“GUÍA DE DISCOTECAS SUJU”. Sí, ése era el gran título que habían escogido entre todos para el libro que pensaban publicar en el mes de mayo. Todo empezó por que nos habían dado unas semana de vacaciones y, en lugar de optar por relajarnos y no hacer nada durante todo ése tiempo, habían decidido poner en marcha este estúpido proyecto. No es que no me guste salir de fiesta, es que salir cada noche me parece excesivo.
Y aquí estoy, delante del armario, mirando atentamente mi ropa, intentando decidir que ponerme. No es que me preocupe el modelito que me vaya a poner, sino la valoración que las fans van a hacer del mismo. Ah, que se me olvidaba: la guía incluye fotos de nuestras aventuras, para que las lectoras vean como salimos perfectos de casa y, a medida que avanza la noche nos convertimos en una réplica exacta de Amy Winehouse con moño incluido.
Es la tercera noche que salimos, así que la camisa roja, la verde y la blanca ya no me las puedo poner. ¿Camiseta de tirantes? No, que aunque sea primavera puedo pillar un catarro del quince y entonces Teukie me mata. ¿Cárdigan? No, que me cuezo… Ahora entiendo porque las mujeres se estresan tanto con la ropa. Que Dios se apiade de ellas…
- ¿Aún estás así? – dice Hyuk entrando en la habitación.
- Qué quieres… No estoy acostumbrado a esto: la mitad de la ropa que me pongo habitualmente me la dan, la otra mitad son un chándal o el pijama. ¡NO ME SÉ VESTIR!- digo sentándome en la cama desesperado.
- Lee Donghae, te presento a tu estilista personal- dice resiguiendo con sus manos su cuerpo.
- ¿Qué dices? Yo no veo a nadie…-
- Nunca pensé que diría esto, pero eres tonto. -…- ¡YO, HAE, YO! Serás merluzo…-
Dicho esto se ha metido – literalmente- dentro del armario. Está lanzando al aire miles de piezas que luego tendremos que recoger y murmura miles de improperios contra algunas de mis prendas. Oh, espera, creo que ha encontrado algo.
- 5 minutos. Te vistes. Te miras. Y bajas. Recuerda: hoy tu opinión sobre la ropa no importa.-
Miro la cama, donde ha dejado el “modelazo” que se supone que debo llevar esta noche. Ha dejado una camiseta de tirantes negra, unos vaqueros y una chaqueta de cuero. ¿Ya está? O sea, ¿no ha aprovechado para ponerme lentejuelas ni camisetas ridículas que seguro que hay en el armario? Este chico desaprovecha las oportunidades…
Ya están todos abajo. La mayoría van con camisetas sencillas con dibujos o letras formando mensajes un tanto ¿atrevidos? Sí, al menos eso creo cuando veo la camiseta de Kyuhyun. ¿Sabrá él que lleva un “Fuck Me, I’m Famous” en el pecho? Bah, siendo Kyu, el Evil Maknae, es obvio. Nadie más que él en este grupo se la pondría y de la manera que me está mirando, supongo que piensa aprovecharla al máximo.
Espera. ¿Sungmin lleva una camiseta de un conejo rosa? ¿Y Ryeowook de una jirafa? Ojalá sea un regalo de las fans y que se la pongan en honor a ellas, y que no se la hayan comprado ellos por propia voluntad.
- ¡Chicos! Como cada noche, toca hacer apuestas. Hoy toca apostar la cantidad de tías que se le acercaran a….. ¡DONGHAE! Pececito, hoy eres carne de apuesta. Súbete en el taburete para que te veamos, que en función de tu aspecto decidiremos la cantidad de tías que creemos que intentarán hacerte de todo tan solo con la mirada.-
Creo que en todos mis años como Super Junior, es la primera vez que me siento extremadamente avergonzado. Subido en un taburete, sin chaqueta y dándome la vuelta incontables veces para evaluar mi vestimenta. Alguien está soltando obscenidades y otros pidiéndome un hijo o tan solo una noche de pasión. Están todos idos; realmente, tienen un problema.
