Caí en cuenta de cuan ridículo me estaba comportando, respiré profundamente, dirigiéndole una mirada desdeñosa, el chico se quedó allí parado sin decir nada más.
-Sígueme- le indique mientras comenzaba a caminar, el alto me miro con cara confundida, preciosa; Maldita sea, es perfecto; El ambiente se sentía pesado, trague con vergüenza, dirigiendo la mirada a otro sitio. – Me toca enseñarte las instalaciones y no tengo todo el día para perderlo contigo así que muévete- Espere cualquier queja, insulto por mi tono de voz, pero nada de eso sucedió, él simplemente me siguió en silencio, prestando atención a todos mis movimientos, poniéndome verdaderamente nervioso; Le mostré las aulas y el patio rápidamente, pero por más veloz que fuese me tomo el resto de la mañana, -Maldito instituto tan grande- pensé, lo conduje al laboratorio, el chico miraba asombrado lo grande que era, en realidad así lo hizo con todo, detallaba cada rincón, si no lo hubiese apresurado tanto de seguro aún estaría mirando con la misma cara de idiota la primer aula.
- Bueno, esta es la última aula, por fin terminamos- exclame aliviado –Este es todo el instituto, buena suerte- dije, mas por ser cortés no porque realmente me importase, mire el reloj, ya era hora del almuerzo, rápidamente me dirigí a la cafetería con Minho aún tras mis pasos, ¿que acaso no entendió que ya se terminó el recorrido?, pensé molesto… nervioso, escogí mis alimentos cuidadosamente, tratando se hacer mi almuerzo lo más balanceado posible, él se limitó a ordenar lo mismo, hice una mueca de disgusto, odio que las personas hagan eso.
-Hyung yo te invito al almuerzo- Pronuncio con voz amable, lo mire molesto.
–No me llames hyung, no somos cercanos, Mi nombre es kim kibum ¿bueno?, si pasé toda la mañana contigo fue por o b l i g a c i ó n -dije haciendo énfasis en la última palabra, Me miro perplejo , sin decir nada aumentando mis ganas de golpearlo –No por eso te creas mi amigo y ya deja de seguirme, ¿qué parte de “por fin terminamos” no entendiste?- Le di la espalda, pague mi almuerzo y me dirigí a los comedores del patio; camine con la respiración agitada tras haber hecho aquel berrinche, ¿Por qué estaba tan molesto?, soy de esas personas que casi nunca pierden la cordura pero esta vez fue diferente, de seguro fue porque él no se defendió de mis palabras, pudo haberme golpeado, es como unos diez centímetros más alto, además cuenta con un cuerpo musculoso, trabajado, exquisito, tuve deseos de abofetearme, cuando me hice consiente de mis pensamientos, ¿que rayos sucede conmigo?, seguramente culpa de las malditas hormonas; termine de almorzar, me dispuse a descansar un rato, necesitaba recuperar mi paciencia, esta vez la coreografía debe salir perfecta sin ningún error; Emprendí el camino hacia la sala de ensayos, sintiéndome algo pesado, ¿será cansancio?, Bueno no importa, el baile me hará olvidar de todo como siempre, mientras sigo el ritmo de la música siento como mi cuerpo se libera de toda tensión, entro en un trance de felicidad y armonía, definitivamente bailar es mi pasión.
Llegue al salón, el hecho de que casi nadie lo utilizara me hacía muy feliz, así podía concentrarme más, me quite el molesto uniforme, remplazándolo por unos shorts y una camisa sin mangas un poco holgada que dejaba al descubierto parte de mis hombros, encendí el equipo de sonido comenzando con aquel bello espectáculo; estuve bailando por casi media hora sin descanso, repitiendo la canción muchísimas veces, en todos los intentos me salió perfecta, cosa que no me sorprendió; Tome una botella de agua, dos o tres ensayos más y me marcharía a casa, regresé junto al equipo de sonido, cuando estuve a punto de darle “play”, me sentí observado, tensándome al instante, giré rápidamente, pero no había nadie, ¿sería acaso mi imaginación?, Si, seguro lo fue, un poco nervioso tome mis cosas y me dirigí a casa; Al día siguiente tuve la misma sensación, aquella mirada, ¿de quién diablos provenía? Debo estar volviéndome loco o algo, pasaron los días y seguía sintiendo lo mismo, estaba comenzando a desesperarme.
