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SUERTE
por shinigami31

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Notas del capitulo: Hola gente, se preguntaran el por que estoy acualizando con un nuevo capitula. La verdad es que no se como reactualizar el fic sin agregar un capitulo mas, asi para evitar que el fic se vaya perdiendo en las actualizaciones de otro y vaya quedando atraz y las demas personas no puedan leer, pues la mayoria solo revisa las primeras paginas o solo busca sus favotiros.

Asi que si alguno de ustedes saben como hacerlo me envian un mensaje por aqui.
A la mañana del día siguiente Deidara se levantó temprano y con flojera y fue a despertar a su hermanito.

-Naruto…Naruto…despierta Narutoo -lo sacudía pero Naruto sólo se quejaba y seguía durmiendo- Vamos Naruto…ven a ayudarme…
-Hermano…qué bueno que estés feliz…pero al menos déjame dormir mis diez horas en paz…dattebayo…-dijo su hermanito adormilado y se cubrió con las cobijas hasta las cejas.
-Está bien, pero no te enojes si hay una cucaracha en tu desayuno.- dijo Deidara y salió de la habitación.
-Mmm…con gusto me la como…

Bajó a la cocina, las criadas ya estaban limpiando, otras cocinando y les ayudó haciendo un poco de ambas tareas. Media hora después se levantó su abuela la cual lo vio sorprendida.

-Quien te vea no lo cree, apenas ayer tenía que quitarte las cobijas para que te levantaras y hoy madrugas hasta más temprano que yo y todo eso porque hablaste de matrimonio con tu abuelo.
-Sí abuela. ¿El abuelo y Naruto se levantaron?
-Sí, tuve que despertarlos yo. Voy a hablar con Naruto para que te ayude de ahora en adelante y no sólo con la cena.
-No es necesario abuela.- Deidara ordenó la mesa para el desayuno.
-Oh sí lo es- dijo con un dedo en alto- eso es buena crianza, algún día él se casará también, es para que aprenda a cuidar de una casa desde ya.

-Buenos días.- dijo el abuelo sentándose en la mesa.
-Buenos días- dijeron Deidara y la abuela.
-¿Y Naruto?- preguntó la abuela Tsunade.
-Aquí estoy, buenos días.
-Naruto no seas tan flojo, recién hablaba con Deidara y será mejor que aprendas desde ya a cuidar de una casa como corresponde.- dijo la abuela.
-Sí, abuela, ya escuché.
Agradecieron por el desayuno y comieron. Deidara estaba ansioso como todos los días, quería que el día pasara rápido, él era feliz del sólo hecho de pasar un rato con Sasori.
-Muchas gracias por la comida- agradeció Deidara- ¡ya me voy!
-Que te vaya bien- dijeron todos.

Deidara subió a su habitación y como siempre, se puso una que otra joya además del collar que le regaló Sasori y luego se cubrió con su capucha y su velo.

Salió de su casa caminando lento, aún era temprano. Recorrió el mercado viendo las joyas y la comida. Siendo temprano, los comerciantes abrían recién sus negocios y no había mucha gente. Estuvo recorriendo el mercado unos minutos y luego se fue al instituto.
Saliendo del mercado vio a una anciana ciega mendigando en una esquina, se detuvo y buscó en su bolso algo de dinero para darle, pero no tenía nada, entonces se acercó a ella.

-¿Podría darme una moneda?- dijo la anciana.
-No tengo, pero por favor, acepte esto- tomó la mano de la anciana y en su palma puso la pulsera de oro unida por una cadena a un hermoso anillo.
-¿Qué es esto, joven?- dijo la anciana palpando con su otra mano el objeto en su palma.
-Es oro…puede empeñarlo si quiere y conseguir dinero.- la anciana sonrió agradecida.
-Muchas gracias, joven. Que Kami-sama lo bendiga.
-A usted también.- dijo y se fue.

Esa mañana estaba feliz y se sintió bien al hacer esa buena acción.
Llegó a la escuela y caminó a su sala. Buscó con la mirada a su amiga Konan, estaba sentada en el fondo de la sala.

-Konan…
-Hola Deidara- dijo con una sonrisa falsa.
-Konan ¿cómo estás?
-Mejor que ayer…ya abandoné la idea de ir a la universidad y ser profesora…ya no importa…supongo que es mucho mejor ver crecer a la familia que formaré con mi futuro esposo.
-¿Estás segura?
-Si…si…- apoyó su cabeza desganada sobre la palma de su mano-…si.

Deidara se sentó junto a su amiga y acarició su cabeza, ella se echó sobre la mesa, realmente se sentía mal, pero es de todos sabido que el destino no siempre está a favor de la felicidad de la gente.

Sasori estaba en clases en ese momento. Traía como siempre el colgante de la piedra azul.
-¿Y eso?- preguntó Pein.
-Un colgante.
-¿Es tuyo?
-Sí.
-Comunicativo como siempre.
-Ahá.

