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El interior de carne y el de engranes por sleeping god

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Notas del capitulo:

Espero esta historia no pase de los 10 capítulos, que sea una lectura más veloz.

Lo más interesante de esto será saber a quién consideraran el malo.

Van tres semanas sin ir a la escuela, si bien mi familia piensa que solo falte una, las otras me iba a cualquier parte y como la ciudad reconoce el uniforme no se les hace raro que un estudiante de ese lugar no esté en la escuela.

Tengo que entrar, ya no hay remedio.

Todas las miradas se dirigen a mí, las burlas también no esperan mucho.

Lo soporto, no es tan grave.

Los maestros me anuncian que estoy cerca de reprobar pero no me sorprende después de tantas faltas.

El día no fue tan malo.

Hasta ahora.

-hola, mariquita-Grimmjow me empuja a la salida. Lo salve y ya lo olvidó. Es bastante idiota… pero todo es apariencia, lo sé, lo tengo fotografiado abrazado a un gatito que salvó y un poema que, en cierta forma, dice que no es así por dentro.

 

Si la escuela ya era mala ahora el infierno me parecería acogedor. Ser indiferente a todos es una cosa pero la unánime, eso incluye a él pantera, es lo peor de lo malo.

Nada puede empeorar.

Recargo la cabeza en la ventana, ignorando a Soi Fong y su clase de historia. Suerte que es la última.

 

-hey, shinigami… espera-lo escuché pero no paro, ese coyote es igual a todos los espadas-vamos, detente… por favor-me detiene del hombro-sé que no te he tratado muy bien pero quiero que sepas que me agradas-frunzo el seño, escéptico.

-¿Qué quieres?

-escucha… mis “hermanitos” son unos infantiles. No saben lo que hacen aun el daño que hacen-me empieza a regresar por donde vine, abrazándome por los hombros-yo debería poder cuidarlos, claro, después de todo soy el mayor y aprendí en los años que tuve que mantener a mi padre todo lo malo de la vida-dejo de detener mi caminar al oírle decirme algo personal-mi padre es un viejo con suerte… supongo, jeje-se agacha para carcajear divertido-se casó con una jovencita y me tuvieron a mí, ella era tan delicada y joven, lo sé por las fotos, pero por eso mismo murió en el parto. De ahí digo que tuviera mala suerte: perdió a esposa y cuando estaba por acabar la preparatoria se enfermo, no puede trabajar, apenas si se puede mover mi viejo.

-… y por eso te saliste-complete para no parecer tan incomprensible. Nos detenemos en la puerta de un cubículo de maestros.

-sí, tuve que trabajar… pero regresé, lastimeramente tuve que hacerla toda de nuevo y por eso me graduó este año junto con los otros.

-¿tu padre mejoró?-pregunto curioso, esperando lo mejor.

-no.

-¿no?

-no, sigue igual que antes. La razón para que pueda estudiar y mantenernos es por lo que estoy con Grimmjow…

Espero con toda la curiosidad del mundo.

-como hijo del directo me consiguió una beca con mis terribles calificaciones, me llega cada mes dinero como si sacara puro diez. Es alguien poderoso.

Baje la mirada, sentía en su voz que no había amistad ahí.

-pero te decía, shinigami, me agradas. Tú sabes que a ellos no porque deben seguir a los demás pero a uno de nosotros realmente le gustas, y le gustas mucho-me sonrojo no cayendo del todo en pensar otra vez en aquello.

-¿de qué hablas?

-como el mayor de los espadas propuse que pudieran estar juntos y… pues… aceptaron-me dice con una sonrisa enorme-vamos. Todos vamos a aceptar eso-me abre la puerta y están todos los de la banda.

Al fondo… es Grimmjow…

-ven-me dice al ofrecerme su mano. No sé qué pensar y retrocedo-vamos, entra-me alcanza y me mete-no tengas miedo, no de mi-veo alrededor y todos parecen contentos de que me este abrazando… y me acaricie el rostro.

-Grimmjow… ¿es un juego?-le pregunto perdido en sus ojos, temblando de vulnerabilidad.

