Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El interior de carne y el de engranes por sleeping god

[Reviews - 63]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Sí, ahora estoy seguro de que sólo un capítulo más.

Penúltimo.

Continuo.

Aunque haya maneras de redimirse-citas, películas, regalos, caricias, palabras, besos y el sexo-aún está en mi mente esa idea: Grimmjow mejoró por si solo y hace tiempo que la razón de ser su cordura pasó a ser una fantasía o quizá hasta confortación.

Supongo que aun con eso no hay motivo para estar triste, aunque me gustara la idea de que no pudiera vivir sin mí.

 

Llego a casa ese día, no voy con Grimmjow pues dijo que estaría ocupado más mañana pasará por mí a la escuela.

Al abrir la puerta lo primero que veo es a mis hermanas brincado en círculos tomadas de las manos, muy alegres y diciendo algo que no comprendo por hablar al mismo tiempo.

-¿Qué pasa?-pregunto dejando la mochila en el sillón de la sala.

-¡volvemos a Karakura, Ichi-nii!-me dicen al unísono y vuelven a saltar.

-¿Qué?-las miro sin poder creerlo. Mi padre entra a la sala y me dice que lo sigua a la cocina.

-sucede que me contrataron en la clínica de Ryuuken, me pagarán mejor y…-me toma de los hombros, en algún momento empecé a mirar al suelo-…las niñas extrañan  su ciudad, su gente, sus amigos; debo darles una mejor seguridad que este lugar ¿lo entiendes?

-sí, sí…-no, no puedo… no quiero entenderlo. Son Karin y Yuzu pero… él, ellas… ¿Qué debo pensar?

-Ichigo, no digo que dejes a Grimmjow. Sí, estamos un poco alejados pero pueden verse los fines de semana o en vacaciones él es bienvenido.

-lo entiendo-por fin lo proceso. Duele pero tiene razón, es lo mejor.

-deberías decirle lo más pronto posible para que se haga a la idea-afirmo con la cabeza y subo a mi cuarto.

No puedo decirle, no sé cómo vaya a tomarlo.

Estoy muy triste.

Más bien… en realidad quien deberá acostumbrarse a la distancia debo ser yo pues ya entendí que no me necesita.

 

Voy camino a la escuela, como si nada, todo muy tranquilo sin ir enojado aunque Grimmjow cancelara nuestra cita. Todo porque no quiero molestarme, solo estar con él todo el tiempo posible y aun así deseo distanciarnos… que difícil.

-¡auh!-grito cuando algo me golpea la cabeza, miro arriba y  hay un trabajador que arreglaba una ventana de ese edificio de 6 pisos. Abajo, entre mis pies, encuentro un pequeño tornillo plateado-¿un tornillo? ¡¿Perdió un tornillo?!-le grito y ese hace una seña negativa-estúpido-insulto en lo bajo por preferir mentir y así no tomar responsabilidad. Lo sigo viendo y pienso en lo que grité, alguien ha perdido un tornillo… y creo saber quién lo necesita. Me quito el collar que llevaba con un 15 de plata y logro atarlo al pedazo de metal.

Al día siguiente, saliendo de la escuela voy a la universidad de mi pareja. No lo encuentro fuera aunque sea la hora de salida.

-disculpa, busco a Grimmjow ¿lo conoces?-le pregunto a un sujeto de cabello largo y rubio, vestido muy formalmente.

-sí, lo conozco ¿Quién eres?

-me llamo Ichigo, soy…

-¡AH, ERES TÚ!-grita emocionado, yo retrocedo-ya quería conocer al pequeño del que tanto habla.

-¿habla de mí?-digo mirando el suelo, sonrojado y contento.

-claro que sí. -responde tomándome por lo hombros-todo el tiempo le pedimos que te traiga pero dice que no quiere que nadie te eche el ojo…mmm, tiene razones-me alejo de él-bueno, sigue dentro. Se quedó dormido. Vamos. Por cierto mi nombre el Rose.

Lo sigo dentro del enorme lugar, el pantera no mentía, esto es genial. Llegamos a un salón en la segunda planta donde ese rubio se pega a la puerta para escuchar.

-parece que lo regañan.

