Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Todo por ti... por CoMyvSadie

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Volviendo con otro experimento dramático xD

Sé que esta pareja es 50% amada y 50% odiada (aunque no lo crean entro en ese segundo grupo xDU) pero cuando la idea surgió simplemente me parecieron perfectos para el perfil que queria ponerle a los personajes ¬¬U

Como sea, la proxima prometo regresar con Nightmare ;D

Sin más sigo al final ^^

Como poder explicarte lo que siento en estos momentos? El oxigeno no llega a mis pulmones y la sangre parece agolparse en mi cabeza.

 ¿Cómo decirte y tratar de hacerte entender que solo tengo ojos para ti? Los oídos me zumban y eso me parece raro, mi organismo ya debería estar acostumbrado a estas cosas.

 ¿Cómo descifrar si estas lagrimas que se agolpan en mis ojos son a causa del dolor que sienten los músculos de mi cuello al ser apretados con tanta fuerza; o si son lagrimas por el arrepentimiento que azota mi alma? No podría decirle jamás a nadie lo que se siente estar a unos segundos de perder la vida. Nadie comprendería que eso a mí no me interesa si es algo que a ti te haga feliz.

 ¿Realmente quieres matarme cierto? Jamás podrás perdonarme el haber salido a verme con los chicos sin tu permiso.

“Lo siento…”

Una lágrima finalmente se me escapa, escurriendo por mi mejilla llega hasta chocar con la suave piel de tus manos que siguen aprisionándome sin piedad alguna…

“Te amo…”

¿Lo sabes verdad? Las palabras no alcanzan para demostrar cuanto es el amor que alberga mi castigado corazón hacia tu persona

 ¿Tú también me amas con una locura desenfrenada, no es así? Y es por eso que siempre te enojas tanto conmigo cuando te desobedezco, tus celos son incontrolables, pero eso me llena de alegría porque me haces saber cuánto te importo.

“Bésame…”

Con solo sentir tus labios sobre los míos puedo olvidar cualquier cosa, incluso estas ansias que me carcomen esperando porque llegue la muerte a salvarme de este sufrimiento tan terrenal como lo es dolor físico.

Ya no lo soporto, esta vez creo que será la última en que pueda apreciar tus ojos penetrantes con esa expresión acusadora

 ¿Crees que no entiendo cuanto duele? Si eso piensas deberías darte cuenta de lo equivocado que estas.

 Siento romperme centímetro a centímetro, mi cuerpo ya no puede luchar por permanecer a tu lado, la falta de oxigeno hace estragos en mi organismo y lo único que estoy en condiciones de hacer es mirarte suplicante mientras las lagrimas siguen vacilantes.

“-¿Podre permanecer a tu lado?-“

Sé que no me entiendes, puesto que no puedo hablar, pero también sé que con solo mirarte comprendes mi alma y  sabes tan bien como yo, que ninguno de los dos podría seguir viviendo sin la presencia del otro.

La presión disminuye poco a poco ¿lo has reflexionado? El aire nuevamente lucha por llegar a mis pulmones para aferrarme a la vida con el último esfuerzo que tengo para dar, solo por ti.

Siento tus manos relajarse, posándose alrededor de mi cuello casi como proporcionándole una caricia de compasión, no sabes cuan feliz me pone eso.

Mi cuerpo totalmente flojo se escurre por la pared en donde me tenias arrinconado y caigo sin remedio al suelo; ahogado, tosiendo sin control, sintiendo un pitido irritante en mis oídos y con un dolor de cabeza insufrible.

Intento arrastrarme como puedo para alcanzarte, la imagen sin dudas es la más patética que has visto ¿no? Pero necesito pedirte perdón, necesito escuchar de tu boca un “yo también lo siento” esa frase que nos hace renacer de las cenizas como un ave fénix, esa frase que pone un final a este mal momento para darle paso a la felicidad que vivimos casi a diario.

