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SUERTE
por shinigami31

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Notas del fanfic:

Pues como veran, algunas personas leeran este fic y diran... QUE?... yo lo he leido en otro lado...

Pues si, este no me pertenece, esta publicacion de solo el primer capitulo lo he echo adrede, para que me den informacion sobre el/la verdadero(a) autor(a) de este gran fic que si no mal me aquivoco lleva mucho tiempo ausente y yo lo tengo hasta el capitulo 22, ella o el dejo varios mas.... pero desde el 29 nunca mas volvio a publicar... y quisiera que alguien me de razon o si la/lo conocen... por que creo que un fic como este no se debe que dar en el rincon del olvido....

Asi que todos los comentarios seran bienvenidos, es mas si podria contactarme, mejor, para preguntarle si me da la autorizacion de publicar nuevamente su fangfic, pues por el tiempo de no actualizar, esta historia fue borrada... tal vez asi lo que les gustaria que continue subiendo los capitulos que tengo y quieran leer el fic, pues nunca lo han leido... espero que me hagan este favor.

Espero su comprension

atte: SHINIGAMI31

Notas del capitulo: Pues como veran, algunas personas leeran este fic y diran... QUE?... yo lo he leido en otro lado...

Pues si, este no me pertenece, esta publicacion de solo el primer capitulo lo he echo adrede, para que me den informacion sobre el/la verdadero(a) autor(a) de este gran fic que si no mal me aquivoco lleva mucho tiempo ausente y yo lo tengo hasta el capitulo 22, ella o el dejo varios mas.... pero desde el 29 nunca mas volvio a publicar... y quisiera que alguien me de razon o si la/lo conocen... por que creo que un fic como este no se debe que dar en el rincon del olvido....

Asi que todos los comentarios seran bienvenidos, es mas si podria contactarme, mejor, para preguntarle si me da la autorizacion de publicar nuevamente su fangfic, pues por el tiempo de no actualizar, esta historia fue borrada... tal vez asi lo que les gustaria que continue subiendo los capitulos que tengo y quieran leer el fic, pues nunca lo han leido... espero que me hagan este favor.

Espero su comprension

atte: SHINIGAMI31
SUERTE


Capítulo 1: Cuando el amor os llame, seguidlo.

Konoha. Una hermosa medina del país del fuego, donde el clima es cálido y el mar no tiene agua, sino arena. Hermosos desiertos rodean los países de ese misterioso continente que vive y se rige bajo las enseñanzas y mandamientos de Kami-sama, creador del cielo y de la tierra, que fueron escritos en el libro sagrado.

En Konoha, las calles de la medina están siempre llenas de gente, la gente de ese lugar es de muy buen corazón y le gusta rezar. Las mujeres caminan por las calles vestidas con hermosos velos que ocultan su belleza de los hombres. Los donceles visten largas y holgadas túnicas con capuchas que cubren sus delicados cuerpos y cabellos, mientras que con un velo cubren la mitad de su rostro, dejando descubierta sólo su mirada. Los varones se sienten libres de vestir una túnica sólo si quieren.

Las mujeres y los donceles caminan junto a sus maridos. Los varones pueden tener hasta cuatro esposos o esposas que llenen el hogar de hijos, que serán la continuación de la familia del padre, los hijos también son quienes amparan a la gente cuando es anciana. Aquí los padres o miembros más viejos de la familia deciden con quien se casarán los hijos, ya que siendo mayores son más sabios y tienen experiencia.

Las enormes casas marrones pasan desapercibidas entre los laberintos del comercio de la medina. En ese momento y por el mismo laberinto de la medina corría a toda velocidad y esquivando a todas las personas, un doncel ojiazul con un largo mechón rubio que sobresalía del velo y la capucha.

-¡Perdón!- mientras corría se disculpaba con las personas con quien chocaba sin querer- ¡Lo siento!- corría tan rápido que la capucha se le caía. Corría más rápido y sujetaba su capucha marrón para que su cabeza no quedase descubierta- ¡Perdón! - "Tengo que apurarme". Salió de la calle del comercio y corrió un poco más hasta llegar al instituto de capacitación de varones de Konoha.

