Capítulo XVII: Esa chica…
—M-me duele… ¡Sácalo ya!— Las lágrimas inundaban sus ojos, estaba desesperado, dolorido, sin fuerzas ya, sus cabellos rubios estaban perlados de sudor, sus ojos azules estaban cerrados con fuerza.
—¡Tsunade-sama! Por favor… Ayúdele— El chico de cabellos azabaches miraba a la rubia suplicante, nunca se le había visto de esa forma, suplicando por alguien que no fuese él.
—Eso hago ¿Acaso crees que dejaría morir a mi nieto más pequeño? Debo estar loca— Murmuró mirando con una sonrisa sincera al menor de los Uchiha, Naruto estaba con dolores de parto.
—Es un niño…— Un susurro lejano lo hizo sonreír y después…
—¡Teme! ¡Despierta y suéltame!— Naruto estaba haciendo alboroto, Sasuke abrió lentamente los ojos, el panorama era: Naruto con cara de pocos amigos con un sonrojo en las mejillas, él, abrazado al vientre de Naruto, sin querer soltarlo.
—No fue intencional— Lo soltó y le dio la espalda, cubriendo su cuerpo semidesnudo con la cobija azul.
—¿Qué soñabas?— Naruto se sentó en la cama, con una sonrisa.
—N-nada— Se sonrojó inevitablemente, siempre había estado seguro que se casaría con Gaara y tendrían hijos, pero nunca se imaginó que ese rubio llegaría a ponerle la vida de cabeza.
—Está bien, no me digas… Ah, por cierto… Me debes una noche, me cobraré por esperar ayer— Sonrió ampliamente recostándose al lado de Sasuke.
—Prometo estar contigo toda la noche de la fiesta
La mañana pasó normal, con algunas trabas para el desayuno, pero la pasaron bien, incluso Sasuke olvidó a Gaara en el transcurso del día, ambos estaban nerviosos, Gaara llegó al departamento, molesto, con cara de perros, Sasuke se sintió muy mal, pero lo hecho, hecho estaba, Naruto se despidió de ambos chicos, a pesar de todo, Gaara no le molestaba tanto.
Detestaba verla llorar, detestaba verla así.
—“Ya no llores mi niña… Él no merece tus lágrimas, yo sé que duele… Prometo que… Te cuidaré, podrás sonreír otra vez… Podrás ver el cielo azul como siempre… Después te darás cuenta que así es mejor”— Neji miraba con visible tristeza a su prima, quien estaba en el sofá de color vino, con lágrimas en los ojos.
Las horas pasaban lentamente, Neji y Hinata habían salido a cenar, el muchacho no quería verla llorar más, se había prometido hacerla sonreír.
—Fuguémonos, no vayamos a la fiesta, Sasuke— Gaara estaba tentando a Sasuke, quería tener al azabache solo para él.
—Lo siento, tengo una cita— Sasuke estaba poniendo total resistencia, sabía que caería si Gaara seguía insistiendo.
—Ah— Gaara sintió que se le oprimía el pecho, pero no dijo nada, siguió vistiéndose.
Era obvio que Naruto no usaría ese vestido de niña, era obvio que no quería usarlo, pero, la abuela Tsunade lo obligó, a pesar de ser de una de las mejores familias, la rubia jugaba con sus nietos, amaba joder un rato o una noche.
—No me gusta, no voy, no salgo— Naruto estaba en su fase de “No a todo”
—Nadie sabrá que eres tú, les diré que es una sobrina lejana ¿Ya?— Tsunade trataba de convencer por todos los medios a Naruto, quería verlo vestido de princesa una sola vez a como diese lugar.
A regañadientes Naruto obedeció a Tsunade, la familia llegaba en su automóvil, Tsunade iba disfrazada de una duquesa, no muy lejos de la realidad, con encajes, el vestido esponjado en color dorado, abanicos, sombrillas, Sai era un duque inglés, con los mejores trajes, en color rojo y negro, Deidara y Sasori decidieron faltar, y Naruto, pues… Era la princesa escoltada por su primo.
