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Lágrimas de acero por Drakarfox

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3. comienzo… ¿de nuevo?

Dos semanas habían pasado, para cualquier persona sería muy poco tiempo, pero para un rubio en especial eran como meses.

 Ed se encontraba en la cocina, preparando el desayuno, al parecer era ya su costumbre el encargarse de todo lo relacionado con la cocina. Eran las 8:30 y en la sala aún se podía ver a un Roy dormitando muy a gusto en el sillón.

 Así es, al parecer de Edward aún no había mucha confianza como para dormir juntos, por tanto Roy había sido “condenado” a dormir en el sofá. El rubio había terminado ya con el desayuno y se dirigía a despertar al pelinegro zarandeándolo un poco.

 -Hmm- el pelinegro se removió entre sueños al sentir el peso de una mano sobre su hombro, el cual no se detenía.

 -Hmm... un poco más- Al parecer Roy soñaba con algo bastante agradable, por esa razón no quería despertar.

 “¿Un poco más? Vamos, tienes que despertar...” El rubio se preguntaba como podría despertarlo, cuando un recuerdo, pequeño y fugaz invadió su mente.

 “un beso”- al pensar en eso un leve sonrojo se apodero de su rostro, no podía hablar aún y parece que con solo moverlo no lograría despertarlo. Así que no tenia de otra.

 “solo un pequeño beso en la mejilla” por más que intentaba calmarse, su cuerpo no parecía ceder.

 Poco a poco se fue acercando a Roy para besarlo en la mejilla, justo cuando iba a darle el pequeño beso, el pelinegro volteo su rostro dejando sus labios, en el lugar donde antes estaba el primer objetivo, haciendo así que Ed le diera un beso de “piquito”, inocente y veloz.

 Un fuerte sonrojo se poso en sus mejillas mientras que Roy tenía una ligera pero aun así perceptible sonrisa. Al parecer había logrado su cometido.

 -¿Ed?- Roy “despertó” o más bien fingió hacerlo mientras veía al rubio el cual al escuchar su nombre le dio al espalda.

Con la libreta en sus manos solo se digno a escribir y a mostrar un sencillo “el desayuno esta listo”. Sin aun ver a Roy ligeramente.

-de acuerdo, en seguida voy.

 

Después de un baño Roy pudo disfrutar de la comida hecha por el chico, no podía negarlo siempre le había agradado como cocinaba el rubio, por eso él era el encargado de la cocina, por que él sencillamente era un fiasco en eso.

 -sabes, tu comida aún es la mejor- Roy decía con una sonrisa y fijando la mirada en el rubio.

Ed al escuchar el cumplido comenzó a comer más rápido, mientras bajaba su mirada.

 -Hey, no comas tan rápido, te puedes atragantar- El mayor volvía su vista hacia su desayuno esperando que el rubio se calmara un poco.

 Después de lograr que la calma se hiciera presente en el menor, todo quedo en un incomodo silencio. Edward había dejado de comer, para quedar de cierta forma pensativo.

 -¿Te pasa algo?

-“Roy, ¿serás sincero conmigo?”- La bendita libreta al fin había aparecido, después de haber quedado un pequeño momento olvidada.

-¿sincero?, ¿en qué sentido Ed?- no comprendía del todo a lo que el rubio se refería con serle sincero.

-“¿contestaras mis preguntas?”

-Contestare a todo lo que me preguntes, por mi no hay problema, pero... realmente ¿estás listo para escuchar todo?

 

Esa respuesta había puesto en duda al rubio, realmente seria una buena idea el saberlo todo en ese momento o sería mejor esperar.

Ya pasado un instante de meditación Ed asintió mostrándole a Roy la pregunta que había escrito.

 -“¿por qué razón estuve hospitalizado?”- la expresión que tenia era de seguridad, realmente quería conocer sobre su pasado y lo que le había dicho Havoc lo tenia con gran curiosidad.

-la razón...

-“dijiste que serias sincero conmigo”- el rubio le recordaba a Roy viendo que se tomaba mucho tiempo para contestar, no quería que le mintiera.

