Capítulo 1.-
conociendo a mi vecino.
— ¡A la mierda con el príncipe azul! Me quedo con la rana. —
La interrupción de cierto azabache tras la puerta quien hacía repiquetear frenéticamente la campanilla de la puerta. Furioso, dejó su mochila bajo el mueble del ordenador, camiono hacía la puerta esperando que fuera algun cobrador o el cartero, quizas el repartidor de ramen, ya quisiera, eso no existia.
Abrió la puerta con el ceño fruncido, aquel día no era mas que una estupenda mierda, al ver al azabache frente a el se quedo un poco sorprendido, ladeó un poco la cabeza.
— Hola... — El azabache le saludo cortante, con voz ronca como era digno de el y sin rodeos, lo miraba a los ojos, aquellos ojos tan negros ... Tan profundos, su piel blanca, vestia de un traje color negro con una camisa manga larga color azul rey, sus zapatos de cuero perfectamente limpios y sin ningun raspon. Completamente guapo. — Disculpa que te moleste, mi esposa me pidió que a fuerzas viniera a vicintar, hmph..
— ¿Tu esposa?. — El rubio miro al azabache el cual ahora señalaba hacia algun lugar, siguio la direccion de a donde apuntaba encontrandose con un camion de mudansa, al parecer eran recien llegados a aquel vecindario.
— Al pareser en la casa de a lado no vive nadie, así que vine aquí. — Siguió hablando aquel hombre tan guapo el cual miraba hacia donde movian los muebles para meterlas a su casa recien comprada. — A mi esposa le gusta socializar, así que me pidió que te invitara a cenar, así de despreocupada es ella. Y bueno, no me puedo oponer... Seria demasiado problema, como sea. Si quieres ir ve a la casa a las 5 de la tarde. — El rubió asintió y el otro empezo a retirarse. cerro la puerta una vez que el otro se había retirado.
¿Pero que diablos?, El rubio camino hacia la sala setandose en un sillón en forma de L, no entendia por que diablos no podia retirar la mirada de aquellos ojos negros, de aquel cuerpo, de verdad que le había inoptizado.. O algo parecido, miro el reloj de rana que estaba colgado en la pared, eran las 2 de la tarde, suspiro, algo estaba mal... Muy mal.
No falto mucho para que diran exactamente las 4 de la tarde, Naruto ya estaba listo para ir a cenar con sus nuevos vecinos, se sentia raro, aunque era agradable tener vecinos tan sociables y amigables. Camino y se sento en un pequeño sillón que daba una elegante vista hacía afuera, justo a donde estaba la casa de alado, justo la casa de aquel uchiha.
Miro a un pequeño niño que corria en el patio de la casa del azabache, de aquí para haya, miro ahora hacia donde estaba la puerta de la casa, miro a una joven pelirosa de aparentemente unos 17 a 18 años, se miraba pequeña y otra chica rubia que aparentaba de la misma edad, ambas reian divertidas mirando al pequeño que jugaba con un carrito.
— ¿Sera alguna de esas chicas su esposa?. — Se pregunto a si mismo mirando a las dos jovenes, aunque se le hacía una edad muy temprana para casarse, — ¿cuantos tendra el? —, se volvia a preguntar el rubio.
Miro como las dos mujeres se metian a la casa y el pequeño niños les seguía, volteó a mirar el reloj que marcaba ahora las 5pm, se levanto. Ya era hora.
Camino sin prisa a la casa de alado en la cual fue invitado, se sentia extrañamente nervioso, raro de el ya que era el tipo de personas que no sentia pena por la mayoria de las cosas.
Toco puerta con la mano, pues al parecer no tenía ningun tipo de timbre aun instalado, o almenos eso el creyó. Una joven de cabello rosa, justo la que había visto anteriormente fue quien le abrió la puerta, ella sonreía mirando al rubio.
— Hola, soy Sakura Haruno, gracias por venir te estaba esperando.. — La pelirosa de ojos verdes lo recivia, abrió más la puerta. — Pasa por favor. — Se metió a la casa seguida por el rubio. — ¿Y cual es tu nombre?.
— Naruto.. Naruto Uzumaki, mucho gusto Haruno.
— Oh, pero no me llames Haruno, llamame Sakura por favor y sientate que estas en tu casa. Y espera unos minutos que la comida se demoro mas de lo esperado.
— Gracias Sakura. — El rubio se sento en uno de los sillónes de la sala en donde se encontraba, miro a su alrededor, todo estaba en completo orden a pesar de que apenas se habían mudado.
— Sakura.. — Aquella voz ronca y varinil que conocio apenas esta mañana le llamo a aquella mujer de ojos verdes mientras entraba desde una de las puertas hacía esa sala.
— ¡Sasuke, mi amor! — La chica casi volo hacía donde estaba el azabache, el rubio miro perfectamente como el azabache rodaba los ojos y hacia una cara de pocos amigos teniendo a la de cabellos rosas colgada de su cuello.
