Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La rebelión de los invertidos por Ixland

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

  Este fic surgió leyendo "Expectation for his kisses" de Waby (la pedí permiso para hacerlo, si no han leído ese fic ¡háganlo! que está a punto de acabar). Aunque realmente no tiene nada que ver con ese fic, sólo un momento de ese fic me dio una loca idea.

 

  Este es de puro humor con algo de amor, tan sólo para que se rían.

 

  Espero que les guste y les haga soltar unas sonrisas ^^.

 

 

Notas del capitulo:

Como hay muchos personajes y seguramente no los conocéis a todos, he buscado fotos de los que salen en este primer capítulo ^^':


The GazeetE (vale, estos sí los conoceis , pero quería poner fotos):

Ruki -- Reita -- Uruha -- Aoi -- Kai

Alice Nine:

Nao (batería) -- Hiroto (guitarra)

Screw:

Byou (voz) -- Kazuki (guitarra) -- Manabu (guitarra) -- Rui (bajo) -- Jin (batería)

Kra:

Keiyuu (voz) -- Yasuno (batería)

Vivid:

Reno (guitarra) -- Iv (bajo)

Born:

Ryoga (voz) -- Kei (guitarra) -- Ray (guitarra) -- Kifumi (bajo) -- Tomo (batería)

 

 

 

                Ruki no era el mismo cuando se bajaba del escenario, cuando dejaba aparcado el personaje; pero eso lo sabía poca gente, él siempre lo había disimulado bien. Apenas su perro, que era el que mejor lo conocía, podía contar miles de historias del otro Ruki. Sus padres también, de hecho fue una de las razones porque las que lo echaron hacía años; aunque hubieran vuelto a reencontrarse después, era un tema del que no se hablaba.

 

                Los cuatro chicos con los que compartía trabajo y suerte habían ido descubriendo esa otra personalidad con el tiempo, con las bromas, las borracheras, los “quédate a dormir aquí hoy”. Todos ellos parecieron aceptar bien que Ruki también tuviera una personalidad kawaii, tierna, feliz, patosa…, todo lo que él trataba de ocultar tras la máscara de seriedad, ruder, depresivo, profesional…

 

                Pero todo era mucho más complicado en el interior de Ruki de lo que pudiera verse a primera vista y a segunda; no era sólo esa parte kawaii y tierna la que ocultaba, sino ese sentimiento que le abrazaba el corazón cuando alguien le gustaba o a la entrepierna cuando veía un chico guapo.

 

                Y es que Ruki era gay. Desde el dedo gordo del pie hasta el pelo más alto de su peinado. Pero eso era algo que nunca iba a decir. Tenía mucho cuidado de con quién se acostaba y nunca en su casa, nunca alguien de la música… O no.

 

                Hacía unos años que visitaba discretamente un bar “simpatizante” gay, discreto y con buen gusto, si alguien lo reconocía siempre podía decir que estaba allí pasando el rato, por la bebida, viendo chicas; lo visitaba una vez al mes más o menos, y fue conociendo gente. A un chico en especial, Jun, lo veía siempre, hablaban, se reían, se acostaban…, si Ruki no se hubiera prometido no meterse en el ambiente gay, lo hubiera considerado un amigo.

 

                Hace unos meses que ese no amigo se le había acercado en el bar, emocionado, a presentarle a alguien que había conocido en un sitio “de ambiente”; quería que lo conociera porque era músico como él. El gay músico resultó ser Nao, el batería de Alice Nine, que lo reconoció inmediatamente y sonrió como si le hubiera tocado la lotería.

 

                Se sentaron junto a Ruki, que no sentía la sangre correr por sus venas, ni si quiera cuando Nao pasó el brazo por sus hombros, Jun claramente le había hablado a Nao de su otro amigo gay y músico, así que no valdría de nada disimular. La noche avanzó y de algún modo acabó entre los brazos del batería mientras se besaban.

 

                Un día y otro, coincidían en el bar, en la compañía, en los conciertos, en las fiestas. El batería consiguió de algún modo la dirección de Ruki y una noche llamó a su puerta. El vocalista ni si quiera recordó su propia norma de no traer amantes a casa, porque Nao le hizo olvidar hasta su nombre aquella noche, y muchas noches más.

 

                Se podía decir que eran pareja; y es que era fácil estar con Nao, porque era músico como él, estaban en la misma compañía, tenían gustos parecidos y era un hombre agradable. Nao decía que eran pareja a quien quisiera escucharlo, pero Ruki no; no quería que lo supieran en la compañía, ni sus amigos, ni sus compañeros, ni nadie. ¿Por qué Nao insistía tanto? Era SU armario y él decidiría cuándo o cómo salir. Pero Nao insistía todo el tiempo, “si no lo haces es porque no me quieres”, “no eres valiente, Taka”, “si no confiesas no voy a ser capaz de estar contigo”. Las discusiones hartaban a Ruki, pero no quería separarse de la primera pareja seria que había tenido alguna vez.

 

                Y por todo ello se encontraba ahora discutiendo de nuevo con su pareja en uno de los baños de la compañía. El tono del batería empezó a subir y Ruki temió que los descubrieran, le pidió que se tranquilizara, lo que terminó de encender al otro para abrir la puerta y gritar.