 Era verdad le había dicho al niño que no le mentiría pero la pregunta de Ed había sido bastante directa y no sabia como contestarla.

-tienes razón, dije que lo sería, tan solo déjame encontrar la forma de contestarte- El pelinegro masajeaba su sien tenia que ser sincero con el chico, pero no sabia como poder contestar a una pregunta así.

-verás Ed, estuviste perdido un mes completo, aún desconocemos por que razón pero cuando te encontramos...- ¿seria bueno decirle como lo había encontrado en ese momento?

-“cuando me encontraron... vamos continua”- Ed se veía ansioso y Roy comenzaba a sentir un pequeño nudo en la garganta, el tan solo recordar el aspecto de su pequeño era doloroso, pero tenia que proseguir con el relato.

-ahh... Ed, te hacia falta mucha sangre...tenias varias cortada- Roy sentía que su voz se cortaba-tu rostro... estaba manchado en sangre ya no sabíamos de donde provenía-Con cada recuerdo sus ojos se volvían poco a poco acuosos- de que herida… -Roy ya no podía continuar hablando había tenido suficiente como para seguir hablando- de hecho aún tienes unas pocas cicatrices, no se si te hayas dado cuenta.

Ed no podía creer lo que había escuchado, si se había dado cuenta de las cicatrices, pero eran escasas las que podía divisar, al parecer era de cicatrización rápida. Pero ¿qué le pudo haber pasado, para encontrarlo en ese estado?

“¿Roy?” Ed hasta ese momento había visto a Roy, el pelinegro tenía su mirada gacha, el rubio se levanto para quedar a su lado, tenía los puños cerrados, haciendo que su color fuera más blanco de lo normal.

Edward solo lo abrazo, se podía ver que aún tenia control, pero el rubio sentía que en cualquier momento el pelinegro soltaría su llanto y todo el dolor, que en ese momento, invadía su cuerpo.

-lo siento Ed, no tienes de que preocuparte- Roy poco a poco se fue calmando dejando que el calor que se daba en el abrazo del pequeño invadiera su cuerpo.

-ahora estas aquí, a salvo- El pelinegro tomo las manos del pequeño haciendo así que quedara frente a él.-Y espero que así sea por bastante tiempo- el sonrojo en el rubio no se hizo esperar y más al haber que estaba frente al pelinegro el cual solo sonrío al ver la reacción del rubio la cual era correr. -sabes, me encanta cuando tus mejillas tienen ese tono rojizo- le decía al oído, logrando sacar un sonrojo aún mayor a este. -vamos Ed- Roy había colocado su cabeza en le hombro del menor, logrando que su respiración chocara con el cuello del rubio- no seas tímido.

 

Un escalofrió recorrió el cuerpo de Edward. Su cuerpo reaccionaba a las leves caricias de Roy.

El pelinegro posaba sus manos en la cintura del menor quería sentirlo más cerca y poco a poco comenzaba a perder el control.

Edward forcejeaba su cuerpo reaccionaba cada vez mas rápido y si quería mantener aun un poco de privacidad tenia que alejarse de Roy ya. El pelinegro sentía como Edward forcejeaba para zafarse pero no lo suficiente, puesto que Roy no ponía mucha fuerza y Ed mucha resistencia.

-Ed si quieres alejarte adelante, no te detendré-

El rubio abrió sus ojos, su mente le decía que se separaba más su cuerpo no quería huir, Roy deshizo el abrazo y dejo que Ed se marchara.

-tranquilo, no te obligare a nada- Roy se acercó “peligrosamente” al rostro de Ed.

“lo se, pero no eres tu el que me obliga si no mi cuerpo”. Ed no se movió ni un solo centímetro quería arrojarse a los brazos de Roy y devorar sus labios, pero estaba completamente estático.

-no te preocupes, esperare a que tu confianza en mi se incremente más.

El pelinegro deposito un casto beso en los labios del menor. Para después subir a su habitación, dejando a un Ed un poco impresionado.

 

Al fin había encontrado una respuesta a su duda, pero ¿cuanto daño le había dicho?

