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Who'll Stop the Rain? por Naruu Uzumakii

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Notas del capitulo:

Wiiiii lo he tenido hoy! Espero actualizar dos veces por semana o tres xD

Bueno... Aquí va:

Convivir con alguíen para saber sus intereses, estar a nada de perder a dos personitas que no tienen la culpa de tus errores y llorar por alguíen que nunca te aceptará...

Naruto no me pertenece es propiedad de Kishimoto-sensei

 

Capítulo IX:

—Estoy seguro que tú no eres el único en desacuerdo, dobe, imagínate lo que dirán mis amistades, las cuales no tengo…— Lo último lo dijo en un suave susurro. —Imagínate, yo… Un sexy Uchiha casado con un Usuratonkachi… Naruto eso es malo— Se mofó mirando hacía el lago enfrente de ellos.

—Yo no quisiera hacerlo… Pero finge que te importa teme ¿Sí? Las personas deben creer que superé mi pasado…— Más doloroso no podía sonar aquello dicho por el chico rubio, quien no quería bajarse del automóvil en donde ambos estaban mirando el lago. —Deben creer que olvidé—Dijo abriendo la puerta.

— ¿Qué cosa, Dobe?— Sasuke curioso de atrevió a preguntar algo, que sabía o sospechaba era delicado. Él recién había llegado a Konoha, por ende no estaba enterado de la muerte de un miembro importante de la familia Hyuuga.

Naruto solo lo miró con una sonrisa débil dibujada en sus labios, cerró la puerta del auto negro después de él salir completamente y se detuvo mirando los campos, ¿De verdad era necesario que sus familias los mandasen por una semana a la casa de campo de los Uchiha? ¿De verdad querían eso? Suspiró hondo y su mirada se quedó prendada de las dos aves que estaban revoloteando en la orilla del lago, se detuvo mirando el cielo azul, no tenía signos visibles de que habría lluvias, además el pronóstico nunca se equivocaba o ¿Si?

Sasuke imitó su acción y decidió bajar del auto, miró con desgano las cosas en la parte trasera y recordó que debían bajar las cosas de la cajuela.

—Dobe, ayúdame con esto…— Mencionó abriendo los compartimientos y sacando algunas valijas de allí.

—Pero Sasu-chan… Yo solo soy tu acompañante— Dijo en un tono meloso, que a Sasuke le dio ¿Ternura? O quizá solo le hizo enfadar.

— ¡Que me ayudes!— Ordenó tratando de esconder un sonrojo.

—Agh, que molesto— Tomó una de las valijas y se dirigió a la casa, era pequeña.

—Es pequeña, Dobe— La miró por todos lados, era de madera, con una pequeña terraza, dos sillas afuera, dos ventanas, una al frente y otra a un costado, dos candelabros al lado de la puerta principal que se encendían con aceite. Se aventuraron a entrar, bien, una pequeña sala, llena de cojines, alfombras, la cocina estaba en orden, comedor, perfecto, baño con bañera incluido, eso era bueno.

—Teme…— Naruto miró con el rostro blanco a Sasuke que estaba sentado en el sofá más largo, descansando del largo viaje.

— ¿Qué tienes?— Le miró preocupado, a lo cual el chico menor lo jaló hacía la habitación, Sasuke quedó blanco, más si cabía.

— ¿Es grave?— Susurró mirando con preocupación al moreno.

—Pues…— Siguió mirando la única cama que estaba en la habitación, era matrimonial… Eso era malo, no deseaba dormir con Naruto. —Dormiré en el sofá— Sentenció el moreno.

— ¿Estás seguro?—  Naruto estaba consternado ante todo.

—Nací seguro— Murmuró renegando por lo bajo.

La noche llegó acompañada de una pareja de chicos mirando el cielo, en unas horas se había puesto gris, obscuro, las nubes estaban cargadas de agua con deseos de ser liberada, ambos chicos se miraron momentáneamente, con una sonrisa suave en los labios.

—Teme… Duerme conmigo— Susurró al momento de que el soplo del viento apagó toda luz del hogar, estaba agarrado de la camisa de Sasuke, la sujetaba con delicadeza, desde pequeño le daban miedo las lluvias, al parecer su mente aún retenía la información de: Un día lluvioso había muerto su padre, mejor dicho; lo habían asesinado.

Un relámpago inundó la habitación y Naruto abrazó con fuerza a su acompañante, quien no dijo nada y se dejó hacer, él también detestaba las tormentas eléctricas.

—De acuerdo— Musitó acostándose al lado del rubio quien lo abrazó fuertemente y escondió su rostro en el pecho del mayor.

—Tengo miedo…— Fue su explicación antes de caer en los brazos de Morfeo.

