Venganza de Mafias por WooHyun

Muchas cosas habían ocurrido en esos años.

Tras que lo súbditos consiguieran liberarlo y llevárselo a casa, donde su madre preocupada por su tardanza lo estaba esperando, lo súbditos se marcharon a petición de la mujer encargándose ella misma de las heridas que su hijo presentaba en su piel, ella rápidamente pudo darse cuenta de su estado y aún más cuando abrazándose a ella comenzó a llorar, no quería mostrarse débil, pero en verdad necesitaba desahogarse o explotaría.

La mujer con los ojos húmedos, lo abrazó para calmarlo y no fue hasta media hora después, que estaba un poco más tranquilo, que le pidió explicaciones.

Hyukjae no le dijo nada, solo le pidió que lo acompañara hablar con su padre, la mujer insegura asintió.

Pronto, ya en el despacho de su padre, escucharon todo lo ocurrido esa noche por boca de su hijo. Ante la cercana muerte de su hijo por culpa de su estupidez. El hombre de negocios, el jefe de toda una mafia; lo abrazó, preocupado y a la vez aliviado de que su hijo no hubiera muerto y prometiéndole que buscaría a ese tipo para acabarlo.

Esa fue la primera vez que Hyukjae decidió hacer algo por sí solo, les pidió a sus padres que no lo ayudaran con aquello, el mismo descubriría todo lo que tuviera que ver con ese asesino a sueldo y el mismo se libraría de él. Sus padres quisieron discutir pero el hombre se dio cuenta de la mirada determinada que cargaba su hijo, este había madurado de golpe y en un futuro él sería quien obtendría su cargo, con resignación le prometió que no intervendría en sus asuntos.

Igualmente le puso mucha más protección que antes, hombres que le seguían en todo momento desde la distancia, permitiéndole seguir con su vida de universitario con cierta libertad, aunque ahora su hijo estaba metido mucho más que antes en los asuntos de la familia.

El tiempo transcurrió, Hyukjae hizo a sus hombres remover cielo y tierra buscando información sobre el sicario, sabía su nombre y conocía su rostro, era algo que nunca pudo olvidar, incluso en las noches lo atenazaban sueños de lo ocurrido aquella vez.

Se estaba obsesionado con descubrir todo de él, averiguar su punto débil y de paso, saber quién fue la persona que le pagó para matarlo. Eso no quedaría así.

Dos años después de lo ocurrido y que en ningún momento aquel sicario hubiera vuelto por él, muchas cosas habían pasado.

Su padre había sido llevado a prisión. La policía llevaba tiempo sospechando de él, hasta que finalmente lo atraparon, culpándolo de una supuesta malversación de fondos en su empresa, aquella que llevaba de cara al mundo. La policía no tenía nada en contra de la familia así que solo él fue apresado.

Hyukjae como único heredero de los asuntos familiares, se volvió el próximo jefe de la familia hasta que su padre saliera de prisión. Aun estando ocupado, con la universidad y con la banda, no dejó en ningún momento de investigar lo ocurrido dos años atrás y por más que su madre le pedía que se olvidara de aquello, él no podía.

Finalmente tanto esfuerzo consiguió sus frutos.

Un día estando en el despacho que antes era de su padre, revisando alguno de los papeles concernientes a los negocios de la banda llamaron a la puerta, respondió con un simple “pasa”. Uno de sus hombres entró con una carpeta en las manos. Hyukjae seguía sin levantar la vista de sus documentos a la espera de que el hombre hablara.

-Jefe, he conseguido información sobre lo que pidió.- ante aquello Hyukjae levantó la vista mirándolo fijamente, se había vuelto un joven universitario de 20 años, apenas había cambiado físicamente en esos dos años, solo su mirada había madurado en ese tiempo, pero escondía aun en la profundidad aquella actitud de niño- ha costado mucho trabajo. Es como si toda la información concerniente a ese tipo hubiera desaparecido, pero puedo asegurar que esta información es completamente verdadera.

-Dámela.-pidió Hyukjae con cierta impaciencia, recibiendo de manos del hombre la carpeta- Puedes irte.-el hombre asintió marchándose de la habitación. Hyukjae impaciente y en cierto modo eufórico de por fin tener esa información tras tanta espera, dejo los documentos en los que trabajaba para centrar toda su atención en aquella información, esperando encontrar el punto débil de aquel maldito imbécil.

