Sus emociones se encontraban en una montaña rusa.
Habían abordado el lugar más terrorífico del corazón.
Podían ir de subida hacia la felicidad extrema y después caer en picada.
Podía llenarte de miedo por lo inesperado y al mismo tiempo morir de emoción.
- ¿Qué sucede contigo?- bajo la cámara de su rostro mirándolo detalladamente y atravesando los ojos felinos que le miraban con tristeza.-
- Nada – siempre evitando explicar sus pensamientos y ahogándose solo.
- Desde hace unos días estas de esa manera.- se fue hacia la mesita para asentar su cámara.- mejor vete a cambiar no puedo trabajar de esa manera, me exasperas- le destrozo nuevamente
- Idiota.- salió así, sin más… ya no tenía nada que perder-
- ¿Perdona?- pudo escucharlo pero no quiso entenderlo.
- ¡Todo es tu maldita culpa!- estallo en gritos – ¡¿Quién diablos te crees para aparecer de esa manera en mi vida y dejarla de cabeza?!- se acerco a paso rápido y le golpeo el pecho- ¡todo iba bien antes de ti!- sus puños se encontraban cerrados a más no poder con los nudillos blancos por la presión golpeando el pecho del mayor, mientras él se hacía daño con las uñas en la palma de sus manos.
- ¡Explícame que no entiendo!-mentira él lo entendía, sabia de sobra lo que el rubio quería decir-
- Tú y tus estúpidas sonrisas, con tus malditas palabras dulces, tan solo tú y tu maldita existencia. Dime ¿quién te crees que eres para tenerme de esta manera?, un día sonríes como si el mundo no importase y solo existiéramos tú y yo y al otro simplemente ignoras todo y te vas con la primera zorra que se te cruce...- sus insultos y reclamos fueron callados por la presión de unos labios suaves y fríos, le habían agarrado de la nuca y acercado sin más, sintiendo su corazón explotar de emoción.
- Eres un caprichoso, arrogante y engreído.-le había soltado solo para decir eso y volver al ataque de sus labios rosas, los cuales jamás le negaron el contacto y donde sus lenguas se encontraron saludándose con júbilo, queriendo llegar más al fondo, haciendo el beso más profundo y queriendo olvidar el respirar para no separarse nuevamente, sus ojos se apretaban con fuerza por ambas partes disfrutando la sensación del otro.-
- ¿Por qué… lo hiciste?- el hablar era dificultoso pues aun estaba agitado al no permitirle a sus pulmones tomar aire cuando lo necesitaba, sus brazos se enrollaban en la cintura del mayor recargando su cabeza entre su hombro.-
- Porque no te callabas- sonrío.
--*--
Era un lugar prohibido, un lugar sagrado, un lugar único… el cuarto de fotografía había pasado a ser su refugio de enamorados, apenas entraran Jonghyun le azotaría en la puerta, para poder acorralarlo y besarlo sin reparo. La pelea constante entre sus lenguas, el sonido de sus bocas al moverse una contra la otra, la fragancia adictiva para cada uno, sus corazones latiendo al mismo ritmo, la música de su amor.
Jonghyun lo besaba de esa manera porque lo extrañaba a cada segundo que no estaba junto a él, no sabía en qué momento aquel caprichoso joven de cabellos rubios había pasado a ser la razón de su existir y la musa de sus canciones.
Key jamás lo detenía porque sus labios lo reclamaban cuando su presencia era nula, era como una enfermedad y la única cura eran sus besos lo único que calmaba a su ansioso corazón era su presencia, su perfume.
Ahora las sesiones fotográficas no eran el juego de Kibum con sus miradas intensas ya que por fin eran correspondidas.
Era un juego de dos, a pesar de que la lente de la cámara no mostraba por completo su rostro le miraba intensamente, causando desastres en el sistema nervioso del menor. Era tan fuerte ese juego que la mayoría de las fotos que salían tenían que desecharlas enseguida por que cualquiera se sentiría incomodo al mirarlas y notar sus intensos sentimientos.
