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Gay, no maricón por Pabeth

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Notas del fanfic:

Personajes: Deidara, U. Itachi, mensión de algunos miembros de Akatsuki.

Género: Humor (?). 

Tipo: Drabble. 

Advertencias: OoC, un poquitín de mala gramática y ortografía. 

Notas del capitulo:

Bueno, no sé si esto sea posible colgarlo acá si quiera. Tampoco sé si sea de agrado al público, sin embargo lo subí porque hay algo que me gusta de él. Lo escribí en un momento fugaz y pues quien guste puede dejar comentario. :) Sin más, probecho. 

Su voz salía ronca. Toda su furia expresada frente a un micrófono; estridentes guitarras, sus sentimientos frustrados, el sonar de la batería, las letras corrosivas, su alma destruida. Esos ojos negros clavados en su cara. Él no le miraba, ya no estaba consciente, ya no miraba a nadie, ni siquiera podía decirse que estuviese en la misma órbita que sus demás compañeros.

Marica. Así le había llamado al confesarle sus sentimientos. Estaba frustrado. Desde que había conocido a ese Uchiha de porquería siempre había sido así, las cosas siempre salían de mal en peor, y por supuesto, él de idiota fue a enamorarse de la persona que más odiaba en ese mundo.

Pero no odiaba a Itachi en sí, odiaba más al puto mundo y a la maldita sociedad, porque era lo que la mayoría pensaría si en todo caso él abriera la boca. ¿Que si enamorarse de una persona de su mismo sexo estaba mal? No, para Deidara no lo estaba en absoluto, incluso su poca familia ya lo sabía, y les bastaba con verlo feliz. Pero ya lo había decidido, era imposible.

 —¡Ahh!— gritó firme. Era ya la última parte que debía grabar. Estaba un poco desaliñado, refiriéndose a ese gutural grito que había pegado al final, pero al ver la cara del “jefe” y de Kakuzu, inmediatamente supo que había sido perfecto. Cuando acabó el último acorde de guitarra, el pequeño mundo en el que estaba sumergido explotó tal cual pompa de jabón.

—Perfecto, puedes salir de ahí— dijo Pein con un esbozo de sonrisa en su cara.

Pero la verdad, Deidara no quería salir de aquella habitación. Se estaba bien ahí, mientras estaba aturdido por el coraje; en esas cuatro paredes que no dejaban penetrar ningún ruido, ninguna burla por su orientación sexual. Sus ojos azulinos se dirigieron al suelo. Si bien tenía el coraje para gritar, despotricar y golpear a alguien, eso de que le despreciara una persona tan fría como aquel hombre que aún le perforaba  con la mirada era algo que su poca estabilidad mental podía controlar. Lo admitía, era más inseguro de lo que parecía, y sí, odiaba cuando esa inseguridad le salía a flor de piel.

—¿Deidara?— la fina voz de una mujer le llegó a los oídos. Fue ahí cuando se dio cuenta de que se había vuelto a perder en su infinito miedo por escuchar al mundo fuera de aquella habitación de grabación.

—Lo siento. Es que, no me siento conforme.—  Cuando levantó la vista, la mayoría —con excepción de Itachi— le miraban asombrados. Cuando solía cantar una canción, siempre que lo obligaban a repetirla se ponía furibundo. Rió apenado y con voz queda trató de tranquilizar a sus compañeros de trabajo —Ol-Olvídenlo. ¡Claro que quedó perfecto’hmn!

Se quitó los audífonos y los colocó en su lugar. Cuando llegó con los demás, aún la mayoría le miraba con preocupación. “Oh no, ¡ahora no!”, fue lo que pensó. Porque desgraciadamente cuando se sentía inseguro y era acusado por miradas escrutadoras, era cuando menos podía aparentar ser el mismo bipolar de siempre. Lo peor de aquella escena, los pozos negros que le seguían observando tal cual animal de zoológico.

Pegó un salto al sentir su celular vibrar en la bolsa trasera de su pantalón. Nervioso, lo sacó y contestó la llamada, evitando contacto visual con cualquier persona que estuviese en esa sala. El silencio lo tenía más tenso que de costumbre. Salió a la sala de espera a hablar con dicha persona que no era nada más que su alarma.

Se sentía patético, más que nunca, ahora quería que la tierra le tragara, o ser simplemente como una pequeña hormiga. Pensó en marcharse de aquel edificio lo más rápido posible. Pero recordó que: primero, debía entrar a traer su suéter, en donde tenía el dinero del taxi; segundo, al próximo día sería acosado por preguntas que no sabría cómo responder; tercero, tendría que ver a Itachi por el resto de sus días de trabajo en aquella banda. Sinceramente, aunque en ese momento se sintiera cohibido, su orgullo de artista no le permitía huir de aquella manera y luego tener que enfrentarse al humor negro del bastardo ése.

Después de mucho pelear consigo mismo, decidió entrar de nuevo al lugar en donde se suponía deberían estar todos. Al entrar ya la mayoría se había marchado por la otra puerta —y con la mayoría volvía a referirse a todos, menos al Uchiha—. Le observó boquiabierto, pero luego reaccionó y tomó rápido sus cosas. Antes de salir por la puerta, una mano tocó su hombro. Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal y lentamente se volteó hasta toparse con aquellos ojos negros que lo habían observado la mayor parte de la noche.

—¡Maricón tu puta madre Uchiha bastardo’hmn!— gritó, y luego  se apresuró a salir del lugar. Por supuesto que no antes de haberle dado una buena patada en la espinilla a aquel hombre con cara de estreñido. Diez minutos después se dio cuenta que, lo embargó el impulso, antes que el uso de razón.

Al salir a la calle, Deidara empezó a reírse como nunca lo había hecho, mientras lágrimas se desbordaban de sus ojos. ¡Oh sí todo un bipolar! Él mismo estaba enterado de eso. Paró un taxi que pasaba aún entre risas y se subió a él, deseando llegar pronto a casa. Tal vez ahora estaba herido, pero ni ese mandito, ni su madre, ni siquiera el Papa en persona, podrían venir a decirle “Maricón”.

Porque Deidara estaba segurísimo de algo, y eso era que: ¡Gay y Maricón no eran lo mismo, y él era orgullosamente gay!

—Jah, maldito Itachi’hmn, ojalá y le den por el culo. 

Notas finales:

Ahora, pueden decir lo que gusten, aunque preferiría que se evitara el uso de insultos, por lo menos los que se oyen feo. :O


Bueno si alguien bueno y bondadoso, tan sólo por curiosidad se ha pasado por mi perfil, los fics que dejé en proceso los iré subiendo de a poco. Tengo que darles una última revisadita para quedar conforme con lo que está ahí, pero por ahora el tiempo me queda corto. 


Sin más, ni más espero por lo menos hayan pasado un momento grato. (:


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