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Safe and Sound por S h u n

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Notas del capitulo:

ADVERTENCIA: Muerte de personajes

Safe and Sound

Los golpes a los barrotes y las risas burlescas se escuchaban por todo el piso, obligaban a despertar a cada uno de los habitantes, hoy era un día especial, hoy existía la posibilidad de que algunos “afortunados” fuesen nombrados. Hace algo mas de media hora que me encontraba despierto y sentado en mi cama, cuando el guardia pasó por mi celda… sonrió de lado, tenia la ligera impresión de que le agradaba. Se ahorro el golpe a los fierros que imposibilitaban mi salida de esa “habitación”. Mire por el rabillo del ojo a la celda contigua, apenas separados por una malla metálica, logre ver al chico que se ponía de pie y buscaba sus zapatos con la mirada… por solo un instante la fijo en mi, era alto y muy callado, nunca en los años que llevamos el uno junto al otro lo e visto reír, siquiera mostrar algún sentimiento cálido hacia alguien.

-¡Rápido princesas! – Un grito dirigido a los que aun no estábamos frente a la puerta esperando que nos marcaran. Suspire… y ahogue un grito de frustración, a pesar de llevar solo tres años aquí encerrado podía sentir temor en este día en particular, este día en que nos tomaban como juguetes con la escusa de que si demostrábamos fuerza y habilidad podíamos ser libres… o morir en el intento. Era simple y macabro, un sorteo llamaba a quince personas, divididas en tres equipos, los cuales se internaban en un edificio perfectamente adaptado para hacerte llegar a la locura a causa del terror. Cada equipo contaba con una llave, si lograban mantenerse vivos hasta encontrar la puerta podían darse como vencedores, libres… libres al fin.

Rápido me puse mis zapatos y me encamine hasta apoyar mi frente en los barrotes que se fijaban como puerta, un viejo guardia comenzó a abrir las celdas y marcar con un timbre el numero que corresponde a la inscripción de cada interno. Según recuerdo algunos rumores… ese código timbrado en nuestro cuerpo es una forma de reconocer a los jugadores, supongo que para quienes observan este juego de sangre y desesperación es más fácil seguir números, es algo impersonal… 

-Choi Minho – El guardia reviso la lista que traía para calibrar correctamente el código de mi vecino, apenas concluyo Minho extendió su brazo y en él se estampo un código, luego de eso el simplemente salió para formarse unos metros mas atrás, frente a una enorme puerta de metal – Lee Jinki – Lo mire calibrar nuevamente los números, anticipadamente extendí mi brazo derecho mientras, disimuladamente, dirigí mi mirada a donde Minho esperaba.

[…]

-Buenos días a todos, como la mayoría de ustedes saben el día de hoy los reunimos para hacer el sorteo de los quince afortunados participantes de esta prueba que, de hacer valer su fuerza, los llevara a una libertar condicionada – El administrador del recinto hablaba a través de un micrófono, apenas se desplazaba unos pasos en el escenario de concreto en medio del inmenso patio – Como cada año les explicare en que consiste, quince seleccionados de todo el recinto penitenciario son escogidos al azar, se les designa en tres diferentes grupos, los cuales, se internan en la torre ubicada al este, estos tres equipos deberán enfrentarse con astucia hasta que finalmente logren encontrar la salida que se abre solo con la llave que les otorgaremos, el premio de este importante trabajo será permitirles salir, vivir libres en sectores rurales, lo que resta de condena usaran un brazalete en su tobillo para cerciorarnos de que no se acerquen a sectores urbanos, pero el resto es cosas suya… un regalo magnifico ¿no creen?  -hiso unas señas para que un sujeto de traje, posiblemente su asistente, se acercara con un saco negro – Bueno, comencemos con el sorteo – su sonrisa me molesto, parecía como si nos hiciera un favor, es increíble… los años que e estado presente en el sorteo veo a quince diferentes personas desaparecer, gritos desgarradores escucharse desde esa torre; algunas veces son horas, otras veces días hasta que alguien logra abrir la puerta… algo malo pasa allí dentro, lo máximo de personas que e visto salir son tres, también esta el caso de que… bueno, nadie sale… - veamos, comencemos con la formación del primer equipo, numero 12454, acérquese por favor – un hombre quizá tocando los cuarenta años fue sacado de las filas por un guardia designado, luego llevado hasta un área marcada con el numero uno, se le entrego una llave que rápidamente oculto entre sus ropas, a él le siguieron cuatro de variadas edades – Mis felicitaciones señores, ahora procedan – el primer grupo es escoltado al este, donde se lleva a cabo la prueba – Se dará inicio a la formación del segundo grupo – uno a uno cinco hombres fueron llamados al frente y escoltados en dirección a la torre. Finalmente tocaba la formación del tercer y ultimo grupo, fue llamado el primero, el segundo y el tercero… me dio un vacío en el estomago al notar que todos eran menores que yo, y el menor y mas delgado de los tres se le notaba aterrado – Numero 17436 – Los guardias comenzaron a moverse en las cercanías de mi fila.