-Pfff- exclame exhausto recostando mi cabeza en el escritorio, de nuevo comenzaba la semana y con todos los incidentes de la anterior no quería ni imaginarme la tortura que conllevaría esta.
-¿Te sucede algo?- no levante la mirada, sabía perfectamente a quien pertenecía esa voz.
-Nada que te importe - corte seco.
-Lo siento, solo me preocupe- Dijo algo nervioso, acomodándose en el asiento de al lado, ¡Perfecto!, No solo siento esa maldita mirada todo el maldito día tras de mí, sino que ahora le dio a este por venir a molestarme, que más faltaba, suspiré hastiado, necesitaba un café urgente, me levante en dirección a la cafetería, estuve a punto de llegar cuando sentí que me tomaron del brazo.
-Hyu… No, joven Kim, ¿le gustaría almorzar conmigo?- lo mire sorprendido, ¿porque me trata tan bien después de lo que le dije el otro día?, bueno en fin, si el tonto quería pagar por mi almuerzo mejor, me ahorraría dinero, reí para mí y acepte su invitación, una sonrisa hermosa decoro su rostro, haciendo sonrojar el mío.
Transcurrían las semanas y el moreno seguía detrás de mí, después del día en que acepte su invitación, él comenzó a hacer todo lo que le pidiera sin importar lo mal que lo tratase, siempre estaba a mí lado, sonriente, dispuesto a mis órdenes, era como un perrito fiel, -mi mascota- susurre un día riendo cínicamente, acepté también el hecho de sentirme observado todo el tiempo, aún no sabía quién era, ¿quizás un acosador?, es lo más lógico, mucha gente gusta de mí.
Por fin viernes, solo quedaba la otra semana y todo sería historia, mi presentación será un perfecto éxito; entré a la sala de práctica, más temprano que de costumbre ya que las ultimas clases del día habían sido canceladas, por lo que el instituto estaba prácticamente desierto, me cambie tranquilamente y encendí la música, no sé cuánto tiempo ni cuantas canciones baile, estaba exhausto así que decidí descansar, apague la música y de repente regresó esa sensación, de nuevo sentí esa mirada, pero esta vez estaba más cerca que antes, sentí un poco de temor, mire a través del espejo y lo vi, el chico de ojos marrones me estaba mirando fijamente, ¿hacia cuanto estaba allí parado? Estuve tan concentrado bailando que no me di cuenta, pero esa mirada extraña ¿que reflejaba?, ¿odio?, ¿rabia?
-¿Minho?- dije con voz suave, un tanto nerviosa, no me respondió, seguía con su mirada fija en mí, ¿Fue él, todo este tiempo?, no puedo creerlo.
Continúe mirándolo por el reflejo e intentando descifrar que había en sus ojos, sintiéndome cada vez más y más nervioso, estaba acabando con mi paciencia, cansado di media vuelta mirándolo de frente, con arrogancia, con curiosidad.
-¿Qué quieres?- esta vez mi voz sonó desafiante, segura, sonrió de lado, maliciosamente, mis piernas temblaron cuando me percate de la forma en que me miraba, no podía equivocarme, sus ojos brillaban con malicia, con deseo, me quede perplejo, un escalofrío recorrió mi espalda, ¿pero que es esa mirada?, nunca antes la había visto en él, siempre fue cortés y amable, siempre me miro con cierto respeto, debo estar demasiado cansado; Levante la vista nervioso, sintiéndome diminuto en el instante en que vi como el alto se comenzaba a acercar cada vez más…