 

–¡QUE LO SEPA TODO EL MUNDO!

 

                Ruki trató de callarlo, pero sólo consiguió que lo arrastrara fuera, al centro del pasillo. Allí lo puso delante de él, enfrentándolo cara a cara.

 

–¡Tú no lo entiendes! ¿Cómo va a reaccionar la gente si se entera? ¡Mis compañeros me odiarán!

 

–Me importan una mierda tus compañeros. No quieres y punto. Eres un cobarde que no quiere estar conmigo.

 

–¡Sí quiero!

 

–¡No, no quieres! No lo haces porque no te importo. Pero si lo haces, ¡yo estaría contigo!

 

–¡Tú no estás conmigo! –Ruki comenzó a sentir miles de lágrimas agolparse en su garganta y gritó para tratar de ahogarlas– ¡Nunca nadie ha estado conmigo! ¡Yo siempre estoy sólo!

 

–Pues quédate solo –dijo el mayor camino de las escaleras.

 

–¡No! ¡NAO! –Ruki se abrazó a él con toda su fuerza, no dejando que el orto siguiera avanzando.

 

–¡Tsk! ¿Qué mierda tenemos aquí? –Se oyó a alguien decir– Sin ninguna vergüenza, en el puto centro de la compañía.

 

                Ruki sacó la cara de su escondite en el pecho de Nao y vio el indescifrable rostro de éste. Se había quedado quieto, mirando a quien sea que hablara que estaban a la espalda de Ruki. Algunas risas se escucharon y supo que aquello no iba a ser fácil de disimular. Estaban acabados.

 

–Ryoga, déjales algo de intimidad, hombre –reconoció esa voz, era la de Tomo, el batería de Born, y una risa estúpida que se oyó después sin duda era de Kifumi, el bajista. Parecía que se acababan de encontrar con la banda al completo. Escuchó entonces más susurros, incluso alguna chica, debían de estar dando un espectáculo delante de parte de la compañía.

 

                Nao no lo abrazaba de vuelta, pero bajó la vista hasta cruzarla con la suya. Y Ruki vio como la mirada del batería cambiaba hacia una de odio. Agarró sus brazos y le obligó a dejar de abrazarlo.

 

–Suéltame. No quiero verte. Esto se ha acabado –el batería lo miró un segundo más y comenzó a subir los escalones de dos en dos.

 

–¡Nao! ¡Mierda, NAO!

 

–¿La nena suplica? –Comentó alguno de los imbéciles.

 

                Entonces cometió su error; con la sudadera que llevaba, con la capucha puesta, de espaldas, podía haber salido de ahí por donde se había ido Nao y los presentes jamás sabrían a quién estaba abrazando el batería de Alice Nine. Pero no. Él tenía mucho orgullo y poca memoria. No fue consciente de que tenía oportunidad de huir, como casi siempre había hecho. Así que se quedó ahí, temblando; pensando en que Nao tenía razón y nunca se atrevía a mostrarse. Pero su error fue pensar podía sacar su parte ruder después de enseñar la otra.

 

–¡¿A ti que cojones te pasa?! –Se giró gritando. Volvía a ser el ruder de siempre, el altivo y condescendiente cantante de The GazettE. Nadie se atrevía con él.

 

–¿Ruki…–san? –Tartamudeó Tomo. Los tres estaban alucinados.

 

–¿Eres cegato? ¡Claro que soy yo!

 

–¿Qué mierdas… eres invertido? –Preguntó Ryoga señalándolo descaradamente.

 

–¿Invertido? –Preguntó Kifumi a Tomo.

 

–¿Dado la vuelta? –Respondió Tomo con cara de desconcierto.

 

–Quiere decir maricón –comentó Ray sin darle importancia a nada de lo que pasaba–; es que Ryoga es de buena familia –una afirmación general recorrió el pasillo.

 

                Ruki fue consciente entonces de todos los que les rodeaban; enfrente estaban los cinco de Born, a su lado un par de maquilladoras, un grupo de secretarias tomaba café sentadas en unos bancos del pasillo a su derecha, un par de chicos de la limpieza lo miraban atónitos con el abrillantador en las manos desde su izquierda y detrás tenía a Kauzuki, Manabu y Rui de Screw delante de una máquina de auto servicio que parecían haber querido usar en algún momento.

 

                Se sintió paralizado. Todo el espectáculo que había dado con Nao y ahora los de Born insultándole, delante de tanta gente de la compañía, le dejaron sin respiración. Ninguna opción le parecía buena, ni huir ni enfrentarse, tan sólo tenía ganas de estar en otro lugar y llorar.

 

                Entonces sintió un empujón que lo tiró al suelo y se encontró con Ryoga casi encima suyo mirándolo con desprecio. Se sentó lo más rápido que pudo, pero la cercanía del otro no le permitía levantarse.

 

–Yo confiaba en ti. Y eres un traidor, una mierda, igual que los demás. Si eres un puto gay deberías llevar un cartel, para que la gente te pudiera diferenciar. Yo he estado en el baño contigo, me has visto mear, ¡qué asco! Seguro que estiraste la mirada para vérmela, ¡¿verdad?! –Ryoga le tiraba del flequillo haciendo casi que se levantara.

