Capitulo XII: Kyubi
— ¡Teme!— Un alarido que provenía desde la cocina lo hizo caer del sofá hasta la alfombra que cubría gran parte de la sala. Sus ojos negros procedieron a acostumbrarse a la luz del lugar, de un golpe se sentó en el duelo y miró hacia la puerta de la cocina, en donde se encontraba un rubio con el rostro más asustado que en toda su vida había visto, se levantó, mareándose en el proceso y corrió al lado de ese rubio.
—Dobe ¡Dobe!— Le llamó, zarandeando el cuerpo tostado del rubio.
—Mira…— Señaló con el rostro blanco hacia un punto, el lavatrastos tenía un extraño visitante, una bolita de pelos color naranja, con los ojitos azules, unos bigotitos hermosos al parecer del moreno.
—Oh ¿Te asustó?— Naruto tenía el rostro escondido entre sus manos.
—Sí… Eh— Su rostro hizo una mueca extraña mirando la escena: Sasuke abrazando contra su cuerpo a ese minino, restregando su mejilla contra la del pequeño color naranja.
—Es un Dobe, no le hagas el más mínimo caso, minino— Le acarició, llevándolo contra su pecho, pasando al lado del rubio, yendo hacía el sofá para estar más cómodo.
— ¿Qué es…?— El rubio le siguió muy de cerca, mirando a esa extraña criatura.
—Si serás dobe, es un gato— Se sentó poniendo al gatito en sus piernas. —Toma— Le puso el gatito en el pecho, los cabellos rubios de la nuca se le erizaron.
—Está vibrando— Susurró acariciando al pequeño gatito blanco.
—Está ronroneando, Usuratonkachi— Le regañó, pero después le miró de reojo — ¿Nunca habías visto a un gato, Naruto?—
—No, la verdad que no— Sonrió sinceramente. —Oba-chan nunca dejó que tuviésemos mascotas, no conocía a los gatos… Pero ahora ya— sonrió abrazando al gato contra su pecho, quien ya se había quedado dormido.
—Ya, hoy es la fiesta de tu tío, ¿No? Tenemos que ir— Sentenció el moreno levantando algunas cosas de la sala, el rubio solo asintió cargando al gato.
— ¿Te lo llevarás?— Le preguntó tranquilamente, como si hablaran del clima.
—Oba-chan no me dejará tenerlo… Pero ya nos casaremos y podré tenerlo… ¿Podrías cuidarlo por mí, mientras ese día llega?— Le regaló una sonrisa sincera, cargada de ternura, el moreno solo pudo asentir ante tal hecho, esa sonrisa le ponía de alguna forma, nervioso.
Ambos fueron a la habitación para recoger sus pertenencias, la ropa que estaba regada en el piso fue desapareciendo poco a poco llegando a sus valijas, con la casa limpia y todo en orden ambos chicos se dirigieron al automóvil de Sasuke, Naruto a su lado, con el gatito naranja en sus piernas, Sasuke antes de conducir acarició al minino detrás de las orejas, sonriéndole.
—He de decir que… Fue agradable estar contigo una semana entera y… Espero poder soportar tu compañía por seis meses, dobe— Le miró de reojo, encendiendo el motor del automóvil.
—Espero lo mismo, teme— Sonrió acariciando al pequeño gatito, le gustaba, mucho. —Vamos a casa, pequeño… Te llamaré…— Se quedó pensando un momento.
— ¿Qué tal Kyubi?— Sasuke que no había abierto la boca para nada más que bostezar; había opinado, mirando al frente, sin emociones.
— ¡Me gusta! Kyubi— Dijo con el rostro sonrojado pegando su nariz con la del pequeño felino.
El regreso a la ciudad apenas y duró dos horas, ambos no decían nada entre ellos, solo Naruto le hablaba al pequeño gatito.
—Kyubi eres hermoso-ttebayo— Sasuke lo miró de reojo cuando dijo esa peculiar palabrita, nunca antes la había dicho, se sorprendió al ver al rubio feliz, muy feliz para su parecer, en toda su “amistad-compromiso” nunca le había visto así, sonrió internamente, quizá muy pronto lo vería de esa forma.
El rubio miraba a su abuela con el rostro lleno de preocupación, estaban en el enorme estudio de la mansión, hablando sobre el embarazo de Sasori, había tenido vómitos y algunos mareos, también si le sumaban los desmayos, era preocupante para el rubio.
—Deberías leer más, Dei— Su abuela le tendió un libro llamado; “Lo que un padre primerizo debe saber” Deidara miró confundido a su abuela, quien solo suspiró pesadamente. —Los mareos, desmayos y vómitos son normales, Sasori experimentará eso hasta los tres meses o quizá un poco más, debes ser paciente— Le dijo con una sonrisa, una sincera como las que pocas veces daba.