-¿Quién?

-Zangetsu, no le tiene mucho cariño a tu pantera-abre la puerta y dice- ah, pantera, Ichigo te espera afuera.

-tráelo aquí que me voy a tardar-responde mi novio pero… siento el collar en mi bolsillo, lo meto a la mochila y entro, ansioso por dar un paso en la separación.

-Grimm-meto la cabeza-ah, lo siento, sólo…-no termino de decirle al sujeto de barba de varios días y cabello alborotado negro, bastante mayor diría yo. Llego al lugar del peliazul y le digo al oído-¿te espero afuera? Date prisa, te tengo una sorpresa-le sonrió y salgo.

-que huevos los tuyos para pasar así-me dice Rose.

-ni que me pudieran expulsar-me burlo mientras salimos.

-¿Cuánto llevan juntos?

-…casi un año, quizá poco más.

-wow, yo veía a ese pantera como un mete y saca.

-sí…-maldito Grimmjow, barato- así era.

-lo domesticaste ¿verdad?-se ríe en lo que llegamos al estacionamiento.

-un poco…-digo con vergüenza.

-él dice ir muy serio contigo.

-lo sé-yo igual sin embargo no se va a poder-yo también…

-¡amor, vámonos!-me grita Grimmjow caminado bástate rápido, no me da ni tiempo de despedirme aunque ese tipo lo hace a lo lejos. Me subo a la moto pero el prefiera doblar la señal de su lugar.

-Grimm ¿Qué pasa?-pregunto.

-¡aah… ese perro!

-¿te hizo enojar el maestro?

-¡¿es que no lo viste?!

-¿Qué?-quizá lo regañaba pero a menos que lo golpeara… no, si lo hubiera golpeado ahora Grimmjow estaría saliendo en una patrulla por regresarle los golpes multiplicados por 60.

-te estaba comiendo con los ojos, chiquito, eso pasó. El muy maldito no sabe en dónde clavo la mirada y le voy a terminar partiendo toda su puta madre-voy a abrazarlo porque, si bien no lo noté, me gustan sus celos que denotan el amor que me tiene.

-ya, no importa, puede mirarme todo lo que quiera y eso no va hacer que este a su lado.

-odio que te deseen.

-yo también odio que te miren pero no por eso voy por ahí sacándole los ojos a todas esas perras que observan tu entrepierna cuando tienes pantalones de cuero y la playera abierta y…-el recuerdo es muy vivido-¡aah, las odio!-¡perras, perras, perras ofrecidas!

-bien, ya entendí. Creo que tu ejemplo de calma no puede ser mejorado-subo y abrazo su espalda ya enojado.

-cállate, yo no voy por la calle mostrando de cual calzo-arranca a su departamento y me tranquiliza ir de su cintura. Lo abrazo más fuerte y huelo su colonia. Si pudiéramos estar siempre así.

-te amo-digo en voz baja para que no me escuche sobre el ruido de la moto.

Al entrar corro a su cuarto y saco un pañuelo negro de su cajón.

-póntelo.

-me gustan esos juegos-va a mí y en vez de ponerse la venda me sostiene las manos y me besa.

-basta…-le pido sonriendo y lamiéndome los labios-no debes ver tu obsequio.

-tú ganas-se la pone y se sienta en su sillón blanco que hace juego con las paredes del mismo color, al igual que la mesa en café oscuro con los adornos.

Meto la mano en mi bolsillo y no lo encuentro, busco en el otro y… cierto, en la mochila. Hurgo entre las libretas, el suéter, los colores… demonios ¿Dónde quedó?

-ya, vamos, dime qué es.

-no, espera. Sé que lo dejé por aquí-vuelvo a revisar entre los libros.

-espero que sea un juguete sexual o no valdrá la pena.

-¡no es eso, pervertido!-regaño pero lo encuentro enredado en un lápiz. Se lo pongo y lo veo con él… espero que eso le recuerde que ya no está loco.

-ya puedes quitártela.

 -¿Qué es… qué significa?

Me siento y agarro la pieza.

-recuerdo una vez que me dijiste que yo era tu cordura.

-sí, lo recuerdo y lo eres.

