Envidia
El guapo rubio de ojos felinos estaba sentado en el amplio y blanco sillón de la estancia mientras intentaba reacomodar sus pensamientos los cuales habían sido alterados, al igual que sus nervios, por una pequeña caja de Tiffany.
Flashback
El castaño y el rubio entraron al lujoso departamento del mayor en busca de la ropa que había prometido darle al menor.
Estando en la habitación, lo primero que las delgadas manos de Taemin recibieron fueron un par de jeans entubados que se probó enseguida y que le quedaron a la perfección.
Lo segundo fue la bonita camisa negra que le había fascinado al castaño unos días atrás mientras estaban de compras pero que él no había podido pagar con su mísero sueldo y que ahora su mejor amigo le estaba regalando completamente nueva y de su talla. Al principio se reusó a aceptarla pero pocos segundos después la tomó con gusto con una gran sonrisa plasmada en su rostro.
-Tae, te daré este sweater para Changmin, no me gusta como le queda a Min..-el rubio jaló una prenda, de color gris, de la parte superior de su armario pero al tenerla en sus manos una pequeña caja de color azul con moño blanco apareció frente a sus ojos y los dejó atónitos unos pocos segundos, después de los cuales ambos estallaron en efusivos gritos.
Era una caja de Tiffany, un anillo de compromiso. Key se casaría.
Fin del Flashback
Sonrió al recordar la escena sin poder creer aún que Minho le propondría matrimonio muy pronto.
Mientras dibujaba una hermosa y soñadora sonrisa en su rostro, una fuerte y estridente melodía lo sacó de su burbuja y lo trajo de regreso al mundo.
Se levantó de su lugar en el sillón y caminó rumbo a la habitación en busca de su celular el cual sonaba como si no hubiese fin, exigiéndole que lo atendiera.
Cuando encontró el aparato rosa vio la pantalla rápidamente en busca del nombre de quien le llamaba.
Taemin
¿Qué sería tan importante a las 12 de la noche?
Abrió la tapa del dispositivo, contestando la llamada automáticamente escuchando al instante la alegre voz de su amigo al otro lado de la línea.
-¡Key!- estaba excesivamente alegre y eso era raro, al menos a esas horas de la noche lo era –Me voy a casar- y por segunda vez en aquel día, el rubio recibió una gran impresión que hizo que sus ojos por poco y se salieran de sus cuencas para después comenzar a gritar como lo había hecho unas cuantas horas antes.
-Dime, ¿Cómo fue?-cuando ambos estuvieron un poco más tranquilos y dejaron de gritar, el mayor pronunció, por fin, una frase coherente y empezó con el bombardeo de preguntas.
-Verás..-
Flashback
El chico de cabellos castaños estaba sentado en el sillón recargado en el cálido pecho de su novio mientras veían una película de las que tanto le gustaban a su novio.
-Amor, ¿vas por las cervezas?-la delgada mano del mayor que se encontraba en su cintura palmeó su piel un par de veces en señal de que deseaba que cumpliera con su petición.
-Changmin, ¿por qué siempre debo de ir yo?- dirigió su mirada al rostro del moreno por unos cuantos segundos y al ver que no recibía atención se levantó bruscamente del sillón y caminó a la cocina por el par de cervezas que su novio solicitaba.
-No te enojes, mi amor- Taemin solo destapó las cervezas fingiéndose enojado con el mayor e ignorando sus palabras de súplica.
-Ten, Shim- le entregó la cerveza abierta y dejó la suya sobre la pequeña mesa de cristal para después sentarse sobre las piernas del alto restregando su trasero en los muslos de su novio intentando provocarlo.
-Y el malo soy yo, Tae- Changmin rodeó firmemente la cintura de su novio con sus largas y finas manos comenzando a verlo lascivamente.
-¿Y las galletitas, Min?-Lee desvió el tema y dio vuelta a su cuerpo dirigiendo su mirada al televisor esperando por la respuesta de su novio quien ya empezaba a ceder antes sus provocaciones –¿No nos enviaron galletitas, amor?- hizo un tierno puchero y volvió a ver a su novio quien, un poco mas tranquilo, solo le sonrió y le regaló un suave beso en su delgada nariz.
-Sí, yo las tengo- acto seguido, el más alto se estiró hacia la mesa y tomó las dos galletas en su mano con cuidado de no romperlas y extendió su palma frente a la cara del menor quien tomó la primera de ambas –Esa es mía, bebé- el menor frunció el seño y depositó la galleta de regreso a la mano morena mientras tomaba la otra con desgano.
-¿Acaso la galleta dice Shim Changmin?- el más alto se rió divertido –Si mi fortuna es peor, será tu culpa-
-No creo que sea así- su sonrisa se amplió al momento que el menor partió la galleta y su mirada se llenó de expectativa.
-¿Qué..es esto?- la sonrisa divertida del menor se esfumó al momento en que en lugar de salir un papel de la galleta, salió un pequeño y brillante anillo que le impactó por completo.
-Es un anillo, Tae, no encontré otra manera para pedirte esto pero, amor, ¿Quieres casarte conmigo? ¿Quisieras compartir el resto de tu vida con este tarado que está profundamente enamorado de ti?-Changmin había tomado el anillo entre sus manos, quitando gentilmente a Taemin de su regazo para poder hincarse y pedirle matrimonio como era debido.