 

–¡RYOGA. PARA! –Kazuki agarró la muñeca del cantante con fuerza, para que soltara. Pero éste lo apartó de un manotazo.

 

–¡NO ME DIGAS LO QUE TENGO QUE HACER! ¡Este puto nos pone en peligro a todo!

 

–Quizás sea contagioso, hay mucho marica por aquí –insinuó Tomo mirando con descaro a los de Screw.

 

–¿Quieres que te la meta, Tomo-chan? –Dijo Manabu haciendo gestos desagradables con la lengua.

 

                La discusión siguió, pero Ruki ya no oía nada a su alrededor, ni si quiera sentía el dolor de los tirones de Ryoga en su pelo y de Kazuki intentando alejarlo. Sólo oía la voz de su padre cuando era adolescente “eres una mierda”, “has traicionado a tu familia”, “maricón”, “eres la desgracia de esta familia”. Todas aquellas frases se repetían una y otra vez en su cabeza, como se repetían muchas noches en sus pesadillas, mientras notaba aún el escozor del cinturón con el que le pegaba su padre y sentía aún el llanto de su madre que susurraba palabras como “decepción” y “vergüenza”. Toda esa mierda corría por su mente y empezó a correr por sus lágrimas.

 

----

 

–¡ESTÁN PEGANDO A RUKI EN EL PASILLO DE ABAJO!

 

                Nada más oír ese grito de Akane, la administrativa de producción amiga del grupo, los cuatro presentes salieron corriendo como locos, dejando atrás a la chica.

 

                Aoi llegó el primero, no se detuvo si quiera a ver cómo estaba Ruki que era levantado en ese momento por Rui y Manabu, y se colocó al lado de Kazuki, que gritaba a un Ryoga muy altanero.

 

                Los demás llegaron para ver cómo Aoi agarraba de la pechera al cantante de Born y lo estampaba contra una pared.

 

–¡¿QUÉ MIERDAS ESTÁS DICIENDO?! –Gritó Aoi.

 

–¡Oh! ¿No te has enterado? Ruki-chibi-chan es todo un invertido –contestó Ryoga sonriéndo.

 

–¿Un qué? –Preguntó Uruha.

 

–¿Dado la vuelta? –dijo Reita.

 

–Significa gay –contestó Kai sin ser capaz de desviar la mirada de la pelea.

 

–¿Son idiotas? ¿Trabajáis con él y no lo sabíais?  ¡Jajajaja! –Rió Ryoga– ¿O es que sí lo sabíais? Ahhh, todos sois del mismo palo.

 

–¡AH! ¡Es eso! –Aplaudió Kifumi divertido.

 

–¡Todos los gazetos son invertidos! ¡AUCH! –Aoi volvió a estampar a Ryoga contra la pared.

 

–¡RAY! –Gritó Aoi sin moverse al único Born con el que se llevaba bien– ¿Qué coño está pasando?

 

–Nao y Ruki salieron del baño dando un espectáculo de amantes despechados –contestó el guitarrista hastiado como si no fuera con él la historia–. Luego Nao lo dejó delante de todos y se largó. Y mis compañeros son bastante sensibles a este tema, así que están machacando un poco a tu cantante.

 

                Aoi normalmente apreciaba la tranquilidad de Ray, pero en ese momento tenía ganas de partirle la cara a él también. Sin embargo su atención y la de sus tres compañeros se centró en Ruki, que parecía no aguantar de pie y ya no podía contener las lágrimas que corrían silenciosas por sus mejillas, mientras Manabu y Rui trataban de que se tranquilizara.

 

                Ese tenso momento era lo que Ruki más temía. Sus compañeros se habían enterado de que era gay y de que además estaba en una relación con alguien de la compañía. La amistad se había terminado, como tantas veces le había pasado, The GazettE se terminaría por su culpa también, su vida se iba a la mierda y él no podía parar de llorar.

 

                Tras unos segundos de silencio, Ryoga comenzó a reír y con él Kifumi y Tomo.

 

–Panda de idiotas. ¡Jajajaja! –Rió el vocalista de Born que en esos segundos de confusión había conseguido escapar de Aoi.

 

–¡Vosotros! –Gritó Uruha señalando a los Born– Os largáis de aquí ¡YA!

 

–¿Por qué? –Preguntó todo altanero Tomo– También es nuestro pasillo.

 

                Aoi se volvió hacia el grupo con violencia y Uruha avanzó hacia ellos remangándose la camiseta. Entonces Ray levantó las manos hacia los dos, luego los cruzó en X.

 

–Nos vamos, nos vamos –dijo Ray mientras empezaba a empujar a sus compañeros al lado contrario de los gazettos–. Hoy no queremos más problemas.

 

                Los de su grupo protestaron pero se fueron retirando de nuevo hacia su sala. Sin embargo, Ryoga tuvo tiempo de mirarlos una última vez y sonreír con superioridad. Las ganas de golpearlo de Aoi volvieron a aumentar, pero un grito ahogado a su espalda los hizo volverse.