Los institutos estaban separados. Las mujeres y donceles asistían a una escuela que se encontraba al otro lado de la ciudad. Esa tarde Deidara había salido disparado de la escuela como de costumbre, ya que él tenía un secreto, el cual era que se encontraba todos los días después de clases con un chico, un varón cuyo tío era muy amigo de su de su difunto padre y de su abuelo, por eso se conocían desde pequeños.

Aquel chico era mayor por un par de años y se gustaban mucho el uno al otro, Deidara aún estaba en la escuela, lo cual era sólo una parte un problema porque el contacto directo entre un varón y una mujer o un doncel estaba prohibido a excepción del contacto en el lazo de familia, en el lazo del matrimonio o en el lazo del compromiso, ya que era considerado pecado y ellos no tenían ninguno de esos lazos, pero eso iba a cambiar.

Deidara llegó al instituto de varones justo a tiempo, se apoyó en un muro tranquilizando su respiración agitada por la carrera. Los varones comenzaron a salir del instituto. Los varones a esta edad ya se encontraban trabajando y ganando mucho dinero normalmente trabajando junto a sus padres o tutores, pero debían terminar los estudios de capacitación antes de casarse y tener una familia, por esa misma razón los varones estudiaban desde antes que los donceles o las mujeres.

Deidara se ocultó tras el muro, si algún conocido de cualquier parte lo veía ahí sería un problema. Puso atención a los que salían y buscaba con la mirada a aquella persona hasta que por fin la localizó.

-¡Sasori!- el muchacho pelirrojo acababa de salir y caminaba cabizbajo en dirección a donde Deidara se ocultaba, al verlo que se acercaba más saltó desde atrás del muro.
-¡¡¡HOLA!!!
-¡¡AAH!!- Sasori dio un salto hacia atrás.
-Jeje lo siento ¿te asusté?- se reía y juntaba sus manos por atrás.
-No, por supuesto que no...-dijo con sarcasmo- pero pensé que hoy no nos podríamos ver porque tenías algo que hacer.
-Je...tenía pero ya no- le sonrió dulcemente por debajo del velo gris en su rostro.
-Entonces vamos que aún es temprano.
-¡Sí!

Aunque ambos gustaban mucho del otro, no podían decírselo mutuamente por temor a la respuesta que podrían escuchar, hasta entonces su relación había sido una amistad que había nacido en la más tierna infancia, pero siendo ya mayores eso estaba completamente prohibido.

Esa tarde habían hecho lo que hacían cada vez que se veían después de la escuela y el instituto; se alejaban del centro de la ciudad e iban a lugares más deshabitados, porque no se veía nada bien que un joven varón estuviese acompañado de un fértil doncel. Las mujeres y los donceles cubrían su cuerpo y usaban velo desde la edad en la que son fértiles.
Fueron a una plaza deshabitada y se sentaron en una banca. Ya había pasado más o menos una hora desde que se encontraron y en ese lugar, solos y sentados juntos se habían puesto un poco nerviosos. De pronto el silencio incómodo invadió el ambiente, en el cual sólo se oía caer el agua de la fuente de aquella plaza.

-Sasori
-Deidara
-Tú primero...
-No, habla tú.
-No, tú.
-Bueno...esto...quería decirte que...bueno...dentro de poco...cumplirás 18 y...
-Y-y...?
-Bueno...yo...me preguntaba...si tu familia ya arregló un casamiento para ti.
Esa pregunta fue repentina.
-No...o sea...no lo sé, es posible y a lo mejor todavía no me lo van a decir.
-Deidara...
-Mm?
-Yo...-cerró con fuerza sus ojos y tomó aire- yo quisiera que te casaras conmigo.

En ese momento parecía que el tiempo se hubiese detenido.
Deidara sintió su corazón latir a prisa, no sabía muy bien qué decir, pero se sentía feliz de haber escuchado aquellas palabras.

-Sasori yo...
-Por favor, antes de que digas cualquier cosa, quiero pedirte que por favor me respondas con un sí o con un no y si tú...- no pudo seguir hablando al sentir su mano entre las cálidas manos de Deidara y con ella acariciar su propia mejilla por sobre el velo.

