Camino por el pasillo de la universidad, a bajar al primer piso mientras hablo con Mashiro y Rose.
-quedamos de ir al cine con Ulquiorra y Sonmari ¿seguro que no vas?-me pregunta el rubio. Pensar que hace unos días no se imaginarían con los espadas y viceversa.
-ah, no lo sé-les contesto, sosteniendo mejor el cuadro que llevo de un perro en la nieve-debo saber primero si Ichigo tendrá tiempo hoy y…
-Jeagerjaquez-me llaman de un salón, al voltear es Zangetsu con cara de pocos amigos.
-nos vemos más tarde-les digo a mis amigos y voy con él, entrando al salón y dejando mis cosas en el piso.
-tus últimos trabajos están mal-me los muestra y sujeto el tornillo que llevo en el cuello… últimamente esos pensamientos extraños, locos y poco comunes que hacían de mi arte algo diferente se han ido evaporando, me siento normar… y a la vez como si algo me faltara.
-lo sé…
-sabes que sólo necesitaba una razón para reprobarte-pienso en que se joda-bien, eso haré.
-si tiene que hacerlo hágalo-salgo del lugar. Afuera me esperaron y les cuento que reprobaré sólo una, gran cosa.
-pero ya no podrás estar el semestre entrante.
-¿Qué?
-sí, si entras con beca, como recomendado, una vez que repruebes te sacan y no puedes volver a entrar-me informa la peliverde.
Vuelvo al salón a ver al profesor que estaba a puno de irse.
-¡espere! ¡¿Planea sacarme de la escuela?!-le cuestiono indignado.
-no necesitamos gente sin talento.
-puedo recuperar mi talento.
-puedes hacer trabajos mediocres en otras universidades, no en esta, ya tenemos nuestro prestigio-se pasa por un lado y le sostengo la mano.
-no hemos terminado-se voltea y se suelta de mi agarre con fuerza.
-ten mucho cuidado con lo que haces.
-podemos arreglar esto. Debe haber algo que pueda hacer para mejorar mi nota. Algo que yo pueda hacer o…-pensando en las peores posibilidades de los seres humanos-o algo que yo tenga.
-puede ser-ahora me mira-algo que tú tienes-¿dinero?... sería lo más obvio pero su mirada me molesta-con eso podría ponerte hasta el diez.
-¿Qué?
No contesta, sonríe.
Me le arrogo al cuello, metiéndolo nuevamente al salón y dejándole mi antebrazo en la garganta.
-¡escúchame con atención, malnacido! ¡Si vuelves a pensar así en mi cara te juro que no tendrás ni la libertad de imaginártelo mientras estás solo con tu mano y tu pene en la noche!-lo libero-ahora ¿Qué debo hacer para pasar la materia?
Se soba donde lo apreté y toma una actitud arrogante.
-quiero una obra de teatro para la semana entrante.
-excelente-me marcho no sin antes mirarlo a los ojos para que comprenda que no bromeo.
Investigo en internet pasando de largo algo de Shakespeare, también de terror y llego a fantasía; estaba por inclinarme al Mago de Oz pero esperaba la positiva de mi gato que cuando se lo mencione se marcha a la ventana.
-no, entonces-sigo bajando en la página y encuentro Alicia en el país de las maravillas.
Asesino me ladra y lo tomo como una positiva aunque en realidad tiene hambre.
-esta será entonces-guardo el guion y le doy de comer al perro.
Con la ayuda de la mitad de la escuela logro los personales, la escenografía, luces, boletos y publicidad.
Es buena gente, no quiero dejar esta universidad.
La preparamos entre clases, el fin de semana y algunas veces después de clases. Tengo a mi Alicia peliverde y… mi estúpido traje de gato Cheshire con todo y las maromas que hiciera para hacerlo algo espectacular. Paso unos días en el gimnasio para volver tener la flexibilidad y fuerza que siempre tuve.