-un juego no es tan cruel-muy tarde comprendo. Me tira en la mesa y me amarran las manos a las patas, dejándome boca abajo.

Se ríen.

Acuso a Starrk, él se me acerca para hablarme al oído.

-jamás te mentí. Lo de mi familia es cierto… también que uno de nosotros realmente le gustas-me señala al de pelo rosado. Naturalmente intento soltarle y cuando empiezo a lograrlo me sostienen las manos Hallibel y Nnoitra.

Respiro rápidamente.

Estoy muy asustado y más cuando Aporro se pone detrás de mí.

Me bajan los pantalones Ulquiorra y Grimmjow, que a la vez me sostienes las piernas abiertas.

No sé si estoy llorando de desesperación.

El corazón se me detiene al oír su cremallera correrse.

-¡DEJAME! ¡DEJENME IR! ¡SON UNOS MALDITOS ENFERMOS!-no sé qué más hacer.

En mi pierna izquierda nada más una mano me sostiene y se siente vendada. Jaegerjaquez aun la tiene inmovilizada del codo para abajo.

-Grimmjow… por favor…-le ruego sintiendo algo duro detrás mío, aun sin entrar.

-te va a gustar, putita-me responde con tremendo placer.

-no… por favor, tú no eres así-clamo luchando otra vez-… tú… tú… ¡lo salvaste, maldita sea, no eres así!-grito cuando las manos del violador sostienen mis caderas.

-¿de qué habla?-dice Ulquiorra.

-nada-responde el pantera.

-¡lo salvaste, demonios! ¡Además… además tu mismo escribiste que no eres así en ese…!

-¡YA METETE, PERRA!-le grita a su compañero que del susto se aleja de mi-¡QUE ESPERAS, PINCHE MEDIO HOMBRE! ¡¿QUE?! ¡¿SE TE ABLANDA?!-todos han dejado de prestarme atención y mejor lo hacen al arranque de furia de su líder-olvídalo… lo haré yo-no sólo yo lo miro extrañado-solo. Largo-les dice poniéndose detrás de mí, bajándose el cierre y acariciándome el trasero con vulgaridad y dándome una nalgada. No sé qué pensar…

-ahh… listo…-ahora lo siento, se ha puesto duro-¡que se larguen!-ordena otra vez hasta hacerlos marchar.

-escúchame-me dice al oído, pegándose. Su miembro está afirmado a mis testículos, lo que hace que me lastime cuando se me para-nunca vuelvas decir eso ¿me entiendes? Nunca

Ya lo había pensado antes. Tengo un secreto de él, algo que arruinaría su tan preciada reputación. Sí, sí que entendía lo que podía hacer con ello… pero nunca en serio.

Se aleja, subiéndose los pantalones.

-Grimmjow- estoy seguro, puedo hacerlo, quiero hacerlo… debo…-voy a decirlo-se me arroga encima, su cara pegada a la mía y enfurecido.

-¿Qué acabas de decir, perro de porquería?

-que voy a decirlo. Tengo tu poema y una fotografía abrazando al gatito, y no sólo yo, tengo copias que le di a mis amigos en Karakura por si me haces algo-eso último era una gran mentira.

-¿me estas tratando de chantajear?

-no, lo estoy haciendo-digo seguro de ello.

-te salvé, desagradecido, pudieron haberte violado.

-¿salvarme? Yo te salve y aun así… además de que tú me… -mejor lo olvido, no quería discutir lo que obviamente logre-déjame ir.

-no, si te dejo ir me dirán que no te lo hice… de hecho deben estar cerca esperando tus gritos.

-tú y tu maldita reputación. Suéltame o te delato-lo escucho gruñir y caminar en círculos.

-entonces… tienes que fingir que te lo estoy haciendo-mi cara expresa la duda… pero comprendo que lo estoy amenazando con caer bajo frente a los que le importan.

-entonces… igual suéltame-lo hace con molestia, tirando las cuerdas con furia-…no sé… como hacerlo-le confieso sentado en la mesa.

-nada más grita, puta madre.

-no sé cómo… nunca…

Quiero gemir pero no me salen las palabras. Lo veo recargado en la pared con la cara de pocos amigos. No hay erección en sus pantalones.