-Sasori yo...digo que sí.- y con cariño besó la mano de Sasori a través del velo.
-Deidara...entonces...yo puedo...
-Eh?- Deidara veía fijamente como Sasori acortaba la distancia cada vez más y tomaba su rostro entre sus manos, luego le quitaba el velo que cubría la mitad de su rostro- Sasori...esto no...- susurró.
-No te preocupes...-su aliento chocaba contra su boca- de todos modos...vamos a casarnos...-

Acortó la mínima distancia que los separaba y rozó sus labios con los de un sonrojado Deidara, lo miró a los ojos y fundió sus labios con los suyos. Aquel contacto sabía a pecado, pero a uno exquisito, la religión lo prohibía, pero a ellos no les importó y se dejaron llevar por el sensual contacto. Aquella boca dulce fue invadida por completo por la lengua hambrienta de Sasori, quien tenía todo a su merced, pero quería más, acercó por la cintura a Deidara y lo sujetaba por la nuca, profundizando más y más el beso. Eso estaba mal, Deidara no debía aceptar ese contacto, pero aquella cercanía y caricias le estaban gustando, aquella voracidad hacía que el elixir de un beso apasionado escurriera de sus comisuras.
Aquel beso se fue haciendo más delicado a medida que el aire se les agotaba. Deidara interrumpió el beso para recuperar el aliento y limpiar la saliva que escurría de sus labios y sus comisuras.

-Perdón...yo...-Deidara sonrió y negó con la cabeza diciendo que todo estaba bien. Sasori dio un suspiro- Deidara...si te parece bien yo...hablaré con mi tío sobre el casamiento y no creo que sería problema ya que en los negocios de mi tío me ha ido muy bien y...bueno...Deidara tu me gustas mucho...no, es más que eso...yo te a-
-¡ESPERA!-le cubrió la boca con ambas manos- espera...creo que sé lo que ibas a decir, pero quiero pedirte que por favor, si todo resulta bien me lo digas en la noche de nuestro casamiento, en nuestra...noche de...bodas...
Al decir eso se miraron mutuamente y se sonrojaron mucho.
-Eh!...esto... ¿qué hora es? - preguntó Deidara.
-Esto...son las 19:30
-¡¿19:30?! ¡Mi abuelo va a llegar del mercado de animales y si no estoy me va a regañar!- se cubrió el rostro con el velo y estaba dispuesto a marcharse pero se detuvo- esto...perdón, tengo que irme ahora y...
-Sí...entiendo...yo...
-Eh...pero mañana...
-Sí, mañana yo...
-Entonces mañana.
-Sí, mañana.
....

Ambos estaban quietos y después de esa singular forma de decir que se verían al día siguiente Deidara le dio un rápido beso en los labios, luego volvió a cubrir su rostro y comenzó con la carrera hacia su casa.

-¡Hasta mañana!- gritó mientras se alejaba a gran velocidad hasta desaparecer en la medina.
Sasori lo vio desaparecer, tocó sus labios y se relamió, aún sentía el sabor de Deidara en sus labios. Suspiró y caminó hacia su hogar.

Deidara corría y esquivaba a las personas con una agilidad impresionante, ya estaba acostumbrado a esas carreras y más a esa hora, en la que su abuelo Jiraiya volvía del mercado de animales y según decía "Esas no son horas para que un doncel camine solo por la medina". Se distrajo un poco y casi tropieza con una niñita pequeña.

-¡Lo siento!- se disculpaba ya desde la lejanía. Corrió un poco más y se detuvo en la entrada de una casa, cuyo portón estaba abierto.- Parece que llegué tarde...-dijo para sí mismo. Entró y miró a todos lados. Se quitó el velo y la túnica y subió a su habitación.

Se sentó en la cama un momento y tocó sus labios recordando aquel beso, su primer beso, aquello estuvo mal, pero no podía negar que le había gustado, independiente de que por tradición estrictamente religiosa no podía besar a nadie hasta que se casara. Sonrió y saltó hacia la radio y puso música alegre, tomó su velo y comenzó a danzar por toda la habitación. No podía esconderlo, estaba muy feliz.

