“Siempre amigos…”
Cuando tenía quince conocí a Alex, el chico nuevo. Pasaron tres años y somos como hermanos, con el pequeño problema que me gusta mucho. Muchísimo pero no se lo puedo decir… el muy tarado es hetero y tiene novia cada fin de semana.
Alex conoció a Tess, la pinky bruja. Luego a Kate, luego a Mary… Andrea, Kathleen, Eva, Vanessa… la lista era larga.
Seguido me sentía dolido porque Alex no se diera cuenta de lo que sentía por él, decidí simplemente no amarrarme a nadie. O sea, no tomarme en serio a nadie. Y ya. Estaba desilusionado de todo…
Me fue bien con ese jueguito, terminamos el instituto y entramos a la universidad. Ahí había muchos chicos, de todas formas… tan pero tan buenos que me encantaba el hecho de que las miradas que les regalaba me eran devueltas.
Cuando Alex terminó con Tess, no le pregunte nada al respecto. Me dolía mucho pensar en él, a pesar de que había pasado bastante tiempo… no lograba sacármelo de la cabeza. Estuve con muchos chicos y una que otra chica… “Uno por cada día” bromeaba su ex, bromita que odiaba, por cierto.
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-¿Estas libre el fin de semana? –me pregunto cuando estaba mirando atentamente a un rubio que parecía ser fisiculturista. – ¡Eh!
-¿Qué decías? –
-Que si el fin de semana estas libre. –repitió.
-Creo, aún no me han propuesto nada. –dije. –que tienes planeado.
-Mis padres estarán fuera y no quiero pasarla solo. –torció el gesto y sonreí. –Además Anne. –la otra bruja, otra que estuvo con Alex. Y por lo que sabía actual de mi amigo. –estará con sus amigas en una fiesta.
-Ya, quieres que vaya de reemplazo… -ironice, algo herido por ser su segunda opción, aunque… ¿novia o amigo? Era bastante lógico, ¿una de las dos opciones tenía que decir que sí, verdad? –no tengo nada, te aviso a qué hora estoy por tu casa. -
-Luego del mediodía estaría bien. –mi teléfono sonó y vi el mensaje que me acababa de llegar. “Mark”
“Ola Jessy, hace tiempo que no nos vemos… que dices, ¿nos vemos en media hora?”
Me mordí el labio y… olvide que Alex estaba junto a mí. No deje que eso me amedrentara y teclee una rápida contestación. “Claro, ¿dónde quedamos?”
“Café 24, a unas cuadras de la universidad. Te espero.”
-Ya me voy. –musite. Alex alzo una ceja. - ¿Qué?
-Tenemos clase, por si se te olvida. –me recordó. Oh, cierto. Clase… podía solucionarlo luego, el ayudante del docente me debía una. Además con Mark me lo pasaba genial, luego arreglaría cuentas. Porque valía la pena saltarme esa clase. Mark era un rubio alto de ojos celestes y unos labios carnosos que los veías y parecían tener un anuncio de neón que decía “Cómeme”
-Lo sé. –dije caminado a la salida, me miró con mala cara. –es solo por hoy.
-Tu problema. –exclamo. Me di la vuelta y no vi nada más…
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Fin de semana en la casa de Alex…
Anne no estaba, solos y con toda la casa para nosotros… hasta sonaba bien para intentar algo con él pero no. Estaba consciente de que… Alex y yo, era imposible.
-Tienes cara de muerto, ¿que no te fue bien con Mark? –le saque la lengua y torcí el gesto.
-Estuvo bien pero… no es el que me gusta precisamente. –confesé sin querer.
-¿Chico o chica? –quiso saber. Sonreí enigmáticamente y me acerque a su rostro. Dejando unos centímetros, note que estaba nervioso y me aleje.
-Chico, sabes que me gustan más. –me levante y fui a la cocina. Escuche que me siguió, me di vuelta y alce una ceja.
