Era el principio del año escolar apenas habian transcurrido unas cuantas semanas desde que comenzó y yo el hermoso kim kibum, estoy ensayando un nuevo y sensual baile en la sala de práctica del instituto, siempre tuve la certeza de que me movía con más gracia que cualquier otro; amo bailar casi tanto como la moda, como no disfrutarlo, si soy excelente en ello, además de un bello cuerpo cuento con una hermosa voz y un maravilloso sentido del ritmo, puede que suene engreído pero esto no solo lo pienso yo, si no todo el mundo, todos aquellos que me alaban cada vez que mis caderas se mueven al ritmo de la música, así como en este preciso instante, practicando un baile de una girlband, sé que me muevo mucho mejor que todas ellas..
-¡Oppa!- quien demonios se atrevía a interrumpir mi perfecta coreografía, -agg es otra vez esa chiquilla fastidiosa- murmure; aquella que se me declaro el otro día, esto de tener tantos admiradores es realmente agotador.
-¿Qué quieres?- bufe molesto
-O-oppa me gustaría... quiero saber cuál es tu respuesta- la chica hablo nerviosa y se sonrojo notablemente
-¿Respuesta?, ¿cuál respuesta?- Dije, mientas alzaba una ceja pretendiendo no tener conocimiento alguno, no entiendo porque insisten tanto, si ya los rechace una vez es casi un hecho que lo hare dos, tres, o todas las que sean necesarias para hacerles entender que no me interesan.
-Respecto a mi declaración... ¿vas a salir conmigo?- La observe durante varios segundos, tratando de poner las expresión más fría que me fuese posible, solté una carcajada, una maliciosa, burlona, llena de sarcasmo
– No gracias- dije seguro, arrogante -¿necesitas alguna otra cosa o ya te cansaste de hacerme perder el tiempo?- vi claramente como el rostro de la chica comenzaba a transformarse, las lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas, solo pude pensar en lo patética que se veía, salió corriendo de allí y yo seguí practicando mi baile, al fin de cuentas ese tipo de cosas no me conciernen.
-¡Pero que rápido corre el tiempo!- exclame alegre, Faltaban unos pocos minutos para las cinco de la tarde, ya era hora de regresar a casa; me bañe, cambie de ropa y salí tranquilamente; esta vez el camino de regreso se sintió bastante corto; Me entretuve pensando acerca de porque las personas son tan tontas, se enamoran y terminan sufriendo, tal y como sucedió con esa chica; no es que haya tenido malas experiencias en el pasado, más bien lo que pasa es que yo nunca me he enamorado, besado o tocado a alguien porque simplemente nadie me atrae, nadie ha llegado a captar mi atención o a hacerme sentir las famosísimas “mariposas”, esa es toda la verdad. Llegue a mi habitación, tome algo de ropa cómoda y me recosté a escuchar música hasta quedar profundamente dormido.
Llegue temprano como de costumbre, debía aprovechar cualquier instante para poder practicar aunque fuese un poco, lástima que este día la suerte no parecía estar de mi lado ya que inmediatamente llegue me citaron a la oficina de la directora.
– Buenos días, joven Kim-
-Key- la corregí, sonrió con simpleza ignorando por completo mi comentario
– Hoy llega un nuevo estudiante a nuestro prestigioso instituto- Continuó ella - debo decir que no encontré a un mejor guía para mostrarle las instalaciones que usted, así que a partir de ahora le colaborará al chico en todo lo que el necesite ¿está bien?. Me quede perplejo mirándola, pero que demonios ahora no tendré tiempo de ensayar mi baile por tener que estar con ese estúpido chico nuevo, tuve la intención de protestar pero antes de que pudiera articular palabra me miro con severidad – Sé que cuento con usted, espero que lo haga bien y sea muy amable. Lo único que pude hacer fue asentir y maldecirla una y mil veces; Salí de aquella oficina con una expresión de disgusto, ni siquiera le di tiempo para que me dijese quien era el chico, de verdad que odiaba esto ¿Por qué de todos tuve que ser yo?, maldita sea, camine unos pasos más recostándome contra la pared, apretando los puños con ganas de golpear al primero que se atravesara en mi camino, sentí un tacto frío en mi hombro.
- Disculpa, ¿conoces a Kim Kibum?- De inmediato gire, con una no muy bonita frase en la punta de la lengua pero todo se fue a la mierda en cuanto mis ojos chocaron con el dueño de aquella melodiosa voz, frente a mí encontraba la visión más exquisita que pude tener, un chico alto, precioso, con unos hermosos ojos marrones, una melena castaña levemente alborotada y unos suculentos, perfectos y malditamente deliciosos labios gruesos, debo decir que me asuste con este último pensamiento, pero carajo era perfecto.
- Eh… S-sí, soy yo- Me maldije mil veces por sonar tan estúpidamente nervioso, ante mi expresión idiotizada el chico extendió su mano
-Mucho gusto, soy Choi Minho, el nuevo estudiante- No pude articular alguna otra palabra simplemente me perdí en esos grandes y profundos ojos, apenas pude reaccionar estrechando su mano torpemente, mientras hacia una mueca un tanto extraña...