 

                Ruki lloraba ahogándose, sin hacer ruido pero sin poder respirar tampoco, casi no podía sujetarse de pie. Reita apartó a los otros dos y agarró al cantante de la cintura, haciendo que pasara los brazos por su cuello.

 

                En el momento en el que Reita lo abrazó, empezó a respirar de nuevo, y pudo llorar sin disimulo, ocultando el rostro en el cuello del más alto. Éste lo abrazó con fuerza, casi levantándolo del suelo, y comenzó el camino al ascensor, para volver a la sala.

 

----

 

                Reita abrió la puerta de la sala sin soltar a Ruki. Se dirigió al sofá y le hizo sentarse; pero el vocalista lo abrazaba con tanta fuerza que se vio obligado a sentarse él a su lado también. Los otros tres gazettos llegaron justo detrás y cerraron con llave, impidiendo que algún cotilla entrara a preguntar.

 

–¡¿Qué coño ha pasado ahí fuera?! –Preguntó alterado Kai.

 

                Ruki lloró más alto durante un par de largos minutos, con Reita acariciando calmadamente su espalda. Todos esperaban resignados a que se le pasara la llorera, pero Kai se desesperaba y no paraba de mover una de sus piernas.

 

–¿Puedes parar de una vez, Yuta? –Preguntó Uruha tranquilamente– No va a calmarse si lo pones más nervioso.

 

–Es que… ¡esto es increíble! ¡Toda la compañía se tiene que haber enterado ya de que los Gazette casi se lían a golpes con los de Born! ¡Los directivos vendrán a reclamarnos! Joder, espero que no se entere la prensa. ¡Menudo papelón íbamos a hacer!

 

–Yo…, lo siento. Sé que debería haberos dicho algo –trató de justificarse Ruki, ya un poco más tranquilo–, pero… no sé…, nunca sé cómo tratar el tema.

 

–¡¿No supiste cómo hacerlo en diez años?! –Kai lo miró casi con odio y el vocalista se hundió en su asiento.

 

–Kai –habló Reita con un tono reconciliador–. No es el momento.

 

–¡¿Qué no es el momento?! ¿Y cuándo será el momento? –Se sentó en su puesto tras la batería, apoyando las manos en los tambores, tratando de respirar tranquilo.

 

–¿Tanto te importa que Ruki sea gay? No lo hubiera esperado de ti –comentó Uruha mirando seriamente al batería. Los demás miraron atentos su posible respuesta.

 

                Kai levantó la cara sorprendido.

 

–Esperad, me da igual lo que haga o deje de hacer Ruki. Pero es la confianza… Todos le hemos visto ser el más fuerte y caer a lo más débil en segundos. Es muy inestable y siempre que tratamos de ayudarlo nos espanta, menos a Akira que debe ser masoquista o algo porque siempre se queda con él. Pero a nosotros nunca nos ha dado la oportunidad de ayudarlo, y ahora ¿qué le pasa? Que es gay y tampoco se le había ocurrido decírnoslo. ¡Ah! Es que quizás sea ese el origen de todas tus mierdas, ¿no? –Preguntó mirando a Ruki directamente con un tono acusador– Pero claro, no encontraste el momento de decírnoslo a tus amigos, porque…, ¿qué mierda? Ni si quiera sé si somos tus amigos.

 

–¡Sí, sí! –Contestó Ruki rápidamente incorporándose en el asiento hasta quedar en el borde– Sois mis amigos, claro que sois mis amigos. Soy yo el que falla, no vosotros –volvió a bajar el tono y con él la mirada–, siempre fallo yo.

 

                Reita pasó su brazo de nuevo por los hombros del más bajo, dándole apoyo y hablándole en casi un susurro.

 

–No digas idioteces. No eres tú.

 

–Ruki, ¿quieres chupármela? –preguntó Aoi.

 

–¡¿Qué?!

 

–Que si quieres chupármela.

 

–¡NO! ¿A qué viene eso?

 

–Si no quieres chupármela, ni metérmela, ni lo que sea, por mi está bien. No es mi problema dónde la metas, y menos si es en tu tiempo libre.

 

                Ruki inclinó la cabeza más o menos agradeciendo, tratando de entender a Aoi, que casi no le había dirigido la mirada desde que la conversación había comenzado y ahora se movía de un lado a otro colocando su guitarra para el ensayo, como si no pasara nada. Él miró a Reita sorprendido y el otro lo sonrió y lo abrazó con más fuerza, hasta ocultar su rostro en el cuello del vocalista.

 

–No te preocupes, todo irá bien. Te quiero.

 

                Ruki lo abrazó más fuerte también, agradeciendo tener un amigo como Reita. Siempre lo había apoyado, con todo. Siempre le decía cosas reconfortantes que necesitaba oír como “te quiero” o “siempre estaré a tu lado”. Siempre tenía un abrazo para él. Y Ruki sabía que no tendría vida para agradecerle lo que acababa de pasar, porque sentir que Reita le abrazaba en aquel pasillo había sido lo que le había salvado de un ataque de histeria, sentir que a pesar de que todo lo que sabía, el otro seguiría siendo su amigo. 

 

–Por mi todo bien –comentó Uruha–, todos sabéis que soy bi.