-Hermano...-se asomó por la puerta un rubito de unos 14 años con marcas en las mejillas.- Hermano...- su hermano no podía oírle, estaba muy alegre danzando como para oírle- ¡¡HERMANOOO!!
-¿Qué?- se detuvo como si nada y le bajó el volumen a la música-¡Naruto, hola!
-Hola ¿por qué estás tan feliz?
-Mmm...no puedo decírtelo aún, pero tiene que ver con un matrimonio.- en serio, no podía esconder su felicidad.
-¿Un matrimonio? ¿Acaso el abuelo ya arregló un matrimonio para ti?
-No precisamente, pero para allá vamos!
-Bueno, bueno, el abuelo está en su oficina y quiere hablar contigo.
-Mm...seguramente me va a dar el discurso de "No debes llegar tarde, no son horas para que un doncel esté en la calle solo porque..."-Deidara salió de su habitación imitando a su abuelo y Naruto se quedó ahí.
-¿Un matrimonio?- Naruto apagó el radio y salió de la habitación- ni aunque estuviera muerto.

Ya fuera de la oficina de su abuelo, Deidara se asomó por la puerta.

-¿Abuelo?- escuchó un "adelante" y entró.
-Deidara- su abuelo Jiraiya estaba sentado en el escritorio leyendo- ¿otra vez con las mismas? Sabes que no debes llegar tarde, no son horas para que un doncel esté en la calle solo porque no corresponde - mientras el abuelo hablaba Deidara repetía mentalmente el discurso que se sabía de memoria al revés y al derecho-¿entiendes?- Deidara asintió- ¿entonces? ¿Dónde andabas?

-Eh! Yo...estaba en el mercado viendo las joyas y los velos con unos amigos y la hora se fue volando.
-Está bien, pero desde ahora no te quedes fuera de casa más allá de media hora después de clases ¿me oíste?
-Sí, abuelo.
-Bueno, puedes irte.- Deidara salió y el abuelo Jiraiya siguió con su lectura. En eso un pensamiento hizo a Deidara devolverse.
-Abuelo
-¿Sí?
-¿Puedo preguntarle algo?
-Claro-cerró su libro.
-Bueno...usted sabe que pronto cumpliré 18 y quería preguntarle si ya ha pensado en un casamiento para mí.
-¿Un casamiento?- Deidara asintió-No había pensado en eso aún, pero será mejor que primero termines la escuela, luego considero lo del casamiento ya que estás ansioso ¿sí?
-Está bien! Pero si lo piensas me gustaría que consideraras al sobrino del señor Sabaku.
-¿A Sasori?- Deidara asintió.
-Buenas noches abuelo, su bendición- Deidara se inclinó y besó la mano de su abuelo.
-Que Kami-sama te bendiga hijo mío, buenas noches- Deidara salió feliz de la oficina.
-Qué adorable....- Jiraiya abrió su libro y continuó con su lectura.



En otro lugar.

-Joven Sasori, la cena está servida.- decía una de las criadas desde atrás de la puerta de la habitación de Sasori.
-Ah! Está bien, gracias.

Abajo en el comedor le esperaban sentados en una mesa baja: su tío, un hombre viudo de cabello oscuro y mirada penetrante. Sasori trabajaba junto a su tío en negocios en el extranjero desde Konoha. También estaba su prima Temari quien había estudiado medicina y trabajaba en el hospital atendiendo a mujeres, donceles y niños. Aún no estaba casada. Y por último su primo Gaara de 15 años, un hermoso varón. Su primo Kankuro fue enviado a Suna, una hermosa ciudad en el país vecino, el país del viento, para estudiar y trabajar, ya que la familia venía de allá. El señor Sabaku había criado a Sasori desde que nació, puesto que sus padres habían fallecido tiempo después de su nacimiento.

-Buenas noches Sasori.
-Buenas noches tío, buenas noches primos.

Agradecieron por la comida y empezaron a comer y por mientras el señor Sabaku hablaba con su hijo Gaara sobre el trabajo, ya que estaba en edad de comenzar a trabajar además de estudiar. Temari escuchaba la conversación pero no hacía muchos comentarios. Sasori no dijo nada, apenas había comido un poco, quería hablar con su tío acerca del casamiento, pero debía saber en privado.

Comieron carne de cordero y tomaron té para la buena digestión. Luego de la cena cada uno tenía cosas que hacer. Su tío iba a leer, Temari debía preparar unas recetas para su trabajo en el hospital, Gaara debía estudiar y Sasori tenía que hablar con su tío.