Me observas desde lo alto sin decir nada mientras tironeo de tu pantalón aun sin poder hablarte, las lagrimas cesaron al fin pero sé que no tengo la expresión más linda que pudiera ofrecerte

Me miras como si fuera un mugriento animal condenado a morir por seguir sus instintos de libertad, aun, sabiendo que las cadenas de su dueño no pueden romperse, solo apretarle más el cuello para adiestrarlo como una “buena mascota”.

¿Te doy pena…asco? Estoy casi seguro que sí ¿Quién podría andar con alguien patético y desobediente como yo? Solo tu bondadoso corazón supo encontrar algo bueno en mí, y gracias a ello, jure siempre obedecerte sin chistar.

Aun así, a veces no puedo evitar el querer salir a verme con los chicos de la banda, después de todo son nuestros amigos…

“Prometo no volverá a pasar…”

Mi mirada suplicante parece conmoverte, te agachas a mi lado para ayudarme a sentar contra la pared nuevamente, ya no siento mi cuerpo flojo, mis músculos vuelven a responder con normalidad, mi garganta quema como el mismo infierno, pasaran unos días antes de que pueda volver a tragar alimentos sólidos, de seguro los chicos se preocuparan otra vez.

 Miro con dedicación cada parte de mi cuerpo que la ropa deja expuesta, por suerte esta vez no hay moretones visibles, aunque quizás mañana aparezca alguno.

Me quedo pensativo un instante planeando como ocultar las nuevas marcas que dejaron tus fuerte manos en mí, ¿una bufanda quedara muy obvio? Hago una mueca con el entrecejo fruncido, seguro Shima lo notará, a ese idiota no se le escapa nada.

–R…Ruki…lo siento…- tus palabras afligidas me sacan de mis pensamientos, era lo que estaba esperando, ¿me perdonas y todo vuelve a la normalidad, no?

Te miro sonriendo como la primera vez que nos vimos, tu personalidad ambigua fue lo que más me atrajo de ti, podías mostrarte tan rudo y dos segundos después tan tierno.

El corazón me late acelerado cada vez que te disculpas lloroso como un niño regañado ¿existen límites para el amor? Teniéndote a mi lado esa pregunta me parece tonta, es lógico que no los hay…

 –No…no te…preocupes…fue…fue mi culpa- digo como puedo, la voz sale ronca de mi garganta, como si recién me levantara de dormir y un dolor punzante la atraviesa de lado a lado al sentir el aire pasando a través de mis cuerdas vocales.

Llevo mi mano a tu rostro contraído en una mueca desconsolada, entiendo lo mal que te sientes cuando te das cuenta de lo que estabas a punto de hacer, pero cuando esos ataques llegan, dejas de ser tu por un instante.

Me miras arrepentido y te sonrío con sinceridad ¿solo quieres cuidarme, cierto? Besas delicadamente la mano que se pasea por tu mejilla, como si pudiera romperse por el simple contacto, créeme que soy mucho más fuerte que eso.

Ambos nos quedamos allí sentados en el suelo abrazados intentando reconfortarnos mutuamente, es una escena de lo más extraña, solo nosotros podemos entender como nos sentimos…

“Soy tan afortunado de estar contigo…”

Luego de ese mal trago, como cada vez que nos reconciliamos, tenemos “sexo salvaje”, no puedo evitar reír al recordar esa expresión que siempre utilizas cuando quieres hacerme saber a qué punto llegas a desear mi cuerpo.

Siempre hacemos el amor varias veces en la noche, pero luego de una pelea, la dulzura con que me tratas es infinita.

“No soy una niña para que tengas que tratarme de ese modo, aunque admito que me encanta.”

El desayuno al día siguiente pasa de lo más tranquilo, hace dos años decidimos mudarnos a vivir juntos y como buen “amo de casa” trato de consentirte en lo que respecta a tus exigencias culinarias, no me molesta, mientras te haga feliz lo hare gustoso.