-bueno, ahora ya no debes llamarme así porque aquí está el tornillo que te faltaba-parece que se reiría pero luego sonríe alegre.

-gracias, bebé. Pero no quiero dejarte de considerar mi cordura… aunque admito que me vuelves loco-lo rodeo con los brazos y hace lo mismo.

-yo siempre estaré contigo-no es mentira, solo… no tan seguido.

El miedo no se va, en dos semanas nos marchamos y no he podido alejarme ni un poco. Todo lo hace bien, no hay nada reprochable, algo para que no sea tan obvio porque me alejo… simplemente no lo sabrá, hasta después, una llamada desde Karakura y mis disculpas por no poder verlo a los ojos y sentir… sentir… que las distancia… no será solo física sino también emocional, que podemos terminar olvidándonos, ignorándonos y finalmente perdiéndonos el amor.

-Ichi, Ichi, Ichi-su voz no ayuda, sus caricias sobre mi cuerpo tampoco-Ichigo…-su erotismo, lo único que logra es que me sienta peor a la vez que me hace feliz. Lo alejo para que deje de lamer mi cuello pero se niega a soltar mi cintura, no me deja estar en la computadora, sentado en su cama mientras él se supone escribía en el escritorio.

-acaba tu tarea.

-no, oh-dice tiernamente, acariciándose contra mi espalda-puede venir y chuparme las bolas, Zangetsu.

-¡Grimm!-le levanto la voz.

-lo sé, mejor chúpamelas tú-aleja la laptop y me recuesta. No puedo negarme-¿quieres una mamada o todo el paquete?

-quiero un beso-le pido y me lo da, acostándose encima mientras paso mis manos por su cabello, despeinándolo. Se levanta en las rodillas que tiene a mis costados para abrirse la playera blanca de estampado negro de cruces y quedar en el pantalón negro roto, con sus cadenas tintineando cuando baja nuevamente-quiero una mamada-vuelvo a desear pero antes de que abra mi pantalón le doy la vuelta, bajo por su cuello, lamiendo su collar y desciendo por los músculos hasta el cierre que bajo, saco su pene y primero lo masturbo. Subo los ojos para notar como empieza a sudar, con su cabeza recostada sobre sus brazos. Empiezo a mamársela, luego paso a los testículos para cumplir lo dicho mientras mi mano sigue subiendo y bajando, sus manos van a mi cara y me levanta para poner mis labios en su boca, una vez que me quedo prendado a su sabor empieza a subir mi camisa, levanto los brazos y me alejo para que me la quite, pone sus palmas en mi pantalón y se las detengo-dije que quería una mamada, no todo el paquete.

-¿te quieres quedar con las ganas?

-me gusta chupártelo-respondo aunque quizá después ya no lo hagamos.

-a mí me gusta venirme dentro tuyo.

-me lo beberé-digo bajando otra vez. Ahora más rápido para luego de un rato se corra en mi boca, lo bebo y subo a su pecho.

-ah, ah, ah, ah… Ichigo-sigue diciendo con la cabeza echada hacia atrás.

Doy una risita y me abrazo a él.

-te amo, Grimm.

-yo también, pequeño ¿seguro que no quieres…?

-no, quizá más tarde-me acaricia la cabeza y luego me besa la frente.

-¿acabarás la tarea?

-sí, supongo que sí.

-bien, haré lo mismo-se levanta, cierra su pantalón y se pone la camisa, dejándola abierta.

Cerca de las 10 toma las llaves para llevarme a casa pero… no me quiero ir.

-vamos, lindo, cenicienta no debe llegar después de las doce.

-pero faltan dos horas-digo poniendo mis manos en su cuello-quiero que en esas dos horas hagamos algo divertido-suelta las llaves y me lleva al sillón sin dejar que lo suelte.

-mierda-dice sacado el teléfono.

-odio esa pendejada-le digo sentándome, perdiendo el encanto.

-hola, joder, lo sé. Bien, bien, bien, puta madre… no, ya cállate-dice con fastidio que no había visto cuando habla por celular-escucha, estoy en mi casa, tengo la verga dura y a mi novio con ganas de hacerlo así que te llamo más tarde-cuelga. Eso fue lindo aunque lo dijera así-listo, cariño.