-Tío- Sasori lo detuvo cuando se levantaba de la mesa- ¿Puedo hablar con usted?
-Claro, sobrino mío. Vamos a la sala.
Su tío se sentó en el sofá y comenzó a fumar. Sasori se sentó frente a él, no estaba seguro de por dónde debía empezar.
-Y bien, ¿de qué quieres hablar?
-Esto...usted sabe que desde que trabajo junto a usted en los negocios hace ya 3 años y he estado ganando bien. Además terminaré mis estudios en un mes.
-Sí, ¿y?
-¿Ha considerado que estoy listo para el matrimonio?
Su tío exhaló y dejó salir el humo de su boca.
-No pensé que quisieras casarte todavía, pero es verdad, yo creo que estás listo, además tienes el conocimiento y los medios para sostener una familia.
-Entonces...
-Pero si estás ansioso, después del mes que viene, cuando termines los exámenes finales, hablaremos más seriamente. Pero creo que te iría mejor si te llevara a trabajar en Suna.
-Tío, yo estoy...
-Pero bueno, para buscar a una buena esposa o buen esposo siempre hay que tomar en cuenta la situación económica, en eso estás muy bien. Podría hablarte de varias familias, pero...
-No es necesario, ya sé con quién quiero casarme.
-¿Sí? ¿Con quién?
-El nieto del señor Jiraiya.
-El joven Deidara- Sasori asintió- Siempre supuse que te llamaba la atención ese joven, es muy hermoso y ha sido criado por Jiraiya y su mujer dentro de las costumbres y la religión. Será un buen esposo.
-Entonces, lo arreglaremos cuando terminen los exámenes del instituto ¿sí?
-Veremos, sobrino mío. Buenas noches.
-Buenas noches tío.

-"Pero si no me equivoco...ese joven..."


A la mañana siguiente.

-Mmmm...- Deidara dormía plácidamente en su cama, hasta que...
-¡¡LEVÁNTATE MUCHACHO!!- su abuela Tsunade entró con un portazo y abrió las cortinas dejando entrar la luz del sol.
-Mmm...abuela...-Deidara se removió un poco y cubrió su rostro con las sábanas de la molesta luz del sol.
-Ah...en esta casa nadie se levanta si yo no molesto ¿eh? Levántate muchacho que vas a llegar tarde a la escuela.- le quitó las frazadas.
-Ah...ya voy, ya voy- se levantó con flojera.
-Alístate rápido que el desayuno ya está listo. Ah... ¿acaso también tendré que despertar a tu hermano? Por Kami-sama...- salió en dirección a la habitación de Naruto.

Deidara se refregó los ojos y sonrió recordando el día anterior. Ese día iba a verlo de nuevo y tenía que contarle lo que le había dicho su abuelo.

Mientras se vestía danzaba, mecía suavemente su cintura y ondulaba sus brazos y sus manos. La ropa que se usaba era muy holgada para que la figura no se marcase en exceso. Usaba una camisa blanca, más bien amarillenta y unos pantalones del mismo color tan holgados que parecían una falda. Se puso su oro, le gustaba ponerse joyas, se puso una pulsera de oro que estaba unida con una bonita cadena a un hermoso anillo. También se puso una de sus joyas favoritas, era una pulsera con pequeños zafiros. Sus padres le habían dado una a él y a su hermanito antes de que Kami-sama se los llevara al paraíso. Sonrió un poco al ponérsela, esa joya le traía buenos recuerdos, luego bajó a la cocina a tomar su desayuno.

