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Solamente nosotrxs dos por Branet

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Notas del capitulo:

Disfrútenlo :)!

Solamente nosotrxs dos



Capítulo I 

No sé por dónde comenzar, por que fecha o lugar, en que estación del año, recuerdo que fue invierno, me habían cambiado de academia, porque mi padre ascendió en el trabajo y fue transferido a otra casa más cerca de su oficina, lo cual significó una mudanza como ya lo íbamos haciendo cuatro veces, pedía intensamente que fuera la última porque sinceramente ya estaba harta. El barrio era tranquilo, las personas parecían amables, niños pequeños jugaban con la nieve, haciendo ángeles con sus cuerpitos o muñecos de nieve, sonreí levemente, mi niñez fue frustrada, hubiera deseado que fuese tan pacífica como los de esos mocosos. Cuando llegamos a nuestro siguiente "hogar" me quedé sin palabras, era una casa muy grande, de tres pisos, era linda, tenía un columpio, y supongo que el jardín sería hermoso en primavera. Ayudé a mi padre a desempacar, él era un hombre bueno pero muy callado, pienso que es así desde que mi madre falleció hace años, cuando yo era muy pequeña...tanto que a veces olvido como era su rostro...En fin, por dentro, la casa era amplia, el comedor, la sala, cocina, cuarto de huéspedes estaban el primer piso, en el segundo habían dos habitaciones cada una con su respectivo baño y en el tercero había una inmensa sala de música, un piano antiguo llamó mi atención, hacía tiempo que no practicaba. Demoramos unas horas en desempacar nuestras pertenencias,fue fácil porque la casa estaba amoblada. Fui a mi habitación, las paredes eran blancas, la ventana era grande y justo podía mirar la casa de enfrente por ahí, saqué mi laptop y busqué la academia en donde mi padre me había matriculado, quedaba cerca de donde nos habíamos mudado, como a tres calles, el uniforme tendría que comprarlo, era un desperdicio porque éste sería mi último año de secundaria. Suspiré cerrando la computadora, y echándome en la cama mirando el techo, se me escapó una risita cuando mis ojos se fijaron en estrellas pintadas, era mi propio cielo, no tengo idea de quién lo habría pintado, pero era asombroso, nubes, el cielo azul y las estrellitas amarillas brillando, me incorporé, decidí ir a comprar algo para cocinar, cuando llegué a la sala a tomar las llaves del comodín, unos ojos almendrados se clavaron en mi. 

-Saldré por unas horas, me llamaron del trabajo-dijo bajando por las escaleras 

-Está bien, cuando regreses la comida estará en la refrigeradora, puedes recalentarla en el microhondas-cogí mi chamarra, y las llaves- tienes duplicado ¿Verdad? 

-Sí, nos vemos-atravesó la puerta, caminó hasta su coche- si necesitas algo usa tu tarjeta de crédito, y si tienes una emergencia llámame- cerró la puerta del carro 

No era por juzgarlo, sin embargo nunca necesité su ayuda, desde que aprendí a caminar, y a hablar pude valerme por mí misma, a los seis años aprendí lo que alguien aprende a los veinte, o algunos nunca logran aprender. Diablos, sentía como el frío entumecía mis dedos a pesar de llevar guantes, caminé para entrar en calor, llegué al supermercado,claro, algunas personas me orientaron. Mis ojos se abrieron completamente, veía a un sinnúmero de personas comprando, haciendo cola para pagar, me agobié, pero al fin de cuentas ya estaba ahí. Compré lo suficiente para la semana, cuando estaba esperando al tipo que estaba delante de mí para que pagase, me sentí observada, bueno también soy un poco paranoica, miré a los lados y a nadie pillé observándome, volví al mundo real cuando escuché la voz de una señorita preguntándome si deseaba boleta o factura. Le sonreí amable, le di la tarjeta sin responderle, era muy bonita, su piel trigueña y sus grandes ojos verdes, me la quedé viendo hasta que sentí una mano en mi hombro. 

