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El ciclo del amor por Necoco_love2

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

:V Antes que nada, gracias por los preciosos reviews en el capítulo anterior, los aprecio muchísimo. No he podido responderlos, pero prometo que hoy en la tarde me pondré a ello OwO ahorita no puedo porque estoy a 10 minutos de entrar a una clase y justo ahora terminé el capítulo en las horas libres que tuve D:


En fin, espero que disfruten leyendo :3


 


Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenencen, son obra del señor Masashi Kishimoto.


 

«Él vuelve a la ciudad»


Fría e incesante, golpeaba con firmeza todo a su paso, conducida por  el viento y acompañada por el sonoro repiquetear de las gotas en las calles. La lluvia, incolora, abrazaba la ciudad con su manto frívolo arreciando como toda tormenta provocada por un tifón en medio el verano. La primavera, gentilmente, y casi a regañadientes, había cedido el paso al verano, qué, según parecía, estaba dispuesto a dejar una imborrable huella en la ciudad.


El verano, además de ser acompañado por las tormentas, había traído consigo las tan anheladas vacaciones que había estado deseando con antelación, pero desafortunadamente los problemas que la primavera habían ocasionado habían empeorado tras el paso de la estación previa, como un tifón que, junto con la tormenta, estaban dispuestos a estropear esas soleadas tardes en las que quería pasarlo en la playa, divirtiéndose en la compañía de sus amigos.


No terminaba de comprender la situación en la que se había metido. ¿Por qué corría como si la vida se le fuera en ello, sin preocuparse de que pudiera resbalar mientras cruzaba charcos de agua helada y la ropa se le pegaba al cuerpo? ¿Por qué gritaba desesperadamente su nombre, si sabía que nadie en las calles aledañas iba a responderle?


¿Cómo había permitido que las cosas llegaran a ese punto en el que el retorno se veía tan lejano?


Naruto se frenó en seco antes de ser arrollado por un auto al intentar cruzar una calle. Dejó de respirar por un segundo y se llevó una mano al pecho, aliviado de que nada hubiera pasado. Se reclinó por unos breves segundos en una farola y se detuvo a pensar en lo inverosímil de la situación en la que se había metido sin siquiera saberlo. Estornudó tres veces y terminó por emprender su camino de nuevo, dirigiéndose a la casa de su mejor amigo.


¿Por qué Sasuke huía, y él no podía dejar de perseguirlo?


Las calles, oscuras, hacían resonar el sonido de sus pisadas apresuradas entre el agua de la lluvia que corría en todas direcciones. Tenía hambre y frío, pero tenía que ordenar sus prioridades, en aquél momento comer y abrigarse no era una opción, aunque representaba una idea muy tentadora. Se talló los ojos para deshacerse del exceso de agua que cubría sus pestañas y giró en una calle privada, adentrándose en la zona en la que vivía Sasuke, ya sin correr, consciente de que conseguiría alcanzar al azabache sin importar lo mucho que tardara.


El verano comenzaba a perder su encanto. Naruto no había salido con ninguno de sus compañeros de la universidad y por el contrario tenía que estudiar para una de las materias que le había quedado. Aunado a todo eso, la infinita frustración que lo embargaba al saber que su situación con Sasuke no era óptima, no le dejaba vivir en paz. ¿Es que había demasiado problema en que él acaparara un poco la atención de su hermano mayor? Joder, pensó, que si lo que Sasuke quería era toda la atención de su hermano mayor, ¿qué le costaba decírselo? A él no le habría importado presentarle a su hermano mayor, si tuviera uno.


Pero la realidad del asunto era que Naruto estaba siendo lo suficientemente idiota, o ingenuo, para no comprender realmente la situación en la que se veía inmerso y de la cual no podía escapar.


«Y cuando te des cuenta, sabrás que yo tenía razón»


¿A qué carajos se refería Sasuke con que “él volvería”? Desde la primavera no dejaba de mencionarlo, como si supiera de un secreto que él ignoraba y que no pensaba decirle. Estaba harto, hastiado de su actitud y de que fuese tan cerrado como para aceptar la realidad. En una época donde la mente abierta era mejor aceptada que antes, ¿por qué precisamente el único al que consideraba realmente un amigo le daba la espalda orgullosamente, como si él estuviera haciéndole algo mal por tan sólo fijar sus orbes en su hermano mayor? ¿Por qué? ¿Es que entre hombres también aplicaba la regla de que los hermanos están prohibidos?