Estuvo toda la tarde analizando aquella información, intentando no perder detalle de todo lo que aparecía escrito. Cuando termino de leerlo una sonrisa juguetona apareció en sus labios, se rió jubiloso.

-Te tengo bastardo, me vas a pagar todo lo que me hiciste, tú y el cabrón que te contrató –llamó a alguno de sus hombres al despacho, debía prepararlo todo para su venganza. En aquellos papeles venía tanto información del sicario, como de la persona que lo contrató dos años atrás, su mente llevaba todo ese tiempo maquinando formas de vengarse y había encontrado una forma perfecta, solo le quedaba prepararlo todo para su golpe final.

~~~~~~

Hasta una semana después no tuvo todo listo.

En ese momento se encontraba en una residencia alquilada cercana al río, lugar donde habitaba el sicario aquel, al parecer hacía apenas dos semanas volvió de un viaje y había alquilado aquel lugar, normal que no lo encontraran en esos dos años.

Estaba solo, no permitió que ninguno de sus hombres lo acompañara, sabía que esta vez, tenía el total control.

Sin esperarlo empujó la puerta, encontrándose con que estaba abierta, entrando en la casa, sorprendiendo al hombre que allí vivía, el cual andaba sentado en un sillón con un arma en la mano mientras bebía una copa de licor. Este le miró fijamente con una media sonrisa. Hyukjae lo apunto con su arma sin parpadear, el maldito cabrón estaba aparentemente tranquilo, solo verlo le hizo recordar todo lo ocurrido dos años atrás, ahora se vengaría, lo tenía todo perfectamente calculado

-Bienvenido, jefe. Si hubieras avisado de tu visita habría preparado un buen recibimiento-sonrío Hangeng, no había cambiado apenas en esos dos años, solo su cabello algo más largo y de color negro era el único cambio apreciable en él, porque igual que en aquel momento vestía ropas oscuras.

-Veo que ni queriendo te cojo desprevenido.-sonrío Hyukjae con cinismo, sin dejar de apuntarle y manteniendo las distancias.

-Por supuesto que no, tus hombres son muy evidentes. Deberías enseñarles a seguir a una persona sin que los descubran -sonrío tranquilamente, bebiendo un poco de su copa con total tranquilidad, con la pistola cogida entre sus dedos con indolencia- ¿Y qué debo el honor de tu visita?

-Para que preguntas si ya lo sabes, imbécil -respondió Hyukjae, entrecerrando los ojos con molestia, había olvidado como podía ese tipo con su paciencia.

-Vienes a matarme ¿no es cierto?- medio sonrío el mayor, sin apartar su mirada oscura de el- tan rencoroso…

Hyukjae apretó los dientes, su confianza y palabras burlonas estaban acabando con su paciencia, mejor empezar con lo planeado ya. Sonrío con confianza.

-Para ser un sicario eres muy estúpido -rió. El mayor lo miró con interés ante su reacción, esperando que siguiera hablando- llevo estos dos años investigándote, saber de ti así me vengaría por la humillación que me hiciste pasar ¿sabes?, descubrí algunos detalles interesantes sobre ti –el mayor lo miró imperturbable, aunque Hyukjae pudo ver un brillo de reconocimiento en sus ojos, solo fue un segundo pero fue suficiente para hacerlo sonreír abiertamente- quien diría que un asesino a sangre fría, tendría un corazón…

-Jefecito…sinceramente, no tengo idea de lo que hablas -respondió con una sonrisa, dejando la copa vacía sobre la mesa, cruzándose de piernas y acomodándose mejor en el sillón para mirarlo.

-Claro que lo sabes.-respondió Hyukjae sonriendo abiertamente, sacando del bolsillo de la chaqueta con su mano libre algunas fotos, lanzándola sobre la mesa- mis hombres no sabrán seguir a la gente, pero son muy buenos encontrando información.

Hangeng lo miró fijamente, hasta que bajó su mirada hacia las fotos donde aparecía una pareja y dos chicos uno más alto que el otro, que parecían estar en alguna especie de restaurante comiendo, observándolos por unos segundos antes de volverlo a ver con la misma calma, sin dejar esa sonrisa que podía con los nervios del menor.

-No sé quiénes son. Deberías despedir a tus hombres, son unos completos inútiles.