-Tienes que estarlo-afirmo desde un árbol artificial puesto en el escenario de la escuela, apenas sostenido sobre mis piernas y parte del vientre, fingiendo estar cómodamente acostado-o no habrías venido aquí.
Mashiro se pone seria y replica:
-¿Y cómo sabes que tú estás loco?
-Para empezar –giro sobre mí, ahora de cabeza, sin quitar esa sonrisa característica-los perros no están locos. ¿De acuerdo?
-Supongo que sí.
-Muy bien. Pues en tal caso, ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco-vuelvo a ponerme en la posición anterior.
-A eso yo le llamo ronronear, no gruñir –dice pensativa.
-Llámalo como quieras –digo- ¿Vas a jugar hoy al croquet con la Reina?
-Me gustaría mucho –dice con entusiasmo de niña. Su papel le queda perfecto-, pero por ahora no me han invitado.
-Allí nos volveremos a ver –afirmo y brinco de espaldas y caigo con las manos y luego de pie, un buen flic flac.
-¡excelente, pantera, genial!-aplauden los espadas desde el escenarios, en especial mi sombrerero loco Starrk.
-suficiente por hoy-los dejo ir para intentar hacer unos saltos más. Subo al árbol y miro las bancas, donde estará el público, no digo que sea preparación mental, nunca he tenido miedo escénico pero luego imagino a mi novio, seguramente al frente pues le apartaré el lugar, quizá pueda sonrojarlo si brinco cerca de él… pero no asustarlo o le daría vergüenza.
Doy un salto y me quedo demasiado alejado del escenario, caigo sobre la banca y eso significaría golpearlo.
-mmm, debo medir mi fuerza.
-joven-me llama un hombre de servicio-ya vamos a cerrar.
-bien-salgo del lugar y mejor invito a mi novio al día siguiente a que me diga que tan lejos o cercas me quedo, avisado ya no se espantará.
Estoy listo, hay uno que otro error pero es más que suficiente para cerrarle el hocico a ese pendejo viola novios.
Faltan 3 días para la obra y estoy recostado en el escenario, con la cabeza colgando y el collar en mi cara.
-ser sano significa no ser especial-me digo. Suspiro.
Veo el arreglo de un país de las maravillas… ciertamente es maravilloso, colorido, especial. La realidad no se nota, la realidad no es divertida… pero es cierta.
Vuelvo a suspirar.
-algo está mal-me digo con desconfianza-¿Qué será?
Me siento porque empiezo a marearme.
Recuerdo a mi padre cuando me veía acostado sobre una rama del árbol del jardín, sin ninguna preocupación después de hacer la tarea o en vacaciones, me decía para ponerme a hacer algo:
“Témele al silencio y a la paz porque no sabes que se avecina. Eso hace a un hombre valiente uno confiable”
Puede que tuviera razón.
No sé si me molesta la falta de mi demencia… creo que es algo que este en su lugar, ya no es metal comiéndome es… un hueco que lastima.
Falta un día para la obra, en ese les indico a todos que estén preparados, que ensayen y descansen también; haré eso último, anoche la pase genial con mi novio, bebiendo, riendo y haciendo el amor hasta desfallecer.
-nos vemos mañana en la mañana, lindo. Te amo-le mando el mensaje en la noche para que no lo olvide.
-“hasta pronto. También te amo mucho”-sonrío y dejo el teléfono a un lado de la cama para dormir una siesta. Asesino se acuesta en su cojin a un lado de la puerta, resignado a no salir a caminar por segunda vez y Mago de Oz brinca a mi vientre y duerme.
Es el día y todos están más alborotados de lo que esperaba, no saben dónde está el material para hacer la música, los actores, los diálogos, el griterío…
-¡basta!-les ordeno, dejando todo en un silencio que parecería ser militar exceptuando que visto de pantalón rayado rosa y morado, orejas del segundo color, una cola igual y unos bigotes pintados en mi cara, sin camisa, pedido de las chicas.
