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El interior de carne y el de engranes por sleeping god

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Notas del capitulo:

Hoy estoy bastante alegre así que decidí subír ambos fics.

No pregunten porque, es bantante tonto pero el fin... ando de humor.

P.D: Gabriela-taisho aquí está-algo tarde-la pelea entre Grimmjow y Byakuya. Espero te complazca.

Regreso al salón para encontrar al maestro Byakuya ya dentro. Bueno, entonces no entraré. Sin embargo escucho a alguien corriendo escaleras arriba con velocidad y, al parecer, terror; es un chico de cabello rojo, con unas cejas muy extrañas y que en varias ocasiones hemos peleado. Las últimas escaleras las sube hasta con las manos, viéndose miedo en sus ojos. Esa es mi señal, debo irme.

Se escuchan más pies subiendo, insultos y risas. Y el primero en subir es Nnoitra y con eso ya entiendo que “los espadas” tiene una presa. Mi única salida es el salón. Toco, entro y le digo al profesor:

-¿puedo pasar?

-¿Por qué no estabas aquí cuando entré?

-lo siento, tuve que ir al baño-contesto apresurado, viendo cada vez más cerca a la caza.

-está bien, pasa-entro corriendo, cerrando la puerta tras de mí.

Justo a tiempo porque veo que Abarai pasa por la puerta, escapando, y detrás Starrk, Nnoitra, Hallibel, Aporro, Sonmari y Yami. Está muerto seguramente.

La golpiza se da a entender. Siento ese impulso antiguo de defenderlo pero se ha ido desvaneciendo poco a poco en esta escuela.

Kuchiki parece molesto con el ruido y sale del salón. Grave error. Y sin aviso entra corriendo y sangrando el pelirrojo.

-¡¿Por qué chingados lo dejaron ir?!-grita una voz masculina que conozco bien: Grimmjow.

Renji se escoden detrás del profesor y, contra todo lo que había visto ya, el pantera empuja a él pelinegro y jala del cabello al estudiante.

-todavía no acaban de putearte, cabro…-Kuchiki sostiene firmemente la muñeca de la mano que esta enredada en el cabello rojo.

El salón se hace más silencioso, si es eso posible.

-debería soltarme-dice el peliazul con una enorme sonrisa, liberando el cabello del otro que al salir del salón estoy casi seguro que ya lo agarraron los demás.

-nadie interrumpe mis clases y mucho menos se mete conmigo-trago saliva cuando empuja a Grimmjow. Miro de reojo al resto de la clase, están pálidos y muertos de miedo.

Al voltear los ojos a Jaegerjaquez ya no sonríe. Luce furioso, algo que nunca creí ver.

Algo que tampoco supuse ver jamás es que alguien golpeara en pleno rostro al rey del colegio, dejándolo en el suelo noqueado por unos segundos.

-Grimmjow…- susurro sin darme cuenta que estoy de pie.

-¡AAHHH!-grita encolerizado el pantera, directo a estrangular al maestro. Byakuya lucha para liberarse de las manos mientras el rostro del otro tiene sangre corriendo por su boca. Todo parece en cámara lenta, la patada en el estomago del mayor, el puñetazo de Jaegerjaquez en el rostro del otro y… yo metiéndome entre ambos, agarrando de la cintura a el estudiante y teniéndolo lejos, empujándolo por el pecho e intentando que sus ojos me enfoquen en mi en vez de Byakuya. Luego aparece Ulquiorra y me ayuda a separar a el pantera. Fueron solo unos 20 segundos pero parecieron eternos.

-¡te mataré si te metes conmigo otra vez! ¡Te mataré!-dice enojado. Baja la mirada y parece sorprendido de verme ahí. Nos empuja a los dos y se va con el resto, Ulquiorra lo sigue.

El maestro de japonés antiguo se limpia la sangre de la nariz y nos informa lo obvio.

-se acabo la clase, pueden irse.

En el pasillo también hay sangre, demasiada como para ser de Grimmjow, seguramente es de Abarai.