-Numero 17436, Chio Minho – un guardia leyó a un costado de donde me encontraba. Minho… el chico que dormía a mi lado era convocado a participar en ese horrible juego. No sabía por que, pero sentía que se me inundaban los ojos al verlo avanzar hasta ubicarse junto al resto de los participantes, lleve una mano a mi boca y sentí un mareo repentino.

-Bueno, ahora el emocionante momento del ultimo llamado, no desesperen – El administrador metió la mano en su saco lleno de papeles con los números de los internos. Presione fuertemente mis dientes y tome aire – Numero… 17793, felicidades a nuestro ultimo privilegiado.

-…Gracias… - Susurre observando mi brazo, donde ese numero estaba marcado. Me sentía extraño, vacío de cualquier clase de esperanza cuando el guardia me jalo para obligarme a avanzar, cuando lleve mi vista al frente fue la primera vez que Minho y yo cruzamos profundas miradas, el parecía mínimamente alterado al verme acércame.

-Procedan señores –Fuimos rodeados por guardias y obligados a caminar en esa maldita dirección, a mis espaldas escuchaba las ultimas palabras del administrador para el resto de los reclusos -Y así, concluye la llamada de este año, suerte para el próximo señores –sin darme cuenta me quede quieto y observe hacia atrás, sentí como un guardia me tomaba fuertemente del brazo para hacerme caminar a un ritmo prudente.

-Escucha atentamente – su voz susurrante llamo mi atención, por el rabillo del ojo lo observe que era el mismo guardia que hoy en la mañana paso a despertarme, recordé su sonrisa y la pequeña probabilidad de que le agradara –hay cámaras que transmiten todo para la diversión de grandes hombres, con poder y fortuna– Trago saliva, trate de procesar lo que me decía. Mi vista vaga a la nuca de Minho que caminaba a poco menos de un metro de distancia, justa frente a mí – las cajas con marca roja contienen comida y armas, las azules… no las abras, te mataran. Trata de ocultarte de los otros grupos, ellos son mayores y sabrán que es más fácil ganar si les quitan la llave… o los maten.

-Po… ¿Por qué lo hace? – estaba asustado, intrigado… ¿Por qué ese hombre me ayudaba? ¿Por qué se arriesgaba de esa manera?

-Tu y mi hijo, Jeongmin, son idénticos… la primera ves que te vi en tu celda sentí angustia al confundirte con mi hijo… - el guardia carraspeo un poco al ver que prácticamente llegábamos a los pies de la torre – esa semejanza con él… desearía no tener que verte todos los días encerrado, has lo posible por sobrevivir al juego y vive tranquilo.