— Sasuke, ese debe ser su nombre. — Pensaba el rubio mirando la ecena frente a el.
— Hmph.. Sakura, controlate. Solo queria preguntarte si ya estaba la comida.
— Oh, si ya casi, a demorado más de lo que pretendi.
— ¿Acaso alguien esta cuidando la comida?, me da holor a quemado.. — Hablaba nuevamente el azabache haciendo una mueca.
La pelirosa se sobre salto, era cierto, Habia holor a quemado.
— ¡No puede ser, deje a Ino cuidando de la comida! — Y sin mas la pelirosa salio corriendo por una de las puertas.
Y ahí estaban, el uchiha con una pose presumida parado en medio de la sala y el rubio mirando a la nada sentado en el sofá.
— Hola... — Decidio por fin el rubio romper la ley del hielo que había en esa habitación, miro como el azabache volteaba a mirarlo enseguida bajo la mirada. El azabache sonrió un poco sabiendo que el otro no lo notaria puesto no le veia.
— Nh.. — Solo "respondio" el azabache sin moverse aún mirando el rubio frente a el.
— Ah, hace un rato no nos hemos presentado. Mi nombre es Naruto Uzumaki. ¿Cual es el tuyo? — Por fin volteó a mirarlo, apresuradamente y al instante el azabache volvió a su cara de "Soy mejor que tu" o algo parecido.
— Sasuke Uchiha. — Suspiro después de presentarse, camino a paso lento y pausado hacia el sillón, se sento en este a una buena distancia del rubio.
Se quedaron un momento callados para cuando escucharon gritos de "¡Apagalo, apagalo!" "¿¡Como se apaga tu estufa!?" "¡La estufa no, el micro!" "¡Es lo mismo!" y cosas como esas, escucho el rubio nuevamente como el azabache suspiraba.
— Parese que si se a quemado la comida... — Hablo el rubio mirando la puerta por donde habia salido corriendo la pelirosa.
— Suele suceder seguido.. — Hablo el azabache con los ojos cerrados recargandose en el respaldo del sillón mirando hacia el piso. — No se por que aún la dejo cocinar.
El rubio volteó a mirar al azabache sonriendole abiertamente mostrando sus blancos dientes.
— ¿Y por que se han mudado Sasuke?.
El azabache lo miro por un segundo y después volvio la vista ahcia el piso.
— Ella quemo la cocina. — Dijo el azabache, el rubio se sorprendio quitando la sonrisa.
— ¿De verdad que la quemo?, vaya, Si que es mala en la cocina He he!
— ¿Quien es mala en la cocina? — Se escucho nuevamente a la pelirosa, el rubio volteo a mirarla, ella entraba compañada de la rubia cargando al pequeño niño que habia visto hace unos minutos.
— Eh, nadie sakura-chan — Sonrió el rubio nervioso.
— Tu eres mala en la coc... — El azabache era quien hablaba sin embargo no pudo finalizar pues cierto rubio le tapo la boca con la diestra.
— Hahaha, el no sabe lo que dice.. — Una gotita rodando por la cien de su rubia cabeza mirando como miraba la pelirosa con enojo a donde ellos se encontraba. El azabache se safó del agarre.
— Mph... — Fue lo unico que dijo el azabache para después levantarse y agarrar su saco.
— ¿A donde vas querido? — Le pregunto pelirosa mirando hacia su queridosimo esposo.
— A cenar con Naruto, lo han invitado y han quemado todo. Muero de hambre. — Dijo sin mas el azabache, el rubio lo siguió enseguida al escuchar que el deberia de ir con el.
— No lleguen muy tarde. — Dijo Ino, mientras la pelirosa los moraba triste, realmente queria hacer las cosas bien.. Y como siempre, todo le salia mal.
Los dos subieron al carro azul del azabache, un carro no muy grande pero bastante elegante. Sasuke puso las llaves sin guirar para prenderlo, dejo las llaves en su lugar para después recostarse un poco en el sillón del carro en el que se encontraba sentado.
— Al fin... —Susurro el azabache con los ojos cerrados tratando de descansar.
— ¿Pasa algo? — Pregunto el rubio, al parecer al azabache se estaba olvidando de el.
— Mh.. — No dijo nada mas frunciendo un poco el ceño.
El rubio ladeo la cabeza mirando sin querer cada parte del rostro ageno, aquella nariz, aquellas cejas, los labios, el cuello siguiendo con los ojos juguetones el torso que por desgracia yacia cubierto por aquella ropa, bajo así hasta el pantalon en donde deberia estar el pene del azabache, se sonrojo sin poder evitarlo, subio los ojos directamente a los ojos agenos que ahora... Lo miraban a los ojos.
¡Joder! Su corazón latia a mil por segundo creyendo que en ese momento tendria un paro cardiaco o algo así, justo lo que deseaba en ese momento.
El azabache no retiraba los ojos de los zafiros del rubio, naruto no sabia que hacer o pensar nisiquiera se movia, nada se movía, miro como los labios del azabache se curvaban haciendo una sonrisa malisiosa.