-¿En serio?-sonrío Hyukjae mirándolo, ya lo tenía, había notado el ligero titubeo al hablar- entonces son te importara si me libro de ellos ¿cierto? –sonrío abiertamente. Notando como finalmente el mayor tenía una reacción mirado de forma irritada- Veo que quieres mucho a tu familia, a pesar de que ellos creen que estás muerto, que bonito.

-Te volviste más cabrón con la edad, ¿ehh?- respondió el sicario mirándolo fijamente, en un parpadeo tenía apuntado al más joven también con la pistola. Hyukjae sabía que su puntería era buena, pero el sicario era más rápido que él, aunque igual lo tenía todo solucionado- tan molesto, terminare con lo que no pude terminar hace dos años…

-¿No te importa lo que le pase a tu familia? – interrumpió Hyukjae sonriendo, confiadamente bajo su arma mirándolo, el mayor ante aquello entrecerró los ojos con desconfianza- Venga…dispara, mátame y no volverás verlos, a ninguno de ellos con vida.-Hangeng lo miró fijamente escuchando sus palabras- Si en menos de dos horas mis hombres no reciben información mía, tienen órdenes de aniquilarlos.

- ¿Qué te hace pensar que me importa lo que le pase? –preguntó Hangeng observándolo mientras se levantaba acercándose sin dejar de apuntarlo- como tu dijiste, monada, ellos piensan que estoy muerto -de nada servía negar que esas fotos eran de sus padres y hermanos, al parecer el jefecito de pacotilla no era tonto y se había informado bien.

-Mm...-sonrío mirándolo sin apartar su mirada de él, sintiendo el control de la situación en sus manos y olvidándose por el momento de las sensaciones que sentía al tenerlo cerca- Todos los meses esa familia recibe un cierto dinero de alguien desconocido al que nunca han visto, un benefactor. Solo fue investigar un poco para descubrir desde donde era enviado ese dinero y de ahí seguir las pistas hasta llegar a ti…-se rió abiertamente al ver la cara del mayor mirando entre sorprendido y molesto- sino te importaran no les enviarías dinero todos los meses.

Hangeng lo miró con los ojos entrecerrados de forma fulminante apuntándolo con la pistola, molesto por la sonrisa de superioridad del joven mafioso, al parecer el crío había sabido usar muy bien sus cartas. Se rió, logrando que el otro alzara una ceja, creyendo que enloqueció

-Buena jugada, mocoso…-bajó el arma finalmente, apartándose para dirigirse al mueble-bar a echarse una copa, dándole la espalda con total calma- me atrapaste- tras echársela, bebió y lo miró- si has planeado todo esto para tenerme bajo tu control por algo será. ¿Qué es lo que quieres? Si quisieras matarme me habría disparado nada más entrar.

Hyukjae lo miró fijamente suspirando un poco, en su interior el que lo estuviera apuntando con el arma lo había puesto nervioso, pero había sabido no mostrarlo, confiando en sus cartas y había ganado.

-Quiero que me lleves frente a la persona que te contrató, tengo asuntos que terminar con él.

-¿Que pasara si me niego?

-Haré una llamada y la próxima visita que hagas a tu familia a escondidas, será en el cementerio-respondió con toda la frialdad y serenidad que pudo reunir. Hangeng lo miró de forma totalmente oscura.

-Te volviste todo un jefe mafioso- respondió mirándolo fijamente- te llevaré con él.

Hyukjae sonrío, todo estaba yendo exactamente como planeaba.

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Se encontraba recorriendo los pasillos del caserón, sin prestar atención a los lujos que en las paredes y muebles podían apreciarse. Había llegado pocos minutos antes en compañía de Hangeng, el cual lo llevo a la casa de Siwon, cuando el hombre que le abrió descubrió quien era lo miró con extrañeza al ver que venía acompañado, Hangeng lo empujó sin más y el hombre no puso pega algunas. Eso a Hyukjae le llamó la atención. Al parecer ya conocían a Hangeng bastante bien y ninguno parecía querer encararle, sonrío. Hangeng lo guío hacia el lugar donde se reunió la última vez con Siwon, cuando se encontraba frente a la puerta la abrió sin más y tanto Hyukjae como el entraron, adentro Siwon que andaba sentado en un sillón revisando unos papeles se levantó de golpe en busca de su arma, pero Hyukjae antes de que hiciera cualquier movimiento, sacó una pistola con un silenciador de su guantera apuntándole con ella.

