N y M
Naomi volvía del trabajo algo cansada, con su uniforme de la policía de la sección especial, que era negro y con muchos accesorios.
Cuando llego a la puerta de su departamento sonrío al escuchar la vocecita de ese ser que tanto la enamoraba cantando una canción conocida.
Abrió la puerta y su sonrisa se agrando mas al ver que su novia estaba mas hermosa que de costumbre.
Miku la recibió con un enorme abrazo que consistía en un beso apasionado… la bella morocha, que era menor que ella, tenia puesto ese vestido que tanto le gustaba a su pareja. Como una modelo, desfilo para su amada por el pasillo de la sala mientras recibía la mirada lujuriosa de la otra y sonreía por demás viendo que lo que hacia estaba llegando al punto que quería.
Cenaron tranquilamente y hablaron del día de ambas, reían por las tonterías que le contaba Naomi que hizo con Yuu cuando atraparon a alguien en la calle y su mujer lo perseguía con un palo de amasar por toda la avenida. Anécdotas que una tiene en su vida de trabajo.
Para su desgracia no trabajaban juntas, ya que Miku tenía otra sección designada y Naomi, por su edad y rango, no podía cambiar su turno. Pero las noches eran exclusivamente para ellas.
Al terminar la cena Naomi fue a sacarse su uniforme. Mientras se miraba al espejo, soltó su largo cabello que era sujeto con una cola alta y lo sacudió de un lado a otro como descargando su pesado día. Desabrocho los tres primeros botones de su camisa negra y se quito el chaleco, dejando a la vista el principio de su pecho bien formado, mientras sacaba del pantalón su placa, su arma y la camisa que tenia por debajo de este, Miku entro el en cuarto y apago la luz.
Ante el regaño de su novia la menor se le acerco sigilosamente abrazándola por detrás y tomándola de la cintura. Naomi seguía mirando el espejo y noto que su respiración empezaba a tomar volumen cuando la otra morocha dejaba al descubierto todo su torso, ya que le quito la camisa por completo.
Las manos delicadas de Miku paseaban libremente por la parte superior de su anatomía dejando que su piel se erizara y suspirara con deseo. Miku no dejaba de repetir en su oído lo hermosa que era y que quería amarla esa noche, lo cual Naomi no se negó.
En un movimiento ágil, Naomi, sentó a Miku en la mesada de su cómoda en la cual estaba el gran espejo. La menor rodeo la cintura de su novia con ambas piernas atrayéndola hacia ella con mas fuerza, lo cual sorprendió a la otra, jamás había sido tan lujuriosa y lo confirmo con los dulces suspiros que llegaban a su oído mientras Miku lo seducía con besos y caricias tanto a el como a su cuello.
El vestido negro de Miku no fue impedimento para las caricias de Naomi ya que quedo todo reducido en su pequeña cintura.
Miku era perfecta, y era mas perfecta desnuda ente los ojos de su amada. Entre gemidos, palabras llenas de deseo, mordidas, lambidas y todo lo que se pueda imaginar, Naomi amaba a su mujer.
Fue indescriptible el momento en el cual la propia Miku conducía el rostro de su novia a su intimidad, pidiendo a gritos ahogados que era lo que quería.
Naomi correspondió, correspondió a tan hermoso pedido… amo cada suspiro y gemido de su novia en ese momento y como su pequeño cuerpo era victima de los espasmos de placer cuando introducía sus largos dedos en ella, como con cada movimiento la morocha a su merced arañaba el mueble, se mordía los labios o simplemente gritaba su nombre seguido de otra suplica de mas.
En un acto desesperado Miku atrajo a Naomi hacia su rostro y la beso con locura, gimiendo en sus propios labios que ya no daba mas… a lo cual Naomi aumento el ritmo de sus manos en esa ya tan deseable zona, sus cuerpos estaban perlados en ese sudor delicioso y sus rostros desencajados de placer.
Fue el grito mas hermoso del mundo el que dio Miku mientras arañaba la espalda de su amada y mordía su cuello después.
Fue el placer el nuevo visitante en ese cuarto en penumbras, un visitante que no quería irse. Ya que la menor después de semejante acto aun quería mas y con la excusa de que su novia aun estaba vestida la invito denuevo a ese placer infinito….
Al cual Naomi no podía negarse…
Ambas terminaron en la enorme cama, pero esta vez era Miku quien tomaba las riendas.
Desnudo a su novia lo más rápido que pudo y mientras la besaba llevo sus manos hacia esa zona tan deseable.
Naomi se retorcía de placer dando los mejores suspiros y gemidos a su novia quien era despiadadamente sensual en ese acto.
Mientras sus dedos entraban y salían de ella en un vaivén exquisito, besaba con desesperación el cuello y el pecho de Naomi.
No dejando de lado las hermosas palabras y preguntas que le hacia a su novia mientras seductoramente restregaba su cuerpo con el de ella, le encantaba tener a la mayor así… tan vulnerable a sus encantos.
No faltaba mucho para que Naomi entrara en un estado de locura, su novia era en extremo deseable y torturadora ya que cuando veía que el orgasmo llegaba retiraba sus dedos de su interior y los lamia delante de sus ojos tan sensual que no hacia falta que la tocara mas, con solo verla podía haber acabado. Pero no, Miku era quien tomaba la decisión de ello.
Y así fue que después de una tortura de casi 2 horas, Naomi termino siendo sometida a los juegos sexuales de Miku, y acabo totalmente llena de pasión y ardiendo como si tuviera fiebre.
Aun respirando con dificultad abrazo a su mujer y la beso con dulzura.
“Gracias por esta noche maravillosa” le dijo la menor en su oído
“Gracias por dejarme amarte mi amor”
Miku era perfecta, pero había algo que Naomi tenia que ella no comprendía.
Podía ser la mujer mas fría del mundo, pero cuando se amaban y eran ellas dos en esas cuatro paredes, era lo mas hermoso, tierno y especial del mundo.
Fin