-muchachita es hora de que avances, la cola se hace aún más larga- susurró una señora canosa 

-oh, lo siento- cogí las bolsas y salí del super, paré un taxi ya que las bolsas estaban pesadas- Quédese con el cambio- al llegar a casa me fijé en un chico sentado en el pórtico, desconfié, pero no me podía quedar afuera, estaba helando. Caminé hasta llegar a la puerta, sin verlo, él se paró y era alto, me llevaba media cabeza, y eso que yo también era alta-¿Quién eres tú? -di la vuelta mientras lo miraba a los ojos 

-¿Necesitas ayuda con esos paquetes?- preguntó mientras sonreía como ignorando lo que había dicho 

-Creo que no me escuchaste cuando...-me quedé inmóvil cuando puso un dedo en mis labios 

-Si te escuché, soy tu vecino, vivo frente a ti, mis padres me dijeron que habían llegado vecinos nuevos y que pasase a darles la bienvenida- Explicó tomando las bolsas 

-Supongo que gracias- cogí las llaves y abrí la puerta- ¿Deseas pasar? 

-Claro, unos minutos estaría bien- Dejó lo que había comprado en la mesa y caminó hacia mí- ¿Cómo te llamas? 

-Toma asiento y charlemos- le ofrecí y él me hizo caso- Me llamo Jessica Aubrey ¿y tú? 

-Paul Adriano, Adriano es mi apellido aunque suene como nombre- se rió abiertamente, era simpático, sus mechones castaños caían libremente por su frente- ¿Puedo decirte Jess? 

-Me da igual- encogí los hombros- ¿Deseas algo de tomar? 

-Tequila estaría bien- Guiñó un ojo 

-No me da gracia- resoplé enojada, él volvió a reír- tengo jugo de naranja 

-No entiendes las bromas o eres muy seria- se paró y me siguió hasta la cocina- Jess ¿Qué edad tienes?- preguntó mientras se sentaba enncima del repostero 

-diescisiete- respondí brindándole el vaso- déjame adivinar...tú tienes diesciocho 

-Acertaste!- 

-siempre lo hago- comenté orgullosa, lo analizé de pies a cabeza, sí lo sé, está mal hacer eso, pero me encanta ver detalladamente a las personas, su postura indicaba que se tenía autoconfianza, su rostro relajado sin embargo sus ojos azules eran intensos, su cuerpo atlético se notaba aún con ropa, me sonrojé al pensar eso 

-Estaríamos iguales si yo también te quedara viendo todo el cuerpo-dejó el vaso en la mesita y se dirigió a la puerta principal- Debo regresar a casa, cualquier novedad estoy cerca a ti...-caminó, cruzó la pista, giró despidiéndose con la mano e ingresó a su casa 

Las horas restantes de la tarde pasaron rápido, se hizo de noche, mi padre regresaba tarde del trabajo, a veces se quedaba a dormir allá, así que preparé comida italiana para él, la metí a la refrigeradora, y puse una nota en el marco de ésta avisándole que no olvidara calentarla. Subí las escaleras, me metí a mi cuarto, y me quedé profundamente dormida apenas mi cuerpo tocó la cama. Desperté cuando una ventizca entraba por la ventana, tomé mi celular para ver la hora, eran las seis y media,tenía una hora para bañarme y cambiarme. Lo hice pausadamente, ya que no demoraría en caminar unas pocas cuadras, al ya estar lista cogí mi mochila metiendo un block de notas y un lapicero, era suficiente. Estaba a punto de salir de casa cuando escuché a alguien detrás de mí. 

-¿Hasta que hora tienes clases?- Volteé a verlo, estaba despeinado su cabello marrón ondulado y lo único que vestía era unos short largos

-Hasta las dos de la tarde, Joey- Le di un abrazo y le besé la mejilla- Nos vemos. 