[… ]

Hace algunas horas que estamos dentro de la torre encerrados, hemos avanzado lentamente. En nuestro camino nos topamos algunos escombros y eso nos dificulta avanzar. Un grito se escucha en el piso superior a donde nos encontramos, por instinto retrocedo un paso y golpeo con algo de brusquedad en el pecho de Minho, el me rodea los hombros con un brazo y me hace una seña de silencio; los cinco nos agachamos esperando que cualquier cosa pase. Otra ves gritos, esta ves son ruegos, lamentos y finalmente el silencio.

-Retrocedamos – la suave vos del menor de nosotros se escucho asustada mientras se estiraba para jalar mi manga. Negué con la cabeza y le hice señas de que alcanzáramos una habitación a unos dos metros mas adelante, con angustia asintió.

-Mantente agachado Jinki – la vos de Minho contra mi oído me desconecta un segundo de a realidad, jamás me había hablado, jamás habíamos estado tan cerca… jamás me imagine sentirme seguro. Le hice caso, me solté de su agarre y trate de reducir al máximo mi tamaño mientras avanzaba silenciosamente hasta la habitación cercana, me adentre en ella y apure al resto de los chicos para que entrara. Allí nos quedamos un minuto, quietos… en silencio.

-Creo que se marcharon –Hablo el chico que fue llamado primero en nuestro grupo,Kibum, el de la llave. Me asome al pasillo esperando ver de un momento a otro que un hombre fornido apareciese dispuesto a aniquilarme…

-¿La puerta esta arriba? Lo digo por que… parece que el resto de los grupos esta en los niveles superiores – Hablo el otro, Jonghyun, era el mas bajo de nosotros. Me mordí el labio y trate de no fijarme mas en ellos, teníamos pocas esperanzas de encontrar esa dichosa puerta, vague la mirada por la habitación y encontré unas cajas, a lo mas tres, semis ocultas bajo una tela clara ¡Cajas! Me lancé como un loco hacia ellas, las contemple un momento recordando lo que el guardia me dijo.

-Las rojas tienen comida y armas – hable para transmitirle esa información al resto. Ellos al escucharme se acercaron y las observaron también… todas eran iguales, no había diferencia entre ellas ¿Me engañó?

-Aquí hay una marcada de azul ¿Qué trae ésta dentro? – el menor de nosotros sostenía una caja, con una cruz azul en su cubierta. Estaba a punto de abrirla…

-¡NO!

 […]

-Detengámonos… - mi voz se escucho en eco, llevábamos horas subiendo, bajando, corriendo… llorando. No lograba asimilar todo por lo que habíamos pasado, aun parecía una fantasía la perdida de Taemin, parecía un teatro la forma como ese hombre se llevo la vida de Jonghyun. Kibum hace un momento había dejado de llorar, no se si por el dolor de sus heridas o la perdida de los chicos –Minho, detengámonos. Kibum no puede seguir avanzando sin descanso – Minho miro a mi espalda, donde Kibum al borde del desmayo estaba apoyado – Tu también necesitas descansar Minho…

-Bien – Volvió un par de pasos, él era quien mas agotado debía estar, pues en un enfrentamiento habían logrado apuñalar superficialmente su pierna, el esfuerzo de recorrer ese edificio que parecía interminable debe tenerlo agotado – Descansaremos un momento – Me señalo unos bloques de concreto y restos de escombros que hacían una especie de cueva, un escondite para nosotros. Sujete con fuerza el cuerpo de Kibum que había recibido muchos golpes y heridas al tratar de defender la llave que aun colgaba de su cuello, me incline bajo los escombro y lo acomode al fondo. Deje espacio para que Minho se sentara con algo de esfuerzo, me senté a su lado y deje caer mi cabeza contra la pared… solo quería recuperar el aliento. Pase el dorso de mi mano por mi ojo derecho, la sangre que antes brotaba de mi sien turbaba mi vista. Suspire antes de romper la manga de mi camisa, al tratar de quitarla debí reprimir un quejido, la sangre seca provocó que la tela se pegara a mi herida… me toco ser valiente y tirar hasta que la tela se removiera y dejara mi brazo totalmente expuesto, allí en el antebrazo un horrible corte hacia gala – ¿Porqué no me dijiste que tenias el brazo tan lastimado? Habría cargado a Kibum yo –Minho hablo profundo, con critica en la voz.

