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El interior de carne y el de engranes por sleeping god

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Notas del capitulo:

Ni para qué digo que me tardé porque es obvio.

Lo bueno es que viene algo nuevo y el próximo sigo con lo que nos quedamos.

-¡puta madre!-grito al despertar, haciendo que el gatito de un brinco de mi pecho.

Me seco el sudor con el antebrazo y respiro agitado.

Por el amor de dios, eso fue aterrador.

Acaricio a mi nueva mascota mientras me tranquilo, sin poder evitar meter la mano en mis bóxer y sentir mi trasero, no hay nada distinto, no me duele ni nada por el estilo. Suspiro aliviado tratando de olvidar que soñé que ese idiota homosexual me violaba; no tendría problema, o no mucho, si soñaba que jugaba nuevamente baloncesto con él pero otra cosa fue aquello-mierda… debo dejar de beber… o que se yo para no soñar chingaderas-me levanto con un terrible pesar, absoluto cansancio del día de ayer, bueno, mínimo estoy vivo.

 

Baño al gato conmigo y saliendo le pongo un listón azul que encontré entre mis ropas. Lo dejo en casa y le doy unas cuantas patadas al perro cuando trata de morderlo, ya que parecen calmados me voy a la escuela.

Apenas voy entrando me abraza por la espalda Aporro. Me volteo y lo empujo lejos.

-¡te he dicho que no me toques, mariposa!-le gritoneo a su tonta cara de despreocupación.

-tranquilo, mi pantera…

-y que no me llames MI pantera-digo con mas malhumor.

-te gustaría si solo lo prue…-mi paciencia se ha agotado. Lo miro amenazante y lo arrojo a la pared, dando un puñetazo a un lado de su cara. Se paraliza y por fin entiende.

-la próxima vez te daré en la puta cara-me alejo y después me sigue.

-la verdad es que ahora tenía un antojo de alguien más.

-no me interesan tus “antojos”-le gruño a la vez que  saludo al resto de los espada.

-ya les dije a ellos y están de acuerdo-me dice y veo a los demás esperando que inicie quién sabe qué.

-¿qué cosa?-pregunto con fastidio.

-ese chico que se te declaro, lo quiero para mí-me dice y vuelvo a suspirar de fastidiado.

-bien-digo y comienzan a ponerse en marcha.

El plan es que Starrk lo traiga y nosotros lo sostengamos en lo que Aporro se lo jode.

Lo lleva como lo planeado y yo le inspiro confianza, diciéndole que venga a la vez que le ofrezco mi mano.

-vamos, entra-lo animo, teniendo que ir por él-no tengas miedo, no de mi-luego lo seduzco, acariciándolo mientras retengo la risa.

-Grimmjow… ¿es un juego?-tiembla ahora sin saber lo que le espera, vaya que fue tonto por enamorarse de mi pues, suena feo incluso para mí, no tengo alma.

-un juego no es tan cruel-lo tiro sobre una mesa y entre todos le amarramos las piernas y las muñecas a las patas.

Entre risas Starrk le dice algo al oído, luego señala al mariposón. Intenta liberarse por lo que la 3 y el quinta lo sostienen. Aporro se pone tras él mientras Ulquiorra y yo le bajamos la ropa. Empieza a llorar justo cuando esto apenas está por empezar.

-¡DEJAME! ¡DEJENME IR! ¡SON UNOS MALDITOS ENFERMOS!-nos insulta aunque a ninguno le importe, lo sabemos, estamos enfermos.

-Grimmjow… por favor…-me pide clemencia. Yo respondo sonriendo.

-te va a gustar, putita.

-no… por favor, tú no eres así… tú… tú… ¡lo salvaste, maldita sea, no eres así!-lo grita y aprieto más fuerte la pierna que le paralizo, temeroso de lo que sabe.

-¿de qué habla?-dice Ulquiorra.

-nada-respondo.

-¡lo salvaste, demonios! ¡Además… además tu mismo escribiste que no eres así en ese…!

-¡YA METETE, PERRA!-ordeno a ese puto con miedo a que siga hablando-¡QUE ESPERAS, PINCHE MEDIO HOMBRE! ¡¿QUE?! ¡¿SE TE ABLANDA?!-ya no lo hará y debo sacarlos a todos de aquí-olvídalo… lo haré yo-y como no se van les informo que esta vez ni me verán hacerlo-solo. Largo-para que crean que lo haré me pongo donde antes estaba el otro, sobándolo y dándole una nalgada, excitándome.

-ahh… listo… ¡que se larguen!-se marchan con mi erección pega a su trasero.

-escúchame-le digo a su oreja-nunca vuelvas decir eso ¿me entiendes? Nunca.

Me alejo y subo mi ropa, dejando ese bulto en mi pantalón, esperando a que se baje solo.

-Grimmjow… voy a decirlo-no puedo creerlo ¿me amenaza? ¿A mí? Voy a verlo a la cara, sin creer esto posible.

-¿Qué acabas de decir, perro de porquería?

-que voy a decirlo. Tengo tu poema y una fotografía abrazando al gatito, y no sólo yo, tengo copias que les di a mis amigos en Karakura por si me haces algo.

-¿me estás tratando de chantajear?-increíble, no, imposible. Bromea.

-no, lo estoy haciendo.

-te salvé, desagradecido, pudieron haberte violado.

-¿salvarme? Yo te salvé y aun así… además de que tú me… -se calla y dice con fastidio-déjame ir.

-no, si te dejo ir me dirán que no te lo hice… de hecho deben estar cerca esperando tus gritos-le digo sintiendo las cuerdas.

-tú y tu maldita reputación. Suéltame o te delato-para calmarme camino en círculos, de nada sirve.

-entonces… tienes que fingir que te lo estoy haciendo-avergonzadamente pido su ayuda, no voy a hacérselo pero ahora no puedo violarlo con mi cuchillo.

-entonces… igual suéltame-lo hago y espero que lo haga solo pues ni excitado estoy -…no sé… como hacerlo-dice sentado y sonrojado.