Que día.

 

Es la hora del almuerzo y los espadas no se ven por ningún lado. Me encuentro preocupado por su líder. No tengo nada que hacer así que lo busco por toda la escuela, hasta el tercer piso donde sólo hay la administración de la escuela.

-quiero hablar con el director Aizen Sousuke de inmediato-es la voz de Kuchiki. Trago saliva y me acerco en silencio a la puerta, me siento y espío con cuidado.

-en este momento no puede atenderlo-contesta una voz femenina de una chica muy pequeña y tierna.

-bien…

-¡…espere, no puede entrar!-trata de detenerlo la secretaria del director pero el maestro pasa. Agradezco que no cierren la puerta porque sigo escuchando.

-no importa, Hinamori, déjalo ¿en qué puedo ayudarle, Kuchiki-san?- es la primera vez que escucho al padrastro de Grimmjow. Es tranquila su voz, demasiado considerando la situación.

-ese hijo suyo es un delincuente. Que el resto de los maestros mantenga la boca callada me es indiferente. Castíguelo a deberé castígalo con la medida necesaria-amenaza y se hace el silencio.

-lo castigaré-responde Sousuke con el mismo tono-…pero maestro Kuchiki- la voz se hace más ronca, más dura… más siniestra- no se atreva a ponerle un dedo encima a mi querido pantera- no supe si el pelinegro no quiso pelear o le enfundó el miedo pero sale rápidamente, sin mirarme siquiera.

Tengo un mal presentimiento que no se apaga el día entero.

-Grimmjow Jaegerjaquez por favor preséntese en la dirección de inmediato-es la voz zorruna de Ichimaru en el altavoz.

Mi reloj marca la 1: 46 y jamás de los jamases se le pide salir antes a Zaraki Kempachi, incluso el se hace respetar entre todas las pandillas de la escuela.

Pasados los 14 minutos salimos. Corro al tercer piso pero faltándome 3 escalones me detengo, un ruido de algo siendo arrojado a la pared con mucha fuerza me detiene.

-no pedí esto, Aizen Sousuke-es Byakuya pero su voz tiene un nivel más bajo.

-yo lo castigo como quiero-dice el director.

Me quedo quieto en las escaleras. Me pasa por un costado el profesor, sus ojos me centran pero parece distante, hasta podría decirse triste. Segundos después mi único amigo con un brazo colgando como si estuviera roto, un moretón enorme en la frente y la otra mano en las costillas, caminado encorvado.

Acerco mi mano para agarrarlo.

-vete-me espeta empujándome, bajando solo.

Lo sigo aunque me dijo que me fuera. En la calle están sus amigos ¿pero qué? Se van sin siquiera hablarle.

-Grimmjow… ¿quieres ver a mi padre? Él es médico-propongo viendo gotas de sangre cada metro en el pavimento.

-no-responde girando en una esquina.

-fue Aizen ¿verdad?

Para en seco haciendo que casi choque con su espalda.

-hay algo que… quiero que sepas…- no se gira y siento la necesidad de darme yo la vuelta pero no lo hago-…yo… hacia ti…-no aguanto, mi corazón late muy fuerte y la pena que me impedía verlo a los ojos desaparece. Mi mente tiene la imagen de un sobre azul.

Tiene el seño fruncido y el moretón de la frente se ha abierto, dejándole una cortada que sangra sobre su ojo derecho; sus mejillas, además de sucias, están en tono rosado y su boca semiabierta no deja ver sus dientes blancos sino rojos de sangre. Aun me parece apuesto.

-…gracias. Adiós-finaliza pasándome de largo.

Ya no voy tras él, algo en lo que dijo me ha decepcionado.

 

Por la mañana no encuentro nada en donde guardo mis zapatos. Quizá solo era una tonta broma.

La primera clase es de Shunsui Kyouraku así que no entro para buscar a Grimmjow, necesito saber si se recuperó.

