Ahí estaba yo, con el tío más guapo al que he conocido detrás de mí intentando desnudarme. ¿Debería estar feliz? ¡No, no y no! ¡Maldita sea! ¡Yo no soy de esos! ¡No me iba a dejar hacer por un idiota que saltaba de cama en cama cada noche!
-Akira, aparta-lo empujé
-¿Qué te pasa?-
El timbre sonó. Mi salvación...
-Ahí está la pizza-salí disparado de la habitación
Recogí el pedido y lo llevé al salón, donde Akira se había tumbado en mi sofá, como si fuera una estrella porno esperando a la actriz principal.
-No era necesario que pidieras nada de comer, a mí me valía contigo...-de nuevo esa sonrisa, empezaba a odiarla de verdad
-Si no quieres no comas, ya sabes dónde está la puerta, puedes irte cuando quieras...-
Regresé a mi cuarto y esta vez puse el pestillo antes de cambiarme. Esperaba que se hubiera ido al ver que no pensaba acostarme con él, pero no lo hizo. Seguía ahí. Había cortado la pizza tranquilamente y me mirada, ofreciéndome un pedazo, que por supuesto tomé, ¡la había pagado yo!
-Estaba buena...-murmuré, cuando ya había comido dos pedazos
-Tú sí que estás bueno-sonrió
-Akira...que no vas a conseguir nada, que lo dejes ya-
-Oh, vamos... Pero si está claro que te pongo muchísimo-
-No es cierto-
-¿Seguro?-se levantó del sofá
-Seguro-pensé que por fin se iría
Pero una vez más, me equivoqué. Se quitó la camiseta y pude ver que estaba tan bueno como parecía con ella, o incluso más.
-¿Sigues estando seguro?-
-Sí-quería ver hasta dónde podía llegar
Se bajó los pantalones...y la ropa interior. Desvié la mirada.
-Vamos, mira sin miedo, ¿es lo que quieres, verdad?-
-Tápate-
-No lo haré-se sentó en el sofá de nuevo-Me quedaré así todo el tiempo...Ahora, dime, ¿qué harás?-
-Pues voy a dormir, tengo sueño-
Entré en mi cuarto y me tumbé en la cama, ya se largaría...
-Oye Yuu...-lo sentí sentarse a mi lado-¿Cuánto llevas sin sexo?-
-No te importa-me di la vuelta
-¿Eres virgen?-
-No...-
-¿Tu último novio te dejó?-
-Eso es indiferente-
-Vaya...-se tumbó a mi lado, sin meterse bajo las mantas, y me abrazó-Lo siento-
-No me conoces, no tienes por qué sentirlo-
-Sí te conozco, te he visto en mis sueños-me susurró
-No hagas eso...-
-¿Te sientes incómodo cuando estoy así de cerca?-
-No, me siento incómodo cuando estás desnudo en mi cama y yo no quiero nada contigo-
-¿Por qué te niegas tanto a ello? Te gusto, me gustas, solo será sexo, no voy a ser tu novio ni nada por el estilo. Nadie te hará daño-metió su mano por debajo de las sábanas y buscó la mía-Te vendría bien disfrutar un poco de la vida...-
-Tú no tienes ni idea de si lo hago-
-Sí que lo sé, cariño...-me besó en la mejilla
Ya estaba, no le hizo falta decir nada más... Quizá tenía razón, después de todo... Juntó sus labios con los míos. Nunca me habían dado un beso así... Se le daba realmente bien...
Se tomó la libertad de destaparme y ponerse del todo sobre mí. Sonrió, esta vez de manera más amable, y me besó otra vez, de manera fugaz. Luego desabrochó mi pijama y lo retiró sin demasiada dificultad.