-Buenos días hermano.
-Buenos días Naruto, abuelo, abuela.
-Parece que te despertaste de buenas, hermano. -Deidara asintió y se sentó en la bajita mesa para comer.
-Me gusta ver a la gente de mi casa alegre-dijo el abuelo- no te haría mal alegrarte un poco Tsunade.
-¿Insinúas que soy una enojona?- todos asintieron- pues no me enojaría si es que hubiera un poco más de orden en la casa, tengo que despertarlos a todos y...
-Tienes razón- dijo Deidara.
-La tengo ¿verdad?
-Por eso déjame a mí preparar la cena de ahora en adelante.
-Así me gusta, es bueno que quieras tomar más responsabilidades en la casa, de todos modos, supe que estás algo ansioso por el matrimonio.
-¿En serio quieres casarte, hermano?- Deidara asintió.
-Si quiere ser un buen esposo está bien que quiera practicar haciendo una cena y cuidando de una casa- dijo la abuela Tsunade-Muy bien, y así me ayudas a mantener mejor la casa.
Naruto miraba de reojo a su hermano.
-Bueno-Deidara mordió un pan- ya tengo que irme, nos vemos en la tarde. Su bendición abuelo, abuela.
-Que Kami-sama te bendiga.- dijeron ambos.

Deidara subió a su habitación a ponerse la túnica y su velo luego salió de su hogar.
Caminó en dirección opuesta a la cual corría el día anterior. Estaba alegre, caminaba por la calle del comercio y de paso fue a mirar las joyas y de pronto tuvo una idea.
Siguió caminando y llegó a la escuela de mujeres y donceles de Konoha. Entró y fue a su sala, en la que vio a su cabizbaja amiga Konan.

-¡Konan!
-Hola Deidara- ambos se quitaron el velo y la capucha y los dejaron en un colgador, estaba bien, puesto que los profesores del instituto eran donceles y mujeres. Se sentaron en unos pupitres.- Parece que estás contento.- dijo sin cambiar su semblante.
-Sí, lo estoy...es que ya quiero casarme.
-¿Tan pronto? Bueno en realidad casi la mitad del instituto ya se ha casado pero tú? Aunque de verdad eres bonito, no me sorprende que tengas pretendientes.
-Bueno...solo uno.
-¿Lo conoces?
-Sí, nos conocemos desde pequeños.
-Bueno, me alegro de que estés feliz.
-Y tú? Que harás después de salir del instituto?
-Desde hace poco estoy tratando de convencer a mis padres para que me permitan ir a la universidad...quiero ser profesora.
-Vaya! Qué bien!
-Sí, pero el problema es que ya estoy comprometida.- le mostró el anillo con perlas en su mano.
-Pero ¿qué harás entonces?
-No lo sé, lo que me queda es seguir rogando, pero no sé si me servirá de mucho, en las semanas que vienen me van a llevar a elegir mi oro.- suspiró y apoyó su cabeza sobre se mano.

Cuando una pareja va a casarse, el futuro marido paga una dote a la familia, como si pagar fuese una forma de agradecimiento por el hecho de casarse con una mujer o doncel de esa familia. Luego el futuro marido le ofrece a la mujer o doncel alrededor de 500 gramos o más de oro en joyas como obsequio, además de alguna joya del compromiso.

Deidara no podía creer que hubiese alguien que pusiera tal cara por estar comprometida, claro que estudiar era bueno, pero el matrimonio era algo precioso y para toda la vida, pero prefirió no decirle eso.
-Anímate Konan, seguro los vas a convencer de que estudies en la universidad, eres muy inteligente y
-Sí...
-...
-...y si no, sólo me haré la idea de casarme y tener una familia.
-Konan...

Sasori salió de su hogar y fue al instituto, ese día estaba feliz, aunque no era de los que demostraban su felicidad a la gente...excepto a una. Caminaba cerca de la calle del comercio y se dio un tiempo para ver el oro. El color del oro le recordaba a cabello de Deidara, aunque desde hace años que ya no le podía ver el cabello.
El sólo pensar que podría casarse con él le hacía imagina cosas como... Deidara usando sólo una yukata blanca bordada en oro esperándolo en la habitación de la noche de bodas y...no era muy bueno imaginarse esas cosas, al fin y al cabo todavía no se casaban. Viendo las joyas se le ocurrió llevarle una a Deidara, sería como un regalo de compromiso sin que el compromiso frente a la familia se concretara todavía.
Caminó hacia el instituto y fue a su salón en cual se encontró con un amigo suyo, Pein.