-espadas-se ponen al frente-quienes vayan a actuar repasen después de estar vestidos, los que harán la música busquen los instrumentos, afínelos y ensayen en silencio o en la parte de afuera-afirman y empiezan a hacer lo que deben-el resto vístanse y ensayen en conjunto. Tranquilos, que no vamos para Hollywood y la calificación que se juega es la mía.
Se mueven y miro fuera del telón.
-bien hecho, pantera-me dice Hachi. Afirmo pero… no veo a mi novio y pronto comenzaremos.
Le marco y no responde.
Espero que llegue a donde yo entro… sin embargo pasa mi primera parte y no llega. La sonrisa me cuesta mantenerla aun con los aplausos entre escenas.
Estoy triste.
El hueco se siente tan profundo.
-sonríe, vamos.
-¿Quién eres tú para pedirme eso?-le encaro a Ulquiorra.
Se ríe la multitud pero él se acerca con la misma seriedad.
-no vino-dice.
-no y no sé por qué.
-tu celular ha sonado-me dice señalando donde deje mi ropa.
Cuando reviso las llamadas perdidas de un número que desconozco vuelvo a ser llamado por este.
-diga-contesto.
-hola, soy Rukia, amiga de Ichigo.
-sí, me ha contado de ti-ese presentimiento es tan fuerte que mis piernas quieren correr pero el resto mi cuerpo se niega a creerles aunque no sé qué sea.
-bueno… Ichigo dice que te lo contó pero lo dudo así que aquí va: se regresa a Karakura-ahora se apaga el sentimiento, como si una vez puesto a la luz ya no diera ansias… pero vuelve tan rápido como se fue.
-¿Cuándo?
-acaba de irse.
-gracias…
Cuelgo.
-Grimmjow, es tu escena.
Salgo al escenario nuevamente con Alicia, forzando mi sonrisa para que se vea poco a poco.
-¿Qué tal estás? -le digo sobre una rama.
Luego abro los ojos para que un segundo después prendan la luz sobre mi cabeza, solo la cabeza. Suelta al flamenco rosa y me dice:
-Me parece que no juegan ni un poco limpio, y se pelean de un modo tan terrible que no hay quien se entienda, y no parece que haya reglas ningunas... Y, si las hay, nadie hace caso de ellas... Y no puedes imaginar qué lío es el que las cosas estén vivas…-no escucho nada, solo permanezco sonriendo… Todos estamos locos, eso dije, lo estamos ¿lo estamos? Giro y cae el tornillo sobre mi cara.
No he perdido ningún tornillo, todo el metal… ¿se fue?
No, sigue aquí porque ser de metal no duele, ser de carne sí.
Nada duele.
Ser sano es no ser lastimado.
No estoy loco ni soy de metal ni he perdido un tornillo.
Estoy sano, soy de metal y tengo todos mis engranes.
Tengo y soy.
No tenga nada ni soy nadie.
-hey, gato Cheshire-me llama la atención.
-¿Qué te parece la Reina? –respondo.
-No me gusta nada. Es tan exagerada... –atrás esa chica con su ropa en blanco y rojo y esa peluca enorme roja sangre.
Genial pero a quién le importa.
-…Sin embargo, puede besar mi mano si así lo desea-me dice el rey.
-Prefiero no hacerlo –niego con la sonrisa tan dura. Nadie podría sonreír así todo el tiempo.
No, si hay: los gatos que comen murciélagos.
Yo si me como a Ulquiorra.
Jajaja.
-No seas impertinente -dijo el Rey-, ¡Y no me mires de esta manera!
Y se refugia detrás de Alicia mientras habla.
-Un gato puede mirar cara a cara a un rey –sigue el dialogo Alicia- Lo he leído en un libro, pero no recuerdo cuál.
-Bueno, pues hay que eliminarlo –dice el supuesto rey llamando a su esposa. No tiene huevos este pendejo-. ¡Querida! ¡Me gustaría que eliminaras a este gato!