 Mi recompensa es un cálido beso de buenos días, una sonrisa coqueta que podría derretir un cubito de hielo, y un golpecito en el trasero.

 Agradezco a todos los dioses que nadie nos vea cuando haces esas cosas, me siento un completo uke, nadie más que tú conoce esa parte de mi…

Salgo de mis debates mentales al escucharte -hoy saldremos a cenar así que ponte lo más sexy que haya en tu guardarropas- me guiñas un ojo y te sonrío en respuesta ¿saldremos juntos? La noticia me toma por sorpresa…

–¿Qué festejamos?- te pregunto con curiosidad –y qué más podría ser? festejamos un día mas de nuestro amor ¿no es motivo suficiente?- te acercas a apachurrarme entre tus brazos con ternura y me besas el cabello.

“¿Sabes lo alocado que late mi pecho cuando haces estas cosas?”

Te correspondo con igual intensidad y busco tus labios para darte un beso.

Decidí que hoy no iré a la compañía para poder adelantar las tareas de la casa y ponerme decente para salir contigo, me hiciste un puchero antes de irte amenazándome con que le dirías al manager que no estoy enfermo y que solo falte porque quería andar de vago, tus rabietas infantiles son de lo más chistosas.

 A pesar de todo te fuiste y me quede en la soledad del departamento, aproveche para asear la casa de pies a cabeza. Con las giras, grabaciones y ensayos diarios no nos queda demasiado tiempo para estas cosas.

 Entre todo el desorden encontré el calcetín faltante que me pediste el otro día, un par de yenes metidos bajo los almohadones del sofá, una película porno que no tengo idea en qué momento compraste y/o viste, e innumerables bollos de pelo de nuestra querida mascota. Me quede realmente sorprendido ¿hace cuanto no ordenábamos?.

El tiempo se paso volando, cuando quise acordar tenía una hora para arreglarme, me apresuré lo mas que pude porque sé que no te gusta esperar y quede con quince minutos de sobra.

Observe mi imagen en el espejo del baño mientras terminaba de arreglar mi cabello, las marcas de tus manos alrededor de mi cuello eran más que llamativas, si hubiera ido al ensayo contigo habría terminado discutiendo con los chismosos de nuestros compañeros al tratar de encubrir la causa de estas.

Esas marcas me recuerdan lo profundo de tu amor, las luciría orgulloso, pero sé que la sociedad solo me tacharía con algún adjetivo aberrante como “masoquista” o  “depravado” incluso hay quienes me consideran un pobre niño golpeado por su pareja ¿puedes creerlo? La simple idea de escucharlos decir algo así me hierve la sangre, ellos no entienden…

Opte por cubrir los moretones con un elegante pañuelo atado muy minuciosamente y complete el look con unas enormes y bonitas gafas de mi colección.

 Me senté en el sofá a mirar tv mientras esperaba, era cuestión de minutos así que solo pasé los canales sin mirar realmente lo que la pantalla reproducía.

Cinco, diez, veinte minutos, seguí esperando pacientemente, debe haber mucho tráfico, pensé…

Una hora más tarde continuo sin señales de tu persona, comienzo a preocuparme ¿y si alguna fan te ha secuestrado? decido llamarte, pero el tono del buzón de mensajes sale casi al instante

¿Qué debo hacer? No puedo salir del departamento sin tu permiso ni tampoco puedo llamar a nadie que no seas tú…comenzó a dolerme el estomago por los nervios, tengo miedo de que te pase algo, aun así intento calmarme y trato de prestar atención a lo que hay en la tv para no estar  pendiente de ese reloj que, a mi parecer, funciona mas lento de lo normal.

No sé en qué momento me quede dormido. Despierto exaltado con tus gritos al entrar al departamento.

 “¿Estás ebrio?...”

 Me decepcionas, yo preocupado como un idiota y tú de parrada, pero lo peor es que has olvidado nuestro compromiso, una salida propuesta por ti, y sin embargo no tienes la amabilidad de cumplirla.