Respiro y vuelvo a ver lo guapo que es. Lo tanto que lo deseo.

-házmelo-digo rápidamente.

-no, jamás he tocado a un hombre, nunca lo haré. Siempre los violo con el mango del cuchillo.

-no te lo estoy pidiendo-respondo jalando lo conmigo-no tienes opción.

Se baja el pantalón otra vez y se queda entre mis piernas.

-no se me para-me dice viendo a otro lado.

-antes lo hizo o quieres que grite que no sirves para tener sexo.

Jala mis piernas hasta su miembro, sobando mi cuerpo, buscando levantar su miembro.

No funciona.

Lo abrazo y acerco mis labios que rechaza.

-déjate-digo besándolo hasta que él corresponde, dejándose llevar, comiendo su boca y sintiendo que chupa mi lengua y… entrando… solo la punta.

-duele-digo temblando de miedo.

-así es la primer vez-avanza más, retorciéndome en sus brazos. Se humedece una palma con saliva, saca su pene y se lo moja-así debería ser más fácil entrar.

Es cierto, es menos doloroso, excepto cuando lo siento tan adentro. Me alejo buscando sentirme mejor pero no me lo permite. Ingresa completamente haciéndome gritar de dolor.

Se mueve y empeora todo.

-¡basta…! ¡Ahh, duele! ¡Espera!-ruego esperando que se apiade de mí. Cada estacada es un infierno.

-mierda… no estás nada húmedo-se queja también sin dejar de moverse-con que para eso compran lubricantes los jotitos.

Se moja dos dedos y nuevamente solo lubrica y entra, golpeando con fuerza. Sin embargo eso funciona. Se siente rico… bastante bien.

-aaah… Grimmjow… bi…-me tapa la boca pero no por eso se detiene. Su cara expresa gusto.

-calla… nada de que te gusta.

Sus manos me están acariciando sin que lo note, desde la espalda hasta las piernas.

Esto es fantástico. Es un torbellino de placer. Los ojos azules de ese son hermosos.

Lo amo tanto.

-aah… mmm… te amo…-digo por inercia. Él ni en cuenta, disfruta del sexo duro, de mover la mesa cada vez más hacia atrás y el ruido que hacen las patas de metal en el azulejo.

Me vengo sobre su playera.

No se detiene. Un espasmo me recorre el cuerpo; debe ser lo que llaman un orgasmo.

-abrázame…-me pide sujetando mis nalgas.

Obedezco.

Me levanta una pierna sobre su hombro, casi levantándome en su pene, sus testículos golpean fuertemente. Me corro otra vez.

Gime en mi oído, sacando de vez en cuando el aire fuertemente y sosteniéndome con firmeza.

Me da una nalgada y me chupa el cuello sin mirarme. Se apodero del placer, no creo siquiera este consiente que hace el amor conmigo… no, debes nada más estar teniendo sexo.

-vamos, vamos-se dice así mismo dándole más velocidad-¿te gusta?

Continúo gimiendo pero entiendo lo que pregunta.

Ya que es lo que quiero respondo sinceramente.

-si… es rico…

-¿rico? Grítalo. Vamos…-ahora si estoy sostenido por sus brazos, mientras el entra y sale y a la vez me hace subir y bajas-…grita más…

Lo complazco.

-dame… más… ahh, Grimm…-sé lo que dije aunque es falso, ya no veo claro, es demasiado para mí. Es un dios.

Cuando me vengo otra vez me sorprende algo húmedo dentro mío, caliente y pegajoso. Después el gime satisfecho. Aun se mueve en automático dentro.

-ni una palabra-me dice besándome en la mejilla, lo cual considero un encanto de su parte. Sale y veo que mueve su miembro para quitarse los rastros de semen.

Tardo más en pensar que estoy lleno de ese liquido blanco desde mi playera y toda mi entrepierna.

-con tu camisa-me dice. Me la saco, quedando totalmente desnudo, y limpiándome. Dentro aun siento más de la semilla de Grimmjow.

Abren la puerta y naturalmente me sobresalto. El pantera se termina de sacar su camisa para ver después de mí a Soi Fong.

