Tamborileaba los dedos en el escritorio, mirando con aburrimiento como el profesor explicaba como demonios habían surgido las ecuaciones, desde las mas simples, hasta las mas complejas, cosas que, en resumen, no le interesaban en lo más mínimo. Solo quería terminar con aquella clase de una vez, y poder dirigirse a su hogar, sacarse la pollera, los tacos y aquella incómoda ropa interior, además del sostén con el maldito relleno, y darse una ducha, una relajante ducha. Y poder volver a ser él mismo.
Aleksandra 'Alex' Dvořákova era para todo el mundo, Alexandr Dvořák dentro de su círculo más cercano familiar. Un joven que desde sus primeros años, siempre había parecido una mujer. Sus rasgos eran finos, su complexión delgada, su voz suave y tenía que admitir que era algo amanerado.
Pero hey! Le habían criado para convencer a la gente que era una mujer. Para la ley, era una mujer. Su familia era una de las mas influyentes en la república checa, y habian logrado alterar su registro para que Aleksandr muriera y Aleksandra estuviera viva. Al menos, de cualquier forma, para la mayoría, era simplemente 'Alex'.
Cualquier familia hubiera estado feliz de haber tenido un hijo varón… excepto la suya. Necesitaban una mujer. Una que se casase con el hijo de la familia mas rica de Brno, Johann Bohm, que era unos dos años mayor que el. Con el cabello largo y un vestido, Alex convencería a cualquiera de su feminidad, y los Bohm no habían sido una excepcion. Para ellos, Aleksandra era una joven inteligente, hermosa y de buena familia, el mejor prospecto para su hijo.
Cabía destacar lo poco entusiasta que estaba Aleksandr por todo eso. A fin de año, arreglarían todo para que tuviera un 'Accidente' por el cual necesitara una cirugía 'reconstructiva' y voila. Adiós la poca masculinidad que le quedara en unas cuantas cirugías plásticas. Y luego, a casarse con ese joven que ni siquiera conocía.
Cuando el profesor miró la hora, sonrió y les dio permiso para levantarse, puso sus cosas en el bolso –color rosado claro, un regalo de su madre y se puso de pie, mirando para todos lados a ver si su amiga, Anne, estaba por allí. Generalmente se sentaba a su lado para la clase, pero había llegado tarde, así que estaba por el otro lado del salón
"Kleine!" escucho y rodó los ojos. Le llevaba una cabeza y media y le decía pequeña. "Aquií estás, mein lieber, vamos?" sonrió de medio lado a la joven pelirroja y asintió
"Ja" era bastante parco cuando hablaba, puesto que trataba de moderar su lenguaje y la manera en la que se comportaba. A veces se le escapaba. Generalmente era en secundaria cuando la 'Muñeca' se agarraba a los golpes limpios con los hombres, rompiéndole la cara a mas de uno no una vez. Juraba que no había sido a propósito, es que se habían pasado intentando levantarle la pollera y eso era un terrible No. Nadie debia de descubrir su secreto o estaba frito.
"Estás bien? Estás mas callada que de costumbre" la otra joven entrecerró los ojos, observándole fijamente "Te ves mas pálida de lo normal… Has comido?" pregunto, tendiéndole un sandwish que sacó de su mochila "Yo he comido demasiado, estoy hecha una cerda" frunció los labios en una mueca de disgusto
Alex solo alzó una ceja, y para sus adentros, pensó que eso no era verdad. El la encontraba bastante atractiva. Era de estatura promedio, con dos grandes… 'atributos femeninos', piernas largas y cabello ondulado, pelirrojo, junto a unos preciosos ojos color miel. ¿Quién no querría una chica así de preciosa?
Era una lástima que no pudiera manifestar su opinión libremente más que con un "No realmente. Si fueras mas delgada estos…" estiró una mano y le pokeó un pecho con el dedo índice "…Te quedarían horribles. Al menos no eres como yo" plano como una tabla, un hombre vestido de mujer, que no era muy amante de la entrepierna masculina y aún así deberia de cambiar de sexualidad a la fuerza… o algo parecido.
Oh pobre Anne, no sabia todas las ventajas que tenía por ser mujer, como cambiaría con todo gusto su lugar por el de ella "Vamos, mi madre se preocupará si lego tarde a casa… ¿Te quedas a cenar svíčková?"
"Tu quieres hacerme engordar aun mas, don't you?" Alex sonrio y negó con la cabeza
"Entonces le diré a maminka que te sirva solo bramboráky, quieres eso mejor?" la reacción de la mujer fue de poner cara de espanto bien falsa y luego un puchero
"No, prefiero engordar y comer ese delicioso Roast Beef, no nací para ser vegetariana" se colgó del brazo de su 'amiga' y sonrió ampliamente "Trajiste el auto, o tenemos que ir a pie" considerando que vivia a solo dos bloques de allí en la casa familiar, no creía necesario el auto…
"A pie prasátko" rió al decir eso y recibir un golpe en la parte posterior de la cabeza de parte de su sel-concious amiga. Era tan divertido poder molestarle de aquella manera