-“¡¡NO LO HAGAS!!”- La cabeza le daba vueltas-vamos Ed, sé que lo disfrutas, no por nada, estás aquí.

-“PARECES UN PRINCIPIANTE”...-Escuchaba su voz, escuchaba claramente que era él, quien gritaba pero no era un grito de desesperación si no de placer.

-“lo sé Ed, pero créeme este será un dolor que nunca olvidaras”.

-“pues eso espero, no por nada pagué”.

La cabeza le dolía cada vez más, pero un recuerdo importante albergaba su mente tenia que soportar el dolor un poco.

-“bien comencemos”-borroso, un dolor inexplicable comenzó a invadir su cuerpo, podía sentir la sangre correr por sus manos, sentía el filo de una navaja rozando sus venas. ¿Qué rayos sucedía y porque el disfrutaba de todo eso?

 

Todo se volvió oscuro, un pequeño silbido invadió sus oídos. Se encontraba a salvo en la cocina donde lo había dejado Roy.

¿Qué significaban esas imágenes?, ¿por qué disfrutaba del dolor?

Siempre que creía aclarar algo, más preguntas invadían su mente. Y terminaba tan solo más confundido.   

 

Las gotas de agua fría bajaban lentamente por su rostro, el haber tenido tan cerca de Ed lo hizo estremecerse, no creía que con una débil muestra de cariño el cuerpo de ambos reaccionara tan rápido.

-¿Maes?-Roy había llamado al pelinegro tenía que informarle sobre lo que le acababa de contar a Ed.

-¿qué te sucede Roy?

-Ed lo sabe.

-¿sabe qué?

-lo de su hospitalización.

-¡¡¿QUÉ?!!¡¡ROY ¿POR QUÉ SE LO DIJISTE?!!

-¡NO ES NECESARIO QUE ME GRITES!- Roy ya se sentía culpable por el hecho de haber dejado solo a Ed después de contarle algo tan importante, como para que su amigo le reclamara.

-......-

-.....- un silencio bastante incomodo se hizo presente entre ambos ninguno quería decir nada.

-ahh... de acuerdo Roy, ¿por qué se lo dijiste?

-me pregunto, quise mentirle, pero... no supe que contestar.

-y ¿cómo reacciono?

-no lo se, lo deje solo

-Roy debes de aclararle bien la situación.

-lo se- la desesperación, la culpa incluso un poco de impotencia era todo lo que podía sentir el pelinegro en ese momento, pero lo que no lo dejaba en paz era la preocupación que sentía por el rubio.

-¿Roy?, vamos tranquilo, ya no importa tenía que enterarse de una u otra forma-sabia que el pelinegro estaba alterado ante la situación y de nada servía el reclamarle.

-¡¡CLARO QUE IMPORTA!!- debía calmarse pero por más que lo intentaba no lograba conseguirlo, tenía miedo, no sabía lo que había causado en la mente de el chico y la duda lo atormentaba.

-¡¡CALMATE ALTERADO NO CONSEGUIRAS NADA!! –quería infundirle calma a su amigo pero la desesperación que comenzaba a sentir no lo dejaba pensar. -Roy tranquilízate, dime ¿quieres que vaya?

-no, solo quería que lo supieras, pero tranquilo si te necesito te volveré a llamar- Dicho esto Roy colgó tenía que ver a Ed, quería saber si se encontraba bien.

Se dirigió a la cocina creyendo que el rubio aun se encontraba en ese lugar, más Edward no estaba, se dirigió a la sala y tampoco.

-¿Ed?-Trato de que la calmara llegara. Se dirigió al segundo piso.

Al abrir la puerta del cuarto pudo distinguir el sonido del agua caer, Ed tomaba una ducha.

-¿Ed?, quiero que hablemos-Roy estaba del otro lado de la puerta, esperando que el rubio lo escuchara.

-estaré en la sala-

Ed escucho como al puerta se cerraba, de nuevo se encontraba solo.

“¿hablar?, y ¿de qué?, tan solo tengo preguntas que tú no me podrás contestar” y así el chico continuo con su baño.


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