Nos mira sorprendida ¡y no es para menos!

-vete-me ordena recogiendo mis pantalones con la ropa interior-Soi Fong, hace mucho…-me visto mientras lo veo sonreírle a la maestra y hacerla pasar.

-…Grimmjow…

-ya sabes que no debes hacer-me dice amenazante mientras salgo y él se queda con la chica, hablando.

A la derecha del pasillo están los espadas, algunos serios y otros riendo. Me voy por la izquierda, lentamente, me duele caminar.

 

Debería haberme ido pero quiero ver a Grimmjow. Estoy temblando, hace unos minutos hice el amor con mi chico de ensueños y, lo peor, es que lo amenacé, deje sin salidas al gran rey pantera a partir de mentiras.

Con suerte no me hará papilla así que debo creerme mi engaño y pensar en lo bueno que traerá eso. Él y yo, juntos, como una pareja, teniendo que tratarme amorosamente porque si empiezo a sentirlo distante o falso volveré a decirle lo que tengo contra él y su muy cuidada reputación.

Puedo hacerlo.

 

-Grimmjow-le hablo al verlo salir de la escuela con la mochila y sin playera.

-¿Qué putas quieres?-se muestra molesto y me da la espalda.

-debemos hablar de nuestro acuerdo-digo seguro aunque escondo mis manos temblorosas.

-¿seguirás con esa mierda? ¿Tan pinche urgido andas por un pito?

-cállate-ordeno haciéndolo voltear. Me armo de valor y le hago frente. Tengo el poder ahora.

-¿Qué dijiste?

-que te calles y escuches por una vez en tu jodida vida-resopla en mi frente y retrocede, pateando una botella que se hace trizas en la pared-serás mi novio y actuarás como tal, tienes que hacerlo bien porque si me doy cuenta destruiré tu reputación.

-no lo haré en la escuela-al parecer lo ha entendido porque busca clausulas y no decir que simplemente no lo hará.

-bien, pero entonces dejaras de molestarme.

-imposible, eres la burla del momento.

-tú eres quien hace la burla del momento, busca otra y déjame en paz en la escuela, cuando tu lo hagas la mayoría lo hará.

-¿Qué más?

Me desconcierto pues únicamente planee eso.

-…mmm… pues.

-eso es todo-se va a paso veloz. Lo alcanzo, no quiero que después de tener sexo se vaya como si fuera una puta.

-empiezas desde ahora.

-no, alguien podría verme-declara sin siquiera descender los ojos.

-no hay nadie… Grimm…-digo con osadía a ese lindo nombre.

-¡no me llames así, prostituta fácil!- me agarra por la cara con mucha fuerza.

-mañana mismo encentras las fotos impresas en toda la escuela-amenazo soltándome e yéndome.

Ruego se lo crea.

-¡shinigami, espera!-y lo hace, me doy la vuelta con una sonrisa-tu ganas.

-empezaremos ahora. No me llames nunca más “shinigami”…

-eres mi Ichigo-me completa haciéndome sonrojar-mi Ichigo-me acaricia donde hace unos momento casi me arranca la piel.

-Grimm-intento besarlo pero se aleja-estoy notando que es falso.

Gruñe y me besa él con demasiada fuerza.

-sigo dándome cuenta.

-lo siento… por favor, te lo demostrare en mi casa.

-¡no, sexo otra vez no!-ruego aun con mi trasero adolorido.

-ja… jajajaja-ahora lo veo verdadero, como el pantera con quien jugaba basquetbol-no haremos el amor-lo sigo con la cara baja y una tierna sonrisa pues dijo “hacer el amor” en vez de “coger” o  alguna otra palabra que signifique menos.

Llegamos a su casa y me hace pasar primero. Al cerrar la puerta me acaricia el cabello mientras pasa a su cuarto. Debo admitir que estoy sorprendido y hasta empiezo a olvidar que no me quiere realmente.

Lo sigo y se sienta en su “escritorio” a terminar un dibujo de un desierto de arena blanca pero con cielo oscuro.

-¿Dónde es?-pregunto detrás del.