-Cuídate hija- se despidió cerrando la puerta 

En el camino pensé en lo fatal que me iba a ir, era muy buena estudiante, me gustaba que me admiraran por mi capacidad, sin embargo eso me hacía la chica odiada del salón por algunos capullos que se burlan de los "nerds". Suspiré, no me di cuenta hasta que abrí los ojos que ya había llegado, mi boca también se abrió, era enorme, lo primero que pude ver era la gran entrada, caminé un poco más para llegar a la dirección, donde un hombre cincuentón me atendió. 

-Tú debes ser Jessica Aubrey- más que indagar lo dijo como afirmación- Es un gusto tener en esta escuela a una chica tan magnífica, y una mente brillante. 

-Gracias Director- es lo único que pude decir por dentro me jodía tantos halagos- He notado que todos están uniformados desde el primer día-comenté 

-Exactamente su padre ayer llamó a la oficina y la secretaria contestó, el Sr. Aubrey mandó a hacer su uniforme y aquí está-explicó sacando el uniforme de una de sus gavetas y dándomelo- sería mejor que se lo pruebe en la oficina de la secretaria- Se paró y me dio la mano para estrecharla- cualquier duda me gustaría que me la hiciese saber 

-Así será- afirmé mientras salía pero no me fijé en que alguien venía corriendo- Auch-un gemido de dolor salió de mis labios- deberías caminar en vez de correr, así te fijarías con quien te cruzas- abrí los ojos y pude ver como una mirada grisácea estaba a centímetros de la mía, su respiración era agitada, los mechones de su cabello castaño caían sobre mi rostro, pude notar como mis brazos estaban entrelazados en su cintura, la explicación más lógica fue que lo hice para evitar dañar a esa desconocida que me veía como un ser extraterrestre- ¿Puedes pararte?- en vez de una petición lo hice como ordenándole, la chica avergonzada se paró velozmente provocando que su pierna rozara la mía, lo que me causó un dolor enorme- auuugh-me mordí los labios intentándome parar 

-Lo siento, en verdad, iba a llegar tarde a clases y tuve que correr- dijo con la cabeza gacha mientras sacaba un pañuelo de su bolso, se arrodilló a la altura de mis piernas, y frotó su pañuelo contra mi rodilla lo que no evitó otro jadeo de dolor- Esto evitará que salga más sangre, felizmente no fue algo peor-se volvió a parar quedando a mi altura, aunque ella parecía tener dos o tres centímetros menos que yo- Me llamo Sarah Caleb, estoy en salón 206, ¿Eres nueva, verdad?-preguntó 

-Sí-respondí secamente- me tengo que ir- me alejé un poco pero el roce de su mano con la mía me detuvo- ¿Qué deseas?-le reté mirando esas pupilas grisáceas 

-¿Podría acompañarte?-sugirió tomando mi mochila en sus manos- Te lo debo- susurró agachando de nuevo la cabeza 

-Esta chica sí que es rara- pensé-¿Me dijiste el 206, no? Bueno, eso quiere decir que somos compañeras de clase-le di una sonrisa fingida- vamos 

-Si..- 

Caminamos hasta el final del pasillo, me fijé que había un baño, entré a un cubículo para cambiarme, ella me esperó afuera, salí uniformada y sonreí al ver su sonrisa coqueta, subimos una escalera de madera, seguimos caminando hasta que noté que ella paró en seco, lo que casi me obliga a caer de nuevo, por suerte me agarró de la cintura, que fuerza se manejaba en ese menudo cuerpo, se despegó de mí sonrojada, me dio mi mochila, tocó la puerta y pude ver como saludaba a la profesora, supuse que era la profesora porque ya era una mujer madura, entré al salón con desconfianza, me intimidaba tantas miradas curiosas, la mujer me obligó a presentarme, tomé un poco de aire, levanté la mirada y observé esos ojos grises de la mañana. 

