Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Día Del Amor por Cachorro_11

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Era una mañana cálida de febrero pues para ser ciertos no era ni fría, ni caliente… era perfecta. La tenue luz del sol acobijaba la habitación dando esa calidez mencionada.

Un pequeño bulto bajo las cobijas comenzó a moverse. Poco a poco fue abriendo los ojos dando un gran bostezo. Cuando sus ojos plateados pudieron apreciar todo su entorno, miró a su lado topándose con un rostro pacíficamente dormido muy cerca de él. Pudo sentir la mano de su compañero en su cadera, evidencia de que al acostarse se habían abrazado. Sonrió ante esa escena y se acurrucó pegadito al chico, quien solo se movió ligeramente para abrazar de nuevo al rubio.

-Cómo amaneciste?- preguntó sin abrir los ojos.

-Muy bien y tú?- respondió Draco dejándose abrazar.

-También… qué haremos en este día de enamorados?-

-No lo sé, qué tienes en mente?- decía después de reír un poco.

-Mmm llevarte a donde quieras, comprarte lo que quieras, hacer lo que quieras- respondió sonriente y abriendo los ojos para besar la mejilla del rubio.

-Pues todo eso me parece excelente- dijo sonriente.

-Perfecto, entonces creo que podremos bañarnos e irnos- propuso mientras estiraba su brazo para tomar sus anteojos de la mesita de noche.

-A dónde?-

-Pues a donde tú quieras-

-Ah jaja bueno-

-Pero antes… espérame aquí- dijo levantándose de la cama para salir de la recamara.

Salió por unos segundos dejando a un Draco algo confundido.

-Esto es para ti- dijo sonriente mientras entregaba una pequeña cajita de oro blanco con ciertos detalles y palabras en otro idioma de color negro brillante. –Espero que te gusten-

El rubio muy sorprendido tomo la cajita pero no pudo abrirla.

-Debes pasar tu dedo por la línea- explico Harry

Draco lo hizo y la abrió con mucha emoción. La caja resplandeció con una luz ligeramente azul.  Adentro había chocolates (el mejor regalo para ese día). Pequeños prismas rectangulares de chocolate blanco y con leche. Obviamente Draco expresó una enorme sonrisa al ver tantos diseños diferentes: blancos con pequeñas líneas negras en la cubierta, cafés claros con bolitas blancas encima, blancos con líneas circulares, otros con figuras cuadradas y otros más con un simple detalle sin forma exacta.

-Gracias!- dijo con esa misma sonrisa de oreja a oreja y observando cada uno de los chocolates.

-Te gustan?- dijo Harry sentándose frente a él.

-Mucho!- y tomó dos chocolates que tenían líneas sin forma sobre ellos, tomó su varita y con un simple movimiento hizo aparecer una H y una D. Sonrió a su chico y le extendió el de la letra D y él se quedó con el de la H.

-Te amo- habló el rubio.

-Y yo a ti-  respondió el ojiverde.

Y ambos llevaron el chocolate a sus bocas.

-Mmmm- exclamó Draco –por la forma y sabor… chocolates Richart-

Harry siempre disfrutaba de ver a su chico comiendo chocolates. Para su opinión, siempre los disfrutaba más de lo normal y le causaba gracia.

-Así es- respondió sonriente

-Lo sospeche, por eso escogí los primeros dos-

-Qué tiene?- preguntó Harry sin entender y subiéndose más a la cama para sentarse junto a él.

- Tienen que comerse tal y como vienen ordenados en su caja. Como si se tratara de una cata de vinos; esta se debe empezar por el vino de menos cuerpo y acabar con el más poderoso. Estos bombones deben ser probados de la misma forma.-

 Así que después de un sermón del sublime sabor de un chocolate y de algo de historia de uno los mejores chocolates de Francia cada uno se baño mientras el otro recogía un poco el departamento.

Ambos chicos estuvieron listos en casi dos horas. Vestidos de manera cómoda, y elegante en el caso de Draco, salieron juntos a pasear.

Anduvieron paseando por el Kensington Gardens, un parque con verdes praderas, árboles centenarios y estanque lleno de aves. Lleno de familias pues los niños son los que más se divierten debido a su  inmenso parque de juegos construido en memoria de la Princesa Diana de Gales. Además de que tiene una estatua en bronce del mismísimo Peter Pan.

Fue una tarde agradable donde hicieron un pequeño picnic (haciéndolo parecer una simple comida de amigos pues no querían que nadie creyera algo más que una buena amistad).

Dentro de su relación ya fuera de Hogwarts habían platicado acerca de si ocultar su noviazgo o no. El hecho de que vivieran juntos era (como excusa a los demás) el hecho de que estudiarían donde mismo y debido a la estrecha amistad que habían conseguido en el último año. Pero aun así siempre pensaban en el hecho de ocultarlo, era más divertido e inclusive interesante por esa razón les gustaba más ocultarlo.

 

En ese parque fueron al palacio de Kensington, la Serpentine Gallery, una fuente dedicada a Diana (de quien obviamente no tenían conocimiento) y una zona de jardines italianos.

 

-Nunca había visto un parque tan grande-

-Lo sé, se ve genial no?-

-Si… debo admitir que el mundo muggle es increíble- dijo el rubio mientras caminaban por los amplios terrenos debajo de enormes arboles. En ese momento cayo un frisbee  rojo a escasos metros de él y un pequeño perrito fue corriendo tras él y al ver a Draco se acerco muy curioso a olfatearlo.