-nada más grita, puta madre.

-no sé cómo… nunca…

Espero hasta que dice una estupidez.

-házmelo.

-no, jamás he tocado a un hombre, nunca lo haré. Siempre los violo con el mango del cuchillo.

-no te lo estoy pidiendo-me lleva a él, sentando como una perra ofrecida, con las piernas abortas en mi cintura-no tienes opción.

Me bajo el pantalón y no ve mis ojos que desean estrangularlo.

-no se me para-trato de librarme con ello.

-antes lo hizo o quieres que grite que no sirves para tener sexo.

Lo empujo más a mi cuerpo, acariciando el suyo pero ni así me parece atractiva la idea de penetrarlo.

Me abraza e intenta besarme, obviamente no lo dejo.

-déjate- me ordena y da un beso novato pero que… me hace desearlo, metiendo mi lengua en su húmeda cavidad y escuchando gemidos llenos de deseo. Se me para y meto poco a poco en donde pueda. Se aleja de mi beso y dice:

-duele-ahora sé que ya no puedo parar, estoy excitado a pesar de todo.

-así es la primer vez-miento mientras tiembla en mis brazos cuando avanzo dentro de su estrecho interior, tan sabroso y que oprime tan bien mi pene pero que no me permite llegar hasta el fondo. Humedezco una mano y lo saco, mojándolo -así debería ser más fácil entrar-y vuelvo a hacerlo hasta estar completamente dentro, con mis testículos en sus nalgas. Levanto la cabeza con satisfacción y gruño, que delicia me digo hasta que intenta alejarse, lo atraigo para volver a donde mismo y sintiéndolo me empiezo a mover de adentro a fuera y luego solo dentro en vaivén con una velocidad media.

-¡basta…! ¡Ahh, duele! ¡Espera!-lejos de hacerle caso me apresuro, jamás imagine que el interior de un hombre fuera a presionar mi verga tan deliciosamente pero… es están seco.

-mierda… no estás nada húmedo, con que para eso compran lubricantes los jotitos.

Me chupo dos dedos y saliendo unos segundos humecto la entrada y regreso, sosteniéndole la cintura firmemente pues el sudor lo hace resbaloso

-aaah… Grimmjow… bi…-lo callo antes de que diga algo que parezca que tenemos una relación consensuada.

-calla… nada de que te gusta-le ordeno quitando mi mano de su rostro sonrojado, con sus labios húmedos. No lo beso solo por orgullo aunque me dan ganas de tirarlo al suelo para enseñarle otros turcos y posiciones, que use esos ricos labios en mi miembro con esa lengüita juguetona. No, no, basta, no debo fantasear con él, ahora sólo haré que se corra, para que sepa que soy bueno en esto, y luego me daré yo el gusto.

Mueve sus piernas, abrazándome, sin dejarme alejar, sabe lo que hace por inercia, podría ser excelente con entrenamiento.

Lo golpeo con más fuerza sin importar mi playera llena de semen, que diablos, ahora no me importa que no sea una mujer, es sexo y uno muy bueno.

-abrázame…-le digo pues retrocede en un orgasmo que disfruto ver en su cara tan seductora. Me abraza, dejando que su respiración y el aire caliente den en mi cara, cerca de mi oreja.

Le levanto una pierna en mi hombro para entrar con más libertad. Se viene otra vez y doy una risita por lo novato que conquista. Creo que era virgen.

Ya no aguanto, empiezo a hacer ruido yo también. Le doy una nalgada ruidosa y le chupo el cuello que sabe salado. Debería morderlo, jodermelo más fuerte, marcarle la espalda…

-vamos, vamos-mierda, que grite más fuerte, que me diga que le parece, si necesita estar en cuatro patas. Dímelo, precioso-¿te gusta?

-sí… es rico…

-¿rico? Grítalo. Vamos…-excelente, me complace tanto y quiero que sienta lo mismo, que no pierda este paraíso. Lo alzo más para concluir con todo -…grita más…

-dame… más… ahh, Grimm…-ah, Ichigo, Ichigo, Ichigo… que rico estás, no necesitas saber, tú solo complaces.

Gimo al venirme y hacerle lo mismo, por fin está húmedo y hacemos un ruido grotesco pero que me gusta mientras lo lleno de mi. Ahora es otro más de mi propiedad.

Empiezo a pensar claro, fue solo sexo, nada más, sexo, dos hombres, una broma cruel que salió mal, sexo, nada más, sexo.

-ni una palabra-lo beso en la mejilla roja… no sé por qué lo hice. Lo dejo de lado y limpio mi pene.

Lo veo de reojo, moviéndose con vergüenza a esa humedad entre sus piernas. No me burlo, mejor le digo como limpiarse.

-con tu camisa.

Abren la puerta y se me detiene el corazón ¿los espadas? No deben verlo tan contento.

No, es solo Soi Fong.

-vete-le digo para poderle decir que calle a la mujer. Le lanzo su ropa para que se vista-Soi Fong, hace mucho…-la hago pasar.

-…Grimmjow…

-ya sabes que no debes hacer-lo amenazo al salir.

-debo pedirte que olvides lo que viste-le digo a la chica, cerrando la puerta.

-como maestra debo reportarlo, sabes que no puedes fornicar con quien quieras donde quieras.

Me río a grave voz-me desean y sobre todo me quieren complacer, donde, cómo y cuando quiera.

-no en la escuela.

-donde quiera-repito sonriendo.

-tendré que reportarlo.

-no querrás que tu novia vea mi dibujo de ti. No se creerá que me imaginé como eres sin ropa-me mira amenazante, esos ojos negros que siempre me hicieron vibrar ahora no me parecen atractivos-eres mi puta y te trato como quiero.

-maldito seas, bastardo-me dice antes de irse furiosa.

Veo a mi grupo al salir, no tengo ganas de hablarles, al contrario me voy por el lado inverso, recojo mi mochila y salgo. Aunque no esperaba que el shinigami no se fuera a su casa.

-¿Qué putas quieres?-pregunto molesto, siguiendo mi camino mientras va tras de mí como un perro.