-Hola Sasori.
-Hola Pein.
-¿Feliz?
-¿Se nota?
-Un poco.
-Bueno, algo feliz.
-Escucha.
-Qué.
-Me voy a casar.
-Que novedad, la mitad del instituto ya se va a casar.
-Sí pero la boda será el próximo mes, aun no la conozco pero sé que se llama Konan, da igual, la veré el día del casamiento.
-No me gusta eso de saber con quién te vas a casar el mismo día del casamiento.
-Quiero algo conservador.
-Ah.
-Sí y en las semanas que vienen se supone que va a elegir el oro.
-¿Tú quieres casarte?
-Por supuesto.

La mayoría en el instituto de varones decía que le gustaría casarse y tener varias mujeres o donceles. Esa misma mayoría ya decía que se casaría o ya estaba comprometido o sólo le gustaría. El resto se concentraba sólo en trabajar o en estudiar más.
Pasó la mañana y llegó la tarde, las clases terminaron y Deidara se cubrió el cuerpo junto a su amiga, se despidió de ella y comenzó con otra carrera.
Comenzó a correr y cruzó la calle, pero en ese momento alguien tras él le cubrió los ojos, lo tomó del brazo y lo llevó a un callejón.

-Shh...
-¡No me haga na
-Deidara. - le descubrió los ojos.
-Sasori...me asustaste...eso no se hace, y si te vieron?
-No, nadie nos vio.
-¿Y por qué me trajiste aquí?
-Desde acá tomemos un atajo hasta la plaza, tengo algo que decirte.
-Eh! Yo también.
-Vamos.

A esa hora la medina estaba repleta por los estudiantes y demás gente y era muy difícil avanzar. Deidara iba más atrás para que no hubiese sospechas de nadie.
No supieron cómo, pero lograron salir de la calle del comercio y caminaron a la misma plaza. Esperaron un poco a que la gente que había en ese lugar se fuera y luego se sentaron.

-Deidara.
-Sasori.
-Tú primero.
-No, tú.
-Bien, hablé con mi tío.
-¿Y qué dijo?
-Dijo que estaba bien, dijo que le agradas, pero primero debo terminar los exámenes antes de hablar más seriamente.
-Mi abuelo dijo algo parecido.
-Y como todavía no estamos totalmente comprometidos...te traje algo.- en sus manos tenía una bonita cajita y le mostró una hermosa gargantilla que era como una gruesa y hermosa trenza de oro. El rostro de Deidara se iluminó.
-Es hermoso...- Deidara buscó algo en su capucha y sacó una caja parecida a la que le mostraba Sasori.-...yo también te traje algo -abrió la caja y le mostró un colgante con una cadena de oro y una piedra azul. Sasori lo miró sorprendido, no pensó que Deidara le fuese a dar un obsequio así, pero se alegro y su rostro se iluminó, pero no sólo por la belleza de la joya- ¿Puedo ponértela?- preguntó Deidara.
-Si- Sasori se inclinó para que Deidara pudiera alcanzarlo y ponerle el colgante más fácilmente. Sasori miraba la bella piedra en la joya, el azul tan intenso se parecía al de los de sus ojos- Deidara, te pondré el tuyo- Deidara asintió, pero Sasori se percató de la capucha y el velo que cubrían la belleza de Deidara.

-Adelante- Sasori abrió grandemente los ojos- puedes quitármelo.- Sasori se puso nervioso, eso estaba prohibido y lo sabía- No te preocupes, no hay nadie.- Eso lo calmó un poco, pero seguía estando mal...aunque no debería estar mal, de todos modos ellos estaban casi comprometidos.