Supuse que pasaría la hora entera en buscarlo por todos los rincones pero es más fácil, está en la cancha de tierra con todos sus amigos, otras dos bandas y un grupo de estudiantes de uniforme purpura. Eso me extraña, nuestro uniforme siempre ha sido pantalón negro y camisa blanca, sin saco por la falta de dinero y que nadie lo usa.

Me siento y observo. A los minutos entiendo que planean un partido con una escuela cercana.

Las bancas comienzan a llenarse y alcanzo un lugar cerca al juego. Inspecciono al pantera, tiene cosida la frente y se alcanzan a ver un par de moretones en su rostro y la mano derecha vendada por completo, sin embargo se mueve con naturalidad y conserva la expresión burlona en todo momento.

Comienzan el partido… ¡si que juegan sucio! Van dos segundos y golpean a un chico en el estomago. Nadie se queja de nuestra escuela mientras la otra empuja a algunos.

-fue un accidente, cabrones. Aguántense, maricones de mierda-aleja fuertemente el rey de la escuela, poniéndose al frente de todos que lo llenan de halagos.

El juego inicia otra vez.

Anotan con facilidad, son buenos sin necesidad de la trampa.

Empatan al medio tiempo. Se quejan incesantemente con Yami que lo la paró. Todo a mi alrededor se está alterando… ahora que veo pareciera que nadie está en clases.

Vuelvo a buscar al peliazul entre la multitud. No lo veo. Ah, lo encontré… está… está charlando con una chica pelinaranja de gran busto y muy atractiva… no está charlando, se nota que coquetea con ella.

-¡ya empiecen, huevones!-gritan detrás mío y me uno a la insatisfacción. No sé por qué lo hago pero necesito gritar.

Pero el partido se detiene porque un chico de cabello negro en puntas, tatuado con un 6 en la mejilla empuja a Jaegerjaquez. Debe ser su novia. Como es de esperarse no se deja, lo tira de un puñetazo en el pecho y el resto, no solo los espadas, se encargar de él y de los demás estudiantes visitante.

El resultado es el que todos aquí estamos acostumbrados: BLEACH gana-golpeados Visitantes.

Entre la excitación escucho la risa del iniciador. Debería disgustarme su burla pero me encanta su voz.

Es lunes, hoy no lo veo así que ha casa.

Al abrir el locker para sacar mis zapatos cae otro sobre azul. Me sobresalto y antes de agacharme escucho.

-adiós, shinigami-giro mi cara a la izquierda esperando ver a quien habla pero en vez de eso siento una mano en mi cabeza, vuelvo a la derecha y es Grimmjow marchándose, despidiéndose como siempre: con una mano alzada, esta vez la izquierda en vez de la derecha, y sin verme.

-ha… hasta pronto, Grimmjow-digo como siempre a la nada pues ya se ha ido.

Recuerdo la carta y la recojo a toda prisa. Pudo haberla visto y hacerme burla. Ya no hay nadie más así que la leo mientras camino. Nuevamente tiene escrito “Kurosaki Ichigo” en la delantera.

Saco la hoja blanca y leo:

“Antes que nada, en cuanto sepas quien soy déjame una carta donde mismo para dejarnos de pendejas. Si no pues por eso escribo.

Dije que me explicaría así que lo haré aunque no declare mucho. Eres diferente a todos por eso me atraes. Ah, con atraer me refiero a que me gustas y con todo gusto te follaría. Cuando me conozcas no te sentirás insultado, hasta te excitarás…”

Dejo de leer. Debe ser una loca depravada. La curiosidad me lleva seguir.

“una pista sobre mi es que soy el ser más sexy de toda la jodida escuela.

Por si no lo notaste en la escritura soy un hombre. Ya te he dado tres pistas.

Repito, si sabes quién soy escríbelo cuanto antes porque todavía no tengo los huevos de decírtelo a la cara.

TE AMO, Ichigo”

Me chapeteo en plena calle ¡un hombre, que dice ser sexy, quiere cogerme!

Cruzo la calle sin pensar en nada y hasta abordar el metro pienso otra vez.

La primera pista es que es hombre. Bien

La segunda es que es… guapo.