-Mejor estate quietecito no me hagas dispararte -Siwon lo miró fijamente antes de volver a sentarse entrelazando los dedos frente a él, paseando su mirada de Hangeng a él.

-Ahora me explico cómo es que llegaste hasta aquí sin acabar con ninguna bala incrustada en el cráneo -respondió sin más mirándole. Hangeng estaba apoyado en la pared junto a la puerta cerrada vigilando que nadie viniera, podría irse pero en el camino hacia allí Hyukjae le dijo claramente “serás mi escudo humano, por tu bien y el de tu familia me obedecerás”. El muy hijo de puta lo tenía con las manos atadas.

-La seguridad de este sitio es una porquería…-respondió Hyukjae sonriéndole, apuntándole con el arma. Enseriándose poco después- estoy aquí para solventar unos asuntos pendientes que hay entre tú y yo….

-¿Él te dijo que fui yo quien lo contrató?-respondió Siwon con una pregunta, sin dejarse amedrentar por la pistola que lo apuntaba.

-No, lo descubrí por mi propia cuenta…a pesar de ser un vulgar psicópata, parece tener muy claro cuando no hablar de sus clientes…-Hangeng los observaba en silencio prestando atención a los posibles ruidos que vinieran del pasillo- pero eso no es importante ahora, quiero saber porque enviaste al sicario a asesinarme…nunca nos hemos visto y yo no he tomado el puesto como jefe de mi familia hasta hace poco…

Siwon lo miró fijamente, entrecerrando los ojos.

-Por venganza…-respondió de forma cruda, Hyukjae alzo una ceja, él no le había hecho nada a ese sujeto como para que quisiera vengarse, básicamente era la primera vez que lo veía cara a cara- tu padre asesino al mío frente a mi cuando yo tenía 7 años…-Hyukjae abrió mucho los ojos antes eso, no se esperaba esa respuesta, sabía que su padre no era un santo ni mucho menos, pero matar a un padre así frente a su hijo, por un momento en su interior se sintió decepcionado- murió entre mis brazos, me hizo prometer que me vengaría por el…y que mejor que matando a la persona más querida del hombre que lo asesinó- finalizó fulminándolo con la mirada y mirándole con odio. El tenía a su padre consigo, mientras que al suyo se lo quitaron cuando era apenas un niño.

Hyukjae lo observó fijamente. Desconocía los motivos por lo que su padre hizo semejante cosa, pero eso no le nublaría de su objetivo inicial. Buscando seriedad y tranquilidad, tras las palabras del mayor le miró detenidamente.

-Tu venganza no es contra mí, es contra mi padre -determinó, Siwon lo miró con enojo disimulado- pero eso no importa ahora, el motivo por el que estoy aquí no es solo para escuchar porque me quisieron asesinar dos años atrás, también es para finalizar todo esto. Quiero que te entregues a la policía.

Tanto Siwon como Hangeng que aun vigilaba la puerta lo miraron, ante las palabras cargadas de determinación del joven. Siwon lo miró y soltó una carcajada ante las palabras tan estúpidas que acababa de escuchar.

-¿Qué te hace pensar que haré semejante estupidez? –preguntó el joven mafioso.

-Porque si no lo haces, echaré a toda mi familia sobre ti –respondió Hyukjae con tono calmo esbozando una sonrisa maliciosa, Siwon entrecerró los ojos mirándolo entre sorprendido y enojado ante las palabras de aquel mugroso mocoso- si te niegas, toda mujer, hombre y niño que sea parte de tu banda, será asesinada y tú con ellos…sabes que puedo hacerlo, mi familia es mayor a la tuya y tengo más poder en la ciudad que el que tu tendrás en tu vida.

Siwon apretó los puños mirándolo fijamente, asesinándolo con la mirada.

-No pienso hacer tal cosa- solo se escuchó el silbido de un disparo gracias al silenciador y un gruñido de dolor proveniente de Siwon. Hangeng miró desde la puerta con sorpresa, no muy seguro de si había decidido matarlo pero vio que no era el caso, el otro mafioso solo parecía haber sido disparado en el brazo y no aprecia profundo. Siwon se tocó el brazo herido mirando al otro.

-Esto es solo una advertencia -le apuntó con el arma ahora la cabeza, sin vacilación- tienes todo el día de hoy para decidirte a entregarte, sino lo haces ya sabes lo que pasara.-sonrío sabiendo que había ganado- y ni siquiera hagas el intento de enviar alguien contra mí o comprobaras que ni matándome, tu banda se salvara.