- No… tu pierna esta peor y yo soy capaz de cargar a Kibum con un brazo – Me voltee a verlo y, sin saber porque, sonreí – No te preocupes – El volteo el rostro y ajusto el nudo de la improvisada venda en su pierna, luego simplemente cerro los ojos y su respiración se volvió pausada, como durmiente; me di el lujo de contemplarlo, sucio, desalineado… y aun así un joven atractivo. El silencio comenzó a incomodarme y las imágenes de una pesadilla pasaban frente a mis ojos, me removí incomodo- Ni siquiera puedo intentar cerrar los ojos por un minuto – Susurre abrazándome a mi mismo, estaba comenzando a hacer frio.

-Es normal – Voltee el rostro asustado, Minho no estaba dormido – Ha pasado un día desde que estamos aquí y lo único que has podido contemplar son hombres enloquecidos atacándote, cuerpos sin vida que bloquean tu paso… - Minho abrió los ojos y me observo – Aun antes de ser condenado yo veía cosas así a diario, conseguía medicamento que me forzaban al sueño pero una ves dentro no me permitieron tomarlos… pasaban días antes de que mi cuerpo y mente agotados me obligaran a dormir un par de horas – Su rostro pareció relajarse y curvo un poco los labios… como si sonriera, un escalofrío recorrió mi espalda – Luego la celda justo a la mía fue ocupada, un muchacho, al parecer intelectual, leía cada noche en susurros. Cuentos, novelas… fantasía y realidad, como si me hipnotizara escuchaba su lectura atento hasta que sin darme cuenta me dormía profundamente, fue tan reparador luego de años lograr conciliar el sueño naturalmente – Ahora si, una sonrisa fue revelada, una sonrisa que me pareció lo hacia ver mas niño, mas lindo – Gracias… Jinki - ¿hablaba de mí? ¿Me escuchaba leer todas las noches? Me dio un amistoso golpe en la pierna y me rodeo los hombros con un brazo atrayéndome a su pecho. Creo que me sonroje.

[…]

El frio minuto a minuto era mas agresivo, totalmente diferente al abrasador calor que experimentamos al comenzar la prueba, quizá era una señal de que estábamos por buen camino.

Tropecé, el sonido de la llave al resbalar del cuello de mi camisa y golpear el suelo me llevo un amargo sabor a la boca, me vi obligado a quitarle la cadena con la llave a Kibum luego de que el no despertara mas. Sentí como era rodeado por los brazos de Minho y levantado a la fuerza, luego me froto los hombros tratando de darme calor.

-Creo que estamos cerca – Asentí débilmente, ambos hemos avanzado internándonos en los fríos pasillos de los pisos superiores, hace mucho tiempo que dejamos de oír gritos o pasos, era como si solo quedáramos nosotros - Vamos… ven – Acomodo mi espalda sobre su pecho, con un brazo rodeo mi cintura y con el otro mi cuello, comenzamos a caminar lento, Minho trataba de evitar cojear.

- Espera… - Llegamos a estar frente a una puerta metálica, pequeña, ubicada a un metro sobre el suelo. Minho bajo sus brazos pero no se despego de mi, sabia que intentaría abrir esa pequeña puerta, lo había intentado con muchísimas mas, portones enormes, ventanas recubiertas… había intentado abrir cualquier cosa que pronosticara alguna vía de escape, y ahora estaba esta pequeña esperanza. Descolgué la llave de mi cuello y la ajuste en la cerradura, entro perfectamente –…Minho… - Aguante el aire antes de hacer girar la llave, un “click” se escucho y la cerradura cedió… con ansiedad abrí la puerta y note que dentro había un cubo hecho de metal, una cuerda lo atravesaba.

