Estaré en el pabellón si deseas entrenar", concluyó, justo antes de salir del campo de visión de Sena.

 

Sena se quedó allí, de pie, mirando como un tonto el lugar por donde había desaparecido Shin. Se obligó a sí mismo a reaccionar y terminó de desvestirse para entrar en la ducha.

 

Sus días de tranquilidad parecían estar llegando a su fin.

 

Sena por fin bajó al comedor, ya aseado y duchado, para desayunar con sus compañeros. Cuando entró en la gran estancia dio un rápido vistazo a su alrededor en busca de caras amigas. Para sorpresa del runningback el comedor estaba casi vacío salvo por un chico alto y delgado de pelo oscuro que se llevaba una taza a los labios con cierta elegancia inherente a sus movimientos. Sena sonrió al verlo y se acercó a paso rápido.

 

"¡Yamato-kun!", llamó, con una gran sonrisa. El susodicho levantó la vista de la mesa y le dedicó una sonrisa afable.

 

"Buenos días, Sena-kun."

 

"Buenos días"

 

"¿Vas a desayunar?"

 

"Sip, ¿cómo es que no hay nadie más?", Sena miró a su alrededor con curiosidad.

 

"Uhm... Yo diría que están entrenando, o durmiendo. Cualquier opción es válida", le volvió a dedicar una sonrisa, "yo acabo de llegar, ¿quieres desayunar conmigo?"

 

Sena asintió varias veces con la cabeza antes de tomar asiento frente a Yamato, que tenía extendido un periódico abierto sobre la mesa. Sección de deportes.

 

"El partido es en una semana, ¿estás preparado?" preguntó Yamato, con el tono suave y neutral que usaba para todo. Sena dirigió una mirada significativa a la camarera que acababa de salir de la cocina antes de volverse para mirar a Yamato.

 

"¿Eh?, pues... Yo diría que sí. Sería un problema no estarlo a estas alturas, la verdad..." Sena rió nerviosamente, rascándose la sien como siempre hacía cuando quería quitarle importancia a cualquier conversación. Yamato asintió mientras volvía a llevarse la taza de café a los labios. Sena siempre había pensado que era un hombre extraordinariamente 'guapo'.

 

Sus ojos almendrados pero claros siempre encontraban la forma de hacerse paso hasta las profundidades de su mente, poniéndolo nervioso. El pelo revuelto y oscuro le caía suavemente por encima de los ojos y su expresión era tranquila y sonriente, como siempre.

 

Yamato pareció captar la mirada atenta de Sena y levantó la vista.

 

"¿Qué ocur-", no pudo terminar la frase cuando una camarera sonriente se acercó con papel y lápiz.

 

"¿Qué desean?"

 

Sena preguntó con timidez si servían arroz para el desayuno y la chica asintió agradablemente, volviendo a la cocina. Charló un rato más con Yamato, que no dejaba de bombardearlo a preguntas sobre cómo iba su entrenamiento con Shin.

 

"Él es... bueno... especial", concluyó Sena, en una de esas.

 

Yamato seguía sonriendo.

 

"No hace falta que lo jures.", Sena sonrió cálidamente mientras pensaba en la forma de describir a Shin, hecho que no pasó inadvertido para Yamato.

 

"Es simple, tiene objetivos y una vez tiene los medios para lograrlos pone todo su empeño en llevarlos a cabo. Es... sobrehumano. Siempre parece estar entrenando, ¡y es increíble!, quiero decir, el resto de simples mortales necesitamos descanso y, bueno, no siempre tenemos ganas de entrenar. Es como si no conociese la pereza, su determinación es... ", intentó buscar una buena palabra mientras se llevaba unos granos de arroz a los labios con los palillos, le brillaban los ojos".. es realmente admirable".

 

Yamato levantó ligeramente las cejas, con cierta diversión.

 

"Es el discurso más largo y seguro que te he escuchado dar jamás", Yamato se rió mientras Sena se sonrojaba un poco. Continuó, "ojalá alguien hablase así de mi a mis espaldas, con esa admiración".

 

"Pe-pero Yamato-kun, tú también eres increíble", Sena desvió la vista a la mesa, algo nervioso, el otro chico lo miró, sereno, esperando a que continuase, "quiero decir, cuando jugamos la Christmas Bowl la Carga César me pareció tan..." levantó la vista un momento y Yamato lo miraba con atención, había algo extraño e intenso en su mirada, "... terrorífico como el Trident Tackle de Shin-san ..."

 

Hubo un incómodo silencio durante los siguientes segundos, inmediatamente Yamato se echó a reír, haciendo disminuir la tensión del ambiente.

