Rayos, otra vez la misma puta rutina, pero no lo puedo evitar, es irresistible, como si mi cuerpo se moviera por si solo. Así que aquí estoy, de nuevo, por quinta vez en dos semanas ya. Todo empezó por algo realmente simple, insignificante, tanto que a veces me reía de mi mismo y mi estupidez, pero luego volvía a ponerme serio, y volvía a vigilarlo de lejos, a seguirlo y espiarlo entre muro y muro mientras el hablaba muy campante con LeeTeuk de quizá que cosa. ¿Pero eso que importaba? Lo que importaba era que sacaba esas sonrisitas encantadoras, esas miraditas amables, y de vez en cuando escondía las manos tras su espalda tratando de parecer mas recto, pero al final se veía más y mas adorable. Y el líder solo ahí, riéndose a carcajadas como siempre que lo hacia. Dios mío, siento horribles ganas de ir a y partirle el rostro cada vez que veo como abraza a Woonkie, o le da un golpecito amistoso, o se acerca a susurrarle algo de forma cómplice, confidente.
¿Qué le dirá? ¡No me lo quiero imaginar! Tal vez algo como… “Nos vemos en la noche, hermoso” o “Ya te quiero sobre mi cama…” ¡O peor aun! “ Te quitare la ropa, acariciare cada parte de tu pecho, y chupare tu…” No, va, detente ahí, contrólate, respira hondo, no te exaltes, no pienses cosas raras, YeSung, el líder no diría esa clase de cosas. ¿De donde podría sacarlas? Aunque ahora que lo recordaba, mas de una vez le pillo alguna revista con mujeres desnudas, el no es gay.
Vale, un punto a mi favor. Pero… Pero Wookie admira mucho a su Hyung, todos lo saben. ¡Una vez le dijo que lo amaba! Ah, pero eso se lo dice a todos, creo que también al hombre que siempre le reserva un poco de su helado favorito después de las grabaciones o entrevistas.
-¿Qué haces?- Oh no, oh no. Carajo, ya me pillaron, eso me pasa por pensar demasiado. Por que si, ese es mi problema, pienso demasiado las cosas, me confundo con cosas simples, por que le doy demasiadas vueltas, al final termino haciendo cualquier tontería. Bien, no te pongas nervioso, por suerte se trata solo de Wookie, por que si era el líder sabia que sus intenciones y preocupaciones quedarían al descubierto por sus burlas y carcajadas, dios, ese hombre se reía demasiado fuerte. Entonces levante la mirada y ahí estaba el, con una de esas tenues sonrisas plasmada en su rostro, mientras me miraba con intriga, y cierto reproche.
Piensa, piensa rápido, joder. –Eh… eh… Boxers… –Si no fuera por lo estúpido que se vería, en ese momento hubiera echo una EpicFacePalm por la ridícula excusa que se me ocurrió.-
-¿Boxers? –Repitió, mirándome sin entender nada, inocente, como siempre, tan lindo el.
-Si, quiero decir, los tuyos son muy lindos, como los de color naranjo, esos te quedan bien. –Genial, y ahora estaba balbuceaba. ¿Pero que clase de nena soy? Aunque eso dejo de importarme cuando vi el pequeño sonrojo que se asomaba en el rostro del otro. Ah, si que valía la pena la vergüenza que estaba pasando en ese momento, las expresiones apenadas de RyeoWook eran un poema, podría escribir canciones y canciones solo sobre ellos. Proseguí:- Pero los míos están horribles, y en la mañana cuando te vi cambiarte me dio envidia, así que iré a comprar unos nuevos… Pasaba por aquí... y quise saludar…-
-Pero… el centro queda hacia el otro lado, Hyung.- Diablos, a veces se me olvidaba que Wookie no era solo un chico de cara bonita, sino que también era muy astuto… O por lo menos más astuto que yo.
-Eh… ah…- ¿Ahora que debía decir? ¿Qué me estaba muriendo de celos? ¿Qué lo quería para mí y solo para mí? No, no podía hacerlo, era algo muy egoísta. Tan solo desvié mi mirada, subí una de mis manos, acaricie su rostro, su tan, tan, tan suave piel con sumo cuidado, y me di la vuelta, recorriendo el camino de vuelta al departamento. De pronto me sentí muy triste, aquello había pasado de una situación cómica y frustrante, a una simplemente frustrante... y mas frustrante. ¿De que forma podía expresar lo que sentía? Siempre digo tonterías al hablar, no puedo estar serio, mucho menos junto a Wookie. Muchas veces pensé en dedicarle una canción, pero la verdad es que eso de el romanticismo no era lo mío, no estaba echo para el, no me nacía, y terminaría haciendo alguna torpeza también, seguro. No puedo arriesgarme a quedar en ridículo, no, claro que no, tengo que mantener mi imagen.