No estoy seguro de que fue lo que cruzo por mi mente en aquel instante, pero no pude vitar reaccionar ante tu falta de respeto.

Llegue a tu lado para reprocharte tu desconsideración, para demostrarte con lagrimas lo mal que me habías hecho sentir, pero con tu borrachera no pensabas claramente, apostaría a que ni siquiera entendías que era lo que te estaba diciendo.

Me miraste de arriba abajo menospreciándome, como si fuera una ramera molesta que se pone en papel de esposa.

Te relamiste los labios con gula, y fue chocante el contraste que esas dos expresiones tan diferentes lograron hacerme sentir, por un lado, una angustia infinita que no me dejaba disminuir el llanto, pero por otro lado me provocaba un calor extraño en el pecho al pensar en que querrías compensarme por tu falta.

Nada me habría preparado para lo que estabas por hacer, me jalaste de los brazos bruscamente hasta llegar al cuarto, no dijiste una palabra, solo sonreías con hipocresía.

Me lanzaste sobre el colchón, tironeaste de la ropa que había escogido solamente para ti y no te detuviste hasta verme desnudo, no te importaron mis lagrimas, no te importo mi rostro cargado de pánico, no escuchaste mis suplicas, simplemente otra vez no eras tú.

Me hiciste el amor de la manera más despiadada y cruel que jamás habría pensado, mi trasero parecía romperse a cada movimiento que hicieras sobre mi adolorido cuerpo, ni siquiera ver la sangre manchando las sábanas te dio algo de compasión, continuaste sin vacilar y cuando notaste que ni todo mi sufrimiento era suficiente para darte placer; comenzaste a apretar mi cuello impidiéndome respirar ¿es que no te das cuenta cuanto me lastimas?

“Aun así te amo…”

Verme inmóvil sobre la cama pareció darte una oleada de placer nunca experimentado, te corriste como pocas veces había visto ¿realmente ese animal eras tú?

Mis lágrimas ya habían dejado de salir hacia largo rato, no podía moverme, sentí como si estuviera lisiado, como si estuviera en estado de coma, solo que con la suficiente conciencia para darme cuenta en lo que te habías transformado.

El alcohol provoco que te durmieras casi al instante; agradecí que no quisieras repetirlo.

Mientras tanto yo, quede como un muñeco de trapo a tu lado, con las pocas fuerzas que aun tenía busque las sábanas para cubrir mi maltratado y patético ser, al día siguiente tendría que ir al hospital…

No puedo mentirte, tu sola presencia me provoca pánico, no me es posible dormir sabiendo que estas junto a mí. Temo que despiertes siendo aun un animal y vuelvas a lastimarme tan brutalmente.

Llore en silencio casi toda la noche, pensé una  mil maneras de intentar encontrarle una solución a este problema, pero siempre llegue a la misma conclusión…

“Por el amor que te tengo debo alejarme de ti…”

No quisiera que gracias a mi tuvieras problemas, ambos sabemos que los chicos están casi convencidos de que me maltratas y si me ven aparecer en este estado sus sospechas serán confirmadas. Es que ellos no entienden cuanto nos amamos, nadie lo entiende…

“Nos consideran enfermos…”

Cuando veo el sol asomarse por la ventana decido juntar todo el valor que poseo y ponerme de pie para ir en dirección al lavabo.

Mirarme al espejo fue un gran desafío, las marcas de mi cuello están aun más grandes y ahora le sumo enormes moretones en mis caderas, las ojeras y la palidez de mi piel no ayudan en nada solo agregan “dramatismo” a mi situación.

“No puedo dejar que me veas así…”

Tomo una ducha rápida, aunque con lo adolorido que estoy, me es la tarea mas difícil del mundo. Para mi fortuna pude percatarme que no sería necesario ir al hospital, ya no sangraba, eso me animo.

Me visto con un pijama, no quiero nada que estorbe mis torpes movimientos. Maquillo mi rostro lo más que puedo y preparo mi mejor sonrisa para recibirte mientras preparo café.