- ¿Cómo puedes ser tan hermoso?- sus labios soltaban sus hermosas palabras de nuevo mientras lo tenía sentado encima con ambas piernas a los costados ambos en aquel viejo sofá que habitaba en el cuarto fotográfico en donde el joven artista se aferraba a la estrecha cintura de su perdición.
- Es solamente una fachada amor – sus dedos curiosos acariciaban el rostro del mayor, con total admiración-
- No me refiero a tu físico- sus miradas se encontraron de nueva cuenta por milésima vez en ese día… pero tan intenso como si fuera la primera vez.- tú existencia es hermosa- sus pulgares hacían círculos sobre la suave piel del menor bajo sus ropas extravagantes, el tinte carmín de sus mejillas se intensifico ante tal comentario, y el rostro del mayor se acerco cortando la distancia y besando su barbilla.-
- Jjong…-su corazón empezó a galopar con fuerza, mientras sentía como le estrechaban más fuerte y deslizaban sus manos por su espalda debajo de su ropa, contacto que le hizo suspirar mientras cerraba los ojos; no tardo en despojarse de la prenda, quedando con el torso desnudo frente su artista, dueño de los ojos marrones mas hermosos que habia visto.
Era totalmente distinto el sentimiento, no había miedos, era casi como una necesidad.
Se levanto del sillón con su modelo colgado en sus caderas apretándole los muslos con fuerza para no dejarlo caer, llevándolo al escenario improvisado donde hacía poco habían tenido su sesión de fotos y asentándolo con delicadeza, sabanas blancas y azules adornaban el piso dándoles las bienvenida a una estancia más cómoda, la camiseta del mayor fue quitada con rapidez para quedar a la par en la entrega de sus cuerpos, Kibum lo comprendió no se trataba de la edad que tuviesen o del tiempo que tardara una relación si no de que tan verdadera sea. Ellos ya habían intercambiado sus corazones y sus almas, hasta el punto de solo vivir por la otra persona y la unión de sus cuerpos simplemente era inevitable, magnética, necesaria.
Sus piernas se desenredaron de su cuerpo, para ser despojadas de su vestimenta, podía sentir los suaves labios por su torso, regalándole besos por donde tocaran las manos del Jonghyun, bien podría decirse que su cuerpo entero fue llenado de besos pues su apuesto amante no dejaría ni un solo lugar sin su atención, le trataba con delicadeza extrema como si de porcelana se tratase porque para él, Kibum eso era su porcelana frágil y hermoso.
- Key…- el nombre del menor salió de sus labios por la sorpresa, se sentía dichoso de ser el espectador de tan hermosa obra de arte, su cuerpo desnudo aun con la poca luz que había en ese lugar brillaba cual diamante haciendo que Kibum se volviese tímido ante su penetrante mirada, ¿desde cuándo se había vuelto ese tipo de persona?, era claro desde que se enamoro perdidamente de su fotógrafo; levanto su cuerpo con una sonrisa entre sus labios y le rodeo el cuello volviéndolo a besar porque ya había pasado mucho desde que sus labios habían perdido contacto, Jonghyun le rodeo con sus brazos y le presiono contra su cuerpo haciendo que sus pieles se rozaran creando chispas entre ellos; sensación que amo y podría jurar que se volvió adicto a ella. Volvió a acostarse con Jonghyun encima suyo y sin separase un milímetro una de las piernas de Kibum fue sostenida por el antebrazo del mayor para mayor acceso, dejando de besar sus labios por tan solo unos segundos aprovechando para recuperar oxigeno mientras relamía sus dedos, ensalivándolos por completo de manera sensual para después volviéndolo a besar.
