Conocí a mi novia a través de una amiga que teníamos en común. Cuando mi amiga de la universidad me la presentó sentí de inmediato una extraña atracción que no había sentido antes, me miraba tímida son sus enormes ojos azules. Era una chica bajita y delgada, su melena rubia la hacía brillar, esbozó una sonrisa tímida que me encantó y ese día me dije que debía conocerla mejor. La agregué a Facebook y nos comenzamos a conocer, nos juntamos de vez en cuando hasta que dos meses después nos encontrábamos besándonos en un parque de diversiones y declarándonos nuestro amor prometiendo que nunca nos separaríamos.
Llevamos 26 meses de noviazgo, nos volvimos inseparables, hacíamos todo juntas y nos amábamos con pasión, nunca llegaba a ser tedioso estar con ella. Habíamos juntado dinero y arrendamos un departamento, ya habíamos sacado nuestros títulos, ella como odontóloga y yo como arquitecta.
Con el tiempo habíamos dejado a nuestros amigos de lado, pero no nos importó, juntas éramos felices, sólo necesitábamos la una de la otra. Adoptamos a un gatito naranjo de la calle y lo llamamos Alonso, éramos una pequeña familia ahora. Caroline no mantenía comunicación con sus padres desde que nos pusimos a vivir juntas ya que aniquiló la poca esperanza que tenían ellos de que se volviera “normal”. Mi madre también dejó de hablarme, pero con mi padre aún mantenía contacto.
Como en todas las relaciones hemos tenido nuestros altos y bajos, una vez Caroline me hizo una escena de celos porque creía que la engañaba con una compañera de trabajo, la otra vez la regañé porque comía y no limpiaba las cosas, porque se me olvidaba darle comida al gato y así…la última vez fue porque me quedaba mucho tiempo haciendo trabajo extra y desde ahí que intento ser menos trabajólica y no dejarla de lado.
Últimamente me siento distinta, me he puesto a pensar que pasaría si ella no estuviera, sé que es un poco masoquista ponerse a pensar esas cosas pero sin ella ¿quién soy?, estoy siendo un poco distante con ella, mi rubia debe preguntarse que pasa, pero no sé por qué actúo de esta manera fría con ella ahora, tengo que dedicarme a meditarlo un poco ¿qué es lo que me está pasando?. Sabía que llegaría el momento en que me preguntaría que es lo que estaba ocurriendo, si había dejado de quererla o algo, sé que la amo es lo único que tengo seguro, sé que es mi otra mitad…pero ese es el problema.
Estaba retrasando el momento de explicarle que pasaba por mi mente, estaba dispuesta a distanciarme de ella y dejarla para siempre, bueno no sé si así de drástica, pero me olvidé de quién soy, no veo mi vida sin ella.
Llegó el momento en que Caroline ya no daba más y al llegar del trabajo me tenía preparada una rica cena, comimos en silencio ante en un ambiente tenso y me di cuenta que no podría retrasarlo más.
-¿Cuál es el motivo de la cena, mi amor?- dije cuando terminaba el postre muy nerviosa
-Creo que tu sabes la respuesta, yo no la sé- dijo bajando la vista tristemente -¿ya no me quieres?
-sabes que te amo mucho- le dije acariciando sus cabellos con una mano
-¿entonces que pasa?- dijiste levantando la mirada
-sé que he estado un poco fría contigo últimamente – dije soltando un suspiro- pero algunas cosas me están confundiendo…dime ¿quién eres?
-Soy Caroline tu novia- me dijo algo sorprendida por la pregunta
- si pero ¿quién eres? ¿Te lo has preguntado?- dije sin atreverme a mirarla, el corazón me latía cada vez más rápido y empezaba a sentirme un poco culpable
-soy tu compañera de departamento, la chica que te ama, la que se preocupa por hacerte feliz, la otra madre de Alonsito, la chica de quién te enamoraste.- dijo algo ofuscada
-¿soy la chica de quién te enamoraste? he cambiado demasiado - dije aguantando las ganas de llorar
-pero yo te amo así, eres mi otra mitad, la chica que le da razón a mi vida
-¡eso no está bien!- dije un poco alterada por no poder expresarme mejor- no está bien que tu mundo gire alrededor mío y que el mío gire alrededor tuyo, no es posible que cuando dices quien eres todo tenga algo que ver conmigo, uno más uno es dos…no tiene que ser uno, somos dos personas distintas y nos hemos mimetizado mucho, ya no sé quién soy, ya no me reconozco, hago todo por ti y no por mi, dependo de ti… y me encanta, pero no está bien.
- ¿qué es lo malo?- me dijo soltando algunas lágrimas
-esto no puede seguir así- dije tomándole las manos
-¿estás diciendo que…?
-Cariño, siento que nos parecemos mucho…nos acoplamos
-pero eso es bueno ¿o no?
-hasta cierto punto, pero nosotras pasamos el límite…yo te amo- las lágrimas ya recorrían mis mejillas y no podía controlarlas-Nos necesitamos tanto que tu no eres tu sin mi y viceversa
-pero no te quiero lejos de mi
- lo sé, pero necesito reconocerme, será muy duro acostumbrarse a estar sin ti pero necesito libertad, necesito pensar …encontrarme a mi misma, volver a ser la chica que te presenté.
-¿por cuánto tiempo piensas distanciarte?- dijo totalmente derrotada
-creo que será mucho, me costará dejarte…dejarnos- le dije abrazándola
- creo que lo entenderé, algún día…no recuerdo como era antes de ti
La besé suavemente, saboreando ese último beso…porque ese sería un adiós, un adiós doloroso donde dejaba parte de mi en ella.
-no deseo olvidarte- te dije separándome un poco
-yo tampoco.
Las últimas horas en el departamento fueron duras, decidí dejar a Alonso con ella, yo me iría a vivir con mi padre hasta que lograra estabilizarme, al otro día hice las maletas y me largué. Dolía demasiado pero lo superaríamos cada una a su manera, seguiríamos otros caminos, la culpa me invadía, las lágrimas no se detenían. Teníamos que crecer separadas, no como un todo…ahora empezaba la búsqueda de mi identidad sin Caroline.