Y así pase la mitad de mi tarde, tirado en mi cama divagando en como expresar esto que tengo estancado en el estomago, y la otra mitad, maldiciendo al estúpido marica odioso y señor-soy-muy-sonriente de LeeTeuk. ¿Quién se creía para tratar de esa forma al inocente de Wookie? ¡Seguro lo estaba pervirtiendo, maldito!
Y entonces lo vi entrar. Ah, parecía un ángel, uno muy sudado, por cierto, lo mire con cierta ternura, seguramente había terminado completamente sudado por a ver estado bailando demasiado, se esforzaba demasiado. Me levante dispuesto a ir a abrazarlo, como acostumbraba, pero esa mirada fría que me lanzo me dejo parado sin saber que decir. ¿Qué le pasaba? El jamás se comparaba de esa forma, ni siquiera aunque pasaran las cosas mas graves. Como en el accidente de KyuHyun, el se mantuvo positivo ante todo, o por lo menos al frente de nosotros, por que estoy seguro de que cuando nadie lo veía lloraba como una magdalena. Me pregunto si habrá reaccionado de la misma manera cuando yo me accidente el año pasado, aunque lo mío no fue tan grave… Ah, concéntrate, tienes que convencerlo para que no se enfade.
Abrí la boca dispuesto a decir algo, mientras le lanzaba una de esas miradas de “Soy el hombre mas sensual y encantador del mundo” que yo se que nadie puede resistirse, ni siquiera el. O eso pensé, por que lo siguiente que vi fue como tomaba algo de ropa, una toalla y entraba al baño. Sonreí de medio lado y lo seguí desde atrás, dispuesto a colarme bajo la ducha con el y hacerle el amor, pero no, parece que eso tampoco estaba en sus planes, me cerro la puerta en la cara y puso pestillo para asegurarse de que yo no entrara.
Suspire, y baje la mirada hacia mi entrepierna, rayos, de solo imaginarme que en este momento duchándose, con el agua corriendo por su delgado y tan bien formado cuerpo, por su piel morena… Ah, maldito RyeoWook, como me calienta.
Salí de la habitación y fui hasta la cocina, encontrándome con LeeTeuk que preparaba algo de arroz frito, con un gesto de manos lo salude, pero este enseguida se me acerco y tomo con fuerza mi mano, tirando de ella como un bruto.
-¡Au, au! ¡¿Pero que mierda?!-Alce una de mis manos dispuesto a golpearlo, pero me detuvo de una vez. Me trague mis palabras y groserías al ver como me veía de forma furiosa, como si en cualquier momento pudiera explotar.
- ¿Tu eres idiota o te haces? Por tu culpa tuvimos que cancelar la grabación de hoy día, deberías ser mas cuidadoso, estúpido.
-¿Aaah? ¿Pero que dices? Yo no e echo nada. –Voltee mi rostro hacia un lado, ciertamente indignado.
-¿Tu crees que RyeoWook no se da cuenta que lo vigilas? El no es estúpido, desde el primer dia se dio cuenta, pero no le tomo importancia por que pensó que era un capricho tuyo. –Lentamente me empezó a soltar, no me atreví a decir nada, así que el Líder prosiguió.- ¿Cómo puedes pensar tan mal de el? ¿De verdad piensas que el coquetearía con cualquiera? –Se cruzo de brazo, y resoplo.- Y me ofendes a mi, además, como si yo fuera capaz de hacerte algo tan cruel como meterme con quien te gusta, imbécil… Deberías confiar mas en nosotros, si no quieres que las cosas terminen mal, y me refiero a toda la banda.
Tenia razón, tenia toda la maldita razón, y en momentos así me daba cuenta, una vez mas, por que era el líder, no solo por ser el mayor, el era el líder por ser quien era, por ser el maravilloso LeeTeuk, como una verdadera madre. Solo pude darle un pequeño abrazo antes de volver a la habitación, dispuesto a arreglar las cosas con mi lindo Wookie, pero antes de eso, debía ir a comprar algo.
Después de media hora, volví a la habitación cargando una pequeña bolsa amarrilla de regalo con una de mis manos, y, tras mi espalda, una pequeña rosa blanca, como sabia que le gustaban a Wookie. Al entrar, lo vi ahí, sentado en la cama con un adorable pijama de seda verde, y un gorro para dormir de conejo que le había regalado Siwon en su cumpleaños pasado solo para molestarlo un poco, pero que por esas cosas de la vida, resulto fascinarle, o tal vez solo lo usaba por educación, obviamente nunca noto que todo era una broma pesada. Cuando me vio desvió la mirada enseguida, parecía que ya estaba un poco mas calmado, así que me acerque hasta el, sentándome a su lado.