-Cha..ng..min..-su corazón latía frenético y las lágrimas de felicidad se aglomeraban en sus ojos –Si amor, si quiero- se lanzó a sus brazos, terminando ambos en el suelo abrazados besándose con amor y timidez, como si fuese la primera vez que lo hacían, demostrando lo felices que estaban en aquel momento.
Fin del flashback
-Key, fue tan mágico, Changmin es un amor-mientras el castaño recordaba como había sucedido todo unas horas atrás, el rubio, al otro lado de la bocina, se encontraba fascinado imaginando la escena tan romántica que su mejor amigo había experimentado aquella noche, deseando vivir algo similar muy pronto.
Continuaron conversando un rato más en el que se dedicaron a continuarse emocionando por la romántica proposición y la futura boda.
Cuando hubieron colgado, Key sintió una leve opresión en su pecho, tenía envidia, su mejor amigo acababa de recibir una proposición de matrimonio y el apenas y había encontrado una caja de Tiffany, eso lo hacía sentir envidia, deseaba experimentar ese sentimiento al momento de darle el sí a su novio.
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Al día siguiente, los mejores amigos salieron a realizar su ejercicio matutino como todos los días, Taemin como siempre fue el primero en llegar al parque con la diferencia de que ese día traía el anillo en su mano izquierda y una bonita sonrisa en su rostro.
Key llegó un poco más tarde corriendo lentamente como siempre. Cuando Taemin notó que el de ojos felinos le había alcanzado, alentó el paso y siguió con su ejercicio.
-Es tan raro tener esto- Taemin solo disfrutaba de su dicha mientras observaba su brillante –Ya tengo preparado todo, mis papás llegaran hasta la boda pero tú me ayudarás en todo, ¿Cierto? Y ya tengo la cita con la mejor organizadora de todas, saqué una cita con ella para el viernes- eso molestó un poco a Key, el también soñaba con ir a ver a esa organizadora –Oh, perdona Key, lo..olvidé..-al instante, Taemin notó el enojo y la incomodidad que vivía su amigo ya que el aún no estaba comprometido.
-No te preocupes, pero Minho me escuchará- Key corrió a rápidamente por el parque alejándose de su mejor amigo quien le gritaba insistiendo que Minho debía hacerlo a su manera y no bajo presión.
Key corrió lo más rápido que sus anti-deportivas piernas le permitieron, estaba completamente sudado tanto que su cabello se pegaba a su frente, su maquillaje se había corrido y la ropa se le embarraba al cuerpo, en realidad en lugar de verse mal, se veía completamente alucinante.
Entró precipitado hacia la oficina de Minho y abrió la puerta de golpe espantando a su compañero de oficina y a su novio mismo.
-Amor, ¿no crees que es tiempo de casarnos?-Key, directo como siempre.
-Key, ¿qué haces?- Minho se encontraba desconcertado, toda la oficina los veía a través de los vidrios con ojos curiosos.
-Vi la caja de tiffany amor, dime que si era un anillo, si no lo era juro que me suicido y te vas a conmigo-Minho ya se había levantado de su escritorio, había cerrado las cortinas de la oficina y había corrido a su compañero de oficina, no quería espectadores –Además, Taemin ya se comprometió y..-
-Así que es eso..-suspiró pesadamente.
-Era un llavero, ¿cierto?-la cara de Key se había desfigurado completamente, y si no hubiera sido porque esa era una situación seria, el de ojos bonitos habría soltado una estridente carcajada y se habría burlado de su mueca disgustada.
-Eres tan desesperante, impaciente, hartante y envidioso- el rubio había clavado la mirada en el suelo, le dolía que Minho le dijera eso ya que jamás había considerado que el alto pensara todo aquello de el –Y es por eso que te amo tanto-se acercó a su saco rápidamente y sacó una pequeña caja –Si hubieras esperado hasta la noche, no serías la persona de la que me enamoré- Key sonrió –Kim Kibum, ¿compartirías el resto de tu maravillosa vida conmigo?- el de ojos felinos se quedó mudo.
-Es..yo..Minho..es que..yo..si..es..yo- no podía pronunciar ninguna frase coherente
-Solo di si o no, Key- le divertía la situación, jamás había dejado a Kibum tan desarmado.
-Sí, ¡SI!- se aventó al cuerpo de Minho, cruzando sus brazos por el cuello del mas alto mientras con sus piernas se abrazaba a la cadera de su novio para después unir sus labios en un hambriento beso que confirmaba lo que ambos sentían por el otro.
-Te amo, Key- entre suspiros y respiraciones agitadas, Minho le repetía una y otra vez cuanto le amaba.
El más alto lo acostó en el escritorio de la oficina y se posicionó lenta y suavemente sobre el frágil y pálido cuerpo.
-Hmm..siempre fue mi sueño hacerlo en tu oficina- la frase salió de los labios de Key en un tono ronco y por demás sexy.
-Cumplamos tu sueño entonces- el de ojos bonitos sonrió de lado mientras comenzaba a desabotonar su propia camisa.
-Te amo Minho, te amo mucho- seguido de la declaración de Key, ambos volvieron a besarse, pero ahora de una forma lenta y tierna, recorriendo lentamente le boca ajena con sus lenguas sin ninguna prisa mientras las prendas comenzaban a salir disparadas a cualquier parte de la oficina.
Fin