La espera se hizo eterna, pues sería la última tarde en la que se verían, puesto que desde el día siguiente ya no podrían verse por las tardes ya que ambos tenían que estudiar para terminar la escuela y el instituto de capacitación y sus tutores vigilarían sigilosamente su hora de llegada. Finalmente salieron de clases y se encontraron en la plaza.
Al llegar vio a Deidara sentado en el borde de la fuente jugando con el agua.
-¡Deidara!
-Sasori…- Deidara se puso de pie y fue hasta él quitándose el velo y dejó que Sasori lo besase.
-¿Qué pasa?- preguntó Sasori al darse cuenta de que Deidara no respondía al beso.
-Es que…sólo quería sentirte…a ti, además no nos veremos hasta después de la semana de exámenes finales.
-Pues sí…es verdad…pero- fue interrumpido por los labios de Deidara besando los suyos.
-Sasori, quiero que cases sólo una vez, no pienso compartirte con nadie.- Sasori sonrió ante sus palabras tan tiernas.
-Yo sólo te quiero a ti.- acariciaba su mano con delicadeza- te falta una joya.
-¿Cómo lo notaste?
-Te conozco muy bien…y sé que te gustaba mucho esa.
-Esta mañana se la di a una anciana que mendigaba.- Sasori levantó las cejas sorprendido.
-Eres la persona más noble que conozco.
-¿Noble? Je… ¿No es demasiado? Tan sólo era una joya.
-Para mi noble es quien da algo de sí para alguien que lo necesita.
-Bueno, bueno…entonces…nos veremos en un tiempo más, ambos necesitamos el tiempo para estudiar desde ya para los exámenes finales.
-¿Tienes que irte ya?
-Sí, tengo que estudiar y hacer la cena y mi abuelo se enojará si llego tarde.- explicaba mientras acariciaba los brazos de Sasori
-Entonces…nos vemos- nuevamente Deidara lo atrajo hacia él y sus labios detuvieron los suyos y se unieron en una danza que ellos podían disfrutar sólo alejados de todo y de todos quienes podrían acusarlos de pecadores.
-Cuando vuelva a verte, espero que sea para hacer el contrato de matrimonio…ahora me voy, Adiós.- un último beso y Deidara se alejó camino a su hogar.
Hay quien dice que siempre se debe desconfiar del viento, de la suerte y del amor, sobre todo si te están sonriendo.

Tres semanas más tarde.

Deidara había llegado al instituto y vio a su amiga.
-Hola Konan…vaya estás linda…-dijo Deidara al ver a su amiga cubierta de joyas.
-¿Linda? Sólo hice lo que mi madre me dijo que hiciera: “Ve al instituto y lleva tus joyas, a todos les van a encantar”.
-En serio te casas ¿Entonces ya es totalmente definitivo que no vas a ir a la universidad?
-Sólo si mi futuro marido me lo permite, ya no estaré bajo el cuidado de mis padres.- bajó la cabeza.
-Konan…estás bien?
-Si…si, o sea, si es así es porque tiene que ser así ¿no? …qué importa si no me gusta?
-Konan…y si te gusta tu marido y te deja ir a la universidad?
-Ese sería mi único consuelo.

Aquel día pasó y su amiga se animó un poco al final. Se despidió de ella, faltaba apenas una semana para terminar los estudios y ver lo del casamiento con la familia de Sasori según lo que había hablado con su abuelo hace tres semanas, quería verlo, pero en la semana que venía ambos estarían ocupados. Fue un poco duro, pero al final obtendrían su recompensa.
Durante ese tiempo ninguno de los dos se sacó la joya del cuello, al tocarla podían recordar al otro y esforzarse.
Finalmente aquella semana aquella semana extenuante llegó, lo bueno es que el sacrificio de no verse tuvo frutos y aquella semana terminó y con ella las clases en el instituto y finalmente Deidara cumplió los 18 años.
La tarde de un día sábado, después de la oración de la tarde, Deidara fue a hablar con su abuelo, ahora estaba más ansioso que nunca. Su abuelo se encontraba en su oficina.

-Abuelo…
-Pasa Deidara- entró rápidamente y se detuvo frente al escritorio de su abuelo- ¿Qué quieres, Deidara?
-Abuelo…esto… ¿recuerdas que hace un mes que dijiste que considerarías lo de discutir sobre un casamiento para mí?
-Sabía que era eso. De todos modos ya me contacté con Sabaku y
-¡¡Gracias Abuelo!!- besó la mano de su abuelo y salió alegre de la oficina.
-Ese muchacho no escucha.

Deidara subió a su habitación y puso música para danzar, cada vez estaba más cerca de su felicidad.

En la mañana del día domingo, Deidara se paseaba por la cocina, viendo como las criadas cocinaban y limpiaban junto a su abuela, pero no quiso ayudarles y siguió paseando por la casa, de pronto se detuvo al escuchar a su abuelo hablar por teléfono con alguien.