Siwon lo miró fulminante, pero terminó asintiendo totalmente disgustado. No podía permitir que toda su banda fuera asesinada, porque tal como él dijo sabía que podría y no permitiría de ningún modo que su madre se viera envuelta en eso, bastante sufrió con la muerte de su padre. Hyukjae sonrío dándose la vuelta y guardándose el arma, dejando a Siwon herido en el brazo.

-Tu, nos vamos.-Hangeng alzó una ceja ante el modo en cómo le hablaba aquel niño malcriado, que parecía que en solo dos años se había vuelto un mafioso sin corazón,o al menos es lo que aparentaba exteriormente. Se encogió de hombros siguiéndolo para salir fuera del lugar antes de que los hombres fueran al despacho y se diera cuenta de la herida de su jefe.

Hangeng simplemente siguió a aquel particular chaval, aunque ya no fuera un chaval con los 20 años que ya debía tener, sin saber si finalmente podría irse y alejarse de una vez, aun no sabía lo que Hyukjae le tenía preparado y eso le hacía desconfiar. No fue hasta que estaban alejados completamente de la mansión y ya cansado de seguirlo sin que se pronunciara palabra cuando estallo.

-¿Sabes? No tengo ganas de ser tu perro faldero el resto de mi vida, si quieres vengarte o algo así, hazlo de una maldita vez…- le miró cansado ya de aquella situación- tu venganza es contra mi ¿no?, así que deja a mi familia fuera de esto.

Hyukjae se volvió mirándolo, había andado tanto que habían acabado cerca del río, podía verse al fondo la caseta donde casi fue asesinado hacia unos años, ni siquiera supo cómo llegaron ahí. Hyukjae lo miró fijamente intentando adivinar en lo que pensaba, sentía curiosidad.La llevaba sintiendo desde que leyó los documentos que hablaba de Hangeng donde aparecía la información de que los familiares pensaban que ese chico frente a él estaba muerto.

-¿Por qué tus padres y hermanos creen que estás muerto? – preguntó sin poderlo evitar, no supo porque preguntó exactamente, no tenía pensado preguntarle abiertamente, solo le salió.

Hangeng le miro abriendo los ojos algo más de lo normal, sorprendido ante la inminente pregunta.

-¿Para qué quieres saberlo?

-Curiosidad –respondió Hyukjae encogiéndose de hombros, mostrándose confiado ya que se sentía aun con el poder sobre él.

Hangeng empezó a andar hacia aquella vieja caseta en silencio. Hyukjae algo dudoso lo siguió parando justo cuando llegaron frente a la puerta que lo llevó a un mundo de tortura años atrás. Miró a Hangeng quien le estaba dando la espalda en ese momento.

-Se supone que me mataron.-dijo de pronto el sicario rompiendo el silencio.

-Podrías haberlo desmentido.

El mayor se giró encarándolo con una expresión que no sabía identificar.

-No podía. Estaba entre la espada y la pared, justo como ahora-en su tono de voz podía apreciarse un sarcasmo que dejaba bien claro su enfado.-Supuestamente morí con 15 años, en un tiroteo. Al parecer era una batalla policías vs ladrones, una bala me impactó en el hombro izquierdo cuando volvía del instituto.

Hyukjae no sabía que decir ante eso. Una bala en el hombro... podría haberle dado en el corazón si no hubiera llegado a tener suerte.

-Mucha gente murió o resultó herida en aquella zona. Uno de los ladrones que consiguió escaparse me ayudó a salir de allí y me curó. Cuando ya estaba bien quise volver a mi casa pero no me dejó. Me dijo que mi familia pensaba que había muerto y que habían enterrado a un cadáver que estaba irreconocible creyendo que era yo. Por supuesto no le creí y el me llevó al cementerio donde me enseño una tumba con mi nombre y la fecha de mi supuesta muerte. Obviamente quise desmentir eso y volver con mi familia, pero me amenazó con matarlos si lo intentaba ya que con eso se arriesgaba a que los policías descubrieran su paradero.

Suspiró apoyándose en la pared de la casa.

-La mujer de la foto no es mi madre.-continuó- Mi madre murió un año después de lo ocurrido, en un hospital psiquiátrico.

Hyukjae se sorprendió. No recordaba haber visto en la información que consiguió de Hangeng nada de que su madre hubiera muerto.