Un quejido, su cuerpo se tenso dolía, realmente dolía. Apenas paro solo para besarlo con profundidad haciendo que se relajase y olvidara así sucedió repitiendo la actividad hasta quedar preparado, no era del todo agradable la sensación de dedos en su trasero pero por Jonghyun no le importaba nada, los pantalones del castaño bajaron por sus piernas liberando su intimidad despierta y erguida, rozándola gentilmente por la entrada del menor.- dolerá solo un poco- era tal su paciencia que le penetro cuidadosamente… con pausas para que se acostumbrara de apoco, sintiendo como la uñas del menor se encajaban en su musculosa espalda, no podría comparar ese dolor con el que tendría su pequeño en ese momento- solo un poco mas- se escuchaban los jadeos del mayor cada que se adentraba mas a esa estrecha cavidad la cual le abrazaba de manera deliciosa, hasta quedar completamente adentro.- Perdóname- el menor aun con sus ojos cerrados negó con suavidad, el también quería esto. Con su mano libre quito los mechones pegados en el rostro de Kibum distrayéndolo y esperando a que se acostumbrase a la intromisión. Beso sus ojos y empezó a embestir suavemente, con delicadeza.
Sus cuerpos se complementaban perfectamente tanto como si fueran parte de rompecabezas, eran las piezas faltantes en la vida del otro lo que necesitaban, como si todo tuviera sentido.
El dolor se había ido, siendo sustituido por el placer gemía y gritaba el nombre del mayor, se aferraba a su cuerpo con fuerza aun si su brazos se dormían, su cuerpo era embestido a una velocidad distinta mas rapida y profunda, se buscaron a tientas encontrando sus labios nuevamente besándose antes de acabar en conjunto ahogando sus gemidos en sus bocas.
- Te amo – era la primera vez que aquellas palabras salían de su arrogante boca, eran palabras sinceras, verdaderas.
--*--
- Kim Jonghyun- levanto su cuerpo del cómodo césped, con pereza para mirar a la persona que le había llamado.
- ¿Sí?...-se vio a si mismo intentando mantener el equilibrio después de sentir un fuerte golpe en el rostro el cual le había roto el labio- lo sabías, Kibum tenía dueño.- se limpio el residuo de sangre con la mano.
- Te equivocas, el jamás se entrego a ti- le dolía porque era verdad, su relación siempre había sido como una amistad. Lo había notado desde que le asignaron ese trabajo al rubio. Kibum corría después de clases al cuarto de fotografía, nunca lo había visto tan feliz como en ese entonces y le preocupo, no quería perderlo; así que le fue a advertir al fotógrafo que su modelo ya era futuro de alguien. Jonghyun se decepciono en ese entonces y le trato de evitar, realmente lo trato usaba todas sus fuerzas para ignorar sus miradas, rehuía sus ojos cuando lo buscaban y ni hablar de cuantas veces había contenido la respiración solo para no caer presa de su adictivo aroma y volver a Kibum un infiel; pero nada había funcionado solamente había intensificado el sentimiento hasta hacerlo irrompible, real. Y ahí se dio cuenta de que Key nunca había amado realmente, por lo tanto la culpa, la paso de largo y se entrego por completo.-
- ¿Y piensas que de amor se puede vivir?, por favor no seas ridículo.- le escupió las palabras, y lo devolvió a la realidad.- jamás lograras darle todo lo que necesita y sus padres nunca te aceptaran.
¿Tan necesario era eso que todos llamaban dinero?, ¿podía aquel sucio papel comprar la felicidad?... se había negado a creerlo, pero siempre veía a su pequeño con las ropas de diseñador más caras, y sus bolsa de maquillaje que marca y hasta sus zapatos era lo ultimo... lo importado, lo sabía porque Kibum le contaba todo eso, durante sus momentos de niño caprichoso y mimado le contaba sus historias de compras o sus “aventuras“ en el armario en busca de lo indispensable para ponerse, podría sonar ridículo pero también amaba esa faceta del menor pues bien veía sus ojos agrandarse y brillar con emoción. Pero eso era solo el inicio… Kibum nunca había sido una persona que le faltara algo, su vida era demasiado cómoda, con lujos y era algo que un joven artista como Jonghyun no podría brindarle.