-debemos hablar de nuestro acuerdo.

-¿seguirás con esa mierda? ¿Tan pinche urgido andas por un pito?-le reclamo sintiendo asco a lo hecho a solo unos minutos. Joderme a un hombre, mierda, estoy más pinche enfermo de lo que imaginaba.

-cállate.

-¿Qué dijiste?-le reto pues se pone frente a mí. Tiembla como gelatina pero sus ojos… sus ojos tienen más valor del que yo o cualquiera pudiera expresar.

-que te calles y escuches por una vez en tu jodida vida-con furia a la impotencia retrocedo y pateo lo primero que encuentro, una botella de vidrio que se hace trisas en la pared-serás mi novio y actuarás como tal, tienes que hacerlo bien porque si me doy cuenta de que es falso destruiré tu reputación-su cuello por unos segundos parece tan frágil… pero no debo pensar en lastimarlo, no debo o no podré parar. Será mejor que siga su juego, no tengo opción.

-no lo haré en la escuela.

-bien, pero entonces dejaras de molestarme.

-imposible, eres la burla del momento.

-tú eres quien hace la burla del momento, busca otra y déjame en paz en la escuela, cuando tu lo hagas la mayoría lo hará.

-¿Qué más?-le pido para ya pasar el mal trago.

-…mmm… pues.

-eso es todo-me voy, al carajo con esta pendejada, beberé un six de cervezas para poder dormir.

-empiezas desde ahora-dice al alcanzarme. No puedo creer que no me deje en paz después de hacerle el amor.

-no, alguien podría verme.

-no hay nadie… Grimm…-¿Grimm?

-¡no me llames así, prostituta fácil!- lo jalo de la cara con fuerza para darle a entender que no habrá sobrenombres bonitos ni citas románticas, que no me busque para esas mamadas.

-mañana mismo encuentras las fotos impresas en toda la escuela-se suelta y emprende el camino.

Que se largue, con suerte se muere por ahí.

Se aleja… puede decir la verdad.

Sería una vergüenza.

Puta madre.

-¡shinigami, espera!-corro a alcanzarlo-tu ganas.

-empezaremos ahora. No me llames nunca más “shinigami”…

-eres mi Ichigo-debo arreglar esto y… aprenderé a ser lindo- Ichigo-le acaricio la mejilla rosada con gentileza.

-Grimm-pero se acelera, intenta besarme y me alejo-estoy notando que es falso.

Chinga, mejor lo beso yo más a huevo que de ganas.

-sigo dándome cuenta-dice porque no le gusto mi beso. Bien, debo fingir, fingir, fingir, sé un buen novio Grimmjow.

-lo siento… por favor, te lo demostraré en mi casa-pido para marcharnos de la calle, hasta el momento nadie nos ha visto pero no quiero hacer ninguna escena en público.

-¡no, sexo otra vez no!

-ja… jajajaja-vaya mente mal pensada… con solo una vez conmigo y ya termina así-no haremos el amor-nos vamos a mi hogar.

Lo hago pasar y le acaricio el cabello anaranjado, algo para que me deje dibujar y ya que se aburra se marche.

Tomo el lápiz y sigo con el cielo, con cuidado de no traspasar la hoja.

-¿Dónde es?-pregunta.

-es…-dudo en explicarlo, es muy loco y todo el mundo termina por darme el avión- no lo sé, lo imagine yo… es… un lugar dentro mío… supongo… es una tontería-mejor no contesto, es demasiado para una mente… normal.

-vamos, dímelo- ruega sentándose en el suelo como un niño esperando le cuenten un cuento, con toda la atención en mi. Dios… lo admito, es lindo y hasta me gustaría si fuera gay, lástima que no es así, shinigami.

-me parece como un lugar así, quiero decir, sin nada que te interrumpa o te haga pensar en algo o algún problema, trafico, escaleras o… guía. Solo vas y caminas y caminas y todo es igual… tan solo y sin problemas… como la muerte.

Su cara muestra temor con esa última palabra. No debería temer a lo que no entiende, nadie debería hacerlo.

-la gente debería temerle a la vida y a la muerte ¿sabes?- lo acompaño en el suelo pues comienza a molestarme la silla-pienso que no hay salida. Nada me dice que la muerte no duele, por eso es mejor escapar dentro de uno… sin saber si es la vida misma o la muerte que se encuentra en nuestro interior.

-¿estás tratando de asustarme?-dice como manera de librarse del complejo o muy simple tema.

-perdón… creí… perdón-lo abrazo disculpadme… de alguna manera estoy decepcionado, creí que lo entendería un poco, que al menos lo intentaría.

-puedo ver el resto.

-creerás que estoy loco-me recargo en el para que yo tome el control y entienda que cualquier muestra de afecto vendrá de mi, cuando vengan.

-creeré que eres un Jim Morrison moderno.

-jajaja uno moderno y sin talento. Si es lo que quieres adelante-bien, confió en que no hay problema en que conozca este lado mío.

No permito que revise mis escritos… algunos son muy cursis y eso me apenaría le daría más razones para chantajearme.

-¿quieres jugar cartas, lindura?-le pregunto abrazándolo por la espalda.

-… sí, Grimm- me abraza y va conmigo, apenas nos sentamos lo suelo y me divierto, olvidado que este chico me tiene en sus manos.

-basta-dice terminando un juego repentinamente.

-¿Qué pasa?-no lo entiendo ¿Qué hice?

-soy tu novio así que no quiero saber y mucho menos me presumas de cuantas perras has tenido en tu miembro, zorro-sé que le conté de mi relación con las espadas pero no es para tanto, odio que me celen cuando yo ocupo a quien me abra las piernas.

Tenemos una pelea que arregla mi gatito mago de oz, acuerdo portarme bien, ser un muñeco, un hombre de metal que fingirá amarlo, no tengo queja, después de todo ¿No he fingido toda mi vida?