— ¿Crees que fue buena idea dejarlos ir con este clima, Tsunade-sama?— Shizune miraba a través del cristal como la lluvia golpeaba con fiereza cada alma de Konoha.

—Sin duda alguna, Shizune—la mujer rubia sonrió antes de apagar las luces de su estudio —Hora de dormir Shizune—se despidió saliendo rumbo a su habitación. Antes de ir a sus aposentos se dirigió a la habitación de Sasori, él estaba viviendo allí por insistencia de ella. Abrió suavemente la puerta y su expresión de calma cambió a de total horror al mirar a Sasori doblándose de dolor al pie de la cama.

— ¡Sasori!— Gritó corriendo en su ayuda, sosteniéndolo por los hombros, el hacía muecas de dolor, las mantas de seda blancas estaban teñidas de rojo carmesí, sudaba frio, estaba llorando.

—Tsunade-sa…sama— Balbuceo con los ojos cargados de lágrimas.

— ¿Qué ocurrió? ¿Desde cuándo estas así?— Le reprendió Tsunade, más que eso, estaba preocupada.

—Desde…— Se negó a hablar, eso implicaba que Tsunade retara a Deidara y eso… Eso no.

— ¿Dónde carajo está Deidara?— Murmuró mirando por toda la habitación, ayudando a su chico de cabellos rojos para poder caminar e ir hasta el hospital.

—Se fue…— Susurró apretando los dientes —M-mi bicho… Tsunade-sama— Sus ojos angelicales se llenaron de dolor, él no quería perder a ese bebé, no le importaba el cuidarlo solo, lo único que quería era tenerlo entre sus brazos.

—Ya te dije que lo le digas así ¡Shizune!— Gritó la mujer rubia y al instante, Shizune apareció mirando a ambos con terror, llamó al hospital para que tuviesen todo listo para cuando ellos llegasen.

—Tranquilo, estarás bien— Trató de darle ánimos, pero no funcionaba, Sasori estaba mal.

—Deidara… Si pierdo a mi bicho… Te mataré— Se quedó mirando con furia una fotografía de Deidara unos años atrás, que se encontraba en la sala, a su lado había una de él y Deidara… ¿Aún la conservaba? Deidara… No podía odiarlo por nada.

—No lo perderás, tranquilo— Tsunade sabía que había un riesgo muy grande con ese bebé, ese “bicho” como le llamaba Sasori.

El traslado al hospital fue una eternidad para la mujer mayor, demasiado tráfico y embotellamientos por todos lados, las calles principales estaban hechas un caos, lanzó una maldición al mirar que las personas de adelante peleaban por una estupidez, los hizo moverse, ella no estaba para eso, cuando se bajó del vehículo, les gritó y lanzó improperios a todos, los que la conocían se sorprendieron, pero entendían perfectamente las razones.

Al momento de volver al auto, se quedó pálida, Sasori estaba peor, sudaba más, gemía, lloraba, lanzaba maldiciones a todo el mundo y la sangre en su ropa estaba aumentando, en ese momento se le olvido que estaba mojada o que podía atrapar alguna enfermedad, su prioridad era Sasori.

—“Oh, Minato… Es la segunda vez que tengo tanto miedo… No quiero verle sufrir, no quiero remontar al pasado cuando estuvimos a nada de perder a Naruto”— La mujer rubia miraba sin emociones al chico de cabellos rojos.

—Llegamos— Dijo Shizune saliendo lo más rápido del auto para abrir las demás puertas, los enfermeros y doctores los estaban esperando con una silla de ruedas en la entrada de emergencia, trasladaron lo más rápido que podían a Sasori hasta una habitación donde le darían los cuidados y si era necesario una pequeña operación.

Shizune estaba en la sala de espera, abrazando su cuerpo, tratando de darse calor, la lluvia no quería detenerse, Tsunade estaba con Sasori. Un par de horas después llegó Deidara acompañado de Itachi, quienes traían contraído el rostro, se les notaba el rostro cargado de culpa.

— ¿Cómo está?— Itachi se atrevió a romper el mortífero silencio.

 —Fuera de peligro— Contestó una rubia antes de que Shizune pudiese abrir la boca, salía de la sala de emergencias, con su bata de médico y con una carpeta en sus manos.

—Tsunade-sama…— Antes de que Deidara pudiese hablar, tenía en su mejilla la mano de la rubia, una bofetada sonora había golpeado fuertemente su mejilla, los presentes estaban sorprendidos, Tsunade no era agresiva con sus adorados nietos, nunca, hasta… Hoy.

—Nunca, nunca Deidara te atrevas a volver a dejarlo solo, te mataré yo misma— Sentenció mirándolo con molestia.

—Sí— Respondió apenas. — ¿Cómo está el...?— No terminó de hablar cuando Tsunade le interrumpió.