-es… no lo sé, lo imagine yo… es…-sigo viéndolo mientras busca las palabras adecuadas-… un lugar dentro mío… supongo… es una tontería-sonríe y lo deja de lado, dejando de gastarse el grafito en el cielo negro.

-vamos, dímelo- pido sentándome en suelo, haciendo que se dibuje una sonrisa en su cara.

-me parece como un lugar así, quiero decir, sin nada que te interrumpa o te haga pensar en algo o algún problema, trafico, escaleras o… guía. Solo vas y caminas y caminas y todo es igual… tan solo y sin problemas… como la muerte.

Mi cara da entender el miedo de la última palabra.

-la gente debería temerle a la vida y a la muerte ¿sabes?- me comenta sentándose en el suelo conmigo-pienso que no hay salida. Nada me dice que la muerte no duele, por eso es mejor escapar dentro de uno… sin saber si es la vida misma o la muerte que se encuentra en nuestro interior.

-¿estás tratando de asustarme?-le comento medio divertido y abrumado.

-perdón… creí… perdón-me abraza más como un amigo pero luego besa mi frente.

-puedo ver el resto.

-creerás que estoy loco-me avisa recargando su cabeza en mi hombro.

-creeré que eres un Jim Morrison moderno.

-jajaja uno moderno y sin talento. Si es lo que quieres adelante.

Ciertamente algunas son abrumadoras. Un mar de caras, todas distintas y hermosas.

Un hombre pájaro nadando de cabeza en fuego.

Una ciudad que si la volteas es una calavera.

Tiene talento, debo admitirlo pero quizá si este mal en alguna parte.

Apenas quería leer sus escritos me abraza por la espalda y me lleva a la sala.

-¿quieres jugar cartas, lindura?

-… sí, Grimm- le devuelvo el abrazo y lo sigo.

Jugamos un rato, es divertido pero él pronto olvida que soy su novio, me insulta cuando gano, se burla cuando pierdo y habla como cuando se está con un buen amigo. Lo dejo pero toda mi paciencia se acabo cuando tocamos en tema de las espadas en una partida de pocker.

-pues depende de que se te antoje, Nell parece una niña pero es bastante buena cuando quiere pero Hallibel si que toma el control.

-basta-digo bajando mis cartas y regresando a su cuarto.

-¿Qué pasa?-pregunta siguiéndome.

-soy tu novio así que no quiero saber y mucho menos me presumas de cuantas perras has tenido en tu miembro, zorro.

Sé que se enojó más le he recordado su lugar.

-lo siento, lo olvidé.

-me di cuenta.

-por dios, que pinche mariquita me saliste-volteo enfurecido.

-¿Qué dijiste?

-ni la perra de Aporro se puso así cuando lo conocí.-cierro mis puños y el instinto de golpearlo se apodera de mi.

Algo frota mis tobillos. Abajo el felino blanco se acaricia mientras ronronea. Tiene una pata vendada y un listón azul en el cuello.

-¿lo conservaste?-pregunto sorprendido. Él se inca y lo acaricia.

-sí ¿y qué?

Olvido por un momento nuestro problema.

-¿Cómo se llama?

-mago de oz.

-¿Cómo?-pregunto tocando al animalito en el lomo.

-sí, como el cuento donde hay un espantapájaros, un hombre de metal, una niña…

-lo recuerdo ¿crees que ese gato puede darte un corazón?-digo con sarcasmo.

-pienso que una mascota puede salvarte-lo menciona tan sincero que lo veo a la cara, no sonríe pero está pensativo.

-se un buen actor-le pido volviendo al asunto-es lo que te pido. No te pido que me ames.

-como un hombre de hojalata.

-exacto-me resigno y el comienza la obra. Acaricia mi mano con delicadeza y yo lo abrazo-te amo-le repito como un tonto.

-y yo a ti. Pero es tarde, deberías irte-es una buena excusa. Me acompaña hasta la puerta y me despide con un beso en los labios.

 

En mi cama pienso lo que ha ocurrido y recuerdo que no podre tenerlo realmente. Sin embargo disfrutare este tiempo lo más que pueda.

Notas finales:

Gracias por leer.


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