-¿Porque no me lo dices? ¿No confías en mí? –negué y desvié la vista. -¿Quién es?
-Si confió en ti pero este tema no es algo de lo que te gustara escuchar. –susurre.
-Soy tu mejor amigo. –contesto y note algo así como celos en su forma de hablar, al preguntar ¿Quién?... no podían ser celos, él tenía a su novia… claro que eso no significa nada. Pero estamos hablando de Alex, me estaba imaginando cosas, de seguro solo estaba molesto porque no le conté nada sobre el misterioso chico.
-Tiene novia y es hetero, misión imposible. –explique rápidamente. –no es algo de lo que me gusta hablar, no puedo competir con alguien así. –no entendía como estaba diciéndole todo esto a él. ¡Precisamente a él! El hetero y misión imposible.
-Absurdo, creo que le podrías ganar a cualquier chica. Eres guapo. –me alabo y me sonroje.
-Gracias pero es un tema cerrado. No quiero hablar de eso. –cerré el tema.
*
Horas después estábamos medio borrachos, echados en su cama y:
- Sin saber cómo llegamos a su cama.
- Pensando cómo decirle a sus padres que: ups, nos tomamos el bar y quebramos algunas cositas.
Cositas como ser varias botellas y uno que otro vaso. Veeenga, no era para tanto, ¿no?
Estaba cerca muy cerca y yo muy ebrio.
Alex tenía los ojos verdes más bonitos que había visto en mi vida y la piel más suave que había tocado. Sus labios eran carnosos y rojos. Era perfecto. Y justo ahora estaba a mi alcance.
-¿Te parezco guapo de verdad? –le pregunte cuando estábamos frente a frente. Acostados en su cama y tan cerca que nos olíamos los alientos a vodka y whisky.
-Sí, eres muy lindo. Tienes unas piernas que cualquier chica quisiera y una boca… -murmuro y se mordió el labio. Ante eso… ¿Qué podía pensar? –parecerías una chica, una muy buena. –dicho esto, lo arruino. Arruino la pequeña felicidad que sentí ante los halagos.
Me voltee y quede mirando el techo, absorto. En un lugar lejano, momentos antes habría besado a Alex y al otro día estaríamos felices y contentos. Porque no recordaríamos nada. Felices porque Alex no me odiaría por aprovecharme de su estado.
Pero no. Alex había dicho “parecerías chica” no quería ser el consuelo de nadie, ni la fantasía patética de un chico para olvidar a su novia. No sería el remedo de una mujer. Eso jamás.
-¿Te enojaste? –pregunto apenado y me sonroje. Negué y no lo miré. Me envolvió en un abrazo protector y cerré los ojos. Intentado controlarme, él estaba en un momento vulnerable y no quería aprovecharme de eso. A pesar de lo mucho que me moría por hacerlo.
Sentí sus brazos rodear mi cintura y su respiración en mi nuca. Pensé que estaba durmiendo pero… no lo estaba.
Me estaba mirando con esos ojos tan grandes y expresivos que tenía. Suspire y acaricié su rostro, lo tenía tan cerca y era tan lejano que se fijara en mí. Su mirada tenía un brillo, me pregunte porque.
¿Porque tus ojos parecen querer comerme?
A veces creo que somos tan pequeños en un mundo tan grande.
¿Por qué ahora creo que jugamos un juego, en el que solo somos piezas de un ajedrez gigante? ¿Quién es el peón? ¿Tú eres el rey? ¿Será que tan solo somos títeres en un teatro donde nuestras vidas en realidad no nos pertenecen?
Alex… ¿Qué sientes en verdad? ¿Qué pasa en verdad? ¿Somos piezas o títeres?
Eres el rey que no se da cuenta que me gusta tanto que a veces creo no poder respirar cuando lo tengo cerca… el tonto rey que no se fija que lo miro con adoración… el monarca que cambia novia tras otra… el que no se da cuenta que yo moriría por ser una de ellas…
No lo sabe, quizás nunca lo sepa.