--*--
- Terminemos – su mochila cayo de su hombro con estruendoso ruido, Jonghyun miraba un punto fijo luchado consigo fuertemente para no caer y decirle que era mentira.
- Cariño, no bromees de esa manera.- una sonrisa quiso ser formada pero el miedo era fuerte.
- No estoy bromeando, ya me canse de esto, parece un juego de niños.- apretaba sus puños y las lagrimas de Kibum salieron de sus ojos aun sin parpadear, era doloroso, ardía por dentro y podía sentir a su cuerpo pesar toneladas mientras olvidaba respirar.
- Jonghyun basta no hagas eso.- quería creer firmemente que solo era una mala broma…
--*--
Desconocido así lo trataba Jonghyun como un completo desconocido el día que terminaron, fue el último día que trabajaron juntos, por lo tanto ya no había más excusas para verse. Pero Kibum colapso. Su corazón se negaba a latir porque ya no había razones para ello se hundió en la tristeza de las blancas sabanas, ahora manchadas de lagrimas, ya no salía.
Era doloroso, insoportable, cada segundo de su vida deseaba salir corriendo y buscar a Jonghyun rogando por su amor. Era la primera vez que Kibum había amado; no pensaba que la vida tuviera más sentido sin la presencia de Kim Jonghyun su adorado artista de ojos de cachorro, porque a pesar que le había roto en miles de pedazos, le seguía amando con cada uno de ellos; le había quedado claro que su existencia era solo por Jonghyun.
Woohyun fue testigo de su autodestrucción, intentaba darle de comer pero Key se negaba, nada entraba en su cuerpo pues era desechado al poco tiempo.
Su presencia dejo de brillar, su cabello se volvió pálido y casi no hablaba; se la dedicaba a soltar gruesas lagrimas cuando estaba solo destruyéndose con sus propios pensamientos.
- Fue mi culpa.- se apoyo en la puerta del cuarto de la diva, de la cual poco quedaba ya, mientras Kibum seguía enrollado entre sus sabanas sin ganas de mirar el mundo.- yo le dije que jamás...-rodo entre la cama intentando posar su mirada en el cuerpo lleno de culpa del mayor.
- ¿Qué intentas decir?-el mayor trago saliva para terminar la frase
- Le dije que no podría darte todo lo que necesites.-
- ¿Lo sabías?-
- Desde el inicio... nunca había visto una sonrisa más deslumbrante en tu rostro hasta que le encontraste y sentí envidia de él, durante nuestro tiempo juntos no llegue a ver esa felicidad en tu rostro.- Woohyun se rompía el corazón, para reparar el de la persona que mas amaba, porque a pesar de todo el lo amaba.
- Yo… lo siento…- su cuerpo intento levantarse de esa cama para darle consuelo, pero al mismo tiempo se desvaneció…
- ¡Kibum! –su voz resonaba por los pasillos para después aparecer entre la puerta, diviso al chico de finas facciones sentado en la orilla de la cama y corrió hacia el verificando que no se haya hecho daño alguno, y notando al mismo tiempo que se encontraba más delgado de lo usual, para sentir una fuerte punzada en su pecho, abrazándolo con fuerza hacia su pecho, Kibum creía que sería una de sus alucinaciones pero cuando sintió su tibio contacto sintió morir de felicidad, había extrañado esa calidez que solo el cuerpo del mayor emitía. Woohyun le había mandado un mensaje desde el celular de Key diciéndole que se había desmayado, Jonghyun abandono con rapidez el salón de clases corriendo como si la vida se le fuese en ello, pues su corazón moría de miedo.-
- Jonghyun…- susurro, y el mayor se percato de sus actos intentando separarse al momento.- ¡Ni te atrevas!- quedo quieto de nuevo- eres un idiota, ¿lo sabías?-asintió, pero ahora ya no había marcha atrás. El volverse a encontrar solamente volvió imposible separarse nuevamente
FIN ~