Afirmo con la cabeza para pasar unas excelentes dos horas. Riéndome al final por los vecinos que nos vinieron a callar por gritar tanto.

-eso fue divertido-le digo a mi pantera sobre su moto que me lastima con el movimiento.

-sí que sí ¿te diste cuenta que la señora estaba roja como tomate cuando abrí?

-sí, jajaja, debió ser porque saliste todavía gimiendo.

-estaba a punto de correrme. Qué bueno que vino, me dejo darte duro-se voltea con todo y el peligro a poner sus labios en los míos.

 

-fresita ¿hoy puedo ir a verte?-me dice por teléfono, escuchando de fondo los autos.

-estás hablando mientras conduces otra vez ¿verdad?

-no…

-Grimm.

-bien, bien… no-me rio y miro a mis hermanas llamarme desde el auto, vamos a su escuela para empezar los tramites. He dicho que ya hice los míos pero no es así, esperaré hasta el último día.

-mentirosos… pero hoy no puedo, voy a salir con mi familia.

-mmm tenía ganas de verte.

-yo también-tocan el claxon y hago una señal de que me esperen-voy mañana en la mañana si puedo.

-excelente. Te amo.

-igual yo-cuelgo y me voy.

El trámite es fácil, como si estuvieran acostumbrados a que la gente deje el lugar y ya ni siquiera preguntan el por qué.

 

Salgo temprano en la mañana a su casa, toco varías veces, cada vez más fuerte pero no abre. Quizá se quedó dormido. Entro usando la llave que me dio.

Voy a su cuarto y lo veo dormido sobre la cama tendida y la ropa del día anterior, lo más seguro es que este crudo.

Lo dejo dormir mientras veo la televisión, de un momento a otro pienso en ir a la escuela sin embargo cambio de parecer, a final de cuentas pronto la dejaré.

Pasan las horas y el pantera ni siquiera se ha movido. Salgo a dar una vuelta y comprar algo de desayuno-comida: unos panecillos y algo de leche, no me alcanza para el helado que tanto le gusta compartir con los dulces. Bajo por las escaleras eléctricas del centro comercial cercano a la casa de Grimmjow, muy moderno de gente de clase alta, donde compra su ropa y demás. En un aparador me llama la atención una pareja que mira vestidos de novia, la mujer joven lo abraza con fuerza. Sonrió, que lindo debe ser tener la certeza de que estarán siempre juntos.

Vuelvo alrededor de las 3 pm. Esperando que ya despertará o lo levantaré para que coma algo picante y se le pasé.

Escucho su teléfono sonar, al igual que antes no contesto, nunca lo hago con sus cosas así como el con las mías, como un contrato tácito de confianza.

Hablas al departamento de Grimmjow, si no contesto es porque o no estoy o no sé quién es Grimmjow así que deja tu mensaje después del tono y si me recupero te devuelvo la llamada.

-¿Cómo llegaste, pantera?- ¿Starrk? Pero hace tiempo que dejo de verlos-Entero, espero. Ulquiorra quiere verte mañana en la práctica de Kendo, recuerda que Kuchiki es puntual y quiere que empiecen a entrenar para el torneo-¿verdad?-Buena fiesta-¿verdad? Que falsedad de su parte.

Sale de su habitación y me ve como a un aparecido.

-no pensabas decírmelo ¿cierto?-le digo con resentimiento, molesto por traerle algo de comer-¿por eso me dejabas? ¿Por esos malnacidos?

-Ichigo, créeme, no son tan malos-una afirmación, entonces lleva tiempo con ellos, los ha conocido mejor y…

-claro que no-salgo hecho una fiera pero… ahora ya no es más esa marioneta y, si dice que no son tan malos, es porque se ha dedicado a conocerlos y así los considera.

-mi amor, te lo diría pero después, cuando creyera que podías perdonarlos-los protege. Grimmjow ya puedes escoger a la gente que no te lastima.

-creo en ti-giro a verlo, ¿estoy aguantando las lágrimas? Me duele más a mi dejarlo-creo que puedes encontrar buenos amigos y al parecer una familia, también en que eres responsable y puedes avanzar por ti mismo.