-Wookie…-Comencé a hablar, pero el menor me hizo callar con sus palabras.
-Quiero que confíes en mí. –Y entonces lo vi, como sus afilados ojos empezaban a aguarse lentamente. Ya lo había visto llorar un por de veces, pero pensar que yo era el que lo había provocado me partía por dentro. Mi garganta se seco de golpe, y trague duro, dejando que hablara. Aunque mientras que lo hacia, parecían pequeños balbuceos infantiles, ahogados por sus sollozos, ya no podía comprender lo que salía de su boca, pude entender que era lo que quería decirme desde el fondo de su corazón.
Lo abrase con todas mis fuerzas, y me acerque a plantarle un pequeño beso. Iba a gimotear un poco más, pero no lo hizo al ver como le tiraba de golpe aquella rosa envuelta por papel de colores, en más, se la quedo viendo con completa ilusión y felicidad, como si solo con eso fuera suficiente. Y es que, el sabia que los gestos románticos no eran lo mío, así que supongo que era algo muy especial para el.
No me controle al verlo así. Con su respiración agitada por llorar, las lagrimas corriendo por sus mejillas, las cuales estaban levemente sonrojadas. El se veía genial cuando lo maquillaban, pero joder que era hermoso cuando estaba, así tan natural, tan dulce, tan apetitoso.
No me resistí, lo tumbe sobre la cama de golpe dejando sus manos sobre su cabeza antes de ir directamente a atacar su cuello en una seria de lamidas y mordidas que subían y bajaban, a veces me detenía a juguetear dentro de su oreja, o a marcar su cuello y mordisquear a cada rato su clavícula, que bien sabia yo, era su punto débil. Reacciono de forma rápida, al principio puso las manos sobre mi pecho, tirando de este en un vago intento por detenerme, mientras farfullaba algo como “N-No… Sigo enfadado, suéltame. ¡Suéltame, YeSung!” pero pronto sus quejas fueron reemplazadas por esos dulces suspiros que se le escapaban de forma inevitable. Y, finalmente, termino por dejarse hacer completamente por mí.
Me aparte un poco, solo para ver mas claramente como su cuerpecito se retorcía abajo mío, como sus delgadas y finas manos tiraban de las sabanas de forma insistente. Pero mis pensamientos me traicionaban de nuevo, y me lo imagino haciendo ese tipo de cosas con alguien mas, con quien sea, menos yo, y siento que puedo explotar de furia en ese mismo instante.
-Lo siento, cariño, pero esta vez no puedo ser amable. –Abrió los ojos de golpe entendiendo enseguida a que me refería, y antes de que pudiera protestar cualquier cosa ya lo tenía dado vuelta en la cama, sujetando de forma firme sus caderas para hacer que las alzara. Con mi otra mano me dirigí a su trasero, y empecé a apretar y acariciarlo aun sobre la ropa. Me arrodille para quedar en una mejor posición, y pude ver claramente como mordía una almohada para no tener que gemir. Sonreí de lado, me encantaba que se resistiera de esa forma, cuando era obvio que lo disfrutaba tanto, a mi no me lo podía negar. Le di una juguetona nalgada que resonó por toda la habitación, e hizo que un largo gemido se escapara de sus labios.
-Nada de reprimirse, quiero que gimas mi nombre toda la noche, Wookie. –Me miro por sobre su hombro, por el rabillo del ojo, sus ojos estaban completamente cargados de vergüenza. Si, yo lo sabia bien, en el fondo le encantaba cuando le hablaba así de vulgar, y a mi me encantaba obligarlo a hacerlo por igual. ¿Pero que clase de mente enferma tengo? No lo se, ahora no lo se, lo único que se es que quiero metérsela de una vez, y no esperare por mucho mas. Tire de sus pantalones y ropa interior, bajándolos hasta la mitad de sus muslos, y me quede encantado viendo su trasero, tan firme y moreno, ah, joder, mi erección tuvo una punzaba solo con esta maravillosa visión. Seguidamente subí un poco su camisa hasta la cintura, y lo acomode de mejor forma.
Tengo que decirlo, no hay nada mas sensual como el rostro de Woonie cuando hacemos el amor, pero esta era mi posición favorita, nada mejor como la visión de su cuerpo balacearse a cada embestida que le daba, de su piel cubierta con sudor, y por supuesto, de su maravilloso culo.
Baje mi propia ropa hasta mitad de nalga, y tome mi entrepierna, acariciándola un par de veces antes de apuntar hacia la rosada entrada del otro. Empecé un poco lento, solo para que sintiera como mi grandeza y grosor se colaban a su interior. Por que, seamos honestos, la tengo gigante. ¿Para que voy a hacerme el humilde? Es la simple verdad, y a mi lindo RyeoWook le encantaba, aunque no se atreviera jamás a admitirlo.