 

"Me halagas, Sena-kun, yo la verdad...", el chico levantó la vista un instante y dejó la frase en el aire, atento a la figura que se acercaba por detrás de Sena. Una sonrisa amigable pero fría se dibujó en sus labios de forma inquietante, "buenos días, Seijuurou-kun."

 

Shin asintió con seriedad conforme se acercaba a la mesa.

 

"Hiruma está preparando un entrenamiento especial en el que debemos estar todos presentes", comenzó, dirigiéndole una mirada extraña a Yamato, "debemos ir ahora".

 

"¡Claro!, Sena-kun y yo ya estábamos terminando de desayunar.", comentó Yamato, dirigiéndole una cálida mirada a Sena.

 

Sena, que no alcanzaba a comprender por qué, sentía que la tensión entre los dos chicos se podía cortar con un cuchillo y ser repartida en raciones. Shin le dedicó una mirada rápida, como si estuviese analizando su expresión y en seguida volvió a mirar a Yamato, frunciendo el ceño en su dirección.

 

Había algo allí que no parecía gustarle a Shin. Yamato en cambio se levantó de la silla dedicándole una sonrisa a Shin fría como un témpano. Una vez estuvieron ambos de pie, imponentes y enormes, uno ligeramente más musculoso que el otro, bajaron la vista casi a la vez hacia Sena.

 

"¿Has terminado, Sena-kun?", Sena dejó el poco arroz que le quedaba, incapaz de tragar un bocado más bajo aquella repentina presión. Se levantó con torpeza, sintiéndose pequeño entre los dos estudiantes. Yamato le puso una mano en el hombro para llamar su atención mientras caminaban. Shin frunció el ceño, arrugando ligeramente la nariz en un gesto imperceptible para los demás al ver el movimiento de Yamato.

 

"¿Tienes idea de lo que puede querer Hiruma?"

 

Sena giró la cabeza para mirarlo con una sonrisa ladeada.

 

"No tengo ni idea, Hiruma-san nunca cuenta qué está planeando hasta que finalmente lo lleva a cabo." Yamato retiró la mano y los tres chicos caminaron en silencio hasta el pabellón. Al parecer eran los últimos, todos los estudiantes de Deimon, Hakushu, Oujou, Wild Gunmans y Kyoshin esperaban pacientemente, charlando unos con otros cuando Shin, Sena y Yamato llegaron. Sena espió con la mirada a Sakuraba y Takami, que estaban apartados de los demás. Takami sonreía y Sakuraba desviaba la vista, avergonzado.

 

Era tan obvio que casi rozaba lo ridículo.

 

Monta fue el primero en advertir la presencia del runningback, lanzándose a por él en un abrazo amigable.

 

"¡Sena! Ayer lo pasamos genial MAX, ¡tendrías que haberte venido con nosotros!", Sena le dedicó una sonrisa. Sabía que se lo habían pasado genial, lo había oído todo, por eso mismo le había costado tanto conciliar el sueño.

 

"Estaba bastante cansado después del entrenamiento con Shin-san...", Monta asintió con efusividad y al ver a Hiruma salir por la puerta del vestuario arrastró a Sena hasta donde estaban Kurita y los demás estudiantes de Deimon entre risas y bromas. Shin y Yamato se quedaron solos.

 

Shin aún miraba la escena con seriedad.

 

"Seijuurou-kun, deberías tener en mente que el pequeño Eyeshield no tiene tu resistencia", comentó Yamato, mientras observaba la escena con una sonrisa perpetua. Shin se volvió dándole la espalda.

 

"No es asunto tuyo"

 

"Quien sabe", terminó Yamato, alejándose con una sonrisa hasta los chicos de Hakushu. Marco comentaba algo con Gaou, que sonreía como un verdadero psicópata.

 

Shin se encaminó hacia los chicos de Oujou.

 

No llegó a oír cómo Sakuraba le susurraba a Takami "¡Ahí viene!, ha sido todo tu culpa, más te vale darle una buena explicación". El quarterback recibió a Shin con una sonrisa y comenzó a contarle la historia del pobre despertador que se quedó sin pilas en medio de la noche. Shin ni siquiera los miraba, sólo escuchaba. Miró a Yamato, que estaba de espaldas, aquello atrajo la atención de Takami, que rápidamente siguió la dirección de su mirada con curiosidad.

 

Hiruma inmediatamente se subió a un banco de madera disparando su Avtomat Kalashnikova hacia el techo del pabellón.

 

"¡Escuchadme bien, malditos idiotas, porque comienza el verdadero entrenamiento para vencer a esos jodidos americanos!"

 

Los estudiantes dejaron de cuchichear para mirarlo conforme comenzaba a explicar en qué iba a consistir.

 


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