-…si…claro…por supuesto… ¿en serio?...eso es bueno…háblame más de eso hoy cuando vengas a mi casa…- de seguro hablaba con el señor Sabaku, quizás ya arreglarían su matrimonio.
Corrió a la habitación de su hermanito. Naruto estaba echado en su cama sin hacer nada, Deidara se sentó a su lado.

-Naruto…
-Mmm?
-Parece que van a arreglar el matrimonio.- su hermanito volteó a verlo
-¿de verdad?
-El abuelo hablaba por teléfono, y parece que con el señor Sabaku.
-Y cómo sabes si era con él con quien hablaba dattebayo.
-Tienes razón…lo que pasa es que estoy ansioso.
-Realmente te gusta mucho Sasori.
-Sí…
-Sería bueno que se casaran, además dices que te besó y eso está prohibido fuera del matrimonio.
-Lo sé, lo sé…pero… ¿nunca has sentido que cuando quieres que algo llegue…y cuando te dicen que ya vendrá…la espera se hace eterna…?
-Puede ser…
-Esto se hizo eterno…
-DEIDARA Y NARUTO VENGAAAAAAAAAAN!!!!!!!!!-la abuela los llamaba desde la cocina, ambos se levantaron rápidamente y fueron corriendo a la cocina, nadie fuera de esa casa conocía el genio de la abuela cuando no le hacían caso al primer aviso.

-Qué pasa abuela.
-Ayuden a terminar el cordero para el almuerzo.
-Si abuela- dijeron ambos.

Sólo faltaba sazonarlo y ponerlo al fuego para que se cocinara. Luego ordenaron la mesa y almorzaron junto al abuelo.
Aquella tarde desahogó su pecho ansioso con su hermanito cuando de pronto se escuchó al abuelo hablar con alguien.

-¿Quién será?- Deidara se levantó de la cama y fue a asomarse por la escalera, al ver quien era fue corriendo donde su hermanito- ¡El señor Sabaku!
-¿En serio?- Naruto se levantó y se asomó también, justamente era él. De pronto, la abuela Tsunade subió por las mismas escaleras.
-A ustedes no se les ocurra bajar, Jiraiya tiene una visita.
-¿Sabes a qué vino, abuela?- preguntó Deidara.
-A hablar con él, supongo.- la abuela se fue a su cuarto y cerró la puerta. Deidara y Naruto se quedaron escuchando la conversación.
-…y entonces, haciendo negocios en Suna ha obtenido millones.-decía el señor Sabaku.
-Eso es bueno, se nota que con tu hijo Kankuro tomaste la decisión correcta al enviarlo a Suna a trabajar.
-Sólo hablan de negocios, hermano.- dijo Naruto en susurro.
-Es obvio que hablan de negocios, no se han visto desde hace un tiempo y sólo se ponen al tanto.-le respondió Deidara.
-Hace poco mi sobrino Sasori me dijo que quería casarse.
-Mmm…mi nieto también me mencionó que quería casarse.
Deidara oía atentamente cada palabra desde que mencionaron ese tema.
-Curiosamente me dijo que quería casarse con tu nieto Deidara.
-¿Y qué piensas de eso?
-Sería bueno, ambos se conocen desde pequeños-el corazón de Deidara se agitó- Sin embargo…
-¿Sin embargo?- Deidara siguió escuchando.
-Se nos olvidó un detalle.
-¿Cuál detalle?
-Estuve haciendo memoria y descubrí que Sasori y Deidara fueron amamantados por la misma ama de leche, son hermanos.
-¿Estás seguro?
-Sí, recuerdo que Minato y yo se los encargamos a la ama de leche… ¿Cuál era su nombre? Kurenai Yuuki
-Ah bueno, si son hermanos no hay nada que hacer. Entonces ¿Qué más me cuentas?
-En una semana voy a llevar a la familia a Suna, en Suna hay mejores oportunidades de trabajo para Sasori, así como envié a Kankuro a trabajar a Suna también lo haré con Sasori, pero debí haberlo hecho antes como hice con Kankuro.
-Muy buena idea, Sasori te ha ayudado mucho en los negocios desde muy joven, es casi un prodigio, es bueno te lo lleves para que trabaje.
-Después si quiere, veré lo de un matrimonio para él, pero yo creo que deberías casar a Deidara pronto. Es un doncel muy hermoso y educado, mientras más joven se case, más hijos tendrá.
-Muy cierto…bien ¿me acompañas con un té?
-Claro.
-¡Anko!- llamaba Jiraiya a su criada.
-¿Sí, Jiraiya-sama?
-Trae el té.
-Si, Jiraiya-sama.

Imposible…simplemente imposible.
Notas finales: Si alguien ha averiguado algo sobre la autora o si conoce a algun autor/lector antiguo, por favor haganmelo saber... cualquier cosa mi correo es:
hinaru01@hotmail.com

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