El rubio dobló en una esquina, y tres casas más adelante llegó hasta la fachada de la casa de Sasuke, donde su amigo golpeaba la puerta del portal visiblemente molesto. Tan pronto el contrario lo distinguió entre la oscuridad del momento y el ruido incesante de la lluvia, se dirigió hacía él, arrojando a un costado su paraguas rojo.


Los insultos no se hicieron esperar. El azabache se arrojó a él amenazándolo con matarlo por haberse robado las llaves de su casa, pero Naruto, entre molesto y divertido, no concibió la posibilidad de dejarse del moreno. En medio de la lluvia, el lodo y el frío, ambos comenzaron a lanzarse puñetazos, forcejeando por ver quién de los dos conseguía dominar a quién para acabar de una vez con una pelea absurda que universitarios como ellos ya no debían continuar.


Durante unos instantes, ambos se preguntaron que clase de idiotez estaban cometiendo. Sasuke había perdido la elegancia y se revolcaba  en el césped del pequeño jardín de su casa, mientras Naruto perdía los estribos e intentaba golpearlo de todas las maneras posibles para que se quintara de encima. La inusual amistad que tenían no fue impedimento para que ambos llegaran a conclusiones que quizá distaban mucho de ser las correctas; Naruto no podía soportar lo pesado que Sasuke se ponía, y el azabache no toleraba, lamentablemente, que alguien fuese tan terco como para no querer escucharlo.


¿Por qué siempre que Sasuke tenía razón, Naruto se empeñaba en creer que estaba equivocado?


Naruto soltó un puñetazo fuerte cuando Sasuke consiguió retenerlo para no dejarlo moverse con libertad. Sasuke deseaba, tan bastardo como era, que a Naruto se le borrara fugazmente la sonrisa que había tenido que soportar durante meses interminables. No se inmutó del golpe que recibió en la quijada y decidió permanecer ahí, cuestionar al rubio y terminar de una vez un asunto que había estado posponiendo con la vaga esperanza de que tal vez Naruto sabría ser más inteligente.


—Con un demonio, Sasuke, ¿es que acaso Itachi es un tema delicado que prefieres no tocar? Sé que lo odias, pero no es para tanto.


Sasuke bufó en medio de la lluvia, sobre el rubio, reteniendo sus brazos de tal forma que sus rostros estaban separados apenas por unos pocos centímetros de distancia.


—No se trata de Itachi—soltó el moreno, hastiado— ¿Por qué carajos siempre te empeñas en llevarme la contraria?


— ¡¿Yo?! ¡Joder, Sasuke, si eres tú quién siempre me está diciendo que me aleje de él y que a las malas tengo que aprender! ¿Qué es lo que tengo que aprender?


«¿Es que tengo que aprender que eres un maldito insensible que ni siquiera se alegra por mí?»


Sasuke apretó la mandíbula, sabiendo que Naruto iba a enterarse de la realidad pero no iba a ser por boca suya. Puede que en el fondo estuviera siendo un egoísta, y seguía esperando el momento en que no sería él quien le rompiera el corazón al rubio, con la llana intención de que el de ojos azules probara un poco de la misma ácida indiferencia de la cual él era víctima. Decidido a no darle una respuesta concreta, se limitó a farfullar que sería sólo cuestión de tiempo y que no le correspondía a él decírselo, sabiendo que se atenía a más gritos del contrario.


No iban a llegar a ninguna parte así, Sasuke lo sabía. Orgulloso, se levantó del barro que habían creado y se intentó limpiar sus ropas, olvidando el hecho de que se encontraban debajo de una tormenta. Naruto lo miró con reticencia e intentó tomarlo del brazo para obligarlo a mirarle y que le dijera la verdad detrás de sus celos enfermizos con los cuales él no sabía lidiar, pero toda intención murió cuando a pocos metros un taxi aparcó en dirección al portal y una de las puertas se abrió, dejando salir a Itachi junto con un paraguas, resguardándose del frío y de la lluvia con una gabardina negra.


La sonrisa que afloró en el rostro de Naruto aumentó la furia contenida de Sasuke, pero ninguno de los dos mencionó algo sobre su reciente disputa. En lugar de eso, en lugar de que el taxi se fuera y que Itachi se acercara para brindarle un poco de calor con su paraguas, justo como Naruto esperaba, el moreno permaneció cerca del taxi, y con sutileza esperó hasta que un muchacho de nívea piel se apeara del auto, saliendo de éste con un aire altivo, presuntuoso.