Deidara le miró aturdido, quería llorar de desesperación, le molestaba ver a Sasori de esa forma, sufriendo… Con paso lento se dirigió a su habitación, se alarmó al no ver a Sasori, pero se calmó cuando lo divisó en el jardín, mirando las rosas.
—Iru-chan— Le habló cerca del oído.
—Déjame— Le regañó mirando que todo estuviese en orden, los moños, flores y demás adornos para la fiesta.
—Pero hace días que tu y yo no hacemos cosas sucias— Kakashi hizo un puchero y tomó la mano de su amor.
—Vamos, estoy estresado… Debe estar todo perfecto, Kakashi… DE verdad que sí— Dijo desanimado a lo cual Kakashi le obligó a mirarlo de frente.
—Las cosas saldrán bien, no tienes que desanimarte— Dijo firme pero al mismo tiempo dulce.
La noche llegó acompañada del frío que acarrea su llegada, en la mansión Uzumaki ya estaban listos, Tsunade se veía extremadamente elegante, Sai llevaba de compañía a su amiga de cabellos rosas que recién había llegado, negocios eran negocios, Naruto no se quedaba atrás.
— ¡Vámonos-ttebayo!— Dijo sonriendo, les extrañó a todos, desde que Hinata había muerto, él había dejado de usar la palabrita “ttebayo” quizá la estadía con el Uchiha le había hecho bien.
—Tú te quedas, Sasuke vendrá por ti— Dijo la mujer mayor, mirando a su rubio menor con molestia.
— ¡P-pero!— Su rostro mostraba desconcierto.
—Será tu marido ¿No? ¡Vas a ir con él!— Sentenció y obligó a los demás a dejarlo, Sai le sonrió falsamente, mientras Deidara le sonreía con nervios.
Sin más se resignó, esperaría a Sasuke, no era que se iba a tardar décadas ¿Verdad? ¡¿Verdad?! Las horas pasaban y el moreno no aparecía, estaba sentado en las escaleras esperando la llegada de ese moreno, pero… Nada. Suspiró por quinta ocasión, decidiendo no ir a la fiesta, se levantó y al dar la media vuelta, el timbre sonó, Shizune se encargó de abrir la puerta, dejando ver a Sai en la entrada, molesto, en verdad molesto.
— ¿Qué ocurre?— Naruto se aproximó a su primo, con preocupación.
—Nos vamos— Dijo secamente, ofreciéndole su brazo.
—Estaba esperando a…—
—Sasuke, lo sé… Él llegó hace media hora y pensé que habías ido con él, pero me sorprendí al verlo con Gaara, lo siento— Murmuró bajo, bajando las escaleras principales junto al rubio, Shizune los despedía desde la puerta.
—Ah…— Sin saber porque, se sintió triste, Sasuke nuevamente le dejaba plantado por Gaara, quizá después de divorciarse, se casaría con ese chico de cabellos rojos, eso era bueno para ese teme.
—Tsunade oba-chan no se dio cuenta de eso, pero cuando lo sepa se molestará con el Uchiha bastardo— Murmuró Sai conduciendo el negro automóvil, Kakashi se lo había prestado, para que Tsunade no se diera cuenta de la ausencia del rubio.
—No le digas nada ¿Sí?— Susurró mirando distraídamente por la ventana.
—Sí— Murmuró mirando a la vacía nada.
El transcurso hacía el salón donde se llevaba a cabo la fiesta de compromiso estaba cerca, Kakashi no quiso hacer todo ese alboroto en la mansión, debido a que no quería ser un estorbo o carga para Tsunade y tampoco quería hacer trabajar más a los empleados de la mansión
—Apresúrate antes de que Tsunade-sama se le acerque a Sasuke— Kakashi los esperaba fuera del establecimiento, Naruto sonrió al notar que su tío si había usado las rosas que él le pidió se usaran.
—Ya, tranquilos— Naruto se acercó rápidamente a su abuela, saludando y haciendo una reverencia a todos los que encontraba por donde pasaba. Sonreía fugazmente a quien le agradaba y a quien sabía debía hacerlo.
—Sai ya tardó más de lo normal en el baño— Naruto rió mentalmente, su primo había usado una excusa muy barata para ausentarse.
—No debe tardar, Oba-chan— Naruto le hizo una reverencia y Tsunade apretó las suaves y blancas mejillas de su nieto menor.
—Ah, Gracias por traerlo, Sasuke— Al escuchar este nombre Naruto abrió los ojos enormes, y sus nervios se hicieron presentes. Sakura se tensó y miró a Sasuke.
Sasuke no contestó, se había olvidado completamente del rubio… Otra vez, chasqueo la lengua y negó con la cabeza, haciendo una reverencia, Sakura le hizo una seña de que se fuera a lo cual se molestó, dio media vuelta y se fue.