Deidara lo observaba fijamente con ternura, sujetó la caja mientras Sasori ponía sus manos alrededor de las mejillas y quitaba suavemente el velo que cubría su rostro, Deidara le sonrió aún más. Sasori puso sus manos sobre la cabeza de Deidara y quitó la capucha que lo cubría, dejando a la luz la rubia cabellera de Deidara. El mismo y hermoso cabello y rostro que no veía desde que eran niños, ahora lo veía más hermoso que nunca. Se sonrojó un poco y se paró tras él, puso el largo cabello sobre un hombro y le puso la gargantilla, Deidara se tensó un poco- Esta fría- Sasori rió un poco y abrochó la gargantilla- ¿Qué tal?
-Te queda bien...
-Sasori.
-¿Sí?
-¿Me besas?- Sasori sonrió.
-Claro...- el roce de aquellos labios era lo más placentero que había sentido en la vida, aquella boca dulce e inocente, la piel suave de Deidara le hacía sentir cosquilleos en el estómago. Aquella lengua que recorría su boca, Sasori recorría su boca por completo y saboreaba todo. Aquellos dos querían sentir al otro sin importarle que eso fuera pecado- Deidara...me alegraste el día.
-¿Sí? Sasori...- acariciaba su mejilla y se besaron nuevamente. Deidara volvió a cubrirse, cualquiera podría verlos y aunque no los conocieran sería peligroso- Sasori...hoy debo irme temprano, tengo que preparar la cena.
-Eh...está bien, aunque no quiero que te vayas.
-Y si mañana...?
-Bueno...mañana
-Bien...mañana...Adiós!- le dio besó rápido y comenzó con otra carrera dejando a Sasori sólo en la plaza.

Miraba la joya que le había dado Deidara, esa joya se parecía a él, oro como su cabello y azul como sus ojos, besó aquella joya y fue a su casa y durante todo el camino nunca soltó de sus manos aquella bella joya.


Deidara llegó a su casa danzando con su velo, alegrando a las criadas y dejando extrañado nuevamente a su hermanito.
-¿Feliz otra vez?
-Claro...-danzaba y danzaba por toda la cocina.- ¿quieres ayudarme con la cena?
-Tengo que hacerlo, desde que estás así a la abuela le dio por ordenarme que colabore más en la casa... ¿y?
-¿Y?
-¿No vas a decirme por qué estabas tan feliz?
-Bueno, te digo...-Deidara sacó unas ollas y Naruto sacó los ingredientes para el carnero- ¿te acuerdas de Sasori?
-El...sobrino del señor Sabaku ¿no?-Deidara asintió- ¿qué hay con él?
-Yo quiero casarme con él.
-Oh...vaya...con razón hablabas de matrimonio ayer...pero no escuché al abuelo hablar de un contrato de matrimonio con nadie.
-Es que todavía no estamos comprometidos, pero para allá vamos, además...él me besó...y mucho...-sonrió.
-¿Eso está bien?
-No lo sé, pero me gustó...y me dio esto...- le mostró la gargantilla en su cuello.
-…l te gusta cierto.
-Quizás estoy enamorado.
-¿Si? Bueno...ojalá se casen.
-Que Kami-sama así lo quiera- dijo sonriendo apretando los puños- y tú Naruto?
-¿Yo qué?
-No has pensado en que te gustaría casarte, tener hijos.
-No...no lo he pensado y no quiero hablar de eso.
-¿Le tienes miedo al casamiento?
-No es eso...soy muy pequeño como para pensar en eso ahora...- dijo Naruto y siguió ayudando a su hermano a preparar la cena.


En otro lugar, especificando, la habitación de Sasori, el joven pelirrojo estaba leyendo en su escritorio, subió la mirada y la enfocó en una fotografía de él y Deidara jugando cuando tenían 5 años. Ahora Sasori con 19 estaba seguro de lo que quería y no lo dejaría escapar, aunque tuviese que darle cuentas a Kami-sama en el día del juicio
Notas finales: Pues como veran, algunas personas leeran este fic y diran... QUE?... yo lo he leido en otro lado...

Pues si, este no me pertenece, esta publicacion de solo el primer capitulo lo he echo adrede, para que me den informacion sobre el/la verdadero(a) autor(a) de este gran fic que si no mal me aquivoco lleva mucho tiempo ausente y yo lo tengo hasta el capitulo 22, ella o el dejo varios mas.... pero desde el 29 nunca mas volvio a publicar... y quisiera que alguien me de razon o si la/lo conocen... por que creo que un fic como este no se debe que dar en el rincon del olvido....

Asi que todos los comentarios seran bienvenidos, es mas si podria contactarme, mejor, para preguntarle si me da la autorizacion de publicar nuevamente su fangfic, pues por el tiempo de no actualizar, esta historia fue borrada... tal vez asi lo que les gustaria que continue subiendo los capitulos que tengo y quieran leer el fic, pues nunca lo han leido... espero que me hagan este favor.

Espero su comprension

atte: SHINIGAMI31

PD: que cargosa soy!

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