Una mata de cabello rojo como la sangre se ondeó con el fuerte viento que arreció en ese momento, como si la lluvia torrencial no fuera otra cosa si no su entrada triunfal, esa que aunando a su expresión fría e indiferente, dejó sin palabras al muchacho de ojos azules.


Itachi le sonrió ligeramente al pasar por su lado, en la creencia de que había interrumpido algo importante entre aquellos dos y decidió no entrometerse. El pelirrojo, por su parte, ni siquiera se inmutó en absoluto. Cargando unas maletas, siguió andando a un costado de Itachi, pasando de largo y sin emitir ni una sola palabra. Ambos entraron a la casa Uchiha y desaparecieron de la vista de Naruto, quién en ningún momento se olvidó del instante en que Itachi, sutilmente, acarició una de las blanquecinas manos del chico extraño de ojos color aguamarina.


Sasuke decidió que era también tiempo de marcharse definitivamente, por lo que dio media vuelta y tras darle la espalda al rubio, se acercó al portal. Sintió de pronto que Naruto se afianzaba a su brazo fuertemente, sin querer dejarlo ir, pero Sasuke se resistió, convencido de que no volvería a ceder ante el rubio como había hecho a lo largo de la primavera y de aquél detestable verano.


—Sasuke… ¿Quién era la persona que iba con Itachi?


Escuetamente, el azabache le respondió con la verdad.


De pronto, el agarre de su brazo cesó. Naruto permaneció ahí, mirándolo estupefacto, como si la respuesta que había escuchado hubiera sido todo lo que durante mucho tiempo su mejor amigo estuvo advirtiéndole, y él no había querido escuchar. ¿Por qué? ¿Por qué había sido tan idiota como para desconfiar de la palabra de aquél al que consideraba el mejor de los pocos amigos que lo rodeaban?


¿Por qué?


Sasuke no se volvió para mirarlo. Dándole la espalda, se acercó hasta la puerta y tomó la perilla, dirigiéndole unas últimas palabras a alguien a quien le tenía verdadero aprecio. Se imaginó, fugazmente, que los resquicios del corazón de Naruto terminaban por romperlo definitivamente, por destrozarlo y estrujarlo hasta que de él y sus sentimientos no quedara nada.


No podía siquiera sentir lástima.


—A partir de ahora, Naruto, estás solo. No cuentes conmigo.


El azabache desapareció por la misma puerta por la que habían desaparecido todas sus esperanzas románticas, sus deseos más pueriles y las ganas incontenibles de amar y ser amado por ese hombre que a sus ojos parecía perfecto. Se lamentó el hecho de no haber querido escuchar a Sasuke por tanto tiempo, y se culpó a sí mismo por ser tan terco como para dudar de alguien que no se tentaba el corazón para decirle las verdades, por muy duras que fueran.


¿Qué sería de él a partir de ahora? Podía imaginar su vida sin Itachi, puesto que al final no se trataba más que de un amor platónico que nunca se había esmerado por  realizar. Podía vivir sin padres, sin compañeros de clase que le brindaran una sonrisa al verlo por los pasillos de la universidad entre clase y clase, pero su vida sin Sasuke… ¿Qué sería?


¿En quién encontraría ese entendimiento mutuo que tenía con Sasuke y con el cual se sentía bastante cómodo? ¿Sasuke hablaba tan en serio como para definitivamente tirar por la borda años de conocerse sólo por una simple equivocación suya?


El verano, como esas tormentas que traía consigo, le había generado muchos más problemas de los que había esperado deshacerse desde la primavera. En medio de la lluvia, se preguntó desconsoladamente si para la llegada del otoño las cosas marcharían mejor que en aquél tormentoso verano. 

Notas finales:

 

Ya saben, dudas, quejas, comentarios, saludos, etc., agradecería que me dejaran un bello review. No sé realmente si estoy haciendo bien esto, pero hago lo que puedo y lo que se me ocurre… supongo que al final de cuentas me cuesta un poco de trabajo imprimirle mucho angst a esta historia, no tengo idea de por qué xDDD

En fin, me marcho a clases, que tengan un precioso día. Besos & abrazos, Necoco. 


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