 

–¿¡Ehhhh!?

 

–O… no. ¿No lo sabíais? –Preguntó Uruha a los tres que habían exclamado.

 

–Creo que el único que lo sabía era yo, Shima –contestó Reita.

 

–Oh, bueno, lo que sea.

 

–¡¿Cómo “lo que sea”?! –Volvió a alterarse Kai– ¿Por qué hoy todo parece que se va a la mierda? ¿Os conocemos de verdad?

 

–¿Cuánto quieres conocerme, Kaicitoooo?

 

–¡No me jodas, Shima!

 

–Más quisieras, guapetón.

 

–Más quisieras tú, Shima, evidentemente –dijo Reita.

 

                Uruha le sacó la lengua y se marchó cerrando la puerta con un golpe. Le fastidiaba que sus propios compañeros le conocieran tan poco. Y que Reita fuera tan idiota, también; todo acaramelado con Ruki y se atrevía a meterse con él. El bajista era el único que sabía que alguna vez había sentido algo por Kai y no era justo que lo insinuara delante de todos.

 

–¡Ey! Shima-san –Hiroto bajaba corriendo las escaleras cercanas–. ¿Qué ha pasado? The GazettE está en boca de todo el edificio.

 

–Hola, Hiroto-kun –saludó mientras se apoyaba en los ventanales frente a la sala, dejando que el otro llegara a su lado–. Son unos cotillas. Menuda mierda.

 

–Oye, ¿es cierto entonces? ¿Ruki-san es gay?

 

–Pregúntale a tu batería, ¿no? –Dijo con tono ofendido. Tenía claro que el problema principal en todo esto había sido Nao.

 

–Nahh…, él nos lo dijo pero no lo creímos. Eso no iba a salir bien. Nao es bi y no ha sido fiel en su vida –comentó tranquilamente mientras se colocaba al lado de Uruha, apoyándose también en esos grandes ventanales que daban al patio interior–. Si Ruki-san hubiera confiado en nosotros se lo hubiéramos dicho.

 

–¿En Alice Nine?

 

–No, en la GGBPSC.

 

–GAG… ¿eh?

 

–GAGBPSC.

 

–Sí, ¿pero qué leches es eso?

 

–Grupo de Artistas Gays y Bisexuales de la PSC, está claro.

 

–Ahhhh, tiene sentido…, creo. ¿Tenéis un grupo? –Hiroto afirmó– ¿Para qué?

 

–Para defendernos de los imbéciles hetero sexofóbicos como los Born, y para alguna orgía de vez en cuando.

 

–¡¿EHHH?!

 

–Je, era coña.

 

–¿Seguro? Bueno, en cualquier caso. ¿Por qué no sabíamos que eso existía?

 

–Porque nadie os lo había dicho, obvio.

 

–Hiroto, me duele muuuucho la cabeza para aguantar gilipolleces.

 

–Porque pensábamos que ninguno tenía ningún tipo de inclinación ni bi ni gay en Gazettolandia y un día alguien se lo sugirió a Aoi y a Reita y por lo visto casi se lo comen. Así que quedasteis descartados, al igual que Born, que son asquerosamente heteros.

 

–¿Por qué no lo sabía yo?

 

–¿Por qué tendrías que saberlo tú? Si eres hetero radical y además vives en Uruhalandia, nunca te enteras de nada que no sea una fiesta con mucha bebida.

 

–¿Pero nadie en esta compañía se ha dado cuenta de que soy bi? ¿En serio tan poco me conocéis? ¿Por qué narices nadie me conoce si llevo aquí diez años?

 

–¡¿Eres bi?! ¡Waah, genial!

 

–¿Genial, por qué?

 

–Oh, conozco a más de uno en el grupo que se pondrá super contento.

 

–… ¿sabes? Creo que no quiero ni saber quién.

 

–Ok. En cualquier caso, ahora lo importante es Ruki; no debe de estar muy bien después de todo lo que ha pasado.

 

–No, su estado de ánimo no es el mejor.

 

–¿Está hecho mierda?

 

–Sí. Primero el gilipollas de tu batería lo deja y luego los imbéciles de Born la lían y se entera toda la compañía. Ni si quiera nosotros lo sabíamos seguro. Aunque no lo parezca, Taka no es muy fuerte, se viene abajo con facilidad. Y el imbécil del vocalista ese se dedicó a humillarlo todo lo que pudo. Menos mal que los de screw los separaron, porque lo que dijo Akane la cosa empezaba a ponerse mal.

 

–El imbécil de Ryoga tiene que pagar por lo que hizo.

 

–Ahora mismo todos tenemos ganas de patearle el trasero…, por delante o por detrás.

 

–Je, sí. Um ¿todos? ¿Gazettolandia al completo?

 

–Sí. ¿Por qué nos llamas “Gazettolandia”?

 

–Aysh, qué poco humor gastamos. ¿Hasta qué hora vais a estar en la sala?

 

–Un par de horas más, a menos que a Yutaka le parezca que Taka está muy mal y nos dé el día libre, lo que es muy poco probable.

 

–Ok, es suficiente –dijo dando una palmada–. En un rato vengo con quien esté libre, tú mantén a los tuyos ahí dentro. ¿Está bien?