-no me dejes-dice y por un segundo creo que sabe la verdad.

-no lo haré, sólo no quiero estar hoy contigo. No debo enojarme por los amigos que tienes… pero definitivamente necesito procesarlo-me voy para pensar pero no en los espadas, sino en mí y que debo hacer una brecha para que mi corazón lo entienda: no está solo, no estará triste y definitivamente no enloquecerá sin mí; sobreviviremos a la distancia.

Con los días hago ese camino a él más largo con muchas excusas. Apenas si lo beso, a medias lo abrazo y con poco sentido entablamos una plática.

Lo siento.

Es lo mejor.

 

-Ichigo, ye ves triste-me dice Rukia con Renji tomado de su mano, agachado para poder sostenerla bien.

-ah, Rukia-será mejor que ellos lo sepan-me mudo en un par de días.

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué no habías dicho nada?!-cuestionan al unísono.

-me lo dijo ayer mi papá-miento y sonrió- vendré cada vez que pueda.

-¿Grimmjow lo sabe?-pregunta la pelinegra, intuyendo.

-sí, lo sabe.

-¿y cómo se lo tomó?

-bien, él también vendrá a verme…

-¡fresita!-grita mi novio desde la puerta, montado en su moto y saludándome.

-Grimm… –Volteo con mis amigos y me despido-¿Qué haces aquí?-le cuestiono a su encuentro.

-necesito ayuda, lindo. Sube-lo hago y vamos a su escuela. Me lleva atrás, a un gran auditorio.

-¿Qué hacemos aquí?

-el puto, mierdero, cojonudo, mal nacido de Zangetsu me quiere reprobar y para pasar debo hacer un obra, no pensaba hacerla pero resulta que si repruebo pierdo la beca y, aunque tengo el dinero para pagar la mensualidad, resulta que es por selección así que…-escupe al suelo-bueno, ya tengo casi todo.

-¿Cuál vas a hacer?

-Alicia en el país de las maravillas. Ya tengo a los personajes.

-¿serás Alicia?-me rio y frunce el ceño.

-no, sólo debo participar. Mashiro será Alicia. Yo soy el gato Cheshire.

-¿en qué te ayudo?

-bueno…-se sube al escenario-debo hacer algunas piruetas porque sabes que el gato aparece y desaparece. Pondremos luz azul así solo se verán mis ojos y mis dientes en algunas escenas, el caso es que necesito brincar al inicio-se pone en la orilla y luego da unos 4 pasos hacia atrás-desde aquí, no sé si llego o me paso y creo que tú puedes…

-¿agarrarte?

-no. No burlarte si me paso y me parto toda el hocico-me burlo.

-no prometo nada.

-lo supuse-se prepara y da un brinco hacia arriba, gira y sólo un pie cae dentro del escenario, haciéndolo caer hacia abajo y golpearse la cabeza con el borde.

-¿estás bien?-pregunto yendo con él. Se soba la cabeza y afirma. Ahora me rio.

-ja, ja, ja, muy gracioso-dice molesto-otra vez-se sube, sobándose la cabeza. Da nuevamente los 4 pasos al frente y regresa para hacer lo mismo, esta vez queda un poco más atrás-demonios-respira cansado y retrocede.

-eso se ve genial ¿Cómo lo haces?

-es fácil, tienes que perderle el miedo al suelo nada más.

-¿nada más? Jaja-me sigue la risa. Subo con él.

-bien, brincas y tratas de girar, yo voy a sostenerte de la cintura así que no te pasará nada.

Le hago caso, brinco lo más alto que puedo y él me gira, aunque termino hincado en vez de estar de pie.

-bastante bien para un novato-me apremia-más altura, gira más rápido.

-hazlo tú-le pido y esta vez lo hace perfectamente-súper-digo y le pido que me ayude otra vez, otra y otra más hasta hacerlo solo sin ningún miedo.

-¿divertido?

-mucho-respondo-¿te pondrán algo en el suelo?

-no, yo pedí que no. No pasará nada, sé cómo hacerlo-dejo la preocupación.

