Capítulo VXIII: ¿Soy un juguete?
La lluvia golpeaba su rostro, sus ojos estaban llenos de decepción, sus ropas estaban pegadas a su piel, las calles anchas y repletas de gente estaban cargadas de agua, las tiendas estaba cerradas y las pocas personas trataban de refugiarse de la lluvia. El cielo parecía que iba a caerse, los relámpagos y rayos atravesaban el cielo, las gotas salpicaban su rostro, estaba cansado de llorar, el muchacho de cabellos negros lo abrazó por la espalda y lo cubrió con el paraguas que llevaba, apoyó su rostro en la nuca del rubio y suspiró hondo.
“Justo como aquella vez…”
—Lo volvió a hacer…— El rubio temblaba, ya no sabía si de rabia o frio.
—Lo he notado— Murmuró posicionándose a su lado y atrayendo su cuerpo en un abrazo.
Caminaron con paso lento hacía el automóvil negro, el moreno abrió la puerta para que su rubio primo ocupara el asiento del copiloto, le dio el saco que estaba en el asiento de atrás y lo arropó, sonrió débilmente y cerró la puerta, rodeó el auto hasta llegar al lugar del conductor. El más joven de los Uchiha tocó la puerta en donde estaba Naruto, quien solo lo miró un instante y agachó la cabeza, evitando su mirada, no sabía que podía hacer en ese estado.
—Yo lo llevaré a casa— Sai bajó el vidrio del auto y le habló al Uchiha. —Ve con Gaara— Al decir eso, Naruto miró fijamente el suelo.
—Naruto… Naruto escúchame ¡Naruto!— Sai sin pensarlo dos veces giró la llave y puso en marcha el automóvil, lo que menos quería era discutir con ese inmaduro de Sasuke.
—“Naruto me pertenece… Yo estaré siempre para él, siempre…”— Sai miraba con dolor hacia el frente, ocultaba sus emociones tras esa falsa sonrisa.
El trascurso a la mansión fue rápido, sin comentarios, ni llantos ¿Por qué habría dicho eso Sai? ¿Ve con Gaara? ¿Por qué?
—Sai… ¿Sasuke y Gaara…?— No quiso terminar, no quería meter la pata.
—Sasuke siempre ha estado enamorado de Gaara, siempre, Gaara se aprovecha de eso, todos lo saben, dicen que Sasuke nunca dejará de amarle y es cierto, por otro lado, Gaara está enamorado de mí, a mi no me gusta, pero cada vez que lo dice o lo insinúa, le dejo claro todo… Sasuke siempre corre a su lado— Una larga, dolorosa y acertada explicación por parte de Sai.
—Entiendo, gracias por todo… Primo— Naruto lo abrazó fuerte. Sai quería besarlo, abrazarlo y tenerlo solo para él, pero… Naruto no quería.
Ambos entraron a la mansión en un silencio sepulcral, las demás personas que habitaban el lugar estaba en sus quehaceres, la abuela Tsunade en la empresa, Deidara con ella y Sasori de compras con Ino y Sakura, a pesar del clima esos tres siempre vagaban por la ciudad.
Naruto se metió a su habitación a darse un baño con agua tibia, las gotas de agua se deslizaban por su acanelado cuerpo, sus rubios cabellos estaban mojados, empapados era la palabra correcta, sus ropas estaban en una esquina de su enorme baño.
—Vete, es la última palabra… Uchiha— Sai lo miraba con desprecio.
— ¿Ahora me odias?
—Naruto no es un juguete
—Gaara tampoco— Atacó Sasuke con veneno en sus palabras
—Yo nunca he dejado plantado a Gaara, Gaara tiene muy claras las cosas— Murmuró fríamente.
—Gaara no te esperará siempre, Sai
—Gaara no te amará nunca, Sasuke— Sai tenía una sonrisa de autosatisfacción, Sasuke se acercó a Sai dispuesto a golpearlo, pero una voz los detuvo.
—Este no es el momento para estar peleando, Sai— Naruto entró, cambiado, seco y con una sonrisa en los labios, Sasuke notó de inmediato que era falsa.
—Tienes razón, Sasuke ya se iba
—No sin antes hablar contigo, dobe
—Mi nombre es Naruto, Sasuke— Tan frío, tan gélido, tan cortante, se lo tenía bien merecido.
—Permiso— Sai salió de la sala con una sonrisa de autosuficiencia.
—No te esperaré siempre… Es la última vez, Sasuke— Naruto rompió el silencio.
Sasuke lo abrazó contra su pecho, quería sentir esa calidez del rubio, quería saber qué es lo que sentía, quería deshacerse de muchas dudas, quería saber que pasaba en ese momento, quería saber tantas y tantas cosas y lo único que pudo saber era que: Naruto era la persona más maravillosa que conocía. Estuvieron abrazados unos minutos, antes de que Naruto, con un certero movimiento se apartara del Uchiha.
—Realmente no te entiendo ¿Amas a Gaara?— Naruto lo miró sin emociones, daba miedo de esa forma seria.
—Yo… No lo sé— Antes hubiese respondido, “Sí, lo amo con toda mi alma” pero… ¿Por qué ahora dudaba mucho?