 

Es un raro inicio, me cuesta fingir ternura, delicadeza, y sobre todo amor, pero él adora estar conmigo, lo veo en su cara mientras jugamos videojuegos, mientras caminamos a que tome su tren, en el camino a mi casa, esas miradas en la escuela… está enamorado y me da lástima, no siento lo mismo y ni me interesa sentirlo.

 

Suspiro sentado en la mugrosa banqueta, entretenido en ver a un sujeto sobre una motocicleta negra que hace rugir para impresionar, me emociona pensar que podría tener una así y recorrer el país a toda velocidad… con ese aire de libertad de quien no le importa nada.

-Grimmjow-pero no puedo porque ni tengo moto ni tengo libertad.

-te tardaste en llegar, Ichigo-recrimino levemente a mi forzado novio que me pidió venir en la noche a la ciudad-¿Qué vamos a hacer?-le pregunto caminando tras de él.

-anoche vi un letrero de un museo y… pensé que te gustaría-dice revisando las calles. Seguramente no tiene ni idea de dónde está. Gruño ante su idiotez, si saliera con una chica esta ya lo hubiera mandado mucho a la chingada.

-déjame ver-le pido a la vez que me alarga un papel- queda a unas cuadras de aquí. Es un barrio peligroso, tienes suerte de venir conmigo-le digo devolviéndole la hoja.

 

Supuse que no me creyó hasta que en esa pequeña colonia los ojos de ebrios, drogados e hijos de mala madre no dejaban de escudriñarnos, ahí me di cuenta que el muchacho con el que iba detrás mío era atractivo para “ese tipo de gente”, pude notar que él no se dio cuenta pero yo sí y eso traería problemas, era yo solo y no sabía si puedo contar con el shinigami si se nos ponen al brinco. Debo calmar los ánimos tan “prendidos”.

-Ichigo, no te alejes-le digo tomándolo de la mano y acercándolo a mí, parece que funciona, todo apunta a que entendieron que no está disponible.

Llegamos al improvisado museo, las obras son arte de gente inteligente y sin recursos, los olvidados o los que simplemente no quieren ser tomados en cuenta, así es, el talento en las sombras. Interesante, debo admitir, está solo y parece que a el shinigami le gusta más la naturaleza mientras a mi me llama la atención lo que no se entiende o tiene un significado rebuscado

¿Cuándo se ha visto al hombre siendo paseado por su perro?

¿Un autobús con todos sonriendo?

¿El tigre cazando sus rayas? ¿A quién se le ocurrió?

Inteligente, imágenes de mentes demasiado alimentadas o retorcidas.

Al fondo uno a blanco y negro, una deidad vestida de kimono negro, la muerte disfrazada de equilibrio: el shinigami.

-Ichigo-pronuncio cuando él viene a mí. Bostezo para no parecer impresionado aunque debo verlo con cariño, desde aquella ocasión en que llegue ebrio y roge un poco de sexo sé que con mi mirada basta para no provocar su enojo.

-será mejor irnos-me dice señalando con la cabeza a un sujeto sentado pero definitivamente vigilándonos-ese tipo me incomoda y lleva un buen rato viéndote.

-¿a si?-voy directo a él, sin pensar, a veces el cuerpo es más rápido que la mente, muchas veces en mi caso.

Me le planto en frente y puedo ver en sus ojos rojos que la droga ha hecho estragos con él, además puedo ver una enorme cicatriz en toda su cara, en diagonal desde el ojo izquierdo.

-¿tienes algún problema?-le digo mientras se endereza frente a mí.

-Grimmjow Jaegerjaquez-frunzo el seño con mi nombre ¿a caso nos conocemos?

-mierda de drogadicto-ofendo y me alejo, buscaba una pelea pero apenas puede mantenerse en pie.

-tu arruinas todo-dice bamboleándose en su lugar y aspirando por la nariz ruidosamente-todo lo que tocas lo arruinas… pero el shinigami te arrancara el corazón y te lo devolverá vacio, te lo devolverá vacio, y te lo meterá en el pecho y latirá silencioso, silencioso, sin nada, te lo dará vacio, sin sangre, y sufrirás, estarás muerto, ya estás muerto, muerto, muerto…-continua balbuceando hasta que el peli naranja me agarra de la mano y me guía a fuera, escuchándolo repetir mi destino: “muerto, muerto, muerto” ¿Qué quiso decir? Por ir de la mano del otro no tiemblo pero me ha aterrado.

Llegamos a mi casa y por ser tarde se quedará el shinigami. Debo olvidar, fumo un cigarro y luego lo tumbo sobre la cama y hacemos el amor hasta pasada la media noche. Me levanto desnudo y fumo otro, pensando en ese sujeto, ahora recuerdo quien es; un pobre diablo que decidió resistirse a entregarme la tarea y lo arrogue por la ventana, se cayó sobre una lamina y se corto el rostro, al poco tiempo supe que dejó la escuela… bien, no sería el último ni el primero que me culpan de su desgracia, que en parte tengo la culpa pero no toda, mas eso que me dijo no deja de rondar mi cabeza, puede que sea porque mi mente está tan perturbada como la de quien ha consumido durante años. Apago el cigarrillo en el marco de la ventana y vuelvo a la cama, moviendo un poco el cuerpo del muchacho para besarlo y abrirle las piernas, debo entretenerme y no parece molestarle que cojamos por segunda vez en la noche.

 

Descanso tranquilamente en la cama, tengo como almohada a Asesino y en el vientre, subiendo y bajando con mi respiración, a Mago de Oz. Simplemente escuchando la radio, aprendiendo la letra de “highway to hell” con una sonrisa en la cara, es una tarde encantadora, sin preocupaciones, aunque sé que tengo un dibujo que terminar, esa visita al museo me inspiro en dos dibujos: el cuello perfecto y la cabeza torcida como tornillo y un shinigami… no quiero pensar por qué hice ese último.

De pronto mis mascotas se levantan las orejas y luego la cabeza al escuchar vibrar mi celular, me levanto y lo recojo del escritorio.

-una mierda con este novio-maldigo esperando que de dos timbrazos más y poniéndomelo en el oído-dime-le pido tranquilo aunque subido de tono.

