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Poseeme una vez mas. por ShimaAndYuu

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Notas del fanfic:

Se supone que tenía que subir primero "Lagrimas negras", pero buscando en lo mas profundo del bolso de mi escuela (Que es mas o menos como el bolso de Hermione, donde se encuentra de todo), me conseguí con este hermoso fanfic que escribí hace tiempo.Le cambié unas cantas cositas y lo subí. Espero que les guste :)

 

Notas del capitulo:

Sin mas bla bla bla, los dejo con POSEEME UNA VEZ MAS.

 Lean:

POSEEME UNA VEZ MÁS.

 

 

 

            La tristeza ahogaba el frío sentimiento que atravesaba su mente y corazón, al tener un cuerpo ajeno aferrado sin esperanzas de soltarse pronto. Aún así, pensaba en un estúpido silencio y en como llenarlo con palabras adecuadas para no herir el corazón que latía en su pecho y mucho menos el otro corazón que se desvivía por él.

 

            No saben cuanto tiempo pasó, no saben si alguien los vio. Llegó el momento de separarse de sus brazos, el solo pensarlo hacía que quisiera fundirse en ellos en una alianza inseparable.

 

-                     Ya es hora – una voz entrecortada y débil obligó al silencio a irse.

-                     ¡No! …no por favor… no te vayas todavía Ruy. – entre llantos y sollozos, imploraba el cuerpo arrodillado sosteniendo la chaqueta del que aún estaba se pie a punto de derrumbarse.

-                     ¡Brake!, no seré capaz de irme si sigues llorando. Volvía esa voz débil, pero esta vez esquivando la mirada azul profunda de un lindo castaño arrodillado en frente de él.

 

 

Esos hermosos ojos que guardaban el color del mar en ellos. Brillaban más de lo normal por las lágrimas que contenían.

Se derrumbó, abrazando aún más fuerte ese cuerpo ajeno. Sus ojos oscuros comenzaban a llorar mientras acariciaba el cabello castaño. Esa fue, talvez, la despedida más dolorosa de su vida; había encontrado el sentimiento suprimido, alguien por fin hacía latir su pecho con fuerza y sus manos temblar.

Los padres del mayor con su presencia inundaron de tensión el lugar. Ellos estaban al tanto de la situación, aunque no estuviesen de acuerdo.

Los gritos ahogados de Brake golpeaban una y otra vez el orgullo de Ruy.

 

 

Ruy: 18 años, cabello gris, ojos oscuros, estatura media, futuro ingeniero (según sus padres), becado en una de las mejores universidades del país.

Brake: 15 años, irreverente, castaños, ojos azules, piel blanca en exceso, bajo para su edad.

 

            Dos seres que se entregaban en cuerpo, alma, pensamiento y corazón.

 

-                     ¡¡No se lo lleven!! – unos ojos azules gritaron desesperados y se colocaban demoníacos y perturbados al mismo tiempo en que lanzaban una bofetada al rostro del padre de los ojos oscuros.

-                     ¡Brake! – Interrumpió el mayor que se quedaba viendo la escena estático.

 

Esa bofetada no afectó en absoluto al señor. Ruy abrazaba al hermoso castaño, en un intento frustrado de contenerlo.

 

-                     Sería mejor dejarlos juntos esta noche, pasaremos por ti mañana Ruy. – La voz de un ángel inexpresivo. Una madre, la cual se llevaba a su esposo fuera del recinto, dejando tras la puerta a almas gemelas abrazadas.

 

Permanecieron así, mientras una respiración se calmaba en los brazos de la otra.

 

-                     Prefiero morir antes de tan solo… pensar en perderte – Dijo el castaño calmándose, escondiendo el rostro en el pecho del mayor.

 

 

Levantó la vista con dificultad. Al rozar sus labios, desapareció el mundo; un pequeño contacto, solo sentir el calor del otro era suficiente para sentirse el rey del universo entero, deseaba mas que nada desgastarse en el cuerpo del menor, deseaba mas que nada escapar de la realidad agotadora hacia las fantasías en que todo era perfecto.

Continuaron el beso apasionado, las manos suaves del castaño acariciaban fieles la espalda del mayor, era más el amor concentrado en pequeñas cantidades. Sus manos ahora se enfocaban en la cintura de la mirada oscura.

            El mayor recostaba con suma delicadeza el cuerpo del castaño en la cama, esa que había sido testigo del amor de los dos tantas veces; tantas que ya era como el portal entre lo terrenal y lo celestial. No rompieron el beso en ningún momento, solo para respirar. Es que besarse era la manera de decirse lo que no se podía con palabras, además del amplio deseo que se tenían uno con el otro desde que se conocieron en aquel lugar. En aquel burdel, Ruy buscando su primera aventura con cualquier mujer. Brake intentando escapar de los ancianos con los que solía acostarse por dinero.

 

            Ambos se enamoraron al instante y esa noche, Ruy ayudó a Brake a escapar de ese oscuro lugar, lo que vino después no fue más que felicidad para ambos. Nunca se habían sentido así, y ahora Ruy se iba a la universidad, no quería hacerlo, porque eso significaba no volver a ver a su novio, y tendría que dejarlo en la calle, pues Brake vivía con él.