—Yo no quiero que me ames, no quiero que pienses que te amo, porque… Yo aun quiero mucho a Hinata… Demasiado, pero… Tú me confundes— Naruto estaba sentado en uno de los sofás con su brazo izquierdo deteniendo su mentón.
—¿Quién es Hinata?— Se atrevió a preguntar, estaba exactamente en la misma pose que el rubio.
—La mujer que mas amé y… Que me dejó en el lodo…— Sonrió de lado.
—Que cruel…
—Ella murió
—Lo siento…
Se miraron por un instante, después ambos pares de ojos se posaron en el suelo, no tenían nada de qué hablar, nada que decir, Naruto no tuvo ganas de reclamar nada, ni siquiera de gritarle a Sasuke, ahora solo Hinata estaba en su mente, quizá era cierto, aquella chica que se presentó como Hinata le estaba jugando sucio, quizá solo eso era, le jugaban sucio.
Deidara estaba discutiendo sobre los planos con su abuela, todos los planos estaban sobre la mesa, siendo analizados por Deidara, su pasión era moldear con arcilla a eso le llamaba arte, sin embargo, cuando se enteró que sería padre decidió tomar su cargo en la empresa Uzumaki.
—Sasori me encanta esa escultura— Ino miraba embobada las esculturas de arcilla que estaban en ese lugar, un pequeño cuarto, con algunas pinturas, esculturas y demás cosas.
Sasori solo sonrió ante el comentario de su amiga, cuando se sentía deprimido iba al lugar en donde él y Deidara practicaban cuando se conocieron… Ahora que lo recordaba ¿Por qué había conocido a Deidara?
Flash Back
Era una tarde de primavera, el sol despuntaba en el horizonte, las personas regresaban a casa después de una jornada dura de trabajo, unos tantos se centraban en solo caminar y despejarse, era viernes y todos estaban felices, disfrutarían su fin de semana en familia o simplemente solos, un muchacho rubio caminaba con el rostro lleno de rabia, se sentía un completo cobarde, no pudo declarársele a su mejor amigo.
—Idiota, idiota— Se repetía una y otra vez.
—Oye, se te cayó esto— Un chico de cabellos rojizos se le acercó para entregarle unas carpetas.
—Gracias— Murmuró tomándolas entre sus blancas manos. —¿Cómo te llamas?— Preguntó con una sonrisa.
—Sasori… Akasuna Sasori— Le regaló la sonrisa más dulce que el rubio haya visto.
—Deidara Uzumaki— Le tendió la mano y lo invitó a su casa, pasaban ratos agradables juntos, el rubio estaba en el país del remolino por negocios, dos años se quedaría allí y en esos dos años Sasori sería su único amigo y amante, comenzaron como un simple juego, hasta llegar a lo que estaban, Sasori embarazado, no habían tenido el suficiente cuidado la ultima vez, ambos viajaron de vuelta a la ciudad natal de Deidara, Sasori quería conocer y el Uzumaki le mostraría, con lo que el rubio no contaba es con que Sasori se embarazaría por un descuido.
End Flash Back
—¡Naruto!— Una vocecita chillona llenó la mansión.
Naruto miró a Sasuke con la sonrisa más radiante, se levantó de su lugar tomándolo de la mano y conduciéndolo a la entrada con prisa.
—¡Viejo pervertido!— Naruto gritó lo bastante fuerte como para que Sasuke se cubriese los oídos.
—¡No me digas así! ¡No soy un pervertido! Mocoso…— Sonrió cuando su pequeño acompañante abrazó a Naruto.
—Konohamaru— Naruto lo abrazó fuerte, sin querer soltar al niño.
—¿Quién es?— El niño miró a Sasuke con desconfianza. —Naru es MÍO— Murmuró retándolo con la mirada.
Sasuke sintió la furia recorrer sus venas, le molestaba que ese niñito dijera eso, le molestaba que ese mocoso estuviese tan cerca de su dobe.
—Perdona Konohamaru, pero no puedes hablarle así a mi futuro esposo— Murmuró con una sonrisa.
—¿Lo pillas?— Sasuke pasó un brazo alrededor de la cintura del rubio. ¿Qué era lo que sentía?
—Espero que sepas cuidarlo— Hizo un puchero y entró a la mansión, Jiraiya solo rió ante la escena.
Cuando ambos invitados estaban dentro de la mansión resguardándose del frio, Sasuke se despidió de Naruto, siendo observado por Sai, con una mirada llena de molestia, ya haría algo para alejar a Sasuke.
—“¿Qué puedo hacer? No quiero perder a lo más lindo que me pasó en la vida… No quiero que ese dobe se vaya, me deje y vaya con Sai… No puedo dejarlo cada vez por Gaara… No se merece este rato, no se merece nada de lo que yo hago… Todo lo que hago está mal…”— Sasuke conducía en su auto, mirando distraídamente por la ventana, perdió el control, y se estrelló contra un camión enorme que estaba en medio de la carretera, todo lo vio obscuro, sintió frío y por primera vez mucho miedo… Lo único que vio antes de caer en la inconsciencia fueron un par de ojos azules mirándolo con una cálida sonrisa.