-Mi nombre es Jessica Aubrey, mucho gusto- 

-Muy bien Srta. Jessica, puede tomar asiento- 

Caminé lentamente, paso a paso hacia Sarah, había un asiento vacío al costado de ella, me senté pesadamente, solo pude notar como ella no apartaba su mirada de mi cuerpo, me incomodó sin embargo dejé que lo hiciera. Saqué el block de notas y el lapicero, anoté todo lo que la profesora decía, la hora se pasó rápido, sonó el timbre indicando el cambio de hora, mis ojos se quedaron estampados en la puerta, los alumnos salían velozmente, estaba hipnotizada pensando si deseaba salir o quedarme a esperar la otra clase, cuando unas manos frías se posaron en mis mejillas. 

-Estás helada-alejé sus manos 

-Creí que lo necesitabas, tu rostro está rojo, pensé que tenías calor-me miró tiernamente-¿no vas a ir a la cafetería? 

-No tengo hambre-me paré-pero te puedo acompañar si tú tienes hambre 

-Gracias, que linda eres- cogió mi mano entre la suya, caminamos poco y entramos a un salón, era amplio y con mesitas, ella se dirigió al mostrador, compró un sándwich, yo la esperé, nos sentamos, y su mano se extendió con el sandwich en ella- ¿Deseas? 

-no tengo mucha hambre- 

-Bueno, tú te la pierdas- dio un gran bocado a su pan- está delicioso 

-Si es que comes siempre así, no entiendo cómo te manejas un cuerpo de modelo-tal vez me pasé con el comentario porque hice que Sarah se atorara con lo que estaba masticando-Lo siento, no debí decir eso 

-No, más bien, gracias, tú también tienes muy buen cuerpo, se nota-sus mejillas se tornaron rojizas- Oh no..-susurró mirando detrás de mí 

-Eh?-la duda se disolvió cuando un chico rubio se acercó a ella y le dio un beso en los labios, ella volteó la cara y le sonrió, era normal, una linda chica, no podía estar sola, dejé de pensar en tantas cosas cuando el rubio me dio la mano, la estreché-Tengo que regresar a clases, no tarda en tocar el timbre 

-Jess, él es Matt-me miró- Mi amor, ella es mi nueva amiga, Jessica- dijo mirándolo 

-Hola Jess, un placer, espero que la loca de mi enamorada no te haya molestado el primer día de clases-sus ojos azules se posaron en mí 

-Igualmente- contesté 

-Preciosa me tengo que ir-le dijo él a Sarah- Nos vemos a la hora de salida-la besó de nuevo y se fue con sus amigotes 

-Matt está en el equipo de soccer-me explicó ella, yo miré a otro lado- Es mi enamorado desde hace dos años...-sus dedos rozaron la piel de mi mano 

-No entiendo porque me das explicaciones-me paré-recién nos estamos conociendo 

-Tenemos meses para conocernos más...íntimamente-se puso de pie y caminó hasta llegar a mi lado- ¿Me acompañas al baño? 

-Sinceramente, ignoro por completo lo que te propones- 

-A ti-me susurró en el oído provocando un escalofrío en mi espalda- Acompáñame al baño, por favor 

Sin responderle, ella entrelazó su mano con la mía, como lo había hecho durante todo el día, me guió hasta el baño, no había nadie y eso me ponía más nerviosa, soltó mi mano, me tomó por la cintura, me levantó y me colocó encima del lavamanos, su mirada era distinta, me daba miedo, el deseo de ella era notorio, intenté decir algo pero su mano tapó mi boca 

-shhh..-deslizó su mano de mi boca hasta mi cuello- no se puede enterar nadie de esto-advirtió 

mis ojos miel se abrieron completamente del asombro, sus labios rojizos estaban pegados a los míos, Sarah realizaba un movimiento suave, cerré los ojos dejándome llevar, me gustaba el toque delicado, su lengua quería entrar a mi cavidad bucal, le di paso, estaba deseosa, nuestras lenguas chocaron y bailaron entre ellas, sentí su mano encima de mi pecho, comenzó a masajearlo lo que me produjo un gemido, ella no dejó escapar el sonido, me besaba más apasionadamente, sus manos bajaron hasta mis glúteos delineándolos. Sus labios se despegaron de los míos, me besó la mejilla, bajó hasta mi cuello, besándolo, comenzó a lamerlo, di un saltito de excitación. 

