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Geist por Shun4Ever

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Unos largos meses habían pasado desde aquel extraño encuentro, aunque cuando le explicaba a sus parientes lo ocurrido, siempre le aseguraban que era un sueño. Él estaba convencido, eso no era fruto de su imaginación pus sentía su cuerpo  diferente desde aquel momento. Cierto que era un niño, que aún le quedaba mucho por crecer y grandes cambios quedaban por aparecer en su cuerpo, pero a pesar de todo eso, seguía con aquella necesidad.

Aprovechando la intensa oscuridad de aquella noche sin luna, salió despacio y con precaución de la casa con la esperanza puesta en no ser encontrado. Desató el corcel de su pequeño caballo recién adquirido y salió de la propiedad en dirección a aquel bosque. Conocía los senderos incluso en aquella tiniebla pues no eran pocas las noches que había salido con su padre y su hermano a observarles cazar. Llevaba en su espalda aquel arco que su padre le regaló por su cumpleaños y las flechas siempre bien afiladas.

Llegó al bosque y siguió a trote por aquel pequeño sendero que debía seguir hasta su destino. Cuando los pequeños riscos se presentaron ante su visión, bajó del caballo y lo amarró a uno de los arboles cercanos.

- No tardaré mucho Andrómeda – Decía mientras acariciaba el lomo de su yegua de color caoba intenso.

Premió a la yegua con un manojo de lechuga y dejo comiendo al pequeño animal mientras se alejaba en dirección al rio. El sonido del agua ya era claramente escuchable por entre aquellas carrascas. Apretó fuertemente el arco a su espalda y salió del cobijo de los árboles para dejarse mostrar en aquella rocosa explanada. No había dado ni dos pasos, cuando en la parte opuesta al riachuelo, un ser se mostró entre la espesa arboleda.

Aún más impresionante de lo que recordaba, aquellos ojos azules le observaban con ansia. Se aproximó unos pasos y aquel ser repitió la acción. Sin miedo, con paso firme ambos seres quedaron cerca, hasta el punto de poder tocarse libremente. Shun dejó escapar una sonrisa y estiró la mano en dirección a aquel ser, que le acercó el hocico al tiempo que cerraba aquellos ojos.

- Estabas tardando.

- Lo siento Geist. No he podido escaparme antes.

- Espero, al menos, que me recompenses por la espera.

Shun sonrió ante el comentario de aquel extraordinario ser, al tiempo que se acercaba a uno de sus costados para regalarle una enorme caricia. Geist se dejó acariciar y acabó ronroneando por aquel contacto. Sin parar de reir, abrazó una de las enormes y suaves patas. El dragón apartó al muchacho con un pequeño y cariñoso empujón con su cabeza y se acomodó entre las rocas  para atraer al muchacho, con una de sus garras, hasta el bajo de su ala izquierda. Shun se dejó hacer, pues no era la primera vez que se acomodaba cerca de aquel fresco pero cálido cuerpo. Se quedaron allí, tan solo escuchando el susurro de aquel río, mientras cada uno estaba sumergido en sus pensamientos. Geist alzó brevemente la cabeza para poder observar mejor a su portador.

- Deberíamos practicar Shun.

- Solo un poco más.

El muchacho trató de acurrucarse mejor bajo aquel abrazo, pero el dragón se levantó de golpe, haciendo que el muchacho repitiera la misma acción. Shun suspiró y se sentó frente a la cara del dragón, tan solo mirando esos enormes e intensos ojos azules.

El silencio se estableció entre ellos, aunque ninguno de los dos apartaba aquel contacto visual. En apariencia era como dos muñecos inertes, a excepción de aquel sencillo vaivén de sus pechos al respirar. De pronto, Shun cerró los ojos y suspiró para seguir con aquella concentración. Geist se levantó de golpe y extendió sus alas.

- Despacio – Se quejó el animal alado.

Las alas comenzaron a moverse despacio pero firmemente. Sin prisa fueron cogiendo velocidad en el movimiento y pronto el animal estaba en el aire. Shun trató de contemplar la escena desde donde se encontraba, rompiendo así la concentración y haciendo que el dragón se precipitara al vacío. Geist reacciono a tiempo para caer con gracia sobre las piedras cercanas a Shun.

- Te dije que tuvieras cuidado – Le gruño mostrándole los dientes.

- Lo siento – Se disculpó el menor ante aquella enorme equivocación por su parte – Solo quería…

Geist soltó un soplido y se volvió a acomodar frente al muchacho.

- Está bien, solo… Ten más cuidado la próxima vez.

Volvieron a acomodarse en aquella posición extraña y el silencio volvió a reinar entre ellos. La concentración de Shun, ahora, estaba en su mejor apogeo y consiguió hacer volar a aquella preciosa bestia por sobre su cabeza, durante un tiempo prudencial.