“¿Lo volveremos a intentar?...”

-Buenos días amor- llegas somnoliento a abrazarme por la espalda y besar mi mejilla

-B..bu…enos…días- oh no, Takanori eres un idiota!! me auto-cacheteo mentalmente ¿cómo pude olvidar un detalle tan importante como lo es la voz? Si bien, mi garganta no estaba en su mejor momento, no tiene sentido que suene peor que antes.

Me miras con los ojos extremadamente abiertos por la sorpresa y al hacerlo te percatas de lo amorfo que se ve mi cuello completamente morado.

Retrocedes como si tocarme te quemara las manos, nunca había visto esa expresión tan exaltada en tu rostro.

-Taka…que…yo…tu?- aunque abres la boca intentando hablar, ninguna frase coherente sale de tus labios. De todas maneras, sé perfectamente qué es lo que quieres decir.

-Aki…déjalo…estoy bien- te sonrío intentando calmar las aguas, pero mi voz quebrada te sobresalta más.

En contra de todas mis expectativas te acercas para aferrarte a mi cuerpo con demasiada fuerza, duele, pero no quiero arruinar el momento.

-Taka, te amo, no me dejes por favor…cambiaré, te prometo que hare lo que me pidas; pero no te alejes de mi lado…no podría soportarlo-

Nunca hubiera creído escuchar esas palabras salir de tus labios ¿Cómo pude pensar siquiera en alejarme de tu lado?

Correspondo el abrazo, creo que el latido en mi pecho es tan fuerte que puedes sentirlo. Ambos sonreímos como idiotas, sabemos que jamás nos alejaremos…

Cuando me recuperé, volvimos a nuestra vida normal, solo que ahora decidimos buscar ayuda profesional, hace tres meses estamos haciendo terapia de pareja y todo marcha de mil maravillas.

Dejaste de salir por tu cuenta y ahora salimos juntos cada vez que tenemos un rato libre. Es como si hubiéramos vuelto a los primero meses de noviazgo, todo es risa y diversión como siempre tenía que haber sido.

 

-Taka el sábado es la fiesta de la compañía, vendrán cierto?- mientras Shima me habla te miro de reojo esperando tu reacción, pero parece no afectarte así que decido preguntártelo directamente –ne, Aki…vendremos?- me siento realmente nervioso, no quiero hacerte enfadar ni mucho menos hacerte sentir incomodo ante la mirada de los chicos –claro, no hay que perderse las oportunidades de comer gratis- ríes tras tu respuesta haciéndome sonreír también, realmente las cosas van cambiando y eso me anima a seguir adelante.

El día de la fiesta me esmero lo mas que puedo en estar guapo para ti, hace mucho no salimos a eventos públicos, nuestras salidas son bastante íntimas…

Al verme salir arreglado me observas de arriba abajo y te lanzas sobre mí. Tomas mis mejillas y me plantas en los labios un beso de lo más posesivo, me cuesta un poco tomar el ritmo, pero no me quedo atrás.

-tendré que vigilarte esta noche- sonríes burlón y en respuesta te doy un leve golpe en el pecho para alejarte –también tendré que vigilarte a ti- te reprocho divertido señalando tu llamativo atuendo.

“Podría derretirme aquí mismo solo con ver tu imagen…”

-mi novio es una sexy iguana- río y tú me sacas la lengua infantilmente.

El evento es bastante grande, reconozco solo a los integrantes de las bandas que trabajan junto a nosotros para hacer crecer a la PSC, pero, no conozco a nadie del staff que cada uno de ellos tienen para ayudarlos así que la mayoría son extraños.

Nos quedamos junto a nuestros compañeros, comemos y bebemos hasta no poder más, para mi suerte sé controlarme y soy uno de los pocos que quedan sobrios.

Me acerco a tu oído para avisarte que un llamado de la naturaleza me exige correr al baño o tendré un accidente.

