Sweet Sixteen Moony. por YuixWeasley

-¡Despierta Lunático, te atrapará la luna llena y tu seguirás ahí! –Exclamo Cornamenta de mala gana, lanzando una almohada a la cama del castaño, la cual resbalo por las cortinas y rodó hasta el piso. 

-No jodas Cornamenta, aun es de madrugada… -Lo interceptó Canuto apareciendo desde su cama.

-Oh Chicos… -Gimoteó el pequeño Peter, sentándose en su cama, tallándose un ojo y mirando por el hueco de sus cortinas. Para luego desperezarse y correr hacia la cama de Lunático, como si de un momento a otro se le hubiese encendido fuego en el trasero. -¡Remus, Remus! –Chilló saltando sobre la cama de este.- ¡Despierta Remus! ¿Acaso no sabes que día es hoy? 

-¿Día de colgar a Snape como saco de boxeo? –Bromeo James lanzando unos puños, siendo coreado por Sirius quien lanzo una carcajada desde su cama.

-No… -Colagusano hizo una mueca, mientras el aludido seguía durmiendo imperturbable. -¡Es el cumpleaños de Remus, chicos! Llevo semanas esperando este día, mamá ya debe haber enviado su regalo, llegará por lechuza a la hora del desayuno, lo compré en vacaciones y… 

-Eso fue hace MUCHO tiempo –Gruñó Sirius, pasándose una mano por el cabello enmarañado. 

-Cuando lo vi pensé de inmediato en Remus, pero chicos el suyo también lo tengo comprado desde hace mucho, gasté todos mis ahorros en el de James –Sonrío enormemente, mirando a Potter con sus pequeños ojos cargados de emoción.

-Soy más viejo… debo… descansar más… -Musitó Lunático, escondiendo la cabeza bajo la almohada.

Los chicos rieron fuertemente y es que no tenían que mantener silencio al ser los únicos ocupantes de ese cuarto en la torre de Gryffindor. Al cabo de unos segundos, James y Peter estaban sobre Remus, quien intentaba abrir los ojos con más dificultad de la normal. Sirius mientras tanto, se vestía en silencio para luego dejar una nota junto a su almohada y salir del cuarto sin decir nada, con ambas manos en los bolsillos.

-¡S-si-SIRIUS! ¿Dónde vas? –Colagusano se estrello contra el piso al tropezarse con su propio pijama, en el intento de atrapar al Black. –Íbamos a ir TODOS –Alzo la voz en dirección a la puerta con esta última palabra, levantándose del suelo con un salto – a Hogsmeade ¿¿Recuerdaaaas?? 

Sus pequeños pies estaban a punto de despegarse del suelo por lo hinchado que tenía el pecho, lleno de ¿Orgullo? Y alegría al ser parte de los “Merodeadores” Y poder contarse como uno de ellos después de algunos años siguiéndolos. Además, se recordaba que era parte de ellos, bueno a los demás también cada cierta cantidad de minutos. 

-Déjalo Colagusano, Sirius debe haber ido a ligar con alguna chica o algo así… -Dijo James, levantándose de la cama del castaño quien ya no dormía, si no que se mantenía pegado a su almohada, mirando a la pared y sin moverse. Para dirigirse a su baúl en busca de ropa. 

-Pero… Remus está de cumpleaños y… 

-No importa Peter –Lunático se sentó en su cama como un resorte, con una calmada y fingida sonrisa en el rostro. 

-Pero, Remus…

-NO.IMPORTA.PETER. –Medio gruñó, delineando y afilando cada palabra.



-Buenos días cumpleañeeero –Saludó una pelirroja entrando tranquilamente al cuarto de los chicos, con un paquete entre los brazos. 

-Yo soy tu novio Lily… -Gimió James, cruzándose de brazos en un puchero.

La chica lo ignoró monumentalmente corriendo hacia el camarote de Remus, abrazándole o mejor dicho, ahogándole con sus pechos bastante desarrollados para sus 16 años, luego le entrego su regalo y corrió hacia donde su novio, quien la recibió con un beso húmedo y ella con un zape en la nuca. “Comedor” Logró oír antes de que la puerta se cerrara a las espaldas de estos.

-¡Hasta pronto Remus! –Chilló Peter, corriendo detrás de la pareja y dejándole solo en la habitación.




-Lo olvidó… -Gimió Lunático, volteándose hacia la pared.

Y, no es que le importe una fecha tan banal y pasajera como un cumpleaños. Al contrario, para alguien maduro como él, esas fechas dejaron de ser importantes cuando creció, ósea, al recibir su carta de Hogwarts.
El punto es que realmente esperaba algo de reconocimiento de parte del que había tomado su virginidad de allá atrás.
Y tampoco lo pedía como una novia le exige a su novio alguna joya por que está de cumpleaños. Ya que en realidad ellos no eran nada. Solo amigos, buenos amigos. Aunque obviamente Sirius y por que no, todo Hogwarts y el resto del mundo sabía que Remus estaba colgadísimo de Sirius Black. Y por que no decirlo, de su polla también.
Volviendo al punto, lo que Remus realmente esperaba, era como “Algo a cambio”. Ya que después de todo, él había planeado y armado la fiesta de los 16 de Canuto, la cual se había dado en la sala común de Gryffindor. Un fieston del recuerdo y un castigo igual. Pero no le importo echarse toda la culpa y limpiar las mazmorras por un mes. Tampoco le importaron sus manos o sus rodillas que quedaron deplorables luego del castigo, limpiando como muggle o squib todas las putas noches. 
Había logrado hacer feliz a Sirius, y vaya que había quedado feliz, esa misma noche se había metido a su camarote, mucha cerveza de mantequilla quizás y ambos habían perdido la virginidad. Aunque quien más sintió la pérdida fue Remus, mejor dicho, el culo de Remus, ya que las pollas Black están muy bien catalogadas en todo el mundo mágico (Y en el futuro, también en el muggle) 

Se talló un ojo y se levanto de un salto, vistiéndose con la mirada pegada a los ventanales, listo para tirarse al lago y ser comida de calamar. 