-¡Que le corten la cabeza! –me sentencia y pienso… pienso… pienso en que mal momento es para perder la cabeza.
La vida seguiría con mi empleo bien pagado y un Ichigo sin necesidad de trabajar por su esposo famoso. Debo hacer esto por él.
-Yo mismo iré a buscar…-brinco de la rama al frente del escenario, todo mi equipo se asusta.
-yo mismo me cortaré la cabeza-les digo arrancando el collar y lanzándolo al escenario. Entro solo a tomar mis llaves de la moto y correr a ella.
-no te dejaré ir-acelero en la carretera, pasando por alto el sentido contrario y la banqueta.
¿Quién necesita dinero, amigos, familia y… cordura si no tiene lo que más le importa?
¿Por qué tardé tanto en darme cuenta?
Soy de metal ahora déjame sufrir por ser de carne, por tenerte, por estar a tu lado que es donde más puedo sufrir pero también donde más siento.
La buena vida te la daré como pueda… como sea… pero nunca alejados.
Derrapo la moto en su casa y golpeo la puerta.
-¡ICHIGO! ¡ICHIGO!-nadie abre y por la ventana sé que no hay nada dentro. Abordo otra vez y corro a la carretera.
Respiro agitado y empiezo a llorar sin querer.
-no, no, no, no, no… perderte no es una opción.
Aceptaste a este loco, ahora, cuídalo porque nunca voy a sanar ya que no quiero estar bien.
Esquivo un auto por poco, miro atrás a la luz que me daba detenerme.
Cada auto es diferente pero solo necesito uno… mierda, nunca me di el tiempo de ver cual tenían…
Tanteo mi bolsillo y veo que no traigo el celular, solo esa ropa ridícula en un bólido.
Transpiro la esperanza.
Me abandono.
Pero ¿Qué hubiera hecho yo? Se ha de haber preguntado.
Lo razono y bajo un poco la velocidad.
Lo abandoné cuando acepté otras cosas pero aun lo amaba.
Hace lo mismo, se queda con lo que otros le dan pero me ama.
Me quedo a media autopista recibiendo en viento de los autos que me esquivan y los gritos de sus conductores.
-renuncio a todo-acelero otra vez.
No sé si es mi cordura o mi inspiración, mi amor o mi locura pero… si es mi todo.
-¡Grimmjow!-delante de mí saca su cabeza mientras se orillan, hago lo mismo más yo tiro la moto y corro al auto, Ichigo baja y hace lo mismo hasta que lo tengo en los brazos.
Llora y yo rio entre lágrimas.
-tenía miedo, Ichigo-le digo sin soltarlo con todas mis fuerzas.
-ah… Grimmjow… estaba tan triste-levanta la cara con las gotas corriendo por su rostro.
Lo beso con todo el deseo.
Nada queda, solo yo y él.
Al separarnos ya ninguno llora.
-quédate conmigo. No te dejaré ir.
Baja la mirada y se la vuelvo a levantar.
-no te irás. No puedes-ahora pasa los ojos a su familia que se ha bajado igualmente.
Es tan tranquilo aunque estemos rodeados de ruido de motores.
-vengan todos los fines de semana para jugar futbol-dice Karin con una sonrisa.
-les haré mucho de comer-ríe su otra hermana con notable felicidad.
Me suelta para abrazarlas.
-papá-dice pasando a su disposición.
-cuídalo bien-me responde a mí y se abrazan padre e hijo.
Le agarro la mano y le afirmo a toda la familia mientras bajamos sus maletas.
Se van y se queda quien nunca debió abordar.
-gracias-le digo sin embargo niega con la cabeza.
-tú me salvaste a mi esta vez-toma mi mano y nos vamos a casa.
Ridícula escena pienso después porque se robara a la novia un gato Cheshire.
Será una gran historia para los nietos.