-¿estarás ocupado hoy?-lo dice con maña, sabe que no hago nada los días que no hay clase, y claro, si le respondo que sí preguntara qué para finalmente decirme que es más importante él que cualquier cosa.

-no-respondo con desgana y resignado.

-paso por ti para que vengas a mi casa. Veremos películas y pediremos pizza.

-claro, te espero-cuelgo dándome cuenta que no he ido a su casa, con su familia, su familia… rayos, nunca he visitado a alguien así y dudo saberme comportar… él me había contado que tenía dos hermanos- ¿o eran hermanas?-pregunto a mi gato como si supiera la respuesta- sé que su madre está muerta y su papá… ¿a qué carajos me dijo que se dedicaba?

Hurgo en mi mente tratando de recordar, todo en vano, hasta que llega me doy por vencido y dejo que todo pase como deba pasar.

 

Vive en una buena zona de la ciudad, con una casa en color azul claro y un lindo patio delantero, tiene ese toque familiar que me agrada. Me hace pasar y el primero que veo es a un viejo de cabello y barba oscura, quizá 40 y tantos.

-hola, Ichigo habla mucho de ti-me dice extendiéndome la mano, un saludo estilo occidental, la estrecho con un poco de fuerza-soy Isshin Kurosaki.

Parece un padre formidable y por un momento olvido que debo mínimo decir algo.

-soy Grimmjow…-digo con un nudo en la garganta. El aire de la acogedora casa de dos pisos me pone tenso y a la vez tan blando, incluso siento que sudo.

Después sale una chiquilla de una puerta, cabello del mismo tono y una mirada desafiante, muy parecida a la del shinigami.

-ah, él es Grimmjow-dice, confirmándome eso de que habla demasiado de mi, preguntándome hasta que punto cuenta nuestra “relación”-me llamo Karin.

A punto de repetir, estúpidamente, mi nombre, me retracto y digo que es un placer.

Pasamos todos a la sala, donde un largo sillón permanece frente a la tele, con otro más pequeño a la derecha, de color café oscuro en la sala pintada de blanco. Sentada en el suelo una niña de cabello claro y la mirada más inocente que yo haya visto jamás.

-ella es Karin-me informa el shinigami mientras la pequeña me sonríe.

-un gusto, Karin-digo con una sonrisa que hace que sus mejillas enrojezcan.

-no encuentro la película-nos dice a todos, continuando con el mueble debajo de la t.v.

Cuando la encuentran nos sentamos, el padre en el sillón solitario y yo en una orilla seguido del shinigami y sus hermanas. Es extraño estar así, puedo sentir su paz, la felicidad de una tarde de sábado en familia… aunque estoy incomodo… tocan el timbre, seguramente la pizza.

-yo voy-le digo a Isshin antes de que se levantara.

-claro, el dinero está en la mesa-voy por el dinero y pago la comida, llevándola hasta la sala donde comen con gusto y todos me sonríen, es una tarde extraña.

 

En mitad de la película de acción le pido al único que le tengo “confianza” que me muestre el baño. Él me guía y al salir, igual que en la escuela, busca mis labios, yo no hago nada, dejo que me bese hasta que parece que estar en su casa, lejos de avergonzarlo, le da confianza, pues pone sus manos en mi cuello y pega su cuerpo, gimiendo un poco y mostrándose dispuesto.

-shini…-trato de decir separando mis labios.

-no me llames así-me ordena sin abrir los ojos.

Agarro su nuca con una mano y con la otra su espalda hasta ponerlo en la pared, levantándolo en ella y haciendo que se sujete con las piernas de mi cintura. Descendiendo mi mano hasta su trasero y de ahí meto los dedos para penetrarlo. Lo disfruta rápidamente, bajando más su pantalón, más pronto busca mi cierre para metérsela.

Escuchamos a alguien subiendo y nos detenemos. Bajamos como si nada mientras su padre sube al baño.

Concluida la velada me despido cordialmente y sin necesidad de verme obligado, me agradan de hecho.

-no tienes que acompañarme a mi casa-le dijo mientras abordamos el metro.

-lo sé, pero tengo ganas de pasar tiempo contigo-evito mostrar mi burla.

 

Llegamos y lo dejo pasar aunque Asesino apenas se lo permite por lanzársele encima.

-basta, animal-se lo quito y lo guio a mi cuarto.

-¿puedo ver tus dibujos?-pregunta pero yo me siento en la silla con las piernas abiertas, sonriendo.

-no-le digo entre risas.

-¿Por qué?

-porque quiero que hagas algo-le pido que se acerque y cuando está en unos centímetros lo arrodillo-chúpamelo.

-…¿qué?

-eso hacen las parejas y ahora tengo ganas, además…-me inclino hacia su rostro, dándole un beso-creo que tienes unos labios que lo succionaran muy bien.

Duda pero le gusta complacerme.

Bajo mi cierre y lo toma en sus manos, chupando la punta con abundante saliva, concentrado, buscando que tan adentro le llega y dando una arcada cuando lo lleva hasta su garganta.

-jajaja tranquilo-le digo, acariciando su rostro-poco a poco, no te emociones que no quiero que vomites en mi verga.

Se sonroja y prefiere llevar su lengua en toda mi longitud, luego se anima y vuelve a succionarlo, metiéndolo y sacándolo, lengüeteando y chupando mientras lo masturba en ocasiones.

Es bueno, muy bueno.

Nuevamente le da una arcada más no lo saca, intenta seguir con el sexo oral.

-está bien… está bien-le digo, sacándoselo de la boca-ven aquí-se levanta y baja su ropa, sentándose sobre mí para irse penetrando e inmediatamente quiere moverse pero lo detengo-déjame… espera…-le pido respirando grandes bocanadas, estoy a punto de correrme y eso me dejaría en ridículo-…mmm, ya-le doy luz verde a que se mueva.

El sexo es lo único que amo de él, goza como quien solo tendría relaciones conmigo, algo que yo nunca vi pues siempre cojo con zorras o mujeres con parejas, incluso con un par de casadas.