Te ríes como idiota burlándote de que me haré pipi encima y termino por darte un zape para que dejes de avergonzarme en público.

Salgo en búsqueda del sanitario y entro con rapidez, se siente un gran alivio en mi estomago.

 Mientras me lavo las manos escucho la puerta abrirse, no le presto atención, pero repentinamente mi cuerpo es acorralado y siento un fuerte aliento a alcohol muy cerca de mi oído.

-Matsumoto-san…¿cuándo me dará una noche de lujuria a su lado?- esa voz ronca me provoca un escalofrío, me doy vuelta como puedo para percatarme de que no conozco a mi acosador.

La rabia me invade, es un ebrio descarado ¿es que no sabe que estoy con Akira? Toda la compañía lo sabe ¿cómo tiene los cojones de preguntarme algo así?

Lo empujo para alejarlo, pero sigue insistiendo, y cuando estoy a punto de darle un buen golpe en el rostro te veo aparecer por la puerta.

No sabría como describir la expresión que tus bonitas facciones mostraron ante tal escena, no fueron necesarios más de dos segundos para que, colérico, te lanzaras a sacármelo de encima y comenzaras a golpearlo brutalmente.

Intentaba frenarte, estabas desfigurándole el rostro, entre la sangre que caía de su cabeza tras el golpe que se hizo al caer al suelo, y la que salía de su boca con cada diente que le rompías, ya no podía descifrar si aquel sujeto estaba consciente.

Salí de los baños pidiendo ayuda, rápidamente varias personas entraron a intervenir, tuvieron que llevarse al pobre desgraciado en ambulancia, para nuestra suerte seguía con vida.

No nos dejaron marchar hasta mucho después que la fiesta se viera terminada gracias a nosotros, nuestro jefe estaba furioso como nunca y casi termina echándonos, pero Kai intervino como siempre conciliador y consiguió que solo nos suspendieran una semana.

Te metí al auto con ayuda de los chicos, Kai me advirtió que no volvería a intervenir por nosotros, que nuestra relación era enfermiza y que si no cambiábamos corríamos el riesgo de terminar mal. Solo lo mire entre ofendido e irritado ¿él también estaba en contra de lo nuestro? No lo sabía.

Al llegar al departamento, tuve que despertarte para que caminaras por tu cuenta hasta la puerta de casa. Ni bien cerré, me empujaste, perdiendo el equilibrio automáticamente. Tuviste que sostenerte de la pared más cercana y cuando te sentiste mejor, me dedicaste una mirada de profundo odio.

-Por tu culpa casi nos corren de la compañía- me espetaste, aquello se sintió como una puñalada en el pecho

-Lo lamento, te juro que intente sacármelo de encima, pero tú sabes cómo es la gente cuando esta ebria y…- intenté seguir justificándome pero el golpe que le diste a la pared me sobresaltó.

“¿la bestia ha vuelto a ti?...”

-No mientas…no mientas Takanori Matsumoto, te he visto con mis propios ojos, si no hubiera llegado a tiempo me hubieras engañado sin pensarlo. Eres una puta-

Tras escucharte me quede en blanco, sentí mi corazón romperse tras esas duras palabras que me dedicabas ¿de verdad pensabas eso?

“Mi alma sabe con certeza que tu no crees lo que estás diciendo”

Son los celos, esos celos tan fuertes que te alejan de mi, que me hacen perderte, para dejar frente a mi “a la bestia” despiadada que busca lastimarme y hacerme sentir en carne propia sus miedos, sus inseguridades, ese dolor desgarrante que te recorre el cuerpo cuando la persona amada te defrauda.

¿Cómo hacerte entender que nada de lo que crees es cierto? No hay manera de que un ciego pueda ver, no hay manera de que me puedas oír si te empeñas en taparte los oídos. La desesperación que me invade es insoportable, quisiera arrancarme los cabellos uno por uno.