Suben las escaleras al departamento del pantera, llevando el dueño del lugar un par de maletas y el otro una. Las dejan justo a un lado de la puerta después de que abren y, antes de pasar, el peliazul decide cargar a su pareja mientras tararea wedding march apaciguada por la risa del pequeño siendo cargado como novia.
Lo baja en medio de la sala y se miran con una sonrisa, en silencio acariciando sus manos juntas.
Se ríe Jeagerjaquez a punto de hablar y el otro hace lo mismo.
-ya-se calma el mayor y se aclara la garganta-¿prometes amarme en la salud y más seguramente en la enfermedad, en la riqueza porque jamás te dejaré en la pobreza…-y con cada palabra Ichigo intentaba no llorar pero si se escapaba su risitas-…aquí y en marte, por siempre porque nada nos separará?
No suelta las manos pero se pega el pecho del peliazul, llorando sueltamente, feliz, tanto que no cabía dentro de sí.
-acepto-dijo en un respiro y, recuperándose, volviéndolo a ver a los ojos continuo su discurso-¿prometes amarme… prometes…-el llanto no le permitía seguir-… por mucho que cambiemos-continuo-por amigos distintos que tengamos y… sin importar que nuestras realidades sean distintas pero… las mismas al final?
El pantera lo abraza con todas sus fuerzas, pidiendo explicación a tanta felicidad en una boda no oficial pero que sabían sería lo que los uniría para siempre.
-acepto, amor-abrazados se vieron y llevaron las manos al cuello-¿puedo besar al novio?
Afirmo el otro llevándose por el beso.
-tengo algo para ti-le dijo el felino, llevándolo de la mano hasta su habitación y sacar de un cajón de anillos uno simple de plata, demasiado pequeño para él-me lo dio mi padre-informa mientras se lo pone en el tercer dedo de la mano derecha a su pareja-dijo que iba a dárselo a la mujer con la que quería casarse… pero al final ella no aceptó, estaba muy enojado y fue a devolverle el anillo al joyero por el dinero que fuera y, aquel viejo vendedor le contó que ese anillo siempre era devuelto y que después volvía la persona diciendo que encontró lo que más quería en su vida-se observan en silencio-me encontró a mí y fue nuevamente a comprarlo, diciendo que seguro yo se lo pondría a alguien en su dedo y sería-ahora él no pudo contener su felicidad-sería lo mejor de este mundo y que el anillo terminaría su viaje… jejeje, estoy seguro que inventó la historia para hacerme dormir pero… es agradable pensarlo-siguieron con la noche de bodas, calmados, lentos, apasionados y sin contar el tiempo ni el cansancio.
Del sueño siempre hay que despertar y eso fue sólo unos días después con Grimmjow expulsado y con Ichigo no pudiendo entrar a la escuela ya que una vez que salió tenían la orden del muerto Aizen de que no volviera.
Daba vueltas a su anillo en entre sus dedos.
-ya llegué-decía su novio después de ir a trabajar nuevamente al centro a dibujar y, como le había dicho hacia unos días, entrar en la banda de Nnotra.
-¿Cómo te fue?
-excelente ¿y a ti?
-bien, quizá pueda entrar en la escuela que está a unas cuadras de aquí.
-ah, buena escuela. Luego me dices cuánto.
¿Final feliz? Es una pregunta valida.
Ambos sabían que su felicidad no sería como en cuentos de hadas, más complicada y negra, retorcida. No con un Grimmjow artista famoso sino con uno que obtendría dinero de otras maneras menos honestas, al final arrastrado por las circunstancia a eso, Ichigo con la mejor educación que este le puede pagar. Un brillante diamante de destino… loco.
-¿Qué más?
-¿qué te parece… si tenemos gatitos?-contesta Kurosaki sentados viendo al bosque y al perro corretear a la aves.
-no podemos-responde un poco asustado.
-hablo del gato, tonto-se ríen haciendo eco en el bosque sumido en la oscuridad de la noche que oculta y a la vez protege la sonrisa que nadie quiere reconocer aun siendo la de la mayoría.