 

–Sí, bye –El alicio empezó a subir de nuevo la escalera–. ¡Ah, Hiroto! –El otro se volvió curioso– Si hay una orgía de esas también me llamas, ¿ok?

 

–Ya te dije que era coña.

 

–Lo que sea; pero si vas a estar tú, me llamas.

 

----

 

                Un rato después, Uruha volvió a entrar a la sala, pero sintió que nunca había salido: los cuatro seguían en los mismos sitios que cuando se había ido. Lo único que había cambiado es que Ruki había sacado la cabeza del pecho de Reita para apoyarla en su hombro, mientras éste aún lo abrazaba. Uruha fijó la mirada en el rostro de su vocalista; parecía realmente demacrado, todo el maquillaje se había corrido, el rímel que había resbalado por su rostro con cada lágrima ahora se secaba en sus mejillas, y aún no parecía capaz de levantar su mirada del suelo.

 

                Pasó más de media hora en la que sólo se oía el repiqueteo de la guitarra de Aoi desenchufada y los papeles que pasaba y releía Kai.

 

–Deberíamos ensayar un rato –interrumpió el silencio Kai–, quizás así esto vuelva a la normalidad.

 

                Alguien llamando a la puerta cambió la atención de todos del batería a la otra punta de la sala.

 

–Hoooola –dijo una fina voz desde la rendija de la puerta que se había abierto –¿podemos pasar?

 

–Claro, Hiroto –contestó Kai–. Pasad.

 

                Los chicos fueron entrando, saludando uno a uno. El último cerró la puerta y se aseguró de echarle el cierre. Cuatro de los gazettos miraban incrédulos a los siete chicos que habían entrado. Ruki trató de recomponerse, limpiándose con las mangas los restos de lágrimas. Reita no apartó el brazo de sus hombros, pero lo dejó moverse y acomodarse.

 

–¿Qué hacéis todos aquí? –Preguntó Reita mirando a Ruki cada vez más incómodo. Sabía que no le gustaba mostrar esa parte tierna con nadie que no fueran ellos.

 

–Uruha, ¿no les has dicho nada? –Hiroto lo miró con reproche.

 

–¿Nada de qué? Si no me entero de qué va esto.

 

–Resumamos entonces –Hiroto dio un par de palmadas y comenzó hablar como si estuviera en una exposición para alguna universidad–. Bienvenidos a la reunión improvisada de emergencia del GAGBPSC –los cuatro gazettos lo miraron sin comprender–. Grupo de Artistas Gays y Bisexuales de la PSC, está claro –los mismos cuatro quedaron paralizados de la sorpresa.

 

–Cristalino –contestó Byou.

 

–Cállate –cortó Hiroto para seguir con su discurso–. Nos faltan varios miembros, pero creo que hablo en nombre de todos al decir: bienvenido, Ruki-san. Puedes contar con nosotros para lo que quieras.

 

                El aludido los miraba alucinado. No tenía ni la más mínima idea de que hubiera tantos gays en su misma compañía, y mucho menos que tuvieran un grupo. Todos lo miraban sonrientes esperando quizás que dijera algo.

 

–Eh… ¿gracias? –Casi susurró.

 

–¡Aysh! ¡Pero que mono! –Comentó el cantante de Kra a su batería.

 

–¿Cómo no nos dimos cuenta antes? –Preguntó Reno a Iv.

 

–No lo sé –contestó el bajo de Vivid–, pero es muy sexy para ser hetero.

 

–¡Señoras! –Dijo Jin mientras aplaudía para llamar la atención– No asusten al nuevo, por favor.

 

–Vamos a ver –trató de recapitular Aoi–. Vosotros siete sois el GGPBS…

 

–GAGBPSC –corrigió Hiroto–, Grupo de Artistas Gays y Bisexuales de la PSC, está claro.

 

–Cristalino –volvió a responder Byou.

 

–El… GG lo que sea –trató de continuar Aoi–, sois vosotros siete, ¿no?

 

–No –contestó Iv.

 

–Faltan unos cuantos –contó Keiyuu– como unos ocho más.

 

–¿Nao…? –Preguntó Ruki.

 

– Sí –contestó Hiroto–, bueno. Nao nos dijo a Alice Nine que se estaba acostando contigo –confesó Hiroto–, pero no le creímos. Nao es miembro pero es un poco… mentiroso…

 

                Ruki bajó la mirada triste. No sólo le había vendido delante de media compañía sino que además no había cumplido sus deseos de no decírselo ni si quiera a su banda.

 

–Nao se ha acostado con la mitad de los presentes –aclaró Reno.

 

–No ha sido fiel en su vida –continuó Jin.

 

–Cosa de la que te hubiéramos advertido si hubiéramos sabido lo tuyo –terminó Keiryu–. Nao es un caso parecido al de Byou –meditó.

 

–Hola –dijo descaradamente el nombrado mientras se sentaba al lado de Ruki sin apartar su mirada de éste–. Yo también soy bastante dado a no tener relaciones serias, también soy bi, también tiendo a tirarme a otros y otras músicos, y de vez en cuando miento y me intento saltar las normas del Grupo –pegó su rostro a Ruki hasta rozar con su nariz el pelo del vocalista–. Entonces, ¿ahora podría acostarme contigo, no?