Siwon apuesta 50 euros a que me llevo dos tías; Yesung se pica y dobla la apuesta y la cantidad de chicas. Ryeowook salta a la palestra diciendo que eso es muy injusto por su parte, que el pececito sexy de Suju hace saltar las alarmas en cualquier local. Resultado: 300 euros a que se me acercan 10 tías en toda la noche. Pero cuando creo que este momento de tensión y idiotez a la vez se está terminando, Kyu sale de la nada y apuesta 500 euros a que se me tiran encima – según su vocabulario- 20 jamelgas. No sé si estoy más sorprendido por la cantidad de dinero que hay en juego o por la palabra tan rara – y a mi gusto, agresiva- que ha utilizado el pequeño.
- Apuesto 1000 euros a que no se le acerca nadie- dice Hyuk desde el fondo de la cocina. Ha conseguido un silencio sepulcral entre los presentes.
Vale. Es decir, apuestan todos cantidades razonables en algunos casos y desorbitadas en otros, pero TODOS han apostado a mi favor. Pero ahora viene el listo de MI MEJOR AMIGO y apuesta 1000 EN CONTRA. Qué poca fe en mí tiene el mono de los huevos.
Leeteuk como siempre, usando sus métodos disuasivos, nos ha hecho salir a todos de la cocina, con la excusa de que Ryeo tenía que hacer la cena. De reojo puedo ver como él y Sungim están extremadamente pegados y abrazaditos mientras Ryeo intenta coger un cazo del mueble… Para que luego digan que no hay nada entre ellos. JÁ.
Todos sentados delante del televisor, mirando fijamente la pantalla y con gritos infernales me piden que me siente a ver un especial de ¿Super Junior? ¿Es que a caso no nos vemos los unos a los otros cada día y sabemos cómo somos? Este tipo de programas les gusta más a ellos que a las propias fans, de eso estoy completamente seguro.
Eunhyuk está sentado en su querida bola gigante a la que los pijos le llaman PUFF. Tiene su lógica si piensas que cuando te tiras sobre él, se produce un sonido parecido al de PUFFFFF, pero me parece cutre. De todos modos, Hyuk está enamorado de su bola gigante.
- ¿Puedo? – digo señalando hacia donde está sentado Hyuk.
- Sí- dice sin mirarme. A él también le emociona verse en la televisión.
Estamos súper pegados; noto como su aliento choca contra mi frente y eso me relaja. No sé por qué, pero él tiene estos efectos extremadamente relajantes en mí. Un abrazo suyo, un apretón de manos o un “¡Ánimo!” que se escapa de sus labios; automáticamente hace que todo me parezca relativo y de fácil solución.
Aún así, hace varios días que está raro. Bueno, más que raro, la palabra sería inquieto. Tengo la sensación de que tiene que contarme algo, como si guardara un secreto. Me recuerda a mí cuando tengo que darle algún regalo: me pongo histérico. Cada vez que se acerca su cumpleaños paso tantos nervios que creo que un día moriré: pensar en el regalo, si le gustará o no, guardarlo para que no lo descubra… Definitivamente, es más fácil subirme a un escenario que preparar el cumpleaños de Hyuk.
- ¿Sabes que se puede ahogar un pez en el agua? – dice Hyuk en un susurro.
- ¿Y tú sabes que se puede ahogar a un mono con las manos? –
- ¿Sabes que los monos son más fuertes que los peces?-
- ¿Y tú sabes que los peces son más bonitos que los monos feos y mal olientes?-
- Pero, ¿tú sabías que…-
- ¡A CENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!-El grito de Shindong ha roto nuestra gran pelea animal sobre quién de los dos era más. Al menos, puedo decir que he ganado yo.
Es la primera vez que pasa esto. Se supone que hoy tocaba pasta italiana para cenar; macarrones o algo así. Pero se ve que no, que hoy vamos a comer spaghetti a la carbonara, o mejor dicho spaghetti carbonizados. A Ryeowook nunca se le ha quemado la comida, aunque tampoco ha cocinado nunca en compañía de Sungmin, su conejo amoroso. Suerte que ya han llamado al restaurante Míster Pollo: la comida nos es muy variada, pero al menos los estómagos de los aquí presentes dejaran de rugir cual león frente a su presa.
- Ryeo, ¿qué te pasa? Anda, vamos a tomar aire.- digo acercándome a él cuando ha empezado a llorar.
En el programa de “Explorando el Cuerpo Humano”, ya quedó demostrado que él es uno de los más llorones de Suju, de manera que antes de que empiecen a bajar lágrimas por sus ojos, se intuye que va a montar un drama del copón.
