Habíamos organizado el cumpleaños de un amigo en una casa. Estábamos esperando a que comiencen a llegar los invitados, cuando te ví...
De entre toda la gente, mis ojos se posaron en tí... y no pude apartar la mirada...
Estabas parada cerca de la puerta pareciera que tenías ganas de salir corriendo del lugar, debías ser alguna conocida que vino con una amiga mía, no sé, pero nunca antes te había visto... Todos conversaban, me hablaban, yo escuchaba y contestaba como si nada pasara.
Estabas a poca distancia mía, así que aproveché para mirarte de pies a cabeza y me detuve en tu rostro... tu pelo, tus mejillas, tu cuello, tu boca... tus ojos. Sí, la clase de chica que me gusta. Sostuve la mirada esperando a que te sintieras incómoda para ver tu reacción... te encontraste con mi mirada y pude observar cómo abrías grandes los ojos para luego mirar al piso unos segundos, mirarme de nuevo e inmediatamente mirar cómo conversaban unas chicas al lado tuyo. No pude evitar sonreír, eras tan divertida... seguí mirandote a los ojos con una mueca burlona en mi cara, mientras veía cómo escuchabas, aparentemente, interesadísima lo que hablaban tus amigas, volviste a mirarme para encontrarte de nuevo con mis ojos ¿pensabas que iba a desviar la mirada?, me miraste un rato más con el seño medio fruncido y al instante comenzaste a mirar alrededor tuyo, al techo, al piso... En ese momento lo supe, no ibas a contarle de eso a tus amigas...
Una de mis amigas le hizo señas a la chica que estaba al lado tuyo para que se acercaran; comenzaron a presentarse y saludar a todo mi grupo. Cuando llegaste hasta donde estaba yo, me dijiste "hola" sin mirarme a los ojos y te disponías a continuar con las presentaciones (varias veces me han acusado de ser una persona insoportablemente fastidiosa cuando tengo ganas, y no iba a hacer una excepción en un momento así!), me apuré a agarrarte del brazo disimuladamente para que no te vayas y te puse la mejilla para que me saludes como es debido, tal y como pensé no eras como la mayoría de las chicas odiosas que estaban en esa fiesta, e iba a ser muy descortéz dejarme con la mejilla puesta cuando yo intentaba saludarte amablemente... acercaste la cara para saludarme pero cuando estabas casi apoyando tu mejilla sobre la mía moví un poco mi cara para darte un beso en la comisura de los labios. Me enderecé nuevamente pero vos te quedaste ahí parada mirándome, te devolví la mirada y sonreí un poco mientras levantaba una ceja, pude ver perfectamente cómo tus orejas se ponían muy coloradas y mirabas rápidamente al piso mientras te alejabas para terminar de saludar a todo el mundo.
Continué conversando con mis amigas y les pregunté de dónde conocían a esa chica, pero ninguna sabía nada. Evidentemente habías venido con una conocida de mi amiga pero a demás de tu acompañante no conocías a nadie más en ese lugar... aunque ya me parecía que era así cuando ví tu cara al entrar a la casa, ahora estaba segura.
Comenzaron a apagar algunas luces y a subir el volumen de la música. Habíamos comprado solamente cerveza y gaseosa, pero cerca de ahí había una estación de servicio si alguien deseaba tomar algo más.
Te buscaba con la mirada entre la gente que bailaba y estorbaba parada en medio de la sala pero no te veía, así que fui a dar una vuelta con la excusa de saludar gente hasta que al fin te ví sentada en la mesa, sola, con el celular en la mano; definitivamente no conocías a nadie en ese lugar y quién sabe a donde se había ido tu amiga... Fui hasta la cocina agarré dos vasos grandes y me acerqué cariñosamente a uno de mis amigos para que se apiadara de mí y me convidara un poco de ese delicioso gancia con limón que estaba preparando en un valde.
Me dirijí a la mesa, apoyé los vasos y me senté al lado tuyo. Todo el mundo estaba muy ocupado bailando, conversando y tomando como para darse cuenta de las aburridas personas que estaban sentadas aisladas del mundo. Apartaste la mirada de tu celular para ver quién se había sentado a tu lado, me miraste con ojos abiertos y volviste a mirar tu celular; casi puedo adividar lo que habrás pensado "¿¿qué hace aquí esta chica??", no podía verte bien por la falta de luz pero podría apostar a que tus orejas estaban nuevamente coloradas. Es cierto, me aproveché descaradamente de tu obvia desventaja porque estabas ahí sola e indefenza, ddisfrutaba plenamente de ver tu cara obviamente incómoda y molesta. Tapé la pantalla de tu celular para que lo dejaras sobre la mesa, ignoré tu cara de profundo fastidio y me acerqué un poco para preguntarte a dónde estaba tu amiga.
- Un chico la sacó a bailar- me contestaste mientras mirabas al piso, incómoda.
- Y vos por qué no fuiste- ya sabía la respuesta.
- No me gustan mucho las fiestas...-
Le acerqué el vaso de Gancia para que tome.
- No suelo tomar...- me dijiste mientras arugabas tu pollera apretandola con tus manos fuertemente cerradas sobre tu regazo.
- Es Gancia, es rico, te va a gustar y no es una bebida muy fuerte! Probalo.- Le acerqué un poco más el vaso mientras le regalaba una sonrisa, era obvio que no eras una chica que salía a fiestas y probablemente jamás habías bebido. Me sonreíste tímidamente y agarraste el vaso. No puse evitar quedar mirando tu cara... no podía creer que fueras tan vergonzosa e inocente, me moría de ternura. Te tomaste medio vaso de Gancia de una sola sentada, y pude sospechar que a ese rítmo el alcohol te iba a afectar fácilmente, decidí aprovecharme por segunda vez y conversamos de cualquier cosa superficial mientras terminabas de tomar el gancia.
- Uhm.. ¿estás aburrida?- le dije.
- Un poco...-
- Bueno, vamos! Acompañame hasta la estacion de servicio para que compremos algo para tomar, no quiero cerveza...-
La saqué de la casa y fuimos caminando hasta la estación, la noche estaba hermosa.
- Tienes novio?- le pregunté, sospechando la respuesta.
- No... vos?- me contestó.
- Jaja, no...- le dije, sumida en mis perversos pensamientos- ¿alguna vez tuviste novio?
- Sí... uno, hace mucho.. pero nada serio.-
Estaba segura de la clase de persona que eras, tu vergüenza e inocencia iba quedando en evidencia aún más con cada palabra que decías. Eras una nena... si fueras un color, seguramente hubieses sido blanco, fácilmente te tiñes de cualquier otro color.