 

–¡No! –Dijo Reita mientras atraía más hacia sí a Ruki. –¿Y por qué le dejan estar a éste aquí?

 

–Bueno –contestó Reno–, se supone que establecimos una norma, creo que la única que tenemos: “donde saques para la hoya, no metas la poya”.

 

–Es una buena regla –comentó Uruha.

 

–Hay que ser bestia para decirlo así –comentó Aoi apretándose el puente de la nariz. Ese día ya no podía sorprenderle nada.

 

–Básicamente, nada de relaciones conflictivas o esporádicas con miembros de la PSC, a menos que sea una relación realmente seria.

 

–O una orgía –comentó Uruha.

 

–¡¿EH?! –El gritó de Kai se juntó al de varios del Grupo.

 

–Hoy los heteros presentes vamos a acabar traumatizados, ¿lo sabéis no? –Comentó Aoi apretándose de nuevo el puente de la nariz.

 

–¿Qué orgía? –Preguntó Yasuno.

 

–Me lo contó él –dijo señalando a Hiroto. Todos lo miraron.

 

–¿Y por qué yo no lo sabía? –Comentó Byou cruzándose de brazos.

 

–¡Qué era broma! Uruha, por favor.

 

–No sé, tú lo dijiste.

 

–¡Que yo no dije…! –Entonces si fijó en la sonrisa pícara que el gazetto tenía– ¡Oh, mierda! Cállate. A ver, por favor, volvamos al tema. Ruki–san, en serio, no derrames ni una lágrima más por Nao, nunca –varios de los presentes afirmaron–. Ahora, el “imbecilus maximus” o Ryoga y su troup. ¿Sugerencias? –Preguntó Hiroto a los presentes y se cruzó de brazos.

 

–¿Quién puso al enano de jefe hoy? –Preguntó Byou señalando a Hiroto con desgana. Éste se acercó y le dio un sonoro capón.

 

–¿Sugerencias para qué? –Preguntó Aoi sacando por fin los dedos del puente de su nariz.

 

–Para amargarle la vida un rato –contestó tranquilamente Reno–. Es un capullo.

 

–Ésta ha sido la última que le aguantamos –siguió Iv–. Desde que llegaron se la pasan amargando la vida a todo el mundo. Ellos nos vieron a Reno y a mi en una fiesta muy… juntos y desde entonces no nos dejan en paz, esté quien esté, a pesar de que saben lo que significaría que los de arriba se enterasen.

 

–Yo nunca he tenido problemas de decir que soy gay a quien me ha preguntado –comentó Keiyuu parando quieto en un mismo sitio  por primera vez desde que llegó–, pero esos imbéciles no me guardan ningún respeto ni por ser sempai, desde el primer momento que se enteraron.

 

–Es peor con Sug y D=Out –dijo Hiroto mirando con preocupación a Aoi.

 

–Sí, eso sí lo he notado –comentó éste–. Pensé que era otro tipo de problema con ellos.

 

–No –habló Jin–, el mayor problema es que casi todos sus miembros son gays, al menos en D=Out.

 

–Reika no –interrumpió Byou, captando la atención de todos–. O si lo es tiene muy mal gusto –varios rieron.

 

–¿Te rechazó el otro día? –Rió Hiroto.

 

–Je –rió sarcásticamente el vocalista–. ¿Qué pensabas? ¿Qué ibas a ser el único?

 

–Ryoga, Kifumi y Tomo-san son los que llevan todo –volvió al tema Yasuno–. Aparte de anti–gays, son muy competitivos. Puede que seamos sus compañeros, pero también somos su competencia. En el tiempo que llevan en la compañía, ¿alguno de vosotros ha ido a beber con ellos?

 

                Sólo Aoi y Uruha levantaron la mano.

 

–A mi me trataron bien, como cualquiera de los nuevos. He ido a beber con ellos varias veces y con Ray hay muy buen rollo, hemos ido a beber algunas veces él y yo, incluso con Reika y Chiyu de D=Out y Sug, y no he visto problema alguno –comentó Aoi.

 

–¿Uh? –Byou pareció interesado en aquel momento– ¿Tú también sales a beber con Kazuki?

 

–Sí, también suele venir con nosotros.

 

–… es un cretino por no decirme lo de Ray… –murmuró Byou.

 

–¿Por qué? Pensé que os llevabais bien –preguntó Kai.

 

–Kazuki y yo estuvimos liados una temporada –varios ojos se abrieron sorprendidos, sobre todo los de Aoi.

 

–¿Kazuki es gay? –Preguntó el guitarrista anonadado.

 

–Sí. Ahora anda con Manabu, ¿no lo sabías?

 

–No, nunca he notado… bueno, no sé, nada raro, él nunca me ha insinuado…

 

–Aoi, no eres lo suficientemente atractivo como para que nadie te insinúe nada.

 

–Imbécil. Que no me ha insinuado que le gustaran los tipos.

 

–A mi me han invitado un par de veces –reflexionó Uruha–. Pero parece que tampoco se habrán dado cuenta de que yo soy bi.