-Pa...para-ordené entrecortadamente 

-¿Por qué lo haces tan difícil?-preguntó mirándome enojada 

-¿Por qué engañas a tu novio?-le devolví la pregunta 

no respondió, me bajé del lavamanos y caminé hacia la puerta para salir, ella no me dejó abrazándome de espaldas, temblaba, su respiración era rápida, su nariz rozaba mi nuca, giré y la abrazé, sin pensar le di un leve beso. 

-No lo quiero...de la forma en que tendría que quererlo-dijo honestamente-es más un asunto familiar, que un tema amoroso...la única manera de escapar de todo eso es esta...¿me entiendes? 

-Masomenos-dejé de abrazarla 

-Prometo que no se volverá a repetir-abrió la puerta del baño- tenemos que esperar la clase de la siguiente hora, no creo que falte mucho, vámonos 

Esperamos unos dies minutos para la siguiente clase, el tiempo pasó veloz, llegó la hora de salida, corrí practicamente, no quería verla, pero el destino estaba en mi contra, Sarah estaba subiéndose a una moto, Matt conducía, lo supe ya que ambos no llevaban casco, ella me miró por unos segundos, yo la ignoré y caminé rumbo a casa. Al llegar, aventé la mochila al mueble, me dirigí a la cocina y me preparé una sopa instantánea, la devoré, cuando estaba lavando el plato, escuché el timbre sonar, me sequé las manos y miré por la mirilla de la puerta. Me alegré al ver a Paul al otro lado de la puerta, abrí ésta dejándolo pasar. 

-Hey Jess, pasaba a saludar- me dio un abrazo de saludo lo que me gustó bastante- ¿Vives sola? 

-Papá está trabajando- me senté en el sofá- ¿Y tú estudias o haces algo más? 

-Hoy te ví en la academia-comentó riendo- no me acerqué porque estabas muy bien acompañada con Sarah Caleb-tragué saliva al escuchar su nombre otra vez 

-La conocí hoy, prácticamente chocó conmigo por la mañana, se disculpó haciéndome conocer el colegio-cogí una almohadilla del sofá y tapé mi rostro con ella 

-Bueno, como verás todo el mundo sabe de ella, a eso se diría "Popular" ¿verdad?, pero, aún sospecho que ella no es como todo el mundo la pinta-me quitó la almohadilla viéndome fijamente- yo creo que ella es el lobo feroz que puede engullir a una linda y sexy caperucita roja como...tú 

-No trates de ligar conmigo, Paul-amedrenté 

-No me trates de atemorizar, caperucita-acarició mi mejilla- Sé que no lograría nada si trato de ligar contigo 

-¿Entonces por qué lo haces?-indagué 

-Para pasar el rato-afirmó, logrando que mi autoestima se doblegara 

-Eres un imbécil-Me levanté del sofá pero él me jaló cayendo sobre él- No me gusta tus jueguitos 

-Sé que te encanta-resopló en mi oído-pero no quiero jugar contigo, me agradas 

-Suéltame-me zafé de su agarre- Vete de mi casa 

-Así no se trata a un invitado-Sonrió cínicamente- Te estaré cuidando, aunque no me puedas ver, Jess-caminó hacia la puerta- Y si me logras ver, sería mejor-guiñó un ojo lo que me hizo reír, desapareció de mi vista los segundos después, vaya, hoy fue un día raro, no me puedo imaginar lo que pasaría el resto de la secundaria, este barrio parecía tranquilo, como dicen... no todo es lo que parece.

Notas finales:

Reviews *-*


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