Capítulo XV: Príncipe y… ¿Princesa?
Sus manos se movían sin piedad por las blancas teclas del piano, mostraba melancolía en su mirada, no le importaba que su familia lo veía tocar, era obvio que nadie se percataría de sus emociones o sentimientos, era tan obvio que nunca nadie se daría cuenta, a excepción de Deidara… Allí estaba él, con Sasori y Naruto, los tres, invitados por Sasuke, su madre, Mikoto acompañando a su marido, Fugaku, Sasuke y Gaara… Sonrió irónicamente ¿Acaso ellos estaban destinados a no ser felices? ¿Siempre sería así? Sasuke quería a Gaara, pero ese rubio se le hacía tan lindo, tan tierno, igual a Deidara.
—¡Que hermoso!— Exclamó su madre abrazándolo fuerte, quizá ella si se había dado cuenta de los sentimientos expresados en la pieza.
***Flash Back***
Su adolescencia pasaba sin ninguna novedad, sin ningún contratiempo, a excepción de que se había enamorado de un rubio de ojos azules, sin embargo era su mejor amigo y por ningún motivo se lo diría, era obvio que si amigo era hétero, y él no quedaría como un chico que… Le atraía el mismo sexo.
—Dei…— Murmuró mirando fijamente a las bancas de enfrente, al lado de la ventana estaba su amigo rubio, no ponía atención a las clases, solo miraba por la ventana y él, él solo dibujaba a ese chico rubio, todas las clases se la había pasado dibujándolo, con una sonrisa boba en los labios.
—Uchiha-san ¿Me está poniendo atención?— Era la tercera vez que la profesora le llamaba la atención.
Él solo atinó a mirarla y sonreír nerviosamente, la mujer solo bufó molesta y negó con la cabeza.
—La próxima vez, le castigaré— Le regaló una mirada asesina, él solo sonrió y miró a Deidara, quien le sonreía ampliamente, dejó sus lápices y borradores de la mesa y optó por poner atención.
***End Flash Back***
—No puedo competir con él… Tendrá un hijo… Un bebé— Sonrió amplia y falsamente.
—Así es, hijo…— Su madre le dio un par de palmaditas en la espalda, estaban en el departamento de su hijo, recordando cosas, festejando el aniversario de Fugaku y Mikoto, los sofás de cuero negro estaba acomodados estratégicamente para que sus invitados se sintieran cómodos, la mesita del centro estaba lleno de copas, algunas con licor y otras con solo jugo, claro, pensaba mucho en el bebé de Deidara, a pesar de tantas cosas, no le guardaba rencor a Sasori.
—Siempre pensé que ustedes no aceptarían un matrimonio de ese tipo… Hasta que, bueno… Sasuke— Itachi sonrió de lado, mirando a su hermano, quien charlaba con Deidara.
—Oh, por dios no… Nosotros siempre hemos sabido que nuestros retoños pues… Tú sabes, pero cuando Konan y tu dijeron que se casarían por el bien de las empresas Uchiha y Yutaka, pensé que ella realmente te había enamorado, pero… No es así, sigues amando a Deidara ¿Verdad?— La mujer le sonreía con la ternura propia de una madre.
Itachi no dijo nada, solo miró hacia afuera, su balcón tenía una excelente vista, los techos de las casas eran visibles desde ese piso, techos de colores, muchos colores; algunos muy coloridos y otros, otros tantos solo eran tejas anaranjadas, los arboles también eran visibles. Sus colores verdes pintaban la ciudad, podía ver la pequeña plaza llena de gente, quienes hacían algunas compras, la tienda de helados era el lugar favorito de Sasuke, porque siempre que Gaara estaba triste, le compraba un helado, siempre, desde niños.
Hoy era especialmente un día gris, las nubes obscuras cubrían los rayos anaranjados del sol. Cerró los ojos con pesadez y dejó que el inoportuno viento jugara con sus cabellos negros.
Sus ojos verde esmeralda estaban clavados en el suelo, reteniendo las lágrimas, decidió confesar su amor a Sai y él fue increíblemente directo, frío.