Esta vez la concentración fue cortada por Geist, que se lanzó en picado a donde se encontraba Shun, atrapándolo entre sus garras mientras lanzaba un alarido furioso hacia el extremo opuesto del río. El muchacho, sorprendido por aquella extraña actitud, quedó sin movimiento entre las garras de aquel que consideraba un amigo. Un nuevo alarido le hizo estremecer, pues el dragón nunca se había mostrado tan agresivo. Trató de entender la situación, buscando en su interior a través de aquella conexión que le unía con aquel animal. No le fue necesario buscar mucho, pues un alarido provino de algún lugar cercano, supuso el muchacho, de algún lugar cercano al río. 

El dragón apretó el agarre que ejercía sobre Shun y volvió a rugir, provocando que uno de los árboles cercanos, se moviera por el viento producido en aquella acción. Un fuerte ataque les llegó por el lado derecho, haciéndoles casi caer sobre aquellas afiladas rocas. Geist volteó antes de caer y quedó enfrentando a la nueva bestia, que aunque lucía elegante y hermosa, se podía apreciar la fiereza en sus ojos enrojecidos.

Shun, incapacitado de movimiento alguno, quedó mirando la escena como incrédulo. No solo era afortunado de tener amistad con un dragón, sino que frente a él,  otro ser de aquella especie, mostraba su belleza y bravura. Pudo apreciar la diferencia entre Geist y aquel ser frente a él. Su constitución era menor pero sin duda era igual o más fiero que su dragón, porqué sí, él consideraba a Geist su dragón. Las patas, un tanto más pequeñas, parecían llamas con el contacto de la luz de la luna y aquella cola imponente que se antojaba como llamas en la hoguera. Un nuevo alarido fue soltado por aquel animal feroz al tiempo que aquellos ojos rosados, se aposentaban sobre el humano allí presente.

Shun sintió una breve molestia en la cabeza, al tiempo que una voz se le colaba en la misma. Al parecer, el no haber roto el vínculo con Geist, le hacía poder escuchar al dragón frente a ellos.

- ¿Qué haces aquí? – La voz sonó en su cabeza dulce pero sin duda dura. Un alarido acompañó a aquella frase.

- No es de tu incumbencia – Replicó Geist junto a un nuevo rugido, aunque este fue más calmado que los anteriores.

- Ahórrate el discurso, Geist – La dragona se acomodó en el pasto sin quitar la mirada furiosa del otro ejemplar de su especie. – Solo quiero estar sola.

- ¿Qué ocurre esta vez Zarin? – La voz de Geist sonaba ahora comprensible y tranquila, aunque pudo notar Shun, aún la furia estaba presente en su gran cuerpo.

El dragón atrajo a Shun para ubicarlo oculto tras una de sus alas, al tiempo que se acercaba a la dragona allí presente. Se acomodó cerca de ella y acomodó al muchacho mientras le hablaba.

- No te muestres ante ella. Tiene problemas con los humanos.

Shun obedeció las órdenes estrictas de su dragón y quedó escondido bajo el abrigo de una de las grandes alas de Geist, cobijándole del frío nocturno. Una charla entre los dos dragones se dio lugar y aunque habría sido un placer para el menor poder escuchar aquella amigable conversación, Geist le desproveyó de aquella conexión, dejándolo solo al amparo de aquel cálido cobijo. No sabe ni cuando se quedó dormido, más un suave golpecito le despertó junto a un soplido de su pequeña yegua. De nuevo despertó cerca de aquel árbol, como cada vez que acudía a entrenar junto a su dragón. Estiro el cuerpo tras levantarse del lugar y se apresuró a montar a Andrómeda, pues debía regresar si no quería meterse en un lío.

- Vamos chica. Volvamos a casa. – Acarició la testuz de su pequeña yegua y se encaminaron a la casona donde vivían.

Recorrieron el sendero aprovechando cada segundo de aquella paz que les envolvía. Una gran sonrisa apareció en su rostro cuando escuchó el alegre y madrugador canto de los pájaros silvestres, más se borró  de golpe al darse cuenta de la hora que ya acontecía. Golpeó un poco el flanco de la pequeña Andrómeda y aceleraron el paso hasta el galope de carrera para llegar cuanto antes a la casona. Apresurado, guardó a su pequeña, de nuevo en su casa y dio la vuelta por detrás de la casa, creyendo que podría entrar sin ser visto. Se asomó a la pequeña ventana que daba a la cocina y respiró aliviado al ver que no había nadie dentro. Despacio abrió la puerta y se coló por ella, girando sobre sí mismo para cerrar con cautela.

- ¿Sabes que hora es?

Shun cerró los ojos al tiempo que quedó inmóvil en aquella extraña posición. Como si fuera posible que no le hubieran visto y más cuando ya le habían hablado.

- Te estoy hablando Shun.

El muchacho tragó la saliva que se le había quedado atorada en la garganta y se dio la vuelta con una sonrisa, tratando de aminorar así el castigo.

- Padre! – Como siempre hacía, se lanzó a abrazar a su padre, tratando de ablandarlo y hacer que se olvidara de castigarlo.

Mu, separó a Shun de su cuerpo y suspiró notoriamente alto mientras miraba a aquel pequeño gamberro. No había forma de que acatara las normas que le imponían y aun así, siempre tenía la habilidad de salirse con la suya. Aquella carita de ángel y esa encantadora sonrisa eran las culpables de que siempre hiciera lo que quisiera de ellos.