Kiba y Shino al verlo solo sonrieron, sabían que era Naruto, las excusas puestas por la mujer rubia no daban resultado con ellos, puesto que ellos no tenían ninguna prima lejana, Sasuke y su familia llegaron, Itachi optó por faltar, Konan estaba de viaje, Fugaku y Mikoto llevaban sus ropas más caras, Antonieta y su amor. Sasuke un apuesto príncipe.
—Llegó tu príncipe, Cenicienta— Shino le dio un codazo a Naruto quien solo se sonrojo.
—Amorcito— Sasuke se burlaba de esa palabra tan cursi, saludaba cortésmente a Tsunade y abrazaba sin pudor alguno a Naruto, Gaara los miraba atento, claro, el había decidido ir, cuidaría a Sai y a Sasuke.
—Teme…— Masculló Naruto por lo bajo.
—No me ames tanto, Gatito— Sasuke estaba extrañamente cariñoso.
—Ustedes son una pareja perfecta— Kiba sonreía mirándolo, Sasuke pegado a Naruto como lapa y este ultimo solo sonriendo, ambos chicos se sonrojaron y se fueron de allí.
—¡Que linda Cleopatra!— Sakura admiraba embobada a una chica vestida de Cleopatra, solo que los ojos eran de color… Perla. Sintió un espantoso mareo al mirar a su acompañante: Neji Hyuga.
La velada continuaba con normalidad, solo que Sai y Gaara estaban muertos de coraje ¡¿Dónde carajo estaban Sasuke y Naruto?! ¡¿Estaban juntos?! ¡Maldita sea! ¡¿Cuándo se había perdido de su vista?!
—Ah… Teme, que noche más…Extraña— Naruto estaba recargado en el hombro de Sasuke, quien a su vez estaba en paz ¿Por qué Naruto podía ponerlo tranquilo y Gaara, su amor, su vida, su todo no podía? ¿Por qué ese rubio le atraía? ¿Era solo atracción? ¿Podría convertirse en algo más?
—Dobe— Sasuke en un movimiento desesperado tomó el rostro del rubio entre sus manos y lo besó, sin decir nada, solo lo besó. Un beso casto, sin lengua, lleno de ternura, no demandante como con Gaara, sino uno tierno.
—¿Y eso?— Los ojos de Naruto brillaban, tanto como la misma luna.
—Solo quería hacerlo… Después de todo… Eres mi prometido ¿No?— Sasuke le regaló una sonrisa, llena de muchas cosas, prepotencia, cariño eran algunas de ellas.
—Sasuke… Creo que me estoy enamorando de ti— Naruto habló, sin mirarlo, mirando solo la brillante luna. —Y… No quiero salir lastimado— ¿Eso era una declaración?
—Yo… Estoy confundido— Confesó, sí, era cierto, eso pasaba, Gaara y Naruto, un rubio hermoso, tierno, lindo, con la sonrisa más brillante que haya visto jamás, un chico de cabellos rojizos, con un humor de perros, el único capaz de soportar sus desplantes, el único que lo soportaba por cómo era, una difícil decisión.
—Entiendo— Y no dijeron nada más, solo se acompañaron, en silencio, mirando a la nada.
La fiesta seguía adentro, todos bailaban y algunos más ligaban, observando ¿Por qué una fiesta de disfraces en esa época? Solo diversión, ellos como las personas ricas e importantes podían gastar todo el dinero del mundo en cosas como esas.
—Deberían casarse ya, aun en silencio… Se complementan muy bien— Kiba miraba a la joven pareja que estaba sentada en las escaleras del lugar, en silencio, sin nada más que decir, solo haciéndose compañía. Él estaba en el final de las escaleras, optó por no molestarlos.
—Sai… ¿Te ama?— Sasuke rompió el incomodo silencio.