—¡Sakura-chan!— Kiba le llamaba, agitando su mano ¿Cuánto tiempo llevaba en ese lugar? ¿Media hora? ¿Una hora? Suspiró hondo y le regresó el saludo, acercándose al muchacho con dos triángulos rojos en las mejillas, invertidos.
—¿Qué ocurre Kiba?
—¡Tendremos una fiesta de disfraces, pasado mañana por la noche, en la mansión de Shino y… Toma— Le tendió una invitación que decía “Familia Uzumaki” —Espero puedan asistir ¿Puedes llevarla a Tsunade-sama? Ah, esta es para ti— Le tendió otra invitación, solo faltaba la de los Uchiha.
Así pasó la tarde Kiba, repartiendo algunas invitaciones, debido a que habían olvidado repartirlas antes, los sirvientes de la casa de su prometido, estaban encargándose de los adornos y demás cosas para la mansión, Shino entregaba las demás invitaciones por el otro lado de la ciudad, al principio de su relación, la familia de Shino se interpuso, no aceptaban que su hijo predilecto estuviese con otro chico, pero Shino no dejó lo que más amaba, incluso estaba dispuesto a dejar todo, pero Tsunade había interferido y debido a la amistad de años, ellos ahora podían estar juntos.
Los Uzumaki debieron dejar el departamento de Itachi, Naruto no le dirigió un saludo o algo al Uchiha menor, Gaara no se despegó de Sasuke, Itachi se rindió, y Sasori se sintió peor, detestaba separarlos, por ello… Quizá el debería irse.
—Te dije que… Él estaba comprometido, Hinata— Neji miraba a su prima, tendida en la cama, llorando mares, la habitación estaba a obscuras, las cortinas color vino impedían que los rayos dorados entraran a la habitación, las rosas de color rojo estaban adornando la habitación, los muebles estaban intactos.
La chica no había parado de llorar desde la noche anterior y eso hacía sentir mal a su primo, él… La amaba con todo lo que tenía, todo, lástima que ella no se fijase en él.
—Lo siento… Yo… Perdón— Y siguió llorando, no quería que nadie la molestase, Neji fue a decirle sobre la fiesta de disfraces. Ella aun no sabía si asistir o lanzar todo por la borda.
Neji negó con la cabeza y salió de la habitación.
—“Hay veces que quisiera poder quitar todo tu dolor… Poder llevarlo por ti…”— Neji caminaba hacia la cocina, tenía hambre y no esperaría hasta que su estomago ardiera.
La noche caía y él estaba en la obscura sala, recostado en el sofá gris, con una taza de café enfrente, en la mesita de roble fino que tenían, tenía sus ojos cerrados, sus manos descansaban en su pecho, siguiendo el compás de su respiración.
—Lo he decidido— La voz femenina resonando en la habitación lo sacó de sus pensamientos.
—¿Qué cosa?— Se atrevió a preguntar.
—Lo cuidaré, lo protegeré de todos y todo, sin importar que lo ame más que a nada, eso haré, si él es feliz, yo lo soy— Sonrió ampliamente.
—Estoy de acuerdo contigo
Ambos se sentaron en el sofá, escuchando al otro, mirándose.
—¿Estas huyendo de mí?— Esa voz le hizo dar un saltito.
—Ah, no, estoy buscando a Sai, no sabía que estaban en la mansión— Le sonrió falsamente.
—Oye, dobe… Detesto las sonrisas falsas, las odio
—No tengo más— Murmuró molesto.
—Yo no quería decir lo que dije, pero pensé que…
—No te molestes, te dije que no soy gay, no me importa— Mintió
—Ya… Dobe tu sabes que hay alguien en mi corazón ¿Verdad?— Naruto tragó saliva y asintió —Pero yo respetaré nuestro matrimonio, porque… Soy un Uchiha y los Uchiha tienen honor
—Ya, haré lo mismo
—¿Hay alguien?— Preguntó apresuradamente Sasuke.
—Probablemente— Sonrió Naruto mintiendo —Vamos adentro ¿Te parece?— Sasuke solo asintió torpemente.
Sai llegó y abrazó fuertemente a Naruto, por la espalda, esto le trajo recuerdos, aquella vez que lloró al recordar a Hinata, aquella vez en donde casi pierde la vida por no mirar por donde pasaba, solo pudo llamar a Sai, solo él le ayudó.