-Akira…- hago un vago intento de acercarme, pero solo consigo que me tires al suelo con un fuerte bofetón –no te atrevas a pronunciar mi nombre nunca más, una puta no puede tener tal privilegio-

“mil cuchillos, son miles de cuchillos los que atraviesan mi pecho cuando me hieres de esta forma”

Las lágrimas se acumulan en mis ojos, no quiero esto, quiero que sigamos siendo felices como este último tiempo ¿por qué las cosas buenas no duran por siempre?.

Te acercas a mí, me jalas del cabello arrastrándome por el suelo hasta tirarme sobre el sofá, cualquier rastro de alcohol en tu cuerpo parece no afectarte, solo estas concentrado en demostrarme tu dolor. Como siempre fue mi culpa y merezco un castigo.

Mi piel completamente blanca comienza a tornarse roja en cada zona donde tus fuertes manos me dan un golpe, me besas bruscamente queriendo lastimar mis labios con cada mordisco, tus caricias intentando “animarme” son rudas y solo me provocan pánico.

“¿serías capaz de repetirlo?”

Tironeas de la ropa que anteriormente elogiaste y me miras con reproche –estaba en tus planes ofrecerte a cualquiera esta noche verdad? Por eso te esmeraste tanto en tu aspecto- niego eufórico con la cabeza ¿cómo puedes distorsionar las cosas a tal punto? –si quieres ser una puta te trataré como tal-

No puedo expresar con palabras el terror que te tengo, las lagrimas acumuladas en mis ojos comienzan a salir sin control, no sigas con esto por favor.

“Ya no hay retorno…”

Me siento humillado, adolorido, otra vez me tienes llorando como un niño, tus golpes no cesan, los movimientos de tus caderas son más fuerte y siento partirme en dos, sigues exigiéndome que gima como la perra que soy, me es casi imposible obedecerte cuando un grito de dolor quiere reemplazar los sonidos que deberían demostrarte placer, el odio esta en cada célula de tu cuerpo, me es muy difícil soportar…

Cansado de que no te obedezca me tapas la boca para no tener que escucharme, eso solo empeora mi llanto porque se me hace más difícil respirar, no te detienes, nada te detendrá.

“nada te detuvo”

Continuaste golpeándome, haciéndome sangrar, asfixiándome, desgarrando mi cuerpo por completo hasta sentir que ya no oponía resistencia, creíste que me habría desmayado y por eso continuaste hasta saciar tus deseos.

“¿si te hubieras percatado te habrías detenido verdad?”

Intentaste despertarme, pero no obtuviste respuesta alguna, fue entonces que caíste en la cuenta de que habías dejado de sentir el aire pasando levemente entre la mano que tenías sobre mi boca.

Yo había dejado de respirar antes de que te corrieras, estabas tan fuera de ti, tan ciego, tan sordo…

“te sigo amando…”

Desde algún lugar te cuido, observándote en aquella celda lloras diariamente al recordarme y siento tu dolor como si fuera mío. Tengo fe en que algún día volveremos a encontrarnos y estaremos solo tú y yo juntos…

Notas finales:

Espero se entienda que no lo hice explicito porque queria centrarme en las personalidades de cada personaje n.n

Como el drama no es mi campo fuerte, intento mejorar en ello.

Quise que se viera como sufren las personas que viven esa situación.

Aclaro que no tengo intención de ofender a nadie...

Espero ninguna fan de esta pareja se enoje conmigo xD y no creo que vuelva a ponerlos juntos asdasd pero si les gusta, me sentire más que feliz x3

Sin nada que agregar, me voy hasta otra ^^/

P.D: aun no me animo a hacer algo muy largo (lo máximo  llega a tres caps por el momento)...no es que no me guste, sino que no quiero subir algo que no haya terminado de escribir, para luego no tener que andar sintiendome culpable por no cumplirles nwnU

Ah! y si encuentran fallas no duden en avisar!! :D me hará feliz cualquier tipo de corrección que me ayude a mejorar x3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).