—¿Tú qué crees?— Naruto le respondió con una pregunta, molestando al Uchiha.
—Lo hago— Sai respondió tras ellos, mirándolos con enojo. —Planeo luchar por él— Decretó mirando a Sasuke.
—Es mío—Sasuke a la defensiva.
—Él no es un objeto, no lo conoces, no sabes sus gustos, no sabes nada de él— Sai defendiendo a su primo, quien solo los miraba sin emociones.
—Eso lo veremos— Sasuke se levantó de donde estaba sentado, miró por un instante fugaz al rubio y se fue.
Sai le sonrió amplia y falsamente sentándose a su lado, Naruto no había dicho nada, absolutamente nada, solo guardó silencio, mirando las nubes que empezaban a formarse, la luna comenzaba a perder su color, prácticamente de esa forma se sentía Naruto.
—Mira, Cleopatra se ve hermosa— Sai le mostró a la chica, Naruto solo sintió una opresión en el pecho al mirarla ¿Por qué? ¿Qué tenía esa chica? ¿Debería hablarle? Estaba vestido de chica, no sería tan raro. Se levantó sin decir ni una sola palabra a su primo y caminó hacía la chica.
—Hola, buenas noches— Actuó lo más femenina que pudo.
—H-hola…—La chica tímidamente le habló, con una pequeña sonrisa en los labios.
—¿Cómo estás? Lindo disfraz eh… ¿Cómo dijiste que te llamabas?— Naruto la miraba con una amplia sonrisa.
—N-nunca lo dije, soy Hinata, Hinata Hyuga— Naruto sintió una ola de miedo, terror, las piernas le fallaron, la voz se le cortó y dudó. — ¿C-cuál es tú nombre?— La muchacha que afirmaba ser Hinata le hablaba, él no supo qué hacer, su vista se nubló, su voz falló y cayó, sin más. Sai corrió en su ayuda, la chica fue jalada por su primo, ella luchaba por soltarse, pero era inútil. ¿Qué sucedió? ¿Cómo? Naruto se apoyaba en su primo, temblando.
—¿Qué ocurrió? ¿Qué tienes?— Una ola de preguntas se soltaron.
—¿Quién era? ¿Dónde está? ¡Sai!— Lo atrapó en un abrazo desesperado.
—¡No me respondas con otra pregunta maldición!
—Sai… Oh, Sai…— Comenzó a llorar en el hombro de su primo, aferrándose a él.
—Tranquilo— Sasuke bajaba a cerciorarse de que Naruto se encontrase bien, pero esa escena no le gustó ¿Por qué el rubio lloraba abrazado a Sai? ¿Por qué su copia barata abrazaba a SU prometido? ¿Qué estaba pasando? Inspiró hondo antes de lanzarse a Sai, antes de cometer una locura ¡Deseaba abrazarlo él maldición! ¿Por qué Sai siempre estaba allí? ¿Por qué Sai?
—¿Qué ocurre?— Sasuke se acercó a ellos. Naruto no lo miró, no se atrevió a hacerlo y escondió su cara en el pecho de su primo.
—Eso intentaba averiguar antes de que llegaras— Sai se llevaba a Naruto de allí, Sasuke solo los miró alejarse, dejándolo allí, sin nada que decir o hacer.
—Hinata… Ella— Naruto miraba a su primo sin poder controlarse, Sasuke optó por seguirlos.
—¿Aún le amas?— Sai estaba conteniendo su llanto, era un as en las más caras.
—No… Ella estaba aquí, esa chica de ojos color perla… Ella…
—Eso es imposible, Naru, pudo ser Hanabi— Comentó Sai
—Hanabi no tenía los ojos tan puros y profundos, tan cálidos.
—“¿Quién es Hinata? ¿Qué es para ti, dobe?”— Con esas preguntas en la mente, Sasuke dejó de seguirlos. Ya alguna vez sabría quien era esa chica.