-Eres muy hermoso-me susurró, y comenzó a acariciar mi pecho, lo cual hizo que me estremeciera-Y muy sensible...-
-O tú muy...brusco...ah...-gemí de manera aguda cuando atrapó uno de mis pezones entre sus dientes-No...ah...-
Me estaba gustando, me estaba gustando mucho. Eso no era bueno. Se detuvo un rato acariciando con su lengua esa parte tan sensible de mí, mientras con sus manos acariciaba mis costados de manera sensual.
Apartó su boca cuando estuvo satisfecho con su trabajo y comenzó a bajar hasta mi ombligo, donde se detuvo un momento.
-Ah...me haces...cosquillas-
Alzó su cabeza para mirarme tan solo un momento antes de bajar hasta el borde de mi pantalón. Me lo quitó con sus dientes y me pareció rematadamente sexy. Ya estaba desnudo frente a él, pero no me sentía para nada incómodo.
-Abre las piernas, te haré sentir bien...-
Obedecí, estaba como en trance, me había dejado sin ideas, sin ganas de resistirme, solo quería tenerlo dentro. Pero todo me comenzó a dar vueltas cuando introdujo mi miembro en su boca. Era tan cálida, tan húmeda, tan... Supongo que algo así es lo que se siente cuando lo haces con una mujer.
Subía y bajaba cada vez más deprisa. No quería montar ningún número, así que me aferré a las sábanas y mordí mi labio inferior con fuerza para no gritar cuando finalmente me corrí en su boca.
Los siguientes minutos apenas los recuerdo, se me nubló la vista y cerré los ojos, me sentía agotado. Solo oía la voz de Akira sobre mí, susurrándome quién sabe qué cosas al oído. Cuando el efecto por mi tan reciente orgasmo cesó, me vi desesperado por más.
-Akira...Akira...-me puse sobre él esta vez-Necesito más...-jadeé sobre sus labios
-¿Ah, sí?-
-Sí...-lo besé con ansias, prácticamente lo devoré-Dame duro, Akira, lo necesito...-me moví sobre él, lo cual provocó un roce que me excitó de nuevo-Ah...-
-Bien, veo que ya no puedes aguantar más-me ayudó a levantar mi cadera-Ya sabes lo que tienes que hacer-
¡Por supuesto que lo sabía! Me senté sobre su miembro y me dejé caer, despacio...
-Ahh...-me quejé, esto dolía un poco, pero sabía que se me pasaría
-Relájate-me aconsejó Akira-Déjame ayudarte...-llevó su mano a mi miembro y comenzó a masturbarme-¿Mejor?-
-Sí...-
-Bien...ahora, cabálgame-
Apoyé mis manos en su pecho y comencé a moverme de arriba abajo.
-Ah...-gemí de manera queda-Akira...-me moví en círculos
Reita aferró sus manos a mis caderas y comenzó a moverme cada vez más rápido.
-¡Aaaah!-
Arqueé mi espalda para moverme con más libertad, en un desesperado intento por prolongar el placer.
-Ah...Aki...Akira...más...ahh...-
Cada vez llegaba más profundo, cada vez más placer, más, más...
Pero mi cuerpo tenía un límite, y me corrí por segunda vez en unos minutos. Poco después lo sentí venirse en mi interior, llenándome por completo. Me dejé caer sobre él, con su miembro aún dentro de mí. No recuerdo nada más. Me quedé totalmente dormido...
A la mañana siguiente, sendos martillazos en mi cabeza me despertaron.
Mierda, no debí haber bebido ese último trago... De repente todo lo ocurrido la noche anterior se me vino a la mente. ¡Me había acostado con un total desconocido y ni siquiera había utilizado protección! Me giré en la cama, él aún estaba ahí, a diferencia de lo que yo pensaba que haría, se había quedado...
Se desperezó en la cama y me miró:
-Ey, Yuu...-suspiró-¿Por qué tienes esa cara?-se aferró a mi cintura y me besó-¿Quieres repetir?-
-¡Claro que no! ¿Pero como he podido hacer esto?-me llevé una mano al rostro-¿Qué demonios me ha pasado?-