 

            Pero en este momento solo quería concentrarse en lo que estaba a punto de hacer, talvez esta sería su última vez juntos, aunque por su mente pasaban todo tipo de ideas bizarras para seguir junto a Brake, pero esconderlo en una maleta y llevárselo con él a la universidad no era una buena idea. Entonces dejó de pensar y comenzó a sentir.

 

            Ruy encima de Brake, ansioso por consumir el cuerpo debajo de él. Deslizaba sus manos debajo de su camisa, ambiciando cada vez más el cuerpo del otro. Las ganas de tenerse eran incontenibles. Se lo tomaban con calma para que el momento durara, aunque el roce de sus cuerpos los excitaba aún más si era posible. Terminaron desnudos.

 

            Envueltos en las sábanas, Ruy penetraba al menor, haciéndolo gemir como nunca, con fuerza, con furia, casi salvaje, casi animal. Dándole embestidas rudas, profundas que los hacían ver estrellas a ambos. Llegando a lo más profundo, Brake no sentía dolor, si no un inmenso placer que lo recorría por completo. De esa manera que solo podía sentir con Ruy, rogando por que le diera más fuerte, hasta que ya no pudiera más. Hasta que sangrara si era necesario, pero Ruy lo amaba y sabía que por más grande que fuera su lujuria, no podría lastimarlo. Prácticamente temblaba al tener tantas sensaciones juntas, pero más que todo porque quería más y la frustración se hacía sentir en sus gemidos, los cuales posiblemente se escuchaban en toda la casa. Ya estaba casi al  límite y Ruy era una bestia que lo embestía con demasiada fuerza, y esto le encantaba. Aún así quería más, más de lo que su pequeño cuerpo podía soportar, más, más y más.

 

 

-                     Ru-y, rompe- ahh!! me – Suplicó entrecortado por los gemidos. – Quiero sentirte más.

 

 

Ruy obedeció, y es que el también quería fundirse en ese cuerpo. Le dio un beso más antes de voltearlo y hacer que Brake se sostuviera solo con sus rodillas y manos. Volvió a penetrarlo, casi lloraba de lo delicioso que esto se sentía; mucho mejor que la primera vez. Comenzó a moverse, otra vez con furia, sacando hermosos gemidos en el castaño, posiblemente se quedara afónico al día siguiente. Sus penetraciones comenzaron a ser cortas y rápidas anunciando su orgasmo, los gritos de Brake lo excitaban aún más, y comenzó a masturbar el miembro del castaño, quien se corrió en menos de dos segundos seguido de su amado que se corrió dentro de él.

 

Se dieron beso tras beso toda la noche hasta que el sueño los venció, quedándose dormidos abrazados en el calor de sus cuerpos.

 

Inevitablemente amaneció, demasiado rápido para su gusto. Y los despertó el sonido aturdidor y fastidioso del timbre de la casa. Ruy se levantó dándole un beso en los labios a su novio que dormía hecho una bolita entre las sábanas. Sus padres, fue lo primero que pensó, mientras se colocaba una pijama limpia. Al abrir y confirmar sus sospechas, comenzó a decir lo que había planeado la noche anterior antes de quedarse dormido junto al castaño.

 

-                     No me voy a ir a la universidad, me voy a quedar con Brake y voy a trabajar para vivir con él en esta casa. – Dijo sin más, aterrado de la respuesta que obtendría.

-                     Hijo, solo queremos lo mejor para ti – Comenzó la madre. – Si Brake te hace feliz, entonces te dejaremos con él. Nos mudaremos a Italia la semana que viene. Así que se quedarán los dos aquí.

-                     Gracias, madre. – Finalizó antes de abrazar a ambos padres y despedirlos. Deseándoles un buen viaje.

 

 

Cuando Brake despertó y no vio a Ruy a su lado, se asustó. Buscó algo de ropa y salió corriendo temiéndose lo peor. Pero toda preocupación quedó opacada al verlo tranquilo en la cocina preparando un delicioso desayuno.

 

-                     ¿Ya te vas? – Le preguntó.

-                     No. – Respondió dándole un enorme beso al castaño. – Me quedo a vivir el resto de mi vida contigo.

-                     ¿Qué? – Preguntó la mirada azul sin poder creerlo.

-                     Ya lo oíste, nos vamos a quedar viviendo juntos, y nos vamos a casar, y vamos a adoptar muchos hijo, y vamos a envejecer juntos, y… - Continuó con su monologo mientras el castaño lo miraba emocionado.

-                     Te amo Ruy – lo interrumpió.

-                     Yo también Brake – Le volvió a dar un beso más de los tantos que se habían dado, pero lo sabía y estaba conciente. En cada beso, se enamoraba más y más de su hermoso castaño.

 

 

FIN.

Notas finales:

Bueno, dejen rewievs...

Espero que les haya gustado. Si hay algún horror ortografico por hay, me disculpo por ser tan despistada...

Gracias por leer...

Nos vemos...

Chauu o.-


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