-¿Qué otras harás?-se pone en la orilla, mira hacia mí y brinca de espaldas. Me asusto y doy un paso al frente pero lo veo caer con las manos y caer de pie.

-esto y otras más.

-será grandioso verte.

-claro que si porque ya te tengo tu lugar en primera fila-me señala el lugar en la primera línea en el asiento número 6 de todos esas sillas rojas-te veré aquí el sábado a las 11 am, baby- sonrió pero… recuerdo… el sábado me voy a medio día-¿Qué pasa?-nota mi cambio de humor.

-nada, solo que no tengo cámara.

-oh, te presto una, aunque me arrepienta por ese estúpido disfraz que llevaré.

-¿de qué hablas?

-tendré que usar unas orejas y una cola de gato, moradas y rosas. Una verdadera mierda-nuevamente me alegra-bien, creo que lo haré bien. Vamos, te llevo a casa.

-no-le digo tajante.

-¿tienes que ir a otro lado?

-no, quiero ir a tu casa. Siento que te he dejado muy abandonado.

-sí, un poco-se ríe y me abraza-bien, a casa.

 

Al llegar arroga su chaleco y queda solo en pantalón de mezclilla.

-ah, que hueva-dice estirando los brazos-¿tienes sed?

-sí.

-va al refrigerador y pregunta-¿quieres refresco, agua o una cerveza?

-cerveza.

-¿Qué paso con mi abstemio noviecito?

-nunca hacemos esto los dos.

-tienes razón-me la pasa ya abierta, luego abre la suya y le doy un sorbo. Pone algo de música y hablamos de cómo será su obra, quienes saldrán en ella y su participación.

Un poco más tarde las cervezas se han acabo, me siento mareado y hablo incoherencias, nos reímos mucho hasta la tienda más cercana donde compramos un wiski, una coca-cola, limones y cigarros. Volvemos abrazados y hasta ahora noto que salió sin su chaleco.

-exhibicionista-le digo sosteniéndome de él en las escaleras.

-con razón tenía frio-nos reímos a carcajadas al entrar a su departamento, a beber un poco más con Kashmir sonando a todo lo que da.

Al acabar lo botella espero fuera del baño a que salga, en cuanto lo hace entro y abro mi celular que hace rato vibraba, lo contesto.

-¿Dónde andas?-cuestiona mi padre.

-con Grimmjow, estoy despidiéndome. Vuelvo en la mañana.

-temprano que faltan muchas cosas que empacar-me cuelga y ahora vomito.

-¿Qué tal?-me dice al salir, pasando un limón con sal. Lo chupo y volvemos a sentarnos esta vez con L.A Woman mientras fumamos. De ahí vamos a su cama donde me desvisto y hacemos el amor hasta el amanecer.

Despierto por el movimiento a mi lado de mi pareja también desperezándose.

-ah, debo ir a practicar la obra-se queja, girando a abrazarme.

-ni que hacerle.

Nos quedamos quietos un rato.

-¿te quieres bañar conmigo?-me cuestiona volteándome a ver.

-sí-respondo pero no lo dejo irse-eso que dijiste, de que sería tu esposo ¿es verdad?

Primeramente se burla con una carcajada.

-claro que sí. Tú y yo nos casaremos, tendremos esa casa en el bosque junto con Mago de Oz y Asesino y viviremos felices para siempre-nos besamos.

Le creo.

Debo hacerlo.

Después de bañarnos me lleva a mi hogar y empaco lo faltante.

Todo el día no lo veo, solo me manda un mensaje en la noche recordándome la obra, que lleve a toda mi familia y que me ama.

Contesto como si nada pasara.

En la mañana en vez de ir a su universidad estoy despidiéndome de Rukia y Renji en la puerta de mi casa y abordando al auto hacia Karakura.

-¿y Grimmjow?-cuestiona Abarai, seguramente bajo pedido de su novia.

-no pudo venir, tiene una obra pero…-escribo su número en un papel y se lo doy a mi amiga-visita de vez en cuando a Grimmjow ¿quieres?-le pido a Rukia-te tratará bien-le sonrió.

Adiós, Grimm. Lamento no desístelo pero ¿Qué habrías hecho tú?

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).