-Mi padre crió a mi hermano solo desde entonces. Pasó como otro año y medio cuando mi padre empezó a salir con otra mujer. Ella es taiwanesa pero se crió la mayor parte de su vida en Canadá por lo que tiene unas costumbres que aun no entiendo. Cuando quise darme cuenta mi padre y esa mujer se habían casado y tenido un hijo…

-¿No te cae bien la mujer de tu padre?-preguntó Hyukjae interrumpiéndolo.

-No al contrario, es una mujer estupenda. Incluso va a visitar mi tumba y a pesar de que también piensa que estoy muerto me considera como su hijo. Henry, mi otro, digamos que nuevo hermano, también es un chico estupendo. No hay motivos para que no me caigan bien.

-¿Por qué te convertiste entonces en sicario? –pregunto dudando y totalmente atento a lo que el otro le contaba.

-¿No me escuchas cuando hablo? Aquel ladrón no me dejaba volver con mi familia. Estuve viviendo con el hasta los 18. Me enseño a robar y a matar si era necesario.

-¿Dónde… Dónde está ese ladrón ahora?

-Bajo tierra. Fue mi primera víctima.- Hyukjae entrecerró los ojos. Comprendiendo algo mejor el porqué de que estuviera muerto para su familia

- ¿Cómo sé que es cierto todo lo que me cuentas? –preguntó aun dudando de él, la risa amarga y molesta que este le dirigió, acompañado de una mirada asesina lo hicieron temblar en el sitio.

- Por supuesto que estoy mintiendo…-respondió con total sarcasmo, acercándose a él sin temor hasta estar a apenas un paso de él. Hyukjae trago saliva paralizado, con su mirada apresada por la molesta del mayor- Eres hijo de un mafioso que no tiene ni puta idea del mundo, sigue viviendo entre algodones mocoso mimado. ¡Esto es la realidad!

Hyukjae lo miró, sintiendo una punzada dolorosa en el pecho que no logro entender. Las palabras cargadas de desprecio del sicario le habían dolido, no sabía porque pero le dolían y se sentía culpable por haber creído que mentía sobre un tema que, obviamente, le causaba dolor. Bajó un poco la vista sintiéndose culpable. No debería sentirse así, maldita sea, esa persona intentó matarlo, pero igual no podía remediarlo. Su obsesión por el mayor había traspasado el límite de tal forma que ni el mismo se había dado cuenta.

- Lo siento…-murmuró con la cabeza baja sin apenas pensar en lo que decía, aunque fueran sinceras. Abrió mucho los ojos al darse cuenta de lo que había hecho levantando la vista para enmendar su error, encontrándose con que Hangeng lo miraba fijamente, provocando que un estremecimiento lo recorriera.

-El principito de mama disculpándose…algo sorprendente -comentó con una sonrisa, realmente sorprendido ante la sinceridad que pudo encontrar en esas dos simples palabras, sinceridad que raramente veía en su día a día. Lo observó, trasformando su sonrisa a una divertida al notar como el rubio se estremecía en cuanto sus ojos tomaron contacto. Lo iba a molestar un poco por su desconfianza- ¿Te pongo nervioso, monada?

Hyukjae le miró incomodo apartándose un paso, Hangeng al verlo lo sujeto por la cintura pegándolo a él. Hyukjae le miró asombrado.

-¿Qué haces? ¡Suéltame imbécil!- rugió con molestia. no, no era molestia, se sentía totalmente incomodo todo su cuerpo reaccionaba de forma extraña ante la cercanía del sicario.

Hangeng le miró con una sonrisa entretenida ante los forcejeos del menor, lo apretó más contra él, acercando sus labios a los del otro. Fue instantáneo. Hyukjae se paralizó en el lugar y notó todo su cuerpo temblar bajo el agarre que mantenía en su cintura. Hangeng se rió contra sus labios.

-Relájate un poco fierecilla.- Hyukjae lo miró mal pese a toda la incomodidad, a la sensación de calor empezaba a sentir en las mejillas. ¡Por dios, no era un crío, que tenía ya 20 años, joder! ¡¿Por qué demonios reaccionaba así y no le daba una buena patada que le quitara ya toda la tontería?! Hyukjae se pegó más a el inconscientemente soltando un jadeo de sorpresa, al notar la intrusa mano del sicario recorrer su columna vertebral hasta aprisionar fuertemente su trasero. Ahora sí que se sonrojo- Un niño mimado, adorable y con un cuerpo comestible.-murmuró Hangeng con tono divertido, apretando fuertemente el trasero del menor, Hyukjae jadeó con fuerza clavándole las uñas en los brazos, no muy seguro ya si para que lo soltara o para que siguiera. Ni él sabía porque demonios se dejaba tocar por aquel tipo.