- A ver… - Mu se encogió de hombros y miró al muchacho esperando una explicación - ¿Qué ha pasado esta vez?

- Verá Padre… - Shun pensaba a toda prisa tratando de inventar aunque fuera una triste escusa – Andrómeda – Sí. Seguro que la pobre yegua le podría ayudar esta vez – No había salido en todo el día y la saque a pasear – Perfecto. Con eso, pensó Shun, ya habría conseguido salvar aquel posible castigo.

Qué confundido estaba Shun, pues Mu se acomodó en una de las sillas de la cocina sin apartar la vista del pequeño. Al notar aquella intensa mirada, no pudo más que avergonzarse por su comportamiento, pues aunque quisiera, aún no era lo bastante mayor como para emprender viajes solo.

- Shun – Mu le indico una de las sillas cercana y Shun acató la silenciosa orden – No puedes salir así, sin más. Solo tienes 7 años. – Mu suspiró cansado por aquella repetitiva situación – Debes entender que el mundo fuera es peligroso y más para un niño, que aún no alcanza ni la mayoría de edad.

- Padre, pero Ikki.

- No me hables de Ikki. – Mu miró directamente a los ojos del pequeño – Sabes que él ya ha pasado los 11 y es responsable de sus actos, pero tú – apretó delicadamente una de las manos del menor y volvió a suspirar – No sabes como nos aterra tu actitud. Si te pasara algo….

No pudo acabar la frase, pues Shun, que había entendido el pesar de su padre, no pudo evitar llorar, pues lo último que deseaba era lastimar a sus padres. Tras escuchar el resto del sermón que le tenía preparado Mu y el que improvisó la alterada Saori al entrar en la cocina, Shun subió a su habitación, en donde se dejó caer sobre su cama.

- Menuda la has hecho. – Ikki que estaba en la habitación esperando a su hermano, no espero para hablar con él – No he podido excusarte esta vez porque tardaste demasiado.

- Lo siento Ikki.

- Solo… – se acercó hasta su hermano y le depositó un beso en la frente tras revolver su enredado cabello – Ten cuidado y ten siempre listo el arco. Nunca sabes de donde te puede llegar la amenaza.

Shun miraba a su hermano con admiración, pues aunque era bien notable su preocupación, le ayudaba en sus aventuras nocturnas. Siempre le había dicho que practicaba con el arco para ser como bueno como su padre y eso a Ikki le parecía valiente por parte de su pequeño hermano. Siempre que podía, le excusaba con lo que se le ocurría, pero esa noche había estado demasiado tiempo fuera y la ausencia ya era demasiado notable. Al pequeño le prohibieron la salida durante unas semanas, en las que acompañaría a su madre en todas y cada una de las tareas cotidianas. Si bien le molestaba la limpieza del hogar, no le ocurría lo mismo con la cocina, pues disfrutaba descubriendo nuevos platos con los alimentos que les ofrecía la tierra.

Una noche de las que estuvo castigado, llegó a su cabeza la inconfundible voz de Geist. Estaba notablemente enfadado, pues no había acudido ni una sola vez desde el castigo y ni siquiera se le había ocurrido el hablarle y contarle lo ocurrido. Se incorporó en la cama y se asomó a la ventana, pues estaba seguro, podría ver a Geist en la oscuridad de la noche.

- ¿Se puede saber donde has estado?

- Perdona Geist. Me castigaron la última vez por llegar al amanecer.

- Perfecto. Ahí estarás seguro.

- ¿Seguro? ¿Cómo que seguro? – El tono del dragón le había comenzado a asustar, pues se le notaba el miedo en aquella frase.

- No debéis salir ni tu hermano ni tú de la casa. Os están buscando.

- ¿A nosotros? ¿Quién? ¿Por qué nos están buscando? – El joven muchacho parecía reflexionar mientras hablaba – No hemos hecho nada malo en el pueblo, como para que nos busquen.

- Shun – El dragón cortó al muchacho, sacándolo de sus pensamientos – Aún no lo puedes entender. – Geist parecía tener prisa, por lo que fue directo al punto – No debéis temerle al hombre moreno.

El vínculo entre ellos se cortó y Shun se quedó mirando por la ventana, mientras trataba de volver a crear aquella conexión. Necesitaba saber que era lo que había tratado de decirle su amigo, pero este se negaba a aceptar aquel enlace mental. Cansado por el día agotador que había llevado, se volvió a recostar en la cama, mientras pensaba en lo que le había dicho el dragón. ¿Un hombre moreno? ¿No debía tenerle miedo? ¿A quien podría referirse si no conocía más que a sus padres y su hermano? Con muchas preguntas a parte de estas, quedó rendido y durmiendo sobre aquella mullida cama. De seguro el tiempo, le explicaría lo que su amigo ya había intentado con escasas palabras.

Notas finales:

Mmm.... Esto se pone interesante, ¿no creeis? 

Como siempre, espero que lo hayais disfrutado, pues para eso ha sido creado. 

Cuídaros mucho y nos leemos pronto ^_^

 

PD: Espero me podaís perdonar por la demora, pero el tiempo me escasea últimamente. 


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