—Naru— Sai no se despegaba, Sasuke tenía una cara de fastidio.
—Sai— Naruto estaba sonrojado, Sai estaba restregando su mejilla contra la suya.
—Naru, Naru— Sai seguía jodiendo a Sasuke, claro, ya se había dado cuenta de muchas cosas.
—Em… Sigo aquí— Sasuke ya se había cansado de todo.
—Sai, déjame… Sai— Sai solo lo besó en la mejilla y los dejó. —L-lo siento, siempre hace eso— Sonrió nerviosamente.
—Naruto, serás mi esposo, no deberías dejar que nadie te toque— Eso sonaba más a celos ¡imposible!
—Bueno, entonces no dejes que se te acerque Gaara— ¿Celos? —“¡¿Qué me pasa?!”— Se regañó mentalmente.
—Bien— ¿Sasuke aceptó? ¡Bingo!
—¿Vas a ir a la fiesta de Shino?— Le miró interrogante.
—¿Tú vas?
—Es de mala educación responder con otra pregunta.
—Sí, si voy
—Yo también— Seguían caminando, hasta llegar a la sala en donde había una Sakura con corazones en los ojitos, una Tsunade roja y muchas cajas de cartón.
—¿Qué les pasa?— Naruto las miraba interrogante, Mikoto y Fugaku llegaban con más cajas.
—Toma y toma— a ambos les entregaron algunas cajas.
Naruto se sentó en el suelo, suspiró hondo y con calma comenzó a abrir su paquete, Sasuke hizo lo mismo, solo que él se acomodó en el sofá negro, el más grande.
—¡¡Aaaaaaah!! ¡¡¿¿Qué es esto??!!— Todos se alarmaron ante el grito del rubio quien sacaba de una de las cajas un vestido color rosa, sin mangas, con un moño grande al frente, guantes y zapatillas…
—Oh, aún te falta más— Tsunade lo miraba con una sonrisa enorme.
Sasuke estaba con el rostro desencajado, mirándolo con los ojos abiertos de par en par.
—¡¡¿¿Qué es esto??!!— De la otra caja sacó una peluca rubia, con algunos caireles, un lazo que era atado al cuello.
—Tú y Sasuke se verán encantadores pasado mañana— Sasuke sintió nauseas, él no se vestiría de mujer, no, antes muerto.
—“¡¿Qué es esto?!”— Pensó mirando un traje blanco, con una capa de terciopelo roja, botas negras y… ¡¡¿¿Una corona??!!
Todos rieron al ver los rostros de ambos, eso estaba mal, estaban locos, ellos no se vestirían como dos novios… Príncipe y princesa… No, eso no.
Sakura ayudaba a Naruto a vestirse, sonreía, sonrisa sincera, a pesar de todo, ella no le guardaba rencor a Naruto, no era su culpa que Sai le amara desde siempre, no era su culpa que Sai la hubiese rechazado de esa forma cruel, no era su culpa que Sai fuera tan frío con todos excepto con él, no lo era.
—Naruto, te ves hermosa— Sakura se echo a reír al ver la cara de Naruto, ese vestido le quedaba perfecto, muy hermoso por cierto.
—¡No soy una mujer!— Sakura lo empujó para que todos lo vieran, quedaron maravillados, incluido Sasuke, se quedaron sin palabras, nadie habló, nadie.
Solo sonaban los grillos afuera, solo eso, Kakashi iba llegando y soltó un chiflido. Miró a la joven pareja, Sasuke todo un príncipe, Naruto una princesa, sin duda alguna serían la pareja perfecto, él tampoco estaba enterado del porque de la boda.
—Quiero una foto así, esperan, júntense más— Todos miraron al chico de cabellos grises —Sasuke, toma la mano de Naruto e inclínate— Una típica pose de cuento de hadas. Sasuke y Naruto de frente, ambos sonrojados, Naruto con una cara de “apresúrate” y Sasuke con el rostro lleno de… ¿Furia? ¿Pena? Una reverencia y ¡taran! Una perfecta foto, ambas familias complacidas.