Lo siguiente que escuche fue el pequeño grito de soltó cuando por fin estuve por completo en su interior. Me quede en esa posición, disfrutando de su tierna carne, de su suave estreches, hundirme en su cuerpo era la cosa mas maravillosa y placentera que e experimentado en toda mi jodida vida, eso era un echo. Tome sus nalgas con mis manos y las separe, solo para tener una mejor vista. Y empecé a moverme.
De atrás hacia adelante, dentro y fuera una y otra vez de forma. Iba sumamente lento al salir, pero enraba de forma firme y brusca, provocando que nuestras pieles chocaras de forma inevitable, incluso el húmedo entrar y salir que producía mi polla en su interior me parecía sumamente sexy. Sonríe de forma arrogante, siempre me sentía tan poderoso cuando lo hacíamos, tal vez por eso Wookie me ponía tanto, era tan sumiso que solo con eso me subía un poco más el ego.
Vi como se movía de un lado hacia otro, gimiendo cada vez mas y mas fuerte con esa maldita vocecita erótica que tenia. ¿Es que acaso nunca se daba cuenta de lo sexy que era? Seguramente no, y por eso era tan tímido.
-¿Umh…? ¿Rico? –Se incline hacia adelante, quedando medio recostado sobre su cuerpo sin dejar de mover mis caderas en ningún instante, en mas, lo hacia de forma aun mas frenética y salvaje aun, mientras me dedicaba a respirar sobre su nuca y tirar de su cabello con los dientes de vez en cuando.- ¿Te gusta como te follo, Wookie? –Solté una pequeña risa al ver como negaba con la cabeza, obviamente avergonzado por esa clase de pregunta que soltaba en medio de tan pecaminoso acto.
Una de mis manos bajo hasta su entrepierna, atrapándola entre mis manos para empezar a masturbarlo de forma rápida. Mi propia erección punzaba con fuerza, y seria una completa humillación si terminaba antes que el otro, así que me decidí a hacerlo correrse de la forma más abundante posible. Aunque claro, no fue una tarea difícil, Wookie no tenia mucho auto control en este tipo de cosa, aun recuerdo nuestra primera vez, cuando se corrió solo por que se la metí, aunque, en ese entonces, aun era virgen, solo se me hace sorprendente que aun ahora no sea capaz de controlar su cuerpo. Y entonces lo pude sentir, como aquel cálido liquido se escapaba de su erección y manchaba mi mano y las sabanas bajo nuestro, lo mas grandioso fue sentir como su esfínter se apretaba y temblaba alrededor de mi pene, provocando que por instante mis ojos se pusieron en blanco solo del maldito placer, y que mi orgasmo llegara segundos después.
Lo marque como mío, una vez mas, llenando su interior de mi semen, tanto que este tubo que salir a presión incluso si yo seguía dentro, corriendo por sus muslos y goteando sobre la cama. Me quede así, agarrando sus caderas para que aun no se desplomara, con mi espalda arqueada, soltando mi único y ronco gemido de la noche. Y entonces lo solté, saliendo lentamente de su interior antes de dejarme caer a su lado.
Pasaron unos preciosos segundos en los que estuvimos recostados una al lado del otro mirándolos fijamente, casi sin pestañear, tratando de calmar nuestras respiraciones, y cuando el por fin se recupero, frunció los labios dispuesto a reprocharme cosas como “ Debes dejar de arreglar nuestras peleas con sexo.” Pero no lo deje. Puse mi mano sobre sus labios pidiendo un poco silencio, y estire mi brazo para tomar la pequeña bolsilla amarilla de regalo que había traído conmigo, de ella, saque una pulsera que puse alrededor de su muñeca. Le sonríe levemente, y empecé a hablar.
-Prometo confiar en ti, pero no confió en los demás… ¡Eres demasiado rico y sensual! ¿Qué quieres que haga? –Hizo una de sus divertidos pucheros al escucharme, a lo cual reí, y entonces lo abrase contra mi pecho.- No quiero que nadie mas te mire como yo, eres mío. De ahora en adelante tendrás eso para que todos vean que así es.
-Que romántico… –Susurro de forma baja, subiendo la muñeca en donde estaba la pulsera para verla bien, pero al ver lo que tenia escrito, se echo a reír, negando con la cabeza.- Retiro lo dicho, que estúpido.
Lo acompañe, carcajeándome a su lado antes de caer dormido junto a el, desnudos sobre la cama, yo con los brazos y piernas abiertos. Y el lindo de Wookie sobre mi pecho, perfectamente acurrucado.
“Propiedad de YeSung, perras.”