Harry comenzó a reírse por la cara del rubio de algo de miedo o incomprensión y se agacho llamando al perrito quien inmediatamente fue con él para olerlo y dar unos lengüetazos.

-Hola campeón quieres tu frisbee? Lo quieres?- comenzó a consentir el moreno mientras se levantaba para dirigirse al frisbee y fue cuando un pequeño niño apareció a lo lejos llamando a su perrito –Parece que tu dueño te busca- y antes de lanzar el frisbee al niño Draco se acerco para acariciarlo un poco.

-Adiós- dijo el rubio.

-Ve por el!- y aventó el frisbee cayendo cerca del niño.

El perrito fue corriendo tras él y después de atraparlo vieron como se alejaban.

-Quiero un perro- dijo Draco camino al coche.

Harry rio un poco ante ese comentario –De verdad? Pero si pareció que le tenías miedo-

-Claro que no- dijo Draco fulminándolo con la mirada –Sólo me sorprendió-

-Bueno, te creeré- dijo el chico de lentes aun riendo.


Después del parque fueron al cine donde vieron una comedia. Draco nunca había ido así que se divirtió mucho y no creyó ver “televisiones de ese tamaño”.

-Que no son televisiones Draco- repetía Harry ya cansado de insistir.

-Claro que sí, yo vi una película en ella, como aquella vez que escuche a uno de los mayordomos de la casa que teníamos en el Londres muggle diciendo que habían visto una película en su televisor- se aferraba  el rubio.

-Ay como sea, no son televisores, simplemente son pantallas-

-No, yo digo que son televisiones gigantes-

Harry solo rodo los ojos y pensando en cómo le haría para hacerlo entender que eso no era un televisor.

Después de ahí se fueron al Petrus, un exclusivo restaurante lujoso de Londres, justo para la hora de la cena. Así que entraron: había pequeñas mesas redondas con manteles color beige, luces blancas en una especia de pared cilíndrica. Había gente que se veía importante cenando ahí.

-Como nunca pase mucho tiempo aquí, investigue y vi que era uno de los mejores restaurantes- dijo Draco quien ahora invitó

Harry se veía impresionado –Nunca había estado en un lugar así-

-Lo supuse, Potter- dijo sonriéndole.

Se sentaron en una mesa privada, y a petición de quien reservó no hubo luces sino varias velitas que alumbraban perfectamente.

-Te gusta?- preguntó el rubio

-Sí, mucho-

El mesero llego a atenderlos, pidieron lo que más se les antojo (Draco aconsejó a Harry) y pasaron una cena estupenda en un lugar callado donde platicaron miles de cosas. Era increíble la presencia del otro.

-Espero que quieras que volvamos pronto- dijo Draco mientras volvían al departamento

-Por supuesto-

-De verdad no sé cómo le hacen para vivir sin magia, termine muerto de cansancio-

-El cansancio no se quita ni con magia- bromeo Harry

-A donde vamos?- preguntó el rubio al ver que esa no era la calle.

Harry no respondió pues unos segundos después se detuvo frente a un centro de adopción de animales –Quieres escoger a tu nuevo perro?- Draco abrió los ojos de golpe y salió corriendo del auto.

-Pensé que sería mejor uno adoptado, pero si quieres uno de alguna tienda de mascotas podemos ir también por el- propuso Harry pues pensó que tal vez a Draco no le causara mucha gracia el adoptar una mascota.

-No… no es necesario…- respondió el rubio mientras veía un pequeño perrito con la cabeza agachada y con aspecto solitario, solo en una jaula con un platito de comida y agua –Quiero ese- dijo señalando al cachorrito café claro.

Y así fue como lo adoptaron; el señor les dio los papeles y preguntó si se los daba en una jaula pero Draco no quiso, tomo la jaula en un brazo y se dirigió al perrito, quien al verlo acercarse levantó la carita y comenzó a mover la cola –Espero que seas feliz con nosotros- dijo feliz mientras sacaba al cachorrito de la jaula. Harry lo vio y sintió cierta felicidad al ver a Draco con esa felicidad.

Minutos más tarde Harry estaba acostándose en la cama mientras Draco acomodaba al nuevo inquilino en su casita (habían pasado a un centro comercial por ella) –Ahí dormirás Spooky- decía sonriente mientras el cachorrito movía la cola feliz.

-Parece que le gustó- opinaba Harry desde la cama

-Si…- respondió Draco muy satisfecho, acostándose junto a Harry.

-Ahora… podemos terminar este día de los enamorados… haciendo el amor?-  murmuraba mientras se ponía encima del rubio y comenzaba a besar su cuello.

-Harry! No estamos solos-

Y ni tardo ni perezoso, Harry tomo su varita y lentamente dio la vuelta a la casita de un ya dormido Spooky para que “no viera” –Listo…- decía dejando su varita en la mesita de noche y continuando con su labor.

-Siempre logras lo que quieres…- decía sonriendo el rubio con los ojos cerrados al sentir los besos del moreno.

-Te quiero a ti…- hablaba con un tono de voz que delataba su excitación.

-Entonces tómame…- respondía el rubio mientras comenzaba a despojarlo de sus prendas…

La habitación pronto se lleno de gemidos y frases tanto lindas como obscenas pero que solo escuchaban los chicos… pues el nuevo inquilino se había dormido al instante… por fin tenía un hogar, y fue un regalo para el novio de un chico muy enamorado, quien, por supuesto, también lo estaba.

Notas finales:

Jaja espero lo hayan disfrutado como yo al escribirlo n.n

 

nos leemos luego :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).