Querida socia por lezti akira

QUERIDA SOCIA

Sakura llevaba demasiado tiempo pensativa, con el teléfono balanceándose entre sus manos. Se mordió el labio inferior y suspiro. Camino hacia el sofá de color beige, sentándose y cruzándose de piernas, después plisando la falda blanca que llevaba en esos momentos. Cerró los ojos, llenándose del valor que en esos momentos parecía traicionarla, apretó cada tecla del inalámbrico con seguridad, convenciéndose de que estaba en lo cierto al hacer eso. Se llevo el auricular al oído, esperando a que contestaran del otro lado de la línea.

– ¿Bueno? – una voz dulce hablo, captando todos los pensamientos homicidas y llenos de odio de la mujer de cabellos rosas que había hecho la llamada.

– ¿Eres Naruto? – no pudiendo evitar la pregunta obvia. Del otro lado escucho una suave risita, como si el si supiera quien era ella.

– ¡Por supuesto! – Exclamo aun más divertido, era como si la alegría de aquel joven pudiera llegar a ella – ¿y tu eres…? – Naruto termino por acomodarse mejor en la cama, cubriéndose las partes nobles con una delgada sabana de seda

–Sakura, la NOVIA de Sasuke – la chica hizo el mayor énfasis que pudo en la palabra novia – y solo te hablo para decirte que mi amor Sasuke ya pidió mi mano y se casara conmigo – Sakura tomo una gran bocanada de aire para terminar con lo que tenia planeado decirle – porque tu siempre fuiste el otro

A varios kilómetros de la casa de Sakura, Naruto disfrutaba de la calurosa tarde en el mejor hotel de toda la ciudad, estaba desnudo y ligeramente fatigado por la reciente actividad que acababa de realizar. Algo dentro de él se rompió cuando la aguda voz de la chica le confeso que su moreno amante, ahora estaba mas atado a ella de lo que podría estarlo con el, sin embargo la sonrisa de sus delgados labios no se esfumo, ante la sociedad Sasuke podría estar comprometido con Sakura pero ahí, en la intimidad, donde nadie podía juzgarlos, donde solo existían por y para el otro era donde quedaba demostrado a quien le pertenecería el corazón del moreno. Y por mas pomposo que resultara la palabra “Prometida” no se comparaba en absoluto a los interminables “Te amo, Naruto” que Sasuke le dedicaba.

– ¿Y quien te dice que no seguiré siendo el amante? – le contesto, ya con ganas de colgarle, no obstante unas cuantas palabritas parecían formarse como un torrente dentro de su cabeza y sino las decía terminaría por explotar. Miro de reojo la puerta cerrada del baño, donde Sasuke tomaba una ducha – querida socia

– ¡Estas loco! O acaso no entiendes… Sasuke no regresara contigo porque me tiene a mi – tercio furiosa

–Deja te explico algo futura señora Uchiha  - expreso con burla, no sin ese desazón de saber que lo suyo siempre estaría oculto de los demás – TU Sasuke también es MIO

Querida socia

lo queramos o no

compartimos las dos

al mismo hombre...

Sakura se levanto de su asiento de un salto, volviendo a dejarse caer tan repentinamente como su sobresalto. Debía admitir que el rubio tenia razón – oh, y claro que conocía el rostro de ese muchachito de 19 años, que le había robado el amor de su novio – Sasuke no la dejaría por el simple hecho de que era un compromiso pactado por sus padres, en el cual el resultado había sido la mas grande empresa del mundo oriental y que por ende debían respetar, no había cabida para la replica ni el desacato, era mas fácil que se suicidaran para librarse del mismo antes de que sus familias concedieran tan deshonrosa petición de anular el matrimonio. El que Sasuke hubiese pedido su mano eran meros formalismos y porque ella, deseaba celebrar por lo alto su fiesta de compromiso con el hombre mas cotizado de Japón.

Querida socia

tu eres la noviecita

la recatadita

yo la amante sin nombre

–Tu eres la novia perfecta – irrumpió de pronto el hilo de sus cavilaciones el rubio – bonita y con un apellido de renombre, fiel – Naruto volvió a soltar una risa ahogada, sabia de buena fuente que Haruno Sakura era virgen y que jamás había pasado por su cabeza el devolverle el favor al Uchiha – sumisa que obedecerá todas las disposiciones de su futuro esposo

–Oh, claro y tu eres la maldita zorra, prostituto – tomo un cojín, golpeándolo hacia la vitrina llena de diplomas que poseía

–… Puede ser… – le concedió, disgustado, odiaba que le dijeran zorra, no era su culpa que Sasuke no pudiera dejar a Sakura y que por ello él se conformara con el apelativo del “otro”