La silla comienza a quebrarse y por suerte concluimos antes de que cediera. Me abraza antes de que le pida que se quite, susurrándome al oído.

-te amo, Grimm… te amo tanto-una mezcla de lastima y burla afloran en mi. Sin embargo ya sé que debo hacer todo lo contrario a lo que siento.

-yo también, Ichigo-se ríe un poco y me abraza más fuerte-te llevaré a la cama-le digo llevándola a ella y saliendo de él.

Nuevamente es tarde y se queda en mi casa. Se duerme mientras yo sigo con mi dibujo, el del shinigami, en la cara me detengo al no saber cómo hacerla… podría ser un poco malvada, neutral quizá, feliz… cansada, placida… fuerte… viendo a Ichigo tomo su rostro como referencia.

Ahora que concluyo me doy cuenta que lo acabo de dibujar, aunque hay algo que no me gusta. Me le acerco y le retiro el cabello de la cara, se mueve un poco y se acomoda en la almohada.

Vuelvo a la hoja sin saber qué le falta.

Apago la luz y decido concluirlo otro día.

Me acuesto a su lado, dándole la espalda y durmiendo. En la mañana él me está abrazando por la cintura, es demasiado meloso.

 

Con un día libre del shinigami voy a casa de Sonmari, hacemos lo rutinario, como en su casa, por la tarde vemos televisión, luego jugamos videojuegos con su novia y cuando baja a hacer algunas botanas yo me hago de aperitivo a su chica, cuando sube finalizamos el juego y me voy a casa.

Supongo que tanto tiempo con ese enano ha hecho que lo que hacía diario se me haga aburrido. En camino a mi casa miro el cielo e intento descifrar las estrellas que me enseñó… no lo logro, no sé cómo logra darles forma.

Bufo y luego frunzo el seño. No debería pensar en ese sujeto.

 

Cuento los días para concluir nuestra relación. Solo su familia me agrada y a lo mucho podríamos ser amigos más sabiendo que es gay y le gusto eso es imposible.

 

Otro día con este muchacho en mi casa. Debo decir que me he acostumbrado, su presencia no es molesta, le encanta ayudarme y el sexo es fantástico y cada vez que tengo antojo, por no decir que ha aprendido a mamarla como nadie.

Lo miro por detrás y veo que revisa mi último dibujo, el del shinigami que no concluí hasta usar colores, primera vez que los utilizo, y tuvo que ser en ese… aunque he empezado a usarlo, incluso me acabe el rojo en un camaleón.

-¿qué es?-me pregunta.

-un shinigami, shinigami-digo burlón-lo vi en el museo el otro día.

-¿estabas poniendo atención al paseo escolar?

-algo, un poco-me encojo de hombros a la mentira, tal parece que no recuerda que ese dibujo lo vimos en el otro museo. Al escolar me fui con los espadas a fumar y jugar videojuegos.

-oye, te traje algo de comer-aunque eso es algo que me incomoda, esos cuidados conmigo… como si fuera mi esposa.

-¿Qué es?-pregunto con fingido interés.

-camarones y arroz, pensé que tendrías hambre porque ayer aquel chico te tiró la comida cuando corrió- sí, recuerdo a esa marica huyendo y tirando el almuerzo que pensaba robarle.

Me siento en el sillón y empiezo a comer, él solo me observa. Supongo que ya comió.

-como vas con tu tarea-me dice viendo que tengo el libro de matemáticas en la mesa, aunque lo estaba usando como base mientras escribía acostado en el sillón.

-pues…-no concluyo para que el comprenda.

-¿no le entiendes?-se aventura a cuestionar.

-claro que sí-le respondo violentamente-no estoy pendejo. Le entiendo. Me da hueva hacer la tarea, es eso.

-¿y si te ayudo?

-no hace falta-concluyo, devolviéndole sus trastes-prefiero divertirme un poco.

Antes de que lo analice lo tiro en el suelo y empiezo a despojarlo de su ropa.

-Grimmjow… no seas… no seas tan brusco-me regaña sosteniéndome las manos-deberíamos hacer la tarea.

-a la chingada la tarea-espeto besándolo. Pronto se deja llevar y puedo bajarle la ropa interior y bajar mí cierre.

Estiro la mano buscando debajo del sillón el lúbricamente que compré el mes pasado, todo para que pueda divertirme más rápido. Sin embargo no lo encuentro, no lo entiendo, aquí lo puse la última vez cuando me lo jodí en el sillón.

El shinigami termina por solucionarlo, humectándose el mismo, soltando unos lindos gemidos, mientras él hace eso me masturbo, luego le retiro su mano y entro yo.

Acabamos casi anocheciendo. Rompí la mesa que había encontrado pero valió la pena.

-hey, Ichigo-le llamo pues duerme desnudo en el suelo-despierta, tienes que ir a casa.

-…no… no quiero ir a la escuela-doy una risita y me agacho a moverlo.

-Ichigo, vamos, despierta-se acurruca a mi pierna y suspira-joder-me levanto y empiezo a recoger su ropa… sin embargo su camisa está rota… supongo que fue algo brusco. Saco una mía y cuando vuelvo está vistiéndose semidormido.

-toma-se la doy y sonríe.

-¿Qué?

-es la misma que me diste la primera vez-sinceramente no recuerdo cual agarró, solo espero que me devuelva mi camisa de Pink Floy.

Se marcha y abro el libro de matemáticas, sé perfectamente que hacer pero… veo a Aizen sentado en la silla de su estudio, sonriendo y complacido y a mi fingiendo ser feliz, odiando los trazos que hago, detestando, reprimiéndome y a la vez no jodiendonos a ambos.

Lanzo el libro por la ventana, donde escucho a mi perro dar un brinco de susto y luego gruñidos, seguramente rompiéndolo. Bien, mi perro se comió mi tarea.

 

-pantera-me saluda el grupo que está sentado en el techo.

Levanto la mano devolviendo el saludo y completo el círculo.

-creí que entregarías una tarea hoy-me dice Ulquiorra, siendo el primero en prender su cigarro.