—Que muchacho más extraño— Sin darle mucha importancia a algo que según Tsunade no lo tenía, se dirigió hasta la mesa de las bebidas, seguida de Sakura que la vigilaba por pedido de Sai.
La fiesta llevaba su curso, los invitados hablaban amenos, algunos estaban en los balcones, bailando románticamente con sus respectivas parejas, aunque con Deidara y Sasori no era de esa forma, Sasori estaba devolviendo todo lo consumido en el día.
—Dime que no estás resfriado— La chica rubia atrás de él le miraba asustada. El chico de cabellos rojos rió ligeramente y unas lágrimas se colaron por sus bellos ojos y negó. —Dime que estás resfriado— Se asustó abrazándolo.
—No sé, porque se llaman náuseas matutinas, si pasan a todas horas— Susurró ligeramente. Ino había sido su amiga y ahora que Deidara estaba desaparecido ella se encargaba de socórrelo en esos momentos cuando a su bicho se le ocurría la absurda idea de devolver todo lo consumido.
— ¡Sasori no Danna!— Deidara entró corriendo al baño, seguido de Konan y un asustado Itachi, Sasori los miró y se sonrojo notoriamente.
— ¡Dei-chan!— Le regañó por ese alboroto. Deidara lo abrazó suavemente.
Itachi, Konan e Ino soltaron una risita, era cierto que Deidara a veces era sobreprotector con ese muchacho, Itachi se sintió nostálgico, él era así con Deidara antes de… De enterarse de Sasori.
Sasuke iba entrando al baño junto con Gaara y al mirar a mucha genta allí solo atinó a volver a salir, no quería estar presente en esos momentos tan emotivos para ambas familias, suspiró hondo y entró al baño de chicas, no había nadie y Gaara entró seguido de él.
—Pudiste avisar que no entrarías, tuve que saludarlos a todos— Murmuró molesto.
—No tenía porque hacerlo— Desvió la mirada y salió luego de arreglar sus cabellos.
—Oye, esa bola de pelos— No terminó de hablar, fue interrumpido.
—Se llama Kyubi y será nuestro invitado por unos días—Sentenció fríamente, siendo seguido por el chico de cabellos rojos.
—Bastardo— Masculló mirándolo, el moreno ni se inmutó, solo se dirigió a la pista y miró a Naruto hablando amenamente con un chico. Suspiró hondo y caminó hacia ellos, no quería hablar con Gaara, peleaban más de lo normal.
— ¡Neji!— Le llamó Kiba, agitando el brazo para llamar la atención del mencionado.
Naruto dirigió su mirada en dirección del chico de ojos color perla, suspiró tristemente y le regaló una sonrisa al chico solo les devolvía el saludo con una pequeña reverencia, su acompañante era una mujer de ojos… ¡Color perla! Naruto sintió que se caía, pero fue detenido por los brazos de Sasuke quien lo miró con molestia.
—Dobe— dijo con una de sus sonrisas marca Uchiha, que más bien eran de esas “Yo soy superior y tú no”
— ¡Teme!— Le apuntó con el dedo índice, olvidando completamente a Neji y su acompañante.
—Ustedes se llevan muy bien— Shino se les acercaba rodeando a Kiba con sus brazos, haciendo que este se sonrojase.
—Mentira— Soltó Naruto sin más. Los otros dos lo miraron con sorpresa y Naruto cayó en cuenta que nadie debía enterarse el porqué se casaban.
—El dobe es un bromista— Dijo con una sonrisa muy falsa, atrayendo al rubio hacía su cuerpo, el rubio se tensó y sonrió de la misma forma que Sasuke.
—Sí, eso… Eso— Rió nerviosamente y ambos chicos, rubio y azabache se alejaron de esos dos.
—Estás loco, no me toques— Rezongó golpeando el pecho de Sasuke.
—Cállate— Lo soltó bruscamente que estuvo a nada de caer al suelo, Sai detuvo al rubio.
—Uchiha bastardo cuídalo mejor, Tsunade-sama te matará si le haces algo— Le miró sin una sola emoción, dejó a Naruto allí y se fue sin esperar a recibir alguna respuesta.
—Copia barata— Masculló.
—Es un honor para nosotros el que hayan podido venir— Kakashi sonrió mirando a los presentes. —El motivo de esta fiesta es para presentar oficialmente a mi prometido, con ustedes— Murmuró abrazando fuertemente a su novio —Iruka, su nombre es Iruka— Sonrió —Me casaré con él— Dijo con una efímera sonrisa.
Los invitados aplaudieron, algunos otros se sorprendieron y es que el tema de la homosexualidad aún no era muy bien aceptada por todos. Pero a ellos no les importaba nada más que estar juntos, Naruto suspiró, miró a su derecha y divisó a la hermana menor de Hinata, le hizo una reverencia y se preguntaba… ¿Quién era esa chica? La hermana de Hinata definitivamente no era, esas ropas no las llevaba. ¿Quién era entonces?