-Es un ascensor de carga… súbete- Minho pareció reaccionar al instante y me empujo levemente, con algo de dificultad logre montarme en el reducido espacio, atraje lo mas posible mis piernas para dejarle algo de espacio a Minho, el trato de acomodarse pero parecía no poder – Abre las piernas – Me ordeno y le hice caso, volvió a intentar entrar al ascensor y se sentó entre mis piernas, una ves completamente dentro tiro de la cuerda hacia abajo… pero nada paso – Ya no sube…

-Quizá hay que bajar – mi aliento golpeo su nuca, el solamente movió la cuerda en el sentido contrario, un sonido a ruedas viejas se escucho antes que el ascensor comenzara a descender a medida que la cuerda era tirada, bajamos unos pisos… hasta que una puerta deslizable apareció por el lado contrario por el cual hicimos ingreso; Ambos la empujamos fuertemente, parecía oxidada. La puesta se deslizo, una luz natural daño un poco mis ojos, se veía un campo arenoso ser paulatinamente iluminado… estaba amaneciendo.

-¡Felicidades!

[…]

Rasque mi tobillo, el brazalete de seguridad me provocaba comezón, sobretodo en esos días de calor. Arremangue un poco mi pantalón antes de salir descalzo de la habitación, ya era bastante tarde. Me encamine a la habitación contigua y golpee antes de entrar, mi compañero de casa estaba ya entre las cobijas acostado, mirando el techo, esperándome…

-¿En que parte te quedaste dormido? – Pregunte al aire mientras tomaba un libro de la estantería de la habitación de Minho. El sonrió de lado mientras me sentaba a los pies de la cama.

-Cuando Nora leía el diario… sobre el asesinato de la novia de Elliot, es lo último que recuerdo – Asentí buscando esa parte. Cada noche me internaba en la habitación de Minho, leía algunas páginas hasta que él lograba dormirse; Luego lo contemplaba… hasta que me sentía lo suficientemente avergonzado para huir hasta mi habitación. Comencé la lectura, luego de un rato la penetrante mirada de Minho logro incomodarme lo suficiente para enfrentarla.

-¿Qué? ¿Quieres que cambie de libro? Este es algo… - Interrumpió mi explicación levantando las frazadas, yo no entendía… opto por jalarme hasta que cayera contra las sabanas, me cubrió y me acomodo de tal forma que su pecho era mi almohada.

- Vamos, el libro esta bien, continua – Seguí algo avergonzado con la lectura, cuando su respiración se volvió pausada me detuve, levante el rostro para contemplarlo dormir. Metí el libro bajo las almohadas y me acomode mejor… me pregunto cuando comenzó a gustarme, si fue cuando se lastimo para protegerme en los juegos de la torre, antes, después… quizá esta mañana.

[…]

-¡No es justo! ¡Tus piernas son mas largas! – estaba frustrado, las carreras hacia la casa el siempre las ganaba, tenia ventaja física sobre mi y lo sabia. Escuche su risa cuando logro alcanzar la puerta con una considerable ventaja frente a mi, cuando llegue a su lado trate de ignorarlo.

-No te enojes – Me abrazo y beso mi mejilla. No estaba molesto, pero aun así apreté la boca mientras entrabamos a casa. Minho ya no tenia el brazalete en su tobillo, en unos meses me quitarían el mio – Que hare para que dejes de ignorarme – volvió a atraparme en sus brazos y se dejo caer conmigo encima al sillón. Comenzó a hacerme cosquillas.

-Detente… ah – Cuando se canso de hacerme reír por fin pude respirar correctamente, era increíble cuanto habíamos cambiado al estar viviendo justos en medio de la nada.

-…Jinki… - cuando levante el rostro para observarlo el estampo sus labios contra los míos, se sentía cálido.

-Te quiero – Sonreí antes de juntar nuestros labios en un nuevo beso. De esta forma, siempre me sentía sano y salvo en los brazos de Minho. 

Notas finales:

Gracias por leer :J


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