Pero la tercera no la reconozco. Será que no es muy listo porque no sabe contar.

Llego a casa con la carta en el bolsillo.

La releo en la noche y se me ocurren muchos hombres así que no planeo ponerle un rostro aun. Sin embargo es diferente si pienso en quien QUIERO que sea.

Y, maldita sea, Grimmjow es el elegido. No sé cuando me enamore de ese malnacido.

 

Martes en la tarde, juego basquetbol con Jaegerjaquez. Es más lento desde que está herido pero no por eso más alto, que es una gran ventaja. No hablo del tema porque ni lo menciona.

-jugaremos mañana. Vendrás ¿verdad?

-sí, siempre vengo-digo encestando. Un punto más y lo igualo.

-no, hablo del futbol contra las maricas que jugamos la última vez. Será la revancha. Haremos un desmadre a lo pendejo jaja-me la quita y encesta, quedándose unos segundos en el aro.

-si, iré-acepto con la cara dudosa.

-¿Qué? Toda la escuela estará ahí y sé que te toca con Kempachi a esa hora.

-entonces no voy-corrijo pensando en la ira de ese psicópata.

-dile que te invité y todo calmado-encesta otra vez. Perdí como de costumbre-te veo mañana-me dice dándome el balón en las manos-guárdalo.

Lo meto debajo de las bancas, es el lugar más seguro para que no lo roben.

Cuando voy por mis cosas escucho las risas de los espadas que vinieron por su líder. Agarro mi mochila y está abierta. Ya me robaron algo seguramente.

No, tiene un sobre azul dentro.

Miro alrededor y no hay nadie. El único que estaba era… el pantera.

Se me acelera el corazón y la abro ahí mismo.

“Dime que ya sabes quién soy, joder.

No soy retrasado mental te he dado tres pistas y la primera te ayudara a saber quién soy porque ya no lo soporto, quiero estar contigo, deseo tenerte en mis brazos… y en mi cama.

Ichigo, no faltes por nada al partido de mañana.

Esta es otra pista, habla con los espadas y averigua como se une uno a ellos. Ya son dos pistas, soy parte de los espadas y como te dije que soy hombre se reduce a 6 si considera a la mierda travesti de Aporro como uno. Bien, tres pistas en esta carta: NO SOY APORRO.

Ya sabes, déjame una carta con mi nombre.

DESEANDO PRONTO SER TUYO”

El mismo seis gótico al final. La letra parece más estilizada.

Si Grimmjow la dejó ya la tría con él.

Debe ser él… debo hablar mañana mismo con los espadas.

 

Por la mañana no me encuentro tan seguro como ayer. Vi pasar a Nell y luego a Ulquiorra pero no hablo con ninguno.

Me siento en los escalones de la entrada para pensar.

Quiero a Grimmjow, anoche no pude dormir fantaseando imágenes tiernas de él y de mi, abrazados y besándonos. Nunca imaginé ser gay más se me olvida cuando recuerdo de quien me enamoré. Claro que también me lo conjeturé en el sentido que él me desea, la idea me atormenta y encanta, aunque no me gustó mucho tener que masturbarme a mitad de la noche para bajarme la calentura ¿Qué pensaría Grimmjow si le dijera que me calentó con sus solas palabras escritas?

-hola.

Sentado a mi lado el mayor de los espadas, Coyote Starrk.

-hola-contesto por cortesía y desconfianza.

-pocos sabes eso.

-¿eso? ¿Qué eso?-doy con qué mira entre nosotros y, fuera de mi bolsillo, la nota que dejé ahí desde el día de ayer, desdoblada.

Grito y la recojo, arrugándola y fingiendo, estúpidamente, que no había nada.

-casi nadie sabe de esos tatuajes- sin más se quita un guante blanco y a la mitad de la antemano un 1 gótico.

Mi rostro expresa la sorpresa de algo que nunca noté. Si es el 1 necesito al 6.

-Starrk ¿Quién es el 6?-pregunto aguantando mi euforia.