De hecho Naruto deseaba darse de topes contra las almohadas, porque todos los que sabían de su furtiva relación con el menor de los Uchiha ya se lo había advertido, inclusive el mismo Sasuke le había confesado que mas temprano que tarde tendría que asumir sus responsabilidades como heredero del imperio Uchiha y eso conllevaba su enlace matrimonial con una chica a la que apenas si toleraba. En esos momentos deseaba que Sasuke tuviera el valor que huir con el, de ser fugitivos de su propia estirpe, así como había hecho su hermano mayor – ahora desconocido – Itachi, recordaba que aquello había sido un caos: el primogénito de los Uchiha se había enamorado de otro chico, un artista cuya carrera comenzaba a levantarse, si su memoria no le fallaba el nombre del joven era Deidara, su furtivo romance levantaba sospechas por donde fuera hasta que el blondo artista decidió comprometerse con otro artista de nombre Sasori. Una relación vacía, de la cual no había dudado en el final, menos Itachi, quien termino por robarse al novio en plena ceremonia. ¿Dónde estaban? ¿Qué había sido de ellos? Nadie lo sabia y por supuesto era tema tabú para la familia de Sasuke. ¿Por qué no hacían eso, ellos? Quizás porque Sasuke sabia que el frágil corazón de su madre no lo soportaría, bueno, al menos él era muy compartido ¿Por qué no? Sakura jamás lo tendría del todo, igual el, pero el simple hecho de tenerlo ya suponía un triunfo.

–Pero ¡felicidades! – Soltó con sarcasmo – te veras preciosa con el vestido blanco, parada en el altar, con un ramo de rosas en las manos y seguramente tendrás una recepción que será el tema central de todas las revistas por una semana o mas

–Por supuesto, no podría ser de otra forma ¿celoso?

–Para nada – Naruto se pensó lo siguiente que diría, escogiendo con cuidado sus palabras – a mi no me hace falta… puedes quedarte con tu fiesta y el vestido, que YO tengo lo mejor

–¿A que te refieres?

–YO no necesito ropa para hacerlo feliz, tu sabes, cuando estamos en la cama es lo que sobra – escucho como algo de cristal se rompía – no necesito de una fiesta para presumir que mi esposo es Sasuke, me basta con saber que en TU cama estarás sola, que toda la pasión y el fuego que lo quema cuando hacemos el amor se queda conmigo, el jamás te tocara

–¡Como te atreves… – empezó a levantar el tono de voz, con un punto de histeria y coraje que no hacían otra cosa mas que ensanchar la sonrisa de Naruto

–Espera que aun no acabo – le interrumpió – tu cuidas que siempre se vea presentable, con sus caros trajes de diseñador y así será, lo mejor, es que yo se la quitare y créeme que se ve mucho mejor sin ella ¿te parece? – no espero a escuchar la contestación. Colgó rápidamente, alejando el celular de su rostro para poder observarlo como si Sakura pudiera salir de la bocinita.

– ¿Qué haces? – aparto la vista del objeto, admirando ahora la fisonomía de Sasuke, el cabello mojado dejaba caer gotitas de agua que gustosas recorrían la tersa piel del moreno.

Sasuke se acercó, levantando su rostro por la barbilla e inclinándose para poder besarlo. Empezó como un roce tierno, los labios se acariciaban con ternura, para Naruto no era suficiente, lo necesitaba, necesitaba saber que Sasuke realmente lo amaba, abrió la boca y con la lengua lamio los labios fríos del Uchiha, pidiendo permiso para que sus lenguas se acariciaran. Sasuke sonrió en medio del beso, amaba con locura los gestos amorosos del rubio, no podía dejar de contemplarlo y sentirse afortunado al tenerlo entre sus brazos, porque lo amaba con todo su ser

– ¿Me amas, teme? – indago Naruto cuando se separaron, Sasuke levanto una ceja, sorprendido por la pregunta, Naruto nunca le hacia esas cuestiones.

–Creía que lo sabias mejor que nadie – musito, sentándose a su lado para poder abrazarlo mejor, lo vio hacer un puchero infantil – por supuesto que si, Naruto te amo mas que a nada… ¿te es suficiente?

–Por siempre… yo también te amo – confeso sonrojado. Acercándose a el para volver abrazarlo.

Así era la vida de Naruto, un joven enamorado al que no le importaba ser el amante, le bastaba con saberse amado y correspondido de igual o mayor manera de lo que el mismo esperaba. ¿Y que si el no seria presentado a la familia? ¿Qué importaba que el no fuera a ir al altar vestido de blanco para casarse con Sasuke? ¿Qué no tuviera una fiesta? Simplicidades, tener a Sasuke en su cama, mimándolo, llenándolo de costosos regalos – y no es que el fuera alguien interesado – y cumpliendo sus mas ínfimos caprichos, bien por Sakura, ella podría quedarse con el titulo pero el, Naruto Uzumaki se quedaba con Sasuke… a fin de cuentas no le molestaba ser el otro.