-no, ni siquiera entre a clase-contesto rechazando la calada de humo. No estoy de humor. Quizá sea el clima húmedo, el zapato derecho que esta rompiéndose de la suela o un presentimiento pero debo estar alerta.

A la ultima hora vamos paseando por el pasillo del tercer piso, hablando de la posibilidad de ir el fin de semana a acampar, emborracharnos e irrumpir en propiedades privadas.

Sin embargo siento un tirón de mi brazo. Con furia miro esa cara zorruna pero… sus ojos y sus fracciones muestran compasión.

-vete, toma tus cosas y vete-sin pensarlo más veces voy por mi mochila, por un momento miro alrededor para dar con que los espadas se han ido sin mí, ninguna novedad. Desciendo al segundo piso y todo se me nubla por segundos que pareces horas, al abrirlos de nuevo Aizen está frente a mí, con su cara echando lenguas de fuego. Cierro los ojos e intento no pensar en nada, ni en el miedo ni el dolor.

Me levanta a la pared, ignorando como yo a todos los que tratan de no ser presentes de mi golpiza.

-eres una vergüenza-me dice antes de tirarme por la escaleras.

Cuando llego al piso maldigo, tratando de levantarme pero el dolor me dobla. Veo de donde sostenerme y ahí está el shinigami… ah, sus ojos son tan piadosos… no, debe estar lejos de mis asuntos; le ruego con la mirada que se distancie.

Logro pararme e irme. Sin mirar atrás, sintiéndome patético otra vez.

En casa limpio con agua las heridas que son superficiales, debe ser tonto pensar que me fue bien después de todo, seguramente se enteró de que reprobé sus preciadas matemáticas nuevamente y tendrá que marcármelo personalmente como materia aprobada.

En mi cuarto me miro en la ventana como si fuera un espejo… y culpo a ese chico peliazul que no es tan fuerte como para vivir, no es valioso para ser reclamado por la muerte y tan odiado que se le concedió nacer.

-si pudiera nunca abría nacido-me digo pues cualquiera al que me acerco lo destruyo y todos los cercanos a mi me lastiman. Es una mierda esta vida o al menos la mía.

Tocan a la puerta, sacándome de mis pensamientos. Al ir es el shinigami que finge no ver mis pectorales desnudos.

-¿estás bi…?-lo beso antes de que continúe, no quiero su piedad ni la de nadie, no tiene que hacer preguntas tontas ni esperar respuestas. Eso me harta de él, que quiera ser alguien cuando todos al final me abandonan ¿Por qué aparentar? No es necesario, que me deje solo, ya estoy acostumbrado.

Hacemos el amor sobre mi incomoda cama, ahora ya no tengo lubricante pero es lo de menos, se ha callado y espero que perdiera el interés en hacer preguntas. Sin embargo pasa media hora y no habla, lo cual es raro en él.

 -¿Qué tienes, Ichigo?

 -…ya sabes.

-no lo entenderías-no lo ha olvidado. Bueno, aquí debe quedar todo.

-puedo entenderlo.

-¿puedes?-nadie lo ha hecho ¿Por qué tú sí? Si me entiende, si sabe que siento, si llega siquiera a comprender lo que pasaba por mi mente, será distinto… no digo amado, pero si distinto-más allá de donde llega mi vista está el mundo que yo deseo, sin conocerlo, sin saber qué existe, lejano, oscuro, sin guía ni planos. Estaría perdido cuando cruce esa brecha y cuando lo haga, abre muerto-lo recuerdo claramente, la libertad desconocida-Qué le ocurre a este sujeto…?-no le veo sentido a mentir-¿en que estaba pensando cuando escribí eso?-sus ojos no se despegan de los míos, creo que me está analizando. No debo darme ilusión…

-estabas triste-¿triste…?

-… llore ese día-¿es posible?-Aizen me da todo aun y por eso sigue golpeándome con cada decepción-confieso, se lo debo… lo supo, entendió por unos segundos mi verdadero yo…

-¿Qué te puede dar?-dice enojado y vuelve a salirse me mis zapatos. No vale la pena explicar algo que nadie puede comprender, aunque lo intentaré.

-la cura para la soledad. Mis amigos. Verás, Ulquiorra es algo así como un manipulador psicópata por lo que no podía hacer su certificado en las demás preparatorias, ni siquiera en esta porque llevó a un chico al suicidio, así que yo intervine. Starrk necesitaba una beca para mantener a su padre enfermo, Nell y Hallibel son lesbianas que no les daba pena demostrarlo en público, sabes de que hablo, y aquí no son castigadas por ello-me detengo, recapacitando otra vez esa basura-Nnoitra es un peleador nato con cerebro de chícharo al igual que Yami así que la única escuela que les daría papel es esta y Sonmari es un pendejo sin remedio.

-¿y Aporro?

-soy sexy, Ichigo.

-ah…¿entonces por qué no vives con tu padre?

Una pregunta delicada. Sé que no se dará por vencido así que respondo:

-me harté de sentirme como basura todo el tiempo, pero no por irme deje de ser su basura. Puedo aun pedirle favores y él aun me puede golpear… solo no tan seguido.

Es suficiente. Ya no quiero pensar más.

 

Tiro hojas de mi escritorio, tareas y pendejadas que ya no voy usar por salir de la escuela, ahí encuentro el desierto, mi mundo interior, hueco mundo lo llamo, sin embargo hasta ahora lo pienso demasiado vacio… que estupidez, me siento a revisarlo para entender que no me gusta ahora de él. Con una goma hago una línea vertical del suelo al cielo, no muy derecha, después hago más hasta hacer varios árboles de cuarzo… y finalizo con una luna en cuarto menguante. Ahora es perfecto… pero ya no parece mío. Ya sé, se lo daré al shinigami, de alguna manera le pertenece.

 

Penúltimo día, tengo mis calificaciones y de alguna manera logro abandonar otro circulo del infierno. En el pasillo a la salida está Aizen, puedo verlo, está esperando algo… o a alguien.