Me sonríe pero no dice nada.

-¿Qué?-dijo rompiendo el silencio-entonces es una curiosidad que tuvieras escrito un 6 en una hoja y yo fui de estúpido a decirte algo que solo saben los espadas. Vaya, vaya, Grimmjow va a molestarse cuando se entere…-sus ojos castaños no son como su cara tranquila, parecen de un lobo hambriento-tendré que callarte antes de que eso pase-corrí como alma que lleva el diablo, no necesito saber qué significan esas palabras. Es bien conocido que el coyote es como el hermano mayor en la banda y por algo debió llegar a esa posición, no solo por la edad.

Me escondí en la cafetería, donde por casualidad comían las dos únicas chicas del grupo espada y el pantera.

-jugaremos, Hallibel, jugaremos y ganaremos-decía con voz aniñada la chica de cabello verde. En un brinco de emoción su blusa recortada de la barriga mostro su espalda a la altura del sostén blanco, un 3 enorme.

-no lo sé, ya bastante maricones me salieron y si les ganan dos mujeres se van a poner a chillar desde el principio.

-vamos, Grimmjow, déjanos entrar-dice más calmada la otra, cambiándose de asiento al del peliazul para abrazarlo del lado izquierdo, ya teniendo el hombre a Nell del otro lado abrazada por la cintura.

-bueno, bueno, igual termináramos destrozándolos y ganando.

La tercera espada y el chico gritan de emoción.

Me voy antes de que me noten.

Hoy no planeo llegar a ninguna clase.

En el pasillo Yami pasea con cara enojada. Diviso un 10 en su brazo. Nunca antes lo aprecié.

Pasan las horas y doy con Ulquiorra cambiándose en pleno campo a una playera de manga corta verde. En su pecho un 4 tatuado.

Queda Nnoitra y Sonmari por descarta. Al final será mi pantera.

En mi sueño me empujan para abrir paso a la cancha. El más alto de los espadas camina a mi costado, sonriendo malévolo y finalmente sacándome la lengua. Un 5.

Es imposible que sea Sonmari, jamás le he hablado o metido con él… aun debo descartarlo.

 

El juego empieza y desde un inicio entiendo la estrategia de los visitantes, piensan usar la fuerza bruta, jugar igual de violentos. Eso va a dar como resultado que los aplasten en los dos sentidos.

Pasados 2 minutos ya es una masacre, no solo con 14 a 3 sino que un empujón es correspondido por un gancho al hígado.

Al medio tiempo se rinden.

La emoción es general y me uno por inercia.

En el campo las chicas llaman mucho la atención, abrazándose y brincando, moviendo sus enormes pechos sin pena.

Busco con los ojos al ojiazul y este está celebrando, tomando por el cuello al serio del murciélago, después, en un arrebato de emoción, se arranca los botones de la playera, quitándosela y girándola en el aire.

Reviso su brazo musculoso, sus hombros amplios y varoniles, el tórax trabajado con esmero y el 6 gótico en costado derecho de su espalda.

De la emoción no supe cuando todos empezaron a marcharse a sus casas o a celebrar aunque era sabido que seguían las clases.

Se me vino a la mente el que debía escribir que sabía quién era para mañana tener respuesta. No es seguro sin embargo muero por saber.

Escribo con un trozo de roca sobre la carta que llevaba pues todos los de la cancha se marchan y debo alcanzar para guardarla y que la recoja.

Empujo a todos hasta mis zapatos, casi todos están ahí buscando lo mismo. Llego al casillero y lo guardo debajo de mis zapatillas.

La multitud de gente me saca y no me dejan ver dentro. Mientras intento observar algo sobre las cabezas noto una cabellera azul, él pasa por mi costado y únicamente sonríe y se despide como es su costumbre.

Se va aun semidesnudo, con ese sexy 6 en su espalda.

Nada me garantiza que la haya recogido o que me escriba al día siguiente.

Creo que esta noche tampoco conciliaré el sueño.

Notas finales:

Gracias por leer.


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