 

–¡¿Eres bi?! –Gritaron gran parte de los presentes.

 

–¡¿Es que nadie me hace caso en esta puta compañía?! –Se quejó Uruha.

 

–¿Mirarte las piernas cuenta? –Preguntó Reno.

 

–¿O el culo? –Siguió Yasuro.

 

–Entonces –dijo Byou mientras rápidamente se cambiaba de sitio al brazo del sillón de Uruha–, ¿cuándo quedamos?

 

–¡Byou! –Gritó Jin– ¡Deja respirar a la gente!

 

–Sí, mami –contestó enfurruñándose y cruzándose de brazos.

 

                Uruha lo miró de abajo arriba.

 

–Luego hablamos tú y yo –comentó sorprendiendo a todos–. Ahora, ¿qué queréis hacer? Born son unos capullos, vale, ya lo sabemos, ¿y? Cualquier cosa que hagamos se puede volver en contra nuestra.

 

                Durante el siguiente minuto, todos guardaron silencio, algunos pensando en qué hacer, otros preocupados, alguno comiéndose a otros con los ojos y uno preocupado por Ruki.

 

–Sea lo que sea, será en otro momento –cortó Kai el silencio–, ya es tarde, es hora de irnos a casa.

 

–¡Sabía que iba a pasar! –Gritó Aoi– ¡Habéis vuelto loco a un hetero! ¡Ah, Dios! Yo seré el siguiente en enloquecer.

 

                Todos rieron, hasta Kai, que le tiró una de sus baquetas por haber insinuado que estaba loco por dejarles salir sin casi ensayar.

 

–¿Aoi-san, seguro que no eres gay? –Preguntó Reno.– Aún no has enloquecido –las risas aumentaron.

 

–Reno, por muy mona que tengas la cara, no me toques las narices o te la parto.

 

–Wooh, tranquilidad todos –calmó Hiroto–. Nos vamos. Venga, cada uno a su sala. Vamos, vamos –decía mientras empujaba a los demás a salir. Pero de pronto paró–. Oh, mañana vuelven los de D=Out y Sug. Tenemos una… reunión en donde Takeru. ¿Por qué no venís, Ruki-san?

 

                El vocalista lo miró alucinado, sin saber que decir, pero por alguna causa empezó a temblar un poco. Reita lo abrazó más fuerte hasta atraerlo a su pecho y que Ruki se refugiara en él.

 

–Estaremos allí, no te preocupes –contestó el bajista.

 

–Ehhh…, ok –dijo Hiroto extrañado por el comportamiento de los dos.

 

–¿En el piso de Takeru entrará tanta gente? –Preguntó Kai. Él conocía el piso del vocalista y, aunque tenía un par de habitaciones, no era tan grande.

 

–No es en el piso –contestó Hiroto con una sonrisa–. Luego os paso la dirección por mensaje. ¡Byou! Levanta el culo, tú también te vienes.

 

                El vocalista de Screw suspiró cansado y se levantó de un salto; se giró antes de llegar a la puerta e hizo una graciosa reverencia a los tres que estaban sentados; luego salió. Hiroto fue el último en irse y cerró. Un extraño silencio se produjo entonces en la sala. Al poco habló Aoi.

 

–¿Nos ha invitado a todos o sólo a Ruki?

 

–No lo sé, pero yo pienso ir igualmente –dijo Kai mientras se sentaba al lado libre de Ruki–. Si alguien hace daño a Taka, nos hace daño a todos. No pienso dejar que se vuelva a repetir –agarró a Ruki por la cintura y se abrazó a él–. Siento que creyeras que no íbamos a entenderlo, Taka.

 

                Uruha entonces se levantó y se arrodilló delante del vocalista, levantó su rostro hasta que le miró.

 

–Siento no haberme dado cuenta antes de lo que te pasaba, Taka. Soy el más capullo de tus amigos. Pero es que esto ni para mi ni para mi familia ha supuesto nunca un trauma, por eso nunca he podido llegar a entender qué es pasarlo mal, así, como tú. Discúlpame.

 

                Ruki sonrió y Uruha lo abrazó también. Entonces Aoi se colocó detrás de Uruha y se tiro sobre ellos, abrazándolos, y aplastándolos, a todos.

 

–Yo también quieeeeeero.

 

                Ruki se sintió mal por haber dudado de sus amigos, pero bien porque a pesar de que todo se había destapado de mala manera, no lo habían abandonado y ahora podía confiar en ellos totalmente. Y resulta que en varios compañeros más también, aunque no estaba muy convencido que lo de la fiestecilla esa no fuera una orgía como decía ahora Uruha, haciendo escandalizarse a Aoi.

 

 

Notas finales:

¡Joder, 24 páginas de word! ¿En qué estaba pensando?

 

Bueno, supongo que a este ritmo me lo terminaré en dos o tres capítulos más.

 

Lo mejor es que le puse una risa ridícula a Kifumi antes de oírla, y resultó ser igual que la imaginé ^^: http://youtu.be/SjK4arA1ooc 

 

Ah! Cómo lo ven: Uruha x Hiroto, Byou x Uruha o Byou x Hiroto???


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).