— ¿El bicho?— Sonrió recordando el gracioso nombre que Sasori le había puesto.

—Sí…— Susurró mirando a Tsunade con tristeza.

—Él está bien, fuera de peligro… Aunque lo dejaremos en observación por el día de hoy, Deidara quiero que te disculpes por lo que le hayas hecho, no aprobaré a nadie más que no sea Sasori para ti ¿Comprendes?— Sentenció mirando a Itachi, ella ya bien sabía la relación que tenían esos dos, sí, había caído, no podía alejarse el uno del otro.

—Pero…— No pudo formular palabras.

—No aceptaré un no por respuesta— Y ni una palabra más se dijo, a pesar de todo, la rubia le guardaba un profundo aprecio a Itachi, pero antes que eso estaba Sasori, sí, para ella lo más importante ahora era ese chico de ojos bonitos. ¿La razón? A ella la habían dejado embarazada de un pequeño que por desgracia no pudo nacer, sin embargo tenía todo el apoyo de su difunto esposo, lo más hermoso hubiese sido que él pequeño creciera con Minato y Kakashi, de la misma edad, con unos meses de diferencia solamente, hijo del anterior matrimonio de su esposo.

—Saso-chan— Deidara lo abrazó lo más fuerte que pudo, no quería dejarlo solo, ya no más.

—Pensé que te habías ido… Con él— Murmuró escondiendo su rostro en el pecho del mayor.

—No, no lo haría Saso-chan— Le sonrió débilmente. El menor se echó a llorar en el pecho de su amado, no podía detenerse —Una vez empiezo, no puedo parar… Perdóname— Sollozó.

—Está bien Saso-chan— Acarició suavemente los cabellos rojos de su amado.

Itachi miró fugazmente hacía la puerta donde había ingresado su rubio, suspiró hondo, miró a Tsunade y sonrió débilmente, saliendo del hospital y sintiendo peor que nunca, no se perdonaría nunca esto, no importaba que amase a Deidara más que a su propia vida, no podría hacerle eso a Sasori, no lo haría.

—Sasu…ke— Sollozaba pegado al auricular, el aludido se incorporó rápidamente olvidando que el rubio dormía pegado a su pecho, ese brusco movimiento lo hizo despertar.

— ¿Gaara?— Le restó importancia el haber despertado a Naruto quien se tallaba los ojos.

—Sasuke… Necesito de ti… ¿Cuándo vuelves?— Decía entrecortado, llorando.

—Mañana mismo— Miró al rubio que lo miraba con insistencia, sin decir nada el rubio de dio la espalda y cerró los ojos ¿Por qué quería decirle que cortara y le dijera que aún faltaban varios días? ¿Por qué quería golpear a Gaara? ¿Por qué necesitaba el calor del moreno para dormir plácidamente? ¿Por qué Sasuke no mandaba lejos a ese chico? ¿Tanto le importaba? Dejó escapar un quejido, pensando en los porqué se quedó dormido, dándole la espalda al moreno que a las cuatro de la madrugada no podía conciliar el sueño, nuevamente Gaara estaba mal por la culpa de Sai, Sasuke ahora más que nunca lo detestaba, detestaba a su copia barata como él le llamaba, detestaba ver llorar a Gaara, detestaba que Gaara se hiciera heridas debido a Sai, detestaba que Gaara derramara lágrimas por culpa de ese… Uzumaki.

Gaara estaba acostado en la cama de Sasuke, abrazado a la almohada de este último, a decir verdad no quería molestarlo y pensaba que su estancia con Naruto le alivianaría y podría acercarse más a Sai, pero se equivocó, Sai lo rechazó de una forma muy directa y él… Él solo atinó a ir a su departamento y beber, beber todo el alcohol que encontró en su camino, en su desesperación tuvo que llamarle al único que podía ayudarle: Sasuke. Miraba como las gotas de la lluvia resbalaban por la ventana, se perdían y volvían a caer, miraba como los relámpagos iluminaban el cielo, miraba la cama vacía, era cierto que Sasuke ya no sería su compañero de sexo, así que… Estaba bien, ahora entendía lo que había sentido cuando Sasuke le dijo que se casaría con ese rubio, era soledad y quizá celos de que ya no lo tendría solo para él… Aunque también sabía que con solo una llamada tendría a Sasuke a su lado, muy pronto.

 

Notas finales:

El capítulo más largo que he escrito hasta ahora, espero sigan saliendo así, es que una vez empece y ya no pude detenerme...

Espero sus opiniones, criticas y demás... Ah, ¿Por qué Sasori llama a su bebé bicho? Porque así llamabamos a mi primito antes de que naciera y... No sabiamos su sexo .__.

¿Gaara está siendo egoista? ¿Sai es un desalmado? ¿Qué siente Naruto?


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