-Grimmjow-me llama justo do paso a su lado.

Me detengo pero no hablo. Guardo mis calificaciones en mi bolsillo aunque probablemente ya las sepa.

-darás el discurso de salida.

-¿Qué?-no lo esperaba-¿Por qué yo? 

-porque la escuela te admira, eres un icono, eres su ídolo, por eso-pone su mano en mi hombro y al marcharse me dice-te estaré escuchando, no me decepciones.

Me quedo un rato más, paralizado, lo suficiente para que el shinigami me encuentre.

-Grimmjow, vámonos.

-ah, sí…

-¿Qué pasa?-aun con la conmoción le respondo.

-diré el discurso de clausura-informo y aun no me lo creo. Puede que con ello Aizen pueda verme otra vez a los ojos y crea que soy alguien.

En casa hago algunos discursos pero termino por botarlos… mejor diré lo que salga en ese momento, pero claro que remarcando a nuestro buen director y su sistema que hace maravillas, verá, volverá a verme y… podre ser su hijo nuevamente. No voy a decepcionarlo porque estará ahí, especialmente para mí como cuando me rescató.

Queda un solo día y supongo que por eso me vino a ver en la noche, dejando que me lo cogiera hasta desfallecer. En la mañana salimos juntos y volteo para tras, hoy termina su mandato sobre mí, que audacia en creerse capaz de dejarme en ridículo.

-no llores. Yo te cuido-empieza la revancha-dime ¿Qué piensas de esto? Un amante, en su brazo una dama, en la mano de la dama una rosa, la rosa reposa en el balcón, y del balcón cayeron los amantes.

-…¿de qué…?

-olvídalo-es muy pendejo, no entiende el romantisismo.

Seguimos de la mano hasta una cuadra de la escuela, donde de costumbre yo me adelanto y fingimos no conocernos, más hoy hago algo diferente, no lo suelto, volteo a verlo con una sonrisa y veo lo que esperaba, muchas esperanzas.

-¿Qué pasa, Grimm?-pregunta jugando con su cabello.

-dame un beso-le pido por primera vez. Lentamente pone sus manos en mi cuello y acerca mis labios a los suyos, segundos antes de juntarlos le pregunta-¿me deseas, Ichigo?-ahí, sin moverse, responde:

-claro, siempre-lo pego a la pared y me besa con mucha pasión, sorprendiéndome y luego correspondiendo a su calentura. Algunas personas pasan a nuestro alrededor pero únicamente me importa que se vea real.

Concluimos y me cuestiona.

-¿tú me deseas?

-claro, tu culo es fantástico.

-… yo no hablaba de sexo-informa sin moverse aunque he emprendido el paso.

-te amo, Ichigo-le alejo para seguir con nuestra costumbre, al entrar me rio como maniaco. Se la ha creído toda, mierda, esto será más fácil de lo que esperaba, en un día le demostraré a los espadas que puedo juntarme con ellos después de la preparatoria cuando les muestre lo que le hice a este niño, verán que soy desalmado; y también recobraré a mi padre y todo será perfecto nuevamente.

 

No hay clases y pasamos el día juntos todos los espadas, hablando de que carrera entraremos… aunque yo no tenga la más mínima idea.

-¿Qué tal tu Ulquiorra?-le pregunto y parece que no escucho mi pregunta.

-intentare en la de mecánica-dice Starrk y le cuestiona lo mismo que yo.

-abogado.

-abogado, no esperaba menos, bicho chupa sangre jaja-dice Nnoitra y puedo darme cuenta que esto está empezando, me alejan, ya tienen sus papeles y vuelvo a ser innecesario.

Vuelvo a sentirme solo y por eso no insulto a quien me empujó al pasar. Que se vaya a la mierda, pronto rogaran que vuelva a ser su líder.

 

 

-oigan-les digo mientras caminamos-¡les hablo, pendejos!-les termino gritando para que me hagan caso-mírenlo-les digo señalando a mi “novio”.

-¿qué tiene? Hace mucho que lo dejamos en paz-me dice Hallibel.

-pero fue él que más problemas nos ocasionó-respondo, sonriendo-le daré la lección que le hacía falta.

Corro a alcanzarlo pues parece que se irá temprano; tal parece que se ha acostumbrado porque suelta sus cosas y se pone en guardia.

-tranquilo, tranquilo-me burlo pareciendo inocente-¿ya te vas?

-sí, parece que no habrá clases-no hablo, disfruto de la atmosfera antes de destruirlo.

-Grimmjow, toma, creí que…te interesaría-lo agarro y es un folleto sobre una universidad especializada en dibujo, arte contemporáneo y clásico, entre otras cosas. Al abrirlo doy con una hoja, mi poema; y la fotografía.

-¿son todos?

-sí, mentí sobre las copias

-¡mentis…! Olvídalo. Esta universidad… nunca dije que estudiaría algo así-le digo rechazando la información.

-quédatelo, piénsalo.

-quizá lo haga-doy la vuelta, quiero que busque su perdición. Ahí veo al resto de mi grupo y les guiño el ojo.

-Grimmjow…. ¿terminamos?-sonrió antes de voltear.

-sí, shinigami-responde fríamente-esto jamás ocurrió.

-… ¿no me quisiste ni un poco? Porque…  no te creo.

-no te amé, shinigami, solo fue una buena lata de aluminio… pero…-le encesto un buen derechazo, mandándolo unos metros hacia atrás, camino a él, lentamente -…por si no lo entendiste, nadie juega con el gran rey pantera-lo pateo un par de veces, riendo. Cuando acabo le escupo y doy la vuelta.

-Grimm…-tose, tratando de pararse-si te vas así jamás te perdonaré-que estupidez, hasta los espadas se están riendo a carcajadas.

-jodete, shinigami-he terminado, ahora ellos me aceptan pues me elogian y preguntan todo sobre la broma. Estoy feliz, shinigami, gracias a ti jejeje.

Notas finales:

No creo que haga falta pero la canción "highway to hell" mencionada es del grupo ACDC.

Gracias por leer.


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