-Estúpido… acosador sexu-Ah!- jadeó con sorpresa al notar el mordisco que el mayor le dio en los labios, haciéndolo callar de la impresión. Esto no pintaba nada bien, le estaba gustando, ¡por todos los demonios!

-Sí, sí, lo que tú digas jefe…-sonrío burlonamente contra sus labios, mirándole con intensidad- pero bien que te está gustando, ¿o miento acaso? –preguntó con tono juguetón. Hyukjae lo miró mal sonrojado por la cercanía, la mano del mayor en su trasero y su respiración acariciando sus labios con cada palabra. ¿Se le consideraría masoquista porque aquello le gustara? Miró al mayor, mordiendo el labio inferior de forma sutil. ¿Lo odiaba?, realmente no. Si de verdad lo odiara, habría acabado ya con él y no habría jugado con el cómo había estado haciendo.

Joder, no se entendía. ¡Que alguien le metiera cordura al cerebro por dios!

Hangeng le miraba entretenido, casi podía ver en pantalla grande los pensamientos del menor y es que su cara lo decía todo. Se imaginaba que no respondería a su duda anterior. Sería muy cliché si eso, aun así se había empezado a encaprichar del rubito desde que comenzó a investigarle, pero como debía matarlo prefirió no pasar a mayores. Aunque de poco sirvió porque llevaba esos dos años con el rubio metido en la cabeza. Casi parecía una obsesión. Ahora que el dueño de sus cadenas y quien lo controlaba, era el mocoso ese, no tenía por qué complicarse más en hacer lo que le diera la gana con el crío.

Ya no se esperaba que Hyukjae fuera a responderle, asique la repentina respuesta del menor, totalmente imprevisible lo sorprendió. Hyukjae, rojo como la grana se había aferrado a sus brazos y lo estaba besando, un beso posesivo y tímido a la vez, mezcla que le encantó, produciendo que le correspondiera poco después. Mordiendo los labios de Hyukjae pidiendo entrada, el menor le dio permiso sonrojado y Hangeng profundizó el beso devorando la boca del más bajo. En un beso de reconocimiento y juguetón. Siendo esta vez respondido por el rubio.

El beso lo cortó el propio Hyukjae que soltó un suspiro un tanto avergonzado.

-No, no mientes…-murmuró bajito y escondiendo su rostro en el hueco del cuello del mayor. Sentía su corazón bombeando con fuerza, era doloroso sí, pero extrañamente satisfactorio. No sabía porque lo había besado así de pronto, pero en cuanto lo hizo supo que fue la mejor idea que se le había ocurrido hasta el momento. Tanta obsesión se había trasformado en algo más. Sonrío internamente al sentir el corazón del sicario bombeando tan fuerte como el suyo, nervioso, temiendo que el mayor lo rechazara. Ahora que estaba consciente sobre lo que había creído que era obsesión, tenía un terror impresionante a que Hangeng lo odiara, así que habló con tono suave pero seguro- me perteneces ahora Hangeng.

Hangeng lo miró detenidamente, notando las palpitaciones en su pecho. Era totalmente cursi, pero se sentía genial.

-No, rubito te equivocas.-comentó con tono juguetón. Hyukjae levantó la vista mirándolo con sorpresa y un poco desilusionado- Serás mi jefe ahora, me guste o no, pero el que me pertenece desde hace dos años, eres tú.

Hyukjae se sonrojó ante la afirmación del otro. Le miró traviesamente al entender por fin que eso era la extraña forma del sicario de corresponderle, era totalmente estúpido y a saber si saldría bien, pero que más daba, ambos eran personas que trabajan en la oscuridad. Estaban acostumbrados a las cosas difíciles. El jefe siempre sería Hyukjae, ya que él era quien tenía el control de las cadenas que ataba a Hangeng, lo de la familia era solo un tema seguro, porque nunca pensó en hacerles nada en realidad. El sería el jefe, pero era Hangeng quien tenía el poder sobre él. Desde dos años atrás, cuando lo marcó con aquel beso, le perteneció y le seguiría perteneciendo, pese a los problemas venideros. Era una obsesión enfermiza la de los dos que lo hacía querer estar juntos.

FIN.