Capitulo 12: Un muy esperado encuentro
Los árboles de cereso estaban floreciendo al fin, los bellos pétalos rosados volaban de aquí para allá, era un bello espectáculo ante sus ojos amatistas. Sonríe de la manera mas pura que conoce, encamina sus pasos hacia un banco y se sienta en el. Dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario. Todo el tiempo del mundo, era poco para él. si se trataba de ese ser tan especial, el tiempo que pasara no era nada.
- Aquí estoy, te esperó bajo los pétalos del cereso...-dice aquel chico de ojos amatistas- ...te esperó...
Los pequeños pétalos del cereso volaban por el cielo azul. Perdiéndose en la inmensidad del mismo, el tiempo comienza a correr lentamente. El tic-tac del reloj ese único día se hizo mas lento, mucha mas lento. Mientras aquel joven esperaba y esperaba. el viento susurraba por la suerte del chico y las nubes se escondían del sol para dejar el camino iluminado. Solo bastaba esperar.
-Atem- fue lo susurrado por aquel chico mientras enfocaba el cielo azul que se extendía encima de el.
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-"Las hojas pintadas de rosado, bajo un cielo azul, en el infinito paisaje del olvido…. Un pedazo de paraíso vuelto realidad, en el puente sobre la fuente de cristal… crece un lirio….el cual espera al rey de los desiertos… para ser llevada junto con el…”…-Repite ese acertijo por 5ta vez, mira el tv y ve que solo le quidaba una hora con 30 minutos. Había perdido media hora. resopló molesto, puso sus manos en sus cabellos tricolores y los revuelve con fuerza esperando que una idea surgiera de la nada.
-¿Por que justamente ahora no puedo pensar claro?- se pregunta- ¡¡maldita sea mi suerte!!
Se sienta en un sófa con su cabeza baja mirando el suelo con sus manos aun revolviendo sus cabellos. En un momento alza la vista y ve una foto en uno de los anaqueles de antigua tienda. Era la foto de un parque que estaba rodeado hasta el tope de árboles de ceresos y justamente en esta fecha del año florecián. Y si su memoria no le fallaba en ese parque Había un pequeño puente rojo encima de un pequeño rio cristalino.
-¡¡¡El parque de los ceresos!!!-Exclama mientra se levanta de su asiente de una- ¿¿¡¡Como no lo pense antes!!??
Tan rápido como sus piernas se lo permiten sale corriendo de la casa-tienda, en dirección hacia el parque de los ceresos, corría como un alma llevada por el mismo diablo. Le quedaba muy poco tiempo solo reazaba para que el no se hubiese ido ya. En su mente solo un pensamiento pre-dominaba. Volver a ver. estar con el hasta el último día de su vida, su amor eterno.
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El peli-ceniza mayor esperaba a su contra-parte afuera de una tienda de viveres, tenia sus audifonos puestos. Distraido totalmente. desconectado del mundo exterior. Pero abruptamente fue sacado de su mund, cuando alguien choco con el de una manera de por lo de más violenta, cayo de plano en el suelo. Golpeando su cabeza en el impacto, frunciendo su seño en señal de enojo miro a la persona con quien choco. mucha fue su sorpresa al ver quien era.
-¡Faraón!-grita mirándolo incredulo- pero...pero...¿¿¿¡¡¡pero que haces chocando asi con la gente!!!???
-¡No tengo tiempo de explicar marik, nos vemos!- dice solamente, se levanta y sale corriendo otra vez.
-¿Y... a este que le pico?-susurra mientra lo ve correr. Se levanta del piso frotando su cabeza con su mano, en eso sale su luz de la tienda mirándolo preocupado.
-¿¡Marik, estas bien!?-pregunta el pequeño de ojos morado opaco preocupado
-Si, si hikari...-dice el moreno mientra trata de tranquilizarlo- un desquisiado choco conmigo- explica con una sonrisa- vamos a casa ¿si?..
-Ok..-se le acerca y plata un beso en mejilla, toma la mano de su oscuridad y se van caminando de allí
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Ryou se encontraba cargando una gran bolsa de viveres en sus manos, a su lado ayudándolo estaba el viejo ladrón. ambos camiban en las calles tranquilamente, sin molestar a nadie. Pero como el destino es cruel (y yo también) de un momento a otro, ambos recíben un fuerte impacto debido a que alguien estaba corriendo como desquisiado choco de lleno frente a ellos. quien ocaciono el choque no se cayo. Pero no se podía decir lo mismo de los pobres alvinos que ahora estaba en suelo. Con todo el contenido de las bolsas que carganban haces unos momentos encimas de ellos.
-¡Hey!- grita el ladrón mirando la persona que había ocacionado el choque correr lejos de la escena- ¡¡Ven aquí!!- y lo reconce por la espalda, era nada mas ni nada menos el faraón- ¡¡¡AAAGH TENIAS QUE SER TU MALDITO FARAÓN DE 5TA!!!
-¡¡LO SIENTO, LUEGO DISCUTIMOS ASUNTOS!!- grita el faraón mientras se va corriendo
-Bakura- llama el menor mientra ve al ladrón de manera sorprendida- t-tu pelo...
-¿eh?- mira a su luz- ¿que pasa con el?-se pone una mano en la cabeza y siente algo humedo alli, mira bien y ve que dos llemas de huevo junto a su cascaron estaban posadas en su cabello blanco- .......................................
- ¿Bakura?- llama con cierto temor el menor de los alvinos
-¡TE MALDIGO FARAÓN, ME LAS VAS A PAGAR!!-grita el ladrón endemoniado
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Después de otros 15 choques iguales, el faraón llega al parque de los ceresos. camino por el camino de los árboles. Los pétalos rosados pasaban por alrededor de su rostro, buscaba con su mirada lña melena tricolor de su amado aibou. encamono sus pasos hacia el pequeño puente rojo del parque, corrío hasta el y se puso jsuto en medio. con su mirada recorrío lentamente cada centimetro del lugar.
-Con que ya has llegado..- dice una voz que el conocía mejor que nadie, se da la vuelta, justo detras de el estaba su mas amado tesoro- sabía que vendrías...
-Yugi..._fue lo único que pudo decir. su Amado Aibou había crecido unos cuantos centimetros, era de su altura practicamente, sus cabellos estaban mas largos y sus ojos algos mas finos. Pero aun era su pequeño niño, su amado niño-.....¡AIBOU!..
Se lanzo a sus brazos de manera desesperada, lo abrazo lo mas fuerte que pudo, por fin después de tanto acetijo y pruebas ahí estaba su premio. Su aibou, el amor de su vida. no podia ser mas feliz. sin espera a que su niño hablara. Le planta un beso en los labios de la manera mas apacionada que conocía.
Al por fin separarse. El faraón solo pudo decir dos simples cosas mientras miraba los ojos de niño no tan pequeño.
-Te amo- fue lo primero que susurro- te encontre... te encontre y jamás te dejare ir de nuevo...-susurra y vuelve a besar nuevamente sus labios.
-Y yo no me ire de nuevo...-susurra después de separarse nuevamente el no tan pequeño de ojos amatistas- esa soledad que me invadía antes, ha desaparecido...-los brazos del ya no tan pequeño abrazan al antiguo faraón- estaré contigo hasta el final...-cierra sus ojos y hunde su rostro en el pecho de su oscuridad
-"Después tanto tiempo, de tanta soledad, de tanta tristeza... Por fin te he encontrado"
Fin.