Pero antes de salir de la habitación, volteo hacia el vacío camarote de Canuto, notando punta sobresaliente de un trozo de pergamino cerca de la almohada. 
Se acerco con la mirada pegada en la puerta y tomó el pergamino rápidamente, escondiéndolo en la manga de su tunica y arrinconándose contra la ventana para leerlo.

Ven al lago, curioso.
Canuto.

Eran todas las palabras del trozo de pergamino. Vaya, que expresivo, pensó con sarcasmo, soltando el pergamino que en unos segundo se autocombustionó. Pero aun así, se sonrió y bajo corriendo las escaleras, al cabo de unos minutos y algunas caídas mezcladas con empujones, estaba rodeando el lago, buscándolo con la mirada. 

Pero mirara donde fuera, no lo encontró, sólo vio unos cuantos tentáculos del calamar y sería. Cuando se disponía a girar sobre sus talones para volver al castillo y encerrarse en la joroba de la bruja del 3er piso a comer chocolates, vio unos matorrales moviéndose (MAAAGIA okno) y la cola de un perro, peluda. Negra y gruesa. Sonrió para sí y corrió hacia allá.

-Creí que no vendrías, pero la curiosidad mató al lobito… -Sonrió Canuto, incorporándose, acomodándose la ropa y caminando luego hacia Lunático quien lo miraba de reojo. 

-¿Y bien…? –Fue lo único que salió de sus labios.

-Hemm… -Canuto se revolvió el cabello, Remus le miraba critico con los brazos fuertemente cruzados en su regazo. –Mira, sé que cumples años y eso… -Hizo unas comillas con las manos y lanzo una carcajada seca.- No creí que te importara ¿Bien? Y… no te compré nada por que, la última vez que fui a casa pelee con papá y estoy más pobre que un elfo –Añadió vaciándose los bolsillos y mostrando una tarjeta coleccionable de algún mago desconocido, aunque no tanto por que salió en las ranas de chocolate, 2 knut y una boba fétida. La mirada de Remus seguía impenetrable. -¿Qué pasa? ¡¡Dime algo!! –Pidió, echo un manojo de nervios.

-No me importan las fechas y no me importan los regalos, es sólo que… -Su voz se transformó en un susurro. –Creí que mínimo me darías un Feliz cumpleaños, pero resulta que te importo menos que un Hufflepuff. –Se volteó para limpiar una lágrima acusadora que estaba a punto de rodar.

-Moony… sabes que me importas… -Tragó saliva, acercándose más. 

-Tú sabes que me gustas, deberías ser más considerado. –Acusó el castaño, volteando con furia sus ojos, ahora rojos por las lágrimas retenidas.

-Moony… yo…

-¿Qué? ¿Acaso no lo sabías? Pfft, Te cuento Sirius Black. –El índice de Lunático se clavaba violentamente en el pecho del moreno, quien dio un paso hacia atrás pero finalmente se detuvo con los ojos como platos.- TODO. HOGWARTS. LO. SABE. -Cada golpe con su índice iba más fuerte – PERO. CLARO. AL. SEÑOR. IMPORTANTE. SOLO. LE. Importa él… 

Su ataque de ira reprimido fue interrumpido por un par de labios ubicados bajo un pequeño bigote recién brotando de la piel morena. Labios suaves y delgados, pero extrañamente experimentados y familiares, aunque en los recuerdos de Remus los labios apuntaban a otras partes de su cuerpo. El recuerdo de esto, más el beso sorpresa le hicieron sonrojarse violentamente, y lo único que atinó a hacer fue abrir la boca torpemente dándole paso a la lengua exploradora. Cerro los ojos, pasando una mano por la nuca de Canuto, mientras su cintura era capturada por los musculosos brazos de Bateador del moreno.

-Lo estaba pensando y… -Jadeo Canuto, recuperando el aire una vez sus labios le fueron devueltos. 

-¿Y? –El nudo en el estomago del castaño era enorme.

-Me preguntaba si…

-¿Si qué? 

-Remus Jhon Lupin. ¿Quieres ser mi novio… oficialmente? –Sonrió con su mejor cara de galán, antes de comerle los labios nuevamente. 

-¡Creí que no me lo dirías! –Exclamó Lunático, besándole como respuesta, sin notar la cara de póquer de este. 

-Feliz cumpleaños… -Murmuró Canuto al oído de Lunático, para luego volver a hacer suyos esos labios. 




Y es que apenas cumplo dieciséis años y ya tengo de novio al tipo más sexy y soñado de toda Inglaterra, los mejores amigos del mundo entero y los mejores TIMOS de mi generación.