- Lo siento Donghae, me sabe fatal lo que acaba de pasar.- dice entre suspiros.
- Eh, no dramatices tanto: sólo se te ha quemado/pegado/chamuscado la pasta. Creo que lo podremos superar. – digo arrancando una sonrisa de la pequeña jirafa- Aunque la próxima vez, a Sungmin me lo quedo yo en el comedor y así no morimos intoxicados.
Hace una noche estupenda; la luna, las estrellas y un airecito estupendo que te invita a estar toda la noche sentado en una hamaca del balcón. Ay, ojalá que les gustaran más mis planes en lugar de tanta fiesta y alcohol. O quizás es tan solo el alcohol lo que les motiva a pendonear hasta altas horas de la noche.
- ¿Y qué? ¿Hace mucho que estáis juntos? –
- ¿Cóm…-
- Ryeo, no se te ha quemado la comida por nada…- digo con una gran sonrisa en la cara.
- Hará dos meses en breve, desde San Valentín.-
Ahora entiendo la sobredosis de alegría que lleva este desde hace unos meses hacía aquí. Y también entiendo las horrendas camisetas que llevan para salir esta noche.
- ¿Y tú qué Hae? ¿Cómo está tu corazoncito?- dice dibujando en el aire con los dedos un corazón.
- Yo nada. Creo que me he acostumbrado demasiado a la soltería; tener a alguien con quien compartir mí día a día sería una carga. ¡Soy un espíritu libre!- digo riendo y abriendo exageradamente los brazos.
- Yo también era un espíritu libre, hasta que me di cuenta de lo que tenía al lado. –
- Pues ahora, el que tengo al lado tiene pareja… ¡No soy un destroza-hogares, tío! – digo con las manos en alto.
- No seas tonto, Donghae.- dice dándome un suave toque en el hombro- Mira atentamente a tu alrededor y quizás te das cuenta de que algo se te ha pasado por alto.-
Y me ha dejado solo. Si hay algo en este mundo que encuentro sumamente odioso, es el hecho de que la gente se ponga en plan sensei y no expliquen las cosas con claridad. ¿Que mire a mi alrededor? Suju, SM, Suju, SM, mánager, maquilladores, estilistas… y vuelta a empezar. Por más que mire, nada se me pasa por alto, lo tengo todo controlado.
- Fishy, a cenar de verdad.- dice una voz detrás de mí.
No he visto a quién me ha avisado, aunque si la mirada asesina de Ryeowook, que llevaba un No comentes nada escrito en la frente.
- Entonces, ¿a dónde vamos?- dice Shindong mientras se pone la chaqueta. Este se apunta a un bombardeo aunque no sepa de qué va la guerra…
- Vamos a la sala Athena. Es un local propiedad del padre de unos de los chicos de la SM y ¡entramos gratis!-
Oh, gratis. Si hay alguna palabra que vuelva locos a Suju después de comida es gratis. Aún recuerdo el día que en una tienda del aeropuerto de China, nos dijeron que todo lo que había allí, por ser nosotros, era gratis. La dependienta tuvo suerte de que nadie le quitara también la falda. Aunque la sorpresa fue cuando descubrimos que Kyu había cogido uñas postizas autoadhesivas… ¿Para qué las querría?
Salir de casa siempre es una odisea: ponerse las chaquetas, distribución en los coches y programación de GPS. Cualquier día Teukie nos ata la mano a una cuerda para no perdernos por la calle.
El local no impresiona mucho; es más bien sencillito. No hay rastro de las luces de neón del de la noche anterior –que parecía un bar de alterne- ni de los porteros bordes que encontramos la primera noche.
Entramos por la puerta trasera, fotos para la guía y aviso por parte del líder: “Ante todo discreción”, la cual desaparece en el mismo momento que Ryeowook empieza a vociferar lo mucho que le gusta la sala VIP y lo cómodos que parecen los sofás. Suerte que todavía no ha empezado a beber…
Eunhyuk, que no ha hablado en todo el trayecto y se ha dedicado en cuerpo y alma a jugar al PACMAN en el móvil, se acerca a mí.
- Que sepas que me encargaré personalmente de ganar la apuesta. - dice dejando un suave beso en la comisura de mis labios. – No lo olvides.